1. Introducción
La sinonimia ha sido un tema controversial dentro de los estudios lingüísticos, en particular la discusión sobre la existencia de sinónimos absolutos tanto en palabras simples como en palabras compuestas. El objetivo de este trabajo es ofrecer un análisis de las relaciones sinonímicas entre locuciones del español de México pertenecientes a campos semánticos distintos. La elección de las locuciones a analizar se ha establecido debido a la productividad fraseológica de los significados que expresan y con la intención de representar dos tipos de locuciones léxicas: verbales y adverbiales.
El propósito de este trabajo de investigación no es sumarse a las disertaciones sobre esta relación semántica entre unidades léxicas, sino establecer parámetros para poder distinguir sinónimos fraseológicos de variantes del mismo tipo con ejemplos pertenecientes al español mexicano.
2. Sinonimia y variación en unidades léxicas fraseológicas
2.1. La sinonimia en las locuciones
Concibo la sinonimia como una semejanza de significado entre unidades léxicas fraseológicas.1 Esta postura se ha desprendido de la revisión de otras aportaciones lingüísticas como las de Zuluaga, 1980; Lyons, 1995; Corpas Pastor, 1996; García-Page, 2008 y Nguyen Giang, 2009.2 A continuación, presento un análisis panorámico de las posturas de estos autores como punto de partida para dilucidar la diferencia entre el fenómeno de la variación y la sinonimia fraseológica.
Uno de los primeros en estudiar la sinonimia en unidades léxicas formadas por más de una palabra gráfica fue Lyons, quien apuntó tres condiciones necesarias para considerar sinónimas dos unidades que: a) sus significados sean idénticos, b) sean sinónimos en todos los contextos y c) sean semánticamente equivalentes (Lyons apudBroz y Glavan, 2012).
En la fraseología española, Alberto Zuluaga estudia la diferenciación entre la variación fraseológica y la sinonimia en estas mismas unidades léxicas en su Introducción al estudio de las expresiones fijas. Nombra unidades fraseológicas sinónimas a aquellas cuya estructura o componentes sean en su totalidad diferentes y, en algunos contextos, intercambiables, por la equivalencia en sus significados. Estas unidades son parte de lo que Zuluaga llama variantes en sentido amplio.3Tomar las de Villadiego y poner pies en polvorosa ‘huir’ son las dos locuciones que entrega este autor como ejemplos de unidades fraseológicas sinónimas.
Otra de las investigadoras que ha dedicado atención a estos temas es Gloria Corpas Pastor, quien retoma la clasificación hecha por Zuluaga y diferencia entre variantes estructurales y sinónimos estructurales, estos últimos son aquellos “sinónimos […] que se distinguen por la congruencia estructural completa y la identidad parcial del componente léxico” (1996: 28). La autora propone como ejemplos de sinónimos fraseológicos las unidades poner a uno las peras a cuarto y poner a uno las peras a ocho “echarle una bronca o decirle claramente lo que se piensa” (DLE, 2014).
Mario García-Page también ha estudiado la difusa frontera entre la variación y la sinonimia fraseológica. Este autor se declara partidario de las variantes fraseológicas más que de los sinónimos, no obstante, después del análisis de algunas locuciones del español peninsular el autor reconoce que “no estamos negando, en absoluto, que puedan determinarse series de construcciones de significado idéntico o semejante” (2008: 220). Así, de la misma manera que los dos investigadores anteriores, este autor distingue entre dos grupos de unidades sinónimas, el primero corresponde a la sinonimia interna o intrafraseológica y, el segundo, a la sinonimia externa o interfraseológica. Es en este último grupo en el que coincidimos, pues define los sinónimos externos como “locuciones formalmente distintas y semánticamente equivalentes” (2008: 220). Ejemplos de sinonimia interfraseológica son las unidades pensar en las musarañas y estar en Babia4 ‘andar distraído’.
