SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.70 número1Jesús Pérez-Magallón, Soñando caminos: Moratín y la nación imaginada. Calambur, Valencia, 2019; 380 pp. (Selecta Philologica, 13).Sonia Betancort, Oriente no es una pieza de museo: Jorge Luis Borges, la clave orientalista y el manuscrito de “Qué es el budismo”. Universidad de Salamanca, Salamanca, 2018; 316 pp. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Nueva revista de filología hispánica

versión On-line ISSN 2448-6558versión impresa ISSN 0185-0121

Nueva rev. filol. hisp. vol.70 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2022  Epub 14-Mar-2022

https://doi.org/10.24201/nrfh.v70i1.3797 

Reseñas

Verónica Delgado y Geraldine Rogers (coords.), Revistas, archivo y exposición. Publicaciones periódicas argentinas del siglo XX. Universidad Nacional de la Plata, La Plata, 2019; 286 pp. (Colectivo Crítico, 5).

Jesús Armando Gutiérrez Victoria1 
http://orcid.org/0000-0003-4866-3228

1El Colegio de México jagutierrez@colmex.mx

Delgado, Verónica; Rogers, Geraldine. Revistas, archivo y exposición. Publicaciones periódicas argentinas del siglo XX. Universidad Nacional de la Plata, La Plata: 2019. 286p. Colectivo Crítico, 5,


El presente volumen colectivo, coordinado por Verónica Delgado y Geraldine Rogers, conforma el tercero de una serie destinada al análisis y reflexión en torno a las publicaciones periódicas argentinas como agentes activos en la construcción de los diferentes fenómenos asociados con la cultura, el arte, la literatura y las estrategias para incidir en la opinión pública1. Los diez estudios que integran la primera de sus dos partes proponen su análisis como dispositivos de exposición, como forjadores de un discurso y como espacios para dar a leer y manifestarse en un siglo marcado por los procesos de modernización y la llegada de la masificación mediática. Los distintos acercamientos emprendidos por diversos especialistas ponen de relieve casos y problemas particulares para pensar o repensar el papel de estos productos culturales desde una mirada que, como menciona Geraldine Rogers, los sitúa como “corazón” y no como meros vehículos circunstanciales o accesorios (p. 9).

En su segunda parte, este libro incluye una “discusión cuya actualidad es insoslayable”: la presentación de los repositorios hemerográficos AhiRa y AméricaLEE. En dicho apartado se exponen las particularidades de estos proyectos colectivos e institucionales como espacios virtuales de democratización y conservación de la memoria cultural e intelectual del pasado siglo. Estos recursos para la investigación proponen una nueva forma de interacción y representan el acceso a materiales inasequibles bajo otras circunstancias.

El primer texto, “Las publicaciones periódicas como dispositivos de exposición” (pp. 11-27), a cargo de Geraldine Rogers, sienta las bases teóricas para el análisis de las revistas como “dispositivos de exposición, arquitecturas de aparición periódica que disponen de manera conjunta lo visible y lo invisible” (p. 12). Para ello, la autora retoma a Walter Benjamin, quien advirtió dos fenómenos como parte de las dinámicas de la modernidad: “la preponderancia del valor exhibitivo y la creciente posibilidad para cualquiera -al menos como tendencia- a pasar alguna vez a ser visto del lado de los productores” (p. 11). En esta misma línea, a partir de Philipe Hamon y Georges Didi-Huberman, reflexiona sobre las implicaciones de esa “exposición” en las revistas latinoamericanas a través de los años. La “dimensión performativa”, derivada de considerar estas publicaciones como lugares para “poner a la vista, dar a leer” (p. 14), abre la puerta para discutir su importancia en el horizonte cultural. Uno de los más importantes aciertos de la propuesta de Rogers, pensada desde ejemplos concretos, es que permite abrir una discusión necesaria en este campo: la formulación de principios teórico-metodológicos que orienten el estudio de las revistas.

