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Norteamérica

versión On-line ISSN 2448-7228versión impresa ISSN 1870-3550

Norteamérica vol.4 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2009

 

Reflexiones: Notas críticas

 

El proceso de recepción de The American Scholar de Ralph W. Emerson

 

Gloria Hernández Ávalos*

 

*Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. <gloriaicus@ yahoo.com.mx>.

 

INTRODUCCIÓN

En este trabajo, se mostrará por un lado el momento crucial en el que las letras estadounidenses tomaron un camino que las llevaría a tener una identidad propia y, por el otro, la importancia de aplicar la teoría de la recepción al texto de Emerson en el sentido de que no sirve considerar la existencia de una obra si no se toma en cuenta su proceso de recepción, pues a partir de éste podemos examinar cómo fue percibida, interpretada y valorada por una comunidad.

En la primera mitad del siglo XIX, paralelamente al romanticismo estadounidense, se registra el nacimiento del trascendentalismo, considerado por algunos como la primera filosofía de Estados Unidos. Éste fue a la vez un movimiento de carácter filosófico, político y religioso que se gestó en Concord, Massachusetts, a instancias de un grupo de intelectuales que, partiendo de la afirmación del espíritu, se contrapusieron a las tesis materialistas y tradicionalistas impuestas por los unitarianistas de Boston. Asimismo, exaltaron el papel de la naturaleza y la relación entre ésta y el hombre. El grupo incluía a Ralph Waldo Emerson, Bronson Alcott, Margaret Fuller, Orestes Brownson, Convers Francis, Henry David Thoreau y James Freeman Clarke, por mencionar a los más importantes. Ellos se reunían frecuentemente y publicaban la revista literaria Dial, la cual promovió la idea de la crítica como una actividad legítima en una sociedad democrática, convirtiéndose en la primera publicación periódica independiente y original publicada en el país.

Cabe mencionar que esta época se caracterizó por el gran interés de los estadounidenses en cortar los lazos que los unían con Inglaterra y por buscar señales de identidad que los singularizaran respecto del resto del mundo. Si bien es cierto que la nueva nación ya se había liberado del control europeo en cuestiones políticas y económicas, y que habían adoptado una forma de gobierno más ilustrada, en asuntos de arte y literatura no habían cumplido sus expectativas. Es precisamente en este contexto en el que se pugnaba por adquirir una identidad propia, asunto que destacó Ralph Waldo Emerson, quien además de ser la figura más importante del trascendentalismo, ejerció a través de sus discursos y sus escritos una gran influencia en la literatura y el pensamiento de Estados Unidos al motivar a sus compatriotas a que destacaran sus características propias. Lo anterior lo podemos comprobar en el ensayo de Emerson, The American Scholar.

En un trabajo más amplio, "El papel de la obra ensayística de Ralph Waldo Emerson en la creación de la identidad nacional de los Estados Unidos de Norteamérica", expongo detalladamente la teoría de la recepción para analizar el género ensayístico (Hernández, 2008). En este texto, sólo presentaré ideas generales en relación con esta propuesta teórica, ya que la intención principal es reflexionar sobre el proceso de adquisición de una identidad a través de la literatura.

Antes de abordar el análisis, expondré un breve contexto sobre la relación entre unitarianistas y trascendentalistas subrayando las diferencias de credo religioso e ideológicas, lo cual nos permitirá comprender las intenciones que subyacen en The American Scholar. Los unitarianistas rechazaban la teología trinitaria y las nociones calvinistas del pecado original y del determinismo. Creían en la bondad de la naturaleza humana y en la salvación para todos. Por su parte, los trascendentalistas coincidían con esta ideología; sin embargo, pensaban que el ministerio de Jesús simplemente representaba lo mejor de la humanidad y que los milagros por él realizados eran percibidos a través del entendimiento humano. Sus proezas físicas, por lo tanto, no podrían ser la medida de sus logros. Para los trascendentalistas no era importante si Jesús realizó o no milagros, sino su enseñanza misma. En lo que respecta al ámbito filosófico fue la Escuela del Sentido Común escocés la que contribuyó de manera importante a la configuración del unitarianismo, pero particularmente la noción de John Locke de ver la mente como una tabula rasa, en la cual la conciencia se moldea o se forma en gran parte por la experiencia externa. Un dato importante en el que se debe hacer énfasis es el poder que ostentaban los unitarianistas en Massachusetts durante la época de Emerson.

