Clasificación JEL: D30, F10, I30.
Introducción
A medida que el proceso de globalización avanza las percepciones de sus costos y beneficios han dado pie a un intenso debate en el ámbito político y de las políticas públicas. En ciertos grupos, la percepción es que —sobre todo en un mundo con grandes asimetrías en las relaciones de poder— la apertura comercial y otras manifestaciones de la globalización agudizan la pobreza y la desigualdad. Sin duda, esta percepción es uno de los factores que está detrás de las dificultades enfrentadas por los acuerdos comerciales orientados a la apertura de los mercados a nivel multilateral, regional y bilateral y han contribuido al colapso de las negociaciones de la Ronda Doha, el fracaso del ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas) y la gran oposición al acuerdo Colombia-Estados Unidos en este último país.1 Ante esta situación, contar con un análisis riguroso del efecto de la política comercial en la pobreza y la desigualdad adquiere particular relevancia por dos razones principales. Por un lado, por que permite determinar hasta qué punto las percepciones y las predicciones de la teoría económica se con firman o no. Por el otro, porque cuando el análisis permite estimar el efecto potencial de cambios en la política comercial de determinados grupos poblacionales antes de ser instrumentados, se pueden elaborar acciones compensatorias (programas de empleo y re capacitación, por ejemplo) y complementarias (por ejemplo, políticas que mejoren el acceso a infraestructura, capital humano, financiación e información) con antelación.2
Esta reseña tiene como fin principal resumir el estado actual del conocimiento en cuanto a la relación entre política comercial, pobreza y desigualdad y las ventajas, pertinencia, alcances y limitaciones de los diferentes enfoques metodológicos utilizados para generar dicho conocimiento. En este sentido, el presente trabajo es diferente a otros esfuerzos y su objetivo primordial es sintetizar las conclusiones que se infieren de los estudios disponibles pe ro sin destacar las diferencias entre metodologías, como lo hacen, por ejemplo, Winters, McCulloch y McKey (2004) y Goldberg y Pavcnik (2007). La reseña se centrará, en la medida en que exista material, en metodologías aplicadas principalmente a países de la región latinoamericana, aunque en algunos temas —por ejemplo, la identificación de mejores prácticas en políticas compensatorias— en lecciones de otros países que pueden ser pertinentes.
Si bien la reseña no será extensa, porque la cantidad de material disponible es enorme, se espera que ésta pueda dar una idea cabal de los diferentes enfoques metodológicos disponibles para analizar los efectos distributivos de la política comercial y el per fil de los resultados y también proporcionar información de los instrumentos de política pública que pueden ser utilizados para compensar a grupos perdedores y para que los beneficios de la apertura e integración al mercado global lleguen a sectores que tradicionalmente permanecen al margen.
El trabajo está organizado de la siguiente manera. La sección I presenta de manera somera las tendencias mundiales en materia de comercio, reducción de barreras comerciales, pobreza y desigualdad. La sección II ofrece un repaso general de la teoría económica del comercio y los principales mecanismos de trasmisión de los efectos de la política comercial a la desigualdad y la pobreza. La sección III, la más amplia de este trabajo, muestra una reseña comprensiva de los enfoques metodológicos que se han utilizado para identificar la contribución de la apertura comercial en la evolución observa da de la pobreza y la desigualdad salarial y entre hogares. La sección IV está dedicada a las políticas compensatorias y a las políticas complementarias o de inclusión. Finalmente, la sección V presenta una síntesis y las posibles áreas de investigación futura.
I. Tendencias en el comercio internacional, la liberación comercial, la desigualdad y la pobreza
¿Cuál ha sido la evolución del comercio internacional, la política comercial, la desigualdad y la pobreza en los pasados 15 años? Como se puede observar en la gráfica 1, el comercio internacional (definido como la proporción entre importaciones más exportaciones y el producto interno bruto o PIB) ha aumenta do de manera sistemática a nivel mundial y particularmente para el mundo en desarrollo don de ha llegado a representar cerca de 70% del PIB. Este también ha sido un periodo en que las barreras comerciales arancelarias y no arancelarias han disminuido en gran parte del mundo y para un buen número de productos. Por ejemplo, en lo que se refiere a aranceles, en el periodo 1986-1988 al 1997-1999, éstos han bajado de cerca de 9 a alrededor de 5% en los países de altos ingresos y de más de 25 a casi 13% en los países en desarrollo.3 En la América Latina la reducción más grande ocurrió en el decenio anterior cuando los aranceles promedio disminuyeron de 50% en 1985 a 10% en 1996 y las barreras no arancelarias pasaron a afectar el 6% de las importaciones frente a 38% antes de la liberación comercial.4 Asimismo, en un grupo de seis países de la América Latina hubo una reducción significativa de los aranceles promedio de 1987 a 1998 y, excepto en Brasil, una reducción de las barreras no arancelarias en el mismo periodo.5 En el caso de Chile la liberación había ocurrido en años anteriores.
Fuente: Construido por los autores con datos de los World Development Indicators.
a Las líneas suaves muestran el promedio móvil.
En cuanto a la evolución de la desigualdad, los resultados dependen del indicador utilizado. Por ejemplo, en la gráfica 2 se puede observar que la desigualdad entre países medida por el PIB por habitante ha aumentado en los pasados 15 años, pero que cuando se pondera el PIB por habitante por la población relativa de los países el indicador disminuye (por el efecto importante de China). Los cálculos recientes sobre la desigualdad global incluyen demasiado pocas observaciones como para establecer una tendencia (gráfica 2). De cualquier manera, es interesante advertir que durante una gran parte del periodo el aumento observado en la desigualdad se debió principalmente al aumento de la desigualdad entre países ya que la contribución de la desigualdad al interior de los países al comportamiento de la desigualdad total bajó.6
Al interior de los países las tendencias han sido muy diversas. Del total de 73 países para los cuales hay información en los World Development Indicators entre 1990 y 2007 (o el año más cercano), en 33 la desigualdad aumentó, en 22 disminuyó y en 18 quedó aproximadamente igual (cuadro 2). Cabe destacar lo ocurrido en los países grandes de ingreso medio por que ha habido tendencias interesantes. Por ejemplo, la desigualdad aumentó en China de aproximadamente.35 a.42 (Ferreira y Ravallion, 2008) y en Rusia el Gini aumentó de 0.26 a 0.40 entre 1990 y 2003 (Mitra y Yemtsov, 2006: tabla 1). En cambio, de 2000 a la fecha en Brasil, unos de los países más desiguales del mundo, México y otros países de la región latinoamericana la desigualdad en la distribución del ingreso de los hogares ha disminuido (cuadro 3). Una tendencia novedosa en el contexto internacional ha sido el aumento sistemático de la desigualdad en prácticamente todos los países avanzados.7
Región | 1981 | 1984 | 1987 | 1990 | 1993 | 1996 | 1999 | 2002 | 2005 | |
Medidas de pobreza (1.25 dólares diarios) | ||||||||||
Porcentaje de la población | ||||||||||
AEP | 79 | 67 | 54 | 56 | 51 | 37 | 36 | 30 | 18 | |
China | 84 | 69 | 54 | 60 | 54 | 36 | 36 | 28 | 16 | |
EEAC | 1.6 | 1.2 | 1.0 | 1.5 | 3.8 | 4.5 | 5.4 | 5.6 | 5.0 | |
ALC | 12 | 14 | 12 | 11 | 11 | 12 | 12 | 10 | 8.2 | |
OMAN | 8.6 | 6.8 | 6.9 | 5.4 | 5.2 | 5.3 | 5.8 | 4.7 | 4.6 | |
SA | 59 | 56 | 54 | 51 | 46 | 47 | 44 | 44 | 40 | |
India | 60 | 56 | 54 | 51 | 49 | 47 | 45 | 44 | 42 | |
ASS | 51 | 55 | 53 | 55 | 55 | 58 | 56 | 53 | 50 | |
Total | 52 | 47 | 42 | 42 | 39 | 35 | 34 | 31 | 26 | |
Número de personas (millones) | ||||||||||
AEP | 1 088 | 969 | 826 | 893 | 852 | 642 | 636 | 544 | 337 | |
China | 835 | 720 | 586 | 683 | 633 | 443 | 447 | 363 | 208 | |
EEAC | 6.6 | 5.0 | 4.3 | 7.0 | 18 | 21 | 26 | 27 | 24 | |
ALC | 45 | 54 | 51 | 47 | 50 | 56 | 59 | 54 | 45 | |
OMAN | 15 | 13 | 14 | 12 | 13 | 14 | 16 | 14 | 14 | |
SA | 548 | 548 | 569 | 572 | 550 | 593 | 589 | 616 | 596 | |
India | 421 | 416 | 428 | 436 | 444 | 442 | 447 | 461 | 456 | |
ASS | 202 | 237 | 253 | 284 | 306 | 348 | 370 | 373 | 384 | |
Total | 1 904 | 1 826 | 1 718 | 1 816 | 1 787 | 1 674 | 1 695 | 1 627 | 1 400 | |
Medidas de pobreza (2 dólares diarios) | ||||||||||
Porcentaje de la población | ||||||||||
AEP | 93 | 89 | 81 | 80 | 76 | 64 | 62 | 53 | 40 | |
China | 98 | 93 | 84 | 85 | 79 | 65 | 61 | 51 | 36 | |
EEAC | 8.2 | 6.3 | 5.5 | 6.7 | 11 | 12 | 14 | 13 | 11 | |
ALC | 25 | 27 | 24 | 21 | 21 | 23 | 23 | 21 | 18 | |
OMAN | 29 | 25 | 25 | 22 | 22 | 22 | 24 | 20 | 19 | |
SA | 87 | 85 | 84 | 82 | 79 | 80 | 77 | 77 | 74 | |
India | 87 | 85 | 84 | 83 | 82 | 80 | 78 | 78 | 76 | |
ASS | 72 | 74 | 73 | 74 | 74 | 76 | 76 | 74 | 72 | |
Total | 69 | 68 | 64 | 63 | 61 | 58 | 57 | 54 | 48 | |
Número de personas (millones) | ||||||||||
AEP | 1 282 | 1 286 | 1 237 | 1 278 | 1 260 | 1 114 | 1 101 | 976 | 748 | |
China | 972 | 963 | 907 | 961 | 926 | 792 | 770 | 655 | 474 | |
EEAC | 35 | 27 | 25 | 31 | 52 | 59 | 64 | 60 | 50 | |
ALC | 90 | 106 | 99 | 94 | 98 | 110 | 114 | 111 | 99 | |
OMAN | 50 | 47 | 52 | 50 | 53 | 57 | 65 | 57 | 58 | |
SA | 800 | 836 | 881 | 920 | 944 | 1 010 | 1 032 | 1 084 | 1 092 | |
India | 609 | 636 | 669 | 702 | 735 | 757 | 783 | 813 | 828 | |
ASS | 286 | 323 | 345 | 380 | 411 | 458 | 496 | 521 | 551 | |
Total | 2 542 | 2 625 | 2 638 | 2 753 | 2 817 | 2 808 | 2 872 | 2 808 | 2 598 |
Fuente: Chen y Ravallion (2008).
a AEP: Asia del Este y Pacífico; EEAC: Europa del Este y Asia Central; ALC: América Latina y el Caribe; OMAN: Oriente Medio y África del Norte; SA: Sur Asiático; ASS: África Sursahariana.
