Introducción
El objetivo central de este texto es describir los morfemas que funcionan como marcadores negativos y sus características morfosintácticas en distintas construcciones del náhuatl del centro de Guerrero o Alto Balsas, específicamente en la comunidades de Ahuelicán (AHUE), Ameyaltepec (AME), Oapan (OAP), Ozomatlán (OZO) y Xalitla (XAL).1
El punto de partida de este texto es el aceptar que la negación es, en principio, una categoría universal, superordinaria, presente en todas las lenguas del mundo y que, por esta condición y por su relación con las construcciones afirmativas, es una categoría estructuralmente marcada (cf. Bond 2007: 39). Dependiendo del estatus del marcador negativo o negador, se puede hablar de una negación morfológica o de una negación sintáctica (cf. Dahl 1979) y dependiendo de la relación entre las construcciones afirmativas y negativas, la negación puede ser simétrica (si las dos construcciones son estructuralmente idénticas salvo por la presencia del marcador negativo en la negativa) o asimétrica (cf. Miestamo 2005). Como se verá a continuación, la negación en el náhuatl del centro de Guerrero es simétrica manifestándose mediante los dos tipos: el morfológico y el sintáctico.
Los ejemplos de Ameyaltepec, Oapan y Ozomatlán aparecen en los textos publicados por Amith (2009), indicándose solamente la página; los ejemplos de Ahuelicán fueron proporcionados por doña Ofelia Canuto y los de Xalitla, por don Alfredo Ramírez y doña Cleofas Ramírez. También se consultaron los materiales de Xalitla y Oapan que aparecen en Lastra (1986).2
1. Las negaciones
En el náhuatl del centro de Guerrero la negación es preverbal. Se emplean cinco diferentes marcadores negativos dependiendo del tipo de oración en la que aparecen y a su relación con los elementos copresentes. Uno de ellos es morfológico siendo, más precisamente, un proclítico; los otros cuatro son sintácticos. Estos cinco marcadores son:
Aquel con el que se niega la frase verbal de las oraciones declarativas (llamado este hecho, a partir de Payne 1985, negación estándar), y cuya forma es el proclítico {š=}, que tiene como anfitrión al primer ítem que aparece en la palabra verbal compleja,3 sea este el verbo o cualquier construcción que funcione como el núcleo de un predicado no verbal o algún elemento de una pequeña clase de palabras que ocupa esa primera posición.
Aquél con el que se niega toda la oración, ka :, ka:yóweh o ká:weh, siendo él mismo una oración y, por ello, fonológicamente independiente. La tradición gramatical descriptiva de las lenguas nahuas identifica este marcador como adverbio (cf. Lastra 1980: 31; Brockway et al. 2000: 384; o Wolgemuth 2007:120) pero aquí se le identifica como marcador negativo (NEG).
El marcador con el que se forma el injuntivo negativo, cuyas formas son las palabras má:ka, máka: o máa y cuya posición es antes de la frase verbal.4
Aquel con el que se forma la conjunción condicional negativa elíptica, cuya forma es λáhmo 'si no', resultado de la combinación del condicional λa con un marcador negativo. Por ser una prótasis negativa sin frase verbal, por sí mismo es una oración.
El marcador con el que se coordinan aditivamente enunciados negativos (en este caso identificado como conjunción negativa copulativa ) o cuando funciona como un cuantificador nominal negativo, siendo su forma, en ambos casos, el préstamo del español nin, niú:n o niú:n se:.
A continuación se describe cada uno de estos marcadores.
2. La negación estándar o la de la frase verbal
Cuando una frase verbal va negada, aparece solo un marcador negativo. Este es el proclítico {š=} que se une al primer elemento de la palabra verbal compleja. Esto es, al primer elemento que aparece a la izquierda del sintagma que forman, a nivel morfológico, el verbo y uno o varios elementos preverbales (que pueden ser, además de la negación, un aspectual, algún cuantificador, alguno de los modales, uno o más de los llamados indefinidos o incluso algún adverbio).
