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Andamios

versión On-line ISSN 2594-1917versión impresa ISSN 1870-0063

Andamios vol.20 no.51 Ciudad de México ene./abr. 2023  Epub 29-Sep-2023

https://doi.org/10.29092/uacm.v20i51.976 

Dossier

Los cronotopos del populismo kirchnerista. Un análisis narrativo

Chronotopes of kirchnerist populism. A narrative analysis

María Mercedes Patrouilleau* 

*Docente titular de la Carrera de Sociología de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) e investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en el Centro de Economía y Prospectiva. Correo electrónico: patrouilleau.mercedes@gmail.com


Resumen

A partir de un marco analítico que integra aportes posestructuralistas, de la narratología y un método de los futures studies (el Causal Layered Analisys), el artículo propone un análisis narrativo sobre un caso de populismo latinoamericano: el kirchnerismo. El análisis se concentra en las secuencias, los cronotopos, los mitos, las metáforas y las voces narrativas. Se identifican tres cronotopos o sentidos dominantes en este discurso: el del/la militante peronista, el del Bicentenario y el proyecto de gobierno, que resignifican el pasado e imaginan, proyectan y anticipan el futuro, a través de la reinterpretación de los mitos, de la creación discursiva en la interlocución y desde los rituales e intervenciones en el espacio público.

Palabras clave: Discurso; análisis causal por capas; populismo; narración; cronotopo; futuro

Abstract

Based on an analytical framework that integrates poststructuralist contributions, narratology and a futures studies method (Causal Layered Analyses), the article proposes a narrative analysis of a case of Latin American populism: Kirchnerism. The analysis focuses on sequences, chronotopes, myths, metaphors and narrative voices. Three dominant chronotopes or dominant senses are identified in this discourse: the Peronist militant, the Bicentennial and the government project, which resignify the past and imagine, project and anticipate the future, through the reinterpretation of myths, the discursive creation in the interlocution and from the rituals and interventions in the public space.

Key words: Discourse; causal layered analysis; populism; narrative; chronotope; future

Solo se trata de saber narrar;

es decir, saber transmitir al lenguaje

la pasión de lo que está por venir.

Ricardo Piglia. Crítica y Ficción

Introducción

Existen diversas formas de abordar la cuestión del discurso político y particularmente el discurso populista. En algunas épocas se ha hecho énfasis en la dimensión polémica del mismo, en su función de interpelación ideológica a través de material de propaganda de la comunicación oficial (Plotkin, 1994) en los dispositivos de enunciación (Sigal y Verón, 2002), en el proceso dialógico entre el líder y otras voces (Panizza, 2008) y en el contexto ilocucionario (De la Torre y Peruzzotti, 2008) o en los significantes, las equivalencias y los antagonismos (Laclau, 2005). En los últimos tiempos cobró fuerza la interpretación del populismo como un tipo particular de relato y de mito político (Ungureanu y Serrano, 2018; Casullo, 2019).

Este trabajo retoma aportes del “giro narrativo”, del posestructuralismo, de los estudios del populismo y de los estudios del futuro, para hacer foco en la narración como una operación múltiple y omnipresente del discurso político y del discurso populista. Busca conocer en profundidad por medio de qué operaciones discursivas y narrativas el populismo genera resignificaciones sobre los mitos del pasado y plantea modos de anticipación y de creación de visiones de futuro.

La investigación trabaja sobre el populismo kirchnerista entre los años 2003 y 2015 en Argentina. Lo hace considerando como trasfondo otras experiencias populistas en Argentina, particularmente la experiencia peronista, desde los años 40' hasta los años 70',1 analizando cómo el discurso kirchnerista reconfigura legados de esta experiencia previa, articulados con nuevos sentidos y anclajes narrativos. Tanto el kirchnerismo como el peronismo se consideran experiencias populistas por su uso de la categoría de “pueblo”, aprovechando su ambigüedad constitutiva (plebs-populus), por la construcción de una frontera antagonista articulando demandas insatisfechas y por la emergencia de líderes que expresan la cadena de equivalencias constitutiva de dicho antagonismo (Laclau, 2005). En términos narrativos, también se los considera populismos por su concentración discursiva en la cuestión del poder, por la construcción de los motivos del antagonismo, dramatizando esta cuestión, y por la construcción y recreación de mitos sobre el vínculo entre líderes y pueblo, construyendo una narración sobre la historia del/la líder (Patrouilleau, 2021b).

La investigación toma como referencia un método de los estudios del futuro para construir el andamiaje conceptual que permite el análisis narrativo. Este es el Causal Layered Analysis (CLA), desarrollado por Sohail Inayatullah (1998). La gran virtud de este método es que toma los grandes aportes analíticos e interpretativos del posestructuralismo (genealogía, deconstrucción), articulándolos con otros aportes de los futures studies y de filosofía no occidental, estructurando un método de análisis, que permite un estudio sistemático y comparativo, a la vez que flexible, sobre diferentes corpus de discurso (Patrouilleau e Inayatullah, 2020). Este método se trabajó realizando adaptaciones, que buscaron reforzar la dimensión analítica narrativa del discurso y clarificar los distintos tipos y registros de corpus discursivos que se pueden comprender en el análisis.

La dinámica narrativa trae a cuenta horizontes temporales pasados y futuros, le brinda un lugar privilegiado a la acción, construye y reconstruye tradiciones, establece causalidades que se cristalizan en formas de interpretación de la realidad, y se traducen parcialmente en decisiones de gobierno, en acciones políticas y en políticas públicas, así como también brinda el marco para la conformación de equivalencias y antagonismos redefiniendo el mapa de las identidades políticas. Profundizando sobre estos movimientos y efectos discursivos, el análisis de las temporalidades y narraciones políticas y populistas, insta a reconstruir todo un trasfondo cultural, cargado de simbologías, profundizando sobre la labor de los mitos y sobre la labor de la subjetividad popular en los usos del tiempo (Morera Aparicio, 2022).

El análisis narrativo permite comprender no sólo la forma en que se resignifica el pasado, sino también el modo en que se constituyen horizontes de futurición. Es decir, el modo en que el lenguaje político y las prácticas de producción de sentido vinculadas a los mitos, configuran modos de comprender el futuro, de anticiparlo y por lo tanto de construirlo parcialmente.

El corpus discursivo del análisis toma tanto le discurso de los líderes como de las otras voces que construyen el discurso populista: de los cuadros medios, las voces colectivas del pueblo, voces corales que se pliegan al discurso popular y de los líderes. Analiza también la jerga que ponen en juego los protagonistas, en el saber estatal y cultural y en su forma de configurar voces narrativas, en la forma en que los mitos reactualizan el pasado y configuran futuro, en las figuras retóricas que se ponen en juego para realizar todas estas operaciones, en el rol de los escenarios, las escenificaciones y los rituales, integrando todos estos elementos a partir del análisis narrativo en profundidad.

