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Nova scientia

versión On-line ISSN 2007-0705

Nova scientia vol.4 no.8 León oct. 2012

 

Ciencias humanas y sociales

 

Apertura comercial y desarrollo económico mundial en la globalización

 

Trade openness and world economic development in globalization

 

Carlos Encinas Ferrer1, Bibiana Rodríguez Bogarín1 y Adení Encinas Chávez1

 

1 Escuela de Ciencias Económico - Administrativas, Universidad De La Salle Bajío, León. México.

 

Carlos Encinas Ferrer. E-Mail: cencinas@delasalle.edu.mx

 

Recepción: 13-10-2010 
Aceptación: 28-02-2012

 

Resumen

La política económica neoliberal ha promovido a escala global la apertura comercial bajo la hipótesis de que la liberalización del comercio da lugar automáticamente a un quiebre positivo en la tendencia de crecimiento económico. Esta acción de política económica está sustentada fundamentalmente en la teoría de la ventaja comparativa desarrollada por David Ricardo en la segunda década del Siglo XIX. Sin embargo, la ausencia de un incremento generalizado del PIB que acompañe la apertura comercial implementada a partir de la década de los ochenta en una gran cantidad de países nos muestra señales de que algo ha sucedido en el modelo exportador adoptado contrario a las expectativas favorables prometidas. México y muchos otros países se encuentran en un callejón sin salida, con problemas que se han profundizado con la reciente crisis económica que hasta ahora, especialmente en EE.UU. y Europa, no muestra señales de una recuperación global.

Palabras clave: Clasificación JEL: F10, F13, F36, F43.

 

Abstract

Neoliberal economic policy has promoted global trade liberalization under the hypothesis that trade liberalization leads automatically to a positive break in the trend of economic growth. This policy action is supported primarily on the comparative advantage theory developed by David Ricardo in the second decade of the nineteenth century. However, the absence of a general increase in GDP to accompany trade liberalization implemented from the eighties in a number of countries shows signs that something has happened in the export model adopted contrary to the expectations promised favorable. Mexico and many other countries are at an impasse, with problems that have worsened with the recent economic crisis that so far, especially in the U.S. and Europe, shows no signs of global recovery.

Keywords: JEL Classification: F10, F13, F36, F43.

 

"Probablemente la reflexión más importante de toda la economía internacional resida en la idea de que existen ganancias del comercio, es decir, que cuando los países se venden mutuamente bienes y servicios, se produce, casi siempre, un beneficio mutuo."
Paul Krugman y Maurice Obstfeld1

"El comercio puede mejorar el bienestar de todo el mundo"
Gregory Mankiw2

"La manera más segura para ayudar más a los pobres es continuar la apertura comercial"
Mike Moore3

 

Introducción

Uno de los paradigmas de la corriente dominante en la teoría económica ha dado por hecho que la apertura comercial internacional generaría automáticamente crecimiento económico, afirmación que, por cierto, se da sin pruebas estadísticas que la sustenten. Es importante señalar que para esa línea de pensamiento hay una relación directa e inequívoca entre el incremento en el comercio internacional y el crecimiento económico. En nuestro país así nos fueron presentadas las ventajas que nos daría establecer un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, han pasado 25 años del ingreso de México al GATT en 1986, y 18 años de la firma y entrada en operación -el primero de enero de 1994- del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y durante estos años las tasas de crecimiento económico de nuestro país siguen siendo sumamente bajas mientras que las de nuestras exportaciones han sido elevadas.

Si lo anterior ha sucedido en el caso de nuestro país ¿qué ha ocurrido a nivel mundial? ¿El incremento en el comercio mundial que ha acompañado a la apertura comercial ha ido acompañado de un crecimiento económico de igual magnitud? Esta es la pregunta inicial de nuestra investigación.

 

Los beneficios del comercio

En la primera etapa del sistema de producción capitalista, el mercantilismo, se consideraba al comercio exterior como el medio por el cual los imperios coloniales extraían a sus colonias y dominios el oro y la plata que eran sinónimos de riqueza. Con el advenimiento de la economía política y del pensamiento de los economistas clásicos - Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill, entre otros- el comercio dejó de ser considerado un juego suma cero en el que el vendedor se enriquecía y el comprador se empobrecía.

