INTRODUCCIÓN
A partir de análisis geoquímicos y geocronológicos locales y modelos tectónicos regionales, que incluyen el segmento occidental de los Andes del Norte en Colombia y Ecuador, se ha interpretado a las rocas volcánicas y plutónicas de composición básica de las cordilleras occidentales y la región del Pacífico como formadas en ambientes de plateau y/o arco oceánico en una posición alóctona en el Pacífico, que estaría asociada a las márgenes de la placa del Caribe que migraría a lo largo del Cretácico Superior-Paleógeno de esa posición hasta ocupar su posición actual (Echeverría y Aitken, 1986; Lebras et al., 1987; Pindell et al., 1988, 2005; Spadea y Espinosa, 1996; Toussaint, 1996; Kerr et al., 1997; Sinton et al., 1998; Reynaud et al., 1999; Révillon et al., 2000; Villagómez et al., 2011; Serrano et al., 2011; Rodríguez y Zapata, 2013). Algunos de estos elementos oceánicos habrían colisionado con la margen continental de Suramérica desde el Cretácico Tardío hasta el Mioceno (Toussaint, 1996; Moreno-Sánchez y Pardo-Trujillo, 2003; Farris et al., 2011; Villagómez y Spikings, 2013), contribuyendo así a la formación de la cadena Andina del Norte (Kennan y Pindell, 2009; Gómez et al., 2005; Vallejo et al., 2006; Bayona et al., 2012; Villagómez et al., 2011).
Si bien estos modelos tienen una coherencia regional, los análisis geocronológicos son limitados en extensos segmentos de la Cordillera Occidental y la región del Pacífico colombiano (p. ej., Echeverría y Aitken, 1986; Kerr et al., 1997; Révillon et al., 2000; Serrano et al., 2011; Villagómez et al., 2011), y los análisis sistemáticos en algunas regiones han sugerido que la historia magmática es más extensa, posiblemente incluyendo varios episodios magmáticos (Serrano et al., 2011) probablemente superpuestos antes de la acreción al continente, lo cual sugiere por lo tanto que la evolución geológica de estos bloques oceánicos es más compleja.
En esta contribución se presentan nuevos datos estratigráficos, petrográficos y de geocronología Ar-Ar para rocas volcánicas y sedimentarias del pozo exploratorio Remolinogrande-1, localizado en el alto estructural de Remolinogrande - Gorgona, hacia el segmento sur de la cuenca del antearco andino de Tumaco en el Pacífico colombiano y al norte del municipio del mismo nombre (Figura 1). Los nuevos datos geocronológicos obtenidos en rocas volcánicas del basamento indican la existencia de una historia magmática caracterizada por varios pulsos volcánicos de composición basáltica, cuyo registro de erupción se extiende entre 82.9 Ma y 76.2 Ma. Este vulcanismo puede ser correlacionado con las edades obtenidas en la Isla Gorgona e indica la existencia de un bloque máfico coherente en el Pacífico colombiano con una extensa historia magmática (Serrano et al., 2011). Suprayaciendo discordantemente a las rocas del basamento se presenta una potente cobertera sedimentaria cenozoica, que registra la evolución geológica de la cuenca de antearco de Tumaco. Esta inició probablemente desde el Eoceno y puede ser caracterizada mediante pozos exploratorios.
Al comparar los nuevos datos obtenidos para rocas del basamento de la cuenca de antearco de Tumaco con el expuesto en la Cordillera Occidental y con las secuencias sedimentarias que lo cubren, es posible confirmar que este bloque tuvo su acreción a la margen continental antes del Eoceno tardío, de manera independiente al núcleo de la Cordillera Occidental.
MARCO GEOLÓGICO
Los Andes del Norte tienen como característica fundamental la presencia de terrenos máficos volcánicos con sedimentos asociados, formados en ambientes oceánicos, los cuales fueron acrecionados a la margen continental desde el Cretácico Tardío controlando así parte del desarrollo de la cadena Andina (Gansser, 1973; Toussaint, 1996; Kerr et al., 1997; Cediel et al., 2003; Kennan y Pindell, 2009).