El último de los autores, cuya propuesta plantearé es Giang Nguyen, quien considera los sinónimos fraseológicos como grupos de unidades léxicas idiomáticas con el mismo significado, pero propias de diferentes registros, es decir, provenientes de diferentes estilos de la lengua. También para este autor las locuciones sinónimas pueden ser unidades fraseológicas con el mismo significado pero distinta estructura, o con la misma estructura pero con elementos de distintos campos semánticos. Ejemplos de sinónimos fraseológicos son have one’s head screwed on the right way y to have a head on ones’s shoulder5 (ser sabio o sensible) (Collins Dictionary).
Después del análisis de las distintas propuestas teóricas sobre la sinonimia, propongo considerar locuciones sinónimas aquellas unidades léxicas fraseológicas que: 1) remitan como base de significación a la misma experiencia de vida6 o sean equivalentes en significado, 2) pertenezcan a la misma categoría gramatical, 3) posean distinta estructura sintagmática y paradigmática y 4) sean intercambiables en, al menos, uno de sus contextos de uso sin alterar el significado de la oración (Zuluaga, 1980; García-Page, 2008; Alvarado, 2008). Es decir, serán sinónimas aunque tengan una combinación sintagmática distinta y pertenezcan a diversos registros siempre y cuando la semejanza de significado se mantenga.
Ejemplos de locuciones con relación de sinonimia son: tirar a león [a alguien],7dar el avión [a alguien] y tirar de a loco [a alguien]. El significado de estas locuciones corresponde a ‘ignorar [a alguien]’. Así, además de remitir a la misma experiencia de vida, estas unidades léxicas pertenecen a la misma categoría gramatical, son locuciones verbales. También pueden poseer distinta estructura sintagmática, por ejemplo, elementos extra dentro el sintagma verbal, y distinta estructura paradigmática. Por último, en el contexto de uso “Un señor muy barrio me quiso hacer plática en el camino. Obviamente, le di el avión”.8 La locución dar el avión puede ser intercambiable por las unidades tirar a león y tirar de a loco, así en los enunciados “Un señor muy barrio me quiso hacer plática en el camino. Obviamente, le tiré a león” y “Un señor muy barrio me quiso hacer plática en el camino. Obviamente, lo tiré de a loco”. No se produce alteración de significado, cumpliendo de este modo con los cuatro rasgos descritos arriba.
Las locuciones anteriores pertenecen, también, al mismo registro, el coloquial.9 Sin embargo, la segunda locución enunciada, tirar a león [a alguien], restringe su uso, hasta donde he podido documentar, al estado de Nuevo León,10 en el norte de México, y no es utilizada ni en el centro ni en el sur del país, y, por tanto, pertenece a lo que algunos autores llaman geosinónimos (Ullmann, 1965 y Salvador, 1985) y, otros, locuciones con variación diatópica (Zuluaga, 1980 y García-Page, 2008).
2.2. Las variantes en las locuciones
La variación es un rasgo lingüístico ligado a la fijación, y, ésta, por su parte ha sido entendida como la conservación en el número y orden de los elementos, así como su reproducción sin alteración por parte del hablante. Sin embargo, existen ciertas unidades que sí permiten alteraciones en su estructura sin que esto modifique el significado global de la unidad.
Así, considero variantes fraseológicas las unidades léxicas que: 1) mantienen la misma estructura sintagmática, 2) modifican un elemento11 de su estructura12 y 3) este cambio no genere un cambio en el significado de la unidad. Ejemplos de variantes fraseológicas son las unidades andar [alguien] a la greña y andar [alguien] a la carrera. En este ejemplo podemos observar que ambas comparten la estructura Sv+Sp, donde el sintagma preposicional está formado por una preposición, el artículo definido femenino singular y un sustantivo. La variación únicamente se da en el último de los elementos del sintagma preposicional, el sustantivo, y es intercambiable por otro de las mismas características formales: sustantivo común, femenino y singular.
Las variaciones fraseológicas pueden ser de distintos tipos. Retomo la clasificación propuesta por Mario García-Page (2008) por parecerme la más completa. Así, existen variantes de tipo: 1) fónico (así y asado/así y asao ‘de una manera o de otra’, DEM), 2) gráfico (¡a huevo!/¡a güevo! ‘por supuesto’/ ‘por fuerza’, DLE), 3) morfológico (aventarse la pelota/aventarse la pelotita ‘hacer que alguien dé la cara por algo o hacer que una persona aparezca como responsable de cierta cosa’, DEM), 4) gramatical (a fin de cuentas/al fin de cuentas ‘al final, en conclusión’, DEM), 5) sintáctico (a viva voz/a voz viva ‘con voz alta, o más alta del volumen acostumbrado’) y 6) léxico ([alguien] dar guerra [a alguien]/[alguien] dar lata [a alguien]), dependiendo de los elementos que se modifiquen.13
Después de la sucinta explicación de estos dos fenómenos lingüísticos y con el afán de esclarecerlos, presento el análisis de cuatro grupos de locuciones que, hasta el momento, puedo considerar sinónimas.
Veintitrés locuciones agrupadas en cuatro conjuntos semánticos serán analizadas según los rasgos propuestos en párrafos anteriores y en contextos obtenidos por medio del Corpus del español mexicano contemporáneo (1921-1974) (CEMC) y del Corpus de referencia del español actual (CREA),14 con la restricción geográfica a México y en todos los medios, para clarificar su relación semántica de semejanza y establecer sus diferencias lingüísticas.
3. Las locuciones
3.1. Locuciones que significan ‘morirse’
El primer grupo es el conjunto compuesto por las locuciones verbales: a) estirar [alguien] la pata, b) colgar [alguien] los tenis, c) chupar faros [alguien], d) darle de comer [alguien] a los gusanos, e) chuparse [a alguien] la bruja y f) colgar [alguien] los guantes, unidades cuyo significado corresponde a ‘morir’.
El Diccionario del español de México (DEM) ha documentado en sus entradas estirar la pata (s.v. estirar y pata), colgar los tenis (s.v. colgar y tenis), chupar faros (s.v. chupar) y chuparse la bruja (s.v. bruja y chupar), y, las tres primeras han sido definidas como ‘morirse’, mientras que la última como ‘morir’. El diccionario de la lengua española (DLE), por su parte, ha hecho lo mismo con las unidades estirar la pata (s.v. pata), colgar los tenis (s.v. tenis) y colgar los guantes (s.v. guante),15 en esta obra lexicográfica las tres unidades han sido definidas como ‘llegar al término de la vida’. A través de la búsqueda de las unidades en estos diccionarios, se comprueba que las locuciones remiten a la misma experiencia de vida.
Además de compartir significado, todas las locuciones son locuciones verbales ya que su función sintáctica dentro del discurso es la correspondiente al verbo ‘morir’. Los patrones sintácticos de estas locuciones son:
a. Sv ‘estirar’ + Sn (artículo ‘la’ + sustantivo ‘pata’)
b. Sv ‘colgar’ + Sn (artículo ‘los’ + sustantivo ‘tenis’)
c. Sv ‘chupar’ + Sn (sustantivo ‘faros’)
d. Sv ‘darle’ (‘dar’ + pronombre enclítico) + Sp (preposición ‘de’ + verbo ‘comer’ + preposición ‘a’ + artículo ‘los’ + sustantivo ‘gusanos’)
e. Sv ‘chuparse’ + Sn (artículo ‘la’ + sustantivo ‘bruja’)
f. Sv ‘colgar’ +Sn (artículo ‘los’ + sustantivo ‘guantes’)
Cinco de las seis locuciones verbales de este grupo comparten el patrón sintáctico Sv + Sn, donde el segundo sintagma de las unidades de los incisos a) estirar [alguien]16la pata, b) colgar [alguien] los tenis, e) chuparse [a alguien] la bruja y f) colgar [alguien] los guantes está formado por un artículo definido y un sustantivo común. En la unidad chupar [alguien] faros, el Sn está formado únicamente por el sustantivo y en darle de comer [alguien] a los gusanos, el segundo sintagma tiene un patrón con los elementos Sp ‘de comer’+ Sp ‘a los gusanos’, es decir, estas locuciones poseen distintas estructuras sintagmáticas.
El último de los rasgos de las unidades léxicas fraseológicas sinónimas es que son, en al menos uno de sus contextos de uso, intercambiables. Realizo la prueba de sustitución de cada una de las locuciones en seis enunciados provenientes de ambos corpus con la intención de cotejar su intercambiabilidad.
1.a. “¿O cuando simple y llanamente estiras la pata17,/ cuelgas los tenis,/ chupas faros,/ le das de comer a los gusanos,/ te chupa la bruja,/ cuelgas los guantes, es decir, das la última boqueada, es decir, la aurícula derecha de tu corazón, que por eso se llama la ultimum moriens se detiene para siempre y entonces tú te mueres del todo, te mueres de la cabeza al dedo gordo…?”
1.b. ● Ahora sí creo que moriré de gastritis, estoy a dos corajes de colgar los tenis/ estirar la pata/ chupar faros/ darle de comer a los gusanos/ (que) me chupe la bruja/ colgar los guantes.
1.c. ●Podemos poner un moño negro en el avatar cuando alguien ya chupo (sic) faros/ estiró la pata/ colgó los tenis/ le dio de comer a los gusanos/[a] se lo chupó la bruja18/ colgó los guantes.
1.d. ● Cada vez menos tiempo para darle de comer a los gusanos/estirar la pata/ colgar los tenis/ chupar faros/ (que) me chupe la bruja/ colgar los guantes.
1.e. A Antonio Lozano Gracia se lo chupó la bruja/ estiró la pata/ colgó los tenis/ chupó faros/ le dio de comer a los gusanos/ colgó los guantes/ por andar defendiendo narcos.
1.f. Sí, ya va a colgar los guantes/ estirar la pata/ colgar los tenis/ chupar faros/ chupárselo la bruja/ darle de comer a los gusanos… Me voy a pirar de aquí de volada compa.
En los seis contextos de uso las unidades léxicas fraseológicas son intercambiables sin que se produzca ninguna variación en su sentido, sin importar el origen de estos contextos de uso.
Este primer grupo de locuciones cumple con los cuatro rasgos de las unidades léxicas fraseológicas: 1) relación semántica de semejanza al remitir a la misma experiencia de vida ‘morirse’, 2) pertenecer a la misma categoría funcional, locuciones verbales, 3) presentar distintas estructuras sintagmáticas, algunas comparten el patrón pero sus elementos léxicos son distintos, mientras que otras tienen patrones sintácticos distintos y 4) las seis unidades fueron conmutables en los seis enunciados sin producir disparidad en su significado.
Estas razones argumentan el porqué considero estas seis locuciones como unidades fraseológicas sinónimas, no obstante es necesario señalar que dentro de este mismo grupo existen, también, variantes fraseológicas. Una de las condiciones necesarias para que dos unidades léxicas fraseológicas se consideren variantes y no locuciones sinónimas es la conservación de una misma estructura pero con un elemento modificado, éste es el caso de las unidades colgar [alguien] los tenis y colgar [alguien] los guantes, donde se mantiene la estructura sintagmática Sv+Sn, mismo verbo transitivo colgar y el mismo determinativo los, y la modificación en la estructura se produce en el segundo elemento del sintagma nominal, el sustantivo, que cambia de tenis a guantes.
Así, finalmente, las locuciones sinónimas de este grupo son estirar [alguien] la pata, colgar [alguien] los tenis, chupar faros [alguien], darle de comer [alguien] a los gusanos y chuparse [a alguien] la bruja, y, son variantes léxicas las unidades colgar [alguien] los tenis y colgar [alguien] los guantes.
3.2. Locuciones que significan ‘que alguien está muy borracho’
El segundo conjunto está formado por las locuciones preposicionales hasta atrás, hasta el culo, hasta el huevo, hasta las manitas, hasta el pito, hasta la madre19 y hasta las chanclas, cuyo significado hace referencia a una gran ingesta de bebida alcohólica. El DEM ha definido las unidades hasta atrás (s.v. atrás), hasta la madre (s.v. madre) y hasta las chanclas (s.v. chancla). La primera como ‘Estar, ponerse, etc., muy borracho o drogado’; la segunda (estar, ir, andar, etc.) hasta la madre ‘Muy drogado o borracho’, y la unidad (ponerse/estar/andar) hasta las chanclas como ‘Emborracharse o estar muy borracho’. Por su parte, las unidades hasta el culo, hasta el huevo, hasta las manitas y hasta el pito no están documentadas en este diccionario.
El DLE sólo ha definido hasta el culo (s.v. culo) ‘completamente borracho’ y la considera una locución preposicional del dialecto de Costa Rica, las seis locuciones restantes no se encuentran documentadas. Los significados proporcionados para estas locuciones coinciden en un adverbio (muy, completamente) que enfatiza el alto grado de bebida alcohólica en una persona.
Los patrones sintácticos de estas siete locuciones son:
a. Sp (preposición ‘hasta’ + adverbio ‘atrás’)
b. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘el’ + sustantivo ‘culo’)
c. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘el’ + sustantivo ‘huevo’)
d. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘las’ + sustantivo ‘manitas’)
e. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘el’ + sustantivo ‘pito’)
f. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘la’ + sustantivo ‘madre’)
g. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘las’ + sustantivo ‘chanclas’)
En (2) es visible que seis de siete locuciones concuerdan en el orden y número de elementos constituyentes: preposición + artículo definido + sustantivo, sin embargo, los elementos cambian, en 2.b), 2.c) y 2.e) el artículo es el, mientras que en 2.f) es la y en 2.d) y 2.g) es las. Los sustantivos, por su parte, cambian en todas las unidades léxicas aunque considero importante señalar los elementos sustantivos de las locuciones de los incisios 2.b), 2.c) y 2.e), pues son sustantivos pertenecientes a la esfera semántica sexual.20 Por último, dentro del plano sintagmático, la única locución que rompe con esta composición es hasta atrás, locución donde la preposición es seguida del adverbio locativo atrás.
A pesar de existir una locución que no comparte todos los elementos, estas siete locuciones pertenecen a la misma categoría al funcionar como modificadores de núcleos verbales, según los contextos analizados. Esta unidad presenta restricción verbal con los verbos andar (ejemplos 2b), beber,21estar (ejemplo 2f), seguir (ejemplo 2c) y ponerse (ejemplos 2a, 2d, 2e y 2g).
Los enunciados elegidos para analizar la intercambiabilidad entre las distintas unidades léxicas fraseológicas son los siguientes:
2.a. “Y salió a tomarse un Del Valle con vodka a la Colonial donde Miguel Ramírez le platicó que ayer se había puesto hasta atrás/ hasta el culo/ hasta el huevo/ hasta las manitas/ hasta el pito/ hasta la madre/hasta las chanclas”.
2.b. “Quédate con la persona a la que le llamas cuando andas hasta el culo/hasta atrás/ hasta el huevo/ hasta las manitas/ hasta el pito/ hasta la madre/hasta las chanclas y no sabes cómo llegar a tu casa”.
2.c. “No amanecí crudo, la verdad sigo hasta el huevo / hasta atrás/ hasta el culo/ hasta las manitas/ hasta el pito/ hasta la madre/hasta las chanclas”.
2.d. “Júbilo regresó a su trabajo, no sin antes irse a la cantina, a ponerse hasta las manitas/ hasta atrás/ hasta el culo/ hasta el huevo/ hasta el pito/ hasta la madre/hasta las chanclas”.
2.e. “Llevo 10 días que no consumo ni una gota de alcohol y tengo unas perras ganas de ponerme hasta el pito/ hasta atrás/ hasta el culo/ hasta el huevo/ hasta las manitas/ hasta la madre/hasta las chanclas”.
2.f. “Estaban así, con los ojos vueltos, porque estaban hasta la madre/ hasta atrás/ hasta el culo/ hasta el huevo/ hasta las manitas/ hasta el pito/ hasta las chanclas” de borrachos.
2.g. Bebiéndose todas las botellas del bar con que su madre agasajaba a sus clientes, Trino estuvo una semana encerrado, y se puso hasta las chanclas /hasta atrás/hasta el culo/hasta el huevo/hasta las manitas/hasta el pito/hasta la madre.
Es observable que la conmutación de locuciones en los enunciados extraídos de los corpus no representa ningún cambio de significado, y, en este conjunto, tampoco se establece diferencia en los posibles registros pues todas pertenecen al registro coloquial.
Una vez realizado este acercamiento fraseológico a las unidades hasta atrás, hasta el culo, hasta el huevo, hasta las manitas, hasta el pito, hasta la madre y hasta las chanclas concluyo que estas locuciones no son sinónimas ya que la única unidad que rompe la estructura preposición + artículo definido + sustantivo es hasta atrás. Así, son variantes léxicas, las unidades hasta el culo, hasta el huevo, hasta las manitas, hasta el pito, hasta la madre y hasta las chanclas y locuciones sinónimas las seis anteriores con la primera de este conjunto, hasta atrás.
3.3. Locuciones que significan ‘que algo es poco importante o de nula importancia’
El tercer conjunto de locuciones está formado por cuatro locuciones cuyo significado es equivalente a ‘tener mínima importancia o ninguna una situación, persona u objeto’. Las unidades léxicas que son parte de este conjunto son importarle [a alguien] un comino [algo], valer [a alguien] un comino [algo], valer [a alguien] un cacahuate [algo], importarle [a alguien] un cacahuate [algo].
El DEM define las locuciones importar un comino (s.v. comino) y valer un comino (s.v. comino) como ‘importar o valer muy poco’, la unidad léxica importarle un cacahuate (s.v. cacahuate) como ‘importarle a alguien poco algo’, y las locuciones valerle un cacahuate22 (s.v. cacahuate) y valerle un comino (s.v. valer) como ‘importarle poco alguien o algo a una persona’. El DEL define las locuciones importar a alguien un comino (s.v. comino) y no valer algo un comino23 (s.v. comino) como ‘ser insignificante o de poca o ninguna importancia para esa persona’. Todas estas locuciones mantienen el mismo significado.
La estructura sintáctica de estas locuciones es peculiar porque, entre ellas, los verbos y los sustantivos se intercambian, es decir, el verbo importarle puede combinarse con el sustantivo comino o cacahuate, situación que se repite con el verbo valer, en otras palabras, sólo se modifica un elemento de la estructura en cada unidad léxica y estas sustituciones ya están institucionalizadas. El patrón sintáctico de estas unidades es el siguiente:
a. Sv ‘importar(le)’ +Sn (artículo indefinido ‘un’ + sustantivo ‘comino’)
b. Sv ‘valer(le)’ +Sn (artículo indefinido ‘un’ + sustantivo ‘comino’)
c. Sv ‘valer(le)’ +Sn (artículo indefinido ‘un’ + sustantivo ‘cacahuate’)
d. Sv ‘importar(le)’ +Sn (artículo indefinido ‘un’ + sustantivo ‘cacahuate’)
Una vez desglosada la estructura sintagmática, realizo el intercambio de estas locuciones en uno de sus contextos de uso:
3.a. “El árbitro del encuentro, Gilberto Alcalá, marcó cuatro tiros penales sin importarle un comino/ valerle un comino/ valerle un cacahuate/ importarle un cacahuate los reclamos de la afición”.
3.b. “Me di cuenta que Antonia no valía un comino / le importaba un comino/ valía un cacahuate/ le importaba un cacahuate. No tiene sentimientos, ni tiene corazón, ni una brizna de nobleza. A ella no le importa nada, ni aun ella misma. Desde un principio me di cuenta de la clase de persona que era…”
3.c. “Lo que ‘vale birria’ o ‘puro bolillo’,24 también vale ‘un cacahuate / importa un comino/ vale un comino/ importa un cacahuate serenado’”.
3.d. “Lo que pasa es que a los directivos de la Federación Mexicana de Futbol esto les importa un cacahuate/ les importa un comino/ les vale un comino/ les vale un cacahuate, se la pasan castigándose y perdonándose”.
En los enunciados elegidos la sustitución de las unidades no genera ningún cambio de significado. No obstante, considero que estas unidades son variantes léxicas fraseológicas, y no locuciones sinónimas, debido a que mantienen la misma estructura sintagmática Sv+Sn y sólo son combinables entre sus mismos elementos. Es decir, la locución importarle [a alguien] un comino [algo] acepta la variante importarle [a alguien] un cacahuate [algo] donde exclusivamente se sustituye el sustantivo del sintagma nominal, situación que ocurre, también con la unidad valer un cacahuate, locución en la que el elemento que admite variación es cacahuate por comino, ambos sustantivos denominan frutos comestibles25 de pequeño tamaño. En ambos casos, la variación de la locución es de tipo léxico.
La diferencia entre éste y el primer conjunto de locuciones (véase 2.1) es que los verbos intercambiables en esas locuciones no comparten los mismos rasgos semánticos de los verbos importar y valer, que, a su vez, son considerados como sinónimos integrales.
3.4. Locuciones que significan ‘hartazgo’
El cuarto y último grupo de locuciones a analizar son hasta la madre, hasta la coronilla, hasta las chanclas, hasta acá, hasta el queque y hasta el copete, unidades léxicas fraseológicas de tipo preposicional con función adnominal y adverbial.
El DEM define las locuciones hasta la madre (s.v. madre) ‘hasta la coronilla, hasta el copete; harto’, estar uno hasta la coronilla de algo o tener algo a alguien hasta la coronilla (s.v. coronilla) ‘estar uno cansado, molesto y harto por alguna cosa’ y estar hasta el copete (s.v. copete) ‘estar cansado o harto de alguna cosa’; la locución hasta las chanclas (s.v. chancla) sólo es definida con su acepción anterior ‘estar muy borracho’ y las locuciones hasta acá y hasta el queque26 no se encuentran documentadas. El diccionario de la Academia ha documentado las unidades estar alguien hasta la madre (s.v. madre) ‘estar harto’ y estar alguien hasta la coronilla (s.v. coronilla) ‘estar cansado y harto de sufrir alguna pretensión o exigencia’; las otras unidades no han sido definidas. Las definiciones de ambos diccionarios coinciden en que remiten a una condición de hartazgo.
Las locuciones hasta la madre, hasta la coronilla, hasta las chanclas, hasta el queque y hasta el copete mantienen la misma estructura, compuesta por un sintagma preposicional, que, a su vez, está formado por la preposición hasta, un artículo definido y un sustantivo común; la única locución que no se adhiere a esta estructura sintagmática es la locución hasta acá.
Las seis locuciones presentan una restricción de combinación en las que sólo admiten la unión con los verbos tener (enunciados 1, 3, 4, 5, 6) y estar (enunciado 2).27 En (4) se muestran los patrones sintácticos de estas locuciones:
a. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘la’ + sustantivo ‘madre’)
b. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘la’ + sustantivo ‘coronilla’)
c. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘las’ + sustantivo ‘chanclas’)
d. Sp (preposición ‘hasta’ + adverbio ‘acá’)
e. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘el’ + sustantivo ‘queque’)
f. Sp (preposición ‘hasta’ + artículo definido ‘el’ + sustantivo ‘copete’)
En los patrones sintácticos se puede apreciar que los elementos variantes son los lexemas contiguos a la preposición, es decir, estas seis locuciones mantienen la misma estructura sintagmática con excepción de d), como se ha dicho.
4.a. “-Mira, ¡yaaá cabrón!, ¡ya me tienes hasta la madre / hasta la coronilla/ hasta las chanclas/ hasta acá/ hasta el queque/ hasta el copete! -espetó furiosa”.
4.b. “Ya trole ¿y cuándo no?, molesto hasta la coronilla / hasta la madre/ hasta las chanclas/ hasta acá/ hasta el queque/ hasta el copete por sus lloriqueos, los corría a patadas en el trasero, que los hacían pandearse”.
4.c. ●“Si el problema no es que grites, el problema es que ya me tienes hasta las chanclas / hasta la madre/ hasta la coronilla/ hasta acá/ hasta el queque/ hasta el copete de tus gritos”.
4.d. ●“Me tienen hasta acá / hasta la madre/ hasta la coronilla/ hasta las chanclas/ hasta el queque/ hasta el copete con esos videitos mal armados de los payasos”.
4.e. ●“Aparentemente hay una iglesia nueva cerca, y sus canciones/rezos ya me tienen hasta el queque / hasta la madre/ hasta la coronilla/ hasta las chanclas/ hasta acá/ hasta el copete que (sic) ruidazo se traen”.
4.f. Todas las películas que venían de Estados Unidos eran de soldados y el público estaba hasta el copete / hasta la madre/ hasta la coronilla/ hasta las chanclas/ hasta acá/ hasta el queque de guerra.
Los contextos de uso permiten observar que el uso de una o de otra unidad léxica fraseológica no modifica, en ningún momento, el significado de los enunciados.
El comportamiento de estas seis locuciones es muy parecido al del segundo conjunto (véase 3.2) donde todas las unidades, excepto hasta acá, tienen la posibilidad de intercambiarse por otro de su misma naturaleza lingüística, o sea, artículo definido por artículo definido y sustantivo por sustantivo, por esta razón, considero que las locuciones hasta la madre, hasta la coronilla, hasta las chanclas, hasta el queque y hasta el copete son variantes léxicas de una misma y, exclusivamente, la unidad hasta acá será sinónima de éstas.
4. Conclusiones
La diferenciación entre el fenómeno de la sinonimia y la variación fraseológica ha sido un tema estudiado desde hace varias décadas por diversos lingüistas entre los que destacan: Zuluaga, 1980; Lyons, 1995; Penadés Martínez, 2007; Alvarado, 2008; García-Page, 2008; Nguyen Giang, 2009; Broz y Glavan, 2012; Rodríguez-Piñero, 2011 y 2012.
Estos dos fenómenos convergen en una alteración de los elementos composicionales de las locuciones. No obstante, de acuerdo con el número de cambios en los elementos y la naturaleza lingüística de éstos podrá determinarse si se trata de unidades léxicas fraseológicas sinónimas o variantes léxicas fraseológicas. Los rasgos para considerar dos o más locuciones con relación sinonímica son: ser semejantes en significado, pertenecer a una misma categoría morfofuncional, poseer estructura sintáctica distinta y ser intercambiables en sus contextos de uso sin que esto afecte el significado global de la unidad o del discurso que se está produciendo.
Con la intención de esclarecer estos dos fenómenos analicé locuciones del español de México que, en un primer momento, se mostraban como sinónimas porque hacían referencia a un mismo significado. Sin embargo, después de analizar su composición sintáctica algunas de ellas, las integrantes de los conjuntos dos (locuciones que significan ‘que alguien está muy borracho’) y cuatro (locuciones que significan ‘hartazgo’), resultaron, en su mayoría, variantes léxicas ya que los cambios de sus elementos sólo eran por uno del mismo tipo.
Después del análisis de estos cuatro conjuntos de locuciones, puedo aseverar que el rasgo esencial para la categorización de unidades léxicas fraseológicas como sinónimas depende de la estructura formal. Así, si una o más unidades comparten la misma estructura sintagmática, como en el segundo y cuarto conjunto de elementos, donde solamente variaban sus elementos en número, género u otro elemento con el que compartieran rasgos semánticos y sintácticos, sustantivo por sustantivo, por ejemplo, no deberán ser consideradas locuciones con relación semántica de semejanza o sinónimas, sino variaciones léxicas, con género y número distintos, pues la permuta se está realizando por medio de un elemento de la misma categoría gramatical.
Queda pendiente la discusión sobre la utilidad de la diferenciación entre las unidades fraseológicas sinónimas y las variantes fraseológicas en la lexicografía, trabajo en proceso del proyecto Diccionario fraseológico del español de México (Palacios, 2016). Así como la puntualización acerca de las disimilitudes entre la sinonimia semántica y la sinonimia pragmática.
Finalmente, considero necesario ahondar en el análisis de un grupo mayor de contextos de uso con el propósito de reflexionar sobre los distintos contornos de las locuciones estudiadas para puntualizar su comportamiento sintáctico dentro del discurso.