Aquí se retoma la propuesta sobre la existencia de tres niveles de palabra: el de la palabra afijal, la clítica y la compleja (que incluye palabras afijales). Esta última designa una construcción que conforma una unidad morfofonológica que funciona como ámbito para ciertos fenómenos (como, por ejemplo, la posición de los clíticos), amén de ciertos procesos fonológicos (como la dependencia fonológica de los auxiliares) y otros morfológicos (como los reanálisis). Esta palabra verbal compleja podría coincidir con lo que sería, en la fonología prosódica, una frase fonológica, pero debido al comportamiento de ciertos elementos morfológicos no creemos que sea el caso. Tampoco corresponde con la frase verbal porque esta no solo incluye complementos y especificadores que rebasan con creces la "solidaridad" morfofonológica que se asume existe a nivel de palabra sino que, al menos en náhuatl, no mantiene un orden rígido (cosa que la palabra verbal compleja dominantemente sí hace). A partir de los datos obtenidos, más los presentes en los textos analizados, se puede proponer el esquema de la palabra verbal compleja (PVCOMP) como sigue (sin incluir a los adverbios, por no tener suficiente información sobre cuáles pueden ocupar dicha posición ni sobre las razones por las cuales unos sí aparecen y otros no):
El primero de los elementos que aparece en el margen izquierdo de la palabra verbal compleja es el anfitrión del proclítico negativo.
A continuación, se describen brevemente las distintas maneras en las que se manifiesta la negación en la palabra verbal compleja, comenzando cuando en esta solo hay un elemento (sea el verbo o algún predicado no verbal) y siguiendo cuando, además del verbo, aparece alguno de los aspectuales, alguno de los modales, los llamados indefinidos, algún adverbio de cantidad y, finalmente, algún otro adverbio o una posposición relacional.
2.1. Cuando en la palabra compleja solo hay un verbo
En los casos en los que la palabra compleja está construida simplemente por un verbo, la oración se niega con el proclítico {š=}. El par de ejemplos siguientes muestra la construcción negativa pareada con su respectiva afirmativa para evidenciar su simetría.6
2.2. Cuando en el núcleo del predicado no hay verbo7
Las oraciones cuyo predicado es no verbal también se ajustan al patrón ya descrito, aunque con ciertas particularidades -en especial, por el comportamiento de las cópulas. Antes de describir las marcas negativas en este tipo de construcciones es necesario puntualizar de manera escueta cinco hechos con respecto a las cópulas en este náhuatl:
La ausencia de cópula en las predicativas referenciales en tiempo presente.
La ausencia de marcas de persona-número en la cópula en las predicativas referenciales en los tiempos diferentes al presente.
La ausencia de marcas de aspecto en el paradigma copular.
La supletividad morfológica de la cópula menos marcada.
Las dos formas léxicas de la cópula predicativa locativa y existencial.
Tomando como referencia a Hengeveld (1992), podemos decir que en este náhuatl existen dos tipos de predicados no verbales en los que se emplean las cópulas: a) las construcciones predicativas referenciales y b) las predicativas relacionales (en especial, las locativas y las existenciales). Las predicativas referenciales no requieren de la presencia de la cópula en tiempo presente, llevando la frase nominal o la adjetival el prefijo sujeto correspondiente (como se ve en 2b); mientras que en los otros tipos su presencia es predominantemente obligatoria (como se ve en 3). A continuación, se ejemplifican en pares los dos tipos de predicativas: uno de los ejemplos aparece en pasado y el otro en presente:
Como se ve en los ejemplos apenas presentados, la cópula es obligatoria en todos los tiempos, excepto en presente, por ser ella la portadora de las marcas de tiempo-aspecto-modo, mas no de persona-número. Esto se ejemplifica en (2b) y en (4), en donde la cópula no lleva el prefijo de persona-número-sujeto (lo lleva la frase nominal o la adjetival).
Sin embargo, es posible (mas no común) registrar algunos casos con la cópula en presente y con el prefijo de persona-número-sujeto:
Por otra parte, en las predicativas locativas el constituyente locativo es obligatorio (sea un adverbio, un topónimo o una frase pre o posposicional), no así en las existenciales; existen casos que se registraron sin cópula, en particular, en Oapan (quizá por su valor existencial):
En cuanto a las categorías verbales, las cópulas no distinguen aspecto, es decir, solo diferencian tiempo (presente, pasado o futuro) y modo (realis o irrealis).
La cópula menos marcada, paradójicamente, tiene cinco alomorfos: ú:nkah, para el presente con sujeto singular; káteh, para el presente con sujeto plural; kátka, para el pasado; yes para el futuro y las formas injuntivas y la raíz ligada -kah en presente singular después de adverbios de lugar (como en nikánkah 'aquí está').8
En las construcciones predicativas locativas o existenciales con sujeto animado se emplea uno de dos lexemas: la cópula locativa genérica (ya descrita) o nemi (con el valor de cópula locativa).