Disminución en la desigualdad (22 países) | Poco cambio en la desigualdad (18 países) | Aumento en la desigualdad (33 países) | |||||||||||
País | 1990 | 2000 | Variación | País | 1990 | 2000 | Variación | País | 1990 | 2000 | Variación | ||
Sierra León | 62.9 | 40.0 | −22.9 | Zambia | 51.5 | 50.8 | −0.7 | Mongolia | 31.7 | 32.8 | 1.1 | ||
Kirguistán | 41.2 | 30.3 | −10.9 | Kazajistán | 34.0 | 33.4 | −0.6 | Venezuela | 47.1 | 48.2 | 1.1 | ||
Mali | 50.5 | 40.1 | −10.4 | Indonesia | 35.3 | 34.7 | −0.6 | Colombia | 56.3 | 57.5 | 1.2 | ||
Suazilandia | 60.7 | 50.4 | −10.3 | Pakistán | 31.3 | 30.8 | −0.5 | Yemen | 36.4 | 37.7 | 1.3 | ||
Burkina Faso | 48.8 | 39.5 | −9.3 | Honduras | 54.3 | 53.8 | −0.5 | Rep. Dominicana | 49.9 | 51.4 | 1.5 | ||
Senegal | 47.8 | 41.3 | −6.5 | México | 49.5 | 49.2 | −0.3 | Azerbaiyán | 35.0 | 36.5 | 1.5 | ||
Irán | 43.6 | 38.4 | −5.2 | Chile | 55.5 | 55.1 | −0.3 | Tayikistán | 31.5 | 33.1 | 1.6 | ||
Armenia | 40.2 | 35.2 | −5.0 | Suráfrica | 58.0 | 57.8 | −0.2 | Vietnam | 35.6 | 37.3 | 1.7 | ||
Nicaragua | 47.8 | 43.1 | −4.7 | Lituania | 33.4 | 33.7 | 0.3 | Panamá | 54.7 | 56.4 | 1.7 | ||
Mauritania | 43.7 | 39.0 | −4.7 | Albania | 29.1 | 29.6 | 0.5 | Costa Rica | 46.7 | 48.6 | 2.0 | ||
Ucrania | 32.3 | 28.2 | −4.1 | Uruguay | 44.5 | 45.1 | 0.7 | Egipto | 32.3 | 34.4 | 2.1 | ||
Uzbekistán | 39.3 | 35.7 | −3.7 | Estonia | 35.7 | 36.5 | 0.8 | Eslovenia | 28.8 | 30.9 | 2.1 | ||
Rusia | 45.4 | 41.7 | −3.6 | Tanzania | 33.8 | 34.6 | 0.8 | Polonia | 31.5 | 33.7 | 2.1 | ||
Guatemala | 55.7 | 53.2 | −2.4 | Turquía | 41.5 | 42.3 | 0.8 | Bulgaria | 29.5 | 31.8 | 2.2 | ||
Camerún | 46.8 | 44.6 | −2.3 | El Salvador | 51.3 | 52.1 | 0.9 | Georgia | 37.2 | 39.4 | 2.3 | ||
Nigeria | 45.7 | 43.7 | −2.0 | Hungría | 26.9 | 27.8 | 0.9 | Bangladesh | 30.6 | 33.3 | 2.7 | ||
Gambia | 49.0 | 47.4 | −1.7 | Laos | 33.7 | 34.6 | 0.9 | Mozambique | 44.5 | 47.3 | 2.8 | ||
Moldavia | 36.8 | 35.2 | −1.6 | Filipinas | 44.3 | 45.3 | 1.0 | Croacia | 27.3 | 30.5 | 3.2 | ||
Brasil | 59.3 | 57.9 | −1.3 | Rumania | 27.7 | 31.0 | 3.3 | ||||||
Túnez | 41.0 | 39.8 | −1.2 | Camboya | 38.3 | 41.7 | 3.4 | ||||||
Tailandia | 43.6 | 42.6 | −1.1 | Bielorrusia | 26.0 | 29.7 | 3.7 | ||||||
Jordania | 39.9 | 38.8 | −1.1 | Argentina | 47.9 | 51.8 | 3.9 | ||||||
Sri Lanka | 32.2 | 36.7 | 4.5 | ||||||||||
Uganda | 41.0 | 45.7 | 4.7 | ||||||||||
Madagascar | 42.4 | 47.5 | 5.1 | ||||||||||
Paraguay | 53.1 | 58.2 | 5.1 | ||||||||||
Letonia | 31.0 | 36.4 | 5.5 | ||||||||||
Costa de Marfil | 39.1 | 44.6 | 5.5 | ||||||||||
Jamaica | 40.7 | 46.3 | 5.6 | ||||||||||
Bolivia | 52.8 | 60.1 | 7.3 | ||||||||||
Perú | 45.0 | 52.4 | 7.4 | ||||||||||
Macedonia | 28.2 | 37.4 | 9.2 | ||||||||||
Nepal | 37.7 | 47.2 | 9.5 |
Fuente: World Development Indicators.
a El indicador es el coeficiente de Gini por decenio. Los 73 países en la muestra son los con al menos una observación en cada periodo; los resultados en el cuadro presentan el promedio de las observaciones disponibles para cada periodo. 2000 incluye el periodo 2000-2005. Poco cambio en la desigualdad se refiere a variaciones de 1.00 o menos en cualquier dirección.
1980 | 1990 | 2000 | 1990/1980 | 2000/1990 | |
Argentina | 44.5 | 47.9 | 51.8 | 3.4 | 3.9 |
Bolivia | 51.7 | 52.8 | 60.1 | 1.1 | 7.3 |
Brasil | 59.5 | 59.3 | 57.9 | −0.3 | −1.3 |
Chile | 56.4 | 55.5 | 55.1 | −1.0 | −0.3 |
Colombia | 55.3 | 56.3 | 57.5 | 1.0 | 1.2 |
Costa Rica | 41.0 | 46.7 | 48.6 | 5.7 | 2.0 |
Ecuador | 50.5 | 52.8 | — | 2.3 | — |
El Salvador | 49.0 | 51.3 | 52.1 | 2.3 | 0.9 |
Guatemala | 58.9 | 55.7 | 53.2 | −3.3 | −2.4 |
Guyana | — | 47.4 | — | — | — |
Haití | — | — | 59.2 | — | — |
Honduras | 57.3 | 54.3 | 53.8 | −3.0 | −0.5 |
Jamaica | 42.6 | 40.7 | 46.3 | −1.9 | 5.6 |
México | 50.7 | 49.5 | 49.2 | −1.2 | −0.3 |
Nicaragua | — | 47.8 | 43.1 | — | −4.7 |
Panamá | — | 54.7 | 56.4 | — | 1.7 |
Paraguay | — | 53.1 | 58.2 | — | 5.1 |
Perú | 45.7 | 45.0 | 52.4 | −0.7 | 7.4 |
República Dominicana | 49.1 | 49.9 | 51.4 | 0.8 | 1.5 |
Uruguay | 43.0 | 44.5 | 45.1 | 1.5 | 0.7 |
Venezuela | 51.1 | 47.1 | 48.2 | −4.0 | 1.1 |
Fuente: World Development Indicators.
a El indicador es el coeficiente de Gini por decenio. Los resultados en el cuadro presentan el promedio de las observaciones disponibles en cada periodo. 2000 incluye el periodo 2000-2005.
En cuanto a la pobreza, de acuerdo con Chen y Ravallion (2008), la incidencia de la pobreza extrema (medida como la proporción de individuos que viven por debajo de 1.25 dólares diarios del total de la población)8 ha bajado de 42% en 1990 a 26% en 2005 a nivel mundial (cuadro 1). Sin embargo, no todas las regiones del mundo experimentaron una disminución y algunas sólo lo hicieron en menor magnitud. La región de Europa del Este y Asia Central experimenta un aumento de la incidencia, mientras que en la América Latina y el Caribe desciende sólo un poco. El caso espectacular es el Este Asiático con China como su locomotora.
En síntesis, se observa que en los pasados 15 años el aumento en el comercio internacional y la disminución de las barreras arancelarias y no arancelarias estuvieron acompañados de manifestaciones muy diversas en el ámbito de la pobreza y la desigualdad. ¿Cómo debe interpretarse lo anterior? ¿En qué medida las tendencias observadas en la pobreza y la desigualdad están determinadas por los cambios en la política comercial? En concreto, ¿se puede identificar una relación sistemática entre la liberación comercial y un aumento o disminución de la pobreza y la desigualdad a lo largo de países y periodos? Como veremos a continuación, la respuesta es negativa.