El trabajo identificó en el discurso kirchnerista tres cronotopos o motivos dominantes que estructuraron narrativamente este discurso: el Cronotopo del/la militante peronista, el Cronotopo del Bicentenario y el Cronotopo del proyecto de gobierno. El primero, centrado en la identidad de les líderes; el segundo montado sobre una oportunidad conmemorativa y estructurado a partir de un antagonismo principal (con el sector agropecuario), y un tercero, centrado en las políticas públicas y en la construcción del proyecto de gobierno. El análisis integrado de los tres cronotopos da cuenta del modo en que las lógicas de la narración intervienen en la práctica discursiva y política, y también de una forma populista de concebir el desarrollo de la historia, de protagonizarla, de dramatizarla y de construir opciones de futuro, anticipando la realidad.

Con este aporte se busca contribuir al campo de los estudios sobre el populismo, aportando una mirada que recoge y valoriza otras tradiciones teóricas y otras áreas disciplinares como la de los estudios del futuro (futures studies), que permiten a las ciencias sociales profundizar su abordaje sobre la futuridad.

A continuación, se presenta una descripción del método de análisis elaborado, que comprende cuatro capas narrativas, explicando qué elementos se toman del método CLA (Causal Layered Analysis) y las siguientes secciones sintetizan los resultados del estudio, analizando los cronotopos dominantes de esta trama populista kirchnerista. Las conclusiones recogen la síntesis de este abordaje y lo ponen en perspectiva en marco de las ciencias sociales y de los estudios del futuro en América Latina.

El Análisis Narrativo en profundidad. Marco conceptual y metodología

El Análisis Narrativo en profundidad se diseñó en esta investigación para poder abordar la dimensión narrativa del discurso populista. Se inspiró en el método de los estudios del futuro, creado por Sohal Inayatullah (1998) denominado en inglés: Causal Layered Analysis (CLA) o Análisis Causal por Capas. El apoyo en el CLA permitió hacer converger analíticamente a las distintas dimensiones y elementos narrativos analizados. Lo que principalmente se toma de este método es la lógica de la relación y la co-determinación entre las diferentes capas.

El método CLA se apoya en basamentos teóricos del posestructuralismo, tales como la deconstrucción y la genealogía, en la macrohistoria, en teorías post-coloniales y en contribuciones del pensamiento indio como la filosofía de P. R. Sarkar (Inayatullah, 2004). Propone analizar un corpus discursivo deconstruyéndolo en cuatro capas: la primera llamada litany, o letanía, da cuenta del discurso del sentido común, de los mass media, recogiendo explicaciones corrientes sobre los problemas sociales. La segunda analiza estas asunciones desde las causas sociales sistémicas (sociales, culturales, económicas, políticas). La tercera desde el discurso y la visión del mundo (o cosmovisión) y la cuarta desde las metáforas y los mitos. En un análisis vertical desde la primera capa hasta la cuarta y luego reconstruyendo formas alternativas de explicación de los problemas corrientes o sociales, el CLA permite esa decosntrucción del discurso social, y la creación de discursos alternativos (Inayatullah, 1998).

Sobre este método se realizaron varias adaptaciones para resaltar la dimensión narrativa que estaba algo soslayada en la versión original del CLA (Patrouilleau, 2021b), y generando así un método específico para hacer un análisis narrativo en profundidad. En esta nueva versión, cada capa representa una lógica narrativa. Se toma del CLA la definición de alguna de las capas, pero se redefinen otras. Las capas que considera el método elaborado son:

  1. La secuencia y su causalidad implícita

  2. El cronotopo

  3. Los mitos

  4. Las voces narrativas

La primera capa es la de la secuencia y su causalidad implícita. La secuencia es el racconto más bien lineal sobre la historia política que se narra en el discurso, contando los diferentes sucesos y los epílogos o moralejas derivados de esa historia, marcando la intervención del o la líder y de la figura del pueblo, marcando sus encuentros, sus reconocimientos, su lazo de confianza y fidelidad con “el pueblo”. En esta forma narrativa prima una determinada secuencia, que a la vez es explicada por una causalidad implícita (Adam, 1992; Van Dijk, 1978). No es una simple sucesión lineal lo que propone un relato, sino una lógica singular caracterizada por la inserción del problema y la resolución. Y, lo fundamental, es que esta forma lleva implícita una idea de causalidad. La primera capa analiza entonces la secuencia del relato y su causalidad implícita.

La segunda capa es la del cronotopo o motivo dominante de la trama. Para definir a los cronotopos como figuras ordenadoras del discurso se retomaron los aportes de M. Bajtín (1989; 2008), que los concibe como condensaciones de sentido que estructuran un tiempo y un espacio de la trama. Para Bajtín en la obra de arte, especialmente en su análisis de la novela, el tiempo y el espacio se funden en una unidad indisoluble, en un cronotopo, cuya función es temática y figurativa, ocupa un papel fundamental en la conformación del argumento y proporciona el campo principal de la representación de los acontecimientos. Para configurar esta segunda capa de análisis se tomaron también aportes de autores contemporáneos que recuperan esta herramienta analítica de Bajtín. Por ejemplo, para Pampa Arán (2009), el cronotopo no sólo produce la puesta en escena del espacio-tiempo, sino que gobierna o regula la aparición de sujetos y discursos en situaciones cronotopizadas, en una época y en un espacio tiempo determinado. Constituye así el centro organizador del mundo narrado, desde el cual se van desplegando diferentes “vectores cronotopizados” (Arán, 2009, p. 132).

El análisis del cronotopo se realiza estableciendo redes de motivos dominantes y secundarios, y analizando su apoyo en figuras retóricas, tales como sinécdoques, metonimias y metáforas, observando como éstas toman y brindan elementos cronotopizados a las otras capas de análisis. En esta investigación se han identificado tres cronotopos dominantes.

Una tercera capa está constituida por los mitos principales que sostiene y produce el discurso populista. Aquí el análisis se apoya en los conceptos post-estructuralistas de Lévi-Strauss (1968; 1978) para el análisis de los mitos, enfatizando su modo de interpretar el pasado y forjar nociones y horizontes de futuro. Hablando del pasado, los mitos proporcionan categorías que permiten explicar el presente y planear el futuro (Neiburg, 1995). Tal como recupera Scavino (2010, p. 118) de George Sorel, un mito “es idéntico a las convicciones de un grupo”, sólo que “es la expresión de estas convicciones en lenguaje de movimiento”. Sobre estas bases, se hace énfasis en el análisis en la forma en que los mitos históricos son reinterpretados por el discurso populista para brindar claves de acción en relación al presente y al futuro.

