Año extraordinariamente difícil para México y para el mundo, el 2020 es no obstante una ocasión de festejo para nosotros. En abril se cumplieron nueve décadas de la creación del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Hoy, cuando, por fortuna, existen numerosos centros de investigación en ciencias sociales, esto puede parecer menos relevante. Pero en 1930, en medio de la recesión económica mundial y las crecientes tensiones políticas que desembocarían en la Segunda Guerra Mundial, el nacimiento de una institución de esta naturaleza, la primera de su tipo en América Latina, fue todo un acontecimiento.
A lo largo de estos 90 años, el IIS ha sido capaz de materializar las ambiciosas expectativas con las que fue creado. De él han surgido numerosas investigaciones sobre temas cruciales para el país y para el mundo. La rudeza de las crisis económicas en las décadas de los años treinta y ochenta, la expansión e institucionalización del régimen post-revolucionario en México, las esperanzas y las contradicciones de los proyectos modernizadores de mediados del siglo xx, la efervescencia social de las décadas de los años sesenta y setenta, y los autoritarismos que quisieron acallarla, el optimismo creado por las transiciones a la democracia a finales de ese siglo, la reestructuración neoliberal... Gran parte de la historia social y política de México y América Latina ha sido más inteligible gracias a la labor de investigación del IIS.
Sin embargo, aunque ambicioso y pionero, el Instituto no ha tenido una vocación monopólica. Al contrario, ha contribuido a la creación y el desarrollo de varias instituciones similares en el país y ha colaborado activamente con los centros de investigación y docencia en las ciencias sociales, nacionales y extranjeros. Ese ha sido un gran acierto. Los problemas de las sociedades actuales son demasiado complejos para dejar su estudio en manos de una sola institución, por sólida y venerable que sea.
Celebramos, por lo tanto, no sólo la creación del IIS, sino también el avance de las ciencias sociales en México y en América Latina.
La Revista Mexicana de Sociología, que desde su fundación en 1939 ha sido parte esencial del Instituto, se suma a esta celebración de la mejor manera que podría hacerlo: presentando en un número especial una serie de textos que buscan dar una idea, inevitablemente incompleta y selectiva, del desarrollo de la investigación social en México a la cual ha con tribuido tanto el IIS y de la que se nutre continuamente.
Se incluyen aquí textos sobre la labor de investigación de instituciones insignes de las ciencias sociales mexicanas: el Instituto Mora, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-México), el Colegio de la Frontera Norte, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), El Colegio de México y el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH). Escritos o coescritos por los respectivos directores de esas instituciones, los textos reunidos en este número especial dan, en conjunto, una idea muy clara de los temas, los enfoques, los problemas y las realizaciones de las ciencias sociales en México.
Además de estos textos, el presente número incluye otro de naturaleza diferente y que, sin embargo, es también un ejemplo del vigor y la relevancia de las ciencias sociales actuales: el ensayo sobre las fake news y el oficio del historiador en México, de Diego Bautista Páez, ganador del concurso “Las Ciencias Sociales en México”, al que convocó el Instituto como parte de sus festejos.
En estos días aciagos de “distanciamiento social”, de confinamiento, de recesión económica, de retorno de autoritarismos que los más optimistas creían superados, no sólo es oportuno sino además necesario y estimulante festejar la vocación sociológica e interdisciplinaria que ha inspirado al IIS de la UNAM desde su creación y que las páginas que siguen en este número especial pretenden ilustrar.