Introducción
La literatura bibliotecológica mexicana registra pocos estudios en los que se ha analizado el consumo de información de los investigadores en las áreas de ciencias sociales con base en las citas que han empleado en sus trabajos de investigación. Una búsqueda realizada en Información y Bibliotecología Latinoamericana (Infobila), la base de datos más importante de la especialidad en la región, muestra la escasez de este tipo de estudios no sólo en México sino en toda América Latina. De ahí que surja el interés por realizar un análisis de los patrones de consumo de información en una de las revistas académicas más importantes en el área de las ciencias sociales.
Son dos las razones fundamentales que justifican la selección de la revista Estudios Demográficos y Urbanos (EDU) para realizar este análisis: en primer lugar, el vínculo académico laboral que me une con el Centro que edita la revista; en segundo lugar, el interés por investigar el consumo de la información que realizan los especialistas en demografía, estudios urbanos y estudios ambientales, teniendo como base una importante revista de América Latina.
Estudios Demográficos y Urbanos
EDU es publicada cuatrimestralmente por el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (CEDUA) de El Colegio de México, institución pública de enseñanza superior e investigación. Surge con la idea de servir como medio de difusión para los resultados de la investigación que se realiza en el cedua; sin embargo, como sucede con la mayoría de las revistas académicas, es también un canal de comunicación entre los investigadores pertenecientes a otras instituciones nacionales y extranjeras que trabajan temas afines. EDU publica artículos exclusivamente en español, por lo que si un documento escrito en otro idioma es dictaminado favorablemente, será traducido. Cabe aclarar que la revista incluye una traducción al inglés del resumen y las palabras clave de cada artículo publicado.
Para que un artículo sea publicado en EDU es requisito que cuente con al menos dos dictámenes favorables. Éstos son elaborados por especialistas en el tema a revisar, y se realizan bajo el formato de “doble ciego” (el autor desconoce quiénes evalúan su trabajo, y los dictaminadores ignoran quién es el autor del texto).
Debido a la calidad de sus contenidos, a su sólido comité editorial y a la rigurosidad de sus dictámenes, la revista forma parte del Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Asimismo se encuentra indizada en las fuentes más importantes de su especialidad como son: Population Index, Popline y Sociological Abstracts, además de otras de carácter general como Scopus, Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (CLASE), Dialnet y el Hispanic Ame rican Periodical Index (HAPI). EDU cubre actualmente 30 de los 33 cri terios de calidad editorial definidos por el Sistema Regional de Infor mación en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Latindex), por lo que está incluido tanto en su directorio como en su catálogo. La revista, que se publica en formato impreso, cuenta también con una versión en línea con acceso gratuito al texto completo a través del sitio de las revistas electrónicas de El Colegio de México (se exceptúan los números publicados en el último año, que El Colegio de México embarga para promover las suscripcio nes en su versión en papel). Asimismo EDU forma parte del acervo de la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc), cuyos contenidos pueden consultarse en línea, también de manera gratuita.
Objetivos del estudio
El objetivo de este estudio es investigar, con base en el análisis de citas, los patrones de consumo de la información que siguen los investigadores que han publicado en EDU durante el periodo 1998-2007. Asimismo se pretende ofrecer posibles pautas para el desarrollo de las colecciones en las áreas de demografía, estudios urbanos y medio ambiente de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México.
Revisión de la literatura
El método de análisis de citas es apropiado para el estudio de los patrones de consumo de información en la medida que ofrece datos más exactos acerca de las fuentes que consultan los investigadores, en este caso, de quienes publicaron en EDU durante el periodo referido. En una revisión bibliográfica realizada sobre el tema, Urbano Salido (2001) analizó las contribuciones de la citación, y la asumió como indicador de uso. Tal y como afirma el autor en una de sus conclusiones, “conocer qué usan realmente los investigadores de una determinada área del conocimiento en una universidad puede ser un dato de gran interés en el proceso de volver a definir las políticas de adquisiciones a la vista del nuevo entorno digital”.
