INTRODUCCIÓN
La prevalencia de las malformaciones congentitas müllerianas, de acuerdo con una revisión sistemática de estudios diagnósticos actualizados, fue de 6.7% en la población general, en la población infértil fue de 7.3%, y en pacientes con pérdida gestacional recurrente de 16.7%1.
De manera específica, las malformaciones müllerianas más frecuentes son: útero septado, bicorne, arcuato, didelfo, unicorne e hipoplasia uterina2),(3 (Figura 1).
CASO CLINICO
Mujer de 30 años referida al servicio de radiología como parte de un protocolo de biología de la reproducción, en busca de permeabilidad tubárica por medio de histerosalpingografía. No presentó antecedentes personales y familiares de interés. Entre sus antecedentes ginecológicos: menarca a los 13 años G0. Se tomó una proyección inicial en anteroposterior de pelvis, que fue de características radiológicas normales. Previa asepsia, se instiló medio de contraste hidrosoluble yodado por medio de cánula Jarcho, donde se opacificó a la cavidad uterina (Figura 2), y se observó el útero en anteversión con presencia de 2 cavidades endometriales divididas por el fondo uterino y se demostró permeabilidad tubárica bilateral.
Fue referida nuevamente a nuestro servicio, se le realizó un ultrasonido trasvaginal, y se encontró al útero en anteroversión; el miometrio era homogéneo, y se observaron 2 cavidades endometriales (Figura 3), la primera presentaba un grosor de 1.0 cm y la otra de 0.8 cm; se realizó la reconstrucción con la modalidad 3D, donde se confirmó el hallazgo mencionado (Figura 4).
DISCUSIÓN
En el momento actual, los aportes de la radiología con los métodos de imagen son de invaluable utilidad en el diagnóstico de dichas malformaciones, en este caso, el útero bicorne se trata de la fusión incompleta de los 2 conductos a nivel del fondo uterino, pero permaneciendo la conexión entre las 2 cavidades a nivel del istmo. Se definen 2 grandes grupos: útero bicorne completo, y parcial. En el primer grupo, la grieta llega casi a la zona interna cervical y en ocasiones se asocia a doble cérvix. En segundo grupo, el parcial, la longitud de la grieta es variable. Tiene una prevalencia de 10% y se asocia con abortos de repetición con una frecuencia de 28-35%4.
Es la malformación mülleriana que más se asocia con incompetencia cervical. La metroplastía de Strassman, como técnica de reparación, no suele aportar beneficios y sólo está indicada en mujeres con útero bicorne y abortos de repetición una vez que se han descartado el resto de causas posibles5. En la actualidad, el abordaje recomendado es la laparoscopia6.
Es importante remarcar que para el diagnóstico de los diferentes tipos de malformaciones uterinas es necesario el estudio combinado de la morfología externa e interna de la cavidad. En este caso, hablaremos de la histerosalpingografia (HSG) y del ultrasonido (US).
La HSG es la técnica más usada en la evaluación de la paciente infértil ya que tiene un papel relevante en la valoración de las trompas y permite evaluar la cavidad uterina de manera indirecta7. El US bidimensional tiene una buena capacidad para diferenciar entre distintos tipos de anomalías uterinas; sin embargo, es muy dependiente de la pericia del examinador. Además, su principal limitación, en la mayoría de los casos, radica en su capacidad de obtener el plano coronal del útero. Por otra parte, la ecografía tridimensional tiene algunas ventajas sobre la bidimensional, como son: una mayor exactitud en el diagnóstico del útero bicorne, arcuato, septo, subsepto, pero no en el caso del útero didelfo8.
Existen otros métodos de imagen, como la histerosonografía, que se utiliza para complementar las imágenes obtenidas en el ultrasonido, lo que mejora la delimitación del contorno uterino interno; cabe señalar que hay estudios que sugieren que la histerosonografía es sumamente eficaz para diagnosticar y clasificar las anomalías uterinas congénitas, con una sensibilidad de 93% y especificidad de 99%1.
CONCLUSIÓN
Las malformaciones congénitas del aparato genital femenino son una entidad clínica más frecuentes de lo que se esperaba, especialmente en pacientes infértiles. Es importante recalcar que los avances tecnológicos, como el ultrasonido 3D, contribuyen a obtener un diagnóstico más preciso; todo esto para aportar a la paciente un manejo más objetivo y resolutivo, según el caso que presente en relación con su anatomía, funcionalidad y resultado reproductivo.