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Ingeniería agrícola y biosistemas

versión On-line ISSN 2007-4026versión impresa ISSN 2007-3925

Ing. agric. biosist. vol.11 no.1 Chapingo ene./jun. 2019  Epub 24-Feb-2020

https://doi.org/10.5154/r.inagbi.2018.03.003 

Artículo científico

Evaluación de un escenario hipotético de supresión del sistema de entarquinamiento en Coeneo-Huaniqueo, Michoacán, México

Elí Gaiska Salomón-Guzmán1  * 

Laura Alicia Ibáñez-Castillo2 

Jacinta Palerm-Viqueira1 

1Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo. Carretera México-Texcoco km 36.5, Montecillo, Texcoco, Estado de México, C. P. 56230, MÉXICO.

2Universidad Autónoma Chapingo. Carretera México-Texcoco km 38.5, Chapingo, Estado de México, C. P. 56230, MÉXICO.


Resumen

Introducción:

En México existe un sistema de irrigación tradicional denominado entarquinamiento, el cual entra en la categoría de riego de avenida, también conocido como “cajas de agua”. Ciertos efectos generados por los sistemas tradicionales de riego son intencionados, y otros no del todo.

Objetivo:

Demostrar que los sistema de entarquinamiento generan efectos no intencionados como el control de inundaciones, del periodo de retorno de 100 años, en presencia de avenidas máximas.

Metodología:

Se realizó un análisis hidrológico para dos escenarios: 1) situación actual (cajas de agua operando) y 2) situación hipotética (cajas para entarquinar suprimidas o en desuso). Dentro del modelo hidrológico, con el programa HEC-HMS, se consideraron las metodologías del Soil Conservation Service (SCS) de los Estados Unidos (número de curva de escurrimiento e hidrograma unitario) y un una tormenta diseño de 167.8 mm. El tránsito de avenidas en cauces se realizó con el método de Muskingum.

Resultados:

Con la situación actual, el caudal generado a la salida del sistema de cajas fue de 0 m3·s-1, lo cual es producto del almacenamiento parcial del escurrimiento, mientras que con la situación hipotética, el caudal máximo se vuelve de 535.5 m3·s-1.

Limitaciones del estudio:

No se evaluó la eficiencia del sistema de cajas de agua como técnica de riego.

Originalidad:

Existen pocos estudios hidrológicos que demuestran beneficios cuantitativos de técnicas tradicionales de riego.

Conclusiones:

El sistema de cajas de agua en operación funciona como un reservorio. Si se quitaran las cajas, se generaría un escurrimiento que inundaría zonas agrícolas y urbanas.

Palabras clave cajas de agua; técnica tradicional de riego; riego de avenida; control y manejo del agua; inundación; río Angulo

Abstract

Introduction:

There is a traditional irrigation system in Mexico called entarquinamiento (spate irrigation), which falls into the flood irrigation category, also known as cajas de agua (literally water boxes). Certain effects generated by traditional irrigation systems are intentional and others not entirely.

Objective:

To demonstrate that spate irrigation systems generate unintended effects such as flood control, in a 100-year return period, in the presence of maximum floods.

Methodology:

A hydrological analysis was carried out for two scenarios: 1) current situation (water boxes operating) and 2) hypothetical situation (boxes for this purpose are suppressed or disused). Within the hydrological model, with the HEC-HMS program, the methodologies of the Soil Conservation Service (SCS) of the United States (runoff curve number and unit hydrograph) and a design storm of 167.8 mm were considered. Flood routing in channels was performed using the Muskingum method.

Results:

With the current situation, the flow rate generated at the box system outlet was 0 m3·s-1, which is the product of the partial storage of the runoff, while with the hypothetical situation, the maximum flow rate becomes 535.5 m3·s-1.

Study limitations:

The efficiency of the water box system as an irrigation technique was not evaluated.

Originality:

There are few hydrological studies that demonstrate quantitative benefits of traditional irrigation techniques.

Conclusions:

The operating water box system functions as a reservoir. If the boxes were removed, a runoff would be generated that would flood agricultural and urban areas.

Keywords water boxes; traditional irrigation technique; flood irrigation; water control and management; flooding; Angulo River

Introducción

Los cambios que el hombre realiza a los cauces, que a su vez modifican su condición natural de equilibrio, pueden ser benéficos o dañinos a la operación y comportamiento del río. Más aún, una misma acción puede ser benéfica en un río y perjudicial en otro (Comisión Nacional del Agua [CONAGUA], 2013b). Dentro de los fenómenos que pueden ocasionar los cambios en el escurrimiento están las inundaciones.