Presentados estos cinco hechos, veamos cómo se construyen las oraciones predicativas negativas. En principio, el proceso empleado es el ya descrito (es decir, se le prefija el proclítico de negación al primer elemento de la palabra compleja), ya sea al adjetivo (como en 9) o a la frase nominal (como en 10) o a otro elemento (como un adverbio, como en 11), independientemente de que aparezca la cópula, pues esta tiende a ocupar dominantemente la posición final de la palabra compleja (como aparece en 9b).
En las construcciones posesivas el principio de construcción es el mismo, es decir, el proclítico aparece en el margen izquierdo (a pesar de las aparentes excepciones). Por ejemplo, en (12) y en (13b) el proclítico se une al primer elemento del sintagma nominal, mientras que en (13c) se prefija al núcleo nominal (es decir, al que va poseído, que funciona como el núcleo del predicado no verbal). Esto se debe a que la frase nominal poseedora (en este caso, el pronombre) va topicalizada.
En los casos en los que el nominal o el adjetivo es un elemento léxico con el negativo como parte de él (por ejemplo, šde níkan 'extranjero', que literalmente es 'no es de aquí' y škw áhli, 'malo', que literalmente es 'no es bueno') depende del estatus de la construcción: si ya es una palabra o todavía es una frase. Por ejemplo, si comparamos las oraciones de (14) con las de (15), vemos que la construcción šde níkan todavía es una frase, pues el proclítico de negación se prefija a la marca de persona-número-sujeto. En cambio, en (16), ya la negación forma parte del lexema, škw ahli, 'no bueno = malo'. Nótese la corrección que hace el narrador en (16):
En las construcciones predicativas locativas o existenciales negativas también el proceso es el mismo, en particular si se emplea nemi (ver 17). Pero si se usa la cópula locativa el asunto es diferente porque esta, cuando va en tiempo presente, dominantemente no lleva el proclítico de negación; se emplea en su lugar, si el sujeto es humano (o humanizado), šak ~ ša:k 'no estar' (ver 18a) y si es no humano, el negativo absoluto šλah 'nada, no hay, no está' (ver 19a). Advirtiendo que la [š ] de ambas formas es el proclítico de negación que, en caso de que otra forma lo hospede (por ir en el margen izquierdo de la palabra compleja), el 'no estar' aparece sin el proclítico (es decir, como ak ~ a:k, como se ve en 18b), no así el 'nada' que lo hace en su forma indefinida íλah 'algo' (ver 19b). Los indefinidos y negativos absolutos se describen en §2.5:
En (20-24) se muestran algunos casos del empleo del indefinido ak ~ a:k 'no estar'. En las oraciones (20) y (21), está hospedando al proclítico de negación y en los ejemplos (22) y (23), sin dicho proclítico, por aparecer otro elemento a inicio de la palabra compleja. La presencia de este indefinido ak ~ a:k 'no estar' es obligatoria, junto con el proclítico de negación, independientemente del tiempo en el que vaya la oración. Véase en (24) cómo aparece el indefinido ak e inmediatamente después, sin marcas de sujeto, la cópula kátka 'estar:pt', por ser esta la que lleva la flexión de tiempo-modo en los predicados no verbales (excepto, como ya se apuntó, en las predicativas referenciales en tiempo presente, porque la cópula no aparece, como se ve en los ejemplos 20-23).
A diferencia del íλah 'algo' o el šλah 'nada', este ak 'no estar' lleva obligatoriamente un prefijo de persona-número-sujeto y un sufijo de número (como se ve claramente en 19 y 22).9 Baste decir por ahora que su glosa pretende mostrar su valor copulativo negativo aunque, estrictamente hablando, no es un palabra-n (n-word, según la define Giannakidou 2002: 2) pues nunca aparece sola; su presencia obliga la del proclítico de negación: de no aparecer este, la construcción es agramatical. Esto se muestra a continuación:
Este ak tiene, además, un valor exclusivamente predicativo, cosa que no comparte con su par šλah 'nada, no hay, no está' que, como se ve, puede cumplir con la función de cuantificador negativo (como se vio en 18).