La aplicación del análisis de citas como una herramienta para el desarrollo de las colecciones en las bibliotecas no es un tema novedoso. Los enfoques que se han brindado son diversos y en distintas áreas. A pesar de ello son pocos los estudios que se han realizado en las ciencias sociales y las humanidades. La mayoría ha estudiado el uso de la información que hacen las comunidades científicas, por lo que algunos resultados son previsibles; por ejemplo, que en dichas comunidades se consulta en mayor medida la colección de publicaciones periódicas que la de monografías. A pesar de lo anterior, puede haber cambios significativos de una comunidad de investigadores a otra, y entre países. Por ello es necesario seguir explorando el análisis de citas como una herramienta para el desarrollo de colecciones ya que su principal fortaleza es que ofrece información con un mayor grado de objetividad.
Algunos especialistas se preguntarán, por ejemplo, por qué no puede una biblioteca basarse en los resultados del Journal Citation Report (JCR) para la selección de su colección de publicaciones periódicas. Estudios como el de Altmann y Gorman (1999) han demostrado que el factor de impacto de una revista -principal indicador del JCR- no puede ser sustituto de los estudios de uso que se realizan de manera local en las bibliotecas. Como ejemplo podemos mencionar que áreas como la historia se verían seriamente afectadas si la selección de títulos en las bibliotecas dependiera de los resultados del JCR, debido a la preferencia que se les brinda a las revistas anglosajonas.
Análisis de citas y desarrollo de colecciones
Son muchos los estudios que se han realizado para vincular el análisis de citas con el desarrollo de colecciones. Prácticamente la totalidad de éstos está dirigida al análisis de comunidades académicas de profesores, investigadores y estudiantes de posgrado en distintas universidades y centros de investigación. La mayoría de dichos estudios han tenido objetivos muy específicos sobre algún aspecto del desarrollo de colecciones: presupuesto, selección, descarte, políticas de selección. Por ejemplo, la aplicación del análisis de citas para solucionar problemas como el descarte de colecciones o la cancelación de suscripciones fueron parte del estudio realizado por Brown (2002). El resultado principal de ese análisis derivó en la liberación de aproximadamente 243 metros lineales de espacio en la estantería de la University of Michigan Law Library.
Por otra parte, algunos análisis de citas se han enfocado en un aspecto indispensable en el desarrollo de colecciones: el presupuesto. Burdick y Sullivan (1993) pudieron determinar así que destinar 88% del presupuesto a publicaciones periódicas y 12% a monografías era el parámetro más adecuado para la distribución del presupuesto en las bibliotecas del área de la salud en Estados Unidos y Canadá.
La evaluación de las colecciones también está presente en los documentos que utilizan el análisis de citas como herramienta (Soehner y Richards, 1992; Sylvia, 1998), y algunos emplean metodologías más completas en las que se incluyen el conteo de citas, el análisis de costos por citación y los conteos de intercalación (Sylvia y Lesher, 1995).
El estudio realizado por Aziagba (1993) es uno de los que guarda mayor similitud con el nuestro, ya que su objetivo fue proponer pautas enfocadas a la selección y el desarrollo de una colección de publicaciones periódicas con base en los patrones de consumo de información identificados en la revista del propio centro de investigación.
Finalmente Ashman (2009) muestra que aproximadamente 6.8% de todos los estudios de análisis de citas recientes de 1995 en adelante, están dirigidos a apoyar las tareas de desarrollo de colecciones.
Estudios basados en los títulos consultados por profesores e investigadores
Muchos de los estudios se basan en los títulos consultados por los investigadores, y ofrecen resultados del poco uso que hacen de determinados títulos de publicaciones periódicas. El beneficio para el desarrollo de las colecciones de una biblioteca es que permite evaluar la posibilidad de cancelar las suscripciones de las revistas poco consultadas. Wesleyan University Library (Klassen, 2001) canceló al menos cien suscripciones después de realizar un estudio entre los profesores, con el que se demostró que un porcentaje considerable de títulos no había sido citado o usado en ningún momento.
Sin embargo no todos los estudios provocan la cancelación de títulos. Por ejemplo, el realizado en la City University of New York’s City College (Lascar y Mendelsohn, 2001) dio como resultado la suscripción a seis nuevos títulos de publicaciones periódicas. Por su parte, Walcott (1994) demostró que, contrario a lo que se puede pronosticar, las monografías y las tesis son importantes en las áreas científicas, como las ciencias marinas, conclusión a la que llegó después de haber analizado la producción científica correspondiente a los años 1986-1999 de los profesores del SUNY en el Stony Brook’s Marine Science Research Center.