En México, existe un sistema de irrigación tradicional denominado entarquinamiento, el cual entra en la categoría de riego de avenida, también conocido como “cajas de agua”, las cuales se pueden definir como extensiones variables de terreno rodeadas por bordos de tierra que tienen por objeto almacenar el agua, humedecer la tierra y servir como área de cultivo (Palerm-Viqueira & Martínez-Saldaña, 2000; Sánchez-Rodríguez, 2005). De manera simplificada, el entarquinamiento consiste en derivar aguas broncas hacia parcelas rodeadas por un bordo de aproximadamente 1.5 m de altura (Figura 1). De acuerdo con Mollard y Walter (2008), esta es una técnica milenaria basada en la inundación controlada de una parcela rodeada por un dique. Las dimensiones de las cajas, según Palerm-Viqueira (2002), van de las 5 a las 100 ha, aunque en algunos casos pueden llegar a ser de 0.25 ha, a las cuales se les conoce como pantles. En el noreste de África, particularmente en Eritrea, se han encontrado técnicas similares llamadas jeriff (Tesfai & Stroosnijder, 2000).

Figura 1 Cajas para entarquinamiento en Huaniqueo, Michoacán, México (octubre de 2016). 

Ciertos efectos generados por los sistemas tradicionales han sido intencionados, y otros no del todo, entre los que se encuentran la conservación ecológica, en contraste con la sobreexplotación del ambiente con los sistemas modernos (Agarwal & Narain, 1997). En este sentido, la irrigación por inundación propicia el aumento del nivel de las aguas subterráneas poco profundas (Ochoa, Fernald, Guldan, & Shukla, 2007); específicamente para el caso del entarquinamiento, se han documentado beneficios agrológicos y fitosanitarios en cuanto a la mejora de los suelos agrícolas, el control de plagas, la remediación ecológica (López-Pacheco, 2002), la recarga de acuíferos (Cháirez-Araiza & Palerm-Viqueira, 2008) y otros efectos no intencionados del uso de esta técnica. Por lo anterior, el objetivo de este trabajo fue demostrar que los sistemas de entarquinamiento generan efectos no intencionados como el control de inundaciones, en un periodo de retorno de 100 años, en presencia de avenidas máximas.

Materiales y métodos

La cartografía empleada para esta investigación fue proporcionada, en su mayoría, por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI): modelo digital de elevaciones (continuo de elevaciones mexicano [CEM]) con resolución de 15 m (INEGI, 2013b), carta edafológica con escala 1:250 000 Serie II (datos obtenidos entre 2002 y 2007; INEGI, 2006), carta de uso de suelo y vegetación con escala 1:250 000 Serie V (INEGI, 2013a), carta de climatología con escala 1:1 000 000 (INEGI, 2008) y carta de red hidrográfica con escala 1:50 000 (INEGI, 2010).

Adicionalmente, se empleó un GPS (eTrex 20, Garmin®, EUA), un flexómetro de 20 m (PRO-20ME, PRETUL®, México) y el Banco Nacional de Datos de Aguas Superficiales (BANDAS) (CONAGUA, 2013a), y los programas ERIC III (Instituto Mexicano de Tecnología del Agua [IMTA], 2009), google earth, HEC-HMS 4.2.1 (U.S. Army Corps of Engineers, 2017) y ArcGIS 10.2.2 (Environmental Systems Research Institute [ESRI], 2014), este último con las extensiones HEC-GeoHMS 10.1, HEC-GeoRAS 10.1 y ArcBruTile.

Zona de estudio

La localización geográfica de la zona del sistema de entarquinamiento es de los 19° 50’ 00’’ a 19° 56’ 00’’ de latitud norte y de 101° 40’ 00” a 101° 31’ 00” de longitud oeste (Figura 2), la cual está dentro de la subcuenca del río Angulo, que pertenece a la cuenca Lerma-Chapala. Esta zona está integrada en la Región Hidrológica 12 Lerma-Santiago, con una superficie de 2 062 km2 (de los 19° 35’ a 20° 15’ de latitud norte y de 101° 20’ a 102° 00’ de longitud oeste) que abarca 15 municipios: Angamacutiro, Chucándiro, Coeneo, Erongarícuaro, Huaniqueo, Jiménez, Morelia, Morelos, Nahuatzen, Panindícuaro, Penjamillo, Purépero, Puruándiro, Quiroga y Zacapu (Figura 3).

