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Economía, sociedad y territorio

versión On-line ISSN 2448-6183versión impresa ISSN 1405-8421

Econ. soc. territ vol.22 no.69 Toluca may./ago. 2022  Epub 16-Oct-2022

https://doi.org/10.22136/est20222028 

Reseñas

Mi casa, tu ciudad. Privacidad en un mundo compartido

My house, your city. Privacy in a shared world

Carlos Enrique Flores Rodríguez* 

*Profesor-investigador de la UA de Ciencias Sociales y la de Artes en la Universidad Autónoma de Nayarit carlos.flores@uan.edu.mx

Canales, Fernanda. 2021. Mi casa, tu ciudad. Privacidad en un mundo compartido. Puente editores, Barcelona: 242p. ISBN: 978-84-121981-6-4.


Las posibles señalizaciones que podrían hacerse a este texto provienen de una puntillosa exigencia motivada por la erudición de la autora. A la doctora, sus lectores pueden pedirle lo que sabe hacer y nos ha acostumbrado: escribir con la ilustración propia de su histórica estatura académica. Mi casa, tu ciudad no decepciona; es una obra enciclopedista e historiográfica de quien se siente cómoda viviendo a hombros de gigantes. Es un libro para promover debates y acercarnos a temas y temáticas que por su estilo se convierte en un producto redondo e imposible de leer en pocas sesiones, ello motivado, en gran parte, por el ingente número de pasadizos e hipertextos que acompaña cada párrafo, por lo que posiblemente sea un texto impropio para no iniciados o inteligencias dispersas.

Cuando se está ante una enciclopedia comprimida, uno se pregunta cómo ha hecho para organizar tanta información, tanto conocimiento. Su estrategia ha sido contenerla en ensayos -que bien pueden pasar por artículos independientes- congregados en cinco temáticas en donde lo lacónico de sus títulos contrastan con lo profuso y complejo de sus contenidos. Además de la ineludible introducción general del libro, hay una introducción particular a cada una de estas -como ella llama- secciones, igual de interesantes, igual de abundantes. Agruparlos ha sido un convencionalismo sólo sugerido por una historicidad que trabaja como vínculo en cada uno de ellos, porque como lector pueden estudiarse sin mayor orden que el aleatorio interés personal.

Los cinco vocablos que titula cada colección pretenden ser un concepto que comprenda, como si fuera eso posible, la diversidad de elementos que abordan sus trabajos. Un tipo de liga que, además de unir, los protege. Aunque esto parece más una estrategia ilusoria de lectura, debido a que el número dispar de textos que compone cada uno de estos apartados guardan temáticas y particularidades que, se insiste, podrían sobrevivir sin esta compilación categorial. Lo anterior plantea una disyuntiva. Cómo reseñar una obra que reúne una serie de escritos cuya individualidad, y acá Descartes no tendría razón, es un universo individual y complejo en sí mismo y son, nunca mejor dicho, un seminario en el sentido etimológico de la palabra. El convencionalismo sigue válido.

Los 24 ensayos que componen el libro guardan entre sí una estructura semejante. Luego del título, invariablemente abre con una breve cita que alude al tema planteado, aunque no siempre a los autores o colectivos ahí discutidos. Inicia con la propuesta o fundamento filosófico académico, o planteamiento teórico, para después utilizar Estudios de Caso -que se componen de proyectos, ideas o gráficos de proyectos, construidos o no, utópicos o no-, que refuerzan la idea central del ensayo, es decir, lo hipotético-deductivo es el método general utilizado por la autora. Usualmente cierra con breves conclusiones buscando relacionar tales proyectos con el planteamiento teórico inicial. Al final de cada grupo, la autora amplía elementos académicos o bibliográficos de sus fuentes, lo que, de alguna manera, se convierten en una recomendación manifiesta.

El grupo inicial, Libertad, lo componen cuatro partes, donde la utopía de las ciudades ideales y la romantización del cooperativismo son la temática que lo caracteriza. A partir de aquí -y aunque los estudiosos digan lo opuesto-, a lo largo de todo el libro, desenfadadamente casa y vivienda son vocablos intercambiables, incluso sinónimos. El segundo, Eficiencia, comprende el mayor número de textos. En los seis se hace alarde al algoritmo de la funcionalidad y el mito de la seriación, la estandarización y del usuario tipo. Señaladamente, y desde los CIAM, la relación que existe entre la eficiencia de costes y de los mínimos en la vivienda del Movimiento Moderno, la estética de la máquina, la emergencia de la ciencia del hábitat, y la no vieja disyuntiva maniquea sobre modelos de ciudad, son temáticas que podrían pasar como categorías recurrentes.

La tercera sección se compone de cinco ensayos. Denominada Bienestar, es, de alguna manera, continuación de la temática anterior. Se trata de proyectos que buscaron romper con los mitos del modernismo, o sea tipologías que trabajaron en transición en algo que aún no era la posteridad, pero que cuestionaban los postulados de certidumbre que los originaron. Emociones, vivencias y significaciones, todo desde la fenomenología, son elementos que se introducen en la preocupación sobre el hábitat. La cuarta parte, la de la Identidad, es una de las más ricas, y bien puede ser el corazón del texto. Conformada también por cinco trabajos, el debate es el espacio público, esencialmente la calle como centro emocional de la ciudad. La sociología, la antropología y la psicología social, entre otras disciplinas, Economía, Sociedad y Territorio, vol. XXII, núm. 69, 2022, 767-771 769 forman ya parte de la reflexión sobre la casa y su relación con su todo que es la ciudad.