La cuarta capa del Análisis Narrativo en profundidad está compuesta por las voces narrativas. Esta es una innovación respecto del método de Inayatullah (1998). No existe en ese método una capa que recoja y analice la forma de las voces que construyen los discursos. Esta capa permite analizar quién narra en los discursos populistas. No se hace referencia aquí a sujetos concretos sobre los que estamos analizando sus discursos, sino a figuras específicas que tienen un rol, un papel que jugar en el marco del discurso populista. Puntualmente en nuestro caso, en donde se trata de un discurso populista con construcción de liderazgo, la voz del/la líder cumple un rol fundamental, pero esta también se compone y se articula con otras voces. El análisis de estas diferentes voces engarzadas a la voz del líder, que también la constituyen, permite comprender que la composición narrativa se configura desde distintos ángulos y espacios sociales, más o menos lejos “del poder”, desde el ámbito estatal, académico, en la construcción de lo popular y de lo estético.

Esta es una capa con relevancia epistemológica y metodológica porque nos hace concentrarnos en cómo se produce el discurso, y por eso vincula forma con contenido. Esta capa nos permite hacer más densa la recolección de fuentes del discurso, recogiendo no solamente fuentes u orales escritas sino también fuentes gráficas de distinto tipo, y fuentes escenográficas.

La metodología de análisis se basa entonces en el análisis del discurso, comprendiéndolo como una práctica analítica interdisciplinaria (Narvaja de Arnoux, 2009), pero también comprendiéndolo como un enfoque epistemológico que pone de relieve un sentido vertical de enriquecimiento del análisis conjugando las distintas capas. Cada una de las capas ilumina aspectos de las otras, lo que permite trabajar reconstruyendo el sentido del discurso y permite a su vez elaborar corpus complejos, comprendiendo múltiples soportes del discurso (oral, escrito, audiovisual, escenográfico, gráfico).

El corpus de análisis se compone de: una selección de alocuciones públicas de les líderes en el período 2003-2015, de fragmentos discursivos de cuadros medios del liderazgo presidencial, una selección de expresiones colectivas de “la voz del pueblo”, de una selección de publicaciones oficiales de distintas áreas de gobierno, de documentales sobre la historia de vida de los líderes y de otro tipo de piezas discursivas vinculadas a la producción artística (audiovisuales, gráficas, escenográficas) y a la comunicación oficial que se engarzan al modo de “voces corales” del discurso kirchnerista. El análisis de este corpus se apoyó también en algunos trabajos de observación participante sobre actos políticos y movilizaciones y sobre otro conjunto de testimonios y datos auxiliares sobre el proceso político tomados de la prensa escrita.

La estrategia de análisis buscó recalar en el dialogismo sobre el cual se produce el discurso populista, señalando el intertexto2 entre las distintas voces identificadas. De este modo, si bien tiene mucha presencia la palabra del y la líder presidencial en el corpus, este integra también otro conjunto de piezas de distinto registro, comprendiendo una diversidad de voces que componen el discurso narrativo populista en general y en particular para el caso de estudio.

El cronotopo del/la militante peronista

La historia de vida y las particularidades del carácter de Néstor Kirchner y de Cristina F. de Kirchner, conforman un cronotopo dominante del discurso kirchnerista. Este cronotopo predominó sobre la primera etapa del gobierno de Néstor Kirchner, justamente cuando el líder se daba a conocer ya siendo presidente.3 Luego, permanece como dominante a lo largo de todo el período considerado, acentuándose en momentos de inicio de mandatos presidenciales, de definiciones de candidaturas electorales o también en los momentos más dramáticos de condensación de los antagonismos a través del desarrollo de conflictos públicos con diferentes sectores.

El cronotopo se configura a través de varias operaciones narrativas. En primer lugar, a través de la tematización de la identidad narrativa del líder. Las referencias temporales y espaciales que enmarcan a dicha identidad, el racconto de su historia de vida. Esta tematización se da con el trasfondo de una secuencia histórica, el de la vida política de la Argentina entre 1973 y 2003. El cronotopo se construye también a partir de una jerga particular que despliega el discurso de los líderes y que es recogida y resignificada por las otras voces, así como por ciertas cronotopías secundarias que van ocupando un lugar significativo en la trama, y constituyendo la red de motivos que sostiene al cronotopo del militante peronista. Finalmente, en la elaboración del cronotopo ingresan y se resignifican ciertos mitos, que le permiten a la narración “levantar vuelo” como dice Lévi-Strauss, abstraerse del tiempo presente, convocando a los acervos del pasado para descifrar los desafíos del futuro.

Sobre la identidad narrativa de los líderes, desde el comienzo se destaca el desplazamiento espacial de venir “desde el Sur del mundo”, la provincia de Santa Cruz, donde el matrimonio comenzó su carrera política con puestos ejecutivos municipales, provinciales y luego legislativos por parte de CFK, desde donde plantean un colectivo de pertenencia distanciado de la gestión en la política nacional hasta el momento, que recién termina de arribar a este ámbito de gobierno. Ambos se identifican también como parte de una “generación diezmada”, la generación joven de la década de 1970 que atravesó la proscripción peronista, luego las dictaduras, la violencia política y las desapariciones. Y que resignificó en los años ochenta el valor de la democracia y de la política como único camino posible para la transformación social. El rasgo de militante, que no había sido reivindicado antes en Argentina desde la autoridad presidencial (Montero, 2012), da cuenta de una personalidad que vive la política más allá del juego partidario y electoral, inmiscuyéndose en las luchas políticas, en acciones reivindicativas, de protesta y en procura de un cambio social.

Es en esta identidad en movimiento, en esta identidad narrativa que se muestra la progresión en el carácter y los aprendizajes de los líderes. En distintos discursos de ambos líderes estas décadas que van desde la década de 1970 a la primera asunción presidencial en 2003 se narran como un tiempo en que se ha carecido de la audacia y el compromiso de la militancia, un tiempo en que la democracia se ha perdido en los formalismos y la entrega de formas de soberanía. Los años setenta marcan a fuego las convicciones de los líderes, que mantienen sus convicciones a lo largo de las décadas siguientes en la transición a la democracia y el neoliberalismo. Esta secuencia histórica apenas atempera el carácter del personaje a partir de ciertos aprendizajes. Pero no les hace perder audacia y compromiso con el pueblo y con la Patria. El momento de asunción a la presidencia, el año 2003, se configura como el momento en donde ellos pueden, desde la decisión política y la comprensión histórica, para recuperar estos compromisos y ponerlos a disposición de una mejora del bienestar del pueblo. El Diagrama 1, a continuación, grafica y sintetiza la forma de contar esta historia reciente y la relación con el carácter de los líderes protagonistas.

Diagrama 1 El cronotopo del/la militante peronista 

El contraste propuesto con las décadas anteriores, propone resituar el poder político en la organización institucional del Gobierno a modo de reparación y como única manera de alcanzar “un país en serio”, disputándole porciones de poder a otras fuerzas civiles y políticas. Si hay un rasgo característico del/ la militante peronista es no resignar porciones de poder y concebir al Estado en el centro de la organización comunitaria.

