En la literatura sobre conducta alimentaria, se han detallado tres componentes individuales que afectan la elección de los alimentos: cognitivo, conductual y afectivo (Herman & Polivy, 1975). En lo referente al componente afectivo, la relación entre emociones y alimentación no es simple: los estados emocionales y de ánimo pueden influir en la conducta alimentaria, y a su vez la alimentación puede modificar las emociones y estados de ánimo (Gibson, 2006).
Durante el estudio de las emociones en la conducta alimentaria, se ha identificado que los comedores emocionales incrementan el consumo de los alimentos en respuesta a emociones desagradables; en cambio, los comedores no emocionales no modifican sus niveles de consumo o incluso lo restringen (Schachter, Goldman & Gordon, 1968). A pesar del énfasis que se ha hecho en estudios previos sobre la influencia de las emociones desagradables en los comedores emocionales, estudios recientes han generado controversia debido a que se ha identificado que los comedores emocionales también incrementan su consumo durante las emociones agradables (Bonguers, Jansen, Havermans, Roefs, & Nederkoorn, 2013). Por ejemplo al inducir experimentalmente estados emocionales, tanto en la condición de emociones agradables como emociones desagradables, los participantes consumieron más calorías que los participantes del grupo control. Es por esto que Evers, Adriaanse, Ridder y Witt (2013) sugieren dedicar mayor atención al estudio de las emociones agradables durante la alimentación debido a que se ha dado mayor énfasis a las emociones desagradables como indicadores de la sobreingesta alimentaria.
Adicionalmente, Macht (2008), encontró que los participantes de una muestra no clínica, reportaron mayores niveles de hambre durante estados emocionales de alegría y enojo que durante estados de miedo y tristeza.
En estudios sobre trastornos de la conducta alimentaria, se ha identificado que las personas con dichos padecimientos pueden experimentar emociones desagradables antes y después del consumo de los alimentos. Como emociones antecedentes, se han identificado: enojo, sensación de vacío, desesperación, preocupación e insatisfacción. Como emociones consecuentes se han identificado: culpa, vergüenza, arrepentimiento, remordimiento y autodesprecio (Whiteside et al, 2007). Sin embargo, actualmente no es clara la influencia de las emociones experimentadas durante el consumo, tanto en muestras con trastornos en la conducta alimentaria como en muestras no clínicas.
A pesar de los intentos previos por explicar el efecto de las emociones en la alimentación, actualmente no es bien conocido el proceso mediante el cual las emociones afectan la conducta alimentaria. Macht (2008), propuso las siguientes hipótesis: a) Las emociones desagradables inducen la alimentación para regular dichas emociones; b) Las emociones intensas suprimen la ingesta de alimento; c) Las emociones agradables y desagradables dificultan el control cognoscitivo de la conducta alimentaria; d) El control de la elección de los alimentos depende de las emociones inducidas por el propio alimento.
Recapitulando, se ha estudiado el papel de las emociones desagradables en los comedores emocionales, pero se ha dejado de lado el estudio de las emociones agradables tanto en comedores emocionales como en población no clínica. Si bien se han identificado las emociones que se experimentan antes y después de comer, no es claro qué emociones se experimentan durante la alimentación en muestras no clínicas. En este sentido, Kenardy, Butler, Carter y Moor (2003) indicaron que existe la necesidad de examinar el impacto de las emociones en la alimentación en muestras no clínicas. Aunque las investigaciones sobre alimentación y emociones han aportado información para comprender la interacción entre ambas variables, actualmente no es claro cómo es que las emociones influyen en la alimentación.
Por lo tanto, el objetivo de la presente investigación fue identificar las emociones que una muestra no clínica, en este caso estudiantes universitarios experimentan durante la alimentación. Para eso, el presente estudio se dividió en tres fases que se detallan a continuación.
Fase 1
El objetivo de la fase 1 fue identificar los alimentos consumidos con mayor frecuencia por los universitarios. Esto se realizó para garantizar que los participantes estuvieran familiarizados y de hecho consumieran habitualmente los alimentos a evaluar.
Método
Participantes
La muestra fue de tipo no probabilística por conveniencia y estuvo constituida por 100 universitarios, hombres y mujeres, residentes del Distrito Federal con una edad promedio de 22 años (DE= 4.15).