Existen algunos ejemplos (de los que no tengo todavía ninguna explicación) en los que aparece la cópula ú:nkah 'estar' en lugar del indefinido esperado ak 'no estar', en construcciones negativas. Por el momento, no tengo ninguna hipótesis razonable:
2.3 Verbos acompañados por los adverbios aspectuales
Los adverbios aspectuales, que aparecen en el margen izquierdo de la palabra verbal compleja, son ok 'aún' y ye ~ i 'ya', que se oponen entre sí en una relación bipolar. Por razones de glosas, es necesario señalar que al negarse la frase verbal se afecta su valor aspectual pero no su "valor semántico", es decir, la negación de ye 'ya' (que es še o šye o ši) no es 'ya no' sino 'todavía no':
Existe una marca aspectual que funciona como un término de pol ridad negativa, sa: 'ya no', que aparece solo en oraciones en injuntivo negativo y que es, por su función, la forma injuntiva negada de ok 'todavía'. En (30) se muestra un ejemplo en el que el marcador negativo en injuntivo es ma: (ver §4):
Existen sin embargo algunos casos en los que la construcción negativa parece ser un calco de la española, en donde el marcador negativo va en el verbo pero después de al menos un adverbio aspectual. Por ejemplo, en (31) se registra ok še kí:sa 'todavía no sale', en la que ok es 'todavía' y še es su forma negada, 'todavía no'; mientras que en (32) la forma es ye škimáti teniendo el valor de 'todavía no sabe'. Estos dos casos solo se han registrado en Ozomatlán.
2.4. Verbos acompañados por modales
Los modales que aparecen en la palabra compleja son básicamente wel de posibilidad y {-sneki} o {-hneki} o la raíz ligada -neki de desiderativo. El de posibilidad es preverbal; el desiderativo merece una descripción especial.11
Sin entrar ahora en discusión, en este texto se considera que hay dos palabras verbales 'querer' que cumplen funciones sintácticas y gramaticales muy diferentes: una, el auxiliar desiderativo (al cual le acompaña un verbo al cual modaliza) y otra, el verbo 'querer, necesitar' de valencia 2 y que exige una frase nominal como objeto (con núcleo nominal).
Aunque las oraciones (33) y (34) involucran distinto auxiliar modal (la primera, el de posibilidad y la segunda, el desiderativo) muestran un comportamiento paralelo: tanto los modales como sus verbos principales aparecen en pasado. La (34) es, de hecho, atípica, pues se esperaría una construcción como la de (35), en la que el verbo principal se conjuga en potencial, independientemente del tiempo del modal.
Con fines meramente descriptivos muestro tres de las construcciones prototípicas con el auxiliar desiderativo: a) la que se construye con un verbo principal mediante el sufijo {-sneki}, {-hneki } de desiderativo unido al verbo antes de las marcas de tiempo-aspecto-modo (ver 38);12 b) la que lleva morfológicamente al auxiliar -neki como una palabra verbal afijal (con la concordancia argumental y marcas de tiempo-aspecto-modo) siguiéndole el verbo principal conjugado en potencial (ver 39) y c) la que lleva al auxiliar -neki como morfológicamente una palabra verbal flexiva a la que le sigue el verbo principal en yusivo o imperativo (ver 40 y 41).13 En términos simples, las dos últimas construcciones en realidad son la misma; su diferencia radica en la persona-número del sujeto del verbo principal. No está de más señalar que entre el auxiliar y el verbo principal puede haber algunos elementos léxicos (ver más adelante 46).
En cuanto a la negación, como ha quedado ya dicho, en todos estos casos el proclítico se une a la primera palabra o elemento de la palabra verbal compleja que aparece (las oraciones 44 y 45 son la construcción negativa de 40 y 41). Nótese en (45) la diferencia morfológica del marcador negativo {š=} y del imperativo {š-}.
Se entiende que si en la palabra verbal compleja va algún otro elemento (como un adverbio aspectual), si es inicial, este hospeda al proclítico negativo:
2.5. Verbos acompañados por los indefinidos
Los indefinidos (llamados así por los estudiosos de las lenguas yutoaztecas) identifican a la clase de pronombres y adverbios que corresponden con los interrogativos y los pronombres indefinidos de, por ejemplo, el inglés o el español (ver Hill 2005: 341). Conforman una unidad morfológica y funcionan como interrogativos, relativos, indefinidos o negativos absolutos, dependiendo de sus marcas y de los elementos que los acompañan. Su posición es fundamentalmente preverbal y por la amplia gama semántica de este conjunto, el verbo puede ir precedido por uno o varios de estos indefinidos.