Por su parte, el estudio realizado por Ovens (1995) tuvo su origen en el recorte de 10% del presupuesto destinado a la adquisición de publicaciones periódicas, y estuvo basado en el análisis de citas de un grupo de profesores de ciencias, así como en una encuesta. Uno de sus resultados mostró que 43.41% de los documentos que los profesores citan fueron obtenidos de otros colegas.
Otros estudios como el de McCain (1997) y Nisonger (1998) son muy interesantes en el aspecto teórico, ya que ofrecen un panorama de los conceptos y herramientas vinculados al análisis de citas y su relación con el desarrollo de las colecciones, en particular las de las publicaciones periódicas.
Aunque con una finalidad distinta, los estudios realizados por Pérez Andrés, Estrada Lorenzo, Villar Álvarez y Rebollo Rodríguez (2007) y Aleixandre, Giménez Sánchez, Terrada y López Piñero (1994) han servido como base para plantear la metodología y los indicadores a seguir en el presente estudio.
Material y método
Material de estudio
Como fuente principal de información para el estudio se descargaron del sitio en internet de EDU todos los artículos publicados en la revista entre los años 2000 a 2007. Los artículos correspondientes a los años 1998 y 1999 se consultaron en la versión impresa de la revista, disponible en la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México.
EDU publicó durante ese periodo algunos documentos que tipificó como Notas y Comentarios, los cuales no fueron incluidos en este estudio porque su naturaleza es diferente a la de los artículos. Las Notas son textos inéditos que no poseen la profundidad de aquéllos, pero pueden tener un valor metodológico o ilustrativo de casos de aplicación de procesos de investigación; también pueden ser resultado del proceso de dictaminación de textos originalmente presentados para su inclusión en la sección de Artículos, y que a juicio de los dictaminadores no reúnen las características de éstos, pero se considera pertinente difundir su contenido. Por su parte, los Comentarios son reflexiones y opiniones sustentadas respecto de artículos publicados. Cabe destacar que tanto las Notas como los Comentarios están sometidos a un dictamen por parte de un miembro del Comité Editorial. De igual manera, fueron excluidos de este estudio los documentos publicados como Reseñas.
Recopilación de datos
Se extrajeron las citas bibliográficas que aparecen en el apartado de bibliografía al final de cada uno de los artículos publicados en la revista durante el periodo referido. De acuerdo con los indicadores especificados para el estudio, se registró la información en una base de datos creada para tales efectos en el manejador de bases de datos Microsoft Access, que posteriormente se exportó a una hoja de cálculo en Microsoft Excel con la finalidad de analizarla cuantitativamente.
Indicadores
Para este estudio se plantearon los siguientes indicadores: principales revistas y libros citados por los autores de EDU, país de publicación, idioma, género documental, actualidad de los trabajos, y autores más citados. Con estos indicadores se busca ofrecer respuestas a las siguientes preguntas:
¿Cuáles son las principales revistas y libros citados por los autores?
¿De qué países se consume más información en estas áreas?
¿Cuál es la actualidad de los trabajos que son citados?
¿Quiénes son los autores más citados en esas áreas?
¿Qué idiomas son los más consultados para la elaboración de sus investigaciones?
¿Qué tipo de documentos son los que consultan con mayor frecuencia?
La información a analizar
El cuadro 1 muestra la distribución de los 162 artículos analizados correspondientes al periodo 1998-2009. De éstos se obtuvo un total de 6 559 citas, que promedian 40.5 citas por artículo. Como puede apreciarse, cada número de la revista publica entre 4 y 7 artículos, algunos de los cuales llegan a tener más de 100 citas.
Se considera que el periodo seleccionado puede ofrecer información confiable y actualizada sobre los patrones de conducta respecto al consumo de información que actualmente siguen los investigadores que han publicado en EDU en esos diez años.
Un aspecto importante a tomar en consideración es que EDU ha sido un medio de comunicación para académicos en los ámbitos nacional e internacional, como se muestra en la gráfica 1, ya que si bien la mayoría de los autores que han publicado en esta revista durante el periodo pertenecen a instituciones mexicanas, se aprecia la contribución de autores procedentes de distintas partes del mundo, lo que en muchos de los casos es producto de la colaboración con académicos nacionales.
