Introducción
Al término del año 2019 en Wuhan, China, brotó un virus denominado como SARS-CoV-2 (COVID-19), el cual ha traído consecuencias tanto fisiológicas como psicológicas debido a las medidas preventivas que se han adoptado, tales como el confinamiento para evitar la propagación del virus (Lorenzo-Ruíz, Díaz-Arcaño y Zaldívar-Pérez, 2020) ; así pues, el confinamiento y otras condiciones que acompañan a una pandemia, desencadenaron una serie de consecuencias donde los adolescentes y jóvenes son especialmente vulnerables debido a la etapa de desarrollo donde el entorno tiene una gran importancia (Espada, Orgilés, Piqueras y Morales, 2020); por ejemplo, el aumento considerable de la utilización de las redes sociales (por medio de las tecnologías) por diferentes motivos, destacando principalmente la comunicación con familiares, amigos y/o la pareja (Valcárcel, 2020).
En ese sentido, puede entenderse cómo las tecnologías de la información y comunicación (TICs) se han introducido en nuestro estilo de vida ya sea para el acceso a la educación (Delgado, Arrieta y Riveros, 2009).
Es así como el medio virtual se ha posicionado como una importante herramienta de comunicación utilizándose como una plataforma donde se pueden iniciar, mantener y terminar relaciones de pareja (Espinar, Zych y Rodríguez-Hidalgo, 2015); sin embargo, es alarmante el uso que algunos jóvenes le dan a estos medios (Delgado et al., 2009), pues en algunas ocasiones pueden ser utilizadas como un medio para atentar contra la integridad de otro individuo ya sea familiar, amigo, compañero, pareja o expareja sentimental (Nobles et al., 2016).
Es así como las TICs al ser empleadas de forma inadecuada pueden favorecer conductas violentas en las relaciones con los pares y la pareja (García-Sánchez, Guevara-Martínez, Rojas-Solís, Peña-Cárdenas y González, 2017) tales como controlar y agredir a la pareja o expareja, el intercambio de contraseñas, la restricción a la comunicación, entre otras (Borrajo y Gámez-Guadix, 2015).
De ese modo, puede señalarse el surgimiento de nuevos tipos de violencia como la ciberviolencia, la cual es considerada un fenómeno relativamente nuevo y creciente desarrollado a la par del uso de las TICs (Romo-Tobón, Vázquez-Sánchez, Rojas-Solís y Alvídrez, 2020).
En este contexto, la Teoría del apego propone un marco conceptual para explicar las relaciones afectivas en las que existe violencia (Guzmán-González, García, Sandoval, Vásquez y Villagrán, 2014) donde el apego es considerado un factor asociado a la violencia de pareja pues; entre otras razones, los seres humanos tienen una propensión natural a buscar protección y seguridad en un otro significativo en momentos de vulnerabilidad (Guzmán, Contreras, Martínez y Rojo, 2016).
En ese tenor, es preciso señalar que el apego se define como el resultado de una agrupación de patrones de conducta caracterizadas y parcialmente predeterminadas, que se desarrollan en el ambiente cotidiano durante los primeros meses de vida, estas tienen el efecto de mantener al niño en una relación cercana con su figura materna (Bowlby, 1982). Es así como dependiendo de cómo haya sido la relación del niño con su cuidador primario el apego puede clasificarse en tres tipos (Ortiz, Gómez y Apocada, 2002):
1) Apego seguro, el cual se caracteriza principalmente por expresar tranquilidad, seguridad, cercanía, confianza, intimidad emocional con la pareja, lo que genera satisfacción en la relación.
2) Apego ansioso, que hace referencia a la ansiedad por el abandono de la pareja, este tipo aporta sentimientos negativos a la relación, se percibe inferior ante su pareja provocando conflictos y rupturas, se necesita la confirmación frecuente de afecto y compromiso.
3) Apego evitante, se distingue por el conflicto que les causa la cercanía e intimidad de su pareja, prefieren no involucrarse emocionalmente porque piensan que en algún momento algo saldrá mal con la relación y toman como precaución cierta distancia afectiva (Márquez, Rivera y Reyes, 2009).
