Introducción
Este ENSAYO propone un potencial1 de diseño con una aplicación del mismo para intervenir las fachadas de la Gran Vía madrileña (GVM), espacio urbano de gran relevancia histórica y urbana, cuyas obras se iniciaron en 1910 (Aparicio 2010). Se eligió este caso de estudio en virtud tanto de la conmemoración del centenario de la -por ahora, llamémosla sólo así- calle, como de la polémica suscitada por un reciente concurso sobre su intervención, la cual finalizó en una exposición:2 en este contexto se advirtieron su falta de vinculación -calle-edificios- y sus deficiencias urbanas (espaciales y relacionales, especialmente), orientada, principalmente, según sus críticos, hacia el aspecto comercial y, por ello, olvidada de la cualidad urbana y de la relación ciudad-edificio. Esto, que nos permitió plantear un potencial para la reconsideración y valoración3 de la relación constructiva y funcional que dentro de un entorno urbano perteneciente a un mundo global mantienen las fachadas históricas del primer tramo4 de la GVM (Figura 1), se hace con el fin de aportar un escenario sobre el que estudiar la complejidad del manejo de la información sin soslayar los distintos estratos que intervienen en este tipo de diseños.
La complejidad, por su parte, del diseño/contexto,5 además de sus asociaciones,6 nos ha estimulado a presentar una propuesta sobre la manera en que podría orientarse la organización de los datos, a partir de determinadas potencias informacionales mínimas -o un número mínimo de atributos- que posibiliten un tratamiento cualitativo máximo de los datos. Ello implica que cualquier fragmento informacional, o unidad de información completa, se considere desde su máxima capacidad de cualificación posible.
Así, para el desarrollo del método informacional nos posicionamos en un mundo complejo (Brown et al. 2002:619-21, 623-4; Hamilton et al. 2007:2195-2196 y 2199-2201; Massé Narváez 2008:75-77, 80-81, 84, 89; Romero Pérez 2003:1-5), interconectado y plural (Otero Carvajal 2003:342, 346-347, 353-354 y 356-357; De la Cruz Nassar 2012:115, 117 y 124; Sonntag et al. 1995), que reclama cada vez más una simbiosis entre lo global y lo regional (Magallón 2006:252; Otero Carvajal 2003:346-348); un mundo, decimos, que se resume conceptualmente en la expresión glocal, de Robertson (Giulianotti et al. 2004:545-6, 549, 558-9, 561-2; Robertson 2003). Un tiempo que apunta hacia la colaboración -en vez de hacia la separación-, que aboga por la superación de lo que los filósofos llaman dualismo, acentuado por el cartesianismo, y que apunta a la modernidad como su último estandarte (Ruiz Abánades 2010:1-3; 2009:289-291). Pretendemos, de esta manera, aunar dos marcos: uno particular, por medio de las fachadas de la GVM, y otro, mediante la inclusión extendida del contexto económico, medioambiental y sociocultural que la influyen.
Debido al umbral privado-público que constituyen las fachadas en la GVM, se utilizarán a manera de metáfora constructiva de lo local-global y como punto de partida de la aplicación del modelo analítico-geométrico-paramétrico (aquí referido por las siglas MAGP). Tales fachadas reciben influencias múltiples, que van desde lo constructivo y lo funcional a nivel de calle, hasta lo corporativo a escala internacional, pasando por la conservación y lo estético en tanto normativa nacional. Las consideraciones que hacemos sugieren una organización por niveles, que consideramos como ámbitos reales, o imaginarios, propios de una actividad o conocimiento. El sentido de reales o imaginarios hace referencia a que la diferenciación en niveles puede estar respaldada física o teóricamente por razón de que ya ha sido establecida (por ejemplo, institucionalmente), o ser conceptual, esto es, hecha por el urbanista, de cara a organizar la información de su diseño (Figura 2).7
Adicionalmente, los niveles a los que aludimos forman parte de una organización holográfica, es decir, de un funcionamiento autorreferido8 en el que la suma de todos ellos forma una globalidad retroalimentada, como lo sugieren algunas ramas que tratan así la información (cfr.Freudenthal 2008:342-347). En consecuencia, los niveles que se presentan no se consideran aislados unos de los otros, sino como parte de una interrelación donde lo que le sucede a uno repercute en los otros y viceversa: están mutuamente influidos, como sucede en las relaciones que se dan en lo glocal presentadas antes.