El tiempo y espacio del cronotopo del/la militante peronista, está marcado también por cierta jerga específica. Para narrar esta historia hay ciertos términos, de la jerga, que resultan explicativos, que argumentan y nutren la trama, por lo tanto, se conforman en cronotopías secundarias. Esta jerga ancla en la tradición militante de los setenta con cierta recuperación del discurso del peronismo clásico y del peronismo de la resistencia. Por ejemplo, dentro de esta jerga puede mencionarse el término de “cuadro político”. Esta es una es una noción que viene de más tiempo atrás en su uso proliferado dentro del discurso del peronismo. Es un término extrapolado por Perón, como tantos otros, del léxico militar y que ahínca en el pensamiento político peronista.4 El encuadramiento político alude a la necesidad de unir fuerzas, y fundamentalmente de tener organización al interior del movimiento, de responder a los lineamientos del líder. Es condición del carácter de militante comprender lo que significa un cuadro político. Alude también a la necesidad de formarse, de capacitarse para estar a la altura de las necesidades de su tiempo. NK y CFK lo utilizan constantemente para referir a la condición de militante. El cuadro político se contrapone al concepto de una política “profesional”. La militancia sería la política que se hace por vocación. La escuela de una y de otra es también distinta. La escuela de los “cuadros” se nutre del saber de los referentes, de la tradición política, de la historia política y de la formación dentro de los espacios definidos políticamente. Es la que se cuenta de generación en generación, en algunos resquicios militantes barriales o universitarios, en los libros de los pensadores nacionales y en los espacios de formación partidarios. Se contrapone también a la idea de libre pensador. Porque habla de las aptitudes individuales, pero en relación con un cuerpo colectivo. No en sí mismas. Alude a un concepto de la política que requiere de organización, de armado colectivo y de disciplina, para poder alcanzar los objetivos. Los cuadros requieren de la conducción, que es la guía. Requieren también comprender ciertos conceptos, tener ciertos aprendizajes de la historia. Así lo interpretaron también los jóvenes que se sumaron a la militancia, haciendo una metonimia5 con el término cuadro, con la referencia de cuando Néstor Kirchner realizó el acto simbólico de “bajar el cuadro” de uno de los genocidas de la última dictadura militar en un acto de conmemoración en 2004, esa acción había servido para formar “miles de cuadros políticos”. Así se vio en una muestra voz colectiva en grafitis pintados por la militancia en paredones de la ciudad.

Ilustración 1 La bajada del cuadro de los militares y la formación de los cuadros políticos 

Estas piezas discursivas permiten ver cómo opera la subjetividad popular a partir de la articulación de temporalidades y sentidos. NK cuestionando una temporalidad hegemónica que mantenía a un dictador en un espacio institucional militar marcando la cronología de autoridades militares. Con su intervención destrona a esta figura como líder militar de la Patria. Los jóvenes de la agrupación La Cámpora resignifican este hecho tomándolo como fundante para su propia formación como militantes peronistas con “Bajando un cuadro formaste miles”.

Además de la jerga del cuadro político, otros términos cobraron protagonismo, como “fierros”, “puente entre generaciones” y también ciertos espacios cronotópicos: La Plaza de Mayo, particularmente el balcón de la Casa Rosada (casa de gobierno), y la ciudad de La Plata, ciudad donde ambos líderes estudiaron y vivieron durante su juventud y mientras militaban en organizaciones universitarias.

En torno a este cronotopo se re-elaboran ciertos mitos peronistas, articulándose también con ciertos epílogos (o moralejas) traídos a cuenta en el discurso: el de las peripecias de la época de la resistencia peronista (mientras el movimiento político peronista estaba proscrito y su líder, Perón, estaba en el exilio), el mito de la primavera camporista del año 1973,6 cuando se logró traer de nuevo a Perón del exilio y se liberaron muchos presos políticos. La propia figura de Eva Perón como mito. La rememoración de estos episodios deriva en aprendizajes y resignificaciones políticas. No traslada los significados, sino que desarrolla una reelaboración. Podemos observar por ejemplo la tematización sobre la figura de Eva en una intervención urbanística.

Además de hacer alusiones permanentes a la figura de Eva Perón, de reproducir consignas de aquéllos tiempos (por ejemplo: “donde hay una necesidad, nace un derecho”), como una forma de instalar o reinstalar el mito, de darle fuerza, durante el primer gobierno de CFK se monta un gigante grabado en la fachada del edificio que alberga al actual Ministerio de Salud y de Desarrollo Social, en donde fuera el edificio emblemático del Ministerio de Obras Públicas en el gobierno de Perón. Sobre dos caras de este gran edificio se monta la figura de Eva.7 En sus laterales Norte y Sur se emplazan dos grabados hechos en acero de Eva Perón:8 la “Eva de los Humildes” sobre la cara Sur y la “Eva del renunciamiento” sobre la cara Norte. Los grabados cuentan con un sistema de iluminación, que los hace resaltar de noche y en ocasiones son también vestidos de colores.

Fuente: Sitio Web Ministerio de Desarrollo Social. Fecha de consulta: 24 de octubre de 2013.

Ilustración 2 Boceto de la fachada del edificio del Ministerio de Desarrollo Social con los grabados de Eva 

Esta operación icónica instala en la cotidianidad porteña y argentina el antagonismo y las luchas del pasado. La intervención coloca al Centro de Buenos Aires en una línea de tiempo, atraviesa la ciudad a través de su arteria principal, con la historia, en una metáfora visual cronotópica: mostrando un adverso y un reverso del Poder, un Norte y un Sur, la bondad y la rebeldía: dos caras de la política. De esta política que no es una fiel transparencia de una esencia de las cosas. Que siempre es capaz de poner en juego su cuota de picardía y a veces sus más brutales amenazas. Es en este sentido, un mensaje que abunda sobre los límites de las buenas intenciones en política, sobre los buenos modales y sobre la irreductibilidad de los antagonismos. Así también, coincidiendo con el análisis de Sarmiento, la doble iconografía de Evita, “aun reconociendo su humilde origen, no la subordina a una romantización idílica, sino que la complejiza al ponerla en el centro de las luchas sociales y políticas” (Sarmiento, 2016, p. 8).

En términos de voces narrativas, en este cronotopo tienen predominancia además de la voz de los líderes, la de cuadros medios9 del liderazgo presidencial, la de colectivos artísticos militantes y las voces colectivas del pueblo, que, a medida que el/la líder va abriendo rituales de interacción, comienzan a conformarse o se redefinen, y acompañan, apoyan, interactúan, dialogan entre sí y con las referencias principales del movimiento. La tematización sobre el/la líder en tanto cronotopo dominante de este discurso populista se construye así desde la voz en primera persona de los propios líderes hablantes, así como desde reconstrucciones retrospectivas de los cuadros medios, que pueden dar cuenta de su perfil y su carácter por su cercanía y por estar “habilitados” para ello. También desde las voces corales10 de los productores audiovisuales y militantes que realizan los documentales sobre la vida de NK y CFK, trazando una coherencia pensada desde el presente, llenando los huecos habidos en las historias públicas de estos personajes, historias que se ven reflejadas al calor del devenir de la política nacional.