Ahora bien, para efectos del presente estudio, es necesario clarificar las diversas manifestaciones de la relación de pareja; en ese tenor, por un lado están las relaciones de pareja formales en las cuales se expresa un tipo de pacto de exclusividad y continuidad indispensable que refleja duración y estabilidad (Romo, 2008); por otro lado, las relaciones de pareja informales donde se invierte menos tiempo en el coqueteo y se busca únicamente sexo y placer sin involucrar sentimientos, tiempo o cuidado, teniendo como objetivo la satisfacción personal (Salguero, Soriano y Ayala, 2016).
De acuerdo con Bonilla-Bravo (2019), la ciberviolencia hace referencia a comportamientos realizados a través de las TICs por las cuales se publican mensajes, que pueden abarcar texto, audio, imágenes y/o videos cuyo objetivo es denigrar a la víctima en cuestión y dañar su imagen ante terceros, así como alterar su autoconcepto; en ese sentido, quienes llevan a cabo la perpetración sienten seguridad al realizar estos actos debido a que tienen la idea errónea de que no habrá acciones legales hacia ellos; no obstante, si bien es cierto que existe cierta libertad en la web, también lo es con ciertas normas de protección legal.
En ese contexto de ideas, también se puede delimitar a la ciberviolencia en la pareja (Cyber Dating Violence; CDV) la cual es un conjunto de comportamientos insistentes en una persona, cuyo objetivo es controlar, deteriorar y/o causar un daño a su pareja (Borrajo, Gámez-Guadix, Pereda y Calvete, 2015).
Desarrollo
Diseño y participantes
Se empleó un enfoque cuantitativo, implementando un diseño no experimental, de corte transversal y expost facto, con alcances exploratorios, descriptivos y correlacionales.
La muestra fue no representativa, seleccionada de manera no probabilística y por conveniencia, la cual estuvo constituida por 47 jóvenes mexicanos no estudiantes, de los cuales 35 fueron mujeres y 12 varones, con un rango de edad de 18 a 30 años.
Como criterio de inclusión para ser partícipe de la investigación fue que los jóvenes indicaran tener o haber tenido una relación de pareja con al menos un mes de duración durante el confinamiento sanitario.
Instrumentos
Cuestionario de datos sociodemográficos e información respecto a la relación de pareja. Compuesto por 12 ítems tanto de opción múltiple como de respuesta abierta que recabaron información sobre la edad, sexo, estado de procedencia, el número de parejas que han tenido, si actualmente cuentan o no con una relación de pareja, sexo de la pareja, duración en meses de la relación, tipo de relación (novio/a, amigo/a con derechos, quedante, crush, etc.) y tiempo que pasa con su pareja tanto de manera presencial como virtual durante el confinamiento.
Cyber Dating Abuse Questionnaire (CDAQ; Borrajo et al., 2015). La escala evalúa la CDV dentro de la relación de pareja, se compone de dos factores: control (p. ej.: “Mi pareja o expareja ha utilizado las nuevas tecnológicas para controlar donde he estado y con quien”) y agresión directa (p. ej.: “Mi pareja o expareja ha difundido secretos y/o informaciones comprometidas sobre mí a través de las nuevas tecnologías”), cada uno de estos mide la perpetración y victimización de violencia a través de los medios tecnológicos y redes sociales en las relaciones de pareja, para efectos de este estudio únicamente se ha tomado el factor de control, el cual incluye el sufrido y el cometido. Consta de 20 ítems, cada uno de ellos posee dos ítems paralelos.
Las opciones de respuesta para este instrumento son de tipo Likert que va del 1 al 6 donde, 1=Nunca (no ha pasado en nuestra relación), 2=No en el último año, pero sí anteriormente, 3=Rara vez (ha ocurrido en una o dos ocasiones), 4=A veces (ha ocurrido entre tres y diez veces), 5=Con frecuencia (ha ocurrido entre once y veinte ocasiones) y 6=Casi siempre (ha ocurrido más de veinte veces), donde a mayor puntuación mayor control control/agresión directa sufrido (a) y/o cometido (a).