Algunas exposiciones de este sustrato Cretácico en el suroccidente colombiano y noroccidente ecuatoriano han sido caracterizadas en los últimos años composicional y temporalmente como parte de una serie de remanentes de corteza oceánica de edad Cretácico Superior con edades entre ca. 100 Ma y 70 Ma formadas en ambientes de plateau y arco oceánico (Daly, 1989; Spadea y Espinosa, 1996; Toussaint, 1996; Nivia et al.,1996; Kerr et al., 1997 y 2002; Kerr y Tarney, 2005; Mamberti et al., 2003; Luzieux et al., 2006; Vallejo et al., 2006; Jaillard et al., 2009; Villagómez et al., 2011; Serrano et al., 2011) y correlacionables con el Plateau Oceánico Colombia - Caribe (CCOP, sensuKerr et al., 2002), los cuales son considerados como parte de la placa oceánica del Caribe que habría sido acrecionada a la placa Sudamericana desde el Cretácico Tardío a medida que esta placa migraba desde una posición suroriental en el Pacífico (Burke, 1988; Pindell et al., 1988, 2005; Pindell y Kennan, 2009).
Estas rocas se encuentran al occidente del sistema de fallas de Peltetec-Romeral o sutura Romeral, estructura regional que las separa de los terrenos con rocas metamórficas Pre-Triásicas y granitoides Jurásicos, y registra aparentemente una acreción de edad Cretácica Tardía a la margen continental y una serie de episodios de reactivación tectónica (Villagomez et al., 2011).
La cuenca de antearco de Tumaco en el Pacífico suroccidental colombiano (Figura 1), comenzó su historia en la margen continental desde el Eoceno tardío y su relleno sedimentario se depositó sobre un sustrato oceánico poco conocido que podría ser semejante a los terrenos volcánicos cretácicos expuestos en la Cordillera Occidental y en la Isla Gorgona (Cediel et al., 2003; Gómez et al., 2007).
Los límites de la cuenca están definidos hacia el norte por el sistema de fallas de Garrapatas, hacia el oriente por el piedemonte occidental de la Cordillera Occidental, hacia el occidente por la pared interna de la trinchera Colombia - Ecuador y hacia el sur por el borde Ecuatoriano (Figura 1); sin embargo, varios autores (p. ej., Evans y Whittaker, 1982; Bueno-Salazar, 1989; Escovar et al., 1992; López et al., 2008; Marcaillou y Collot, 2008) han sugerido una continuación estratigráfica del sistema de cuencas de antearco colombianas con la cuenca Borbón en el NW de Ecuador. Esta cuenca presenta un sector costa adentro (onshore) y uno costa afuera (offshore), controlados por la segmentación generada por la formación de los altos estructurales de Río Verde en la cuenca Borbón (NW de Ecuador) y Remolinogrande - Gorgona en la cuenca Tumaco (SW de Colombia) a partir del Neógeno (López et al., 2008). La génesis precisa de estas estructuras asociadas al proceso de subducción es controvertida, y podría estar relacionada con estructuras en dúplex por apilamiento tectónico (Marcaillou y Collot, 2008; López et al., 2008; Escovar et al., 1992), o altos de basamento limitados por fallas normales (Suárez-Rodríguez, 2007; Cediel et al., 2010).
MUESTREO Y MÉTODOS
La estratigrafía de la cuenca de antearco de Tumaco ha sido poco estudiada debido a las escasas exposiciones presentes en esta área, estando limitada a algunos pozos exploratorios o al análisis de líneas sísmicas (p. ej., Suárez-Rodríguez, 2007; López et al., 2008; Cediel et al., 2010; Marín-Cerón y Sierra, 2011). En este estudio presentamos la descripción macroscópica y petrográfica de muestras de zanja del pozo exploratorio Remolinogrande-1 (Figura 2), las cuales reposan en la Litoteca Nacional (Agencia Nacional de Hidrocarburos, Piedecuesta - Santander, Colombia). Hasta el momento, este pozo representa la sección estratigráfica más completa para caracterizar el intervalo Cretácico Superior - Oligoceno, que incluye el basamento de la cuenca de antearco de Tumaco. Adicionalmente, fue utilizada la información de registros de pozo (rayos gamma, potencial espontáneo resistividad, densidad; Schlumberger, 1981) para calibrar y correlacionar las litologías presentes.