All the literary men of Massachusetts were Unitarian. All the trustees and professors of Harvard College were Unitarians. All the elite of wealth and fashion crowded Unitarian churches. The judges on the bench were Unitarian, giving decisions by which the peculiar features of church organization so carefully ordained by Pilgrim fathers, had been nullified (Sacks, 2003: 22).

Su dominio era innegable y eran ellos quienes dictaban los cánones morales y culturales que regían en Boston.

Sin duda, lo anteriormente expuesto nos servirá para comprender el rechazo de Emerson hacia esta elite, a la que él mismo perteneció en un principio. Veamos algunos datos relevantes en la vida de este pensador y su incursión en el trascendentalismo.

Después de haberse graduado en 1821 de la Universidad de Harvard, ingresó a la Harvard Divinity School para realizar sus estudios como ministro religioso dentro del unitarianismo. No obstante, a raíz de la crisis que tuvo debido a la muerte de su esposa Ellen, sus dudas sobre la religión se concretaron y dieron paso a una aversión hacia la Iglesia. Esto sucedió en 1831. Dos años más tarde, viajó a Europa, en donde conoció a Wordsworth, Carlyle y Coleridge, a quienes había admirado a través de los libros. El viaje fue crucial en la vida de Emerson y el intercambio de ideas que surgió de su relación con ellos se vería reflejado más tarde en el pensamiento que Emerson plasmó en su obra. En 1835, luego de su segundo matrimonio, se instaló en Concord, lugar donde se desarrolló más tarde el trascendentalismo.

Los trascendentalistas pensaban que sus deberes más importantes eran lograr que el hombre obtuviera revelaciones sin ningún intermediario entre Dios y él. Asimismo, enaltecían el papel de la naturaleza e invitaban al hombre a que aprendiera de ella: "In the woods, we return to reason and faith" (Emerson, en Bode y Cowley, eds., 1946: 44), le conferían a ésta un poder revelador. Todas estas reflexiones las podemos apreciar en su primer libro intitulado Nature, que se convirtió en el manifiesto de los trascendentalistas. Un año más tarde pronunció un discurso ante la Phi Beta Kappa Society, el cual fue considerado por Oliver Wendell Holmes como la declaración de independencia intelectual de Estados Unidos.

Aunque este discurso fue considerado como una declaración de independencia, no fue el primero, ya en años anteriores se habían pronunciado otros en los que se abordaba la necesidad de adquirir una cultura propia a través de una literatura nacional, pero en ellos no se mencionaban ideas que sugirieran cortar lazos con los europeos, es más algunos consideraban que esto sería nocivo pues cimbraría los cimientos ya establecidos. Tal es el caso de Joseph Story, la voz más relevante de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, considerado por algunos como el miembro más poderoso de Harvard en esos momentos. En un discurso pronunciado en 1826, Story atacó la poesía perteneciente al romanticismo que se convertía en el alma del trascendentalismo y defendió a los clásicos aduciendo lo siguiente: "Once the reverence is shaken, there is apt to grow up in its stead a cold skepticism respecting established opinions [...]There is not a remark deducible from the history of mankind more important than that advanced by Mr. Burke, that 'to innovate is not to reform'" (Story, 1826, cit. en Sacks, 2003: 26).

 

THE AMERICAN SCHOLAR. EL DISCURSO ORAL

Precisamente bajo este ambiente controversial, Emerson fue invitado a pronunciar lo que resultaría ser un discurso revolucionario. Se daba por sentado que la persona que pronunciaba un discurso en esa ocasión aceptaba de antemano los estándares que promovía la elite moral. Por ello, cuando Emerson habló, provocó un conflicto, ya que iba en contra de los valores establecidos por aquella comunidad que creía fervientemente en los académicos de Harvard.

El discurso posteriormente fue publicado. Para los efectos de este trabajo, resulta interesante observar no sólo la recepción por parte de un lector, sino también la del oyente, lo que nos dará idea de las diferencias y semejanzas de ambos momentos. Cuando Emerson leyó su discurso, su contenido se consideró incisivo e irónico, y puesto que la audiencia estaba compuesta en su mayoría por los académicos de Harvard, unitarios en su mayoría, Emerson sabía que iban a rechazar lo que él proponía, pues para ellos resultaba incomprensible escuchar que el conocimiento proveniente de la contemplación de la naturaleza, de la experiencia y particularmente el que provenía de confiar en uno mismo fuera más valorado que el aprendizaje que procede de los libros y de los académicos. Bronson Alcott, quien se encontraba presente en el recinto y era fiel seguidor de Emerson declaró: "could not forget the delight with which I heard it nor the mixed confusion, consternation, surprise and wonder with which the audience listened to it" (Alcott, 1837, cit. en Sacks, 2003).