II. El efecto de la liberación comercial en la desigualdad y la pobreza: la teoría económica y los mecanismos de trasmisión
De acuerdo con la teoría tradicional del comercio internacional basada en el teorema de Stolper-Samuelson y el marco conceptual de Hecksher-Ohlin (HOSS),9 la reducción de los precios relativos de bienes comerciables generada por una disminución de las barreras comerciales tiene un efecto neto positivo en el bienestar total, por que permite usar los recursos con mayor eficiencia y abarata un conjunto de bienes y servicios para el consumidor. En cuanto al efecto de la apertura comercial en la pobreza y la desigualdad, la teoría no genera predicciones precisas. Según HOSS la apertura resultará en un incremento (disminución) de la remuneración del factor de producción más (menos) abundante en términos relativos en el país. Por tanto, el efecto en la pobreza y la desigualdad depende de cómo están distribuidos los factores de producción entre los hogares. En realidad, las consecuencias distributivas no son preocupación de la teoría tradicional del comercio, por que ésta analiza los efectos de largo plazo —es decir, no considera los costos de transición— y, además, como el beneficio neto en el bienestar es positivo, supone que los sectores perdedores pueden ser compensados por los sectores ganadores.
Dado que el modelo clásico de comercio internacional no puede predecir inequívocamente el efecto distributivo de la apertura comercial, el camino que que da es ir afinando los métodos cuantitativos para estimar los efectos en situaciones específicas. Para ello se requiere modelar los principales mecanismos de trasmisión entre la política comercial y el nivel de ingreso de los individuos. Estos mecanismos son: i) efecto en los precios relativos de bienes comerciables y su efecto en: a) remuneraciones relativas de los factores (salarios de mano de obra calificada vs de baja calificación; salarios vs rendimientos del capital o margen de utilidades, etc.); b) uso y distribución de los factores de producción (por ejemplo: tasas de desocupación, tasas de participación laboral entre diferentes grupos poblacionales, etc.), y c) precios relativos de los bienes y servicios con su mi dos por los hogares; ii) efecto en la tasa y pauta del crecimiento económico agregado y sus fluctuaciones, y iii) efecto en los recursos fisca les del gobierno y su consecuencia en los impuestos y transferencias monetarias directas, el ingreso imputado y los impuestos y subsidios indirectos.
En esta reseña nos centraremos en las distintas metodologías que se han desarrollado para evaluar el primer mecanismo de trasmisión.10 El cuadro 4 resume los vínculos entre la política comercial —medida como un cambio en aranceles u otras barreras convertidas a su equivalente en aranceles—11 y el bienestar del hogar —medido como el ingreso real de las familias—. La relación entre comercio internacional e ingreso de los hogares se puede dividir en tres grandes elementos: el macro, que vincula cambios arancelarios con cambios en precios internos; el intermedio o me so, en que se relacionan los cambios en precios internos con cambios en las remuneraciones de los factores de producción y/o su intensidad de utilización, y el micro, en el que se analiza la relación entre cambios en precios de los bienes finales y las remuneraciones a factores de producción con el ingreso real de las familias y su distribución.
a Cuadro tomado de De Hoyos (2007). Δτ m , τ x se refieren a cambios arancelarios; los cambios en precios de bienes comerciables son ΔP m , P x . X m y X x son la producción de bienes importables y exportables, respectivamente. w y L representan salarios y empleo y π ingresos por actividades empresariales. Para más detalle véase el marco conceptual presentado en la sección IV de este artículo.
Los cambios en aranceles (o su equivalente si se trata de barreras no arancelarias) aquí descritos como Δτ m , τ x , en que m se refiere a bienes importables y x a bienes exportables que resulten de la política comercial, tendrán como consecuencia un cambio en precios relativos internos en la economía ΔP m , P x (trasmisión de precios en el cuadro 4). Tanto los efectos benéficos como los costos de la apertura comercial dependen de cuánto de los cambios en aranceles (u otros instrumentos de la política comercial) se trasmiten a cambios en precios relativos internos (véase Dixit y Norman, 1980; McCulloch, Winters y Cirera, 2002). Obviamente, si los cambios en aran celes no se traducen en cambios en precios relativos internos, la política comercial no tendrá efectos en la asignación de recursos, la remuneración de los factores, la pobreza y la desigualdad. La trasmisión de precios será mayor en mercados con mejor infraestructura (bajos costos de transporte) y con una mayor competencia que impulse la pronta entrada y salida de empresas y la movilidad de recursos entre industrias. Hay un gran número de trabajos que examinan los factores que influyen en la trasmisión de precios externos a internos.12 Pero, como se verá a continuación, dada la complejidad metodológica para medir los efectos distributivos de cambios en la política comercial, son pocos los estudios que analizan de manera conjunta qué determina la trasmisión a precios internos y cómo esto afecta a su vez la desigualdad y la pobreza.
Si la política comercial logra tener un efecto en los precios internos (es decir, si la trasmisión de precios es mayor a 0), dicho cambio tendrá repercusiones en los niveles reales de consumo y de ingreso. Por un lado, los consumidores de bienes importables (exportables), en los que se espera que, por ejemplo, la apertura comercial disminuya (aumente) los precios internos Δ− P m (Δ+ P x ), tendrán un mayor (menor) poder de compra (Δ en consumo en el cuadro 4). La misma reducción en los precios de los bienes importables que beneficia a los consumidores perjudica a los productores y —posiblemente— a los dueños de factores utilizados intensivamente en este sector (Δ en producción y salarios en el cuadro 4). Por el otro, a partir de HOSS sabemos que la apertura comercial incrementa los precios relativos y la producción en los sectores en los que el país goza de una venta ja comparativa. Esto hace que la demanda por factores de producción en sectores ganado res se incremente, lo que aumenta las remuneraciones a (y/o el empleo de) los factores de producción utilizados de manera intensiva en dichos sectores. La magnitud del efecto depende rá de la elasticidad precio-salario que afecta las remuneraciones relativas y cambios en el empleo por sector (definido como Δ L en el cuadro 4).
Por último, el efecto de los cambios en precios de los bienes y servicios, las remuneraciones y la intensidad de uso de los factores de producción provenientes de la apertura comercial tendrán un efecto en el bienestar de los hogares dependiendo de la composición del consumo, la dotación de factores de producción de cada hogar y el funcionamiento de los mercados de bienes finales e intermedios (la parte micro en el cuadro 4). Consecuentemente, en el corto plazo, el efecto de la apertura comercial en el bienestar de un hogar en particular dependerá de: i) el grado de trasmisión entre reducciones arancelarias y precios internos; ii) las pautas de consumo en términos de importables y exportables de dicho hogar, y iii) las dotaciones de factores de producción del hogar (tierra, capital físico y humano) y el cambio en su utilización y remuneraciones. En el mediano plazo el efecto de la política comercial es determinado por la capacidad de ajuste de los diferentes agentes económicos (productores, consumidores y oferentes de factores de producción) ante cambios en precios. Estos ajustes se darán tanto la demanda —en forma de cambios en pautas de consumo y demanda de trabajo y otros factores— como con la oferta —capacidad del mercado para ajustar su producción y re distribuir recursos entre los distintos sectores y modificaciones en la tasa de participación laboral (véase Dixit, 1976; Deaton, 1998; McCulloch, Winters y Cirera, 2002).
Es importante recordar que la relación entre política comercial y el bienestar del hogar no está sujeta a que se presenten cambios en los volúmenes de exportaciones y/o importaciones. Aun cuando los flujos comerciales se mantuviesen constantes, la reducción en el precio de bienes importables (dentro del marco de una apertura comercial unilateral), incrementaría la frontera de posibilidades de consumo por un lado y la de producción por el otro. Sin embargo, es de esperar se que cambios en la política comercial conduzcan a cambios en los volúmenes de comercio. Como se verá en las siguientes secciones, la mayoría de los estudios incluidos en esta reseña, no distinguen entre el efecto puro de cambios en precios relativos y el efecto puro de cambios en los flujos de comercio. Al compararlo que ocurre entre los sectores de bienes comerciables y no comerciables y las situaciones antes y después de las reformas, es tos estudios suponen que los cambios observados en salarios, empleo o producción fueron causados por la política comercial, incluyendo —sin distinguir los— el efecto en los precios relativos y los flujos de comercio (véase los estudios de Revenga, 1997; Hanson, 2003; Freije, López-Calva y Rodríguez, 2005, y De Hoyos, 2005, por nombrar sólo algunos).13
III. El efecto de la liberación comercial en la desigualdad y la pobreza: los principales enfoques metodológicos y resultados empíricos
Los estudios empíricos que analizan el efecto de la política comercial en la pobreza y la desigualdad utilizan una gran variedad de métodos de análisis, desde el de regresión hasta los modelos de equilibrio general. Los métodos de análisis, en algunos casos, sir ven para estudiar el efecto ex post y en otros ex ante; en algunos casos se puede “aislar” el efecto puro de la política comercial pero en otros éste que da sub su mi do en el efecto de los flujos de comercio; algunas metodologías sólo permiten analizar el efecto en la desigualdad sala rial mientras que otras pueden producir resultados en los hogares; algunos modelos son de equilibrio parcial mientras que otros incorporan los efectos de equilibrio general; algunos análisis suponen que el comportamiento de los individuos permanece constante mientras que otros intentan modelar el comportamiento de los individuos ante cambios en los precios relativos. A continuación se hará una reseña del estado del conocimiento de la relación entre la política comercial, la distribución del ingreso y la pobreza, distinguiendo los enfoques metodológicos que se han utilizado y su aplicabilidad.
