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Acta de investigación psicológica

versión On-line ISSN 2007-4719versión impresa ISSN 2007-4832

Acta de investigación psicol vol.5 no.3 Ciudad de México dic. 2015

https://doi.org/10.1016/s2007-4719(16)30008-4 

Articles

Las Emociones y la Conducta Alimentaria

Emotions and Eating Behavior

Elizabeth Peña Fernández1  * 

Lucy María Reidl Martínez1 

1Universidad Nacional Autónoma de México


Resumen:

En el presente estudio, se identificaron los alimentos consumidos con mayor frecuencia por estudiantes universitarios y las emociones que experimentan durante la alimentación. Participaron 819 universitarios, hombres y mujeres, con un promedio de edad de 22 años. Los resultados generales indican que las emociones que experimentan los universitarios durante la alimentación son en su mayoría agradables (disfrute, placer, alegría, felicidad y amor). Adicionalmente se identificaron diferencias por sexo tanto en el tipo de alimentos como en las emociones que reportan hombres y mujeres. Los resultados de la presente investigación sugieren que las emociones agradables representan uno de los factores socioculturales que motivan la conducta alimentaria.

Palabras Clave: Alimentación; Emociones Agradables; Emociones Desagradables; Nutrición; Universitarios

Abstract:

The present study focuses on identifying which meals are more frequently consumed by university students and which emotions are experienced during feeding. The sample consisted of 819 participants, male and female (average age 22 years old). General results indicate that emotions experienced by university students while taking their meals are mainly positive (enjoyment, pleasure, joy, happiness and love). Additionally, sex differences were identified in types of food and emotions reported by men and women. Results obtained in the present research suggest that experiencing positive emotions is one of the sociocultural factors behind eating behavior.

Keywords: Eating Behavior; Positive Emotions; Negative Emotions; Nutrition; University Students

En la literatura sobre conducta alimentaria, se han detallado tres componentes individuales que afectan la elección de los alimentos: cognitivo, conductual y afectivo (Herman & Polivy, 1975). En lo referente al componente afectivo, la relación entre emociones y alimentación no es simple: los estados emocionales y de ánimo pueden influir en la conducta alimentaria, y a su vez la alimentación puede modificar las emociones y estados de ánimo (Gibson, 2006).

Durante el estudio de las emociones en la conducta alimentaria, se ha identificado que los comedores emocionales incrementan el consumo de los alimentos en respuesta a emociones desagradables; en cambio, los comedores no emocionales no modifican sus niveles de consumo o incluso lo restringen (Schachter, Goldman & Gordon, 1968). A pesar del énfasis que se ha hecho en estudios previos sobre la influencia de las emociones desagradables en los comedores emocionales, estudios recientes han generado controversia debido a que se ha identificado que los comedores emocionales también incrementan su consumo durante las emociones agradables (Bonguers, Jansen, Havermans, Roefs, & Nederkoorn, 2013). Por ejemplo al inducir experimentalmente estados emocionales, tanto en la condición de emociones agradables como emociones desagradables, los participantes consumieron más calorías que los participantes del grupo control. Es por esto que Evers, Adriaanse, Ridder y Witt (2013) sugieren dedicar mayor atención al estudio de las emociones agradables durante la alimentación debido a que se ha dado mayor énfasis a las emociones desagradables como indicadores de la sobreingesta alimentaria.

Adicionalmente, Macht (2008), encontró que los participantes de una muestra no clínica, reportaron mayores niveles de hambre durante estados emocionales de alegría y enojo que durante estados de miedo y tristeza.

En estudios sobre trastornos de la conducta alimentaria, se ha identificado que las personas con dichos padecimientos pueden experimentar emociones desagradables antes y después del consumo de los alimentos. Como emociones antecedentes, se han identificado: enojo, sensación de vacío, desesperación, preocupación e insatisfacción. Como emociones consecuentes se han identificado: culpa, vergüenza, arrepentimiento, remordimiento y autodesprecio (Whiteside et al, 2007). Sin embargo, actualmente no es clara la influencia de las emociones experimentadas durante el consumo, tanto en muestras con trastornos en la conducta alimentaria como en muestras no clínicas.

A pesar de los intentos previos por explicar el efecto de las emociones en la alimentación, actualmente no es bien conocido el proceso mediante el cual las emociones afectan la conducta alimentaria. Macht (2008), propuso las siguientes hipótesis: a) Las emociones desagradables inducen la alimentación para regular dichas emociones; b) Las emociones intensas suprimen la ingesta de alimento; c) Las emociones agradables y desagradables dificultan el control cognoscitivo de la conducta alimentaria; d) El control de la elección de los alimentos depende de las emociones inducidas por el propio alimento.