Para Smith era claro que el comercio ampliaba la división del trabajo, elevando la productividad, y basado en esta idea desarrolló la teoría de la ventaja absoluta según la cual los países, al especializarse en la producción de aquellos bienes en los cuales tienen ventaja absoluta e intercambiarlos por productos en los que no la tienen, lograban elevar la producción y el consumo y, por lo tanto, el bienestar de todos.

En la segunda década del Siglo XIX David Ricardo desarrolló genialmente la teoría de la ventaja comparativa, mostrando que no era necesario tener ventaja absoluta para poder exportar y beneficiarse del comercio exterior. Como todo modelo económico, el de Ricardo parte de varios supuestos: hay sólo dos países y dos productos; los costos corresponden solamente al factor trabajo (lo que ha llevado equivocadamente a señalar que la teoría del valor trabajo es un supuesto fundamental de Ricardo, cuando simplemente se trata de una simplificación de los factores de la producción considerados); los costos son constantes ya que la tecnología se representa mediante una función de producción de coeficientes fijos en los que las productividades marginales y medias del trabajo son iguales son iguales en ambas mercancías; opera la Ley de Say (todo lo que se produce se vende); hay libre movilidad de mercancías pero no la hay de mano de obra; etc. Debemos señalar que es en la teoría Ricardiana de la ventaja comparativa en donde se ha fundamentado el paradigma objeto de nuestro estudio.

El modelo de Ricardo es retomado en los años treinta del siglo pasado por Gottfield Haberler, quien amplía el modelo al introducir el concepto costo de oportunidad con lo que sustituyó el supuesto de un solo factor y nos permitió analizar la ventaja comparativa desde el modelo de frontera de posibilidades de producción (FPP) y, por lo tanto, en el costo de oportunidad de producir un bien en relación al otro.

Veamos un ejemplo de su aplicación. Supongamos dos naciones, una de los cuales -el país A- tiene tres unidades de fuerza de trabajo capaces de producir 18 unidades de vino o 15 unidades de queso, mientras que el otro -el país B- con igual fuerza de trabajo es capaz de producir ya sean 6 unidades de vino o 12 unidades de queso. Como observamos, el país A tiene ventaja absoluta en ambos productos. Debemos recalcar que los costos en cada país siguen siendo considerados fijos, esto es, los factores de la producción son igualmente productivos produciendo un bien u otro, lo que se refleja en una FPP de pendiente constante.

En ausencia de comercio -la llamada autarquía- el país A produce 12 unidades de vino y 5 de queso que son las que consume, y el país B produce 4 unidades de vino y 4 de queso.

Veamos la frontera de posibilidades de la producción (FPP) conjunta y el consumo de ambos países en autarquía que los datos anteriores nos proporcionan:

La teoría de la ventaja comparativa señala que el país B deberá especializarse en aquel bien en el que tenga la menor desventaja, que en este ejemplo es el queso (la relación de productividad entre A y B es de 15/12 mientras que en el vino es de 18/6).

Como veremos enseguida, aunque cada país tiene una función producción constante, en el momento en que se establece el comercio entre ambos según la ventaja comparativa, la especialización modifica los costos de oportunidad y al momento de construir una gráfica de la frontera de posibilidades de producción conjunta, esta se hace cóncava al origen ya que no puede incrementarse el consumo sin que se incremente la producción. Los coeficientes de producción conjuntos han variado aunque al interior de cada país no lo hayan hecho. Este resultado, lógico desde la teoría, concuerda con el análisis de Adam Smith acerca de las ventajas de la especialización del trabajo y es importante recalcar que no se aplica únicamente al comercio internacional sino al comercio en general, interno o externo.

Supongamos que el país A se especializa totalmente en la producción de vino y el país B en la de queso con lo que su producción y consumo con comercio será ahora:

 

 

Este es el fundamento teórico que se encuentra detrás de las expresiones favorables al comercio internacional con las que abrimos este escrito. El incremento en la capacidad productiva debida a la especialización, que teóricamente la apertura comercial habría propiciado, debería verse reflejado en un crecimiento del PIB mundial, no solamente del consumo. No puede haber crecimiento en el consumo mundial sin igual crecimiento en el producto bruto mundial (PBM).