Resultados
Se realizó un análisis de frecuencias de los alimentos reportados por los participantes y se estableció el punto de corte en el primer cuartil.
Desayuno | Comida | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Alimento | Frecuencia | Alimento | Frecuencia | |||
1 | pan | 100 | pasta | 99 | ||
2 | yogurt | 77 | agua de sabor | 95 | ||
3 | café | 60 | tacos | 90 | ||
4 | leche | 59 | pollo guisado | 76 | ||
5 | cereal | 55 | agua simple | 72 | ||
6 | jugos | 52 | arroz | 72 | ||
7 | manzanas | 49 | refresco | 64 | ||
8 | licuado de fruta | 48 | quesadillas | 56 | ||
9 | sándwich | 48 | ensaladas | 53 | ||
10 | galletas | 40 | tortas | 45 | ||
11 | huevos | 40 | caldos | 44 | ||
12 | huevos acompañados | 39 | bistec de res | 43 | ||
13 | quesadillas | 37 | tortillas | 38 | ||
14 | café con leche | 31 | sándwich | 32 | ||
15 | agua simple | 30 | frijoles | 31 | ||
16 | té | 29 | enchiladas | 30 | ||
17 | plátano | 28 | sopas | 29a | ||
18 | papaya | 25 | papas | 27 | ||
19 | barra de cereal | 24 | pizza | 26 | ||
20 | tortas | 22 | hamburguesa | 20 | ||
21 | fruta | 19 | lechuga | 20 | ||
22 | melón | 19 | nopales | 19 | ||
23 | gelatina | 18 | atún | 17 | ||
24 | leche con chocolate | 18 | milanesa | 17 | ||
25 | pollo | 16 | pescado | 17 | ||
Cena | Colaciones | Antojos | ||||
Alimento | Frecuencia | Alimento | Frecuencia | Alimento | Frecuencia | |
1 | Leche | 91 | dulces | 84 | enchiladas | 38 |
2 | Pan | 89 | papas | 70 | pizza | 34 |
3 | Cereal | 56 | chocolates | 67 | tacos | 28 |
4 | Café | 47 | galletas | 52 | ensaladas | 25 |
5 | Té | 34 | manzanas | 45 | helados | 25 |
6 | Pasta | 31 | agua | 38 | pasta | 25 |
7 | Tacos | 30 | cacahuates | 35 | hamburguesa | 23 |
8 | Agua | 29 | pan | 34 | papas | 22 |
9 | Galletas | 29 | frituras | 30 | pastel | 19 |
10 | Quesadillas | 25 | chicles | 28 | tortas | 18 |
11 | Yogurt | 22 | refresco | 24 | pozole | 16 |
12 | agua de sabor | 16 | yogurt | 22 | frappé | 15 |
13 | Ensaladas | 16 | helado | 21 | quesadillas | 15 |
14 | Sándwich | 15 | barra de cereal | 15 | sushi | 15 |
15 | café con leche | 14 | café | 15 | flan | 14 |
16 | Refresco | 14 | plátano | 15 | refrescos | 14 |
17 | Queso | 13 | agua de sabor | 12 | crepas | 13 |
18 | Hamburguesas | 12 | palomitas | 12 | fresas con crema | 13 |
19 | Manzana | 11 | jugos | 10 | lasaña | 13 |
20 | Sincronizadas | 11 | sándwich | 10 | pan | 13 |
21 | Arroz | 10 | paleta de hielo | 9 | jugos | 12 |
22 | Gelatina | 10 | peras | 9 | chocolate | 11 |
23 | Pastel | 10 | quesadillas | 9 | pay | 11 |
24 | Pizza | 10 | cereal | 8 | tamales | 11 |
25 | Bistec | 9 | cerveza | 8 | agua de sabor | 10 |
Posteriormente, se realizó una lista de los alimentos más frecuentes independientemente de la categoría a la que pertenecían, y se consideraron los alimentos incluidos en los primeros dos cuartiles de cada categoría.
Fase 2
El objetivo de la fase 2, fue identificar las emociones que se relacionan con la alimentación y descartar aquellas que pudieran ser sólo distractores o que pudieran obstaculizar las respuestas de los participantes.