Recapitulando, se ha estudiado el papel de las emociones desagradables en los comedores emocionales, pero se ha dejado de lado el estudio de las emociones agradables tanto en comedores emocionales como en población no clínica. Si bien se han identificado las emociones que se experimentan antes y después de comer, no es claro qué emociones se experimentan durante la alimentación en muestras no clínicas. En este sentido, Kenardy, Butler, Carter y Moor (2003) indicaron que existe la necesidad de examinar el impacto de las emociones en la alimentación en muestras no clínicas. Aunque las investigaciones sobre alimentación y emociones han aportado información para comprender la interacción entre ambas variables, actualmente no es claro cómo es que las emociones influyen en la alimentación.

Por lo tanto, el objetivo de la presente investigación fue identificar las emociones que una muestra no clínica, en este caso estudiantes universitarios experimentan durante la alimentación. Para eso, el presente estudio se dividió en tres fases que se detallan a continuación.

Fase 1

El objetivo de la fase 1 fue identificar los alimentos consumidos con mayor frecuencia por los universitarios. Esto se realizó para garantizar que los participantes estuvieran familiarizados y de hecho consumieran habitualmente los alimentos a evaluar.

Método

Participantes

La muestra fue de tipo no probabilística por conveniencia y estuvo constituida por 100 universitarios, hombres y mujeres, residentes del Distrito Federal con una edad promedio de 22 años (DE= 4.15).

Instrumento

Se elaboró un formato tamaño carta con cinco categorías: desayuno, comida, cena, colaciones y antojos. Cada categoría tenía un espacio en donde los participantes podían enlistar los alimentos consumidos en la última semana.

Procedimiento

Se acudió a una universidad pública del Distrito Federal y se le pidió a un grupo de alumnos que hicieran una lista de los alimentos sólidos y líquidos que habían consumido en cada una de las categorías durante la última semana.

Resultados

Se realizó un análisis de frecuencias de los alimentos reportados por los participantes y se estableció el punto de corte en el primer cuartil.

Tabla 1 Alimentos consumidos frecuentemente en cada categoría. 

Desayuno Comida
Alimento Frecuencia Alimento Frecuencia
1 pan 100 pasta 99
2 yogurt 77 agua de sabor 95
3 café 60 tacos 90
4 leche 59 pollo guisado 76
5 cereal 55 agua simple 72
6 jugos 52 arroz 72
7 manzanas 49 refresco 64
8 licuado de fruta 48 quesadillas 56
9 sándwich 48 ensaladas 53
10 galletas 40 tortas 45
11 huevos 40 caldos 44
12 huevos acompañados 39 bistec de res 43
13 quesadillas 37 tortillas 38
14 café con leche 31 sándwich 32
15 agua simple 30 frijoles 31
16 29 enchiladas 30
17 plátano 28 sopas 29a
18 papaya 25 papas 27
19 barra de cereal 24 pizza 26
20 tortas 22 hamburguesa 20
21 fruta 19 lechuga 20
22 melón 19 nopales 19
23 gelatina 18 atún 17
24 leche con chocolate 18 milanesa 17
25 pollo 16 pescado 17
  Cena Colaciones Antojos
  Alimento Frecuencia Alimento Frecuencia Alimento Frecuencia
1 Leche 91 dulces 84 enchiladas 38
2 Pan 89 papas 70 pizza 34
3 Cereal 56 chocolates 67 tacos 28
4 Café 47 galletas 52 ensaladas 25
5 34 manzanas 45 helados 25
6 Pasta 31 agua 38 pasta 25
7 Tacos 30 cacahuates 35 hamburguesa 23
8 Agua 29 pan 34 papas 22
9 Galletas 29 frituras 30 pastel 19
10 Quesadillas 25 chicles 28 tortas 18
11 Yogurt 22 refresco 24 pozole 16
12 agua de sabor 16 yogurt 22 frappé 15
13 Ensaladas 16 helado 21 quesadillas 15
14 Sándwich 15 barra de cereal 15 sushi 15
15 café con leche 14 café 15 flan 14
16 Refresco 14 plátano 15 refrescos 14
17 Queso 13 agua de sabor 12 crepas 13
18 Hamburguesas 12 palomitas 12 fresas con crema 13
19 Manzana 11 jugos 10 lasaña 13
20 Sincronizadas 11 sándwich 10 pan 13
21 Arroz 10 paleta de hielo 9 jugos 12
22 Gelatina 10 peras 9 chocolate 11
23 Pastel 10 quesadillas 9 pay 11
24 Pizza 10 cereal 8 tamales 11
25 Bistec 9 cerveza 8 agua de sabor 10

Posteriormente, se realizó una lista de los alimentos más frecuentes independientemente de la categoría a la que pertenecían, y se consideraron los alimentos incluidos en los primeros dos cuartiles de cada categoría.

