Veṅkaṭanātha es, sin lugar a dudas, una de las figuras más importantes en la tradición vaisnava del sur de India; sin embargo, el estudio académico de su obra ha quedado relativamente relegado. El texto que presento a continuación tiene la intención no sólo de dar a conocer la obra de Veṅkaṭanātha, sino también de proveer al lector de un panorama general del autor en términos biográficos y culturales. Me gustaría comenzar con un breve recuento de los aspectos hagiográficos, biográficos y culturales que rodearon su vida.
Mejor conocido como Vedāntadeśika (c. 1268-c. 1369), este personaje nació en el seno de una familia con un fuerte vínculo con el vaisnavismo, en una pequeña villa del distrito de Kañcipuram, al norte de Tamil Nadu. Deśika forjó alianzas entre los líderes vaisnavas y los reyes del imperio en ciernes de Vijayanagar, promovió una actitud religiosa de sincretismos y forjó una de las dos ramas de vaisnavismo en la zona sur de India (Hopkins, 2002).
La mayor parte del material biográfico de Vedāntadeśika se ha recuperado a partir de las hagiografías que las dos escuelas vaisnavas escribieron bajo el mismo título: los Guruparamparāprabhām. Los textos pertenecen a la escuela teṉkalai (escuela del sur o escuela del gato) y vaḍakalai (escuela del norte o escuela del mono). Los textos narran la sucesión de maestros de las dos escuelas; se consideran fuentes de información histórica (aunque frecuentemente inexactas) del periodo entre Rāmānuja y Veṅkaṭanātha (siglos XII al XIV).
De acuerdo con sus hagiografías, Veṅki fue un polemista desde temprana edad. A los cinco años, se dice que debatía con los ācārya de la región; a los 20, había dominado ya los sistemas de filosofía clásicos (los cuales incluían śruti y smṛti, āgamas vaisnavas, sistemas cārvaka, jaina, escuelas budistas de la época, poética, literatura y drama, entre otros); llevó una vida de peregrinaciones, exilios y cargos políticos en los gobiernos de la región. Después de terminar su entrenamiento como discípulo de su tío, Ātreya Rāmānuja, Deśika se inició también en los ritos esotéricos Pañcarātra. La incorporación de estos ritos fue fundamental en el desarrollo de la filosofía de la que es fundador: viśiṣṭādvaita. A la muerte de su tío, de profunda influencia en el joven, le fue cedido el “asiento del león” en la ciudad de Kañci, con lo que se convirtió en el ācārya más importante de la región.
Tiempo después, se retiró a la pequeña ciudad de Tiruvahīndrapuram, al sur de Kañci, donde se cree que compuso algunas de sus obras de mayor renombre: himnos religiosos como el Hayagrīvastotram (la primera de sus obras) y el Devanāyakapañcaśat en sánscrito, además del Acyutaśatakam en māhārāṣṭrī. Veṅkaṭanātha decidió entonces realizar una peregrinación hacia el norte, donde visitó sitios de suma importancia para la comunidad vaisnava, como Vārāṉasī, Ayodhyā (la ciudad de Rāma), Mathurā (ligada a los progenitores de Kṛṣṇa), Haridvār y la cordillera del Vindhya (Hopkins, 2002, p. 49). Posteriormente, se estableció en Śrīran·gam, lugar que siglos después fue el centro más importante para los vaisnavas del sur. Las incursiones musulmanas hicieron que Deśika huyera al exilio por algunos años y regresara a Śrīran·gam a ocupar el “asiento del león”.
Las aportaciones de Deśika a la literatura clásica en sánscrito y tamil con sus poemas líricos (mahākāvya y sandeśakāvya), himnos religiosos (stotra y prabandham) y dramas alegóricos (nāṭyam), le otorgan un lugar especial en ambas culturas. Obras como las dedicadas al dios de Tiruvahīndrapuram, Devanāyaka: Devanāyakapañcaśat y Acyutaśatakam, le dieron gran renombre no sólo en su comunidad religiosa, sino en todo el subcontinente asiático. Son tres grandes áreas de la cultura en India donde Veṅkaṭanātha tuvo especial influencia; a saber, literatura, filosofía y el desarrollo de la propia comunidad vaisnava.
Como alguna vez escribió Friedhelm Hardy (1979),“los talentos que se requieren para crear poesía sobresaliente y mantener discusiones filosóficas agudas no se encuentran normalmente en uno y el mismo individuo” (p. 277). Y es que el lector encontrará, en los textos de Veṅkaṭanātha, erudición en toda la extensión de la palabra: desde el idioma de escritura, ya fuese sánscrito, prácrito māhārāṣṭrī, tamil o maṇipravāḷa (tamil altamente sanscritizado), hasta obras sobre temas tan distintos como epistemología, lógica, esoterismo, poesía, drama y comentario filosófico.
Veṅkaṭanātha escribió 50 versos en sánscrito para Devanāyaka (Devanāyakapañcaśat), cien canciones en prácrito (Acyutaśatakam), dos poemas líricos de gran extensión y algunos poemas más en tamil (Hopkins, 2002, p. 5). Los escritos de Veṅkateśa combinan elementos culturales locales y regionales, lo que produce una literatura que incorpora narraciones míticas fuera de la ortodoxia brahmánica con personajes (tanto míticos como históricos) claves para la comunidad religiosa; suelen estar dedicados a un arcā del templo. Gracias a esta característica, presente también en otras literaturas religiosas del sur de India, las deidades locales cobran mayor fuerza; los dioses abstractos adquieren las múltiples facetas de lo local.