Método
Participantes
Participaron 200 estudiantes universitarios con un promedio de edad de 22 años (DE= 4.24), 100 hombres y 100 mujeres, residentes del Distrito Federal. La muestra fue de tipo no probabilística por conveniencia.
Alimentos | Frecuencia | Alimentos | Frecuencia |
---|---|---|---|
Pan | 236 | Barra de cereal | 39 |
Agua | 169 | Huevos | 39 |
Pasta | 155 | acompañados | |
Leche | 150 | Tortillas | 38 |
Tacos | 148 | Cacahuates | 35 |
Quesadillas | 142 | Frijoles | 31 |
Refresco | 140 | Frituras | 30 |
Agua de sabor | 133 | Pastel | 29 |
Café | 122 | Sopas | 29 |
Galletas | 121 | Chicles | 28 |
Yogurt | 121 | Gelatina | 28 |
Cereal | 119 | Papaya | 25 |
Papas | 119 | Lechuga | 20 |
Manzanas | 105 | Fruta | 19 |
Sándwich | 105 | Melón | 19 |
Ensaladas | 94 | Nopales | 19 |
Pollo guisado | 92 | Leche con chocolate | 18 |
Tortas | 85 | Atún | 17 |
Dulces | 84 | Milanesa | 17 |
Arroz | 82 | Pescado | 17 |
Chocolates | 78 | Pozole | 16 |
Jugos | 74 | Frappe | 15 |
Pizza | 70 | Sushi | 15 |
Enchiladas | 68 | Flan | 14 |
Té | 63 | Crepas | 13 |
Hamburguesa | 55 | Fresas con crema | 13 |
Bistec de res solo | 52 | Lasaña | 13 |
Licuado de fruta | 48 | Queso | 13 |
Helado | 46 | Palomitas | 12 |
Café con leche | 45 | Pay | 11 |
Caldos | 44 | Sincronizadas | 11 |
Plátano | 43 | Tamales | 11 |
Huevos | 40 | Paleta de hielo | 9 |
Peras | 9 | ||
Cerveza | 8 |
Instrumentos
Alimentos y emociones: Este instrumento estuvo constituido por la lista de los 66 alimentos obtenidos en la etapa previa. También se incluyó la lista de emociones del modelo The Geneva Emotion Wheel (GEW), propuesto por Scherer (2005) quien lo desarrolló como una propuesta para homogeneizar y consensuar la investigación en emociones entre los investigadores. Se realizó una traducción de las emociones y se ordenaron alfabéticamente de la siguiente forma: alegría, alivio, amor, anhelo, arrepentimiento, asco, asombro, celos, compasión, culpa, decepción, desesperación, desprecio, disfrute, diversión, enojo, envidia, felicidad, interés, irritación, júbilo, lástima, maravilla, miedo, nostalgia, orgullo, placer, preocupación, remordimiento, repulsión, risa, sorpresa, ternura, tristeza, vergüenza.
Procedimiento
Se acudió a diversas entidades de una universidad pública del Distrito Federal y se invitó a los alumnos a participar en la investigación. Se les pidió que de la lista de emociones, identificaran aquellas que experimentaban durante el consumo de alimentos y que la escribieran en el lugar correspondiente.
Resultados
En el paquete estadístico SPSS se capturaron las emociones que los participantes asignaron a los alimentos y se calculó un análisis de frecuencias.
Fase 3
Una vez que se identificaron los alimentos que consumían los universitarios y se depuró la lista de emociones, se realizó la aplicación final con el objetivo de identificar las emociones que una muestra no clínica, experimenta durante la alimentación.
Método
Participantes
Participaron 519 universitarios, 269 hombres y 250 mujeres, con una edad promedio de 22 años, (D.E., 3.80) residentes del Distrito Federal. La muestra fue de tipo no probabilística por conveniencia.
Instrumentos
Alimentos y emociones: Este instrumento estuvo constituido por la lista de los 66 alimentos y la lista de 22 emociones asociadas a los alimentos obtenidas en las etapas previas, así como un espacio para marcar la intensidad de las emociones experimentadas.