Fase 2

El objetivo de la fase 2, fue identificar las emociones que se relacionan con la alimentación y descartar aquellas que pudieran ser sólo distractores o que pudieran obstaculizar las respuestas de los participantes.

Método

Participantes

Participaron 200 estudiantes universitarios con un promedio de edad de 22 años (DE= 4.24), 100 hombres y 100 mujeres, residentes del Distrito Federal. La muestra fue de tipo no probabilística por conveniencia.

Tabla 2 Frecuencias de alimentos consumidos por universitarios. 

Alimentos Frecuencia Alimentos Frecuencia
Pan 236 Barra de cereal 39
Agua 169 Huevos 39
Pasta 155 acompañados  
Leche 150 Tortillas 38
Tacos 148 Cacahuates 35
Quesadillas 142 Frijoles 31
Refresco 140 Frituras 30
Agua de sabor 133 Pastel 29
Café 122 Sopas 29
Galletas 121 Chicles 28
Yogurt 121 Gelatina 28
Cereal 119 Papaya 25
Papas 119 Lechuga 20
Manzanas 105 Fruta 19
Sándwich 105 Melón 19
Ensaladas 94 Nopales 19
Pollo guisado 92 Leche con chocolate 18
Tortas 85 Atún 17
Dulces 84 Milanesa 17
Arroz 82 Pescado 17
Chocolates 78 Pozole 16
Jugos 74 Frappe 15
Pizza 70 Sushi 15
Enchiladas 68 Flan 14
63 Crepas 13
Hamburguesa 55 Fresas con crema 13
Bistec de res solo 52 Lasaña 13
Licuado de fruta 48 Queso 13
Helado 46 Palomitas 12
Café con leche 45 Pay 11
Caldos 44 Sincronizadas 11
Plátano 43 Tamales 11
Huevos 40 Paleta de hielo 9
    Peras 9
    Cerveza 8

Instrumentos

Alimentos y emociones: Este instrumento estuvo constituido por la lista de los 66 alimentos obtenidos en la etapa previa. También se incluyó la lista de emociones del modelo The Geneva Emotion Wheel (GEW), propuesto por Scherer (2005) quien lo desarrolló como una propuesta para homogeneizar y consensuar la investigación en emociones entre los investigadores. Se realizó una traducción de las emociones y se ordenaron alfabéticamente de la siguiente forma: alegría, alivio, amor, anhelo, arrepentimiento, asco, asombro, celos, compasión, culpa, decepción, desesperación, desprecio, disfrute, diversión, enojo, envidia, felicidad, interés, irritación, júbilo, lástima, maravilla, miedo, nostalgia, orgullo, placer, preocupación, remordimiento, repulsión, risa, sorpresa, ternura, tristeza, vergüenza.

Procedimiento

Se acudió a diversas entidades de una universidad pública del Distrito Federal y se invitó a los alumnos a participar en la investigación. Se les pidió que de la lista de emociones, identificaran aquellas que experimentaban durante el consumo de alimentos y que la escribieran en el lugar correspondiente.

Resultados

En el paquete estadístico SPSS se capturaron las emociones que los participantes asignaron a los alimentos y se calculó un análisis de frecuencias.

Fase 3

Una vez que se identificaron los alimentos que consumían los universitarios y se depuró la lista de emociones, se realizó la aplicación final con el objetivo de identificar las emociones que una muestra no clínica, experimenta durante la alimentación.

Método

Participantes

Participaron 519 universitarios, 269 hombres y 250 mujeres, con una edad promedio de 22 años, (D.E., 3.80) residentes del Distrito Federal. La muestra fue de tipo no probabilística por conveniencia.

Instrumentos

Alimentos y emociones: Este instrumento estuvo constituido por la lista de los 66 alimentos y la lista de 22 emociones asociadas a los alimentos obtenidas en las etapas previas, así como un espacio para marcar la intensidad de las emociones experimentadas.

Tabla 3 Emociones durante la alimentación. 