Como se puede ver en la Tabla 1, los interrogativos llevan un sufijo {-on}, que es en esencia el que indica la función interrogativa.16 En caso de no llevarlo, normalmente funcionan como relativos o conjunciones (por ejemplo, en las oraciones 36 y 37, ka:n se glosa como 'donde', aunque bien pudiera ser 'dónde', evidenciando con ello la triple función que puede tener este conjunto pronominal: la de relativo, la conjuntiva o la interrogativa). Por su parte, los indefinidos llevan la marca {-ah} y son estos los que al negarse funcionan como negativos absolutos. En (48) se muestra la relación morfológica entre el interrogativo, el relativo, el indefinido y el negativo absoluto con la forma más transparente, la de lugar. Los otros indefinidos evidencian diversos reanálisis y algunos procesos fonológicos que oscurecen sus relaciones.
Interrogativo | |||
No humano | λ ínon ~ λ í:no:n ~ λ in | 'Qué' | |
Humano | a:kínon ~ a:kíno:n ~ a:kíno:n o:n | 'Quién' | |
Lugar | ká:non ~ káno:n | 'Dónde' | |
Tiempo | kemánon ~ kemáno:n ~ kamánon | 'Cuándo' | |
Manera | kénon ~ ké:no:n ~ ké:no:n o:n | 'Cómo' | |
Indefinido | Negativo absoluto | ||
'Algo' | íλah | šλah | 'Nada' |
'Alguien' | yákah ~ yékah | šákah ~ šókah | 'Nadie' |
'En algún lugar' | ká:nah | šká:nah | 'En ningún lugar' |
'En algún tiempo'15 ká:nah | škéman ~ škáman | 'Nunca' | |
'De alguna manera' kénah ~ kanátsin | škénah ~ škána | 'De ningún modo' |
Los siguientes pares de ejemplos muestran lo apenas dicho:
Como se ve en el ejemplo (51b), los negativos absolutos sí pueden funcionar ellos solos como una oración.
ya antes se señaló que este ak tiene un valor exclusivamente predicativo (de ahí que lleve obligatoriamente marcas de persona-número). Sin embargo es evidente también su relación con el indefinido yákah 'alguien' y el interrogativo a:kínon 'quién'. A pesar de esto, he decidido glosarlo como 'no estar' (en lugar de 'alguien', si hubiera seguido la lógica de š=λ-ah 'NEG=algo-INDF') porque, estrictamente hablando, su comportamiento es único y, de manera simple, no tiene correlato con el conjunto de indefinidos. Esto se muestra esquemáticamente en (52). Una glosa mucho más precisa hubiera sido 'no estar alguien':
Es cierto que šλah puede funcionar con un valor predicativo, 'no hay nada', pero aquí se asume que esta construcción tiene como base el indefinido y no el interrogativo. Es decir, se niega con los indefinidos (íλah 'algo' y yá:kah 'alguien').17
Este tema merece una atención especial porque la presencia del ak alterna con ákin 'quien' (morfológicamente en su forma relativa, no interrogativa). Pareciera tener este último un valor enfático: šá:ka á:kin 'no hay (absolutamente) nadie' (en lugar del "normal" šá:ka ak 'no hay nadie').
Los indefinidos son una de las razones que nos permiten ver que no es la frase verbal, como constituyente, la que hospeda a la negación; que es la palabra verbal compleja. Obsérvese la posición que tienen ambos negativos absolutos šákah 'nadie' y šλah 'nada' en el siguiente par de oraciones: aparecen antes del desiderativo. En (53), šákah es el sujeto de la oración cuyo verbo es nopepéčo 'se le acerque' y en (54), es el cuantificador del objeto directo del verbo na:náti 'se fuera a agarrar'.
Cuando los indefinidos cumplen con la función interrogativa, normalmente (pero no obligatoriamente), se ubican por afuera de la frase verbal (como lo indican los corchetes en 55 y 56) y no pueden ir negados. Pero cuando funcionan como indefinidos o negativos absolutos forman parte, como ya se dijo, de la palabra verbal compleja. Véanse las respuestas de (55) y (56). En (55) el indefinido šákah o šókah 'nadie' funciona como sujeto mientras que en (56), lo hace como objeto y, en ambos casos, su ubicación es la misma: antes de la palabra verbal y hospedando al proclítico de negación.