En términos de los escenarios políticos que dan lugar a las voces, ordenados en torno de este cronotopo se dan numerosos rituales de interacción, que van formando un estilo de comunicación y de interacción entre el/la líder y sus seguidores, y en los cuales se van formando los nuevos jóvenes y diferentes colectivos de nuevos militantes.

Sobre la forma de futurizar del cronotopo, si bien este presenta un gran repliegue sobre el pasado, su operación narrativa reactiva ciertos códigos y genera formas de vivir y practicar la política nuevas en el contexto argentino contemporáneo. Además, instala en el espacio público y político una identidad: la de los y las jóvenes, como continuadores de una historia de largo aliento, retomando ciertos ideales, cierto marco ideológico y cultural que parecía haberse perdido casi por completo, recuperando el compromiso con la práctica política para el futuro.

El cronotopo del Bicentenario

Durante los mandatos de Cristina Fernández de Kirchner, y en coincidencia con el tiempo cronológico en que se cumplió el bicentenario de la Revolución de Mayo, el discurso presidencial se volcó con mayor énfasis a una narración ulterior, rememorativa de un pasado más remoto. Esta vocación por narrar la historia argentina se plasmó en el discurso presidencial, en las conmemoraciones sobre los hitos históricos que se organizan desde el Gobierno (algunas de las cuales intervinieron en el calendario de feriados nacionales), también se corporizaron en políticas, desarrolladas por distintos organismos, que procuraron un anclaje educativo y cultural de una perspectiva histórica revisionista, y que difundieron también una mirada renovada sobre los símbolos y los hitos patrios. A través de este cronotopo, el discurso kirchnerista abrió todo un espacio de reelaboración sobre la historia nacional, que cuestionó ciertos contenidos consagrados sobre la misma, y también sobre la forma de transmitirlos y de estudiarlos en las instituciones educativas, en eventos culturales y en rituales de interacción con el público. En términos temáticos este nuevo cronotopo perfila también una renovada figura del héroe de la trama. La identidad del/la militante se ve así resignificada por la historia larga y por la reflexión de una serie de epílogos que se deslizan al narrarla.

En esta construcción se entabló un dialogismo con distintos sectores de la producción cultural y artística. Se estimula una articulación con espacios diversos de un activismo cultural, al que se va convocado e interpelando a través de las iniciativas conmemorativas del Gobierno y de la promoción de una memoria histórica. El cronotopo se apoyó también en una versión renovada de los mitos patrios, mitos que abordan de manera más larga, con mayor aliento, las causas de la comunión del pueblo, y que también proponen una actualización de las figuras míticas, de la serie canónica de los patriotas argentinos, y así permite ahondar en las vicisitudes de la historia nacional, definiendo un horizonte futuro a partir de las experiencias de hermandad dadas otrora en los campos de batalla por las independencias latinoamericanas.

Muchos hitos son marcados y retintepretados en el discurso en torno a este cronotopo, de diferentes modos: con conmemoraciones, remodelaciones e intervenciones en el espacio público, material didáctico, pedagógico y educativo, piezas teatrales, ediciones postales, mural interactivo. El Cronotopo del Bicentenario, toma como tiempo-espacio que enmarca la trama una temporalidad larga, y una extensión territorial también más amplia, que pone al kirchnerismo en un plano regional, más allá de los límites del país. Tomando una secuencia que arranca desde las guerras por la independencia de los países latinoamericanos (tomando hitos a veces más allá, desde la llegada de los colonizadores a América, pero trazando ese espacio tiempo señalado) se concentra en los doscientos años entre dichas independencias y el presente conmemorativo del Bicentenario, trazando hitos de la historia de la Argentina y de la Región en general. El mito de la Patria Grande enmarca la secuencia del bicentenario. Distintas circunstancias, entre cronológicas, históricas y políticas, le dan origen al desenvolvimiento de este cronotopo.

En términos de la historia nacional y de resignificación para la acción en el presente, el cronotopo del Bicentenario se contrapone con el tiempo del Centenario, momento de gloria del modelo agroexportador, al que el discurso kirchnerista cuestionará y constituirá en uno de sus principales identidades antagonistas. El conflicto que se desata con el sector agropecuario en el año 2008 brinda un motivo antagonista, que avala una contrastación entre un modelo económico al que el gobierno aspira, y que se encuentra enmarcado por ciertas políticas dentro de la secuencia económica hipotetizada por su visión, con el que reinaba en la Argentina de principios del S. XX. Así se construye la idea del Bicentenario en oposición a lo que fue el Centenario. La narración en torno a este cronotopo está signada por la construcción de este motivo antagonista, que resulta estructurante de la experiencia de los gobiernos kirchneristas. Disparado entonces por el conflicto del 2008, el cronotopo del Bicentenario comienza a desplegarse con fuerza durante el primer mandato de CFK y se mantiene durante el resto del período. El estilo personal de CFK y la intensificación de las alianzas políticas con otros países latinoamericanos en donde también se dan procesos populistas, refuerzan este cronotopo.

En el Cronotopo del Bicentenario la figura central es múltiple, está conformada por la acción patriótica de diferentes héroes y heroínas que entablaron batallas en pos de la independencia del país, atada ésta a una causa popular que permanece a lo largo de los siglos. Una causa que va enlazando diferentes hitos, batallas, procesos políticos. El discurso presidencial en dialogismo con otras voces, propone a través de este cronotopo una nueva lectura de la historia nacional, una nueva mirada sobre los héroes patrios, comprendiendo una apertura en el tipo de personificaciones que adquieren el carácter de patriotas, incluyendo figuras femeninas, mestizas, de criollos, con raíces indígenas, a los caudillos provinciales, y marcando sus rasgos de patriotismo, su carácter de revolucionarios y revolucionarias, su cercanía con el pueblo, su rebeldía en relación “al poder”. Las distintas figuras aparecen enlazadas por lazos de hermandad, uniendo las causas latinoamericanas. El rasgo característico de estos héroes y heroínas, de los cuales los líderes kirchneristas y otros latinoamericanos serían la expresión contemporánea, los últimos de la saga, es que enlazan las causas populares, las mantienen vivas, permiten así acumular un poder “histórico”, necesario para subvertir el orden que, por otro lado, constantemente busca negar a estos héroes y heroínas. A través de las sagas de estos líderes, de cómo estos se disponen a aunar las causas a través de la historia larga, el cronotopo plantea que es posible trascender las dificultades, los equívocos.

En esta forma larga de la secuencia histórica nacional, se dan también ciertas resignificaciones y valorización de otras identidades partidarias, de otros procesos que no se reducen a la tradición peronista, ampliando la referencia popular hacia otros movimientos y experiencias nacionales y populares, más allá del peronismo. Finalmente, algunas figuras cronotópicas (como el Sable de San Martín), ciertas escenificaciones (los festejos del Bicentenario, las publicaciones conmemorativas de distintos ministerios y empresas públicas) y ciertas piezas audiovisuales, dialogan con la perspectiva histórica presidencial en la forma de “voces corales”, y alimentan los epílogos que se trazan sobre esta trama: los de la desunión, de los desencuentros y de la falta de diálogo entre argentinos, sobre la resignificación de la violencia en política y sobre las relecturas de la historia oficial.