Escala de apego adulto (García, 2019). Evalúa los tipos de apego y la inclinación hacia los lazos emocionales entre el ser humano. El instrumento es multifactorial y está conformado por 17 reactivos, con formato de respuesta tipo Likert que va del 1 al 5 donde, 1=Totalmente de acuerdo, 2=De acuerdo, 3=Ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4=En desacuerdo y 5=Totalmente en desacuerdo, donde a mayor puntuación menor apego según el factor correspondiente. Las dimensiones de la escala son: apego evitante (p. ej.: “Me incomoda la cercanía de mi pareja”), apego ansioso (p. ej.: “Me preocupa que mi pareja no se interese tanto en mí como yo en ella”) y apego seguro (p.ej.: “Confío en que mi pareja me ama tanto como yo la amo a ella”), donde a menor puntuación, mayor acuerdo con el tipo de apego correspondiente.
Procedimiento
Tomando en cuenta la contingencia que se está viviendo, se difundió a través de redes sociales una encuesta la cual debía responderse vía on-line en la plataforma de Google Forms, la cual se contestaba en un promedio de tiempo de 12 minutos. Previo a responder el cuestionario se recalcó el anonimato, la confidencialidad y participación voluntaria de los participantes a través de un ítem que otorgaba la opción de seguir con el cuestionario o por el contrario abandonarlo. En la primera parte del formulario se presentaron los objetivos y naturaleza de la investigación, así como el consentimiento informado tanto en formato breve como extenso acorde con los lineamientos establecidos por la Asociación Mexicana de Psicología (2009).
Análisis estadísticos
En primer lugar, se realizaron los análisis descriptivos en los que se incluyeron los principales estadísticos de tendencia central, así como la fiabilidad y la normalidad de las respuestas a través del índice de Alpha de Cronbach (α) y el índice de Kolmogorov Smirnov (K-S), así como las frecuencias por ítem. Posteriormente al determinarse la anormalidad en la mayoría de los datos obtenidos, se utilizaron análisis no paramétricos para la asociación de variables a través del índice de correlación de Spearman (rho).
Resultados
A continuación, en la Tabla 1 se pueden visualizar las principales medidas de tendencia central, así como la confiabilidad de las subescalas tanto en la muestra total como dividida por sexo.
α | K-S |
|
Md | DT | Mín | Máx | ||
Edad | Total | - | - | 22.57 | 22 | 3.30 | 18 | 30 |
Mujeres | - | - | 22.83 | 22 | 3.41 | 19 | 30 | |
Hombres | - | - | 21.83 | 21 | 2.94 | 18 | 28 | |
Apego Evitante | Total | .81 | .00 | 4.31 | 4.40 | .80 | 1.60 | 5 |
Mujeres | .84 | .00 | 4.25 | 4.40 | .87 | 1.60 | 5 | |
Hombres | .62 | .05 | 4.50 | 4.60 | .54 | 3.60 | 5 | |
Apego Ansioso | Total | .86 | .20 | 3.12 | 3.16 | 1.10 | 1 | 5 |
Mujeres | .84 | .20 | 3.05 | 3.00 | 1.03 | 1 | 4.83 | |
Hombres | .91 | .20 | 3.34 | 3.58 | 1.29 | 1.33 | 5 | |
Apego Seguro | Total | .81 | .13 | 1.94 | 1.83 | .79 | 1 | 3.67 |
Mujeres | .83 | .17 | 2.10 | 2.00 | .79 | 1 | 3.67 | |
Hombres | .56 | .00 | 1.47 | 1.16 | .57 | 1 | 2.33 | |
Control Sufrido | Total | .95 | .00 | 2.30 | 1.77 | 1.49 | 1 | 6 |
Mujeres | .95 | .00 | 2.28 | 1.77 | 1.50 | 1 | 6 | |
Hombres | .95 | .08 | 2.37 | 1.94 | 1.50 | 1 | 6 | |
Control Cometido | Total | .93 | .00 | 1.98 | 1.44 | 1.21 | 1 | 6 |
Mujeres | .95 | .00 | 2.01 | 1.44 | 1.31 | 1 | 6 | |
Hombres | .84 | .20 | 1.91 | 1.66 | .91 | 1 | 3.78 |
Nota: Elaboración propia, α=Alfa de
Cronbach,
K-S=Kolmogorov-Smirnov,
En general, las dimensiones obtuvieron índices de consistencia interna aceptables o buenos, a excepción de las subescalas de Apego evitante y Apego seguro pertenecientes a la muestra de varones. Así mismo, se llevaron a cabo los análisis de normalidad con el test de Kolmogorov-Smirnov, los cuales indicaron una normalidad total únicamente en el factor de Apego ansioso y el resto de los factores presentaron anormalidad.