Las relaciones presenta das de manera esquemática en el cuadro 4 se pueden caracterizar por medio de un modelo sencillo de generación de ingreso. Si definimos al ingreso del hogar Y h como la suma de los sueldos y salarios de los G miembros del hogar
los ingresos por actividades empresariales (π
h
) y un ingreso exógeno
en que
Los análisis que se han hecho acerca del efecto de la política comercial en el ingreso de los hogares y su distribución para la América Latina constituyen un conjunto muy amplio. Para esta reseña los hemos clasificado en primer lugar según si su objeto de estudio es el efecto en la pobreza o la desigualdad y, una vez hecha esta distinción, con base en la metodología empleada (véase cuadro 5). Esto nos permite conocer tanto las técnicas que se han utilizado como su consecuencia en la acumulación de conocimiento en el efecto de la política comercial en el bienestar de las familias.
1. El efecto de la liberación comercial en la desigualdad
La mayoría de los estudios que intentan identificar el efecto distributivo de la política comercial en la América Latina se centra en los efectos que la apertura ha tenido en la desigualdad o las brechas salariales (de trabajadores calificados a menos calificados) o la distribución de remuneraciones al trabajo. En términos de nuestra ecuación de generación de ingreso, existe una gran cantidad de trabajos que buscan explicar los cambios en w, dejando de lado todos los otros elementos que determinan el ingreso del hogar (participación laboral, rentas y otras transferencias). Sin embargo, aunque son pocos, también existen estudios que estiman el efecto de la apertura comercial en el ingreso per capita del hogar, ya sea mediante relaciones explícitas directas entre ambos o bien mediante la relación entre la apertura y algunos de los componentes del ingreso, por ejemplo w, y la contribución de dichos elementos al ingreso del hogar.
a) La política comercial y la desigualdad salarial. La mayor parte de los estudios en esta categoría son de carácter ex post para áreas urbanas y hacen uso del modelo Heckscher-Ohlin como marco teórico. La metodología utilizada es, por lo general, el análisis de regresión y la ecuación que se estima es la siguiente:
en que X i,j,t es la característica j (escolaridad, por ejemplo) del individuo i en el periodo t; α, β son parámetros a estimar, y ε i,j denota un término estocástico. La manera más sencilla consiste en estimar la ecuación (2) antes y después de la reforma comercial y explicar diferencias en los rendimientos de las características personales, β, con base en posibles efectos ocasionados por la apertura (Shinkai, 2000; Hanson, 2003).
Uno de los aspectos más complicados que enfrenta este enfoque es distinguir si, por ejemplo, el aumento observado en la brecha salarial entre mano de obra calificada y no calificada en un buen número de países y episodios de apertura es producto de la liberación comercial o de un cambio tecnológico sesgado hacia la mano de obra calificada. Existe una cantidad importante de estudios que han utilizado diferentes versiones del modelo (2) para explicar por qué la brecha salarial aumenta en México entre mediados de los años ochenta (cuando inicia el proceso de apertura) hasta media dos de los noventa y disminuye después (fecha que coincide con la aplicación del Trata do de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, o, como se le suele conocer por sus si glas en inglés, NAFTA). Según Revenga (1997), parte del incremento en la brecha salarial durante los años ochenta es atribuible a la apertura comercial. Este resultado es opuesto al que se esperaba a partir de los efectos de HOSS, por que el factor abundante en México es la mano de obra poco calificada. Revenga (1997) explica esta aparente paradoja por el hecho de que las industrias protegidas antes de la apertura comercial eran intensivas en mano de obra poco calificada y, por tanto, la reducción arancelaria en México acabó disminuyendo la demanda y los salarios de los trabajadores menos calificados. La revisión de la bibliografía de Rama (2003) encuentra efectos similares en otros países de la América Latina.
Sin embargo, otros autores presentan resultados diferentes. Esquivel y Rodríguez (2003) y Chiquiar (2008) encuentran que el efecto aislado del comercio internacional en los salarios relativos en México es negativo. Es decir, una vez que se controla por el efecto positivo que tiene el cambio tecnológico en la brecha salarial, a mayor apertura comercial hay una menor desigualdad salarial. Chiquiar (2008) introduce una dimensión regional al análisis de dispersión salarial y descubre que la apertura comercial ha contribuido al incremento de las —ya de por sí considerables— diferencias salariales entre las regiones integradas y las no integradas al comercio internacional. Sin embargo, el mismo autor encuentra que la desigualdad salarial ha disminuido dentro de las regiones que se integraron a los mercados internacionales. Tanto Esquivel y Rodríguez (2003) como Chiquiar (2008) explican la relación negativa entre comercio y desigualdad salarial en México (es decir, a mayor apertura menor desigualdad salarial) como un resultado que confirma el postulado teórico de HOSS.
Robertson (2007), por otro lado, argumenta que la reducción en la desigualdad salarial que se observa a partir de 1997 en México se explica por una complementariedad entre los factores de producción en los Estados Unidos y México y no por los mecanismos esbozados en la teoría clásica de comercio internacional (HOSS). Argumentos similares se encuentra en Feenstra y Hanson (1997), quienes desarrollan un modelo teórico en el que los factores de producción de socios comerciales son complementarios (en vez de sustitutos como en HOSS) y los cambios tecno lógicos se dan vía el comercio internacional. Con datos para México, Feenstra y Hanson (1997) concluyen que, al menos parte del efecto positivo (aumento en la desigualdad) del cambio tecnológico en salarios relativos durante el periodo 1975-1988, se da por medio de los incrementos en flujos de bienes y servicios entre México y los Estados Unidos.
Otro elemento importante que determina le relación entre política comercial y la desigualdad salarial es el efecto de la apertura en el diferencial sala rial entre hombres y mujeres. Partiendo de un modelo sencillo como la ecuación (2) Artecona y Cunningham (2002) y De Hoyos (2006) para México y De Hoyos, Bussolo y Núñez (2008) para Honduras, encuentran que la apertura comercial reduce el diferencial salarial entre hombres y mujeres y aumenta la participación laboral de las mujeres. El incremento en oportunidades laborales para las mujeres se da en la industria de manufacturas, en particular en las empresas maquiladoras. En dichas empresas la mano de obra empleada es, por lo general, poco calificada; por tanto las mujeres que entran al mercado laboral provienen de hogares relativamente pobres. Esto crea un vínculo entre apertura comercial y reducción de pobreza y desigual- dad que se da mediante el aumento en la participación laboral de la mujer.
La economía laboral ha contribuido con estudios que intentan explicar los cambios en β con base en cambios en la oferta y la demanda relativa de trabajo calificado y no calificado sin partir del modelo HOSS.14 Es decir, dichos estudios explican los cambios en salarios relativos (calificado a no calificado), controlan do por los cambios en dotaciones de características persona les (X j ) y permitiendo la presencia de desempleo. Estos estudios incluyen los trabajos de Robertson (2000), Sánchez-Páramo y Schady (2003), Meléndez (2001) y Ramírez Cruz (2004) para la América Latina y se basan en el estudio precursor de Katz y Murphy (1992) para los Estados Unidos. Los estudios citados refuerzan la hipótesis de que los cambios en salarios relativos observados entre 1988 y 1997 fueron resultado de cambios tecnológicos en favor de trabajadores más calificados. El enfoque de “economía laboral” también ha contribuido a identificar la importancia de la estructura de protección inicial para entender los posibles efectos distributivos de la apertura (Robertson, 2000).
Otra serie de estudios utiliza la metodología de descomposición de cambios en la distribución de salarios establecida por Juhn, Murphy y Pierce (1993) para aislar el efecto de la política comercial en la desigualdad salarial. Si I(•) se define como una función que mide dispersión o desigualdad, Juhn, Murphy y Pierce (1993) demuestran que
Es decir, todo cambio en la distribución de w puede ser explicado por cambios en los componentes que lo determinan: dotaciones de recursos (X) como por ejemplo educación y experiencia; parámetros (β) que miden los rendimientos o remuneraciones a las dotaciones, y los efectos no observables (ε) como, por ejemplo, talentos in na tos. Una vez que se estima la contribución de cada uno de estos componentes, se puede atribuir cuánto del cambio en cada uno de éstos está determinado por la política comercial (Freije, López-Calva y Rodríguez, 2005; De Hoyos, 2005; Ferreira, Leite y Wai-Poi, 2007). Los resultados de estos estudios muestran que parte de los cambios en salarios relativos (o sea, la desigualdad salarial) obedece a cambios en las remuneraciones a las dotaciones (Δβ) los que, a su vez, se explican en parte por la apertura comercial. Freije, López-Calva y Rodríguez (2005) y De Hoyos (2005) encuentran que el efecto de la apertura comercial, en particular en las disparidades regionales y la participación laboral, desempeña un papel preponderante en la relación entre apertura comercial y la desigualdad salarial en México. Otro resultado importante que se desprende de este tipo de estudios es la importancia de factores no observables para determinar los cambios en salarios relativos.15
En síntesis, la relación entre la apertura comercial y la desigualdad de los salarios ha sido estudia da mediante métodos ex post que se basan en distintas aplicaciones del análisis de regresión y los métodos de des composición. En lo general, los resultados encuentran lo siguiente:
Los cambios en la distribución salarial genera dos por la apertura comercial en el corto plazo son generalmente producto de cambios en las remuneraciones a las características persona les (por ejemplo, años de escolaridad) y factores no observables.
La estructura de protección inicial desempeña un papel importante en la relación entre apertura comercial y los cambios en dispersión salarial.
Los pocos estudios que intentan separar el efecto de la apertura comercial del efecto del cambio tecnológico en la brecha salarial encuentran que ésta se reduce con la apertura. Sin embargo, son muy pocos como para considerar lo un resultado general. Además, el efecto cambio tecno lógico es, en sí mismo, consecuencia de la apertura.
Uno de los efectos más importantes de la apertura comercial puede ser por medio de la creación de empleos, por tanto es importante considerar el efecto de la reforma en la participación laboral.