La caracterización petrográfica se hizo a partir de muestras de zanja húmeda (cuttings), previamente lavadas y secadas a temperatura ambiente, posteriormente se realizó un cuarteo, extracción de las fracciones mayores a 2 mm, y finalmente se hizo un montaje de la fracción fina con bálsamo de Canadá. Los datos obtenidos fueron integrados con los de muestras de núcleos de pared (sidewall cores) obtenidos por Robertson Research (1981). Un resumen de las características petrográficas de las muestras se presenta en la tabla S1 del suplemento electrónico.
Para análisis de geocronología Ar-Ar fueron seleccionados fragmentos homogéneos de rocas volcánicas con texturas afaníticas, a partir de muestras de zanja húmeda del pozo Remolinogrande-1 (Figura 2). Las muestras corresponden a los códigos: YK-87, YK-88 y YK-89. Los granos fueron lavados con ultrasonido y para cada intervalo se realizó una selección (hand picking) grano a grano de fragmentos volcánicos.
Los análisis de geocronología por el método 40Ar/39Ar de fusión por etapas fueron realizados en el Laboratorio Actlab, Canadá. Las muestras fueron envueltas en papel de aluminio y fueron cargados en un capsula (vial) sellada de cuarzo con sales de K y Ca y láminas de biotita LP-6 intercaladas con las muestras para ser usadas como monitor de flujo. La muestra fue irradiada en un reactor nuclear por cuarenta y ocho horas. Los monitores de flujo fueron puestos entre cada dos muestras, lo que permite la detección precisa de los gradientes de flujo dentro del tubo. Después se corrieron los monitores de flujo y los valores J fueron calculados para cada muestra, usando el gradiente de flujo ya medido. La biotita LP-6 tiene una edad asumida de 128.1 Ma. Los separados fueron fundidos por etapas, incrementando la intensidad de un láser de CO2 de 10 W (New Wave Research MIR10). La composición isotópica de Ar fue medida en un espectrómetro de masas estático Micromass 5400 equipado con un contador de iones con multiplicador de electrones. Todos los análisis fueron corregidos teniendo en cuenta el blanco total del sistema, la sensibilidad del espectrómetro de masas, discriminación de masas y las constantes de decaimiento. Para estos análisis consideramos como edad de meseta (plateau) con significado aquélla que incluye más del 50% del gas 39Ar liberado en al menos tres etapas sucesivas de desgasificación y aquélla en la cual la edad integrada se sobrepone dentro del error a la edad de meseta.
RESULTADOS
Estratigrafía
Sucesión volcano-sedimentaria de Remolinogrande (Cretácico Superior)
El basamento de la cuenca de antearco de Tumaco, denominado informalmente como Tumaco block basement por Borrero et al. (2012) es dividido en dos secuencias; una secuencia inferior SI compuesta por limolitas y arenitas con intercalaciones basálticas de poco espesor, y una secuencia superior SS constituida por lavas basálticas y silos gabróicos.
En este trabajo, proponemos emplear el término sucesión volcano-sedimentaria de Remolinogrande para las rocas del basamento de la cuenca de antearco de Tumaco, presentes en el pozo del mismo nombre. La caracterización de las secuencias propuestas por Borrero et al. (2012), a partir del análisis de muestras de zanja, núcleos de pared y registros de pozo, se presenta a continuación: La secuencia inferior SI comprende el intervalo 2225 - 2767.5 m y está conformada por una sucesión volcano-sedimentaria marina, con niveles de lodolita terrígena y limolita intercaladas con basalto, toba basáltica y microgabro (Figura 2). Se pudo identificar en los ripios, material orgánico carbonizado, escasos foraminíferos y restos de conchas sin diferenciar. La secuencia superior SS, comprende el intervalo 1717.8 - 2225 m y está compuesta principalmente por conjuntos de basalto, toba y microgabro, con espesores variables de centímetros a decenas de metros, e intercalaciones menores de niveles delgados de lodolita y lodolita arenosa (Figura 2).