En los dos ejemplos de (57), el indefinido de lugar ká:nah o kánah carece del proclítico de negación por no ocupar la primera posición en una palabra verbal compleja que va negada.
Veamos ahora dos casos más en los que aparecen dos o más indefinidos, destacando el ejemplo (59) en el que íλah 'algo/nada' aparece post- verbalmente.
El negativo absoluto šλah puede estar funcionando como sujeto de una predicativa locativa negativa o existencial negativa (como en 60 y 61, cuyos significados son tanto 'no hay agua' como 'no hay nada de agua') pero también puede funcionar exclusivamente como un cuantificador nominal cuando en el predicado aparece un verbo o una cópula (en no presente), yendo antes de ellos como parte de una palabra verbal compleja (como en 62 y 63).
En esta última construcción, se emplea el negativo absoluto šλah a pesar de que la frase nominal que cuantifica es [+ humana]. Al parecer se emplea el negativo absoluto cuando también cuantifica al nominal. Compárese con (64) en donde en una construcción semejante se usa ak 'no estar'.
2.6. Verbos acompañados por adverbios de cantidad
Los adverbios de cantidad o cuantificadores que aparecen dominantemente en posición preverbal son ma:s 'más', nóči 'todo' y miák 'mucho'. Los ejemplos (65-67) son más que claros. En (68), el cuantificador aparece preverbalmente pero no a principio de la palabra verbal compleja. Como es lo esperado, los cuantificadores pueden ir afuera de la palabra verbal compleja (como se ve en 69) y por ello no llevan el proclítico de negación. Finalmente, en (70) el adverbio aparece después del verbo, asumiendo que sigue siendo parte de la palabra compleja:
2.7. Predicados acompañados por otros adverbios o posposiciones relacionales
Un detalle importante es que la cantidad de elementos que aparecen hospedando al proclítico de negación es relativamente grande. Incluye a varios adverbios y a posposiciones relacionales e, incluso, a la frase preposicional de la que dichas posposiciones son núcleo.18 Los primeros dos ejemplos son con adverbios y los dos últimos con posposiciones relacionales.
Como se dijo apenas, existen casos en los que toda una frase preposicional aparece antes del verbo, como se ve en el ejemplo que sigue:
3. El negativo oracional
Un mecanismo para negar toda la oración (sea o no como una respuesta a preguntas sí/no) es el de emplear el marcador negativo, ka:, ka:yóweh o ká:weh, cuya característica básica es la de ser por sí solo una oración y por ello pronunciarse con la entonación oracional correspondiente (duda, certeza simple, certeza obvia, etc.), llevar acento y terminar con el saltillo que se inserta a final de palabra, después de vocal y antes de pausa.19
Este recurso, como es normal, no es ni el único ni el predominante. Otro de los mecanismos para negar de manera absoluta es mediante la negación estándar, esto es, negando el verbo de la oración y pudiendo acompañarlo opcionalmente por algún complemento.
Y aunque en la oración haya algún constituyente topicalizado, si se niega totalmente, se usa el marcador negativo oracional:
En los textos analizados, la tendencia que se observa en la respuesta negativa a una pregunta sí/no hecha en negativo (siguiendo el mecanismo propio de la negación estándar) es que va en negativo empleándose el MARCADOR NEGATIVO oracional.
Como es natural en situaciones bilingües, las formas españolas de negación pueden emplearse en conversaciones en náhuatl. Obviamente su uso lleva algún tipo de carga informacional (o fuerza ilocutiva, si se quiere). En este texto, su empleo se considera parte de las estrategias conversacionales de personas bilingües y no forma parte de la lengua náhuatl.