Saltan inmediatamente varias observaciones ¿Las balanzas comerciales individuales están equilibradas o un país tiene déficit y otro, por lo tanto, superávit? ¿Qué sucede con la balanza de pagos en este modelo Ricardiano? Lo anterior se explica a través de la teoría cuantitativa del dinero: los precios terminarán incorporando en ellos los desiguales coeficientes productivos y compensándolos (Anwar Shaikh, 1990).

Es necesario, antes de seguir adelante, retomar los supuestos -escritos y no escritos- que se encuentran tras el modelo Ricardiano. Cuando leemos que el supuesto fundamental es que se desenvuelve en el marco de la competencia perfecta, hay que ir más allá de lo que la teoría neoclásica entiende por ella: la competencia perfecta, en el caso de la ventaja comparativa, implica la utilización plena de la capacidad productiva instalada y además de ello, la existencia de mercados que se vacían, mercados a los que los productores acuden a ofertar toda la producción que son capaces de generar y en el cual los demandantes tienen el ingreso suficiente para comprarla. Mientras haya escasez, los precios serán el mecanismo racionador del consumo.

La competencia perfecta supone, además del pleno empleo, el que no hay monopolios, oligopolios o competencia monopolística del lado de la oferta, y no hay monopsonios, oligopsonios ni competencia monopsónica (monopsonistic competition) del lado de la demanda. Esto último implica una distribución sumamente equitativa del ingreso que permite a todos los hogares (households es el término inglés que los lectores encontrarán en la bibliografía sajona) tener los suficientes "votos monetarios" -empleando el concepto de Paul Samuelson- para satisfacer sus necesidades.

Obviamente el sistema económico en el que vivimos está muy lejos de llenar esos supuestos. La concentración de la producción y del ingreso hace que el mercado funcione con enormes fallas y no cumpla como eficiente mecanismo asignador de recursos.

Si lo anterior es cierto, y lo es, ¿qué es lo que debemos tomar de las afirmaciones en el sentido de que el comercio internacional eleva el bienestar de todos? ¿Podemos generalizar la afirmación anterior o debemos, como lo hace Mankiw (2009) al introducir el tiempo verbal puede, señalar la posibilidad de que eso suceda y, por lo tanto, la de que no suceda. Creemos que la respuesta se encuentra en que la apertura comercial abre la posibilidad de que, mediante la especialización del trabajo, el producto mundial bruto (PMB) se incremente, que dicho incremento pueda generalizarse, que las naciones con desventaja absoluta puedan especializarse en la producción de aquellos bienes en los que tengan la menor desventaja y esos bienes puedan fluir libremente hacia las naciones que cuentan con ventajas absolutas.

Autores como Paul Krugman, Dennis R. Appleyard y Alfred J. Field, Jr., han señalado ya en sus escritos que la tasa de crecimiento del comercio internacional ha sido superior a la del producto mundial bruto pero no han analizado lo que ello implica. En este trabajo comprobamos que efectivamente las tasas de crecimiento del comercio mundial han sido superiores a las del crecimiento del PBM y estudiamos las magnitudes y tendencias de esta diferencia.

Surge, sin embargo, un problema metodológico: ¿Qué Producto Bruto Mundial (PMB) utilizaremos? Las cifras del comercio mundial las tenemos en dólares de los EE.UU., por lo tanto las cifras del PMB tenemos que analizarlas también en dólares, pero hay dólares corrientes, dólares constantes y dólares internacionales corrientes PPP4 (PPP GDP).

Hubiéramos preferido utilizar los terceros con el objeto de eliminar las sobrevaluaciones y subvaluaciones que las diferentes monedas presentan y que distorsionarían el valor que el PBM muestra a lo largo de los años, sin embargo no encontramos cifras del comercio mundial en dólares calculados con la PPP.

 

La apertura comercial

A partir de 1980 proliferaron las firmas de adhesión al Acuerdo General de Comercio y Tarifas (GATT), entre ellas la de México en 19865. En septiembre de aquel año se inició la Ronda Uruguay en la que se dio luz a la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC o WTO por sus siglas en inglés), y la firma, a partir de entonces, de una gran cantidad de tratados de libre comercio.

Hoy, 17 años después del inicio de operaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus iniciales en español o en inglés), hemos sido testigos de un impresionante crecimiento de las exportaciones de manufacturas por parte de nuestro país, crecimiento que no ha ido acompañado de un crecimiento semejante del PIB.