Fuente: Serie de Edición Postal del Correo Argentino, junio de 2010.

Ilustración 3 Estampillas editadas por el Correo Argentino basadas en un mural del ilustrador Rep realizado en ocasión de los festejos del Bicentenario 

En términos de escenarios y voces priman las alocuciones e intervenciones en el espacio público plasmando estas revisiones de la historia en centros culturales, salones de gobierno, en edificios públicos y con el desarrollo de una multiplicidad de piezas narrativas audiovisuales, teatrales, editoriales. La forma de construir visión de futuro con este cronotopo es proyectando un futuro de integración latinoamericana que haga crecer la soberanía de la Nación (la Patria Grande), que nos identifique con el territorio nacional y regional y con la historia de los mitos peronistas y revolucionarios independentistas. El mito de la Patria Grande es el marco para resguardar al proyecto de gobierno de los intereses foráneos y de las elites locales. El futuro está construido también por el puente entre generaciones, por el legado de los revolucionarios de la independencia, de los gobiernos populistas y peronistas y por la lucha de los movimientos de derechos humanos. La historia larga del Bicentenario habilita a pensar en un gran proyecto nacional apoyado en la integración latinoamericana.

El Cronotopo del proyecto de gobierno

El tercer cronotopo, el del proyecto de gobierno, tiene un modo particular de temporalizar la narración. Es el que mayor énfasis hace en el horizonte futuro, y además lo hace de una manera particular, porque tematiza el plan de gobierno, lo que este propone a la sociedad. Es un contenido sobre hechos imaginados, potenciales y proyectados. En su desarrollo va estableciendo diferentes horizontes temporales, de mediano o más corto plazo, no simplemente por el curso cronológico del tiempo, sino a medida que las circunstancias o la estrategia modifican las condiciones de enunciación y entonces se van haciendo nuevos usos del tiempo.

Las secuencias (primera capa del análisis) que plantea este cronotopo no se apoyan en hitos, en hechos acontecidos. Sus marcas sobre la “línea del tiempo” se plantean en un plano hipotético, elucubrando sobre el porvenir a partir de la intersección entre distintos procesos y variables, sobre la base de dinámicas hipotéticas, idealizadas o modelizadas, en función de ciertos marcos de la experiencia previa (los mitos, los cronotopos anteriores) y en interlocución con voces expertas y disciplinares. Así también los nudos de la trama tienden a ser protagonizados por entes más abstractos, no por ciertas figuras concretas como en los cronotopos que hablan del pasado.

En cuanto al corpus, en la tematización sobre este cronotopo hay ciertas piezas discursivas que se destacan. Son alocuciones que marcan un quiebre (de apertura, de cierre) en los horizontes de futurición. Claramente la primera de ellas es el discurso de Kirchner, el 25 de mayo de 2003, en donde el Presidente le dice al pueblo “vengo a proponerles un sueño”. También, con otros énfasis, los discursos de CFK de inicio de mandatos en 2007 y 2011. Pero también otros momentos resultan claves, cuando por imperio de las circunstancias (ya sea por las victorias o derrotas políticas que se van dando, o por resultados electorales) ciertos discursos se constituyen en hitos para las definiciones en torno al futuro del proyecto. Los motivos en torno a la futurición del proyecto (a la forma de imaginar su futuro) también aparecen tematizados con ciertas especificidades en distintos documentos y materiales de difusión de la gestión, en piezas discursivas y textos que presentan las políticas que se buscan impulsar, que las explican, las fundamentan y las difunden. Algunas de estas piezas son especialmente tenidas en cuenta en la discursividad presidencial y en la de los cuadros medios, mostrando un involucramiento del líder y de los cuadros con dicha esfera de la gestión estatal y con ciertos lenguajes y bagajes de ámbitos técnicos específicos. Es decir, ciertas construcciones discursivas (léxicos técnicos, categorías disciplinares, corrientes disciplinares y hasta teorías) aportan a la jerga de este cronotopo.

Ciertas metáforas, categorías y variables enmarcan la suerte de este proyecto de gobierno en el discurso presidencial, primero con la metáfora secuencial de la salida de ese “infierno” que representaba la crisis, con la promesa tecnicista y a la vez anclada en la mitología peronista de la “movilidad social ascendente” y a través del peldaño del desendeudamiento. Luego este cronotopo va enlazando otros motivos que se condensan en la metáfora del “péndulo”,11 de la “sintonía fina” para sobrellevar las dificultades económicas, construyendo también antagonismos con entidades (sujetos) que se identifican como las fuerzas opuestas a la concreción del proyecto nacional.

Ciertas secuencias hipotéticas también tienen preeminencia en distintos contextos. Predominan al principio del proceso: una secuencia económica y una secuencia política, que se van intersectando en el discurso, es decir, se van condicionando mutuamente, son parte de la misma visión integral, pero se van distinguiendo por su lenguaje, por los bagajes que cada una trae y con los que dialoga. En algunos momentos cobra mayor importancia una y en otros, la otra. El contexto de la situación económica, los desafíos en el plano de la gestión y el desarrollo de los antagonismos definen la primacía. En tiempos en que cobra preeminencia el Cronotopo del Bicentenario, se figura otra secuencia, una secuencia cultural.

La primera secuencia económica identificada se apoya en la interlocución con sectores técnicos (aportantes de un saber económico). Otra es la política, que se desarrolla en interlocución con sectores militantes y cuadros medios. Otra es la cultural, que se apoya en voces corales, y comprende interpretaciones más abiertas, menos cerradas sobre la linealidad de un curso específico de acción pero que también hablan sobre un necesario cambio cultural y comunicacional para vivir más plenamente la Argentina contemporánea. Así cada una retoma ciertos lenguajes y categorías propios de estos ámbitos, poniéndolas en diálogo con la narrativa presidencial.

Estas secuencias hipotéticas permiten dilucidar cómo el discurso kirchnerista va concibiendo que se relacionan los distintos elementos puestos en juego en el horizonte futuro, el modo en que se condicionan a lo largo del tiempo (su causalidad narrativa), cuál es la consecución de factores, de procesos y consecuencias que se propone. Y finalmente cuál es el agente que se configura como necesariamente operando en estos nudos narrativos.

En la Figura 3 se resume la interacción de las dos primeras secuencias hipotéticas: la del plano económico y la del plano político. Claro que estas secuencias se construyen a lo largo del tiempo 2003-2015. Algunos elementos aparecen en la primera hora, otros tardan en aparecer y otros tantos emergen a partir del desarrollo de los antagonismos.