Es importante to mar en cuenta las dimensiones regionales y de género al momento de evaluar el efecto distributivo de la apertura comercial porque los resultados muestran que la apertura puede aumentar/disminuir la desigualdad salarial entre regiones/hombres y mujeres. Es decir, la apertura puede tener efectos en otras dimensiones de la desigualdad más allá de la desigualdad salarial entre individuos.
La mayoría de los estudios que mi den el efecto de la apertura comercial en la desigualdad salarial vía el mercado de trabajo sólo considera áreas urbanas. Esta limitante obedece, principalmente, a la falta de mercados de trabajo “completos” en áreas rurales. Por mercados completos nos referimos a un mercado laboral en el que las remuneraciones a las características personales (escolaridad, experiencia, etc.) son resultado de la productividad marginal asociada a dichas características. Al soslayar el efecto en áreas rurales, es tos estudios dejan fuera una parte importante de la población pobre y de fine de manera incompleta la distribución del ingreso. Como veremos a continuación, las investigaciones que intentan explicar la relación que guarda la política comercial con la distribución del ingreso a nivel del hogar y la pobreza, sin embargo, sí toman en cuenta tanto estratos urbanos como rurales.
b) La liberación comercial y la desigualdad de los hogares. Comparado con el gran número de investigaciones que buscan vincular cambios en la desigualdad salarial con la apertura comercial, la relación entre ésta y la desigualdad en la distribución del ingreso de los hogares ha sido un ámbito relativamente poco estudia do. Esta es una limitante importante en la bibliografía ya que el ingreso per capita del hogar es el estadístico que tradicionalmente se utiliza para medir el bienestar social. Las dos metodologías más utiliza das en este rubro son las descomposiciones no paramétricas (Shorrocks, 1982) y los modelos de generación de ingreso del hogar (Bourguignon, Fournier y Gurgand, 2001).
La técnica de des composición no paramétrica desagrega la desigualdad del ingreso I(y) en función de las distintas fuentes de ingreso del hogar: salarios, ingresos del trabajo por cuenta propia, remuneraciones al capital, rentas y transferencias públicas y privadas. Asimismo, los cambios en la desigualdad ΔI(y) se pueden descomponer en cambios en la contribución de las distintas fuentes de ingreso a la desigualdad total. Por medio de esta técnica, Székely (1995) encuentra que el incremento en la desigualdad en los ingresos de los hogares en México entre 1984 y 1992 fue producto de un incremento en las remuneraciones a las actividades empresariales por un lado y la reducción de ingresos en áreas rurales por el otro. El autor considera que parte de estos cambios son explica dos por la apertura comercial que se realizó durante esos años.
Bourguignon, Ferreira y Lustig (2004) presentan ejercicios de des composición de cambios en la desigualdad del ingreso de los hogares basados en ejercicios de micro simulaciones a partir de coeficientes estimados econométricamente. La técnica de micro simulación es una extensión de los estudios precursores de Oaxaca (1973) y Blinder (1973) y está cercanamente vinculada a las descomposiciones establecidas por Juhn, Murphy y Pierce (1993).
En estos enfoques se aplican técnicas de descomposición pero combinándolos con estimaciones econométricas de, por ejemplo, remuneraciones a los activos o dotaciones (en particular, la escolaridad) y el comportamiento de los individuos en el mercado de trabajo que permiten estimar los ingresos por hogar aislando los efectos de cambios en las remuneraciones, la dotación de factores y factores no observables. A partir de estas estimaciones se calculan indicadores de pobreza y desigualdad hipotéticos y se comparan con los índices observados. Los ejercicios de micro simulación de Bourguignon et al demuestran que en varios países de la América Latina y el Este de Asia el aumento en la brecha salarial entre trabajadores calificados y menos calificados ocasionó un incremento en la desigualdad. Los autores argumentan que, con base en otros estudios, parte del incremento en la brecha salarial es atribuible a la liberación comercial. Al igual que en el caso de Székely (1995), la relación entre apertura y desigualdad de los hogares en este tipo de estudios se plantea de manera heurística (es decir, no se comprueba empíricamente de manera directa).
Más recientemente se han aplicado los modelos de generación de ingreso del hogar para medir el efecto de la política comercial en el ingreso real de los hogares (Nicita, 2004; Porto, 2006, y De Hoyos, 2007).16 Esta metodología vincula, de manera explícita, los cambios arancelarios producto de una apertura comercial con el ingreso real de las familias [ecuación (1)]. La mecánica de estos modelos se resume en el siguiente sistema de ecuaciones:
Los precios internos, P, son una función, entre otras cosas, del nivel aran cela rio de la economía (τ). Los salarios de equilibrio, w, están determinados por el vector de precios de bienes finales. Tal y como se observa en la ecuación (4), los precios y salarios de la economía determinan los ingresos de los hogares. Por tanto, existe un vínculo explícito entre la política comercial(en la forma de reducción arancelaria) y el ingreso de los hogares:
La ecuación (5) resume los mecanismos de trasmisión ilustra dos en el cuadro 5. El efecto total de la política comercial está sujeto a que los cambios arancelarios tengan un efecto en los precios internos, o bien que ∂P/∂τ sea distinto de 0; si esta relación es igual a 0, el efecto de la política comercial será nulo. La primera parte de la expresión entre paréntesis, ∂y/∂p, capta los efectos directos de cambios en precios en el ingreso real de las familias, es decir el efecto consumo y el efecto ingreso (para los hogares con actividades empresariales). El segundo término de la expresión entre paréntesis,
es el efecto de segundo orden, es decir, los cambios en remuneraciones a los factores de producción dado los cambios en precios ocasionados por la reducción arancelaria. Si se re la ja el supuesto de ple no empleo podríamos agregar un tercero, que capta el cambio en la participación laboral dado el cambio en salarios o remuneraciones al factor trabajo (véase De Hoyos, 2006).
Las relaciones representadas en las ecuaciones (4) y (5) pueden ser es timadas econométricamente con encuestas de los hogares e información sobre cambios en las barreras comerciales expresadas en forma de aranceles (Porto, 2006). Para realizar esto es necesario estimar el efecto de los cambios arancelarios en los precios internos, la relación entre éstos y el consumo y salarios; todo esto dentro de un marco de ingresos del hogar. Una vez es tima do el vínculo entre el cambio arancelario y el ingreso real de cada uno de los hogares en la encuesta, es posible efectuar un ejercicio ceteris paribus que capte el cambio en el ingreso de los hogares proveniente de la reducción de aranceles. Las ventajas de esta metodología es que puede identificar y evaluar cada uno de los canales de trasmisión entre la política comercial y bienestar del hogar: cambios en consumo causado por la reducción en precios y cambios en ingresos laborales. Asimismo, a partir de una misma simulación se puede obtener cualquier estadístico de bienestar como cambios en pobreza, cambios en distribución, etc.
Con una metodología como la mostrada por las ecuaciones (4) y (5), Porto (2006) estima que el Mercosur ha contribuido a reducir la desigualdad de los ingresos de los hogares en Argentina. Porto (2006) estima que el efecto más importante está dado por los cambios en salarios relativos los cuales favorecieron a trabajadores menos calificados y por tanto a hogares relativamente pobres. Nicita (2004) estima un modelo similar para México, incorporan do diferencias regionales, y encuentra que la reducción arancelaria en el marco del TLCAN ha incrementado la desigualdad del ingreso en México. Según las estimaciones del autor, el efecto distributivo más importante se explica por los incrementos en salarios relativos y en diferencia les regionales que se dieron como consecuencia de la apertura comercial.17 De Hoyos (2007) estima un modelo con fricciones en el mercado laboral que toma en cuenta las reducciones arancelarias en ambos la dos de la frontera México-Estados Unidos, y encuentra mecanismos de trasmisión débiles (o casi nulos) entre la reducción arancelaria pos TLCAN y el ingreso de los hogares en México.
A pesar de su importancia, la bibliografía de la apertura comercial y distribución del ingreso de las familias es mucho más escasa cuando se compara con el número de estudios que relacionan la brecha salarial y la apertura comercial. Los modelos de generación de ingreso, los cuales relacionan explícitamente la reducción arancelaria con el ingreso de los hogares, encuentran efectos significativos pero relativamente pequeños entre la política comercial y la desigualdad de los hogares. A pesar de ser pocos, estos estudios representan avances importantes en nuestro conocimiento del efecto que la apertura comercial puede tener en la distribución del ingreso:
Los modelos de generación de ingreso nos permiten evaluar —de manera empírica— los mecanismos de trasmisión que vinculan los cambios en política comercial con cambios en el bienestar de las familias.
El estimar modelos de generación de ingresos que vinculan explícitamente la política comercial con el ingreso de las familias [ecuación (5)] nos permite identificar fallas de mercado que actúan como cuellos de botella que merman los posibles beneficios de la apertura comercial.
Identificar fallas de mercado es un primer paso para la implementación de políticas complementarias, las cuales permitirían maximizar los beneficios producto de la apertura comercial.
Los modelos como los resumidos en la ecuación (5), pueden ser utilizados para realizar una evaluación de la política comercial de forma ex ante.