Apartir de los valores mínimos y máximos, podría decirse que los resultados obtenidos en las violencias (control cometido/sufrido) poseen una baja prevalencia en ambas submuestras; por otro lado, los hombres reflejan puntuaciones altas en apego ansioso y las mujeres en apego seguro.
Ahora bien, se mostrarán los análisis descriptivos por ítem de los factores utilizados, así en primer lugar, en la Tabla 2 se observó que en general, predomina el desacuerdo los reactivos presentados en la subescala de apego evitante.
Ítem | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
1. Me incomoda la cercanía de mi pareja | 1 | 2 | 5 | 11 | 28 |
2. Me pongo nervioso(a) cuando mi pareja se acerca a mí | 2 | 4 | 7 | 5 | 29 |
3. Me doy cuenta de que justo cuando mi pareja empieza a lograr algo de intimidad (comunicación, apoyo, tranquilidad) emocional conmigo, me alejo | 2 | 4 | 5 | 13 | 23 |
4. Preferiría no estar muy cercano a mi pareja | 3 | 3 | 7 | 34 | 47 |
5. Me siento incomodo(a) cuando mi pareja quiere estar demasiado cerca | 1 | 3 | 3 | 7 | 33 |
Nota: 1=Totalmente de acuerdo, 2=De acuerdo, 3=Ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4=En desacuerdo, 5=Totalmente en desacuerdo.
En segundo lugar, se puede ver en la subescala de Apego ansioso que los y las participantes un mayor acuerdo en el ítem 1 (“Me preocupa que mi pareja no se interese tanto en mí como yo en ella”), mientras que el reactivo con más desacuerdo es el 6 (“Me preocupa que me abandonen”).
Ítem | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
1. Me preocupa que mi pareja no se interese tanto en mí como yo en ella | 15 | 12 | 8 | 5 | 7 |
2. Necesito que mi pareja me confirme constantemente que me quiere | 8 | 10 | 12 | 6 | 11 |
3. Frecuentemente deseo que mi pareja me quisiera tanto como yo a ella | 9 | 13 | 5 | 8 | 12 |
4. A veces siento que presiono a mi pareja a comprometerse y demostrarme que me quiere | 8 | 9 | 8 | 10 | 12 |
5. Suelo tener pensamientos negativos cuando mi pareja no está conmigo | 1 | 11 | 10 | 10 | 15 |
6. Me preocupa que me abandonen | 6 | 10 | 6 | 8 | 17 |
Nota: 1=Totalmente de acuerdo, 2=De acuerdo, 3=Ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4=En desacuerdo, 5=Totalmente en desacuerdo.
En tercer lugar, en el factor de Apego seguro, los y las participantes presentaron un elevado acuerdo en el ítem 4 (“Me siento bien compartiendo mis sentimientos y pensamientos con mi pareja”), aunque hubo mayor desacuerdo en el reactivo 2 (“Busco el acuerdo mutuo para la solución de nuestros problemas”).
