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Norteamérica

versión On-line ISSN 2448-7228versión impresa ISSN 1870-3550

Norteamérica vol.18 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2023  Epub 12-Ene-2024

https://doi.org/10.22201/cisan.24487228e.2023.1.620 

Dossier

Introducción.Contemplando Canadá: tensión y polémicas en la tercera década del siglo XXI

Introduction.Thinking about Canada: Tension and Polemics in the Third Decade of the Twenty-first Century

Oliver Santín Peña* 

* Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); México. Correo electrónico: <oliversa@unam.mx>.


En un mundo muchas veces percibido a la deriva y con grandes desafíos en diferentes ámbitos, Canadá reafirma su posición como un país próspero y tolerante, con un multiculturalismo poderoso que podría incluso convertirlo en el primer Estado postnacional, tal y como lo declaró su primer ministro Justin Trudeau en 2015 en una entrevista al New York Times. Así, este hueco de identidad compartida deambula en una sociedad que se reinventa a sí misma por necesidad, construyendo un país diferente con recursos vastos y un futuro brillante, pero también, con ineludibles áreas de oportunidad que deben atenderse en el corto plazo.

De esta manera, la práctica depredadora de las mineras canadienses y sus impactos indeseables dentro y fuera del país; los movimientos ideológicos antivacuna y anticovid de extrema derecha y de dudosa procedencia, organizados mediante algoritmos en línea para generar inestabilidad interna; las contradictorias acciones del gobierno federal para mitigar el cambio climático; la consolidación del conservadurismo populista en las grandes urbes del país, como lo es Toronto; las problemáticas fronterizas con su vecino estadounidense al sur; y el reconocimiento de la otredad innú a través de la poesía, son solamente una muestra cualitativa del gran potencial de investigación y riqueza temática que Canadá tiene reservada para todos nosotros hoy día.

Así, este dossier dará una muestra clara que coadyuvará a desarticular el mito que ha existido en México -y que en el CISAN llevamos ya algunas décadas abatiendo-, en el sentido de que Canadá es un país sin grandes sobresaltos, en donde reina la paz y el tedio es acompañado por el extenso frío y la gran pasión por el hockey. Nada más lejano a esa idea en esta tercera década del siglo XXI.

En primer lugar, el artículo “‘The Situation Will Most Likely Turn Ugly’: Corporate Counter-Insurgency and Sexual Violence at a Canadian-Owned Mine in Guatemala”, de Simon Granovsky-Larsen, académico de la University of Regina en la provincia de Saskatchewan, comienza mostrándonos un golpe de realidad en cuanto a las acciones depredadoras y sin escrúpulos que compañías mineras de capital canadiense realizan en complicidad con grupos de interés local, regularmente con el beneplácito y protección de gobiernos corruptos en Latinoamérica. Tales ejercicios que no sólo dañan el medio ambiente, sino que también generan violencia en contra de comunidades organizadas que defienden su patrimonio, dejan una estela de daños e indignación, como es el caso de las once mujeres maya quichés que fueron violadas durante el caos de un desalojo de tierras en disputa por miembros de la fuerza pública y paramilitares pagados por una empresa minera local, subsidiaria de la compañía canadiense Skye Resources.

Este caso desafortunadamente no es excepcional, ya que Granovsky-Larsen nos muestra cómo forma parte de una estrategia corporativa internacional instrumentada desde hace décadas por distintas compañías mineras de capital canadiense, las cuales, con la asesoría de exmilitares incorporados a empresas privadas que proporcionan información sobre tácticas contrainsurgentes, ponen en marcha guerras de baja intensidad en zonas de conflicto corporativo, con el objeto de eliminar gradualmente la resistencia de grupos campesinos e indígenas organizados, todo esto bajo el amparo del Estado receptor y el visto bueno de funcionarios canadienses en sus sedes empresariales. Ahora, si bien como se señala en el texto, el caso de Skye Resources llegó hasta las cortes canadienses, lo cierto es que esta práctica contrainsurgente corporativa se nutre de la permanente corrupción que ha hecho de las elites políticas, económicas y militares latinoamericanas la peor enfermedad que aqueja a su propia gente.

