Introducción
La obesidad es un factor de riesgo para la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como son: la hipertensión, enfermedades cardiovasculares, padecimientos respiratorios crónicos, diabetes, cáncer de colon y de mama, así como las dislipidemias1. Del total de muertes a nivel mundial, casi dos tercios se debe a enfermedades crónicas no transmisibles2,3. El desencadenamiento de estas enfermedades se debe, principalmente, a una reducción gradual de la actividad física que tiene relación con los siguientes factores: 1) sociodemográficos (género femenino, mayor edad, mayores ingresos), 2) psicológicos (baja autoestima), 3) sociales (falta de apoyo social, sentido de responsabilidad), 4) comportamiento de riesgo para la salud (fumar, consumir alcohol, tener sobrepeso u obesidad, consumo insuficiente de frutas y verduras), 5) síntomas depresivos y 6) falta de conocimiento del vínculo ejercicio-enfermedad cardíaca y del ejercicio en los beneficios para la salud4, todo esto acompañado por un aumento en la ingesta de energía en la dieta5.
Se estima que en el mundo existe un billón de adultos con sobrepeso (Índice de Masa Corporal-IMC- entre 25-29.9)6, de los cuales 310 millones pueden ser clasificados como obesos (IMC ≥30kg/m2). Se ha proyectado que para el año 2030 el número de personas obesas aumentaría a 360 millones de personas en todo el mundo. En países desarrollados como Estados Unidos, la prevalencia de obesidad en adultos ha incrementado entre 1999 y 2010, hasta alcanzar 35.5% en hombres y 35.8% en mujeres en 2009-2010. A su vez, en países europeos como España, la prevalencia de sobrepeso en adultos es 34.2%, con una mayor proporción en hombres que en mujeres, (43.9% y 25.7%, respectivamente)7.
En México, de acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT 2016, en el grupo de adolescentes de 12 a 19 años de edad la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue de 36.3%. En 2012, esta cifra era de 34.9%. En adultos mayores de 20 años de edad la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue de 72.5%8.
Durante las últimas décadas la población general de los países desarrollados y en vías de desarrollo ha experimentado un proceso de transición epidemiológica y nutricional9, con el resultado de cambios marcados en los patrones de consumo de alimentos y comportamientos de estilo de vida. Los hábitos alimentarios tradicionales han sido reemplazados por otros más occidentalizados, que se caracterizan por una baja ingesta de fibra dietética, verduras y frutas, y un alto consumo de alimentos ricos en grasas, azúcar y sal.
De esta manera, la población que recién ingresa a la universidad, (adolescencia tardía y edad adulta temprana), que comprende un período de 18 a 24 años de edad10, se considera un colectivo, especialmente, vulnerable desde el punto de vista nutricional11, ya que a menudo comienzan a vivir por primera vez lejos de casa de los padres, obtienen más libertad y hacen nuevos amigos12, por lo que comienzan a responsabilizarse de su alimentación y atraviesan un período crítico en la consolidación de hábitos y conductas alimentarias, importantes para la salud futura13,14.
Las comidas rápidas, que generalmente contienen una gran cantidad de calorías, grasa y sal, se convertirán en artículos esenciales en las comidas de los estudiantes.
Este aumento de energía es debido al incremento en el consumo de alimentos ricos en grasas y en carbohidratos refinados; bajos en fibra y reducidos en micronutrientes, los cuales son hábitos recientes de alimentación. Los estudiantes que ingresan a la universidad son uno de los sectores poblacionales con mayor nivel educativo de un país, no obstante, aparentemente no escapan al problema antes mencionado15.
El estilo de vida se ha definido como el conjunto de pautas y hábitos comportamentales cotidianos de una persona y como aquellos patrones de conducta individuales que demuestran cierta consistencia en el tiempo, bajo condiciones más o menos constantes y que pueden constituirse en dimensiones de riesgo o de seguridad dependiendo de su naturaleza. Aunque, lógicamente sería difícil encontrar conductas humanas que no tuvieran algún tipo de influencia sobre la salud y el bienestar, existe en la actualidad una serie de repertorios de conducta que se encuentran entre los factores de riesgo más importantes, tales como, el desequilibrio en la dieta, el sedentarismo, el consumo de tabaco y de alcohol, no dormir el tiempo necesario16, no practicar ejercicio físico, no participar en programas de promoción de la salud, incumplir las instrucciones médicas y utilizar de forma inadecuada los servicios de salud, entre otros17.