En el segundo texto, “Lecturas de lo nuevo en Fiesta (19271928), revista de jóvenes distinguidos y afrancesados” (pp. 29-48), Margarita Merbilhaá discute este proyecto editorial en relación con la importancia que tuvo Marcel Proust para sus colaboradores. Con ello, analiza no solamente el interés por la novedad, sino también “una voluntad de participar de los debates tanto franceses como españoles sobre la literatura de Proust, y sobre el arte moderno, en general” (p. 29). El recorrido que emprende Merbilhaá considera la revista como centro de su análisis: se apoya en apreciaciones de orden material como el tamaño, el número de páginas y el papel, elementos que interpreta y a los que da significado más allá de la mera descripción. En conjunto, la autora demuestra que esta publicación, “sin temer el debate con los maestros”, elabora “una teoría de la literatura pura como vehículo y sentido hacia la experiencia (mística) de lo trascendente” (p. 38), y constituye la búsqueda crítica del “arte nuevo” en un momento importante para los movimientos de vanguardia.

Por su parte, Verónica Delgado, en “¿Cómo se hace un libro de cuentos? Literatura y prácticas editoriales en La Vida Literaria” (pp. 49-71), observa que esta publicación argentina apareció entre 1928 y 1932 como parte de un proyecto editorial estratégico que estableció un género que sería pieza clave en el desarrollo de la literatura latinoamericana: el cuento. Para ello, Delgado enfatiza la figura del editor-director Samuel Glusberg, quien “selecciona, elige, reconoce, recomienda, publica literatura nacional y extranjera en traducción” (p. 51). La labor de este editor-director, además, implica la revisión crítica del mundo editorial: libros, revistas, suplementos y colecciones. Con base en estas observaciones, la autora reconoce la voluntad de la publicación por promover el cuento en sus discusiones y mediante diversas estrategias, como en su sección “Libros recibidos” (p. 55). En conjunto, Delgado articula su análisis congruentemente y señala los alcances de la revista como dispositivo de exposición. Sobresale la inclusión de imágenes, lo cual abona en su argumentación y ayuda a seguir su propuesta.

La revisión de casos concretos, bajo distintas circunstancias, permite una comprensión integral de las dinámicas de este tipo de publicaciones periódicas. Por ejemplo, en “Museo de un género en declive: la revista Poesía de Pedro Juan Vignale” (pp. 73-92), María de los Ángeles Mascioto discute la noción de revista como espacio de exposición de lo nuevo en la opinión pública; propone que, “a diferencia de otras revistas que circularon en la época, Poesía no fue un órgano difusor de lo nuevo sino un espacio de museificación” (p. 75). Esta noción, a la par de características materiales y editoriales como la puesta en página de anuncios, textos e imágenes, permite comprender la voluntad de la revista por conservar el material poético y permanecer más allá de la exposición que suponen las efímeras dinámicas periódicas. No obstante, hubiera convenido un desarrollo más extenso de los principios de la museificación, con la finalidad de establecer consideraciones de orden teórico que se pudieran extrapolar a distintos casos.

Los Anales de Buenos Aires y su director, Jorge Luis Borges” (pp. 93-117), por Annick Louis, plantea dos objetivos: el primero, “estudiar la revista Los Anales de Buenos Aires en cuanto medio de publicación y, simultáneamente, analizar el tipo de espacio que constituye una revista literaria”; el segundo, “pensar la tarea de director ejercida por Jorge Luis Borges, en el marco del reciente interés de la crítica por su carrera de editor” (p. 93). Para ello, la autora parte de un método que considera la publicación como agente autónomo, pero también como espacio estratégico para que su director difundiera sus ideas literarias y fomentara la recepción de ciertos intereses. El análisis de Louis se desarrolla en la tensión entre la revista y la figura de Jorge Luis Borges; no obstante, se centra en este último. En consecuencia, se discute la importancia de la revista como espacio difusor de las ideas del argentino sobre el cuento, el género policial y la cultura clásica. La autora pone énfasis en la publicación de textos como “La casa de Asterión”, “Los inmortales” y “Los teólogos”, que luego aparecerían como parte de El Aleph. Si bien la revisión abona al estudio de la figura del cuentista en los medios impresos, las reflexiones supeditan al autor por encima de la revista, de tal forma que sólo se cumple uno de los objetivos del artículo.