El artículo siguiente, “Truck Fudeau: Algorithms, Conspiracy and Radicalization”, de los colegas Michael Hoechsmann, de Lakehead University, y Miranda McKee, de York University, ambas en la provincia de Ontario, nos da, mediante un juego de palabras, una idea del profundo desprecio que profesan amplios sectores conservadores canadienses a las prácticas liberales del primer ministro Justin Trudeau. En este sentido, se señala cómo el caos informativo y los usos perniciosos de la web fueron utilizados en Canadá para manipular conciencias a través de la creación de contenido de medios que generara discordia, desinformación y odio. Así, grupos organizados con capacidad logística y recursos económicos desconocidos e incluso foráneos, se dirigieron a la capital canadiense para buscar poner en jaque al gobierno de Trudeau y a su estrategia de contención de la pandemia.

Tales grupos afirmaban que el primer ministro canadiense, junto con Joe Biden, Bill Gates y otros más, se encontraban confabulando para destruir las democracias occidentales al utilizar al covid y las medidas para combatirlo como instrumentos perversos de dominio mundial. Asimismo, este artículo muestra una de las variantes más socorridas del populismo en Norteamérica, una que se alimenta de generar emociones instintivas y primitivas que apelan al nacionalismo, atacando la otredad.

Un elemento necesario para que estas expresiones tengan alcance entre sus creyentes es la desconfianza hacia los medios de comunicación, pues se insiste en que siempre están manipulados, lo que erosiona la credibilidad del ejercicio del periodismo, sobre todo del periodismo crítico. Este tipo de prácticas se ha llevado a cabo con éxito desde el poder en México y Estados Unidos; y en lo que corresponde a Canadá, desde la oposición, dichas prácticas de odio, división y desconfianza hacia la comunidad científica y los medios de comunicación sembraron fuertes dudas en las decisiones que tomó el primer ministro Trudeau para contener el covid, pues los integrantes del llamado Convoy de la Libertad que ocupó las calles de Ottawa en enero y febrero de 2022 tomaron esas ideas de odio y división para tratar de debilitar al gobierno federal que había limitado la movilidad y el acceso a todos aquellos canadienses no vacunados durante la etapa crítica de la pandemia.

Como se señala en el artículo, al final, el Convoy fue desarticulado, pero sus integrantes, que incluían a promotores del Wexit del Oeste canadiense, negacionistas del cambio climático, supremacistas blancos, antivacunas, cristianos evangélicos extremistas y demás integrantes de esta ala populista y conservadora canadiense, mostraron presencia y midieron el alcance de sus convocatorias a través de la web.

El siguiente trabajo se titula “Las emisiones ‘netas cero’ en Canadá: políticas federales y la diversidad provincial”; en él, Marcela López-Vallejo Olvera, investigadora de la Universidad de Guadalajara, aborda las problemáticas y contradicciones que enfrenta el país para alcanzar la meta de cero emisiones para 2050, sobre todo, por los conflictos que van surgiendo entre los diversos gobiernos provinciales con el gobierno federal canadiense que ha fijado una meta inequitativa entre provincias con distintas capacidades de implementación para alcanzar tal gobernanza climática a nivel nacional.

Así, la autora señala que, si bien las directrices para disminuir y llegar a la meta de cero emisiones para 2050 han sido fijadas desde el gobierno federal, los gobiernos y asambleas provinciales han ido adaptándose, de acuerdo con sus propias capacidades, para cumplir con las demandas del poder central y así evitar sanciones impositivas que afecten la imagen pública de los gobernantes en turno y, por ende, su futuro político partidista y de gobierno. Del mismo modo, se establece que en el país hay provincias que debido a sus condiciones naturales y a las inercias de sus economías, pueden alcanzar la meta cero emisiones incluso antes del 2050, como son Columbia Británica y Quebec, mientras otras dependen sustancialmente de la quema de combustibles fósiles, como son los casos de Alberta, Saskatchewan y Manitoba, mientras que las provincias atlánticas y algunos territorios en el norte conducen proyectos ambiciosos que de forma gradual van obteniendo resultados no siempre de acuerdo con las metas planteadas desde Ottawa. Sin embargo, lo cierto es que este trabajo da muestra que más allá de las contradicciones y choques entre los gobiernos locales y el federal, Canadá ya ha puesto en marcha un proyecto de nación para encarar de manera más responsable y comprometida uno de los más grandes retos que presenta la segunda parte del siglo XXI a nivel global: el cambio climático.