Para entender cabalmente este proceso de recepción, veamos el contexto situacional en el que se desarrolló el discurso. Ese día, el 31 de agosto de 1837, se encontraban presentes unas doscientas personas pertenecientes al selecto grupo intelectual de Boston. Entre ellos, podemos mencionar importantes figuras públicas, como el gobernador de Massachusetts, Edward Everett; el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Joseph Story, y el líder de los unitarios, William Ellery Channing. A la mayoría los conocía desde siempre, así que, sin duda, escribió el discurso pensando en ellos y sabiendo que causaría una conmoción (Sacks, 2003: 12). Éste fue un intento revolucionario de Emerson por dar la espalda a la tradición que imperaba en esos momentos y ofrecer una visión completamente nueva de lo que significaba ser un "académico estadounidense".

Si bien es cierto que en el momento cuando pronunció su discurso Emerson no contaba con la reputación de que gozaban los anteriores oradores de esta ceremonia anual, sí era considerado un hombre respetable, inteligente y culto. Además lo respaldaba el talento de sus ancestros, los cuales eran conocidos y respetados en Concord, siendo ésta una de las razones por la que fue invitado. Además ya tenía cierto reconocimiento debido a sus reuniones con los trascendentalistas, que estaban orientadas a discutir temas filosóficos y literarios. En vez de iniciar el discurso con el acostumbrado agradecimiento por haber sido elegido para tan solemne ocasión dio inicio expresando lo siguiente:

I greet you on the recommencement of our literary year. Our anniversary is one of hope and perhaps, not enough of labor. ..The book, the college, the school of art, the institution of any kind pin me down. Meek young men grow up in libraries. Instead of Man Thinking , we have the bookworm, the restorers of reading, the emendators, the bibliomaniacs of all degrees. See already the tragic consequences (Emerson, 1946: 51, 52).

El desconcierto ante tales palabras fue total. Después del discurso, Orestes Brown, quien era un político radical y miembro del trascendentalismo, urgió a Emerson para que reforzara el perfil del académico con cualidades netamente americanas: "American scholars we shall have, but only in proportion as the scholar weds himself to American principles, and becomes interpreter of American life" (Brown, 1837, cit. en Sacks, 2003).

 

EL LECTOR IMPLÍCITO

Analicemos ahora el discurso escrito, a modo de resaltar la presencia de un lector inmanente al texto. En el caso específico de The American Scholar, es interesante observar el diálogo entre texto y lector, con el fin de comprender los cambios ideológicos que se llevaron a cabo en ese momento de la historia.

En lo que respecta a Wolfgang Iser, éste comprende la lectura como un acto de comunicación y señala que un texto literario sólo puede desplegar su efecto cuando se lee. La relación texto–lector es para él una interacción porque la lectura como una actividad guiada refiere retroactivamente el proceso de reelaboración del texto como efecto sobre el lector. Veamos cómo se dirige Emerson a su lector en The American Scholar. Desde las primeras líneas, Emerson lo motiva diciéndole: "Our day of dependence, our long apprenticeship to the learning of other lands, draws to a close" (Emerson, 1946: 51). Líneas más adelante emplea el término "Man Thinking", con el cual se activan las referencias directas que le otorgan cualidades específicas a un lector implícito y lo incitan a actuar. Para llevar a cabo el cambio, retoma ideas clave de Nature como que el hombre comulgue con la naturaleza, ya que ambos proceden de la misma raíz. Incita a su lector a vivir, a actuar, sembrando con ello la semilla de lo que llegaría a ser el pragmatismo.

