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Región y sociedad

versión On-line ISSN 2448-4849versión impresa ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.13 no.21 Hermosillo ene./jun. 2001

 

Reseñas

 

David Yetman (1996), Sonora: An Intimate Geography

 

Nicolás Pineda Pablos*

 

Albuquerque, University of New Mexico Press/ Southwest Center, University of Arizona, (fotografías de Virgil Hancock; mapas y dibujos de Paul Mirocha), 264 pp.

 

* Investigador de El Colegio de Sonora. Se le puede enviar correspondencia a Obregón 54, Centro, CP 83000, Hermosillo, Sonora, tels. 01(6) 2-12-65-51 y 2-17-33-38. Correo electrónico: npineda@colson.edu.mx

 

He aquí un libro que, tal vez por estar escrito en idioma inglés, es prácticamente desconocido en Sonora y merece una mayor difusión de la que hasta ahora ha tenido. Se trata del libro titulado Sonora: An Intimate Geography, que traducido sería "Sonora: Una geografía íntima", de David Yetman; publicado por University of New Mexico Press con la colaboración de Southwest Center de la Universidad de Arizona. Es un libro de 264 páginas que contiene, además del texto del autor, varios mapas de diferentes regiones de Sonora y varios dibujos de Paul Mirocha, así como once páginas con 19 fotografías a color de Virgil Hancock. Además, el libro incluye una breve bibliografía y un índice temático y onomástico.

David Yetman es un ciudadano universal, filósofo de formación, con intensa carrera política, ciclista apasionado y ahora etnobotánico. Reside actualmente en Tucson, en el estado vecino de Arizona, y se declara enamorado de Sonora. Realizó su primer viaje como estudiante de 19 años en 1961 en una "motoneta". Después de este primer encuentro de la región, declara que ha realizado entre seis y ocho viajes por año al estado. Antes de este libro, Yetman ha publicado varias obras, casi todas ellas relacionadas con Sonora: en 1988 apareció Where the Desert Meets the Sea. A Trader in the Land of the Seri Indians ("Donde el desierto se encuentra con el mar: Un negociante en la tierra de los indios seri", Tucson, Pepper Publishing Co.). Más recientemente, en 1998 publicó, junto con Paul S. Martin, Gentry's Rio Mayo Plants. The Tropical Deciduous Forest & Environs of Northwest Mexico (University of Arizona Press, Southwest Center Series). También de 1998 es Scattered Round Stones: A Mayo Village in Sonora, Mexico ("Piedras redondas dispersas", University of New Mexico Press). Tiene en proceso asimismo un libro sobre la etnobotánica de los guarijíos y otro sobre la vida y el uso de los recursos en los ejidos de Sonora central.

De la lectura de Sonora: An Intimate Geography se desprende que, además de viajar por Sonora, el autor ha participado en el gobierno del condado de Pima, cuya cabecera es la ciudad de Tucson y ha estado involucrado en la política del estado de Arizona. En cierto pasaje del libro, Yetman expresa que, ante la contemplación de una puesta de sol en Bahía Kino, decidió renunciar a la perspectiva de un puesto de elección en Washington que lo obligaría a abandonar sus viajes exploratorios hacia Sonora. David Yetman es actualmente profesor del Southwest Center en la Universidad de Arizona.

Me resulta difícil clasificar este libro. Tiene algo de notas de viaje y de diario personal, pero no encaja completamente en ninguna de esas categorías. Aunque el autor es académico y puede resultar de interés académico, tampoco es un libro propiamente académico. Se trata de notas recabadas en múltiples recorridos por Sonora entre 1961 y 1995. Es un trabajo de fácil lectura, escrito en lenguaje coloquial. El autor explica así el contenido de este libro: "Escribo lo que he visto como un gabacho (sic) que ha andado de vago por el interior del estado, donde pocos sonorenses se aventuran. He conjuntado un mosaico de lo que muchos me han enseñado en un centenar de poblados y un millar de pastizales" (p. 5). En cierto modo es un trabajo etnográfico que retrata la situación y la evolución social de Sonora en las últimas tres décadas del siglo XX. Es un libro para el público amplio que desee profundizar su conocimiento sobre el estado de Sonora. Con una óptica estadounidense, Sonora: An Intimate Geography refiere la condición de vida de lo que podemos llamar la Sonora profunda. Al concentrarse en la Sonora rural, campesina e indígena, el objeto de observación del libro contrasta drásticamente con la información oficial y de los folletos turísticos publicitarios sobre Sonora que sólo tienen ojos para las ciudades, las plantas industriales, la maquila y la gran actividad agrícola, ganadera y pesquera. Este relato informal explora la gente, la cultura, la tierra y la historia de Sonora. El autor describe extenuantes desiertos, escarpadas sierras y costas desérticas; narra la vida y las historias de vaqueros, madereros, pescadores, tejedores, fabricantes de teguas (zapatos rústicos típicos de la sierra de Sonora), músicos, vendedores clandestinos de bacanora (el mezcal de la región) e indígenas.