Ante esta situación, se requiere un análisis más profundo con la información obtenida del examen médico de ingreso a la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), para plantear alternativas que den solución a los problemas de relevancia, que presentan los jóvenes de recién ingreso a la máxima casa de estudios del estado de Zacatecas.
Por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue describir el estado nutricional, factores sociodemográficos y estilos de vida en estudiantes universitarios de nuevo ingreso a la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Metodología
Se llevó a cabo un estudio de tipo transversal, observacional y descriptivo. De un total de 5,000 estudiantes de nuevo ingreso a las licenciaturas e ingenierías de la UAZ, se logró recopilar información completa de 3,972 (80% del total de alumnos) estudiantes de nuevo ingreso a 33 licenciaturas e ingenierías, divididas en siete áreas académicas (Ciencias de la salud, Arte y cultura, Ciencias sociales, Ciencias Socio-Políticas Económicas y Administrativas, Humanidades y educación, Ingenierías y tecnologías, y Ciencias básicas). Una vez que fueron aceptados para ingresar a la Universidad, se les solicitó trasladarse a la clínica universitaria de la UAZ para realizarles el examen médico general. Se les pidió que asistieran sin accesorios, aretes, reloj, en ayuno de por lo menos 6 horas, con ropa ligera y, las mujeres, que no estuvieran en su periodo menstrual. El examen médico se realizó de junio a septiembre de 2015, por muestreo no probabilístico consecutivo18. Se solicitó el consentimiento verbal de los alumnos después de explicarles en qué consistía el examen médico y cuáles eran los objetivos. Los médicos que realizaron las encuestas capacitaron y estandarizaron a los pasantes de nutrición, enfermería y medicina, para que llevaran a cabo las mediciones clínicas y antropométricas. Se excluyeron las historias clínicas que presentaron datos incongruentes o incompletos. El estudio fue autorizado por el comité de ética de la clínica universitaria de la UAZ. Se obtuvo información del estado nutricional a través de IMC con el cual se clasificó a los participantes según las categorías propuestas por la OMS, para el diagnóstico de sobrepeso (IMC≥25 y <30) y obesidad (IMC≥30)19; se recopiló información sobre factores sociodemográficos mediante género, edad, estado civil, procedencia, área académica, unidad de ingreso del estudiante y escolaridad del tutor; estilos de vida con base en la actividad física, consumo de alcohol y tabaco. El material utilizado fue una Tanita modelo BC-533, que contiene cuatro memorias para usuarios diferentes, pantalla LCD, capacidad de 150 kg, incremento de peso en 100 f. Estadímetro marca SECA modelo 220: rango de medición de 60-200 cm.
Se analizó la información con el software estadístico STATA versión 14.0. Se consideró que un valor de p<0.05 era estadísticamente significativo20.
Resultados
Se obtuvo un total de 3,972 historias clínicas con datos válidos de los cuales 2,232 fueron mujeres, que representan el 56.1% de la muestra (20.1 ± 5.1 años) y 1,740 fueron hombres, que representan el 43.8% de la muestra (19.8 años ± 4.3 años). Se agruparon en 3 categorías de edad de ≤17 años (9.3%), 18 años (47.8%) y ≥19 años (42.8%). Se logró obtener información de 33 de las 40 licenciaturas que ofrece la UAZ, divididas en sus siete áreas académicas, con mayor representatividad del área de ciencias de la salud (34.8%), seguida del área de ingenierías y tecnologías (20.3%), así como de las áreas de ciencias sociales (15.8%) y ciencias socio-políticas económicas y administrativas (14.3%). Los hombres predominan en el área de ingenierías y tecnologías (36.5%), seguido del área de ciencias de la salud (25.5%). Por su parte, las mujeres tienen mayor presencia en áreas de: ciencias de la salud (42.2%), ciencias sociales (19.0%) y de ciencias socio-políticas económicas y administrativas (16.7%). Con respecto al estado civil, el 93.5% de los estudiantes se encontraban solteros al momento de la entrevista (Hombres 95.7%; Mujeres 91.9%). De acuerdo a la procedencia de los estudiantes, 1,830 (46.0%) provienen del área conurbada Zacatecas-Guadalupe, 1,979 (49.8%) proceden de los 56 municipios restantes del estado de Zacatecas, y los demás alumnos son de otros estados o del extranjero (Tabla 1).
P: chi cuadrada de Pearson; *Significancia estadística.