De esta forma, en el presente ENSAYO revisamos cuál es el significado de la información durante el proceso de diseñar, para lo que reflexionamos sobre el actual debate de la pertinencia, o impertinencia, de la arquitectura como doctrina científica (Raposo et al. 2005:8; Salazar González 2009:54-61; Muñoz Pardo 2009:17-20; Seguí de la Riva 2010:173-4; Herrero García et al. 2012:1, 3-4, 6, 9-10) y proponemos las siguientes tres hipótesis:
que es necesario plantear un mínimo de atributos que se han de considerar cuando se maneja información y se analiza tanto su vínculo con el contexto humano como el potencial que se despliega de tal relación.
que para lo informacional en el diseño es plausible articular un enfoque sistemático, riguroso, de base numérica, conmensurable y científico.
que es imprescindible relevar la atención sobre la enorme vinculación existente entre cualquier intervención construida y su contexto, tanto próximo como lejano.
El planteamiento del MAGP se elabora en tres apartados: la presentación del acompañamiento, el desarrollo de la holografía y la aplicación en un ejercicio piloto en las fachadas de la GVM, ejercicio que culmina con unas breves conclusiones.
Presentación del acompañamiento
La presentación del acompañamiento inicia con su delimitación -definición, cometido y descripción- para después abordar su justificación.
Definición, cometido y descripción del acompañamiento
Al proceso completo de diseño aquí lo llamamos generación (para generar se necesita información), en cuya definición consideramos dos fases que son potencias:
La fase cuantitativa, o de promoción, consistente en incrementar, intensificar o suscitar la información para el diseño (ideas, imágenes, términos, etcétera)
La fase cualitativa, o de acompañamiento, que estriba en la potencia para organizar dicha información9
Esta contribución se centra sólo en el acompañamiento, que toma su nombre de la necesidad de aplicarse sobre los datos (acompañarlos) para poder operar, ya que es una potencia. Por ello acompaña -va junto- a la información, lo que a su vez implica que es necesaria la responsabilidad10 del diseñador.
El acompañamiento consta de cuatro atributos, o potencias, de información: comunicación (HC), intención (I), realización (Hr) y relación (HR). En consonancia con el funcionamiento de las fases, pero respecto de los atributos, la I se corresponde con la parte cuantitativa, o la potencia de registro de la información, mientras que la HC, la Hr y la HR, que llamaremos hechos (HS), 11 constituyen la parte cualitativa, o la potencia de procesamiento de información. Tanto las dos fases como los atributos forman una globalidad autorreferida, u holográfica (Figura 3), según se verá ampliamente más adelante.12
Los cuatro atributos sintetizan las potencias mínimas para procesar toda la información necesaria. Éstas hacen que permanezca plena la capacidad de imaginar o intervenir sobre la información recibida por el generador. Presentamos, así, un mínimo de atributos que proporcionan una potencia para manejar o/y organizar el máximo de información, acorde con la capacidad del generador. Por un lado, representan un grupo irreductible de potencias que habilitan un máximo de posibilidades para organizar datos, y, por el otro, constituyen una estructura necesaria y suficiente. Necesaria, por razón de que son irreductibles, pues si se suprime cualquiera de ellos es imposible concebir una explicación completa de los datos, y suficiente, puesto que, así se añadiera tan sólo uno más, uno de los tres restantes necesariamente lo abarcaría.13 Por lo tanto, cualquier fragmento informacional, es decir, cualquier contenido informativo conlleva implícitamente los cuatro, sin los cuales no puede existir y desde los cuales -o desde una combinación de ellos- se abarca cualquier explicación o contenido de datos.
Adicionalmente, el acompañamiento, por su condición de potencial a través de los atributos (HC, I, Hr y HR), no dirige ni condiciona una respuesta, sino sólo indica, muestra y/o señala las posibles -y, a la vez, todas- direcciones de la información. Es ahí, en ese potencial, donde reside la capacidad del acompañamiento para organizar la información, pero sin condicionar nuestro diseño ni establecer protocolos previos, lo que deja enteramente abierta la imaginación del generador. Evitamos, así, lo que sucedería, por ejemplo, con la aplicación de un método que estableciera un protocolo que, al conducir el discurso de algún modo, condicionara a priori el diseño. Así, acompañando al diseño dejamos-ser-a (intención) nuestras capacidades. Sin embargo, el acompañamiento permite el seguimiento completo de los datos, en este caso, aplicado sobre las fachadas (más contexto) de la GVM.
Los atributos del acompañamiento siguen el mismo discurso binario de las fases,14 con dos partes: la cuantitativa (I) y la cualitativa (HC, HR, Hr). Desde la primera definimos intención, antes que como la "determinación de la voluntad en orden a un fin" (DRAE 2014b), como el proceso, el dejar-ser-a la información, la disponibilidad para enfocarse-en, la cual se inspira en el poder-ser del Dasein de Heidegger (2003:274, 277-278, 288) que, proyectándose, se define como "la posibilidad de llegar a ser", tal y como describe su querer-tener-conciencia, un metapensamiento que Heidegger (1994:114) expresa como: "a pensar aprendemos cuando atendemos aquello que da que pensar".