Ahora vayamos al punto donde el lector actualiza el texto a través de los espacios de indeterminación. Por decirlo a la manera de Iser, la negación produce un espacio vacío que se torna dinámico para el lector. En este caso, nos referiremos a las negaciones primarias que se refieren a lo callado, a lo que no está dicho, pero sí sugerido en el tema y que nos hace reflexionar en cuanto a preguntarnos qué del tema se está callando; este tipo de negación apela ante todo a una relevancia temática a diferencia de las secundarias que sí están en el texto, pero se están negando constantemente. Para comprender cómo funcionan las negaciones primarias en la actualización de un texto, analicemos el término man thinking una vez más: las virtudes representadas por este hombre pensante pueden ser percibidas sólo ante el trasfondo del mundo que está representado en las normas de conducta de los otros personajes, o sea, los académicos de Harvard. Mientras se niegan mutuamente, se alza la cuestión de cómo hay que motivar su relación, ya que la relación marca un vacío en la posición correspondiente. Ocuparlo significa que hay que ligar los polos que se niegan mutuamente, de manera que de ello se deduzca un sentido. Vayamos a la parte inicial del discurso, en donde nos cuenta la fábula sobre los principios del hombre y nos habla sobre las funciones de éste en la sociedad. Emerson expresa que el Estado social se compone por un buen dedo, un cuello y un estómago, pero nunca por un hombre, de tal suerte que el abogado se reduce a una ley. Añade que en esta distribución de funciones el académico es simplemente la inteligencia delegada, pero señala que en un estado adecuado este académico es el hombre pensante (man thinking), mientras en un estado de degeneración es tan sólo un pensador y, peor aún, nos dice, es un perico que simplemente repite lo que otros hombres piensan. A través de estas aseveraciones, Emerson resalta el papel de este ideal de hombre que el país necesita, en contraposición con los académicos de Harvard que estaban llevando al país, de acuerdo con Emerson, por un camino equivocado. Al referirse a man thinking le da al lector la oportunidad de analizar la contraparte de tal suerte que se vea obligado a reflexionar sobre la situación que entonces prevalecía. Es evidente que el pensamiento americano se encontraba inmerso en las categorías del pensamiento europeo y lo que Emerson pretendía en ese momento era lograr que el lector comprendiera que no se podía ganar la batalla compitiendo con los europeos, pues las condiciones de vida eran radicalmente opuestas, por lo que debían basarse en su propia inspiración. En realidad, la crítica que hacía no estaba encaminada a atacar otras formas de pensamiento, sino a provocar una reacción que convenciera a sus compatriotas de que ellos tenían otros medios para forjar su propio camino. De la misma manera, cuando expresa que hay que hacer a un lado los libros lo dice en un sentido figurado, pues realmente se refiere a hacer una lectura apropiada y sobre todo inteligente. Esto lo podemos constatar en esta cita: "There is then creative reading as well as creative writing. When the mind is braced by labor and invention, the page of whatever book we read becomes luminous with manifold allusions. Every sentence is doubly significant, and the sense of our author is as broad as the world" (Emerson, 1946: 58). Como hemos podido apreciar, por medio de la negación el lector puede ver el papel de este ideal de hombre, ya que por medio de las negaciones lo escrito se ha transformado en un material de interpretación. De esta manera, el papel del lector se hace más tangible permitiéndole ocupar su espacio correspondiente en el texto.

 

EL LECTOR CONTEMPORÁNEO A EMERSON

Para analizar al lector real de The American Scholar, contemporáneo a Emerson, se abordará la teoría de Robert Jauss, en la que se examina las diferentes lecturas de una obra en distintos momentos históricos. Jauss aborda el tema del horizonte de expectativas de una obra en relación con la influencia que éste ejerce en un público determinado. Al haber una distancia estética entre el horizonte de expectativas previo a la nueva obra, cuya aceptación puede tener como consecuencia un "cambio de horizonte", esa distancia estética se puede objetivar históricamente en el espectro de las reacciones del público y del juicio de la crítica expresado de distintas maneras: éxito espontáneo, rechazo o sorpresa, aprobación aislada, comprensión lenta o retardada (Jauss, 1976: 166). Si reflexionamos en torno a lo que hemos analizado hasta este momento, podemos afirmar que el texto de Emerson transgredió en su época el horizonte de expectativas que correspondía a su género al alejarse de o bien al variar respecto de la estructura de textos anteriores, rompiendo así con las convenciones e instituyendo un "cambio de horizonte".

El lector que vamos a abordar en este momento es el especialista: el periodista, el escritor y el comentarista que publicaba en diversos periódicos y revistas literarias de la época, pero antes que especialista es ante todo lector. Aparentemente con esto sólo se logra tener un pequeño porcentaje de la reacción de los lectores de esa época, pero debemos considerar que ellos son representativos y portavoces a la vez de la comunidad y de la época a la que pertenecían. De entre el material disponible para analizar la obra de Emerson en la Biblioteca Pública de Concord, se eligieron estos artículos que comparten un tema en común: el interés por adquirir una identidad propia y sobre todo libre de toda influencia externa.