Como ya se mencionaba, EDU es uno de los medios más importantes mediante el cual se difunden los resultados de la investigación que llevan a cabo los investigadores del CEDUA. De ahí que casi una quinta parte (19.05%) del total de autores que publicaron en la revista durante el periodo analizado procedan del Centro, como se puede apreciar en el cuadro 2. No obstante, las contribuciones de otras instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana son muy destacadas. Resalta también la producción de autores estadounidenses y franceses, entre otros de diferentes nacionalidades.
En cuanto a los autores más productivos (cuadro 3), destacan dos investigadores del CEDUA y uno del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México, cada uno con cinco contribuciones durante el periodo. Hay que resaltar las frecuentes aportaciones de autores que no pertenecen al CEDUA, pero que encuentran en la revista un canal importante para la difusión de sus resultados de investigación.
Medición de la colaboración
Con base en la cantidad de artículos publicados en EDU durante el periodo referido (162) y el número de autores que escribieron en dicho lapso (231), se obtuvo un índice de colaboración de 1.42.1 Esta cifra es normal en áreas asociadas a las ciencias sociales, en las que las contribuciones individuales suelen tener mayor peso que las que involucran la participación de dos o más autores.
Como ya se mencionó, uno de los objetivos de este análisis es ofrecer posibles pautas para el desarrollo de colecciones de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México. Sin embargo debemos tomar en consideración que a pesar de que gran número de los autores de EDU no pertenecen a El Colegio de México y que tampoco son usuarios de la biblioteca, conocer sus hábitos de consumo de información brinda la posibilidad de detectar las posibles deficiencias y fortalezas de las colecciones en las áreas de demografía, urbanismo y medio ambiente. Esto elimina un posible sesgo, en caso de que el análisis estuviera dirigido sólo a artículos publicados por investigadores del CEDUA, ya que las colecciones de la Biblioteca son consultadas por los estudiantes de El Colegio de México y por los usuarios externos interesados en los temas de su acervo.
Resultados
Tipo de documentos
Al ser EDU una revista del área de las ciencias sociales, podría esperarse un porcentaje considerablemente mayor de citas para libros o capítulos de libros, ya que habitualmente en las ciencias sociales y las humanidades -y por distintos motivos también en las aplicaciones prácticas- predominan éstas, en tanto que los artículos de las revistas tienen un peso relativamente modesto (Díaz Grau, Mínguez y Osca Lluch, 1999).
Como se observa en el cuadro 5, la consulta de libros entre los investigadores que publicaron en EDU durante el periodo fue ligeramente mayor (34.7%) a la de artículos de revistas (32.7%). Los capítulos de libros (18.8%) son también fuente primordial de información en estas áreas, pero lamentablemente no se cuenta con fuentes de información precisas, como las que hay para las publicaciones periódicas. Por ejemplo, no existen bases de datos o índices que den cuenta de la información que se publica en forma de capítulo de libro. Por otra parte, llama la atención la consulta a documentos de literatura gris, los cuales abarcan un porcentaje significativo (5.4%) de los documentos consultados.2 Un dato que destaca es el poco uso que se hace de los recursos electrónicos (1.2%); sin embargo, con base en la información disponible es difícil determinar el formato en el que fue consultada la información. Prácticamente la totalidad de las fuentes han sido citadas como si se tratara de documentos impresos, por lo que no se puede deducir cuántos y cuáles documentos fueron consultados por internet o por otro medio electrónico, ya que una gran cantidad de éstos, principalmente artículos de revistas y literatura gris, son de fácil acceso vía la red.
Los datos anteriores nos muestran la importancia que tienen tanto las monografías como las revistas académicas para los investigadores en las áreas de ciencias sociales. Ahora bien, dos estudios con características similares, realizados con diez años de diferencia, llegaron a conclusiones distintas. Por un lado Folster (1989) afirma que las revistas académicas son considerablemente más importantes, y por consiguiente, de mayor uso para los investigadores de estas áreas. Por su lado, Calva González (1999) define a las monografías como la principal fuente de información de los investigadores en ciencias sociales. Ambos estudiosos utilizaron la encuesta como herramienta para obtener la opinión de los propios investigadores, aunque es necesario reflexionar sobre su uso en este tipo de estudios, ya que las consultas reales pueden diferir respecto a lo que un investigador declara en un cuestionario, cuando no tiene tiempo o interés en responder. Aún más, los investigadores suelen usar con frecuencia los recursos de información que tienen disponibles en su insti tución académica, pero no se debe descartar que también utilizan muchos que no necesariamente están en sus bibliotecas.