Emoción Frecuencia
Disfrute 1220
Placer 859
Alegría 760
Alivio 501
Asco 372
Felicidad 347
Interés 218
Diversión 184
Amor 174
Risa 159
Culpa 142
Júbilo 131
Repulsión 131
Remordimiento 127
Orgullo 125
Anhelo 124
Maravilla 124
Ternura 119
Asombro 110
Sorpresa 109
Nostalgia 107
Arrepentimiento 105

Procedimiento

Se acudió a diversas facultades de una universidad pública del Distrito Federal y se invitó a los alumnos a participar en la investigación. Se les pidió a los participantes que identificaran de la lista de emociones, aquellas que experimentaban cuando consumían cada uno de los alimentos y que la escribieran en el lugar correspondiente. Finalmente se les pidió que evaluaran la intensidad de la misma.

Resultados

En el paquete estadístico SPSS se capturaron las emociones que los participantes asignaron a cada uno de los alimentos, así como la intensidad experimentada. Las emociones reportadas con mayor frecuencia, independientemente del alimento fueron: alegría, alivio, amor, arrepentimiento, asco, culpa, disfrute, felicidad, placer, remordimiento, repulsión y ternura.

En cuanto a emociones agradables, se identificó que los participantes asignaron al 85% de los alimentos emociones de disfrute, placer, alegría, felicidad y amor; en el consumo de agua y papaya, reportaron emociones neutras como alivio. Finalmente en cuanto a emociones desagradables, los participantes refirieron sentir asco en el consumo de nopales, pescado, atún, pollo guisado y sushi; culpa en el consumo de refresco y remordimiento en el consumo de pan y frituras.

Se calcularon pruebas t, para identificar diferencias por sexo, las cuales se muestran en la tabla 4.

Tabla 4 Diferencias por sexo en emociones e intensidad por alimento. 

Alimentos Emoción en hombres Intensidad de emociones en hombres Emoción en mujeres Intensidad de emociones en mujeres t p
Agua de sabor Placer 2.78 Disfrute 2.46 1.65 .05
Barra de cereal Disfrute 2.3 Disfrute 1.95 1.78 .05
Bistec Placer y disfrute 3.06 Disfrute 2.32 3.5 .01
Caldos Disfrute 2.52 Disfrute 2.08 2.13 .05
Enchiladas Placer y disfrute 2.85 Disfrute 2.45 2.04 .05
Milanesa Placer y disfrute 2.89 Disfrute 2.51 1.86 .05
Pescado Placer y disfrute 2.83 Disfrute 2.45 1.7 .05
Pizza Placer y disfrute 3 Disfrute 2.45 2.92 .01
Quesadillas Placer y disfrute 2.93 Disfrute 2.5 2.09 .05
Tacos Placer y disfrute 3.02 Disfrute 2.31 3.3 .00
Chocolates Disfrute 2.72 Placer 3.1 -1.84 .00
Licuado de fruta Disfrute 2.44 Disfrute 2.8 -1.88 .05

Como se observa en la tabla 4, los hombres experimentaron emociones agradables y mayor intensidad de las mismas durante el consumo de agua de sabor, barra de cereal, bistec, caldos, enchiladas, milanesa, pescado, pizza, quesadillas y tacos. Las mujeres experimentaron emociones agradables y mayor intensidad de las mismas que los hombres durante el consumo de chocolates y licuado de fruta.

La única emoción, en donde las mujeres experimentaron una intensidad mayor que los hombres fue en culpa (M=.28, M=.16, T= 3.14 y p=. 000).

Discusión

En el presente estudio, se identificaron los alimentos consumidos con mayor frecuencia por estudiantes universitarios así como las emociones experimentadas durante el consumo de cada uno de ellos.

Los resultados globales indican que los universitarios consumen alimentos en donde están presentes los hidratos de carbono, proteínas y grasa, vitaminas y minerales. También se identificó que las emociones que los universitarios experimentan con mayor frecuencia durante la alimentación son: alegría, alivio, amor, arrepentimiento, asco, culpa, disfrute, felicidad, placer, remordimiento, repulsión y ternura. Adicionalmente se encontró que las emociones experimentadas durante el consumo del 85% de los alimentos fueron en su mayoría emociones agradables tales como disfrute, placer, alegría, felicidad y amor. Finalmente se encontró que los hombres tienden a experimentar placer durante el consumo de los alimentos a diferencia de las mujeres que tienden a experimentar disfrute con mayor frecuencia.