Ítem | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
1. Confío en que mi pareja me ama tanto como yo la amo a ella | 18 | 11 | 12 | 5 | 1 |
2. Busco el acuerdo mutuo para la solución de nuestros problemas | 24 | 13 | 7 | 0 | 3 |
3. Tiendo a ser feliz | 20 | 10 | 11 | 5 | 1 |
4. Me siento bien compartiendo mis sentimientos y pensamientos con mi pareja | 26 | 11 | 5 | 3 | 2 |
5. Pienso que la relación marcha bien | 21 | 11 | 10 | 4 | 1 |
6. La intimidad (comunicación, apoyo, tranquilidad) emocional con mi pareja me agrada mucho | 24 | 11 | 10 | 1 | 1 |
Nota: 1=Totalmente de acuerdo, 2=De acuerdo, 3=Ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4=En desacuerdo, 5=Totalmente en desacuerdo.
En cuarto lugar, la dimensión de Control sufrido arrojó que el ítem 6 (“Mi pareja o expareja me ha amenazado a través de las nuevas tecnologías para que conteste a sus llamadas o mensajes de manera inmediata”) fue con el que menos se identifican los y las participantes. Sin embargo, el reactivo 9 (“Mi pareja o expareja ha controlado las amistades que tengo en las redes sociales”) es el que mayormente han señalado experimentar.
Ítem | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 |
1. Mi pareja o expareja ha controlado las actualizaciones de estado del muro de mi red social | 23 | 7 | 6 | 4 | 3 | 4 |
2. Mi pareja o expareja ha utilizado mis contraseñas (teléfono, redes sociales, correo) para curiosear mis mensajes y/o contactos sin mi permiso | 19 | 9 | 5 | 1 | 7 | 6 |
3. Mi pareja o expareja ha controlado la hora de mi última conexión en aplicaciones del móvil | 21 | 8 | 6 | 1 | 6 | 5 |
4. Mi pareja o expareja ha revisado mis redes sociales, WhatsApp o correo sin mi permiso | 20 | 12 | 4 | 1 | 4 | 6 |
5. Mi pareja o expareja ha utilizado las nuevas tecnologías para controlar dónde he estado y con quién | 32 | 6 | 2 | 4 | 1 | 2 |
6. Mi pareja o expareja me ha amenazado a través de las nuevas tecnologías para que conteste a sus llamadas o mensajes de manera inmediata | 34 | 6 | 2 | 2 | 0 | 3 |
7. Mi pareja o expareja ha revisado mi teléfono móvil sin mi permiso | 22 | 10 | 3 | 1 | 4 | 7 |
8. Mi pareja o expareja me ha llamado de forma excesiva para controlar donde estaba y con quién | 25 | 8 | 4 | 2 | 4 | 4 |
9. Mi pareja o expareja ha controlado las amistades que tengo en las redes sociales | 24 | 6 | 1 | 6 | 2 | 8 |
Nota: 1=Nunca. Esto no ha pasado en nuestra relación, 2=No en el último año, pero sí anteriormente, 3=Rara vez. Ha ocurrido en 1 o 2 ocasiones, 4=A veces. Ha ocurrido entre 3 y 10 veces, 5=Con frecuencia. Ha ocurrido entre 11 y 20 ocasiones, 6=Casi siempre. Más de 20 veces.
En quinto y último lugar, en el factor de Control cometido se observó que el ítem 6 (“He amenazado a mi pareja o expareja a través de las nuevas tecnologías para que conteste a mis llamadas o mensajes de manera inmediata”) es con el que menos se han identificado los y las participantes. Por otro lado, los reactivos 2 (“He utilizado las contraseñas (teléfono, redes sociales, correo) de mi pareja o expareja para curiosear sus mensajes y/o contactos sin su permiso”) y 4 (“He revisado las redes sociales, WhatsApp o correo de mi pareja sin su permiso”) mostraron mayor frecuencia en las conductas que describen dichos ítems.