En la Tabla 4 observamos que mientras que las exportaciones medidas en dólares corrientes en 2010 fueron 15 veces mayores que en 1980 (1,507.9%), el PIB, en la misma unidad de medida y en igual período, fue tan solo 5.3 veces mayor (532.43%). La tasa de crecimiento anual de las exportaciones fue de 10.21% y la del PIB 7.17%.

Resulta interesante que de 1960 a 1980, sin la apertura comercial, las exportaciones crecieron a una tasa anual del 16.32% y el PIB lo hizo al 15.01%.

 

Evolución de las exportaciones mundiales y del Producto Bruto Mundial

Veamos la siguiente tabla que muestra la evolución de nuestras dos variables estudiadas en la época previa a la globalización.

Tabla 5

De 1960 a 1981 el PBM medido en dólares corrientes creció 734.9% mientras que las exportaciones mundiales se incrementaban en igual lapso 1,371.8%. Observamos que los incrementos en las exportaciones mundiales corresponden a épocas en las que el precio internacional del petróleo se eleva considerablemente.

En la Tabla 6 presentamos la evolución que nuestras variables han tenido en el período que va de 1981 a 2010 y que corresponde a la apertura comercial mundial.

 

En la siguiente gráfica observamos la evolución de las variables estudiadas a partir de 1980.

Gráfico 3

El punto de quiebre en la tendencia de la serie de las exportaciones que observamos en el año 2003, justo cuando el mundo estaba saliendo de la primera crisis del Siglo XXI, no aparece si analizamos la tendencia en dólares constantes lo cual indica que ha estado marcado por la elevación de los precios internacionales del petróleo y no por una inflación mundial. Sin embargo, el quiebre mencionado, que implica un mayor crecimiento del comercio mundial, no va acompañado de un mayor crecimiento de la producción mundial.

En el gráfico 4 observamos el crecimiento constante que las exportaciones mundiales han tenido como porcentaje del PBM, incremento que no ha sido privativo de la globalización sino que venía dándose desde años antes. Si el crecimiento del volumen del comercio mundial no ha sido acompañado por un crecimiento similar en el PMB, la única explicación posible se da sobre la base de que dicho incremento se dio a costa de un decremento de comercio interior: los que unos exportaron de más, otros lo importaron, disminuyendo así proporcionalmente su producción nacional. Esto implica que en el proceso de la globalización algunos países se beneficiaron a expensas de los demás y el mejor ejemplo de esto es el caso de México.

Dado que el incremento en el comercio exterior no ha ido acompañado de un crecimiento similar en el PBM ello implica que dicho crecimiento se da a costa del comercio interior y la producción de los países que ven incrementada la brecha de desarrollo, y en ese momento deducimos que la apertura comercial genera un crecimiento económico de unos países a costa de otros.

Hemos construido una gráfica espejo en la que vemos la evolución del comercio exterior y del comercio interior como porcentaje de la evolución del producto mundial bruto. A partir de 1983, tras la crisis mundial de la deuda interna6, la apertura comercial se da a costa de la disminución relativa del comercio interior, pasando del 11.7% a 32.0% antes de la crisis de 2008.

Gráfico 5

En la teoría no se ha señalado que todo incremento en el comercio exterior mundial por encima del crecimiento del producto mundial bruto implica una disminución paralela del comercio interior que va acompañada de déficit comercial en unos países y superávit en otros7.

La observación de los datos estadísticos de los últimos 30 años corrobora que ha habido naciones con saldos favorables en la balanza comercial y otros con déficit permanente en su comercio, quedando claro, por lo tanto, que en el proceso globalizador no han privado las condiciones elementales que la teoría de la ventaja comparativa supone pues de haberlo habido, comercio exterior y comercio interior hubieran crecido a tasas semejantes.

Veamos el caso de México, China y Brasil.

(tabla 7) 

En la gráfica siguiente presentamos la evolución del comercio exterior de México.

gráfica 6

De 1981 a 2010 nuestro país ha acumulado un déficit en su Balanza Comercial de $195,624 millones de dólares que, al formar parte del saldo de la cuenta corriente, ha tenido que ser cubierto con un superávit en su Cuenta de Capital, manteniendo una posición deudora permanente en las finanzas internacionales.