Además de la "entrada" a manera de introducción, los reconocimientos y el prólogo, el cuerpo del libro consta de tres partes, subdivididas en 28 capítulos. La primera parte está dedicada a la región sur del estado con especial atención a la sierra de Álamos y contiene capítulos sobre Álamos, los mayos, los guarijíos, San Bernardo y Navojoa. La segunda parte aborda el tema de la ganadería y los pueblos ganaderos y contiene capítulos sobre Bacadéhuachi, Nácori, Moctezuma, Sahuaripa, Bacanora, Arivechi, Yécoray breves menciones de Nuri y Soyopa. La tercera parte se refiere a la tierra caliente y describe la costa y el desierto, los seris, el bosque de esos árboles tan especiales conocidos como cirios, que son exclusivos de una pequeña región de Sonora y de la costa del Pacífico de Baja California, los yaquis, la región del Pinacate, la ciudad de Nogales, el río San Miguel, Hermosillo, Mátape y Batuc.

A mi modo de ver, el libro se inscribe en la larga tradición e historiografía de los escritos y relatos de viajeros por Sonora. Esta tradición se inicia desde los relatos de Cabeza de Vaca y otros conquistadores, continúa con los misioneros jesuitas de la época colonial, es enriquecida por las descripciones de extranjeros anglosajones o franceses del siglo XIX y continúa en el siglo XX con trabajos como el de David Yetman.

Aunque el contenido del libro es netamente descriptivo y narrativo, esta obra manifiesta claramente, principalmente en el prólogo, una preocupación por el efecto violento que los procesos de industrialización, urbanización y centralización están teniendo en la sierra, entre los rancheros y vaqueros, los indígenas y en general en el medio rural. En esta preocupación se inscribe la desaparición de añejas tradiciones artesanales, el saqueo de los bosques, el impacto devastador del narcotráfico en las pequeñas comunidades y los espacios de autosuficiencia y autoconsumo del medio rural. Yetman muestra plásticamente la interrelación que los diversos modos de vida guardan con el entorno y su explotación. "Hace apenas treinta años partes de Sonora vivían como si el resto del mundo fuera sólo un cuento. Las modernas comunicaciones, especialmente la televisión y las carreteras pavimentadas, han terminado ese aislamiento. Lo que pasa en pueblos remotos como Bacadéhuachi está determinado en gran medida por las fuerzas del mercado en Hermosillo". El autor nos habla de una provincia (o subregión) moribunda, en lo económico, social y ecológico, al este del estado que en gran medida es desconocida e ignorada por los sonorenses urbanos. La antigua base agrícola de esta subregión ha desaparecido. Los jóvenes emigran. En ciertos momentos el libro se convierte en un parte de guerra que muestra la silenciosa pero cruenta lucha y las tensiones desgarradoras que algunas comunidades están sufriendo a causa del narcotráfico. La prosperidad de los ranchos sólo es disfrutada por los propietarios ausentes de los ranchos y residentes de las ciudades.

Yetman reafirma que el lado oeste de Sonora se ha enriquecido a costa de la mitad oriente en un proceso que comenzó hace cien años. Los recursos naturales están comprometidos y están siendo seriamente erosionados. Se ha llegado a un punto en el que los rendimientos ya no pueden incrementarse. Una de las fortalezas de este libro es la forma descriptiva de sus narraciones que transmiten la preocupación por la sustentabilidad de manera más viva que si la presentara en términos abstractos o puramente académicos. Algo que puede ser debilidad, pero que tampoco está entre los propósitos del libro, es que no contiene propuestas. Ante la variedad de problemas que plantea, no nos da ninguna receta contra la sobreexplotación y saqueo de recursos naturales, contra el narcotráfico, contra la corrupción, contra la discriminación de los indígenas. El motivo del autor puede ser, tal vez con razón, que esa parte les toca a los sonorenses.

En el epílogo, David Yetman expresa que los sonorenses creen fervientemente, de manera casi ingenua, que grandes cosas están a punto de suceder, que una nueva era de comercio impulsará su prosperidad. Transpiran esperanza, energía y un optimismo apasionado. Aunque la Sonora rural, con sus vaqueros, teguas, sombreros de palma, bacanora y machaca, enfrenta una profunda crisis, los sonorenses de las ciudades intentan conservarlos como meros arquetipos, recuerdos nostálgicos de una Sonora que fue y que ya no podrá ser. David Yetman cierra este libro con las siguientes palabras: "Me he maravillado con la belleza de Sonora, su naturaleza silvestre, el extraño y maravilloso contraste de su gente. Hay tanto que conservar aquí; tanto que apreciar. Hay tanta gente con un profundo sentido de lugar y de su historia. Espero que la gente comprenderá mis intentos por describirlos. Espero que nuestra humanidad común nos una antes de que la tecnología y el nacionalismo nos separen."

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