Introducción
El pie es la base de la sustentación del aparato locomotor. Se divide para su estudio en: bóveda plantar, talón y antepié.1 Las deformidades del pie pueden comprometer el eje transversal, vertical o longitudinal.2,3 El desarrollo del arco longitudinal medial del pie ocurre durante varios años con un gran espectro de variaciones normales.4
El pie plano se define como la deformación en la cual el arco plantar interno ha disminuido en su altura o ha desaparecido, generando un aumento de la huella plantar como resultado de alteraciones en la elasticidad ligamentaria, lo que condiciona desequilibrio muscular del pie.2,5 Se atribuye a la hiperlaxitud ligamentaria y al sobrepeso. La obesidad ha sido considerada un factor de riesgo de presentar pie plano.6,7,8 Se divide en pie plano flexible, flexible con talón de Aquiles corto y rígido.9
La prevalencia de pie plano (flexible) en niñas/niños de dos a seis años varía de 21 a 57% y disminuye de 13.4 a 27.6% en la edad escolar y persiste en 3% en la edad adulta.2,10
El pie cavo se caracteriza por aumento de altura del arco longitudinal medio (arco alto) asociado a menudo a varo del retropié. Puede clasificarse como fisiológico o neuromuscular.11,12 La edad de presentación se encuentra entre los ocho y 12 años.2
Al momento existen pocos artículos que investiguen la presencia de pie plano y pie cavo simultáneamente, por lo que es conveniente su búsqueda en nuestra población.5,6,7,8,13 Nuestro objetivo es conocer la frecuencia de alteraciones de la huella plantar en una población mexicana específica; evaluar en este grupo si existe mayor frecuencia de alguna alteración del pie ante sobrepeso u obesidad y mencionar si existe disminución de la presencia de alteración de la huella plantar ante el aumento de la edad del educando.
Material y métodos
El presente estudio es de tipo observacional y prospectivo. Se evaluaron 980 niños de dos escuelas de nivel primara en la comunidad de Cacalotepec, Puebla, México, catalogada como de alta marginación.14 Se solicitó autorización a las instituciones educativas y a su vez a los padres de familia, se mencionó la técnica de este estudio y los procesos a realizar. La población estudiada no fue sometida a ninguna prueba experimental. Se evaluaron las variables sexo, edad, peso, talla, índice de masa corporal, alteración de la huella plantar.
Para el peso se realizó la medición a través de una báscula con resultado en kilogramos, la talla fue expresada en metros con el uso de un estadímetro. Una vez obtenidos los datos se evaluó el índice de masa corporal con la fórmula de la Organización Mundial de la Salud acorde a la Tabla de IMC para la edad.15 Una vez obtenidos los percentiles fueron clasificados en cuatro grupos, (bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad).
Para la obtención de la huella plantar se utilizó un pedígrafo convencional sobre el cual los niños colocaban un pie en bipedestación. Una vez obtenidas las impresiones fueron clasificadas utilizando el índice de arco (IA) (calculado como la relación entre el área del tercio medio de la huella y toda el área de la huella) catalogando en pie cavo (IA < 21%), pie normal (IA 21-26%) y pie plano (IA > 26%).16
Los criterios de eliminación del estudio fueron: edad menor de seis años y mayor de 13 años; presentar dolor o alguna lesión visible en rodilla o piernas al momento del estudio; no acudir durante los días del estudio. Se excluyeron 21 niños y un total de 959 niños (n = 959) fueron evaluados y se obtuvieron las variables a estudiar. Todas las variables fueron analizadas con el programa SPSS 24.0 y se utilizó la prueba χ2 para la correlación de las variables.
Una vez terminada la búsqueda y la clasificación, se creó un formato con las recomendaciones acerca del calzado indicando que no existen zapatos correctivos, sólo para su protección.17 Además, se hizo mención de que la valoración era requerida sólo si el niño refería dolor al realizar la pisada en los casos de pie cavo.
Resultados
Se evaluaron 530 niños (55.3%) y 429 niñas (44.7%), con una edad mínima de seis años y máxima de 13 años, media de 8.97 ± 2.0 (Tabla 1).