A continuación veremos las gráficas de la evolución del comercio exterior de Brasil y China. El primero en igual lapso acumuló un superávit de $303,625 millones de dólares y el segundo de $1,469,073.

Gráfico 7

Gráfico 8

Si las cifras anteriores las tomamos únicamente a partir de 2003, año del crecimiento del comercio mundial por encima de su tendencia previa, aparecen con mayor claridad los ganadores. En ese lapso Brasil acumuló el 70.7% del total del superávit de sus últimos 30 años, China el 87% y México el 61.9% del déficit acumulado en igual lapso.

En el caso de México, la suma de nuestras exportaciones e importaciones representan cerca del 55% del PIB, mientras que en países como Brasil y China este porcentaje es sólo del 30%. Si a lo anterior añadimos que el 64% de nuestro comercio exterior es con EE.UU. y a ese país mandamos el 80% de nuestras exportaciones, tenemos delante de nosotros no sólo un problema de dependencia respecto al comercio exterior, sino específicamente de dependencia con un solo país. Por el contrario, Brasil y China presentan una canasta mucho más diversificada en cuanto a porcentajes ya que su comercio exterior con los EE.UU. alcanza solamente una tercera parte del total.

Aunque no hemos determinado el porcentaje óptimo que el comercio exterior de un país debería representar respecto a su PIB y la proporción de aquel que debería tenerse con un solo país8, hemos observado que en los países emergentes más exitosos, como el caso de China y Brasil, el volumen de su comercio exterior -exportaciones más importaciones- ha sido equivalente al 30% de su PIB y de este porcentaje, un 30% como mucho lo han realizado con un solo país, pensábamos que estos porcentajes podrían ser parámetros de referencia para el desarrollo de una política comercial nacional.

 

Capitalismo y libre comercio

Hemos visto que en el modelo de Ricardo en un primer momento ambos países viven en autarquía lo que significa que nos hay intercambios entre ellos. La ventaja comparativa operaría inmediatamente en beneficio del consumo de ambos países a través del intercambio M-D-M (D=dinero y M=mercancía). Sin embargo M-D-M es la forma precapitalista del intercambio en la producción mercantil simple y vivimos en el sistema capitalista y éste opera trasponiendo aquella relación a D-M-D', donde D' es mayor que la D original. Independientemente de que la diferencia entre D y D' incorpore la plusvalía marxista o el beneficio marginalista, el caso es que esa D' incrementada es la que mueve directamente al sistema y no un aumento en el bienestar de la sociedad a través de un mayor consumo de mercancías, por más que nos señalen que indirectamente esto último se dará como consecuencia de lo primero.

Para que se dé la apertura comercial, esta debe beneficiar antes que nada al capitalismo transnacional a través de mayores ventas y menores salarios relativos y aquí es donde la tasa de ganancia juega un papel fundamental. En su obra El Capital, Karl Marx (1894) aborda este tema y textualmente leemos: "En la medida en que el comercio exterior abarata en parte los elementos del capital constante, en parte los medios de subsistencia necesarios en los que se transforma el capital variable, actúa haciendo aumentar la tasa de ganancia al elevar la tasa del plusvalor haciendo descender el valor del capital constante. En general, opera en ese sentido al permitir la ampliación de la escala de producción." (p. 303).

Marx considera que el comercio exterior habiendo sido la base de la producción capitalista, se ha convertido en su propio producto a lo largo de su evolución debido a la necesidad intrínseca del mismo por contar con mercados más amplios. Pero en este proceso se vuelve a presentar el doble efecto sobre la tasa de ganancia y el valor del capital constante que nuestro autor señala textualmente en el párrafo anterior.

Mientras que en los supuestos de Ricardo no se hace referencia a la posibilidad de que la producción global acabe siendo dominada por el capital del país más desarrollado, Marx si es claro en esto cuando textualmente dice: "... en lo que respecta a los capitales invertidos en las colonias, etc., los mismos pueden arrojar tasas de ganancia más elevadas por qué en esos lugares, en general, a causa de su bajo desarrollo, la tasa de ganancia es más elevada, y lo mismo ... la explotación del trabajo" (Marx, 1894: 304). Esta afirmación se ve corroborada con la evidencia que refuta otro de los paradigmas de la corriente del pensamiento económico dominante: los salarios son determinados por la productividad marginal del trabajo. Si esto fuera cierto, los salarios que pagan, por ejemplo, las empresas trasnacionales fabricantes de automóviles deberían ser iguales en sus plantas en todo el mundo y no es así a pesar de que en todas ellas se tiene que cumplir con un nivel equivalente de productividad y sus precios son internacionales.