Algunas investigaciones sobre la influencia de las emociones en la conducta alimentaria afirman que las personas se sobrealimentan en respuesta a emociones desagradables, y se ha descuidado en gran medida el estudio de las emociones agradables. Por ejemplo, se ha detectado que en los antecedentes próximos al atracón destacan las emociones desagradables como la depresión, enojo, sensación de vacío, desesperación, preocupación e insatisfacción, mientras que las consecuencias más frecuentes incluyen el alivio de pensamientos y emociones desagradables (Whiteside et al, 2007). Los hallazgos de la presente investigación además de contribuir a la literatura previa, también aportan evidencia de que las emociones experimentadas durante la alimentación en una muestra no clínica son, en su mayoría agradables, independientemente del alimento.

En la literatura sobre conducta alimentaria se ha enfatizado en la interacción entre factores ambientales e individuales, que influyen en la elección de los alimentos (Bauer et al., 2004; Beardsworth et al., 2002; Betts et al., 1995; Bogue et al., 2005; Chambers et al., 2008; Croll et al., 2001; Cullen et al., 2000; Falk et al., 1996; Hayes & Ross, 1987; Kearney et al., 2000; Larson y Story, 2009; Sobal & Bisogni, 2009; Wardle et al., 2005). Habitualmente, las personas deciden qué comer y en qué momento hacerlo cuando perciben que tienen hambre, sin embargo no solo el valor nutricional o el estado corporal momentáneo son determinantes en las decisiones referentes a qué y cuánto comer (Booth, 1994).

Si bien, la conducta alimentaria obedece a la satisfacción de una necesidad fisiológica, también se basa en pautas socioculturales que determinan las preferencias y el patrón de consumo de los alimentos, superponiéndose a las reacciones fisiológicas relacionadas con el ciclo hambre-saciedad. En otras palabras, la conducta alimentaria es un constructo multifactorial y la elección de los alimentos obedece no solo a la satisfacción momentánea de una necesidad fisiológica; ni a la búsqueda intencional del valor nutricio que aportan los alimentos. Por lo tanto, los resultados de la presente investigación aportan evidencia que sugiere que las emociones agradables representan uno de los factores socioculturales que motivan la conducta alimentaria.

En un intento por identificar los posibles mecanismos que explican el efecto de las emociones sobre la conducta alimentaria, la presente investigación respalda la hipótesis propuesta por Macht (2008), que establece que el control de la elección de los alimentos depende de las emociones inducidas por el propio alimento. En las teorías sobre emociones, se considera que éstas tienen diferentes funciones en la organización y función de la conducta. Por ejemplo, Plutchick (1987), indicó que la emoción facilita el acercamiento o la evitación del objetivo de la conducta motivada en función de las características de agrado- desagrado de la emoción. Por lo tanto los resultados de la presente investigación podrían sugerir que la consecuencia lógica de experimentar emociones agradables durante la alimentación, es favorecer el acercamiento o aproximación hacia los alimentos y así experimentar sensaciones placenteras que ocurren como consecuencia de comer. Macht (2008) indicó que la asociación entre las emociones y la alimentación es más fuerte si algunas emociones en particular ocurren con mayor frecuencia en contextos alimentarios que otras emociones, lo cual genera cambios cognitivos y conductuales compatibles con la alimentación. En algunas culturas como la nuestra, la comida es parte importante de las celebraciones que regularmente generan emociones agradables.

A pesar de que los resultados de la presente investigación destacan la importancia de las emociones agradables durante la alimentación y proporcionan las bases para desarrollar instrumentos de medición para evaluar las emociones y su relación directa con la alimentación en población no clínica, las investigadoras sugieren probar la generalidad de los resultados de esta investigación. También se sugiere realizar experimentos empleando mediciones confiables de la conducta alimentaria y métodos adecuados de inducción de estados emocionales, además de estudiar el contexto en el cuál ocurre la alimentación y la variación de las emociones en función del mismo, así como los aspectos fisiológicos relacionados con la recompensa o actividades placenteras.

Debido a que las personas pueden no darse cuenta de los cambios en su conducta alimentaria como consecuencia de los cambios en sus estados emocionales (Macht et al., 2004), se sugiere a los especialistas en nutrición enseñar a los pacientes a identificar y regular sus emociones puesto que podrían estar confundiendo las señales fisiológicas de hambre/saciedad con dichos estados emocionales.

Referencias

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Recibido: 31 de Octubre de 2014; Aprobado: 27 de Junio de 2015

*Correspondencia: Mtra. Elizabeth Peña Fernández, Facultad de Psicología, Edificio D, cubículo 17. Av. Universidad 3004, Col. Copilco Universidad. Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, Distrito Federal, México. Teléfono: 56222314. liz280682@hotmail.com

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