Ítem | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 |
1. He controlado las actualizaciones de estado del muro de la red social de mi pareja o expareja | 25 | 9 | 7 | 2 | 2 | 2 |
2. He utilizado las contraseñas (teléfono, redes sociales, correo) de mi pareja o expareja para curiosear sus mensajes y/o contactos sin su permiso | 22 | 11 | 5 | 2 | 3 | 4 |
3. He controlado la hora de la última conexión de mi pareja o expareja en aplicaciones del móvil | 24 | 6 | 9 | 3 | 3 | 2 |
4. He revisado las redes sociales, WhatsApp o correo de mi pareja sin su permiso | 23 | 7 | 7 | 1 | 5 | 4 |
5. He utilizado las nuevas tecnologías para controlar a mi pareja o expareja dónde ha estado y con quién | 34 | 5 | 2 | 2 | 2 | 2 |
6. He amenazado a mi pareja o expareja a través de las nuevas tecnologías para que conteste a mis llamadas o mensajes de manera inmediata | 39 | 2 | 2 | 1 | 2 | 1 |
7. He revisado el teléfono móvil de mi pareja o expareja sin su permiso | 24 | 8 | 6 | 1 | 5 | 3 |
8. He llamado a mi pareja o expareja de forma excesiva para controlar donde estaba y con quién | 35 | 4 | 4 | 0 | 2 | 2 |
9. He controlado las amistades que tiene mi pareja o expareja en las redes sociales | 26 | 6 | 8 | 2 | 3 | 2 |
Nota: 1=Nunca. Esto no ha pasado en nuestra relación, 2=No en el último año, pero sí anteriormente, 3=Rara vez. Ha ocurrido en 1 o 2 ocasiones, 4=A veces. Ha ocurrido entre 3 y 10 veces, 5=Con frecuencia. Ha ocurrido entre 11 y 20 ocasiones, 6=Casi siempre. Más de 20 veces.
Por último, se realizó la asociación entre variables en la muestra dividida por sexos a través del análisis de rho Spearman (ver Tabla 7), en donde se encontró una asociación entre el apego ansioso y el Apego evitante (rho=337*, p<0.05), así como el Control cometido con el Control sufrido (rho=775**, p<0.01). Del mismo modo, el Apego seguro se relacionó negativamente con el Apego evitante (rho=-.434**, p<0.01) y con el Apego ansioso (rho=-.546**, p<0.01).
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
1 | - | .352 | -.309 | -.140 | .009 |
2 | .337* | - | -.448 | .099 | -.106 |
3 | -.434** | -.546** | - | .474 | .645* |
4 | -.244 | -.154 | .285 | - | .813** |
5 | -.043 | -.185 | .234 | .775** | - |
Nota: superior a la diagonal se representa las asociaciones de las variables en la muestra de hombres (n), inferior a la diagonal se encuentra la asociación en la muestra de mujeres (n).
1=Apego evitante, 2=Apego ansioso, 3=Apego seguro, 4=Control sufrido, 5=Control cometido.
**. La correlación es significativa al nivel 0.01 (bilateral).
*. La correlación es significativa al nivel 0.05 (bilateral).
En cuanto a la muestra de varones, cabe mencionar que se observó una menor cantidad de asociaciones significativas en comparación con la muestra de mujeres, así que se hallaron asociaciones positivas y significativas entre el Control Cometido con el Control sufrido (rho=813**, p<0.01) y con el Apego seguro (rho=645*, p<0.05).
Discusión
El presente estudio tuvo como objetivo determinar la relación entre los tipos de Apego adulto y el Control cometido y/o sufrido dentro de la CDV.
Derivado de los análisis descriptivos, se halló en ambas submuestras la baja prevalencia en la bidireccionalidad de control, datos que contrastan con lo obtenido por Kellerman, Margolin, Borofsky, Baucom e Iturralde (2013), donde la prevalencia fue alta en conductas de control a través de TICs. Una posible explicación al respecto podría ser que este tipo de comunicación es habitual entre las parejas jóvenes, por lo que pueden llegar a no identificar estas conductas.