País de publicación
De acuerdo con nuestro estudio, y como se muestra en el cuadro 6, los documentos publicados en México (38.91%) son los más citados por los autores de EDU, seguidos por los editados en Estados Unidos (25.14%). Aunque en la revista habitualmente publican autores de diferentes países, es indudable que la mayoría de ellos son mexicanos, o bien, extranjeros que radican en México, por lo que es evidente en los resultados del estudio la accesibilidad que tienen a los documentos que se publican aquí, frente a los que se publican en otros países. Son significativas las citas procedentes de países como Francia, España, Chile y Argentina, en los que se publica una gran cantidad de textos sobre temáticas afines a las que aborda EDU, por ejemplo, las publicaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con sede en Santiago de Chile, y cuyas publicaciones son muy consultadas por los autores de EDU. En total el cuadro 6 refleja la producción de 61 países, aunque en algunos casos sea mínima.
El cuadro 7 nos muestra la relación que existe entre el total de citas por país y el género documental al que pertenece cada uno de los documentos citados. Como se observa, los libros publicados en México (903) fueron consultados en mayor medida que los de Estados Unidos (553). En el caso de los artículos de revista la situación es a la inversa: hay mayor consumo de los artículos publicados por las editoriales estadounidenses (679). Con excepción de Chile, Argentina y en menor medida Brasil, el resto de los países de América Latina tiene una mínima representatividad. Las razones pueden ser diversas, pero cabe mencionar la que quizá es la más importante: el mercado editorial en América Latina es muy deficiente en la comercialización y la distribución, lo que impide una adecuada circulación de los materiales entre los países de la región. En el cuadro 6 se aprecia que los investigadores tienen poco acceso a los documentos que se publican en esos países, lo que por supuesto no es equivalente a falta de interés.
Revistas más citadas
EDU sobresale como la fuente más citada por los autores que publicaron en este periodo, con 149 citas (cuadro 8). Como se mencionó al inicio de este documento, EDU ha destacado desde hace varias décadas como una revista de alta calidad académica, por lo que no es casualidad que en estos temas sea considerada fuente primordial de información. Cabe mencionar, sin embargo, que algunas de las revistas que aparecen en el cuadro 8 tienen un alto número de citas debido a que la mayoría de éstas fueron hechas en un solo artículo, como es el caso de Conciencia Latinoamericana, que obtuvo 18 citas de un mismo artículo. Algunos autores recurren a esta práctica cuando buscan profundizar sobre un tema en el que un solo título de revista puede aportarle información muy relevante para su investigación.
En total se citaron 637 títulos de revistas en EDU, de los cuales sólo 15 recibieron 22 o más citas; las 615 restantes obtuvieron 21 o menos citas. En el cuadro 8 se aprecia que los autores recurren sólo de forma esporádica a artículos de reciente publicación para sus investigaciones, al grado de que en todo el estudio, inclusive en los demás géneros documentales, sólo se registra una cita a una obra publicada en 2006.
Libros más citados
Con la finalidad de identificar los libros más citados por los autores de EDU durante este periodo se preparó una lista con todos los títulos de las obras monográficas, incluyendo aquéllos de los que sólo fue citado un capítulo. Es decir, se hizo un conteo de títulos de libros independientemente de que hayan sido citados de forma completa o sólo por alguno de sus capítulos, aunque en el cuadro 5 aparecen por separado. Como se aprecia en el cuadro 9, de este análisis se obtuvo un total de 2 579 títulos de libros, de los cuales sólo 11 fueron citados en 10 o más ocasiones, mientras que los restantes 2 568 fueron citados en 9 o menos veces, lo que produjo un total de 3 513 citas para este tipo de documentos. En la lista destacan las obras publicadas en español, lo que denota una gran preferencia por este idioma en ciertos temas y por parte de varios autores. Un tratamiento especial merecen las publicaciones editadas por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y el Consejo Nacional de Población (Conapo) de México, cuyos títulos reciben una gran cantidad de citas ya que son materia prima para los investigadores de estas áreas, principalmente para los demógrafos y para los urbanistas. Indudablemente su mayor fortaleza en este campo son los resultados de los censos de población y el análisis de la situación migratoria, de los que emana una serie de obras de gran demanda para los especialistas.