Figura 2 Localización del entarquinamiento en la zona de estudio. 

Figura 3 Localización de la cuenca (HEC-GeoHMS). 

Edafología. El tipo de suelo del área de estudio es principalmente arcilloso (49.50 %) y limoso (47.85 %), por lo que se puede decir que no domina solo uno en cuanto a superficie ocupada (Cuadro 1).

Cuadro 1 Superficie ocupada por tipo de suelo en la zona de estudio. 

Entidad Superficie
ha %
Limo 98 674.81 47.85
Arcilla 102 058.60 49.50
Agua 3 147.69 1.53
Asentamiento humano 2 309.40 1.12
Total 206 190.51 100.00

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2006). Carta edafológica Serie II. Recuperado de http://www.inegi.org.mx/geo/contenidos/recnat/edafologia/default.aspx

Uso de suelo y vegetación. En la Figura 4 se observa que casi la mitad del suelo de la zona de estudio es de uso agrícola-pecuaria-forestal (44.68 %), mientras que la vegetación halófila hidrófila es la que ocupa la extensión menor (0.01 %) (Cuadro 2).

Figura 4 Uso de suelo y vegetación en la zona de estudio (Serie V). 

Cuadro 2 Superficie del uso de suelo y vegetación en la zona de estudio. 

Uso de suelo y vegetación Superficie
ha %
Asentamientos humanos 2 021.25 0.98
Bosque de pino 24 430.52 11.85
Bosque de encino 35 357.15 17.15
Cuerpos de agua 2 955.49 1.43
Agrícola-pecuaria-forestal 92 107.41 44.68
Pastizal inducido 24 822.18 12.04
Vegetación halófila hidrófila 17.71 0.01
Selva baja caducifolia 20 889.21 10.13
Tular 240.24 0.12
Zona urbana 2 371.54 1.15
Matorral crasicaule 650.52 0.32
Mezquital xerófilo 265.68 0.13
Total 206 128.90 100.00

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2013a). Uso de suelo y vegetación, Serie V. Recuperado de https://www.inegi.org.mx/temas/mapas/usosuelo/

Área tributaria de cada cauce

La determinación de las áreas de influencia de cada cauce, dentro del área de estudio, se realizó mediante la topografía proporcionada por el CEM, y se definió con base en las pendientes características de cada área mediante el programa HEC-GeoHMS. Esto se hizo debido a que son áreas tributarias o superficies que aportan escurrimientos al cauce (Figura 5).

Figura 5 Áreas tributarias de la zona de estudio. 

Número de curva de escurrimiento

El método del número de curva de escurrimiento (NC) para estimar la lámina escurrida se basa en valores tabulados del NC (adimensionales), los cuales fueron desarrollados por el Soil Conservation Service (SCS) de los Estados Unidos; en donde, el número de curva elegido dependerá, en términos prácticos, de la textura (grupo hidrológico del suelo) y uso del suelo, de la densidad de cobertura vegetal (condición hidrológica) y de la posible existencia de prácticas de conservación de suelos (Pérez-Nieto, Ibáñez-Castillo, Arellano-Monterrosas, Fernández-Reynoso, & Chávez-Morales, 2015). En México, este método se utiliza debido a su simplicidad y a la falta de instrumentación en las cuencas (Alonso-Sánchez, Ibáñez-Castillo, Arteaga-Ramírez, & Vázquez-Peña, 2014).

En este estudio, el valor del NC se obtuvo a partir de los datos tabulados por Mockus et al. (2009), con base en el tipo y uso de suelo (Cuadro 3), en combinación con la carta edafológica (Domínguez-Mora et al., 2008). La distribución espacial, de acuerdo con el NC obtenido, se muestra en la Figura 6.

Cuadro 3 Número de curva de escurrimiento. 

Descripción Grupo hidrológico
A B C D
Agrícola-pecuaria-forestal 62 71 78 81
Asentamiento humano 39 61 74 80
Bosque de coníferas 25 55 70 77
Bosque de encino 36 60 73 79
Cuerpo de agua 100 100 100 100
Matorral 34 58 71 78
Mezquital 68 79 86 92
Pastizal 39 61 74 80
Selva 45 66 77 83
Tular 68 79 86 92
Vegetación halófila 68 79 100 100
Zona urbana 77 85 90 92

Fuente: Mockus, V., Werner, J., Woodward, D. E., Nielsen, R., Dobos, R., Hjelmfelt, A., & Hoeft, C. C. (2009). Hydrologic soil groups. Estados Unidos de América: NRCS.