Procedimiento
Se acudió a diversas facultades de una universidad pública del Distrito Federal y se invitó a los alumnos a participar en la investigación. Se les pidió a los participantes que identificaran de la lista de emociones, aquellas que experimentaban cuando consumían cada uno de los alimentos y que la escribieran en el lugar correspondiente. Finalmente se les pidió que evaluaran la intensidad de la misma.
Resultados
En el paquete estadístico SPSS se capturaron las emociones que los participantes asignaron a cada uno de los alimentos, así como la intensidad experimentada. Las emociones reportadas con mayor frecuencia, independientemente del alimento fueron: alegría, alivio, amor, arrepentimiento, asco, culpa, disfrute, felicidad, placer, remordimiento, repulsión y ternura.
En cuanto a emociones agradables, se identificó que los participantes asignaron al 85% de los alimentos emociones de disfrute, placer, alegría, felicidad y amor; en el consumo de agua y papaya, reportaron emociones neutras como alivio. Finalmente en cuanto a emociones desagradables, los participantes refirieron sentir asco en el consumo de nopales, pescado, atún, pollo guisado y sushi; culpa en el consumo de refresco y remordimiento en el consumo de pan y frituras.
Se calcularon pruebas t, para identificar diferencias por sexo, las cuales se muestran en la tabla 4.
Alimentos | Emoción en hombres | Intensidad de emociones en hombres | Emoción en mujeres | Intensidad de emociones en mujeres | t | p |
---|---|---|---|---|---|---|
Agua de sabor | Placer | 2.78 | Disfrute | 2.46 | 1.65 | .05 |
Barra de cereal | Disfrute | 2.3 | Disfrute | 1.95 | 1.78 | .05 |
Bistec | Placer y disfrute | 3.06 | Disfrute | 2.32 | 3.5 | .01 |
Caldos | Disfrute | 2.52 | Disfrute | 2.08 | 2.13 | .05 |
Enchiladas | Placer y disfrute | 2.85 | Disfrute | 2.45 | 2.04 | .05 |
Milanesa | Placer y disfrute | 2.89 | Disfrute | 2.51 | 1.86 | .05 |
Pescado | Placer y disfrute | 2.83 | Disfrute | 2.45 | 1.7 | .05 |
Pizza | Placer y disfrute | 3 | Disfrute | 2.45 | 2.92 | .01 |
Quesadillas | Placer y disfrute | 2.93 | Disfrute | 2.5 | 2.09 | .05 |
Tacos | Placer y disfrute | 3.02 | Disfrute | 2.31 | 3.3 | .00 |
Chocolates | Disfrute | 2.72 | Placer | 3.1 | -1.84 | .00 |
Licuado de fruta | Disfrute | 2.44 | Disfrute | 2.8 | -1.88 | .05 |
Como se observa en la tabla 4, los hombres experimentaron emociones agradables y mayor intensidad de las mismas durante el consumo de agua de sabor, barra de cereal, bistec, caldos, enchiladas, milanesa, pescado, pizza, quesadillas y tacos. Las mujeres experimentaron emociones agradables y mayor intensidad de las mismas que los hombres durante el consumo de chocolates y licuado de fruta.
La única emoción, en donde las mujeres experimentaron una intensidad mayor que los hombres fue en culpa (M=.28, M=.16, T= 3.14 y p=. 000).
Discusión
En el presente estudio, se identificaron los alimentos consumidos con mayor frecuencia por estudiantes universitarios así como las emociones experimentadas durante el consumo de cada uno de ellos.
Los resultados globales indican que los universitarios consumen alimentos en donde están presentes los hidratos de carbono, proteínas y grasa, vitaminas y minerales. También se identificó que las emociones que los universitarios experimentan con mayor frecuencia durante la alimentación son: alegría, alivio, amor, arrepentimiento, asco, culpa, disfrute, felicidad, placer, remordimiento, repulsión y ternura. Adicionalmente se encontró que las emociones experimentadas durante el consumo del 85% de los alimentos fueron en su mayoría emociones agradables tales como disfrute, placer, alegría, felicidad y amor. Finalmente se encontró que los hombres tienden a experimentar placer durante el consumo de los alimentos a diferencia de las mujeres que tienden a experimentar disfrute con mayor frecuencia.