Los registros de pozo (p. ej., rayos gamma, densidad, resistividad) muestran un marcado contraste en el contacto entre las rocas del Cretácico Superior del basamento y el suprayacente relleno sedimentario de edad Eoceno superior - Oligoceno. Los valores de densidad de las rocas, obtenidos a partir del registro de densidad (bulk density), están en el rango de 2.6 a 2.85 g/cm3 (Schlumberger, 1981), los cuales son directamente correlacionables con los valores de densidad del microgabro y el basalto (EduMine, 2014). Además, se observan cambios en los valores de densidad con rango de 2.1 a 2.6 g/cm3 (Schlumberger, 1981), que podrían corresponder a intercalaciones de lodolita, limolita y lodolita arenosa.
La caracterización petrográfica muestra un dominio de rocas volcánicas constituidas por basalto piroxénico con olivino, interestratificadas con niveles de toba de cristales y vidrio, y toba de líticos y cristales de composición basáltica. La textura del basalto es vitrocristalina y holocristalina, afanítica y menos frecuente porfirítica, con texturas especiales traquitoide, variolítica, subofítica y poikilítica (Figuras 3a y 3b). Los cristales, con tamaños de fino a medio, están constituidos principalmente por clinopiroxeno (augita) y plagioclasa cálcica, en menor proporción se observa olivino serpentinizado y esfena. Las tobas son vitrocristalinas con vidrio devitrificado y cristales angulares, rotos, de tamaño fino a medio, y tobas de líticos, vidrio y cristales, con líticos subredondeados y cristales angulares, soldados por una matriz vítrea (Figuras 3c, 3d y 4a). La composición es basáltica, y los líticos volcánicos presentes corresponden a basalto con texturas vitrocristalina porfirítica, traquitoide y variolítica. Los microgabros corresponden petrográficamente a rocas holocristalinas faneritícas equigranulares de grano fino a medio con textura poikilítica, ofítica y subofítica; están compuestos por plagioclasa y clinopiroxeno como constituyentes principales, y olivino y esfena como accesorios (Figuras 4b y 4c). En general, todas las litologías presentan evidencia de saussuritización, cloritización, calcitización y zeolitización, como procesos de alteración sobreimpuestos.
Robertson Research (1981) realizó una datación K/Ar (roca total) en una muestra de basalto de núcleo de pared del intervalo 2213 - 2210 m, obteniendo una edad de 82.2±8.1 Ma.
Formación Lutitas de Remolinogrande (Eoceno superior-Mioceno inferior basal)
Se propone emplear el término "formación Lutitas de Remolinogrande" para el conjunto predominantemente lutítico presente en el intervalo 1072.9-1717.8 m del pozo Remolinogrande-1. Esta unidad suprayace discordantemente a la sucesión volcano-sedimentaria de Remolinogrande, y representa el intervalo Eoceno tardío parte superior - Mioceno temprano parte basal (ANH-Universidad de Caldas, 2011) . La edad de esta formación ha sido definida a partir de análisis de foraminíferos realizados en los ripios del pozo Remolinogrande-1 por Duque-Caro (2000), y análisis de nanofósiles calcáreos (Robertson Research, 1981; ANH-Universidad de Caldas, 2011), los cuales sugieren que la sucesión sedimentaria se extiende desde el Eoceno superior hasta el Mioceno inferior muy bajo (Aquitaniano basal).
La formación Lutitas de Remolinogrande está constituida por sucesiones monótonas de lodolita y limolita de color gris verdoso, con escasos niveles de arenita (Figura 2). En general, las facies de grano fino son homogéneas y esporádicamente laminadas, arenosas, con presencia de láminas de materia orgánica, foraminíferos, gasterópodos y conchas indiferenciadas. Las arenitas son homogéneas, lodosas o con cemento calcáreo, con restos de materia orgánica y conchas indiferenciadas.
Petrográficamente, las arenitas analizadas son de grano muy fino a medio, angulares a subredondeadas, con selección moderada a pobre y matriz arcillosa o cemento calcáreo entre el 10-35% (Figura 4d). Composicionalmente corresponden a subarcosa, sublitoarenita y litoarenita, con cuarzo monocristalino y policristalino ígneo (hasta 58%), plagioclasa, chert y líticos volcánicos, con características afines a fuentes mixtas. Son frecuentes los fósiles de foraminíferos y algas (determinados a partir de observaciones petrográficas). Los minerales pesados están caracterizados por altas proporciones de fases inestables como clinopiroxeno, anfíbol (verde y pardo), epidota, y en menor proporción ortopiroxeno, olivino, clorita, espinela, biotita y esfena, afines con fuentes ígneas máficas a intermedias (Echeverri, 2012). Minerales estables a ultraestables como apatito, circón y turmalina son también comunes (Echeverri, 2012).