Federico Gerhardt, en “La revista Cabalgata (1946-1948) y el «mundo editorial»” (pp. 119-144) se da a la tarea de analizar esta publicación en el marco de un período que considera “punto de referencia en la historia de la edición argentina” (p. 139). Para ello, el autor emprende un estudio detallado de la revista, de sus ideas, de sus condiciones de orden material y de su puesta en página. Gerhardt desarrolla por extenso las particularidades de este producto cultural, para lo cual intercala imágenes que apoyan su argumentación y ayudan a la compresión del fenómeno que desea exponer. Simultáneamente, hace énfasis en los rasgos programáticos de la publicación con el afán de asentar su principal objetivo: “dar cuenta de la actividad cultural” y editorial de la época (p. 129). Si bien se advierte rigor en la descripción del objeto de estudio y sus dinámicas, es justamente el valor expositivo el que predomina en todo el artículo, lo que no permite distinguir con claridad la propuesta de interpretación y los fundamentos teórico-metodológicos empleados para llegar a ciertas conclusiones.

Pensar las publicaciones como espacios de exposición para el debate y la reflexión de la “modernización de la crítica” es la propuesta de Verónica Stedile Luna. En “La revista Ciclo: entre la declinación del manifiesto y el deseo de una nueva crítica” (pp. 145-169), la autora estudia este título en función de su actividad como agente crítico de las ideas vanguardistas posteriores a los conflictos bélicos internacionales: “El aporte de Ciclo se produjo, entonces, a partir de la puesta en circulación de ensayos y documentos teóricos que exponían otras maneras de leer y de mirar como posiciones críticas, respecto a tradiciones más consolidadas” (p. 147). Para ello, se vale del concepto de moral crítica, que le ayuda a comprender la significación de los diálogos y procesos que emprende la crítica en la revista como elemento activo en medio de una transformación mayor en el ámbito argentino (p. 149). En consecuencia, el análisis de Stedile Luna permite advertir que la publicación se encuentra en medio de la reflexión sobre el declive de las vanguardias y la emergencia de una renovación del arte rioplatense.

Por su parte, Guido Herzovich, en “La invención del lector alegre: antes del boom, El Grillo de Papel (1959-60)” (pp. 171-196), establece un análisis propositivo y novedoso. Para este crítico, El Grillo de Papel diseña “un tipo de lector, o mejor, un consumidor de la cultura que «habita» un espacio hasta entonces vedado. La revista refirió ese lugar -la experiencia de habitarlo o acaso su justificación- con el término «alegría»” (p. 174). Las reflexiones que integran este trabajo conjuntan de manera funcional las consideraciones de orden material de la revista con los principios teóricos del análisis. En otras palabras, dota de significación pertinente las prácticas editoriales y de puesta en página en el marco de un fenómeno de lectura y apropiación de estrategias de la cultura de masas. Herzovich piensa la publicación no solamente a partir del discurso que se gesta en ella, sino como un espacio que interpela al lector según ciertos mecanismos, en medio de un período de transformación cultural. Sería enriquecedor considerar este tipo de propuestas bajo otras circunstancias y con diversos medios impresos.

La mitad del siglo XX, y en particular la década de 1960, supuso una serie de cambios en las publicaciones periódicas. Si, como Herzovich advierte, las revistas abrevan de la cultura de masas y se apropian de sus estrategias, también se puede observar un conjunto de fenómenos relacionados con la apertura de su público y con sus alcances en la cultura de consumo, como resultado de estas interacciones. En una línea similar, Silvina Dolinko (“Vanguardia sesentista y consumo cultural: Primera Plana, entre Berni y el boom”, pp. 197-215) examina el caso de una publicación que muestra cómo en el terreno de las artes visuales se comenzó a configurar el culto a la personalidad del creador, semejante al ejercido en otros ámbitos: “Así, la presencia de efigies de estrellas de cine, del mundo de la moda o de la música popular venía a reafirmar la relación entre sociedad de consumo y construcción de un star system en el que, paulatinamente, los propios artistas también devinieron objeto de reconocimiento y celebración” (p. 203). Dolinko analiza desde lo general a lo particular cómo es que esta publicación participó de un proceso complejo de exposición y de cultura de consumo. Aunque la inclusión de imágenes que acompañaban el análisis de las portadas hubiera beneficiado el estudio, como en el caso de la portada POP (p. 204), las consideraciones de la autora permiten ponderar que el caso de Berni es evidencia significativa de este cambio en el medio impreso y cultural.