Algunas investigaciones sobre la influencia de las emociones en la conducta alimentaria afirman que las personas se sobrealimentan en respuesta a emociones desagradables, y se ha descuidado en gran medida el estudio de las emociones agradables. Por ejemplo, se ha detectado que en los antecedentes próximos al atracón destacan las emociones desagradables como la depresión, enojo, sensación de vacío, desesperación, preocupación e insatisfacción, mientras que las consecuencias más frecuentes incluyen el alivio de pensamientos y emociones desagradables (Whiteside et al, 2007). Los hallazgos de la presente investigación además de contribuir a la literatura previa, también aportan evidencia de que las emociones experimentadas durante la alimentación en una muestra no clínica son, en su mayoría agradables, independientemente del alimento.
En la literatura sobre conducta alimentaria se ha enfatizado en la interacción entre factores ambientales e individuales, que influyen en la elección de los alimentos (Bauer et al., 2004; Beardsworth et al., 2002; Betts et al., 1995; Bogue et al., 2005; Chambers et al., 2008; Croll et al., 2001; Cullen et al., 2000; Falk et al., 1996; Hayes & Ross, 1987; Kearney et al., 2000; Larson y Story, 2009; Sobal & Bisogni, 2009; Wardle et al., 2005). Habitualmente, las personas deciden qué comer y en qué momento hacerlo cuando perciben que tienen hambre, sin embargo no solo el valor nutricional o el estado corporal momentáneo son determinantes en las decisiones referentes a qué y cuánto comer (Booth, 1994).
Si bien, la conducta alimentaria obedece a la satisfacción de una necesidad fisiológica, también se basa en pautas socioculturales que determinan las preferencias y el patrón de consumo de los alimentos, superponiéndose a las reacciones fisiológicas relacionadas con el ciclo hambre-saciedad. En otras palabras, la conducta alimentaria es un constructo multifactorial y la elección de los alimentos obedece no solo a la satisfacción momentánea de una necesidad fisiológica; ni a la búsqueda intencional del valor nutricio que aportan los alimentos. Por lo tanto, los resultados de la presente investigación aportan evidencia que sugiere que las emociones agradables representan uno de los factores socioculturales que motivan la conducta alimentaria.
En un intento por identificar los posibles mecanismos que explican el efecto de las emociones sobre la conducta alimentaria, la presente investigación respalda la hipótesis propuesta por Macht (2008), que establece que el control de la elección de los alimentos depende de las emociones inducidas por el propio alimento. En las teorías sobre emociones, se considera que éstas tienen diferentes funciones en la organización y función de la conducta. Por ejemplo, Plutchick (1987), indicó que la emoción facilita el acercamiento o la evitación del objetivo de la conducta motivada en función de las características de agrado- desagrado de la emoción. Por lo tanto los resultados de la presente investigación podrían sugerir que la consecuencia lógica de experimentar emociones agradables durante la alimentación, es favorecer el acercamiento o aproximación hacia los alimentos y así experimentar sensaciones placenteras que ocurren como consecuencia de comer. Macht (2008) indicó que la asociación entre las emociones y la alimentación es más fuerte si algunas emociones en particular ocurren con mayor frecuencia en contextos alimentarios que otras emociones, lo cual genera cambios cognitivos y conductuales compatibles con la alimentación. En algunas culturas como la nuestra, la comida es parte importante de las celebraciones que regularmente generan emociones agradables.
A pesar de que los resultados de la presente investigación destacan la importancia de las emociones agradables durante la alimentación y proporcionan las bases para desarrollar instrumentos de medición para evaluar las emociones y su relación directa con la alimentación en población no clínica, las investigadoras sugieren probar la generalidad de los resultados de esta investigación. También se sugiere realizar experimentos empleando mediciones confiables de la conducta alimentaria y métodos adecuados de inducción de estados emocionales, además de estudiar el contexto en el cuál ocurre la alimentación y la variación de las emociones en función del mismo, así como los aspectos fisiológicos relacionados con la recompensa o actividades placenteras.
Debido a que las personas pueden no darse cuenta de los cambios en su conducta alimentaria como consecuencia de los cambios en sus estados emocionales (Macht et al., 2004), se sugiere a los especialistas en nutrición enseñar a los pacientes a identificar y regular sus emociones puesto que podrían estar confundiendo las señales fisiológicas de hambre/saciedad con dichos estados emocionales.