Geocronología Ar-Ar
Los detalles de los experimentos geocronológicos Ar-Ar y la información adicional se presentan en la Tabla 1 y en la tabla S2 del suplemento electrónico.
Muestra YK-87 (RG-1 - 1731.2-1734.3). De esta muestra se obtuvo una meseta en cinco etapas con el 91.9 % del 39Ar, la cual permite obtener una edad de 76.2±1.4 Ma con un MSWD=1.5 (Figura 5a). La edad integrada para esta muestra es de 75.8 ± 1.9. En la isócrona inversa los puntos forman una regresión lineal, con una edad de 90.7±7.2 Ma, MSWD=1.1 (Figura 5b).
Muestra YK-88 (RG-1 - 1965.9-1996.4). La muestra define igualmente una meseta en cuatro etapas consecutivas de desgasificación con el 64.3 % del 39Ar. La primera etapa de desgasificación presenta mayores errores posiblemente asociados a alteración en los bordes de los cristales y las etapas finales presenta igualmente mayores errores que podrían reflejar la presencia de inclusiones minerales. La edad de meseta obtenida es de 82.9 ± 4.8 Ma (Figura 5c) que se sobrepone dentro del error a la edad integrada para esta muestra de 81.5 ± 3.3 Ma. La regresión lineal de la isócrona arroja una edad de 90.0 ± 8.5 Ma (MSWD = 0.68) (Figura 5d).
Muestra YK-89 (RG-1 - 2282.9-2286). Para esta muestra se obtuvo una meseta de cuatro etapas consecutivas de desgasificación que co-rresponden a 56.1 % del argón (39Ar) liberado y que indica una edad de 91.2 ± 6.7 Ma. (Figura 5e). Sin embargo la forma cóncava hacia arriba del espectro con un espectro que comienza en 99 Ma, disminuye a 86.6 Ma y sube a 93 Ma. Este patrón sugiere cierto exceso de argón que hace inadecuada la edad de meseta. La edad integrada para esta muestra es de 98.8±3.5 Ma, la cual refleja el exceso de argón. La relación 40Ar/36Ar atmosférica en la isócrona tiene un valor de 345. Al considerar la isócrona inversa los puntos forman una regresión lineal caracterizada por valor de edad de 69.7±10.8 Ma, MSWD = 0.55 (Figura 5f).
DISCUSIÓN
Las características estratigráficas y geocronológicas del pozo Remolinogrande-1 en la cuenca de antearco de Tumaco en el Pacífico colombiano, confirman la existencia de un registro volcánico de composición basáltica con edades geológicas entre 82.9 Ma y 76.2 Ma. Estas rocas reflejan una historia caracterizada por flujos de lava alternados con eventos piroclásticos, los cuales podrían ser cortados por una fase gabróica de grano fino. El segmento más inferior de la secuencia volcánica incluye una alternancia de lavas y tobas basálticas con rocas sedimentarias siliciclásticas con material orgánico. Estos elementos podrían ser más característicos de ambientes sedimentarios donde ya existe exposición subaérea como en algunos arcos volcánicos (Ishizuka et al., 2011; Germa et al., 2011). Hacia el segmento superior de la secuencia se incrementa la proporción de material volcánico y microgabro, sugiriendo un incremento en el flujo magmático que ocasiona un engrosamiento cortical magmático.
El registro temporal de esta historia volcánica presenta algunas semejanzas con las características temporales documentadas en la Isla Gorgona (Serrano et al., 2011), la cual se encuentra expuesta al norte del pozo Remolinogrande-1, siguiendo la misma posición estructural-geográfica, y sugiere por lo tanto la existencia de una relación genética. Las edades reconocidas a lo largo de la costa Pacífica ecuatoriana son también semejantes (Luzieux et al., 2006) y sugieren que este bloque tendría una mayor extensión regional.