Este artículo, tomado del Boston Quarterly Review y publicado en enero de 1839, habla de una falta de identidad nacional en las letras estadounidenses y se titula "American Literature", y surgió en respuesta al movimiento iniciado por Emerson:

As it regards American scholars, they have done nothing to redeem the pledges we made the world, when adopted free institutions. American literature can scarcely be said to have a being […] we have produced nothing worth naming. And worse than all this, we seem to have no adequate conception of what American literature should be; and what it is capable to becoming. Why is this, and what is the remedy?

Y añade: "This is neither the age nor the country for scholars to consult only the tastes of scholars, and to address themselves only to a literary nobility. He who would be an American Scholar must address himself to the whole American people". En el siguiente artículo publicado en 1867 en Fraser's Magazine, "Recent Lectures and Writings of Emerson", es interesante mencionar que el crítico ya da por hecho que el cambio que se venía gestando en materia de independencia cultural se ha concretado: "It is impossible to estimate the influence Emerson has had in chastening the style of writing and speaking in America [… ] he has thus revolutionised the old habits by building, without the sound of a hammer, the noble temple" ("Recent Lectures and Writings of Emerson", Anon, 1867).

En el siguiente artículo publicado en 1876 en The International Review podemos ver la culminación del trabajo de Emerson en materia de creación de una identidad. Los comentarios que hace el crítico muestran la trayectoria de Emerson y cómo lo cataloga la crítica a cuarenta años de la publicación de su primer libro.

The publication of a book from Mr. Emerson's pen is a notable literary event…He has been called our prose writer. His books have had a great influence upon the leaders of cultured thought […] He sounded a new note in our literature at a time when the Unitarian movement in New England had broken up the dead level of religious orthodoxy, and his religious position as a Unitarian minister who had virtually abandoned Christianity, caused him to misunderstood by those who should have been the first to detect and use the new literary force which he brought into current thought ("Letters and Social Aims", 1876).

En 1885 se publicó una antología de ensayos en torno a Emerson, The Genius and Character of Emerson: Lectures at the Concord School of Philosophy, entre los que destacan "Emerson as an American" y "Emerson's Views of Nationality". Es pertinente aclarar que este libro se publicó a tres años de la muerte de Emerson; habiendo pasado ese tiempo es interesante observar cómo fue el proceso de recepción en relación con la ideología que Emerson trató de inculcar a su propia generación.

En "Emerson as an American" Julian Hawthorne nos dice: "The true sense of patriotism is almost the reverse of the popular sense. He has no sympathy with the boyish egotism hoarse with cheering for our side, for our state, for our town: the right patriotism consists in the delight which springs from contributing our peculiar and legitimate advantages to the benefit of humanity" (Hawthorne, 1885). Por su parte George Willis Cooke en "Emerson's View of Nationality" opina:

Emerson was at the same time an American and a cosmopolitan... His view of nationality is that the special quality of each nation gives it a merit and opportunity enjoyed by no other, and that its genius is to be made of contribution to the universal advancement of humanity. In that remarkable paper on "The American Scholar" written at the opening of his career as a public teacher, he said that we must follow the way marked out for us by our own capacities and opportunities…To be truly American we must be faithful to humanity; for the genuinely democratic spirit leads us to consider the rights of all, even those not of our own race (Cooke, 1885: 310–338).

Como hemos podido observar en estos pocos ejemplos, la opinión de los críticos en cuanto a interpretar la obra de Emerson se unifica al momento de percibir la esencia del texto, por lo que me atrevería a decir que la frase que describe a The American Scholar como la declaración de independencia intelectual de Estados Unidos de Norteamérica no es de manera alguna un cliché, pues ha quedado demostrado a través de la teoría de la recepción la forma como motivó a sus lectores provocando una reacción que fue determinante. Asimismo, a través de la investigación hemerográfica que realicé en la Biblioteca Pública de Concord, para la cual transcribí tres artículos por considerarlos los más relevantes, podemos percatarnos de que la crítica exaltaba su obra y aun sus detractores reconocían el mérito de este hombre por inculcar a su país el deseo de tener una cultura y una identidad propias. Sólo me resta añadir que la obra emersoniana apunta incluso más allá del proceso de construcción de una identidad, ya que habla de una reapropiación de la manera de concebir el lugar que tiene el individuo frente a su sociedad inserta en el mundo.

 

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