Figura 6 Distribución espacial del número de curva de escurrimiento en la zona de estudio. 

Posteriormente, se ajustaron los NC obtenidos, ya que el SCS define tres condiciones de humedad del suelo: I-seco (punto de marchitez), II-humedad media y III-completamente húmedo (capacidad de campo). Los NC para las condiciones del suelo I y III, se calcularon con las ecuaciones propuestas por Neitsch, Arnold, Kiniry, y Williams (2011).

Estaciones climatológicas

Los datos climatológicos empleados en el modelo fueron de 1983 a 2012 (30 años), los cuales se obtuvieron de estaciones del Sistema Meteorológico Nacional, de la Comisión Nacional del Agua, que estaban dentro y fuera del área de estudio (Figura 7).

Figura 7 Estaciones climatológicas empleadas en este estudio. 

Precipitación

El comportamiento de la precipitación media mensual de las estaciones climatológicas más cercanas al área de estudio se presenta en la Figura 8.

Figura 8 Precipitación media de cada estación climatológica del área de estudio. 

Los datos faltantes de precipitación se calcularon por el método del cuadrado inverso de la distancia (Ecuaciones 1 y 2) (Gallegos-Cedillo, Arteaga-Ramírez, Vázquez-Peña, & Juárez-Méndez, 2015).

Px=pi*wiwi (1)

wi=1Di2 (2)

Donde P x es el dato faltante de precipitación (mm), P i es la precipitación observada en las estaciones auxiliares circundantes (mínimo dos) en la fecha del dato faltante (mm) y D i es la distancia entre cada estación circundante y la estación incompleta (km).

Cálculo de las lluvias máximas esperadas

Para calcular las lluvias máximas en diferentes periodos de retorno: 10, 20, 50 y 100 años, se utilizó la metodología propuesta por el SCS, la cual consiste en obtener y agrupar las lluvias máximas presentadas en cierto periodo de registro (30 años en este caso), calcular parámetros estadísticos de la distribución teórica y ajustar las lluvias.

Análisis de frecuencias

El objetivo del análisis de frecuencia de información hidrológica es relacionar la magnitud de los eventos, en especial los extremos, con su ocurrencia mediante el uso de distribuciones de probabilidad, para ello se supone que la información hidrológica analizada es independiente del espacio y el tiempo (Chow, Maidment, & Mays, 1988). En este caso, el análisis de frecuencia de lluvias extremas se realizó por el método de los momentos, para lo cual se ajustaron los valores originales de precipitación a una distribución teórica: normal, log normal, pearson III (gamma), log pearson y Gumbel.

Prueba de bondad de ajuste de Kolmogorov-Smirnov

Para verificar si los datos se ajustaban a la metodología propuesta, se aplicó la prueba de bondad de ajuste de Kolmogorov-Smirnov (Ecuación 3), la cual consiste en comparar la función de distribución de probabilidad observada [F 0 (X m )] (Ecuación 4) con la teórica [F(X m )]:

D=maxF0Xm-F(Xm) (3)

F0Xm=1-mn+1 (4)

donde m es el número de orden del valor dado, X m es una lista de menor a mayor y n es el número total de datos.

Para usar esta prueba se plantea como hipótesis nula (H0) que la función de distribución de probabilidad es D (α, β).

La diferencia máxima observada (D) se compara con un estadístico de tablas de Kolmogorov-Smirnov; si D es menor se acepta la distribución teórica. El valor de dicho estadístico depende de la longitud de registro y el nivel de significancia. Si se aceptan varias distribuciones, se elige aquella con la menor diferencia observada.

Relación lluvia-escurrimiento

De acuerdo con Aparicio-Mijares (2001), los registros de precipitación son más abundantes que los de escurrimiento, además, no cambian por modificaciones antropogénicos en la cuenca; por ello, se recomienda usar métodos que determinen el escurrimiento a partir de datos de lluvia y de características de la cuenca. El método del NC, para el cálculo de la lámina precipitada a lámina escurrida, fue desarrollado en 1950 por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Los principales parámetros que intervienen en el proceso de conversión de lluvia a escurrimiento son el área de la cuenca, la cantidad de lluvia, la pendiente de la cuenca, el tiempo de concentración, la vegetación, y la distribución espacial y temporal de la lluvia.