Otros textos también forman parte de su repertorio literario, como el drama alegórico Saṃkalpasūryodaya, el poema de mensajero (sandeśakāvya) Haṃsasandeśa, una colección de subhāṣitas, 28 kāvyas menores en sánscrito y 18 prabandham en tamil (Hardy, 1979, p. 277). Desafortunadamente, los textos traducidos a lenguas europeas no supera la decena. Asimismo, una parte importante de los esfuerzos por traducir sus obras se concentraron en los textos filosóficos, como el de Varadachari (1969).
Veṅkaṭanātha fue un autor que no sólo expresó su devoción en la literatura, sino que se volcó en otras disciplinas, como epistemología, lógica, esoterismo y comentario filosófico. Una de las escuelas más importantes de vedānta, la viśiṣṭādvaita (no dualismo cualificado), tiene entre sus fundadores al creador del Gopālaviṃśati. Textos como el Rahasyatrayasaram en manipravāḷa y el comentario en tamil al Tiruvāymoḻi de Namāḻvār, Dramiḍopaniṣad Tātparya Ratnavāḷī, donde da una explicación verso por verso de la obra, le ganaron renombre dentro las escuelas filosóficas en el subcontinente indio. Esto se ve reflejado en algunos de sus epítetos más conocidos: “León entre poetas y filósofos” (Kavitārkikasiṃha) y, el más famoso, “Maestro de [la escuela] vedānta” (Vedāntadeśika).
La contribución de Veṅkaṭeśa a la filosofía y la teología en India podría dividirse en dos: por un lado, como fuente para la conservación de ideas y frases de autores como Nāthamuni, Nārāyaṇārya y Parāśara Bhaṭṭa; por otro lado, como influencia intelectual en la conformación de la escuela vedānta de viśiṣṭādvaita. La escuela viśiṣṭādvaita sostiene que “el Absoluto es un Dios personal que es la única entidad existente y de quien todo lo demás (desde la materia hasta el ser humano y otros seres vivientes) es una característica” (Freschi, s.a., párr. 2).
Los 20 [elogios] a Gopāla (Gopālaviṃśati)
El himno que aquí traduzco pertenece a la categoría de himno religioso (stotra), por lo que es frecuente que el vehículo para expresar la devoción sea el del anubhava, imágenes que buscan generar un sentimiento de devoción (bhakti) en el lector. El Gopālaviṃśati hizo posibles variaciones de estilo y originalidad individual dentro de un género, el stotra, que permanecía ceñido por la mitología perteneciente a la ortodoxia brahmánica (Gonda, 1977, p. 239).
El himno tiene una estructura sencilla: consta de 20 estrofas de distintos metros más tres estrofas auspiciosas: dos estrofas en honor al autor (al inicio y al final) compuestas por algún discípulo y un phalaśruti, compuesta por el autor, en seguida de las 20 estrofas del himno. Así, el poema comienza y termina con un verso en malinī denominado maṅgalaśloka (lit. verso auspicioso), los cuales, por su posición, fungen como una suerte de “amuleto” en honor a Veṅkaṭanātha. La última estrofa del himno, un phalaśruti, cuenta las bondades que obtendrá el devoto que recite el himno. Así, el Gopālaviṃśati hizo posibles variaciones de estilo y originalidad individual dentro de un género, el stotra, que permanecía ceñido por la mitología perteneciente a la ortodoxia brahmánica (Gonda, 1977, p. 239).
Desde el título del himno, Los 20 [elogios] a Gopāla, el poeta indica ya una cercanía con el Harivaṃśa Purāṇa, que es el primer texto en el que se narran las aventuras de Gopāla, el nombre que se le otorga a la etapa de niñez y pubertad de Kṛṣṇa. La transformación del krisnaismo debió comenzar posteriormente con el surgimiento del bhagavatismo, en el que los brahmanes, una vez incorporados los ritos Pañcarātra, identificaron a Kṛṣṇa con el dios Viṣṇu rgvédico (Hein, 1986, p. 298).
La hagiografía cuenta que Deśika, antes de que su tío muriera, realizó un retiro espiritual en Tiruvahīndrapuram, lugar donde se inició en los ritos esotéricos del Pañcarātra. Los ritos consistían, sobre todo, en la recitación del mantra de Garuḍa. Fue en este retiro cuando Deśika compuso sus poemas al Señor Devanāyaka: Garuḍapañcaśat, Raghuvīragadyam y el Gopālaviṃśati.
Este himno forma parte del conjunto de stotra que Vedāntadeśika compuso. La obra puede ser considerada una de las menores dentro de la literatura del autor; sin embargo, destaca por su brevedad y la “síntesis” que se describe en torno a la figura del joven Kṛṣṇa. El lector tiene frente a sí no sólo un poema de una calidad estética inusual dentro del género de stotra; también es una obra que atestigua algunas de las historias sobre la divinidad previa al establecimiento del Bhāgavata Purāṇa en India.
Por último, me gustaría recordar que el objetivo principal de la versión que aquí presento es brindar un panorama general de la trascendencia del autor con una versión al español de una obra que sea accesible al lector no especializado, con particular interés para el especialista en temas de filosofía y religión vaisnava. Por esta razón, la traducción antepone claridad y rigurosidad a la propia estética del español, lo cual conlleva la transformación del verso en sánscrito a prosa castellana. La sintaxis del sánscrito es distinta a la del español, por lo que no he procurado guardar el mismo orden en la redacción de las oraciones. De igual manera, el texto contiene una cantidad importante de palabras compuestas, mismas que he separado con el fin de guardar el mismo sentido del original.