En el cuadro 10 se muestra la frecuencia absoluta de los títulos citados por los autores durante el periodo. En éste se aprecia que una gran mayoría de los documentos (2 131) sólo fueron citados en una ocasión; el mayor número de citas que alcanzó un título fue de 20, siendo éste el único caso que registró tal cifra.
Idioma
Algunos estudios, como el realizado por Romanos de Tiratel (2000), demuestran que los investigadores en las áreas de ciencias sociales y humanidades prefieren consultar principalmente fuentes en su mismo idioma. En el cuadro 11 se aprecia esta preferencia al observar que un poco más de la mitad de los documentos consultados por los autores que publican en EDU se encuentra en español (51.55%), aunque los textos en inglés también tienen un porcentaje muy alto (43.33%). Los escritos en francés y portugués son consultados en menor medida (3.11 y 1.57%, respectivamente), mientras que la consulta de documentos en otros idiomas es mínima.
Es importante considerar que algunos de los investigadores del CEDUA se han formado en universidades francófonas, por lo que inferimos que sean quienes más consulten documentos redactados en francés. Por otra parte, algunos de los autores que publicaron durante este periodo en EDU, tienen como idioma nativo el portugués, por lo que es probable que sean ellos quienes hayan citado el mayor número de documentos en dicho idioma. Desde luego que no podemos dejar a un lado a los investigadores que, sin haberse formado o sin ser nati vos de países francófonos o de habla portuguesa, leen documentos en esos idiomas.
Actualidad de los trabajos
Para medir la actualidad de los documentos consultados, se recurrió a calcular el índice de Price,3 de acuerdo con la metodología empleada por Pérez Andrés, Estrada Lorenzo, Villar Álvarez y Rebollo Rodríguez (2007), es decir, a partir del porcentaje de citas con menos de cinco años de antigüedad. Como se observa en el cuadro 12, de los diez años analizados, 1999 es en el que se utilizó la literatura con más actualidad (35.79%), en tanto que 2007 es el que tiene menos literatura actualizada (15.84%). Se observa que a partir de 1999 se ha producido un descenso en la actualidad de los documentos consultados por los investigadores. Asimismo, en 1999, 2006 y 2007, ningún autor refirió en sus textos alguna fuente publicada en el mismo año. Como muestra el cuadro 12, en los diez años que se analizaron de la revista sólo se localizaron 23 citas a documentos publicados en el mismo año en que fueron citados. De esta forma, del total de 6 559 citas analizadas, se contabilizaron 1 753 citas con menos de cinco años de antigüedad, 26.73% del total de las citas.
Como se aprecia en el cuadro 13, el índice de Price varía significativamente en cada uno de los géneros documentales. La mayor actualidad se concentra en los artículos de prensa (84.61%), en tanto que los libros, el género que mostró mayor uso por parte de los investigadores, se colocan como los menos actualizados (20.10%).
Autores más citados
En el recuento de las citas a los autores se omitieron todas las autocitas que se localizaron en la base de datos debido a que varios autores se autocitaban n cantidad de veces, evitándose así que dos o tres de ellos encabezaran la lista de los más citados. Más aún, hubo casos en que las repetidas citas a un autor eran en realidad autocitas provenientes de un solo artículo.
Después de haber eliminado las autocitas se obtuvo una lista de 4 293 autores (cuadro 14). De ellos, 21 fueron citados en 15 o más ocasiones durante el periodo, entre los que destacan seis investigadores del cedua, y una autora del Centro de Estudios Sociológicos (CES) de El Colegio de México, quien encabeza la lista. Además de que sus trabajos despiertan el interés de otros autores, la frecuente inclusión de dicha autora puede deberse a que algunos de sus documentos han sido escritos en coautoría con investigadores del propio CEDUA.
En este rubro también se identificaron 4 272 autores con 14 o menos citas en la revista, con un total de 7 194 citas de autor en el periodo estudiado.
