Introducción
La violencia en el noviazgo son aquellos actos violentos de naturaleza física, sexual y psicológica realizados por un miembro de la pareja hacia el otro (Longobardi y Badenes-Ribera, 2017) . Se trata de un fenómeno que comenzó a ser estudiado en parejas del mismo sexo a partir de finales de la década de los ochenta y principios de los noventa por su consideración como un problema de salud (Pagliaro et al., 2019), y ha mostrado tasas comparables a las de parejas heterosexuales (Cannon, 2019). A pesar de ello, aún existe una carencia significativa en cuanto a las herramientas específicas con las que se pueda acceder a hombres gays y bisexuales que sean víctimas de violencia (Stephenson et al., 2013).
Ahora bien, la violencia en las relaciones de pareja presenta nuevas formas de manifestación por al aumento en el uso de nuevas tecnologías y medios de comunicación, rompiendo así la barrera entre lo real y lo virtual en las interacciones (Celis-Sauce y Rojas-Solís, 2015), por lo que la evidencia empírica coincide en que dentro de la violencia cibernética se destaca la presencia de actitudes de acoso, acecho, abuso y control (Víllora et al., 2019), siendo este último el que más prevalece (Sánchez-Hernández et al., 2020). Asimismo, en la violencia cibernética, la víctima puede ser atacada constantemente y sentirse incapaz de escapar de la situación (Cava et al., 2020), debido a que el agresor ocupa este medio para acosar, controlar, degradar y atemorizar a su pareja, privándole de todo espacio en el que se pueda sentir seguro (Lucio-López y Prieto-Quezada, 2014).
Por su parte, entre algunos factores asociados a la violencia, se pueden destacar los mitos del amor romántico, los cuales aluden a creencias irreales y distorsionadas sobre naturaleza del amor, como el poder del amor para hacer frente a todo tipo de dificultades, el amor intrínsecamente relacionado con el sufrimiento, la consideración de los celos como un signo de amor, entre otras (Cava et al., 2020; Sánchez-Hernández et al., 2020). Es preciso señalar, que estas creencias podrían favorecer al aumento de la vulnerabilidad a la violencia en el noviazgo en jóvenes, tanto de forma on line como off-line(Sánchez-Hernández et al., 2020; Víllora et al., 2019).
Otro elemento asociado lo componen los mitos de violación, los cuales podrían perjudicar a los hombres por las ideas que sugieren que ellos poseen una fisionomía imponente que los protegería de ser violados, así como ser supuestamente instigadores del contacto sexual, la idea de que el contacto sexual forzado es agradable para ellos o que la violación masculina solo ocurre en la cárcel (Reitz-Kruege et al., 2017); todo lo anterior podría reforzar la creencia de que los hombres no pueden ser violados por su mayor capacidad para defenderse (Reed et al., 2020).
Por su parte, el sexting se ha destacado por su intervención en las nuevas formas de manifestación de las relaciones de pareja; por ello, este fenómeno sería un aspecto frecuente en minorías sexuales (Bauermeister et al., 2014) y podría estar relacionado con la violencia de pareja virtual como una posible herramienta para amenazar o dañar a la víctima por medio del contenido intercambiado (Rodríguez-Domínguez et al., 2020). Así, algunas investigaciones han encontrado que aquellos que presentan comportamientos recurrentes relacionados con el sexting han reportado mayores niveles de perpetración y victimización de violencia tanto off line como on line (Cornelius et al., 2020).
Considerando lo anterior, se tiene por objetivo explorar y describir la presencia, direccionalidad y factores adyacentes de la violencia off line y on line, así como la relación entre sus diferentes tipos. Asimismo, se pretende analizar la existencia de la aceptación con respecto a los mitos del amor romántico y los mitos sobre la violación en hombres; también se plantea identificar la presencia de conductas relacionadas con el sexting.
Para ello, se plantearon las siguientes hipótesis:
1) Se espera una mayor presencia del desapego y del control, ambas en la naturaleza sufrida y cometida.
2) La violencia se manifestará de manera bidireccional.
3) Habrá una relación significativa entre la violencia física y sexual.
4) La mayor parte de la muestra reportará no haberse sentido maltratada, con miedo o entrampada.
5) Las principales fuentes de apoyo se hallarán en los amigos/as y en los recursos especializados.
6) Los participantes mostrarán un mayor acuerdo en la idealización del amor que en la vinculación amor-maltrato y una baja adherencia hacia los mitos de violación.
7) Los participantes reportarán una frecuencia alta en la práctica y recepción de sexting.
Desarrollo
Diseño y participantes
Se realizó un estudio desde el paradigma positivista, con enfoque cuantitativo, diseño no experimental ex post facto y corte transversal, con alcances exploratorios, descriptivos y correlacionales.
La muestra fue no representativa y elegida por conveniencia, participaron 1234 personas; sin embargo, para la extracción de la población objetivo se consideró como hombres gay a aquellos hombres que hayan o estén saliendo o cohabitando, sea una relación comprometida o casual, con otro hombre (Kulkin et al., 2007); así, los criterios de inclusión fueron: a) individuos identificados como hombres, b) que tuvieran una relación actual o previa con otro hombre, y que c) dieran consentimiento para participar; finalmente, la muestra estuvo constituida por 51 hombres gay.