Tipo de pie | Total | |||
---|---|---|---|---|
Edad | Pie normal | Pie plano | Pie cavo | (p = 0.016) |
6 | 118 | 8 | 9 | 135 |
7 | 116 | 8 | 7 | 131 |
8 | 114 | 17 | 17 | 148 |
9 | 124 | 11 | 24 | 159 |
10 | 113 | 14 | 26 | 153 |
11 | 61 | 3 | 11 | 75 |
12 | 123 | 14 | 10 | 147 |
13 | 8 | 2 | 1 | 11 |
Total | 777 | 77 | 105 | 959 |
Se catalogaron los niños en bajo peso (percentil menor de cinco) 110 niños (11.5%), peso normal (percentil mayor de cinco y menor de 85) 666 niños (69.5%), sobrepeso (percentil 85 menor de 95) 131 niños (13.7%) y obesidad (percentil igual o mayor de 95) 52 niños (5.4%).
Ciento ochenta y dos niños (n = 182) 19% mostraron alteraciones de la huella plantar, 77 (42.3%) con pie plano y 105 con pie cavo (57.7%), (p < 0.05). Ante la presencia de pie plano se encontraron 55 niños y 22 niñas; y escolares con pie cavo fueron 45 niños y 60 niñas (p < 0.05).
En relación con la presencia de alteración de la huella plantar, en comparación con el estado nutricional del educando, en nuestra población se observó que el estado nutricio no influye en la presencia de alteraciones de la huella plantar, ya que se detectaron más casos de deformidades en niños con IMC normal (mayor de cinco y menor de 85) que en sobrepeso u obesidad (p = 0.002) (Tabla 2).
IMC para la edad | |||||
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Tipo de pie | Bajo peso | Peso normal | Sobrepeso | Obesidad | Total |
Pie plano | 6 | 50 | 12 | 9 | 77 |
Pie cavo | 19 | 79 | 6 | 1 | 105 |
Pie normal | 85 | 537 | 113 | 42 | 777 |
Total | 110 | 666 | 131 | 52 | 959 |
χ2 = 20.812 Gl = 6, p = 0.002
Discusión
Se encontró que 19% de los niños tienen una deformidad de la huella plantar. En la población estudiada hay mayor frecuencia de pie cavo (57.7%) en comparación con la presencia de pie plano (42.3%).
La presencia de alteración de la huella plantar fue mayor en niños (10.4%) que en niñas (8.6%). En relación al estado nutricional, en nuestro grupo de estudio el IMC mayor que el percentil 85 catalogado como sobrepeso no tuvo influencia en el desarrollo de una alteración de la huella plantar (χ2 = 2.31, p = 0.16), del mismo modo, el percentil mayor de 95 equivalente a obesidad (χ2 = 0.02, p = 0.87).
Se observó que la presencia de pie plano fue de 8% en comparación con Pfeiffer M y colaboradores,10 quienes evaluaron 835 niños de un grupo de edad de tres a seis años con una prevalencia de 44%. La presencia de pie plano fue de 52% en niños y de 36% en niñas. Y con una reducción significativa con la edad aproximadamente de 36.8% por año. Nuestro estudio reveló que la edad con prevalencia más alta de pie plano fue a los ocho años con 22.1% y con una disminución gradual por año de 14.3%.
González de Aledo LA y colegas18 en un estudio con 948 niños de cuatro a 13 años de edad reportaron 155 niños (16.3%) con pie cavo. En este estudio se observó 10.9% (105) con pie cavo.
Espinoza-Navarro O y su equipo19 realizaron la valoración de la huella plantar a 420 niños de seis a 12 años de edad y encontraron 171 escolares con deformidades de la huella plantar, 28% con pie plano y 13% con pie cavo, lo que dista de los resultados expuestos en esta revisión, puesto que se detectó mayor tendencia de pie cavo que de pie plano.
En población mexicana, Saldívar-Cerón HI y colaboradores7 evaluaron en Tamaulipas, México 1,128 estudiantes en edad escolar de nueve a 11 años de edad y observaron 12.1% de su población con pie plano, comparada con nuestra población fue menor, afectó a 8% de los escolares evaluados.