2. Efecto de la política comercial en la pobreza
Los modelos utilizados para identificar los efectos de la política comercial en la pobreza son muy diversos: equilibrio parcial ver sus equilibrio general; corto versus largo plazo; ex ante versus ex post. El común denominador es que son modelos en los que la unidad de análisis es el hogar y no el individuo, como es el caso de los modelos de desigualdad salarial. Con algunas variantes, los modelos de pobreza y comercio parten del enfoque de Winters (2002) y utilizan una ecuación de generación de ingreso del hogar como la establecida en Singh, Squire y Strauss (1986). Dicha ecuación es una variante de nuestra ecuación (1):
en que Y es el ingreso por hogar,
Si se soslaya por un momento el cambio en salarios que provienen de un cambio en precios, con base en la ecuación (6) podemos demostrar que el cambio en ingreso real del hogar genera do por una reducción arancelaria es igual a (Dixit y Norman, 1980):
de manera que el efecto inmediato de la apertura comercial es determinado por el cambio en precios proveniente de la reducción arancelaria (como ya lo vimos antes) multiplicado por las ventas netas de cada hogar. Cuando el precio relativo baja después de la liberación, hogares que son consumidores (productores) netos del bien k van a experimentar un incremento (reducción) en su ingreso real como consecuencia de la reforma. Con esta metodología, conocida con el nombre de micro contabilidad, y a partir de la información de las encuestas de hogares, Lara y Soloaga (2007) encuentran que la ronda de Doha de apertura comercial generaría un efecto casi nulo en la pobreza en Bolivia. Haciendo el mismo análisis para Nicaragua, Gómez y Soloaga (2007) concluyen que la ronda de Doha incrementaría de manera marginal la pobreza en ese país. Estos dos estudios junto con otros cinco para países en África y Asia, forman parte del volumen editado por Hoekman y Olarreaga (2007), quienes concluyen que, en ausencia de políticas complementarias, la ronda de Doha generaría pocos o nulos beneficios para los pobres y en algunos casos los efectos serían negativos para los más pobres.
La ventaja de los modelos de micro contabilidad es su sencillez. Sin embargo,
esta metodología ignora efectos importantes de segundo orden que pudieran
revertir las consecuencias inmediatas de la reforma comercial. Tanto los
estudios presentados en Hoekman y Olarreaga
(2007) como la revisión de la bibliografía de Reimer (2002) y Hertel y
Reimer (2005) concluyen que la relación entre comercio y pobreza
depende, en gran medida, de los efectos de la apertura en los mercados laborales
(la parte meso en la cuadro 4). Según
Reimer (2002) la importancia de los
mercados laborales en la relación entre pobreza y apertura se explica por el
alto grado de especialización de los hogares en sus fuentes de ingreso, por
ejemplo, hogares pobres se especializan en mercados agrícolas; este grado de
especialización, por lo general, no se observa en las pautas de consumo. Por
ejemplo, Lara y Soloaga (2007) y Gómez y Soloaga (2007) encuentran que
incorporando los posibles efectos en salarios y empleo [el elemento
Como se vio en la sección anterior, los modelos de generación de ingreso con una relación explícita entre el ingreso del hogar y la política comercial son más adecuados para medir el efecto de ésta en el bienestar de las familias. Los estudios de Porto (2006 y 2007) presentan un excelente marco conceptual que describe los mecanismos de trasmisión entre pobreza y política comercial. Porto (2007) encuentra que la apertura comercial reduciría la pobreza 1.5 puntos porcentuales en Argentina. El mismo autor de muestra que una limitante de casi todos los estudios al respecto es el supuesto de ple no empleo (central dentro del marco HOSS). Según Porto (2007), si se relaja este supuesto, el efecto en la pobreza —vía las oportunidades de empleo crea das por la apertura comercial— sería tres veces mayor en Argentina. El autor también estima el efecto en el ingreso real de las familias en Guatemala que se desprende ría del Tratado de Libre Comercio de Centroamérica. De acuerdo con los resultados, los hogares en Guatemala experimenta rían un incremento de 1.45% en su poder de compra; este beneficio se incrementa en 0.84 puntos porcentuales cuando se permite a los agentes ajustar su comportamiento da do el nuevo vector de precios.19
Sin embargo, aun cuando se incorpore la consecuencia de los posibles efectos en salarios y empleo, una desventaja de los estudios incluidos en Hoekman y Olarreaga (2007), Porto (2006 y 2007) y de todos los modelos menciona dos hasta ahora, es que soslayan importantes efectos de equilibrio general. Según HOSS, los efectos dinámicos de reasignación de recursos y cambios nacionales en las remuneraciones laborales representan uno de los efectos más importantes de la apertura comercial. Estos efectos pueden ser percibidos por un modelo de equilibrio general computable (CGE, por sus siglas en inglés), pero los modelos CGE tradicionales no incorporan la heterogeneidad de los hogares por que generalmente usan un hogar representativo y, por en de, no se puede calcular el efecto en la desigualdad y la pobreza. Para registrar la distribución factorial y los cambios en precios relativos de los bienes de consumo a los hogares, los llamados modelos top-down (de arriba hacia abajo por que parte de los resultados agregados y los mapea a nivel de los hogares) combinan los modelos CGE con modelos de micro contabilidad o, como lo veremos a continuación, con modelos de micro simulación.
La mecánica de los modelos top-down es muy sencilla. Primero se estima un modelo CGE que mi de el cambio en ciertas variables que permitirán vincular la reducción arancelaria con los ingresos reales de los hogares (por lo general estas variables-vínculo incluyen precios de bienes finales y rendimientos de los factores de producción). Una vez que se estiman los cambios en las variables-vínculo, los nuevos valores se aplican a las unidades incluidas en las encuestas de hogares y así se re calculan sus ingresos reales. Los cambios en ingresos de los hogares provenientes de este ejercicio captan el efecto ceteris paribus de la apertura comercial en el ingreso real de los hogares, tomando en cuenta los efectos de equilibrio general en variables macro y sectoriales. En una aplicación de esta metodología Ianchovichina, Nicita y Soloaga (2001) encuentran que la reducción arancelaria en el marco del TLCAN tuvo un efecto casi nulo en la pobreza y la desigualdad del ingreso en México.20
Una restricción de los modelos de equilibrio general combina dos con ejercicios de microcontabilidad es que suponen que los hogares no cambian su decisión de consumo, oferta laboral y sector de ocupación da dos los nuevos precios en la economía. Esto es, sin duda, un supuesto muy restrictivo. En contraste, los modelos de equilibrio general combina dos con modelos de microsimulación incluyen cambios en decisiones de consumo, oferta laboral y sector de ocupación por hogar o individuo. Una comparación pormenorizada entre las metodologías que utilizan modelos macro-micro para evaluar el efecto de reformas, incluyendo la apertura comercial, se encuentra en Bourguignon y Pereira da Silva (2003), Bussolo y Round (2006) y Bourguignon, Bussolo y Pereira da Silva (2008).
El compendio de Vos, Ganuza, Morley y Robinson (2006) incluye 16 estudios para el mismo número de países de la América Latina. Todos los es-tu dios en dicho volumen utilizan una metodología de equilibrio general combina da con micro simulaciones para evaluar, ex ante, el cambio en pobreza proveniente de la apertura comercial programa da en la llamada Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Los autores encuentran que dicha reforma reduciría la pobreza de manera marginal en la América Latina incrementando, sin embargo —también de manera marginal—, la desigualdad en los países de la región. Morley y Díaz-Bonilla (2006) utilizan una metodología similar para evaluar el efecto pobreza y distribución de la apertura comercial en México. Los autores encuentran que la apertura trae consigo mayores ingresos pero también deteriora la distribución del ingreso; el efecto en pobreza es mixto: la pobreza moderada disminuye pero la pobreza extrema aumenta como consecuencia de la apertura comercial. Los resultados de Bussolo y Lay (2006) demuestran que la apertura comercial en Colombia a principios de los años noventa ha contribuido a la reducción de la pobreza en ese país de manera significativa. Según los autores, el vínculo más importante entre apertura comercial y reducción de pobreza en Colombia es por medio del mercado laboral (salarios y empleo).
Por último, Hanson (2005) utiliza una metodología cuasi experimental poco aplicada en la evaluación del efecto de la apertura comercial en la pobreza. Aplicada a México, esta metodología aprovecha las diferencias en los cambios observados entre diferentes estados (regiones) dependiendo de su grado de integración a los mercados internacionales. El autor encuentra que el ingreso laboral en estados no integrados en México disminuyó entre 8 y 12% respecto a los integrados. Esto hizo que la incidencia de la pobreza en estados no integrados se incrementara alrededor de 7% respecto a los integrados. La ventaja de esta metodología es que controla por todos los efectos fijos de los estados integrados y no integrados (características inherentes a es tos grupos que no cambian en el tiempo). La desventaja es que no forma una relación explícita entre la apertura comercial y el ingreso de los hogares, y más bien supone que to do el cambio en las diferencias entre los dos grupos es atribuible a la política comercial. Las siguientes conclusiones se infieren de los diferentes enfoques metodológicos para evaluar el efecto pobreza de los cambios en política comercial:
Los efectos de la política comercial en la pobreza están muy vinculados a las dinámicas del mercado laboral y en menor medida a las pautas de consumo de los hogares pobres.
Aun cuando los modelos de micro contabilidad (e incluso los modelos CGE-microcontabilidad) son una buena primera aproximación para medir el efecto de corto plazo en la pobreza de acuerdos comerciales, presentan graves limitaciones por que no incorporan los cambios en el comportamiento de los agentes microeconómicos frente a cambios en los precios relativos.
Los modelos de generación de ingreso, en contraste, permiten modelar la existencia de distorsiones en el mercado de bienes y de trabajo que afectan la trasmisión de cambios arancelarios a precios internos y de éstos a los salarios y/o empleo. Estos modelos permiten establecer una relación explícita entre la política comercial (reducción arancelaria) y el bienestar del hogar. Sin embargo, la limitación de este enfoque es que sólo considera los efectos de primera ronda (efectos de corto plazo) y no capta los efectos de equilibrio general.
Los modelos CGE-microsimulaciones que incorporan cambios en el comportamiento de los hogares y/o individuos son apropiados para medir la relación entre pobreza y apertura comercial, sobre todo si incorporan efectos en la participación laboral inducidos por los cambios en salarios y precios relativos. Sin embargo, una limitación de estos modelos en la práctica es que suponen ple no empleo, la existencia de mercados competitivos y por lo general pasan por alto fricciones o imperfecciones de mercado importantes como: débiles mecanismos de trasmisión entre la reducción arancelaria (política comercial) y los precios internos, segmentación laboral, entre otros.