Figura 3 la secuencia económica y la secuencia política en el cronotopo del proyecto de gobierno 

La secuencia económica que se muestra sobre la parte superior está dominada por determinadas variables y por el rol regulador del Estado sobre las mismas. Se apoya en saberes diversos de la economía heterodoxa y en los mitos peronistas. Concibe que: el mantenimiento del equilibrio fiscal, la prosecución de un crecimiento estable, la promoción de la generación de empleo y la promoción del consumo interno, así como la promoción de la competitividad son las variables principales que dan curso a un círculo virtuoso a desenvolverse en el futuro, capaz de brindar las condiciones para la reconstrucción de la meta final (la identidad del pueblo y de la Nación).

Las variables económicas están apoyadas por un rol activo del Estado, un rol “inteligente” y de articulador social. Este rol fortalecido del Estado nacional no se logra sin un desendeudamiento, lo que retribuye la autonomía del Estado, su soberanía e independencia económica. Por eso, como analizamos antes, el desendeudamiento constituye un peldaño fundamental en esta trama, marca el ritmo y el espacio de acción de ese tipo de Estado.

Las políticas tomadas por ese Estado son las que permitirán llegar a tener una sociedad más justa, más igualitaria. Claro que hay otros elementos que intermedian. La obra pública que aparece desde el principio, o la inversión en ciencia y tecnología que aparece con más fuerza un poco más adelante, por ejemplo.

Sobre la secuencia política, lo que subyace a esta dimensión de la narración es que, para lograr el fortalecimiento del Estado en sus decisiones, es necesario producir una articulación entre el líder y el pueblo. La convocatoria a “militar el Estado”, el “abrir la Casa Rosada” y el llamamiento al acompañamiento popular promoviendo movilizaciones y rituales de interacción, así como la incorporación de sectores militantes de determinadas causas en los espacios estatales de gestión de sus demandas, son las formas de sustentar la comunión del líder con el pueblo, para sostener las medidas económicas que se deben tomar en función de las metas del proyecto de gobierno.

De este modo, la narración sobre la secuencia política y la narración sobre la secuencia económica se comprenden, se condicionan y se apoyan. No pueden considerarse aisladamente.12 Varían los énfasis en función de los antagonismos con que se enfrenta el gobierno y de la interlocución que les líderes proponen sobre el pueblo. Más adelante en el tiempo, por el devenir del proceso político y por el despeje de ciertas situaciones económicas, el énfasis recae sobre una (hipotética) secuencia cultural. La dimensión cultural se presenta como el trasfondo de la viabilidad política y económica.

La concepción de estas secuencias ha apoyado el desarrollo de las políticas públicas en la gestión de gobierno, ha impulsado cambios en la institucionalidad del Estado, en su forma de intervenir en lo social. Ejemplo de ello son la nacionalización de la empresa hidrocarburífera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la estatización de Aerolíneas Argentinas, la estatización de los fondos de pensión, la creación de una oleada de políticas sociales con tendencia a la universalidad, la mejora de los ingresos de los sectores trabajadores y de los sectores empobrecidos en los períodos previos o la renovación del sueño de la unidad latinoamericana, que son también formas de generar distintos futuros a los que parecían probables antes del surgimiento del kirchnerismo.

Con respecto a la producción de antagonismo, las diferentes personificaciones antagónicas que se elaboraron con la emergencia de conflictos políticos (el sector agropecuario y “su proyecto del Centenario”, la oposición mediática, Clarín,13 “la Justicia”, o los “Fondos Buitres”) fueron reconfigurando las secuencias hipotéticas imaginadas, desplazando su énfasis desde temas económicos, hacia políticos, comunicacionales, institucionales y culturales. Las secuencias suponen que para un derrotero exitoso debe haber una acción mancomunada, conjunta, direccionada al líder y posibilitada por su apoyo popular.

En términos de mitos, este cronotopo también alimenta el mito de un capitalismo nacional. Este mito es demarcado por una negatividad, por una falla constitutiva: la de la falta de un “auténtico empresariado nacional”.14 Una falla antagónica, relacionada con la parte que queda por detrás de la frontera, la parte que no acepta ese capitalismo nacional. Una parte que es pensada políticamente y también económicamente, como un sujeto económico empresario con una carencia en términos de aptitud innovadora y competitiva, que por lo tanto no es “verdaderamente capitalista”, y de este modo es vinculada con otros intereses “espurios”, “agazapados”, no declarados.

Sobre las voces narrativas, en este cronotopo se corporizan otras voces que se enlazan con el discurso presidencial, la de los saberes y lenguajes técnicos que se retoman y se incorporan en distintas áreas de gestión del Estado, así como también algunas voces corales.15 Estas aportan a veces una mirada estética, artística, o incluso filosófica, que se articulan con el discurso presidencial. Otra son las que provienen de distintas escuelas de pensamiento económico y social que estudiaron y aportaron a la comprensión tanto del peronismo como de la historia política y económica del país y que aportaron: la metáfora del péndulo, la historia demográfica sobre la movilidad social ascendente, la categoría de “renta extraordinaria”, el concepto de clima destituyente o de batalla cultural.

El cronotopo del proyecto de gobierno articula con los cronotopos del militante peronista y del bicentenario haciendo énfasis en el horizonte futuro, tomando rasgos enunciativos que son marcados por estos otros cronotopos, apoyándose en sus aprendizajes, en de la identidad peronista militante, en la historia y de las batallas antes libradas, en los desencuentros y las glorias del pasado para diseñar un espacio semántico de acción para el futuro, proponiendo alternativas de políticas públicas y formas de comprender la vinculación entre los grandes temas políticos que se plantean al país: los económicos, los políticos, los culturales.

Conclusiones: el discurso populista y los horizontes de futurición

En el trabajo hemos trabajado desde un método de análisis narrativo el discurso populista del kirchnerismo e Argentina. Los aportes narratológicos y metodológicos del CLA en el contexto de las re-elaboraciones que se han planteado permitieron identificar a partir de un corpus diverso un conjunto de tres cronotopos dominantes que organizaron y dieron sentido al discurso kirchnerista.

Desde los cronotopos se pudo organizar el corpus, cruzando el análisis con otras dimensiones narrativas: la de las secuencias planteadas en el discurso, la de los mitos, metáforas y otras formas retóricas, la de las voces narrativas. Esto permitió analizar cómo la subjetividad popular y política trabaja sobre las temporalidades, sobre el pasado y sobre el futuro, resignificando mitos y diseñando formas de acción. Pudo observarse que los mitos no son meras repeticiones del pasado, son reconstrucciones, resignifican el pasado y también forjan visiones de futuro, las secuencias plantadas cuestionan la cronología y la lógica temporal y espacial hegemónica. Se pudo observar que los discursos populistas y la subjetividad popular también son creativos en la conformación de distintas voces que dialogan con las figuras de los/las líderes, resignificando sus mensajes, aportando su valor creativo.

En cuanto al uso de la temporalidad en este discurso, el peso del tiempo pasado es considerable en el discurso kirchnerista, pero aún en las referencias a los mitos del pasado, encontramos futurizaciones, formas en que la reinterpretación de los mitos lega sentidos para abordar, comprender y anticipar el tiempo futuro.