En lo que concierne a la práctica de actividad física y estilos de vida no saludables (Tabla 2) se encontró que los hombres realizan mayor actividad física que las mujeres (73.6% vs 51.1%), consumen más alcohol (58.3% vs 34.3%) y tabaco (20.8% vs 9.5%), todas las diferencias entre variables tienen significancia estadística (p<0.000).
P: chi cuadrada de Pearson; *Significancia estadística.
Alrededor de dos terceras partes de la población quedaron clasificadas con peso bajo o peso normal, y 30.6% en sobrepeso u obesidad; los hombres presentaron un porcentaje mayor de sobrepeso y obesidad (24.1% y 9.2%) que las mujeres (20.7% y 7.8%) del estudio (p<0.001). Por otro lado, las prevalencias más elevadas de sobrepeso se observaron en la diferenciación según estado civil, y correspondió a quienes estaban divorciados (61.1%) y casados (40.1%). En cuanto a las variables de prácticas vinculadas con la salud, quienes no realizaban actividad física tienen mayor prevalencia de sobrepeso (23.0%) y obesidad (8.5%) respecto a los que la realizan (21.7% y 8.4% respectivamente). También es mayor el sobrepeso y obesidad en quienes consumían alcohol (24.3% y 9.3%) y quienes fumaban (26.5% y 9.8%), todas las variables anteriores presentaron significancia estadística (p<0.001) (Tabla 3).
P: chi cuadrada de Pearson; *Significancia estadística.
Finalmente, se construyó un modelo multivariado con la variable principal de estudio que fue el sobrepeso, se utilizó como covariables el sexo, edad, áreas académicas, procedencia, actividad física, consumo de tabaco y alcohol. Se encontró una asociación positiva en los momios de sobrepeso en relación con los hombres (RM=1.22, IC 95% 1.02-1.45), en el grupo de edad de 19 años (RM=1.36, IC 95% 1.02-1.45), en las áreas académicas de ciencias de la salud (RM=1.88, IC 95% 1.05-3.35), ciencias sociales (RM=1.93, IC 95% 1.06-3.48), humanidades y educativas (RM=1.90, IC 95% 1.01-3.53) e ingenierías y tecnologías (RM=1.83, IC 95% 1.01-3.30). No se encontraron diferencias significativas en los momios de los estudiantes de nuevo ingreso a la UAZ en el grupo de 18 años, de las áreas de ciencias socio-políticas económicas y administrativas, ciencias básicas de Zacatecas-Guadalupe y otros estados, que no realizaban actividad física y sí consumían alcohol y tabaco (Tabla 4).
#Ajustado por sexo, edad, áreas académicas, procedencia, actividad física, consumo de alcohol y tabaco usando regresión logística.
*Significancia estadística.
Discusión
En este trabajo, se analizó la información de cerca del 80% (n=3,972) de los alumnos de nuevo ingreso, a 33 de las 40 carreras que ofrece la Universidad Autónoma de Zacatecas. La mayoría de los estudiantes se encuentran entre los 17 y 24 años, una edad en la que se producen varios cambios clave en la vida, especialmente en lo que respecta a la autonomía en la elección de sus hábitos y estilos de vida21. En un estudio realizado por Muñoz-Cano et al, en estudiantes de nuevo ingreso a la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco en 2011, los participantes fueron 3,559 alumnos, de los cuales 2,040 eran mujeres (57.1%) y 1,519 hombres (42.9%), en el área de ciencias de la salud tuvieron al mayor número de estudiantes (n=862)22. Como se ha mencionado anteriormente, la UAZ está constituida por siete áreas académicas en el nivel superior, en la que predominan las mujeres (n=2,232) que representan el 56.1% con respecto a los hombres (n=1,740) con el 43.8%. El área de ciencias de la salud (n=1,385) al igual que en el estudio de Muñoz-Cano et al, es el de mayor número de estudiantes.