También es importante mencionar que en esta baja prevalencia es necesario considerar que los jóvenes no estudiantes se involucran más en actividades laborales, familiares y sociales, así que el tiempo que pasan en las TICs disminuiría considerablemente. Por otro lado, los resultados mostraron en la submuestra masculina una elevada prevalencia en Apego ansioso y la submuestra femenina en Apego seguro, hallazgos que concuerdan con las aportaciones de García-Sánchez et al. (2017) quienes encontraron prevalencia de Apego ansioso en hombres y de Apego seguro en mujeres.
Ahora bien, lo más destacable en las Tablas de frecuencia por ítem de los estilos de apego es, en primer lugar, que en general hubo una mayor frecuencia en el rechazo del estilo evitativo, lo cual puede suceder debido a que los y las participantes buscan mayor acercamiento y afecto hacia sus parejas y como consecuencia se rehúsan a alejarse de estas. En segundo lugar, los hallazgos en el Apego ansioso reflejaron que la mayoría de la muestra total se identifica con la aseveración del ítem 1 (“Me preocupa que mi pareja no se interese tanto en mí como yo en ella”), esto podría surgir a partir de la latente inseguridad individual que aparece comúnmente en las relaciones de pareja con motivo de la falta de comunicación y confianza. En tercer lugar, los datos obtenidos en las frecuencias del Apego seguro sugieren que la mayor parte de ambas submuestras presentaron un elevado acuerdo con este estilo, por lo que se sugiere que mantienen relaciones sanas. En cuarto y último lugar, la mayor parte de la muestra total presentó que nunca han vivenciado el Control sufrido y/o cometido, con esto se debe considerar que los y las participantes han podido controlar o ser controlados de forma sutil y como consecuencia, no lo perciben y no hacen consciente este tipo de conductas negativas.
Finalmente, los resultados más destacados en las correlaciones muestran únicamente una asociación positiva y significativa entre el Control cometido y el Apego seguro en la muestra de los hombres, lo cual indica que el estilo de apego que predomina en los perpetradores es el seguro, tal vez porque estos sujetos normalizan la CDV limitándose a ejercerla exclusivamente a su pareja (Loinaz y Echeburúa, 2012). Ante este resultado tan llamativo, es importante reconocer que los datos obtenidos en esta asociación dejan más preguntas que respuestas, pues al no incluir en la muestra a ambas partes de la diada no se puede conocer cómo es exactamente la dinámica dentro de la relación interpersonal que dio origen a este resultado contradictorio.
Por otro lado, correlación positiva y significativa entre el Control cometido y el Control sufrido en ambas submuestras encuentra una posible explicación en lo sugerido por Alegría y Rodríguez (2015), donde se enfatiza la bidireccionalidad de la violencia de hombres y mujeres en la relación. Esto podría, además sugerir la normalización de la violencia dentro de las relaciones amorosas, por lo que una posible acción al respecto sería aportar información a los jóvenes sobre cómo identificar actitudes violentas hacia la pareja o por parte de esta, y así ellos puedan ser conscientes de esta latente problemática.
Conclusiones
Las principales limitaciones del estudio presentado son, en primer lugar, que el número de la muestra es escaso y no es representativa de la población. En segundo lugar, se utiliza un diseño no experimental que no permite inferir causalidades. En tercer lugar, los resultados obtenidos en la presente investigación no pudieron ser comparados y contrastados con evidencia previa donde la muestra fuera de jóvenes no escolarizados, por lo que se utilizaron investigaciones donde los participantes fueron universitarios. Por otro lado, en cuanto a fortalezas puede mencionarse que las investigaciones en población de jóvenes no estudiantes en México son limitadas, por lo que el presente es una de las primeras aportaciones sobre el tema sin olvidar que tuvo como contexto al confinamiento por COVID-19. Por último, se sugiere tomar en cuenta para futuras investigaciones, la utilización de una muestra probabilística y representativa de la población, así como la inclusión de parejas del mismo sexo u otras poblaciones, como la indígena.