Afirmar que la apertura comercial genera un beneficio mutuo refiriéndose a las naciones como un todo es entendible desde la concepción de lo que la economía es para Marshall y los neoclásicos, pero afirmarlo desde la economía política, como lo hace Ricardo -quien fue muy cuidadoso al derivar las leyes del comercio sobre la base de la rentabilidad del capital-abandonando el concepto de las clases sociales y la distribución del ingreso entre ellas, impide entender que la apertura comercial indiscriminada responde a los intereses de los propietarios de las grandes trasnacionales por obtener mayores ganancias y de los países que se enriquecen a costa del empobrecimiento de otros.

 

Conclusiones

La apertura comercial que ha acompañado a la globalización a partir de los primeros años de la década de los ochenta no fue acompañada de un crecimiento comparable del Producto Mundial Bruto. En nuestra investigación observamos que de 1951 a 1980 el coeficiente de correlación entre ambas variables fue 0.5270, muy superior al que se dio entre 1981 y 2002 (0.0927). A partir del fin de la crisis económica que se vivió en el mundo entre 2001 y 2002 las exportaciones mundiales crecen a tasas no vistas con anterioridad pero dicho quiebre en las tendencias sigue sin verse reflejado en un crecimiento del PBM, aunque el coeficiente de correlación sube a 0.3816, no alcanza el que presentaba la tendencia 1951-1980.

Si el incremento en el comercio exterior no va acompañado de un crecimiento similar en el PBM ello implica que dicho crecimiento se da a costa del comercio interior y la producción en los países que ven incrementada la brecha de desarrollo, y en ese momento deducimos que la apertura comercial genera un crecimiento económico de unos países a costa de otros.

¿Cuál ha sido el motor de la apertura global y la llamada globalización neoliberal? La necesidad que el modo de producción tiene de mercados más amplios y de una mayor tasa de ganancia. Ello ha conducido a acelerar el proceso de acumulación de capital en pocas manos que a partir de 1980 ha sido el signo característico de la política económica neoliberal.

Debemos resaltar que varios países, sobre todo en Asía, se integraron a la globalización pero no bajo la modalidad neoliberal de una apertura irrestricta y ellos se han visto beneficiados con altas tasas de crecimiento económico.

 

Bibliografía

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Notas

1 Krugman, Paul R. y Maurice Obstfeld, Economía Internacional. Teoría y Política del Comercio Internacional, Addison Wesley, Madrid, 2002, p 3.

2 Mankiw, N. Gregory, Principios de Economía, Cengage Learning, 2009, p. 8. México.

3 Director General de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de 1999 a 2002.

4 Purchasing parity power o paridad del poder adquisitivo (PPA) en los cuales eliminamos las fluctuaciones del tipo de cambio y de los diferenciales inflacionarios entre las diferentes naciones con el objeto de determinar lo qué efectivamente puede comprarse en cada país con su moneda nacional.

5 En algunos escritos se dice erróneamente que desde la firma de adhesión al protocolo el 15 de julio de 1986, México era ya miembro de pleno derecho del GATT. El ingreso pleno de nuestro país al acuerdo no se dio hasta el 26 de noviembre de aquel año (Witker y Camarillo, 1991).

6 A lo largo de nuestra investigación hemos observado que las recesiones y depresiones económicas van acompañadas de un aumento porcentual del comercio interior sobre el exterior.

7 En la 8th International Conference Developments in Economic Theory and Policy que tuvo lugar en Bilbao, España, del 29 de junio al 1 de Julio de 2011. Presentamos una ponencia con los avances de nuestra investigación y en ella el Profesor Gary Dymski, quien presidió la mesa Topics on Development Economics, se sorprendió de esta omisión de la teoría y coincidió con nuestras observaciones sobre las implicaciones que yacen tras un comercio exterior que se incrementa a costa del comercio interior.

8 Respondiendo a una pregunta que nos fue planteada en el Congreso de Bilbao mencionado anteriormente por la Dra. Irene van Staveren (Erasmus University of Rotterdam).

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