El cuarto artículo de este dossier corresponde a las académicas Lucy Luccisano, de Wilfrid Laurier University, y Paula Maurutto de la University of Toronto, ambas en la provincia de Ontario, que en su trabajo titulado “Neoliberal Populism in Ontario: Premier Doug Ford’s Strategic Politics”, exponen la forma en que el populismo conservador ha ido tomando forma y posicionándose firmemente en Ontario por medio de una serie de acciones populares del premier Doug Ford, quien apelando al pueblo acusa a los partidos tradicionales y a sus elites de haber perdido cercanía con la gente, en una práctica que ya es común en toda Norteamérica y que ha dado estupendos resultados electorales a sus protagonistas en México, Estados Unidos y Canadá.

Para el caso de Ontario, esta práctica puesta en marcha por Doug Ford se identifica, entre otras cosas, de acuerdo con las autoras, en el debilitamiento de los tradicionales servicios públicos canadienses, que han ido cediendo paso a la iniciativa privada, como es el caso del sistema educativo de la provincia. Para hacer esto posible, el gobierno de Doug Ford ha puesto en marcha extensos programas que brindan una serie de beneficios económicos a las clases medias para contar así con su apoyo, mientras, de forma discreta, va reduciendo la inversión pública. En este sentido, con el argumento de escuchar a los padres de familia, el premier Ford emprendió una campaña para eludir sus contactos con las autoridades educativas de secundarias y preparatorias, y en su lugar, ofrecer soluciones pragmáticas y de corto plazo para, según él, mejorar la educación.

Estas medidas en materia educativa incluían: considerables recortes presupuestales, el incremento del número de estudiantes por aula con el argumento de hacerlos más resilientes y tolerantes a la frustración, clases obligatorias en línea, lo que representaba una disminución de la planta docente en las aulas, entre otras cosas. Todo esto fue causante de múltiples conflictos entre el sindicato de maestros, padres de familia y el propio gobierno de Ford, que lejos de ser un puente entre ambos grupos, se concentró en enfrentarlos, desacreditando a los primeros ante los medios de comunicación, y ofreciendo dinero a los segundos para paliar la crisis; crisis que el mismo gobierno provocó y buscó acrecentar para exponer ante la opinión pública por qué era necesaria la incorporación de entidades privadas en la educación media superior, lo que sin duda continuará siendo un tema controversial y muy polémico en los años venideros no sólo en Ontario, sino seguramente en todo el país.

El quinto trabajo corresponde a Laura Macdonald y Jeffrey Ayres, de Carleton University en Ontario, y de St. Michael’s College en el estado de Vermont, Estados Unidos respectivamente, y se titula “Shifting Boundaries of Control: The Quebec and Vermont-New York Border in the Trump Era and Beyond”. Ahí, los autores señalan cómo a raíz de la política inmigratoria emprendida y difundida mediáticamente por el presidente Donald Trump, nuevas dinámicas de entrada hacia Canadá comenzaron a hacerse más visibles, sobre todo en la frontera de Nueva York y Vermont con Quebec, cuando miles de personas empezaron a ingresar de manera indocumentada a Canadá por la amenaza de deportación del gobierno estadounidense.