La vida cotidiana de la calle como centro de debate es tal que, incluso, se pretende trasladar tales bondades a un genérico espacio privado. La colectividad del espacio público, y sin advertirlo, se convierte en una contradicción al procurar suplirla por la búsqueda de la individualidad, de la futilidad del dadaísmo que caracteriza al nuevo ser humano, aquél que juega, el del ocio, el, como dice la autora: Homo Ludens. Ahí mismo, el derecho a la ciudad se traslada al derecho a la personalidad, a la improvisación, a la adaptabilidad, a la renuncia de todo plan y la resignación a la incertidumbre de los grados de libertad del proyecto que, tal como la vida misma -y Wagensberg advierte-, está llena de aleatoriedad y azar. Es pues, la consolidación de la posmodernidad, una continuación de contracultura al consumismo y la obsolescencia programada de las viviendas y su hábitat. Del debate entre lo participativo, lo pluralista y lo colectivo, y del marginal papel que juega en todo ello el profesional del diseño.

Los cuatro textos de Coexistencia se enclavan a principios del presente siglo y marcadamente en Japón. Esta parte, si bien retorna a la vieja disputa entre apolíneos y dionisiacos, hay una continuidad de las anteriores discusiones en que la lucha por hacer cohabitar la colectividad con la individualidad es la discusión protagónica, pero no es la única. El hábitat es de todos, por lo que todos deben participar en su construcción, aunque ello implique transgredir costumbres, ordenanzas y cotidianidades. El espacio no existe; es, sin citar a Bauman, líquido, es virtual, es adaptable; pero ahora ya está condicionado por el profesional demiurgo que habría estado expectante. El diseño participativo debe tener límites, el arquitecto regresa por sus fueros en esta emergencia de usos y espacios que, por su velocidad -muchas veces auspiciados por la actual pandemia del siglo XXI-, no siempre tienen un nombre. Nombrar las cosas, bien decía Durkheim, es una manera de comprender y principio de su resolución.

¿Cómo viviremos juntos?, se pregunta finalmente la autora. Y nos hace recapacitar en el objeto último del libro, mostrar sistemáticamente el dónde, el cómo y el qué ha hecho la humanidad ilustrada en el poco más del siglo y medio que repasa su texto para vivir en proximidad. Y esa propuesta expositiva, precisamente por su estructura y contenido, hace que las bondades de la obra se acrecienten. Horizontalmente poseería un carácter testimonial al presentar los temas relevantes, y el tiempo y el contexto histórico que lo posibilitó; es decir, ayuda a comprender lo que hicimos y lo que significamos como sociedad ante diversos fenómenos urbanos y urbanísticos que, de manera vertical, pueden ser igualmente leídos. Pero no se engañe, los tiempos gramaticales no coinciden.

Si todo libro es una especie de fedatario público, y por ello decididamente patrimonial, y si todo libro es una especie de diario personal, y por ello decididamente autobiográfico, éste, aun sin la manifiesta opinión de la autora, lo sería mayormente en ambos sentidos. Y es que, más acercado a la filosofía, la doctora no propone respuesta alguna a su pregunta planteada en tiempo futuro. En todo caso se limita, a manera de conclusión, a presentar un último y aislado ensayo del libro, en apenas hoja y media, con un sucinto Después, en donde -en realidad- no concluye, y tampoco se está seguro como lector que deba hacerlo. El texto, y si Goeritz tiene razón, como toda obra estética es una incompletud emocional que sólo la imaginación del lector-espectador puede terminarlo a voluntad, a gusto. Esta decisión, y al preferir continuar citando autores, tomándolos como aliados -o como apoderados interpósitos- para hablar por ella, nos priva de conocer su versión, su opinión y, con ello, quizá para evadir sus propias cuitas, la autora nos las endosa adjuntas al horror vacui que parece haberle producido la escritura de este libro. La ignorancia no asegura felicidad, pero sí atrevimiento, y es de eso lo que parece querer salvarnos.

Carlos Enrique Flores Rodríguez. Doctor en Periferias, Sostenibilidad y Vitalidad Urbana por la ETSAM de la Universidad Politécnica de Madrid. Arquitecto con estudios de Maestría en Ciencias de la Arquitectura por la Universidad de Guadalajara, México. Actualmente es profesorinvestigador de la UA de Ciencias Sociales y la de Artes en la Universidad Autónoma de Nayarit. Es profesor de la licenciatura de arquitectura del Tecnológico Nacional de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II. Su línea de investigación tiene que ver con estudios sobre la ciudad, sus productos y los procesos que los posibilitaron. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran, como autor: “Sobre el modernismo provinciano en México. La Casa de la Semana en Jueves de Excélsior”, ACE: Architecture, City and Environment, 16 (47), Barcelona, Centre de Politica de Sol i Valoracions (CPSV)/Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), pp. 1-20 (2021); Breviario de casas del modernismo Economía, Sociedad y Territorio, vol. xxii, núm. 69, 2022, 767-771 771 tepiqueño, Ciudad de México, AM Editores-Clave Editorial (2020); como coautor: “La memoria de la ciudad. La contingente cotidianidad de lo público”, en Eduardo Sousa-González y Ramón Ramírez Ibarra (coords.), Urbe y Acción. Desafíos del espacio público metropolitano contemporáneo, Toluca, UANL-Río Subterráneo, pp. 159-187 (2021).

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