Núcleos de Bradford
Para elaborar los núcleos de Bradford4 se consideraron las 2 143 refe rencias procedentes de 637 títulos de revistas. El núcleo principal lo forman 22 revistas, entre las que se encuentran ocho mexicanas. Las 22 revistas suponen 3.43% de las revistas fuente y agrupan 718 referencias. Por su parte, con un número similar de referencias (716 y 719 respectivamente), el núcleo 2 está conformado por 100 títulos de revistas, en tanto que el núcleo 3 por 515. El cuadro 15 representa la distribución de las referencias en estas tres zonas.
Futuros estudios
El estudio realizado nos demuestra que con base en esta metodología se pueden obtener resultados objetivos que nos permitan tomar decisiones en el área de desarrollo de colecciones de la Biblioteca con la finalidad de optimizar los recursos. Un estudio posterior nos brindaría, por ejemplo, la posibilidad de obtener patrones en el consumo de información de colecciones específicas, tal es el caso de las publicaciones periódicas o de los libros. Como lo demuestran los estudios que ya se han llevado a cabo en muchas bibliotecas, aplicar esta metodología a grupos de investigadores de un área determinada suele ser de gran utilidad para conocer con más precisión sus hábitos en el uso de la información. En nuestro caso, podríamos elegir entre los demógrafos, los urbanistas o los especialistas en medio ambiente.
Conclusiones
Un estudio de esta naturaleza no es suficiente para reorientar por completo las políticas de desarrollo de colecciones de una biblioteca debido a que sólo hemos analizado uno de los muchos títulos de las publicaciones que existen en esta área. A pesar de lo anterior, los re sultados pueden ser útiles para confirmar o reconsiderar algunas de las políticas establecidas por la Biblioteca.
La Biblioteca Daniel Cosío Villegas invierte cada año cientos de miles de pesos de su presupuesto de adquisiciones en suscripciones a revistas electrónicas y bases de datos cuya consulta no se refleja en este estudio. De acuerdo con los datos obtenidos, es muy pobre el uso que los investigadores están haciendo de los recursos electrónicos. Sin embargo, ellos frecuentemente demandan dichos recursos de manera personal. El problema es que no lo reflejan en sus textos; la mayoría cita sus fuentes como si se tratara de documentos impresos, a pesar de que en muchas ocasiones las obtuvieron de un medio electrónico. Por tanto, se deberá diseñar otra herramienta para medir el efecto de las nuevas tecnologías en su investigación.
Aunque un estudio más amplio podría confirmar con mayor exactitud los datos que aquí hemos obtenido, es evidente que la mayoría de los investigadores de estas áreas prefiere consultar los documentos publicados en español e inglés, y con menor frecuencia, aunque no por ello menos relevante, recurren a publicaciones editadas en francés y portugués. Por tal motivo la política de desarrollo de colecciones debe orientarse hacia esos idiomas, evitando en la medida de lo posible la incorporación de títulos en otras lenguas, cuyo contenido muy probablemente no será suficientemente aprovechado.
La accesibilidad a los documentos tiene especial relevancia para los investigadores. Se observó que en gran medida la poca o nula consulta a materiales de países como los latinoamericanos se debe a deficiencias en los procesos de comercialización y distribución de las publicaciones. La Biblioteca Daniel Cosío Villegas debe reforzar los convenios de canje y donación que mantiene con bibliotecas de países que tienen poca representatividad en este tipo de estudios, ya que muchas veces es sólo mediante dichos convenios que se puede acceder a sus publicaciones.
Por la naturaleza de su trabajo académico, los investigadores, en especial los demógrafos, hacen un uso recurrente de fuentes estadísticas y censales editadas por los organismos encargados de realizar dichos estudios en los diferentes países. En el caso de México, destaca la consulta a las publicaciones del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y del Consejo Nacional de Población (Conapo). La Biblioteca Daniel Cosío Villegas es una unidad depositaria de las publicaciones del INEGI, por lo que es necesario mantener el cuidado necesario para que éstas ingresen sin contratiempos al acervo, se procure su actualización permanente y se hagan las reclamaciones necesarias cuando los materiales no hayan sido suministrados por el propio Instituto. Se sugiere llevar a cabo las mismas acciones con las publicaciones del Conapo.