Para lo anterior, se emplean las Ecuaciones 5 y 6, las cuales estiman la escorrentía directa de una tormenta (Chow et al., 1988):

Pe=(P-0.2S)2(P+0.8S) (5)

para P > 0.2 S, de lo contrario Pe = 0

S=25400NC-2540 (6)

donde Pe es la lámina de escurrimiento directo (mm), P es la precipitación (mm), S es la retención potencial máxima (mm).

La herramienta metodológica más usada para modelar el proceso lluvia-escurrimiento se basa en la teoría del hidrograma unitario (Juárez-Méndez, Ibáñez-Castillo, Pérez-Nieto, & Arellano-Monterrosas, 2009), la cual asume que la descarga en cualquier tiempo es proporcional al volumen de escurrimiento repartido uniformemente en la cuenca (Snider et al., 2007), ya que considera la altura de precipitación, el área, la forma, la pendiente y la vegetación de la cuenca, aunque no de forma explícita (Aparicio-Mijares, 2001). Los principios fundamentales del tiempo del flujo base constante, superposición y proporcionalidad hacen al hidrograma unitario una herramienta extremadamente flexible para desarrollar hidrogramas sintéticos.

Por su parte, Chow et al. (1988) mencionan que el hidrograma adimensional SCS es un hidrograma unitario sintético triangular transformado a una forma curvilínea; en el cual, el caudal se expresa por la relación del caudal (q) con respecto al caudal pico (q p , m3·s-1·mm-1) y al tiempo de ocurrencia del pico en el hidrograma unitario (T p , h). Si se considera un hidrograma unitario de 1 mm, se puede demostrarse que:

qp=0.208ATp (7)

donde A es el área de drenaje (km2) y T p es igual a 1.67 h de acuerdo con el SCS.

Adicionalmente, Aparicio-Mijares (2001), en cuencas del SCS, indica que en los hidrogramas unitarios el tiempo de retraso (t r ) es igual a 0.6 T c , donde T c es el tiempo de concentración de la cuenca. El T p puede expresarse en términos del t r y de la duración de la lluvia efectiva d e (Ecuación 8):

Tp=de2+tr (8)

Por otra parte, la estimación del escurrimiento puede ser de dos tipos: 1) predicción probabilística y 2) pronóstico en “tiempo real”, por lo que es necesario caracterizar de manera adecuada el escurrimiento y los fenómenos que están relacionados con él (la lluvia y la cuenca), y elaborar una serie de modelos con base en las leyes de la física y la teoría de probabilidades, los cuales deben ser manejables en la práctica, y conducir a pronósticos y predicciones correctas (Domínguez-Mora, 1990).

Una vez que el escurrimiento baja de las laderas, inicia su tránsito en los cauces que ya están definidos. Los cauces amortiguan la velocidad y almacenan temporalmente parte del caudal. Por ello, al final del cauce se genera un hidrograma de salida diferente al inicial.

Existen diferentes métodos para calcular el tránsito de avenida en causes; uno de los más sencillos es el método de Muskingum (Ecuación 9) (Aparicio-Mijares, 2001):

Oi+1=C1Ii+C2Ii+1+C3Oi (9)

donde I i y O i son las ordenadas de los hidrogramas (m3·s-1) de entrada y salida, respectivamente; los coeficientes C1, C2 y C3 se calculan de la siguiente manera:

C1=Kx+t/2K1-x+t/2; C2=-Kx+t/2K1-x+t/2;C3=K1-x-t/2K1-x+t/2 (10)

donde C 1 + C 2 + C 3 = 1, K y x son los parámetros de Muskingum, el primero en unidades de tiempo y el segundo adimensional.

El entarquinamiento como área de almacenamiento

El sistema de entarquinamiento formado por “cajas” funciona similar a una presa de almacenamiento, pero sin descargar de manera inmediata. Se considera que en época de grandes avenidas, los escurrimientos pueden dividirse entre un máximo volumen almacenado por las cajas y el seguimiento de su curso en el cauce.