El último estudio crítico, a cargo de Diego Poggiese, realiza un salto temporal hasta Lezama (2004-2005) (pp. 217-243) para examinar la dinámica política y cultural que asumió esta revista frente a las transformaciones argentinas de cara al nuevo siglo. Entre otros aspectos, destaca que la publicación estaba orientada por una voluntad de participar en la discusión en torno al papel del intelectual; tal situación se ilustra con un conjunto de entrevistas a intelectuales argentinos y su papel en el nuevo milenio (p. 224). De esta manera, Poggiese reflexiona sobre una publicación que considera propositiva frente a estas figuras y su función en la opinión pública; sin embargo, a pesar de que el análisis pretende retomar cultura y política, el estudioso enfatiza los temas relacionados con este último ámbito. Si bien las ideas son pertinentes y se desarrollan en el contexto del tránsito entre el papel y la digitalización de Internet como espacio discursivo en el siglo XXI, no corresponden del todo a un libro que desde su título se ciñe al siglo XX.

Uno de los grandes aciertos del volumen es que conjunta no solamente la reflexión crítica, sino que también integra, como sugiere el título, la preocupación por el archivo, mediante la presentación de los repositorios digitales AhiRa (Archivo Histórico de Revistas Argentinas) y AméricaLEE, el portal de las publicaciones latinoamericanas del siglo XX. Como apuntan María de los Ángeles Mascioto y Verónica Stedile Luna, esta forma virtual de dar a leer el archivo no pretende reemplazar de ningún modo la interacción directa con los materiales, sino que complementa y coexiste con las prácticas tradicionales. Bajo estas circunstancias, las investigadoras destacan que, así como las interacciones físicas con las publicaciones apuntan a fenómenos significantes, la interacción virtual implica otra serie de relaciones e interpretaciones posibles: “en los repositorios digitales todas las publicaciones aparecen como un mosaico de imágenes de casi igual tamaño que contrastan o dialogan entre sí”. Esta nueva forma de leer las publicaciones periódicas conforma una panorámica de las portadas “como si estuvieran en un kiosco de diarios o en la vidriera de una librería” (p. 248).

Luego, las intervenciones de Karina Jannello y Soledad Quereilhac permiten al lector acercarse a las particularidades de estos acervos virtuales, donde la participación conjunta de equipos de investigación, instituciones universitarias y oficiales es factor clave para lograr proyectos de este tipo. Es importante destacar que uno de los propósitos de esta digitalización es democratizar el acceso a materiales importantes en la conformación de la memoria cultural del pasado siglo.

Desde una perspectiva general, los estudios del volumen cumplen con su objetivo: comprender y examinar las revistas del siglo XX como dispositivos de exposición y transformación de la opinión pública en medio de los procesos de modernización y masificación de los impresos. La integración de los distintos casos con base en un criterio cronológico permite advertir cómo, a partir de publicaciones específicas, estos espacios de enunciación y lectura participan de los problemas de la cultura y el arte por medio de distintas estrategias. Aunque se echa en falta un estudio o dos que redondearan las décadas de 1970 a 1990, el volumen permite esbozar un panorama dinámico y heterogéneo de las discusiones y temas que dieron vida a estas revistas.

Se advierte, además, voluntad por proponer soluciones, herramientas metodológicas y principios teóricos útiles que permitan desarrollar un análisis capaz de integrar tanto las preocupaciones de orden material y editorial como las distintas implicaciones interpretativas y semióticas. Esto conforma un volumen que, así como da cuenta de problemas en el contexto argentino, también puede representar un punto de partida y discusión para publicaciones de otras latitudes.

1Los volúmenes previos son Tramas impresas: publicaciones periódicas argentinas (XIX-XX) (2014) y Tiempos de papel: publicaciones periódicas argentinas (XIX-XX) (2016).

Recibido: 07 de Diciembre de 2020; Aprobado: 05 de Febrero de 2021

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons