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Revista de filosofía Universidad Iberoamericana

versión On-line ISSN 2954-4602versión impresa ISSN 0185-3481

Rev. filos. Univ. Iberoam. vol.55 no.155 Ciudad de México jul./dic. 2023  Epub 17-Mayo-2024

https://doi.org/10.48102/rdf.v55i155.188 

Reseñas de libros

Vinciane Despret. Habitar como un pájaro

Fatima Lomelin

Despret, Vinciane. Habitar como un pájaro. Buenos Aires: Cactus, 2022. 176p. Fatima Lomelin,


Sería fácil afirmar que el objetivo de este texto es humanizar a los pájaros, concluir lecciones sobre los humanos a partir de su relación con ellos o utilizarlos como excusa para hablar de nosotros, pero Habitar como un pájaro no hace nada de eso. De hecho, logra algo más minucioso, complejo y profundo: recoger sonidos y añadir opuestos. Así, el contrapunto como técnica melódica para conjugar voces es fundamental para entender el rigor y el detalle del libro, no sólo porque es en sí mismo su estructura (las partes son acordes y cada capítulo tiene su acompañamiento, su siguiente sonido), sino también porque es un texto articulado a partir del discanto entre biólogos y ornitólogos, quienes han entendido (o intentado entender) a los pájaros a lo largo de la historia. Dado que el contrapunto es estructura y técnica, se lee un compromiso total con el cantar y el decir común.

Vinciane Despret se formó en psicología y filosofía, actualmente enseña Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Lieja y en la Universidad Libre de Bruselas. A lo largo de su trayectoria académica se ha enfocado en analizar la relación entre científicos y animales desde la etología. En 2018 publicó ¿Qué dirían los animales... si les hiciéramos las preguntas correctas? (Editorial Cactus), en donde, a partir de las letras del abecedario, desenmascara la forma en que hemos entendido los comportamientos de los animales, a partir de categorías y teorías sociológicas. También publicó The Dance of the Arabian Babbler: Birth of an Ethological Theory (2021) donde profundiza en la forma de hacer ciencia y de estudiar a los animales.

Es evidente que una de sus principales influencias es Donna Haraway, a quien constantemente da crédito de sus saberes. Es por ello y por su insistencia en recuperar a biólogos y ornitólogos de la historia, que su escritura no resuena sola; se escucha como un coro donde Vinciane es la solista principal y, detrás, la acompaña el resto de voces.

El objetivo principal del texto es replantear cómo entendemos el territorio: pensarlo a través de otros sentidos, dar cuenta de otras dimensiones, crear nuevas relaciones y escuchar otras cosas. Con esto, su aporte principal sí es dar cuenta de otras dimensiones, pero aún más el proponer hablar de actos de territorialización en vez de categorías comunes como “territorio” o “espacio”.

Para ella, el espacio deviene como territorio una vez que es territorializado. Si territorializar es entrar en agenciamiento dentro de una configuración espacial, y todos los animales realizan dinámicas de territorialización, entonces no es oportuno hablar de territorio, sino de actos de territorialización de los cuales todos los animales forman parte en su devenir territorial: “El espacio coopta modos de atención, maneras de ser [...] contiene fuerzas, potencias, que los actos de territorialización vienen a buscar”.1

¿Pero por qué el punto de vista del pájaro -que, en este caso, no refiere a una actitud, postura, consideración u opinión, sino a un lugar desde el que se ve, esto es, a alturas, desplazos y recorridos- es desde el cual se puede empezar a concebir el territorio? Además de la observación cotidiana de la autora, porque -según mi consideración- es un animal que, dadas sus características, permite abrir distintas dimensiones del territorio, como lo es la vertical -no limitar el territorio al suelo y extenderlo hacia el cielo- y la de permanencia -complejizar el arraigo al lugar “que es de uno” a partir de criaturas que se mueven en temporadas y climas-; pero, especialmente, la dimensión melódica, donde el territorio demanda ser escuchado a partir de acordes, afectos, ritmos, momentos de calma y silencios como si no fuesen otra cosa que partituras.

El libro se divide en dos acordes. El primer acorde, en tres capítulos: “Territorios”, “Las potencias de afectar” y “Sobrepoblar” . A su vez, el segundo acorde, en los capítulos “Posesiones”, “Agresión” y “Partituras polifónicas”. Siempre con un contrapunto de por medio. Además, al final del libro se encuentran dos posfacios; uno escrito por Stephan Durand “Poética de la atención” y otro por Baptiste Morizot “Recoger los saberes que se cayeron del nido”.

Despret inicia el texto con un contrapunto en el que explica, justamente, por qué prestar atención y reconocer “otros-seres-que-cuentan” (retomando el Manifiesto de las especies de compañía de Donna Haraway). Con esto, y regresando a lo mencionado, comparte que su proyecto consiste en prestar atención y reconocer para dar cuenta de que hay “explicaciones que multiplican los mundos, las maneras de ser, de experimentar, de dar sentido e importancia a las cosas”.2 Más adelante llegará a la conclusión de que este prestar atención y reconocer político debería ser una actividad común de todas las ciencias, especialmente aquellas que interactúan con otros seres.

En el primer capítulo, “Territorios”, empieza por hacer un recuento de cómo se ha entendido el territorio en relación con los pájaros y, con esto, enseña que el territorio es en sí mismo un objeto de estudio científico. Además, aquí empieza a trazarse su tesis principal: el animal se territorializa en los lugares en la medida en que se lo apropia marcándolo. De ahí, también, su elección de la palabra potencia para referirse a la capacidad o posibilidad de sonidos, olores, colores y relaciones. Así, hay territorios que dependen únicamente de sus potencias; de ser amados, cantados, disputados, repartidos, conquistados, marcados, conocidos, reconocidos y apropiados. Con esto, añade Despret: “¿cuántos y qué verbos pueden hacer un territorio? ¿Y qué prácticas van a permitirles proliferar a estos verbos?”.3 Un territorio no solamente es habitado -o tiene la potencia de ser habitado o habitable-, sino que hay tantas cosas que hacer con él como lo hay criaturas en el mundo.

El segundo capítulo, “Las potencias de afectar”, se enfoca en las acciones para ser escuchados (el canto), en las cosas para ser vistas (los colores, posturas, danzas y pavoneos) y cómo éstos hacen que el territorio esté atravesado por intenciones espectaculares. Así, el territorio está puesto al servicio de la autopresentación, de las apariencias y, por tanto, a la potencia de afectar, tanto a quien recibe los mensajes como a quien los emite. Esto adquiere aún más sentido cuando Vinciane retoma que varios etólogos han confirmado la hipótesis de que los comportamientos y elementos para ser escuchados y vistos no tienen únicamente una intención de reproducción sexual, sino que también suceden para producir belleza y afectos como fin en sí mismo.

En el tercer capítulo, “Sobrepoblar”, Despret hace una crítica a las teorías que han intentado “ordenar la indisciplina” de los usos del territorio. Primero, la teoría económica que calcula el costo y beneficio de cada comportamiento y formaliza este cálculo en modelos matemáticos. Después, la teoría de la regulación de la población, que defiende que los pájaros se comportan y se mueven de tal forma que no haya sobrepoblación en un mismo territorio.

La crítica a ambas teorías es la misma: el territorio es complejo de explicar, tanto así que estas teorías solo estarían reduciendo los actos de territorialización a modelos muy limitados. Además, Despret no falla en señalar a estos modelos de responsables de la forma en la que entendemos el territorio como algo que se controla, que está dividido tajantemente entre especies, que es una propiedad, que debe defenderse a través del choque y la agresividad y que siempre se ordena a partir de la regla de la supervivencia del más fuerte.

Siguiendo esta línea, el segundo acorde inicia con la afirmación de que el territorio no es que sea simplemente complejo, sino que es complejo porque es algo movido en tanto que los actos de territorialización son un performance expresivo que implica intensidades, ritmos, procesos, metamorfosis, reorganizaciones y reterritorializaciones.

En el capítulo “Posesiones”, Vinciane complejiza el territorio a partir de su relación con el espacio y llega a las siguientes conclusiones: el espacio puede ser territorio en algún momento y dejar de serlo en otro y el espacio posee una afectividad variable que permite que el territorio lo moldee rítmicamente. O bien, en otras palabras, el espacio es aquello que tiene potencias y que atrae las maneras de ser y los actos de territorialización. Es en el momento en que un espacio se apropia -no a modo de propiedad, sino que se vuelve apropiado o inapropiado para uno mismo- que se vuelve territorio.

El siguiente capítulo, “Agresiones”, marca la diferente entre defender un territorio a negociar su divisibilidad, repartir, acomodar a nuevas distribuciones y marcar distancias. Es esto segundo que hacen los pájaros, y es momento que la etología lo reconozca como tal. Aquí Vinciane piensa el territorio como materia de expresión puesta al servicio de la sociabilidad y sus diferentes dinámicas.

El capítulo “Partituras polifónicas” se enfatiza en cómo los territorios hacen el papel de mediador durante el encuentro entre parejas; cómo “sincronizan los cuerpos, ajustan los ritmos psicológicos o fisiológicos y sueldan las relaciones”.4 Cómo el territorio moldea los afectos en tanto que obliga a los pájaros a organizarse y enamorarse conforme habitan y construyen, pero también cómo este es modificado y afectado con la presencia de las parejas.

Por último, los posfacios. En “Poética de la atención”, Stephan Durand destaca del texto un elogio a la lentitud y, por extensión, una ciencia de la singularidad como propuesta. Ésta debe enfocarse en los detalles, la multitud de expresiones y no subsumir las diferencias a las estadísticas; debe ser lenta y apoyarse de la observación detallada, paciente y minuciosa de los seres. La ciencia de la singularidad debe avanzar paso a paso para no dañar y pisotear un mundo que deviene complejo.

En “Recoger los saberes que se cayeron del nido”, Baptiste Morizot resume la intención de Desprent: escribir por y para los pájaros, entenderlos más allá de las lógicas hegemónicas, enriquecer las ciencias de nuevos inventarios y complejizar la vida de otros seres como fin en sí mismo. No se trata de un libro de “animales”. De hecho, Desprent es muy clara al criticar a Deleuze por homogeneizar tantas variedades de especies, comunidades, clases y comportamientos bajo esta categoría. Se trata, más bien, de un texto que inicia un nuevo ejercicio científico-filosófico con los pájaros, pero que podría extenderse a otros animales con características que abran dimensiones que los pájaros no abren.

En conclusión, con ocho puntos, ocho contrapuntos y dos acordes, Vinciane Desprent logra tal detalle, rigurosidad, honestidad y afectividad, mostrados en distintos elementos: la división tajante entre pensadores de disciplinas opuestas; la forma en que coloca a la ciencia como objeto de estudio; su insistencia en rastrear biologías filosóficamente; su presencia constante en el texto y cómo esto no implica resignarse al rigor (de hecho, considero que es un escrito que afecta porque habla desde el afecto) y, por último, su intención última de sumar, no desechar. Éste es, quizá, el punto más fuerte que rescato: las cosas separadas dialogan; si adoptamos el punto de vista del pájaro, un nuevo mundo se abre.

Referencias

Despret, Vinciane. Habitar como un pájaro. Buenos Aires: Cactus, 2022, 176 pp. [ Links ]

1Despret, Habitar como un pájaro, 104.

2Despret, Habitar como un pájaro, 13.

3Despret, Habitar como un pájaro, 35.

4Despret, Habitar como pájaro, 136.

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