Modelo HEC-HMS

De acuerdo con McCuen (1998), los modelos hidrológicos son representaciones simplificadas de sistemas hidrológicos reales que permiten estudiar la funcionalidad y respuesta de una cuenca a varias condiciones de entrada, para comprender mejor los eventos hidrológicos. El Hydrologic Engineering Center-Hydrologic Modeling System (HEC-HMS) es un modelo de parámetros hidrológicos agregados por subcuenca, con opción a un modelo distribuido en el espacio; subdivide una cuenca en subcuencas tomando como criterio inicial los tributarios de la corriente principal (Miranda-Aragón, Ibáñez-Castillo, Valdéz-Lazalde, & Hernández-de la Rosa, 2009). En el presente trabajo, se empleó este modelo, ya que simula los procesos de precipitación y escorrentía de los sistemas de cuencas dendríticas. Además, se aplica en diversas áreas geográficas para resolver una gran cantidad de problemas; esto incluye el suministro de agua a la cuenca hidrográfica y la hidrología de las inundaciones. En México, la escorrentía de cuencas urbanas o naturales, se trabaja por evento meteorológico extremo (Vargas-Castañeda, Ibáñez-Castillo, & Arteaga-Ramírez, 2015).

Los hidrogramas, o algunos de sus elementos (como gasto al pico), se usan en la planeación y diseño de estructuras de control del agua, así como para mostrar los efectos hidrológicos existentes o cambios propuestos en el uso del suelo (Snider et al., 2007). Los hidrogramas producidos por el HEC-HMS se usan directamente o junto con otro programa para estudiar la disponibilidad de agua, drenaje urbano, pronóstico de avenidas, impacto de urbanización futura, diseño de vertederos, reducción de daños por inundación, regulación de llanuras de inundación y operación de sistemas (U.S. Army Corps of Engineers, 2016). Por el contrario, los estudios hidrológicos con técnicas tradicionales para escorrentía superficial no presentan las necesidades de estudio para estructuras pequeñas.

Resultados y discusión

En la Figura 9 se presentan los elementos del modelo realizado mediante HEC-GeoHMS, para evaluar el funcionamiento de los “bordos” en la cuenca.

Figura 9 Elementos del modelo de la zona de estudio obtenidos con HEC Geo-HMS. 

El tiempo de retraso, que está relacionado con el número de curva de escurrimiento (corregido por pendiente), la pendiente del área de aporte, la longitud hidráulica del cauce y el área, para la zona tributaria que conforma la cuenca, se presentan en el Cuadro 5.

Cuadro 5 Características de las áreas de aporte a la cuenca. 

Número de identificación Nombre Pendiente (%) Número de curva de escurrimiento Tiempo de retraso (h) Área (km2)
1 W310 9.97 89.90 4.11 209.25
2 W320 8.88 92.32 2.67 167.71
3 W340 16.36 85.63 1.69 77.98
4 W410 14.59 76.97 4.74 108.04
5 W430 5.27 87.55 2.23 40.30
6 W450* 14.51 87.69 1.98 90.09
7 W460* 14.56 89.57 2.29 113.51
8 W470* 21.22 83.16 2.27 102.46
9 W480* 13.81 86.55 2.25 92.80
10 W500 6.06 86.01 2.38 31.42
11 W520 14.42 80.30 3.28 160.42
12 W540 9.51 84.39 2.82 79.67
13 W550 14.68 83.15 1.95 55.33
14 W560 18.86 79.27 2.50 109.22
15 W570 15.23 81.91 2.76 104.28
16 W580 14.61 78.22 1.74 50.32
17 W610* 7.98 88.77 2.66 68.23
18 W660 13.15 87.62 3.50 231.15
19 W700 14.82 85.49 2.18 94.11
20 W710 10.18 90.78 1.44 53.82
21 W750 7.73 93.19 1.44 21.20
Tota 2 062.00

*Áreas que inciden en la salida del sistema de entarquinamiento.

Por otro lado, el Cuadro 6 presenta los 33 tramos del cauce y el parámetro K para la aplicación del método de Muskingum. Dicho parámetro se obtuvo al tomar como media de velocidad al pico de 2.5 m·s-1, mientras que x se propuso de 0.2 (ya que x se aproxima a 0 en cauces de pendiente pequeña y caudalosos, y valor de 0.5 es para pendientes grandes).

Cuadro 6 Parámetro K de Muskingum y longitud de los tramos de cauce de la cuenca. 