Adviértase que además de la pobreza monetaria, la liberación comercial podría tener efectos en otros indicadores de bienestar social. Por ejemplo, un incremento en precios de los alimentos causado por la política comercial podría afectar de manera negativa la nutrición y la mortalidad infantil. Si el jefe del hogar queda desempleado o su ingreso baja a raíz de la liberación y se trata de un hogar pobre, es to podría afectar la matrícula escolar de los hijos. Si la liberación comercial resulta en incrementos relativos de los salarios de trabajadores con mayor calificación entonces, por lo contrario, es to podría generar incentivos para que los jóvenes completaran un mayor número de años de escolaridad. Además de afectar de manera negativa y directa el bienestar, una reducción del capital humano (nutrición, salud y educación) puede tener efectos de largo plazo, inclusive la trasmisión intergeneracional de la pobreza.
A pesar de su relevancia, existen muchos menos estudios de este tema que del efecto de la liberación en los salarios relativos y la pobreza. Un trabajo que analizó el efecto de la política comercial en la escolaridad y el trabajo infantil en la India encontró que los niños que vivían en distritos más expuestos a la reducción de aranceles mostraron menores disminuciones en el uso de mano de obra infantil y menores incrementos en la matrícula escolar (Edmonds, Pavcnik y Topalova, 2005) Otro estudio, por lo contrario, encuentra que la liberación comercial del arroz en Vietnam y su consecuente incremento en los precios de dicho bien reduce el trabajo infantil en los hogares productores de arroz (Edmonds y Pavcnik, 2005).Un análisis econométrico de alrededor de 90 países para el periodo 1960-1990 encontró que la apertura comercial tiende a aumentar la disparidad entre la matrícula secundaria y terciaria en países que tienen abundancia de tierras frente a los que no la tienen (Wood y Ridao-Cano, 1996) Otros trabajos encuentran una relación positiva entre apertura comercial, una menor tasa de mortalidad infantil y una esperanza de vida mayor (Levine y Rothman, 2006; Owen y Wu, 2007). Asimismo, Deaton (2004) encuentra que la globalización ha permitido el traslado de conocimientos de la salud que llevaron a que la tasa de mortalidad de hombres adultos convergiera con cierta rapidez en los países avanzados y sugiere que lo mismo podría ocurrir entre países pobres y ricos si se acelerara el proceso de traslado de conocimiento en materia de salud de países avanzados a países en desarrollo. La relación entre política comercial y otros factores de bienestar social es un ámbito poco estudiado en el contexto latinoamericano.
IV. Políticas compensatorias y complementarias
1. Políticas compensatorias
Como se vio en la sección anterior, aun cuando el efecto neto de la liberación comercial en la pobreza y la desigualdad sea neutro o pequeño, siempre habrá un grupo de la población que estará en peo res condiciones (pobres que se vuelven más pobres o no pobres que se vuelven pobres) después de la liberación comercial. A veces este es un efecto transitorio y en otras ocasiones persiste a lo largo de mucho tiempo, dependiendo del di na mismo con que otros sectores absorben a la población afectada y de las características de dicha población. El efecto negativo puede ser consecuencia de factores diversos, pero vale la pena resaltar tres: i) una caí da en el poder de compra del ingreso por el aumento de los precios de bienes que conforman una parte importante de la canasta de consumo y para los que no es fácil encontrar sustitutos menos caros, como es el caso de los alimentos básicos (maíz, trigo, arroz, frijol, etc.); ii) una reducción en la rentabilidad de ciertas actividades productivas y sus consecuencias en el empleo (desempleo) y las remuneraciones salariales y no salariales, y iii) una disminución en el ingreso de los hogares ocasiona da por la reducción de subsidios o gastos gubernamentales que benefician a grupos de población pobre o el incremento de impuestos que los afectan de manera negativa.
Ante la situación de que la liberación comercial puede hacer más pobres a los pobres y convertir en pobres a parte de quienes no lo eran, los mecanismos de compensación (safety nets) y de capacitación adquieren un papel particularmente relevante. ¿Cuáles son los instrumentos característicos? En los países avanzados y para un grupo pequeño de la población latinoamericana existe el seguro de desempleo, pero el seguro de desempleo en la región es sólo para los trabajadores del sector formal, que salvo contadísimas excepciones no son pobres. Algunos países avanzados han utilizado esquemas localiza dos en la población afectada: por ejemplo, des de 1962 los Estados Unidos tienen un programa llamado Trade Adjustment Assistant (dirigido a los “perdedores” de la política comercial, sean o no pobres) que tiene un componente de transferencia monetaria y otro de capacitación. Un estudio realizado en 1981 encontró que había beneficiarios que re ci bían la transferencia aun cuando no estaban desempleados, y por ello se introdujeron modificaciones al diseño y supervisión que mejoró el desempeño del programa (Corson y Nicholson, 1981; Decker y Corson, 1995). En general, los programas de capacitación que han sido evaluados arrojan resultados mixtos. Sobre todo, se ha encontrado que si la participación en los programas de capacitación es una condición para que los beneficiarios tengan acceso a las transferencias, entonces terminan no siendo muy efectivos, por que ello quita tiempo disponible para la búsqueda de empleo y no facilita la reinserción en el mercado laboral. Algunos países avanzados exigen la participación en programas de búsqueda de empleo en su lugar (Johnson y Klepinger, 1991; Decker y Corson, 1995).
Dado que la población pobre puede ser afectada de manera negativa no sólo por las consecuencias de la liberación comercial sino también por un cambio tecnológico ahorrador de mano de obra o cambios en los precios relativos asociados a cambios en las pautas de demanda (entre otros), se considera mejor poner en marcha mecanismos compensatorios que no distingan entre las causas del problema. Si una persona pierde el empleo, un consumidor tiene que pagar más por su canasta alimentaria o si un productor sufre una caída de su ingreso por la liberación comercial u otras reformas y ese individuo (u hogar) es pobre, debieran de existir mecanismos financiados con los ingresos generales del gobierno que permitan suavizar el efecto. ¿Cuáles son dichos mecanismos? En la práctica se ha utilizado una amplia gama: programas de empleo de urgencia, programas de empleo por alimentos, fondos sociales, subsidios localiza dos a insumos agrícolas, alimentos, habitación y energía, raciones y cupones alimentarios, programas de apoyo a los productores agrícolas, programas alimentarios escolares, becas, asistencia a hogares en pobreza, programas de capacitación, ayuda en la búsqueda de empleo y de transferencias monetarias. Hasta donde sabemos no se ha hecho un análisis de cuáles de estos programas funcionan mejor para mitigar el efecto negativo de la política comercial en la población pobre o la que corre el riesgo de convertirse en pobre. Sin embargo, algunos trabajos recientes han analiza do la eficacia de ciertos programas como mecanismos de compensación ante la liberación comercial.21
2. Políticas complementarias
Prácticamente todos los estudios disponibles indican que los hogares pobres enfrentan grandes limitaciones para aprovechar de manera íntegra las oportunidades en el mercado laboral provenientes de la liberación comercial. Por ejemplo, aun cuando aumentan los precios de ciertos productos agrícolas, los pequeños productores no pueden traducir este efecto positivo en mejorar la productividad por no tener acceso a activos e insumos clave (como animales de carga, semillas mejoradas, fertilizantes, etc.). Además, los pequeños agricultores son los que también tienen más dificultades para obtener créditos, menor escolaridad y tierra de peor calidad. Cualquiera de estos factores por sí mismo o el conjunto de to dos pueden explicar por qué la respuesta de la oferta ante mejores precios es baja para los productores agrícolas pobres. Con sus diferencias, circunstancias similares pueden encontrar se en otros sectores en los que millones de micro y pequeños empresarios no pueden beneficiar se de las oportunidades que brin dan nuevos mercados por la falta de acceso a educación, infraestructura, crédito e información. La Global Facilitation Partnership for Transportation and Trade, iniciativa lanzada por el Banco Mundial en 1999, enumera un grupo de 14 obstáculos principales que enfrentan las pequeñas y medianas empresas para insertarse en el mercado internacional, entre ellos: falta de capacidad gerencial y de mercadeo, burocracia, falta de acceso a información y know-how, entre otros (GFP 2005).
De allí que las políticas complementarias adquieren un papel clave. En el caso del CAFTA (Central American Free Trade Agreement), por ejemplo, el programa complementario de Honduras incluye entre sus componentes principales la maximización de beneficios de las micro, pequeña y mediana empresas, debido a su limitada participación en el mercado internacional. Esta limitada participación se de be principalmente a problemas de “capacidad gerencial, bajo nivel tecnológico, escasa integración entre los sectores productivos, dificultad de acceso a los servicios financieros, informalidad derivada de un régimen legal que desincentiva la integración al sistema económico vigente, problemas de volumen y calidad de la producción de bienes y servicios” (Meza Palma, 2005). Asimismo, para el caso de Guatemala, las políticas complementarias incluyen un componente de “Apoyo y Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa”, con hincapié en apoyo institucional y crédito (Carrera, 2005).