La presencia de lavas ultrabásicas komatiíticas de edad Fanerozóica ha dado lugar a una extensa discusión sobre el origen y petrogénesis de las rocas expuestas en la Isla Gorgona (Dietrich et al., 1981. Révillon et al., 2000; Thompson et al., 2003; Kerr, 2005; Serrano et al., 2011), siendo interpretadas por algunos autores como derivadas de una pluma mantélica asociada a la placa del Caribe (Révillon et al., 2000; Kerr, 2005). Sin embargo los análisis geocronológicos detallados presentados por Serrano et al. (2011) muestran una historia magmática intraoceánica más extensa que ha llevado a estos autores a relacionar el origen del magmatismo en la Isla Gorgona con la presencia de una ventana astenosférica causada por la subducción de la dorsal del paleo-Caribe bajo el Gran Arco Caribeño, la cual puede ser responsable del registro volcánico de larga duración.
Las características estratigráficas y los resultados geocronológicos presentados para el pozo Remolinogrande-1 son comparables con los de la Isla Gorgona. Si bien los resultados obtenidos no son definitivos para discriminar entre las hipótesis de pluma, ventana astenosférica, o de superposición de escenarios de pluma hacia arco (Vallejo et al., 2006; Villagómez et al., 2011; Wegner et al., 2011; Serrano et al., 2011; Zapata et al., 2013), las características estratigráficas identificadas en el pozo Remolinogrande-1 son afines con la transición de un ambiente inicialmente de arco que experimentó una modificación significativa en el flujo magmático. Esa hipótesis se correlaciona con la historia geológica de una margen convergente donde a la evolución de un magmatismo de menor volumen con sedimentación siliciclástica afín a un ambiente de arco se le sobrepone un incremento en el flujo magmático (ca. 82-76 Ma), que en la caso de estar en la margen convergente podría representar el influjo de la ventana astenosférica (Serrano et al., 2011).
Dos modelos han sido propuestos para la historia de acreción y correlación del segmento tectonoestratigráfico que incluye el Alto Remolinogrande y la Isla Gorgona: como parte del sustrato de la Cordillera Occidental colombiana, haciendo parte de un plateau oceánico (Gómez et al., 2007) o como un elemento oceánico acrecionado no relacionado a las rocas de la Cordillera Occidental (Kerr et al., 1997; Cediel et al., 2003; Villagómez et al., 2011).
La revisión de la cartografía geológica de la región occidental del departamento del Cauca indica que al oriente del alto estructural Remolinogrande - Gorgona e inmediatamente al este de las fallas Remolino - El Charco y Naya - Micay están expuestas rocas ígneas con afinidad de arco y edades de 53.4 Ma, 46.7±2 Ma y 45±5 Ma (Eoceno inferior y medio), incluidas dentro de la formación Timbiquí y granitoides asociados (McCourt et al., 1990; Barbosa-Camacho, 2003) . Este arco está limitado por fallas y separado hoy en día ≥100 km de las rocas magmáticas Eocenas que conforman el arco magmático de la Cordillera Central al oriente (Bayona et al., 2012). La distancia mínima entre estos arcos, sin tener en cuenta la posibilidad de ser mayor por el acortamiento Andino, no es fácilmente explicable como parte de una única zona de subducción (Tatsumi y Eggins, 1995) . Por lo tanto se sugiere que el arco de Timbiquí, localizado en el segmento oriental del antearco de Remolinogrande - Gorgona, no se encuentra relacionado genéticamente a la margen continental en el Eoceno y podría representar un elemento de arco cenozoico que no tendrían ninguna relación con las rocas de la Cordillera Occidental colombiana que ya se habrían acrecionado a la margen.
La acreción de los terrenos que conforman la Cordillera Occidental a la margen continental habría ocurrido en el Cretácico Tardío (Villagómez y Spikings, 2013), mientras que el bloque Remolinogrande - Gorgona, que podría incluir la Serranía del Baudó, se habría acrecionado con posteridad.
La formación Lutitas de Remolinogrande, que suprayace en discordancia angular al basamento volcano-sedimentario de la cuenca Tumaco, constituye un marcador estratigráfico de este evento acrecional, sugiriendo que la acreción del bloque habría sido contemporánea o anterior a la sedimentación del Eoceno tardío de esta formación. La presencia de líticos volcánicos andesíticos, ortopiroxeno (hiperstena), biotita, y cuarzo mono y policristalino es característica de rocas de arco que podrían relacionarse al arco Paleoceno-Eoceno de Timbiquí y al basamento continental Suramericano, confirmando en conjunto con el clinopiroxeno, olivino y chert, que el bloque Remolinogrande-Gorgona ya estaría adosado al continente.
La formación Lutitas de Remolinogrande, que reposa discordantemente sobre las rocas volcánicas Cretácicas, ha sido correlacionada a lo largo de la llanura costera con el Grupo Pacífico (Van der Hammen, 1958), la formación Calcáreo-Detrítica en cercanías a Timbiquí (McCourt et al., 1990), y la Unidad 1 Sur y la formación Cayapas hacia el segmento sur de la cuenca Tumaco (Suárez-Rodríguez, 2007). Así mismo, se puede correlacionar con la formación Uva definida para la cuenca de antearco de Atrato (Haffer, 1967; Duque-Caro, 1990) y con las formaciones Zapallo, Playa Rica y Pambil definidas para la cuenca Borbón en el extremo NW de la llanura costera del Pacífico ecuatoriano (Evans y Whittaker, 1982; Deniaud, 1998), sugiriendo por consiguiente que esta cuenca igualmente es un elemento continuo en la región Pacífica de Colombia y Ecuador, y por lo tanto podría ser un importante marcador de la acreción.
Si bien está fuera del alance de este trabajo, se especula que el antearco del Pacífico colombiano y ecuatoriano que incluye el arco de Timbiquí podría estar relacionado con el segmento suroriental de la placa del Caribe que incluye el istmo de Panamá y el sector noroccidental de la margen continental colombiana, el cual incluye un sustrato basáltico con afinidad de plateau y un arco magmático sobreimpuesto <70 Ma (Buchs et al., 2010; Wegner et al., 2011), y por lo tanto la interacción con Suramérica habría comenzado en el Eoceno tardío y se habría propagado hasta el Mioceno (Farris et al., 2011; Montes et al., 2012) (Figura 6). Este escenario u otro en el cual este bloque Remolinogrande - Gorgona (Pindell y Kennan, 2009) podría corresponder a un indentor con un origen independiente a la placa del Caribe (Figura 6), requiere de análisis más detallados de las unidades expuestas en el suroccidente colombiano.
CONCLUSIONES
El basamento de la cuenca de antearco de Tumaco se denomina sucesión volcano-sedimentaria de Remolinogrande. Está constituido por flujos de lava alternados con eventos piroclásticos de composición basáltica e intercalaciones de lodolitas y lodolitas arenosas. Las edades entre 82.9 Ma y 76.2 Ma, que inclusive pueden ser más antiguas, sugieren una historia magmática correlacionable con las rocas de la Isla Gorgona en Colombia y de Pedernales - Esmeraldas en región pacífica del NW de Ecuador. La alternancia de lavas y tobas basálticas con rocas sedimentarias siliciclásticas con material orgánico, sumado a la ausencia de niveles de chert, se correlacionan con los patrones de apilamiento de ambientes de arcos de islas (Ishizuka et al., 2011; Germa et al., 2011) y son poco comunes en ambientes de plateau (Utsunomiya et al., 2008; Kusky et al., 2013), sin embargo, se requieren análisis geoquímicos para probar esta hipótesis.
La formación Lutitas de Remolinogrande de edad Eoceno superior - Mioceno inferior basal, presenta potentes intervalos de lodolitas y esporádicas intercalaciones de subarcosas, sublitoarenitas y litoarenita; esta formación suprayace discordantemente a las rocas del basamento. Por la composición de las rocas que incluye material volcánico máfico, material más intermedio y componentes siálicos, se sugiere que estas rocas representan el registro sedimentario que sella la acreción de este bloque a la margen continental Suramericana. Este elemento tectonoestratigráfico del antearco de los Andes colombianos podría ser parte de la placa del Caribe y ser correlacionables con el bloque Chocó - Panamá. Trabajos futuros en las rocas magmáticas de este segmento poco conocido del antearco del SW colombiano podrán contribuir a la comprensión de la evolución de la corteza oceánica Caribe y Pacífico, así como al registro geológico escasamente definido de la temporalidad y continuad de la colisión del bloque Chocó - Panamá en la margen Suramericana.