Descripción:

Masculino de 50 años que ingresó a terapia intensiva con diagnóstico de COVID-19 para manejo estricto con requerimiento de oxigenoterapia. Intercurrió con distensión y dolor abdominal, por lo que se solicitó tomografía de abdomen-pelvis informándose falta de relleno en arteria renal derecha e infartos renales con necesidad de angioplastia y doble antiagregación. Evoluciona favorablemente y se otorga el alta. Actualmente, el Doppler renal informa adecuada vascularización. El paciente se encuentra con buena función renal.

Relevancia:

La enfermedad por coronavirus es una infección contagiosa y potencialmente mortal causada por el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus-2. Puede predisponer a los pacientes a trombosis arterial y venosa. Sin embargo, la oclusión aguda de la arteria renal es una enfermedad poco común.

Implicaciones clínicas:

Es importante un diagnóstico y tratamiento rápido para prevenir la pérdida o daño renal permanente.

Conclusiones:

Los mecanismos subyacentes de los infartos renales en gran parte son desconocidos, pero puede incluir efectos citopáticos directos del virus en las células endoteliales. La mayoría de los pacientes se tratan de forma conservadora. Algunos casos se someten a angioplastia con buenos resultados. Nuestro paciente mantuvo estabilidad del filtrado glomerular y fue tratado precozmente con dosis anticoagulantes de enoxaparina, aunque requirió tratamiento complementario.