A pesar de la importancia que todos los estudios respecto a la relación entre la política comercial, la pobreza y la desigualdad dan a las políticas complementarias, en realidad este tema ha sido muy poco analiza do. En términos generales sabemos (o suponemos) que el acceso a transporte, comunicaciones, crédito, insumos (por ejemplo, fertilizantes y semillas mejoradas), educación (incluyendo conocimientos gerenciales básicos) e información es vi tal para que la población pobre pueda tener acceso a empleos y comercializar sus productos. La importancia de estos factores se hace patente en el relato de la creación y logros de la Self-employed Women’s Association (SEWA) que hoy cuenta con alrededor de 700 mil afiliadas en la India (Bhatt, 2006). Estudios micro también reflejan es to. Uno de ellos encontró, por ejemplo, que el acceso a un teléfono público está positivamente relacionado con los precios que reciben los productores agrícolas pequeños.22
En el ámbito de ampliar el acceso a la educación (y al capital humano más en lo general), se cuenta con análisis bastante pormenorizado de los beneficios de los programas de transferencias monetarias condicionadas (conditional cash transfers). Los dos más grandes en la región son Oportunidades en México con alrededor de 5 millones de hogares beneficiarios y Bolsa Familia en Brasil con alrededor de 11 millones de hogares beneficiarios.23 Oportunidades ha sido evaluado con métodos rigurosos y los resultados indican que el programa ha tenido efectos significativos en la población en extrema pobreza de México. Por ejemplo, se observó una reducción promedio de 11% en la mortalidad infantil (Barham, 2005) y en la mortalidad materna en las comunidades rurales beneficiarias (Hernández et al, 2003). En educación, por su parte, se encuentra que el efecto en la matricula en educación primaria no ha sido muy grande. Sin embargo, en educación secundaria se observó un aumento de la matricula promedio de 11% en las niñas y 7.5% en los niños de áreas rurales a dos años del lanzamiento del programa (Hernández et al, 2003). Comparando la matrícula antes del programa (1996-1997) con la de después del programa (2002-2003) se encuentra un incremento promedio de 24% en áreas rurales (Parker, 2005).24
Sin embargo, dado que el programa lleva apenas diez años de haberse introducido, todavía no es posible analizar su efecto en los ingresos de los niños de hogares beneficiarios cuando éstos llegan a edad adulta y participan en el mercado laboral. Es decir, por ahora no se conoce el beneficio real de la reducción de una de las restricciones —la falta de escolaridad— que presumiblemente enfrenta la población pobre para aprovechar las oportunidades de un mayor acceso a mercados y empleos como producto de la liberación.
Ciertos autores destacan que las políticas complementarias deben centrar se en eliminar las rigideces de la regulación laboral y otras regulaciones que frenan el desarrollo de las empresas y la inversión privada en infraestructura de transporte y comunicaciones.25 Otros destacan los impedimentos macroeconómicos provenientes del aislamiento geográfico en que una parte importante de la población pobre vive. Sin duda, la identificación de cuáles políticas complementarias es clave para cosechar los beneficios de la política comercial, sobre todo para la población pobre representa un campo de investigación en el que queda mucho por aprender.
V. Síntesis y recomendaciones para un programa de investigación futura
Para responder a la pregunta respecto al efecto de la política comercial en la pobreza y la desigualdad, idealmente, quisiéramos conocer el efecto en el ingreso de los hogares en el corto, mediano y largo plazos. Y si nos ponemos más ambiciosos, quisiéramos conocer el efecto según el género y origen étnico así como de otros indicadores de bienestar como la mortalidad, morbilidad, nutrición y educación. En un mundo ideal, nos gustaría contar con un mega modelo que estimara y vinculara todas las relaciones relevantes en términos dinámicos; permitiera la conversión de toda las medidas de política comercial a aranceles equivalentes, y analizara cómo el cambio en cualquiera de las dimensiones de la política comercial y el comercio se trasmite a precios internos y de qué factores depende; cómo ajustan las decisiones de consumo, producción, empleo los agentes económicos ante los cambios en precios relativos; cómo afectan los múltiples cambios en demanda y oferta a los precios de bienes de consumo final, salarios y otros ingresos en términos relativos, y cómo este proceso es afectado por las características del mercado (competitivo u oligopólico), el poder de negociación de los diferentes grupos (sindica tos, empresarios, organizaciones rurales, etc.) y las políticas del Estado en otros ámbitos; cómo afectan estos cambios a los ingresos de los hogares en el corto plazo; cómo afectan los cambios en precios y salarios relativos las decisiones de inversión, cambio tecnológico y productividad de los sectores productivos y, por ende, el crecimiento económico y su patrón sectorial, y, finalmente, cómo afecta el crecimiento y patrón sectorial a la distribución del ingreso y la pobreza.
En la práctica este tipo de modelo no existe y posiblemente nunca existirá. Por ello, el conocimiento integral de un tema —en contraste con el que se centra en profundizar en preguntas cada vez más específicas— se va construyendo como un rompecabezas con el agravante de ausencia de piezas y que las piezas existentes no todas provienen de la misma fuente y encajan de manera perfecta.26 Si continuamos con la metáfora del rompecabezas, nos tenemos que preguntar con qué piezas contamos y cuáles están menos cubiertas por la investigación vigente. En este trabajo, intentamos responder a este interrogante a través de la reseña de los estudios y enfoques metodológicos que se presenta ron en las secciones anteriores así como a partir de una revisión bibliográfica.
Nuestra reseña resalta que la gran cantidad de estudios de política comercial y los salarios relativos (una mayoría en la bibliografía), podría ser mucho más informativa si se evalúan los cambios en salarios relativos dentro de un marco de ingresos reales de los hogares. Tampoco se han analizado lo suficiente el efecto de la liberación en el mercado laboral, desempleo y cambios en la tasa de participación por grupos socioeconómicos, por ejemplo. Los modelos microeconométricos como los de Porto (2007) (último renglón del cuadro 5) pueden ser los más pro me te do res en este campo. Este tipo de análisis se ha hecho para el caso de Argentina y México, pero hasta donde hemos podido observar no ha sido aplicado a otros países. Los modelos con estimaciones explícitas entre cambios en las barreras comerciales y el ingreso de los hogares por medio de lo que ocurre en el mercado laboral (salarios y participación, utilización y composición del empleo) pueden enriquecer el conocimiento del vínculo entre la política comercial y el bienestar de los hogares. También sería conveniente generar más estudios basados en modelos computables de equilibrio general combinados con ejercicios de microsimulación que incorporen los efectos regionales (al interior de un país) y de género.
Asimismo, además de los efectos en la pobreza y la desigualdad, también interesa ría conocer más acerca de los efectos de la política comercial en otros indicadores sociales, como la mortalidad materno-infantil, la nutrición, la escolaridad, el rendimiento escolar y la movilidad social. Estas dimensiones han sido muy poco estudia das en la bibliografía, en parte por que es muy complejo establecer la causalidad a partir de la información disponible. El tipo de estudios que se requieren son de tipo econométrico y para el caso de la movilidad se requiere encuestas de tipo panel, sumamente escasas en la región.
A pesar del vas to número de enfoques metodológicos y estudios que existen para analizar algunas de las dimensiones que relacionan la política comercial con la pobreza y la desigualdad, hay un conjunto de temas que han que da do fuera. En particular, no se ha estudia do bien el orden de magnitud del “coeficiente” de trasmisión de los precios en la frontera a los precios que llegan directamente a los hogares, en particular, los hogares pobres y cómo les afecta. Esto es importante porque si los cambios en precios relativos externos no llegan a los hogares o lo hacen muy lentamente, su efecto será limitado. Un buen número de los estudios menciona dos en las secciones anteriores no se preguntan si el cambio observa do en el salario relativo, por ejemplo, es causado porque los precios relativos cambian a raíz de la liberación.
La investigación disponible también ha de ja do relativamente poco analizados otros mecanismos y procesos cuyo detalle debiera de conocerse más a fondo. Por ejemplo, la liberación puede acarrear beneficios en términos de permitir el acceso a bienes y servicios (de consumo e insumos) que antes no estaban disponibles (o lo estaban con calidad inferior). La liberación en mercados de destino (con su consecuente acceso a mercados que antes estaban fuera del alcance) muy posiblemente genera beneficios para grupos específicos que lo gran emplearse en sectores mejor remunerados. Existen estudios de empresa que muestran los beneficios —en términos de productividad— que provienen del aumento en los insumos disponibles producto de la apertura comercial (Iacovone y Javorcik, 2008). Como ejemplo se señala a menudo la creación de empleos para mujeres en sectores textiles, de procesamiento de alimentos y de partes electrónicas, mujeres que antes trabajaban sin remuneración en el predio familiar o lo hacían en actividades peor remuneradas. Por lo contrario, la liberación comercial en el país de origen también puede causar efectos negativos en la población pobre por los mercados o esquemas de apoyo (como los marketing boards que compran el producto de agricultores pobres que viven en zonas remotas) que se destruyen porque no resisten la competencia, en el primer caso, o se eliminan como parte de los acuerdos comerciales, en el segundo. Este tipo de procesos sólo se pueden captar mediante estudios de caso locales y/o de sectores específicos.27
Por otra parte, el conocimiento de la efectividad de las políticas compensatorias para quienes salen perjudicados por la liberación (por lo menos en el corto plazo) es magro o nulo, tal vez porque los países no cuentan con políticas específicas o por que es muy difícil distinguir cuándo las políticas de protección social amplias están compensan do a individuos afectados por la liberación comercial en contraste con otras reformas, choques adversos idiosincrásicos o factores macroeconómicos, o por que aunque existan programas éstos no han sido analizados. Dado que no cabe duda que la política comercial genera perdedores, parecería decisivo contar con un análisis comprensivo de las ventajas y desventajas de las políticas compensatorias y su capacidad de mitigar los costos asociados a cambios en la política comercial. En la práctica se ha utilizado una amplia gama: programas de empleo de urgencia, programas de empleo por alimentos, fondos sociales, subsidios localizados a insumos agrícolas, alimentos, habitación y energía, raciones y cupones alimentarias, programas alimentarios escolares, becas, asistencia a hogares en pobreza, programas de capacitación, y ayuda en la búsqueda de empleo. Hasta donde sabemos no se ha hecho un análisis de cuáles de estos programas funcionan mejor para mitigar el efecto negativo de la política comercial en la población pobre o la que corre el riesgo de convertir se en pobre.
Si bien se ha analizado el efecto de programas destinados a igualar oportunidades en el acceso a capital humano (como las transferencias monetarias condicionadas) y financiero (como los programas de microfinanzas), cabalmente no se conoce el vínculo entre estas intervenciones y su efecto en las oportunidades del comercio para micro y pequeños productores en el sector agrícola y otros sectores de la economía. Sin duda, la identificación de políticas complementarias necesarias para cosechar los beneficios de la política comercial, sobre todo para la población pobre, representa un campo de investigación en el que queda mucho por aprender.