Desde la parte cualitativa, o de los hechos (HC, HR, Hr), definimos como comunicación la potencia para mostrar información: sería la posibilidad de dar a entender una cualidad, sea ésta emocional, energética, física o mental. Esto ocurre siempre, pues "no es posible no comunicar, como mínimo se comunica que no se quiere comunicar" (Watzlawick et al. 1985:50). El siguiente hecho, denominado relación, sería la potencia de una mediación, es decir, la emergencia de información entre varios fenómenos.15 Por ello atiende cualquier tipo de vinculación que sea posible establecer entre lo tenido en cuenta y el contexto, sea éste cual sea: emocional, energético, físico o mental. También la relación es necesaria para que algo exista, ya que: "ningún artista de ningún arte tiene su significado completo por sí solo" (Eliot 1919 en Juárez Chicote 2014:2), "mi acción está en el mundo, el sentido del actuar [...] se ha dispersado hacia el mundo" (Riera Díaz 2011:83), "se proyecta interviniendo en un medio" (Seguí de la Riva 2011:10) y "todos los principios de la mecánica provienen de [...] los cuerpos relativamente unos respecto de otros" (Mach 1947 en Otero Carvajal 2007:26). Por último, la realización, que definimos como la potencia del suceder, es el efectuarse de un hecho o de un ocurrir. En efecto, cualquier fragmento informacional, para que exista, tiene que suceder, desarrollarse, estar sujeto a algún proceso (emocional, energético, físico o mental) del modo que sea. De hecho, la necesidad de esta realización fue revelada por Heráclito, al afirmar que "todo se mueve y nada permanece" (Platón 1842a:402a). Es necesario, a su vez, que para que algo se dé, se explicite un proceso, "pues en realidad toda causa que haga pasar cualquier cosa del no ser al ser es creación" (Platón 1842b: 205b, c). En este punto habrá que considerar que parece ser que "el ser, por el hecho mismo de existir [...] recibe [...] signaturas, que orientan su comprensión hacia un determinado ámbito" (Agamben 2010:34), lo que también habla de la existencia vinculada con el proceso. Este pensamiento lo deja patente Kandinsky (1989:58) al hablar del desarrollo de una obra, ya que, afirma, "el artista, como hijo de su época, ha de expresar lo que es propio de ella". En este punto habrá que agregar lo que afirma Rodríguez Villamil (2008:83): que "casi, que nuestra primera tarea, es averiguar cómo actuar", es decir, nuestra tarea como humanos es desarrollar algo.
Nuestro modelo se apoya en tales ideas en la síntesis de un cuadro que presenta sinónimos del significado de los atributos como extensión de su explicación; baste aclarar que éstos ya no representan potencias puras, sino una de sus aplicaciones concretas (Figura 4).
Justificación del acompañamiento
Para la compilación de los atributos del acompañamiento nos apoyamos en una extensa lectura y estudio de autores16 focalizados, en su mayoría, en el proceso creativo. Así, el descubrimiento de los atributos tuvo dos etapas:
La primera consistió en una lectura comparativa de textos seleccionados, de donde extrajimos los términos para definir las partes intervinientes en el proceso creativo (tanto de proceso y de organización como orgánicamente). De entre los anotados, condensamos un mínimo común (cuatro atributos) que incorporaban y permitían manejar toda la información.
La segunda etapa comprendió estudios sobre el número de atributos y acerca de su afinidad fisiológica, mnemónica y neuronal con el ser humano.
Como ejemplo, de la primera etapa seleccionamos una identificación de los atributos de John Dewey (2008:53) respecto del proceso creativo en la pintura:
La diferencia que hay entre la pintura de diversos pintores se debe mucho más a las diferencias de capacidad para conducir (acompañamiento) su pensamiento (I) que a las diferencias de sensibilidad (HR), al color o a las de destreza en la ejecución (Hr). [...] su diferencia depende más de la aptitud de la inteligencia (HC) para fijarse en la percepción de relaciones (HR), que de ninguna otra cosa, aunque naturalmente la inteligencia (HC) no puede separarse de la sensibilidad directa (HR) y está conectada, aunque de un modo externo, con la habilidad (Hr).
Dewey (2008:235) identifica, además, sitio (HC), extensión (HR) y posición (Hr) como las cualidades del espacio y del tiempo cuando son experimentadas, las cuales coinciden semánticamente con los hechos. Estas cualidades enumeradas sólo "pueden ser distinguidas por el pensamiento" (Dewey 2008:235), como sucede con los atributos del acompañamiento, que se diferencian sólo para su entendimiento, pues los cuatro constituyen la unidad informacional completa.
Otros ejemplos serían: las tres partes en las que Agamben (2010:147-150) divide su Signatura rerum, libro dirigido a establecer las directrices (metáfora de las potencias) para instituir un método, coincidente, pues, con el acompañamiento, que establece esas directrices informacionales. Asimismo, los HS quedan apuntados en las tres partes:
¿qué es un paradigma?, tratado éste como análogo comparativo y, por lo tanto, HR (Agamben 2010:23, 25-26, 40);
teoría de las signaturas, donde éstas son las impresiones de un signo que hace inteligible las cosas, asimilable a HC (Agamben 2010:43-45, 61-63, 88, 146), y
arqueología filosófica, o la manera de interpretar un archipasado17 para esclarecer las fuentes, y, por ello, Hr (Agamben 2010:116-119, 125, 128-129, 143-149).
En la misma línea, Vitruvio hace alusión, asimismo, a esta diferenciación de atributos, con sus Venustas (HC), Utilitas (HR) y Firmitas (Hr); también Aristóteles: Logos (HC), Pathos (HR) y Ethos (Hr); Edgar Morin y su bucle tetralógico, definido por Desorden (I), Interacciones (Hr), Orden (HC) y Organización (HR) (Morin 2001 en Espinoza 2011:5-7).
Conviene remarcar, por un lado, que los casos presentados con los tres hechos siempre llevan implícito el dejar-ser-a la información, o intención, sin la que la parte cualitativa no podría ponerse en práctica, pues la intención representa a la potencia que pone en marcha la información (cantidad de datos), y, por otro lado, que también hubo casos con un número de clasificación superior a cuatro, el cual, no obstante, siempre fue una extensión de los cuatro atributos.
Ahora bien: sobre la segunda etapa mencionada, y respecto de la afinidad del número de atributos con el funcionamiento humano,18 existen estructuras mentales innatas que permiten reconocer conjuntos con un número igual o inferior a cuatro elementos; esto, que sucede antes de adquirir la lengua y los principios de recuento, es un sistema base para adquirir conocimiento (Le Corre et al. 2007:2, 37; 2006:131-133, 136, 161; 2008:651; Alonso y Fuentes 2001:568-570; Butterworth 2004:9; Nieder y Dehaene 2009:187). Como apunte, baste mencionar tanto que esta capacidad innata también la poseen los animales (cfr. Tennesen 2009) como que permanece intacta incluso en adultos que "no saben" contar (Nieder y Dehaene 2009:186, 197). Asimismo, conviene destacar que algunos científicos consideran equivalente la facultad de distinguir entre tres y cuatro (Le Corre et al. 2006:140, 142, 144, 146-148, 150-152, 155-156, 159, 163; Le Corre et al. 2007:400-403, 405, 410-411; Le Corre et al. 2008:652; Butterworth 2004; Padrón 2002:99; Tennesen 2009), números en particular que en varias lenguas coinciden en género y casan con los sustantivos a los que cuantifican, lo que no ocurre con los restantes. Esta teoría se refuerza al observar que algunas culturas diferencian sólo entre uno, dos, pocos y muchos, o sólo muchos (Butterworth 2004; Le Corre et al. 2006:162), lo que englobaría la capacidad de incluir al tres y al cuatro. Otra curiosidad es que los recién nacidos rápidamente distinguen como máximo cuatro objetos y tres sonidos (Padrón 2002:99). A su vez, la teoría de la interpretación (de textos) de Ricœur19 (Tan et al. 2009) se funda en cuatro puntos, o distanciamientos, que guardan coincidencia semántica con los atributos. Al emplearlos en entrevistas, los autores del artículo los aplican (dejen-ser-los, o I) en tres niveles de interpretación (tres HS) que, según ellos, surgen de dicha teoría y tienen significados similares a los HS (Tan et al. 2009:7-8). En biología las relaciones de graduación en el tamaño de grupo para las sociedades de cazadores-recolectores, como para otros sistemas complejos, muestran una constante en sus relaciones de escala próxima al cuatro, o, según otros autores (Hamilton et al. 2007:2195, 2200), al tres. De nuevo, los dos números en la organización social humana. Con base en el parentesco del tres y el cuatro con el entorno humano, la física actual intenta unificar la teoría de la relatividad general de Einstein (mundo macroscópico) y la teoría cuántica (mundo microscópico) (Jurkiewicz et al. 2008:42, 44, 47). Una posible solución de unificación surge al considerar como tetraédrica (figura 4D de cuatro vértices y caras) la estructura cuántica del espacio-tiempo del universo (Alpert 2007:24; Ambjørn et al. 2005:1, 3-4, 6-7, 11, 15, 17, 30-32, 43). Aquí, la base del espacio-tiempo del universo se presenta como triangular en 2D, y cuádruple en 3-4D (vivimos en 4D). Otro artículo (Anjamrooz 2011:175-179) describe el universo como estructura holográfica y ternaria. Por todo esto, los números tres y cuatro muestran una afinidad especial con el humano y comparten una proximidad funcional y semántica, de manera que, en cuanto el tres está envuelto, el cuatro queda incluido, o supone de manera automática el desarrollo temporal del tres. Este funcionamiento se refleja en los atributos del acompañamiento, que, a la vez, mantienen una estructura triple cuando se los considera cualitativamente (hechos), y una cuádruple si se atiende la parte cuantitativa (hechos + intención). El haber hallado que el número mínimo de atributos es cuatro no parece casual: hay un soporte innato mental y orgánico.
Tras el estudio comparativo, comprobamos que no en todos los casos la identificación de los atributos con las clasificaciones de la creatividad que hacían los autores revisados era unívoca. Es decir, no a cada atributo le tenía que corresponder inequívocamente un término, y aun pudiera ocurrir que éste dependiera de la interpretación u orientación del interpretador. Aunque lo anterior llegue a parecer incongruente, exterioriza algo interesante, pues aunque los atributos permanecen constantes en número y significado -luego su base es sólida-, dejan libertad de interpretación, lo que enriquece y personaliza el diseño. Esto es consecuencia de que cada atributo contiene, a su vez, a los otros, es decir, son holográficos.
El desarrollo de la holografía
A partir de su propio descubrimiento, en la primera mitad del siglo XX, el ingeniero Dennis Gabor presentó en un artículo de 1949 una técnica de proyección para la obtención de imágenes en 3-4D con base en información almacenada sobre una placa holográfica en 2D (Midgley 2001:167-171). Un aspecto notable sobre la información contenida en la placa holográfica es que ésta es autorreferida; es decir, contiene, en cualquiera de sus fragmentos, la imagen 3-4D completa. Dado que, cuanto menor es el fragmento, más difusa es la imagen, cada uno de ellos comparte la misma información que la suma de todos, pero contiene menor definición a medida que disminuye su tamaño. Ese funcionamiento implica, además, que, si se modifica algo en el conjunto, también se cambia en cada fragmento y viceversa.
Un fragmento de ciudad: (vgr., las fachadas de la GVM) es una representación de la ciudad en la que éstas se localizan, pero, también, del continente (por ejemplo, en consideración de las influencias francesas de su diseño) en el que se ubican. En adición, las afecta, asimismo, la normativa europea, sin poder sustraer el papel de los comercios internacionales, o franquicias, que operan en la calle. Por otro lado, en virtud de su propia función, estas fachadas están influidas tanto por las actividades humanas como por las condiciones ambientales de su entorno, aun de los microorganismos que afectan a sus materiales constitutivos.
Como cualquier modificación en las fachadas necesariamente implica un cambio en el entorno, en las actividades y en lo que representa la calle, también dejaría una impronta en todos esos niveles. Teniendo en cuenta esto, los niveles que consideremos en el diseño deben estar en consonancia; es decir, la adopción y el contenido de los atributos ha de concordar por niveles. A esto lo llamamos coherencia, entendida como la concomitancia de los horizontes20 de la intención en los tres HS, lo que no implica que coincida el resultado formal por niveles.
El funcionamiento holográfico del acompañamiento
Durante el hallazgo de los atributos detectamos que no eran lineales, ni podían entenderse separadamente, sino que en realidad cada uno contenía al resto; de ahí que representen una globalidad autorreferida: suceden simultáneamente y en todos los niveles, aunque, para explicarlos, haya que diferenciarlos -que no dividirlos-. En tanto que cada uno contiene a los otros, forman una unidad, lo que hace referencia a la capacidad humana de sólo poder atender a un aspecto.21
La holografía como parte del contexto humano
A la holografía cada vez más se la considera una explicación de los fenómenos corporales y contextuales, así como de la constitución del mundo en que vivimos. En biología, partes del cuerpo, como la oreja o los dedos, contienen en sí al cuerpo y son una de sus representaciones (Agnes 2002:3-4; Rajesh et al. 2011:162-165). Gracias a la holografía, equipos de científicos representan en 4D el crecimiento de glóbulos rojos y células del páncreas (Ricardo et al. 2011:1, 5-7; Kemper et al. 2007:41-44). En cuanto a autores, algunos reclaman una vinculación holográfica entre niveles de organización biológica a través de la tasa metabólica (Anderson-Teixeira et al. 2009:2, 8); otros presentan la vida como una autoorganización biológica y hologramática (Anderson-Teixeira et al. 2009:2, 8), y hay los que justifican el procesamiento de información del cerebro como holográfico (GMU 2005; Speed et al. 2010:291). Tres científicos han demostrado que en el reino vegetal existe un vínculo holográfico entre las proporciones del árbol y el bosque que habita (Anfodillo et al. 2013:1, 6; Brown et al. 2009:7040, 7044).
Científicos apuntan a que nuestro universo es una estructura microscópica triangular autorreferida de la que se forman nuevos patrones (Alpert 2007:24); otros, a que es una estructura fractal (Ambjørn et al. 2005:1, 20-21, 23, 30, 33, 38), o como "un gran fractal físico de magnitud infinita" (Antianka 2013), o como sistema de información autoorganizado (Wheeler 1999:313-314, 318, 321). El universo guarda evidencia de cada actividad, que se almacena de manera holográfica (Bernstein et al. 2011:4611). El Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab), ubicado en Chicago, Estados Unidos de América (EUA), ha construido una máquina, llamada Holometer, para justificar que vivimos en un universo 2D como ilusión holográfica proyectada en 4D (Hesla 2014:28-29, 30-31; Fermilab s. f.). El físico D. Bohm mantiene esta visión holográfica por medio de lo que llama orden implicado (Nørretranders 1989) en un universo fractal (Loll 2010; Lloyd 2002:237909-237914).
De esta aproximación holográfica se valen muchos otros campos disciplinarios, como la óptica (Kebbel et al. 1999:893), la acústica (Martin et al. 2011:704), o bien para representar grietas en superficies (Will et al. 1988:33), como metáfora social (Navarro 2009:16-22, 32) o en el ámbito de la educación (Navarro 2009:16-22, 32), sin olvidar la computación cuántica, con la superposición binaria de los ceros y unos en bits cuánticos (qubits). También el prominente hológrafo Frank DeFreitas (2014) propone una manera de actuar basada en la holografía, a la que denomina holomentación, consistente en "aplicar el método usado en crear hologramas para la creación y mantenimiento de pensamientos y de vida positivos".
Aplicación del acompañamiento a la GVM
Para desarrollar aquí la aplicación del acompañamiento iniciamos con la exposición del modelo, para luego proceder a explicar el estudio sobre la GVM, desarrollar una propuesta y, finalmente, proporcionar observaciones sobre los resultados obtenidos.
Exposición del modelo analítico-geométrico-paramétrico (MAGP) y planteamiento general 22
Del siguiente ejemplo práctico nos interesan el manejo de la información, las posibilidades de abordar un diseño como potencia y la viabilidad de su sistematización, no los resultados particulares. Así, sobre el proyecto, construcción y contexto existente en la GVM se ha ejecutado un estudio documental y de campo, es decir, sobre el terreno, del que se extrapolan, distribuidas en niveles (holográficos), estrategias que son representativas de las acciones, intenciones y relaciones que se produjeron en la construcción y diseño de las fachadas de la GVM (y de su contexto económico, medioambiental y sociocultural). Cada estrategia hallada se cualificará según los HS y sus respectivas combinaciones: HC, HR, Hr, HC + HR, HC + Hr, HR + Hr o HC + HR + Hr, lo que permitirá obtener porcentajes que remitirán a áreas de círculos en el MAGP. Cada uno de éstos representa un hecho, en tanto que sus áreas serán su cuantía, y, por ello, su área de influencia. Un área sin intersección indicará estrategias de un solo hecho: HC, HR o Hr; las áreas de círculos intersectados dos a dos señalarán aquéllas combinadas entre los Hs intervinientes: HC + HR, HC + Hr o HR + Hr, y, por último, las de triple intersección revelarán estrategias con la participación de los tres HS: HC + HR + Hr.
Cada uno de los círculos que identifican a los Hs quedan determinados por sus centros, situados respectivamente en los semiejes (s1 (HC), s2 (HR) y s3 (Hr)) de un sistema isométrico de representación 2D en el plano, formando 120º entre sí. Los radios se obtendrán de tal modo que mantengan el mismo porcentaje que los Hs a los que representan, una vez relacionadas sus áreas con la de un círculo de referencia, con centro en -valga la redundancia- el centro del sistema de representación isométrico y radio dado a priori. Además, los tres círculos situarán su centro en el correspondiente eje, de manera que éstos sean tangentes interiores con el círculo de referencia. A lo largo de los tres ejes, y en función de su área de influencia, se desplazarán los círculos, que tendrán un punto fijo T (T1, T2, T3) en la intersección entre el círculo de referencia y el círculo circunscrito correspondiente. Tres círculos diferentes: HC, HR y Hr, con sus respectivos tipos de intersección (si las hubiera), forman un nivel. Uno de éstos que contiene a otro se representa por un círculo que circunscribe, y se llamará en despliegue, mientras que uno que está contenido por otro se representará mediante círculos inscritos dentro de otro y se llamará en pliegue (Figura 5).
Cada semieje representa la dirección en la que orientamos la intención (dejar-ser-a la información), que admitirá desplegar y plegar los círculos por niveles. Uno de éstos se considera como el de partida, que coincidirá con el objeto del diseño (en nuestro caso, las fachadas); éste se llama A Nivel. El resto de los niveles se llaman, por razón de que van junto a, entre o con el nivel A Nivel, Meta-Niveles (M-Ns). Su vínculo es holográfico, pues, consideramos, las intervenciones en cada nivel influyen de manera autorreferida sobre todas las demás, y éstas, a su vez, influyen sobre A Nivel. Es decir, el intervenir en el nivel de las fachadas provoca cambios en los demás niveles (mundo, barrio-ciudad, edificio, distribución plantas y detalles, esculturas, mobiliario) y al revés. Además, cada uno es una representación de los otros. Para Alberti "la ciudad no era otra cosa más que una gran arquitectura y [...] cada arquitectura podía entenderse como una pequeña ciudad" (Solà Morales 1996:10). Esto permitirá obtener las influencias (valor de las áreas) de los distintos niveles sobre A Nivel (cuantificando el valor de las áreas en cada nivel y proyectadas luego sobre A Nivel, donde se adaptan posteriormente al límite del círculo que lo contiene proporcionalmente); seguidamente, unos porcentajes (con base en el área compendiada de los círculos sobre A Nivel), y, finalmente, el tipo de estrategias (en función del valor del área de cada círculo y de sus intersecciones). El número de niveles dependerá del diseñador y habrá tanto unas conexiones, o asociaciones, entre círculos (Hs) dentro de un mismo nivel, como unos vínculos, o asociaciones, entre círculos entre niveles diferentes (despliegue o pliegue).
Estudio sobre la GVM
Abordamos el estudio y organizamos la información de la GVM en función de los Hs. Así, extrajimos ciertas estrategias de acuerdo con unos niveles, los cuales son, en despliegue: M-N 3 = mundo, M-N 2 = barrio-ciudad y M-N 1 = edificio; A Nivel = fachada; en pliegue: M-N 1 = distribución plantas y M-N 2 = detalles, esculturas, mobiliario. El modelo no pretende mostrar las estrategias en sí -que dependerán de cada diseñador-, sino únicamente los tipos de estrategias (número y cualidad), las que, obtenidas del estudio de las condiciones de construcción y diseño de las fachadas23 y de su contexto, se exponen con un comentario que las resume:
Tipos de estrategias comunicativas en la GVM
GVM como: 1) HC + HR, o escaparate comercial; 2) HC + HR + Hr, o espacio de tránsito; 3) HC + HR + Hr, o estilo modernista afrancesado.
Tipos de estrategias relacionales en la GVM
GVM como: 1) HR, o incisión comercial y especulativa (Benítez 1905:185-187); 2) HR + HC, o aristócrata y burguesa; 3) HR + Hr, o fachadas teatrales y comerciales en PB; 4) HR + Hr, o jerarquía por plantas; 5) HR + Hr + HC, o desarticulación fachada/calle/barrio; 6) HR + Hr, o medioambiente omiso (Ruiz Abánades 2009:290).
Tipos de estrategias realizativas en la GVM
GVM como: 1) Hr + HC, o incentivo económico nacional prometido (Carrasco Sierra 2011:19-21); 2) Hr + HR, o construida en tres tramos; 3) Hr + HR, o mantenimiento de fachadas profuso; 4) Hr + HR + HC, o decoración fuera de contexto; 5) Hr + HR, o construcción mixta fábrica-acero; 6) Hr + HR, o sin espacios de reunión ciudadana.
Compendio de estrategias y datos de entrada al modelo: núm. de HC = 7 = 21.21%; núm. de HR = 14 = 42.42%; núm. de Hr = 12 = 36.36%. Dirección de pliegue-despliegue = eje s3 (Hr) (Figura 6).
Los porcentajes de los tipos de estrategias del MAPG del estudio son: HC = 7.4, HR = 2.1, Hr = 31.7, HC + HR = 3.1, HC + Hr = 6.2, HR + Hr = 32.4, HC + HR + Hr = 4.8, resto (Hr) = 12.2.