Laclau reconocía y subrayaba el equilibrio inestable que se da entre el concepto y el nombre. Y que esta relación se daba a través también de cierto “rodeo”, no así planteado, pero sí de cierto movimiento temporal. Desde su apoyo en elementos de la lingüística pragmática y del psicoanálisis destacaba, que todo acto productor de sentido es retroactivo, ya que todo significante, todo nombre, se construye retroactivamente, así como toda pulsión apunta al pasado, al momento de plenitud ausente (Laclau, 2005, p.143-145; 2008, p. 402). Pero no es suficiente esta dinámica temporal para conocer en profundidad la multiplicidad de movimientos y formas temporales que se establecen en la formación de los discursos políticos y populistas. Por eso es que aquí sostuvimos que es necesario incorporar recursos de la teoría narrativa que permiten ampliar la gama de formas de temporalización que ocurren en el discurso, y que tienen en cuenta también los diferentes horizontes temporales con los que este trabaja, y las formas de enunciación narrativas, desde las cuales es posible ampliar el terreno de la historicidad que ingresa al análisis del discurso y a los trabajos de la subjetividad. Con estos recursos y desarrollando estos enlaces analíticos puede darse mayor profundidad al análisis del sentido político, y del sentido cultural asociado al mismo (en el sentido de arraigado, como acervo disponible, que re-emerge).

El análisis “vertical”, “por capas” del Análisis Narrativo en profundidad aportó densidad al análisis facilitando el trabajo sobre distintos registros y aportando sobre las diferentes “lógicas” narrativas. Con estos aportes es posible forjar una perspectiva morfológica y narratológica para deconstruir la temporalización producida por el discurso, que sea capaz de atender tanto a las reminiscencias del pasado como a las futurizaciones o anticipaciones del futuro.

Resulta pertinente este cruce entre la teoría del populismo y los aportes de los estudios del futuro que suma marcos analíticos para enfatizar en la construcción de futuridad, porque ayuda a comprender los procesos populistas en América Latina, que muchas veces son vistos como acabados, como procesos del pasado, y siempre reviven, se mantienen latentes y emergen a veces en ciertos contextos, especialmente cuando a las mayorías se le cierran los horizontes para poder imaginar futuros, cuestionando las categorías del pensamiento político occidental.

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1La investigación fue desarrollada en el marco de una tesis doctoral realizada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, dirigida por Martín Retamozo (IDIHyCS CONICET-UNLP) y codirigida por Rita F. De Grandis (Universidad de British Columbia, Canadá) (Patrouilleau, 2019).

2Con intertexto, Maingueneau (1984) hace referencia a la presencia de un texto dentro de otro por medio de citas o alusiones (reconocidas explícitamente). También puede aludirse a intertextos implícitos, no expresamente reconocidos por el alocutor. Epistemológicamente estas marcas permiten el reconocimiento de la intertextualidad (Genette, 1989) implícita entre los discursos, en este caso en los discursos de las diferentes voces kirchneristas.

3Vale como aclaración la circunstancia de que Néstor Kirchner asume en un contexto de crisis de representación en Argentina, habiendo obtenido apenas un 22% de los votos y luego de que el otro candidato con posibilidades, Carlos Menem, se baja de una elección de segunda vuelta.

4Así lo rescata Arcomano (2003), entre otros términos del léxico militar peronista, tales como: “enemigo”, “traidor”, “estrategia”, “táctica”, “batalla”, “victoria”.

5Se entiende por metonimia la sustitución de un término por otro cuya referencia habitual con el primero se funda en una relación existencial. Su mecanismo se funda en un desplazamiento de la referencia (Beristáin, 1995).

6Camporista hace alusión a la figura de Héctor J. Cámpora, militante y Presidente entre mayo y julio de 1973, previo a la vuelta de Perón al país, luego de sus años de exilio.

7Se trata además de un edificio de 93 metros de altura que interfiere la traza de la Av. 9 de Julio, y por lo tanto es visible a lo largo de toda esta avenida.

8Las obras fueron diseñadas por el artista plástico Daniel Santoro y construidas por el escultor Alejandro Marmo.

9Los cuadros medios son una especie de repliegue de la voz del líder. Son los que Sigal y Verón abordaron a propósito del exilio del líder, los que hablan en su nombre. También los que Vasallo (2008) cuenta que estaban en contacto y construían a través de múltiples reuniones la figura de liderazgo en el caso de Perón (aún antes de ser Presidente, pero desde un área de la gestión del Estado). Los cuadros medios de alguna manera están habilitados por el/la líder a hablar en nombre suyo, saben (o están habilitados para) interpretar sus ideas y su palabra, y es por esto que median entre la palabra del líder y la del pueblo.

10Las “voces corales” no son como la de un cuadro medio, que se “encuadra” políticamente, que habla “en nombre del líder”, sino que es un tipo de voz que narra en sintonía con el crontopo propuesto por el discurso presidencial pero que sostiene una autoría externa, están producidas y firmadas por figuras con una trayectoria conocida en cierto campo artístico e intelectual (son escritores, dibujantes, intelectuales, pensadores, directores). Estas permiten cierto “esclarecimiento mutuo” en un intercambio implícito con la voz del líder.

11La metáfora del péndulo la toma CFK en de un texto clásico de un economista heterodoxo que analizó los vaivenes de la política económica argentina a partir de lo que denominó la estructura productiva desequilibrada (Diamand, 1983).

12Por ejemplo, el desendeudamiento es una condición económica fundamental para el desarrollo de las políticas de inclusión, y no se logra si no es en el marco de una determinada visión política. Y la educación puede mirarse como una variable económica que permite mejorar la productividad, pero también se asociada a la construcción de una identidad nacional, aspecto cultural.

13Es el medio de prensa con mayor alcance de la Argentina. En términos empresarios es un grupo multimedia.

14Este problema de falta de un empresariado nacional estuvo planteado incluso en términos “técnicos” desde un documento del Ministerio de Economía, que hablaba del “cuadrante ausente” de la economía argentina. El cuadrante ausente del desarrollo argentino, es para el discurso kirchnerista el entramado productivo que logra complementariedad en las cadenas productivas, generando un denso entramado de producción, que logra poner la innovación (eje vertical, que se observa que existe bien desarrollado en el sector agropecuario) cooperando con otros segmentos productivos del “resto de la industria manufacturera” y generando así el desarrollo nacional.

15Como otro tipo de voz narrativa se identificó en esta investigación a las formas corales. Con esta se hace referencia a voces de primeras personas, con firma (ciertas personalidades, o grupos de personas), que se engarzan con la palabra oficial, en general a través de la convocatoria de diferentes iniciativas de políticas públicas, y en donde intervienen distintos sectores del activismo cultural.

Recibido: 10 de Septiembre de 2022; Aprobado: 15 de Diciembre de 2022

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