Número de identificación Nombre Longitud (m) K (h)
1 R20 16845.48 1.25
2 R30 3101.20 0.23
3 R40 34711.09 2.57
4 R50 8015.28 0.59
5 R60 9997.37 0.74
6 R80 5354.49 0.40
7 R100 8080.36 0.60
8 R110* 8987.70 0.67
9 R120 6020.07 0.45
10 R140* 6091.56 0.45
11 R150 22456.40 1.66
12 R160 3593.74 0.27
13 R170 9358.08 0.69
14 R180 2279.04 0.17
15 R190 734.57 0.05
16 R200 10219.93 0.76
17 R210 13559.46 1.00
18 R220 16085.61 1.19
19 R230 4864.91 0.36
20 R240 5081.50 0.38
21 R250 3642.07 0.27
22 R260 12736.06 0.94
23 R270 1351.88 0.10
24 R280 14508.25 1.07
25 R290 14310.58 1.06
26 R130* 2127.76 0.16
27 R630* 7947.59 0.59
28 R90 4404.01 0.33
29 R680 28531.42 2.11
30 R720 1601.10 0.12
31 R70 4296.14 0.32
32 R770 2063.31 0.15
33 R10 4721.27 0.35

*Tramos del cauce que inciden en el escurrimiento a la salida del sistema de entarquinamiento.

Estos resultados previos son las entradas con las cuales el programa ejecuta una serie de procedimientos para poder obtener los resultados finales.

Los modelos realizados con HEC-HMS, donde se obtiene el hidrograma de salida en cada una de las partes de interés, se presentan en la Figura 10, y se puede observar el efecto no intencionado del uso del entarquinamiento. Además, dicha figura muestra que para una tormenta de diseño de 100 años de periodo de retorno, el gasto al pico es de 535.5 m3·s-1 y el pico de descarga es de 0 m3·s-1, lo que refleja un funcionamiento similar al de una presa de almacenamiento. Hay que tener en cuenta que las cajas de agua no atrapan en su totalidad el agua de lluvia, ya que una porción se mantiene en el cauce por escurrimiento subsuperficial, especialmente cuando la temporada de lluvias ya ha empezado y se presentan fuertes tormentas.

Figura 10 Hidrograma a la salida del sistema con entarquinamiento para un periodo de retorno de 100 años (167.8 mm de lluvia ). 

Para el caso del sistema sin entarquinamiento (Figura 11), el agua que alimenta al sistema de cajas no se deriva a éstas, sino que se mantiene fluyendo el gasto de la avenida en el cauce principal. Este modelo pone de manifiesto la existencia de un gasto considerable (535.5 m3·s-1) a la salida del sistema; es decir, si se suprime el entarquinamiento, algunas localidades ubicadas en la zona de estudio podrían resultar afectas por inundaciones.

Figura 11 Hidrograma a la salida del sistema sin entarquinamiento para un periodo de retorno de 100 años (167.8 mm de lluvia). 

Conclusiones

Esta investigación realizada en el sistema de bordería del Valle de Coeneo-Huaniqueo (5 337.82 ha) comprueba el beneficio de usar entarquinamiento en esta área, ya que se considera una zona de amortiguamiento hidráulico que funge como una medida de mitigación de inundaciones en la zona de aguas abajo. Si se llegara a suprimir esta técnica en la región, habría que considerar otra manera de controlar las inundaciones. Por lo que, más allá de tomar acciones deliberadas encaminadas a disminuir, e inclusive suprimir, la técnica del entarquinamiento, habría que tomar medidas con base en la ciencia y en la técnica que permitan conciliar beneficios al mediano y largo plazo.

Con base en lo anterior, las evidencias recabadas durante esta investigación, desde el punto de vista hidrológico e hidráulico para el sistema de entarquinamiento, sugieren que la técnica en cuestión genera efectos no intencionados, como control de inundaciones en asentamientos humanos y prevención de siniestros agrícolas debido a la pérdida de cultivos por inundación, entre otros.

El sistema de entarquinamiento, como otros sistemas tradicionales para el uso y manejo del agua, se sitúa en una atmósfera poco favorable para su conservación y preservación, debido a que se considera una práctica obsoleta que propicia el derroche del agua, entre otros argumentos. Por lo anterior, es de gran importancia aportar elementos que evidencien los efectos intencionados y no intencionados, esto con el apoyo de especialistas en ecología, agrología, agronomía e hidrología.

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Recibido: 06 de Marzo de 2018; Aprobado: 07 de Noviembre de 2018

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