Asimismo, este trabajo hace un análisis de la forma en que las fronteras entre Canadá y Estados Unidos han ido securitizándose en las últimas décadas, incluso desde tiempos del tlcan, cuando se buscaba identificar potenciales amenazas, al mismo tiempo en que se estimulaba el movimiento de bienes comerciales y servicios. De este modo, los ataques del 11 de septiembre de 2001 encontraron a ambos países con una dinámica de cooperación y seguridad fronteriza sólida y funcional. Por ello, para los autores, las acciones emprendidas por la administración de Trump en materia de inmigración sirvieron para que ambos países, cada cual, desde su propia óptica de gobierno, pusiera en marcha políticas de contención de indeseables que avivaron los sentimientos xenófobos y nacionalistas de ciertos grupos locales en ambos lados de la frontera.

Los autores afirman que estas prácticas de control fronterizo en realidad socavan las normas y derechos del refugio internacional, ya que el retorno a las fronteras como límites de salvaguarda territorial en los tiempos actuales ha hecho del control de cruce de personas un instrumento político que antepone el interés nacional sobre cualquier otro precepto, incluso de carácter humanitario. Así, para el caso canadiense, esta dinámica ha sido enfrentada por grupos organizados de la sociedad civil que denuncian la estigmatización de los migrantes y solicitantes de refugio, emprendiendo acciones legales ante tribunales federales del país y han logrado algunas victorias, pero también muchos reveses. De esta forma, el país enfrenta el desafío creciente de reasentamiento de refugiados y migración en un mundo cada vez más conflictivo e inequitativo.

El último artículo de este dossier lo compone el escrito de la colega Haydée Silva, académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; su trabajo titulado “Voces inauditas: acercamiento a la poesía contemporánea escrita en francés por autoras in núes” expone las formas en que mujeres poetas de la nación innú han ido incorporándose a las nuevas voces en la literatura escrita en francés, sobre todo a partir de la segunda década del siglo XXI. A través del análisis de seis autoras, este trabajo muestra cómo la nación innú y sus expresiones culturales y artísticas en idioma francés deben considerarse como manifestaciones de una minoría dentro de otra minoría que pelea su propio lugar frente a la mayoría angloparlante canadiense.

De este modo, la literatura y poesía innú en francés expresa la situación política y cultural tan particular de una nación doblemente colonizada que debe sobreponerse a la rigidez cultural etnocéntrica dominante. Así, las poetas aquí estudiadas desarrollan sus obras en dos lenguas: en francés, desde luego, para alcanzar mayor difusión, y también en sus propios idiomas autóctonos, situación que exige un dominio absoluto de los mismos, ya que para poder escribirlos necesitan forzosamente desprenderse de la tradición oral de sus ancestros. Con esta práctica, además de reafirmar sus respectivas identidades lingüísticas, las autoras se emancipan de la paradoja que representa expresar sus voces en una lengua colonial impuesta, y han podido incluso llegar a otras Primeras Naciones que al leerlas se identifican con ellas.

De tal forma, este acto identitario de las poetas innúes, tradicionalmente poco escuchadas, ha logrado espacios de reconocimiento nacional e internacional en foros de habla francesa, pues su sola existencia cuestiona las habituales y normalizadas formas de dominio occidental, y no sólo eso, sino también replantean la literatura canadiense exponiendo de manera crítica las visiones del mundo desde sitios poco atendidos, como son las Primeras Naciones de Canadá.

Así, cerramos un dossier cuyo objetivo principal es exponer algunos temas actuales que merecen la atención de especialistas de México y Canadá, pues aquí se muestran y explican de forma clara los orígenes y razones de algunas problemáticas que merecen su atención y discusión más allá de las aulas, en esta tercera década del siglo XXI. Por lo tanto, esta breve mirada de nueve académicos de Norteamérica en aspectos contemporáneos canadienses será de gran ayuda para comprender mejor las dinámicas que vienen desarrollándose en el país, pues aquí se identifican algunas líneas temáticas muy atractivas no sólo para la presente década sino también para la siguiente. Así de importante y prospectiva es la lectura de este dossier especial.

Halifax, Nueva Escocia, mayo de 2023

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