Los cambios en el estilo de vida y la alimentación, como lo mencionan en su artículo Lorenzini et al, ha dado lugar a una creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad5. En México, de acuerdo a los resultados de la ENSANUT 2016, en el grupo de adolescentes de 12 a 19 años de edad la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue de 36.3%8. Por esto, llevaron a cabo un estudio en 178 estudiantes universitarios de nuevo ingreso a la Universidad Autónoma de Yucatán, ubicada en la ciudad de Mérida, en donde encontraron que el sobrepeso y obesidad clase 1 y obesidad clase 2, representaron el 48.87%5, 12.5 puntos porcentuales por arriba de la media nacional. Otro estudio realizado por Rangel-Caballero et al, determinaron el exceso de peso por medio del IMC en 26.47% de los estudiantes de recién ingreso a una universidad privada de Bucaramanga-Colombia, durante el periodo comprendido entre agosto y diciembre de 2013, con una prevalencia de sobrepeso del 20.26% y de obesidad del 6.21%7. En la UAZ "Francisco García Salinas", en el 2013 se realizó un estudio para determinar el IMC, y se encontró que el 21.5% de los estudiantes universitarios cursaba con sobrepeso y más del 10% presentaba algún grado de obesidad23. En nuestro estudio, esta prevalencia de sobrepeso fue de 22.2% y obesidad de 8.44%, la prevalencia combinada en la UAZ es del 30.7%, 5.6% menor que la prevalencia reportada a nivel nacional por parte de la ENSANUT 2016, para este grupo de edad.
Con respecto a la práctica regular de actividad física, Mantilla-Toloza et al, en su estudio realizado a 548 estudiantes universitarios de nuevo ingreso a las titulaciones de Fisioterapia, Enfermería, Medicina, Psicología y Magisterio, de la Universidad de Murcia, España, señalan que los hombres realizan actividad física en 87% y las mujeres en 78%24. Con respecto a lo encontrado en nuestro estudio, se puede ver que la población de nuevo ingreso a la UAZ, se ubica por debajo, en cuanto a la realización de actividad física regular (hombres 73.5%; mujeres 51.1%). Por otro lado, es importante mencionar que el 37% de los estudiantes son sedentarios de acuerdo al estudio realizado por González-Sandoval et al, en un grupo de 620 alumnos del programa educativo de Farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara, México 25. Estos resultados son consistentes con los hallados en nuestro estudio que indican que el 39.0% de los estudiantes de recién ingreso de la UAZ son sedentarios. Esto representa un área de oportunidad para la promoción de actividad física, por parte del Departamento de Actividad Física (DAF) de la universidad.
En otro estudio de Martínez-Pastor et al, seleccionaron a 1,179 estudiantes de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, de primero y último grado, donde observaron que los estudiantes fumadores de primer grado representaron el 36.4%26, significativamente mayor que el 14.4% encontrado en los alumnos de nuevo ingreso a la UAZ. De igual manera, en el mismo estudio de Mantilla-Toloza et al24, se encontró que los hombres resultan ser más fumadores (46%) que las mujeres (41%), además de que los hombres (62%) consumen más alcohol que las mujeres (57%). Al comparar estos resultados con los observados en los universitarios de nuevo ingreso a la UAZ, se tiene que los hombres también son más fumadores (20.8%) que las mujeres (9.5%) y consumen en proporción (58.3%), más alcohol que las mujeres (34.3%). Una de las limitaciones del estudio en cuanto a la variable “consumo de drogas” fue que, al tratarse de una historia clínica para requisito de ingreso a la universidad, la pregunta no fue contestada o fue una respuesta subreportada por los estudiantes, por lo que fue eliminada del análisis.
Finalmente, encontramos que existe un mayor riesgo de presentar sobrepeso si se es hombre, se tiene 19 años, se forma parte de las áreas académicas de ciencias de la salud, ciencias sociales, humanidades y educativas e ingenierías y tecnologías.
Conclusión
Este estudio nos proporciona información muy valiosa de los estudiantes universitarios de nuevo ingreso a las licenciaturas e ingenierías de la UAZ, en el cual se revisa el estado nutricional, algunas de las características sociodemográficas y los estilos de vida saludables y no saludables. Para atacar este problema, dentro de la universidad se puede contribuir a reducir las prevalencias de sobrepeso y obesidad de los estudiantes a través de intervenciones dirigidas, específicamente, a modificar las conductas de riesgo, mejorar la alimentación y promover estilos de vida que logren disminuir los problemas de salud a corto y mediano plazo. Además, los estudiantes se encuentran en un entorno de aprendizaje y aún están en una edad en la que se pueden mejorar los comportamientos de salud, ya que estos tienen un impacto en la salud más adelante en la vida.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han seguido los protocolos de la Clínica Universitaria-UAZ, sobre la confidencialidad de la publicación de datos de los pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Financiamiento. Ninguno.
Conflicto de intereses. Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.