4. El injuntivo negativo
El conjunto de modos injuntivos tienen dos maneras de marcarse. El imperativo se marca mediante el prefijo {š-}, que ocupa la posición de la marca de segunda persona sujeto (82), mientras que los demás (yusivo, optativo, exhortativo, desiderativo y los complementos de finalidad) con la conjunción ma antecediendo al verbo (ver ejemplo 83). En estos casos, si su sujeto es plural, la palabra verbal lleva el sufijo {-ka:n}. La otra manera de marcar el injuntivo es con la misma conjunción ma antecediendo al verbo (84-85) pero flexionado en potencial (o futuro, como es llamado tradicionalmente). Cuando su sujeto es plural se emplea el sufijo {-keh}. En todos estos casos, el verbo va conjugado sobre su tema irrealis.20
La negación en este tipo de construcciones es simétrica (ver 86 y 87). El negativo se marca anteponiendo al verbo el injuntivo negativo má:ka o ma:.21 En el imperativo va antes de la palabra verbal y en el yusivo, en lugar del "positivo" ma.
Obsérvese cómo en (88) se emplean los dos recursos injuntivos: el imperativo en la primera parte y el potencial, en la segunda.
Como es de esperarse, en las construcciones con oraciones subordinadas, cada una lleva la marca de negación que le corresponde: si el verbo va en yusivo, con el injuntivo negativo (89), si va en potencial, puede ser tanto con el injuntivo negativo como con el proclítico (90):
5. El condicional negativo elíptico
Tanto la prótasis como la apódosis de las construcciones condicionales puede ir negada empleando el proclítico de negación. La marca condicional λa:, déke o déki antecede a la oración pero no forma parte de la palabra verbal compleja. Esto es, si la construcción va negada, el condicional no hospeda al proclítico.
En los casos en los que aparece negada la prótasis sin frase verbal ('si no...') se emplea el marcador negativo λáhmo que, por sí mismo, es una oración (obsérvese cómo en 95 se usa tanto la forma náhuatl, como la española):
Esta forma λáhmo es resultado de la unión del condicional λa: más el marcador negativo áhmo, propio de otras variantes nahuas.
6. La conjunción negativa y el cuantificador nominal negativo
La conjunción negativa nin es un término de polaridad negativa, puesto que es necesaria la presencia del proclítico negativo en el verbo para que la oración sea aceptable. De hecho, tanto en los predicados verbales como en los no verbales, la presencia de dicha conjunción es optativa (y, de hecho, no es muy usada):
Sin embargo, tanto el nin como el niú:n (que pueden ir seguidos del numeral se 'uno', significando justamente 'ni uno', a pesar de que niú:n "ya lo significa") pueden formar parte de frases nominales, precediendo al sustantivo nuclear y funcionando en estos casos como cuantificadores nominales negativos (equivalentes a 'ninguno'). De todas maneras, en estos casos el verbo de las oraciones en las que aparecen estas frases nominales debe llevar su proclítico negativo. Esto es lo que me permite tratarlos en este mismo apartado a pesar de que cumplen funciones distintas.
En los ejemplos siguientes, las frases nominales que llevan el cuantificador nominal negativo juega distintas funciones sintácticas. En (98) y (99), ambas frases nominales preceden al verbo y son parte del sintagma sujeto (en la primera, el nin se aparece como un cuantificador; en la segunda, el nin como una conjunción). En (100), las frases nominales van después del verbo que, como ya se apuntó, va negado:
En las oraciones (101) y (102), las frases nominales son parte del sintagma objeto y en (103), como parte de una frase preposicional. En todos estos casos, el verbo va negado.
Estos nin o niun no forman parte de la palabra verbal compleja, por ello no llevan el proclítico negativo aunque aparezcan antecediendo al verbo.
Todo parece indicar que este niú:n le añade un énfasis de negación a la construcción, es por esto que tanto en (106) como en (107) he traducido la construcción negativa como 'para nada' o 'ni siquiera'.
Si la oración en la que aparece el niú:n lleva algún negativo absoluto (véase §2.5), este último precede al niú:n, a pesar de cumplir con la función de cuantificador nominal negativo.
7. Comentarios finales
En este texto se describen los cinco exponentes que tiene el marcador negativo en el náhuatl del centro de Guerrero o Alto Balsas. La atención principal se ha centrado en la negación estándar, en varias de sus formas, y se han descrito muy someramente los recursos morfosintácticos para negar. Queda pendiente profundizar sobre otros temas relacionados con el fenómeno de la negación.
Tres cosas vale la pena señalar: la primera, que morfológicamente la negación estándar se marca con un proclítico {š=}, la segunda, que este proclítico ocupa la primera posición en la palabra verbal compleja y, la tercera, que las formas empleadas para negar las construcciones predicativas locativas o existenciales cuando el sujeto es humano o humanizado, son ak ~ a:k.