Propuesta sobre la GVM
En función de los datos del MAGP A Nivel (fachadas) que compila las áreas del resto de M-Ns, desarrollamos en total 16 tentativas holográficas que nos dan la posibilidad de calcular porcentajes de Hs A Nivel, así como sus posteriores estrategias, acordes con un escenario coherente de fachadas (A Nivel) y contexto (M-Ns).
Del estudio holográfico se desprende que hay exceso, por un lado, del aspecto actor (Hr = 32%) frente a la poca claridad de lo que se quería expresar (HC = 7%) y la falta de correspondencia entre sus partes, que se ejecutaron separadas y se trataron de manera independiente (HR= 2%), y, por el otro lado, demasiada acción constructiva sin considerar lo comunicativo y lo relacional (HR + Hr = 32%; HC + HR = 3% y HC + Hr = 6%), lo que se refleja en lo segregado de la intervención y en su orientación económica monopolizada. Estos porcentajes evidencian un escaso acomodo a lo ambiental, lo social y lo urbano. A su vez, la poca conexión simultánea entre los hechos extraída del estudio (HC + HR + Hr = 5%) deja ver que muy contados trabajos de construcción se acometieron de manera integral y conectada, así como que el diseño advierte una falta de fusión con el contexto.24 Finalmente, el porcentaje del resto (12.2%) se suma al hecho realizativo (dirección de despliegue = s3 = realizativa [Hr]) que, debido a los propósitos meramente ejecutivos y económicos, habla de una predisposición (12.2% de estrategias) a un vínculo fachadas/contexto orientado sólo desde lo realizativo. Al revisar la historia de la GV, estos resultados coinciden con lo sucedido hasta ahora.
Al calcular el valor de las áreas por niveles, así como el de éstos proyectados sobre A Nivel, obtenemos que los porcentajes de los tipos de estrategias del MAPG para la propuesta son: HC = 16.56, HR = 3.12, Hr = 3.12, HC + HR = 11.79, HC + Hr = 11.79, HR + Hr = 0.31, HC + HR + Hr = 41.96, resto (HC) = 11.35 (Figura 7).
Observaciones sobre los resultados
Al comparar los diagramas estudio/propuesta, los resultados apuntan hacia una mayor comunicación en el diseño e intervenciones sobre las fachadas de la GVM, pero no sólo en el nivel de fachadas (+9.16% HC), sino en su conexión con el entorno (+8.66 HC + HR) y en su construcción (+5.64 HC + Hr). Según el diagrama de propuesta, se aconseja dejar 11.35% de estrategias de diseño comunicativas vinculadas con otros niveles (mundo, barrio-ciudad, edificio, distribución plantas y detalles). Podemos recomendar, asimismo, que se formalicen estrategias de diseño que fortalezcan la vinculación fachada/barrio-ciudad/mundo para favorecer el término glocal al que hicimos mención. Todas estas estrategias deberían considerar, de acuerdo con el diagrama, una fuerte conexión entre los hechos A Nivel (+37.16 HC + HR + Hr), para reforzar esa actitud en M-Ns, es decir, vinculando el diseño de las fachadas con el mundo/barrio-ciudad/calle.
En cuanto a los hechos que restringe el MAGP, vale decir que el diagrama indica una disminución en la parte realizativa (-28.62%), lo que encaja con el exceso de énfasis puesto en lo puramente constructivo y en lo económico sectorizado. Ello deja sin atender la conexión de la fachada con su entorno (-32.12% HR + Hr), tanto medioambiental como urbanística y socialmente, con el mundo/barrio-ciudad/calle, emprendiendo estrategias diferentes de las constructivas/económicas.
Conclusiones
Respecto de las tres hipótesis planteadas en la introducción, y en función del proceso expuesto, se concluye que:
es posible plantear un mínimo de atributos como potencias que habilitan la organización de toda la información que pueda manejar un diseñador (generador). Se han presentado también sus vínculos con el humano, y cómo plantean una posibilidad de gestionar la información de un diseño sin condicionar la respuesta del diseñador (pues indican las direcciones de diseño: comunicación, realización y relación, y su cantidad: intención, pero dejan la libertad de escoger las estrategias exactas). Ello habilita una democratización y personalización del proceso del diseñar;
es posible en el diseño un enfoque sistematizable, riguroso, de base numérica, conmensurable y científica, por lo que es viable la inclusión de la arquitectura como disciplina científica;
existe una enorme vinculación entre cualquier intervención construida y su contexto, tanto próximo como lejano. Estas interacciones (planteadas aquí como vínculos entre niveles) eran difusas, hasta que se plantearon holográficamente: esto permitió, además, una cuantificación de las mismas, lo que, a su vez, lo hizo accesible a través de un modelo.