Instrumentos
Datos sociodemográficos. Se recolectó información con respecto al sexo, edad, edad de la primera relación y número de relaciones de los participantes; asimismo se inquirió sobre si actualmente tenían pareja, la duración de su relación actual o pasada y el tipo.
Violencia en el noviazgo. Se utilizó el Dating Violence Questionnaire en su versión validada para población mexicana (Rodríguez-Franco et al., 2010), el cual está conformado por 42 ítems que evalúan la victimización y perpetración de la violencia en ocho dominios, aunque para este estudio solo se utilizaron los cinco: Desapego, Humillación, Sexual, Coerción y Físico. Este cuestionario es respondido por medio de una escala Likert de 5 puntos, donde 0=nunca y 4=casi siempre. Además, se utilizaron los ítems de carácter dicotómico del instrumento, que evalúan el maltrato técnico, entrampamiento y miedo; asimismo se agregaron seis ítems ad hoc.
Ciber violencia en el noviazgo. Se utilizó el Cyber Dating Abuse Questionnaire (CDAQ; Borrajo et al., 2015), que se compone por 40 ítems que miden la frecuencia de victimización y perpetración de la violencia presentada en el último año en dos vertientes: control y agresión directa. Se trata de un cuestionario que tiene una escala de respuesta tipo Likert de 6 puntos, donde 1=nunca y 6=casi siempre.
Mitos del amor romántico. Se utilizó el cuestionario elaborado por Rodríguez-Castro et al. (2013), el cual se conforma por 7 ítems que evalúan el acuerdo con respecto a dos factores: "mito sobre la idealización del amor" y "mito sobre la vinculación amor-maltrato” mediante una escala Likert de 5 puntos, en donde 1 corresponde a estar en completo desacuerdo y 5 a estar en completo acuerdo.
Mitos de violación. Se empleó la Escala de Aceptación de los mitos de Violación (Saldívar et al., 2004) que se conforma por 12 ítems evaluando el acuerdo o desacuerdo en relación con los mitos sobre la violación en dos dimensiones: la culpabilización de la mujer y la invulnerabilidad/culpabilización del hombre. Este instrumento tiene una escala Likert de 3 puntos, en donde 1=totalmente en desacuerdo y 3=de acuerdo. Así, es importante mencionar únicamente se utilizó la subescala de invulnerabilidad/culpabilización del hombre.
Sexting. Se realizó un cuestionario ad hoc con 6 ítems que evalúan la frecuencia con la que se realiza o se recibe contenido a nivel sexual. Este instrumento presenta una escala Likert, donde 0=nunca, 1=1 a 3 veces, 2=de 4 a 10 veces, 3=más de 10 veces.
Procedimiento y aspectos éticos
Se contactó con las autoridades de las universidades participantes para solicitar el permiso de llevar a cabo el estudio; una vez obtenido, las autoridades fueron las encargadas de difundir el cuestionario a través de redes sociales, el cual debía contestarse vía on line a través de la plataforma de Google Forms, requiriendo 15 minutos aproximadamente.
Asimismo, se expusieron los objetivos de la investigación resaltando el anonimato y la confidencialidad hacia los datos recabados según los lineamientos de competencia científica e investigación sugeridos por el Código Ético del Psicólogo (Asociación Mexicana de Psicología, 2009) y la Declaración de Helsinki (Manzini, 2000).
En suma, el consentimiento informado destacó el carácter voluntario y confidencial de la participación a partir de un ítem obligatorio que permitía continuar con el cuestionario o, en su defecto, abandonarlo.
Análisis de datos
Se realizaron los análisis de confiabilidad con el Alfa de Cronbach (α), así como los estadísticos descriptivos de los datos sociodemográficos y de los instrumentos utilizados. En adición, se hicieron análisis de normalidad con el test de Kolmogorov-Smirnov, los cuales indicaron anormalidad en los datos, por lo que para las correlaciones se implementó la prueba no paramétrica de tipo Rho Spearman.
Posteriormente, los instrumentos de violencia fueron recodificados a través de una variable dummy para detectar la manifestación de violencia bidireccional pura o de violencia unidireccional pura, sea cometida o sufrida; para ello se calcularon los puntajes de las escalas para la violencia considerándolas unifactoriales y se dicotomizaron las puntuaciones de la victimización y perpetración con un criterio de tolerancia cero (Riesgo et al., 2019) en el cual un promedio de 0=ausencia de violencia off line; mientras que un promedio 1=ausencia de violencia online; por lo que todos aquellos promedios superiores a ambos puntos de referencia indicarían presencia de violencia.
Con estos datos, se clasificó la muestra de acuerdo con la ausencia de violencia, así como las manifestaciones puras de la violencia unidireccional o bidireccional. La realización de los análisis estadísticos se llevó a cabo por medio del programa Statical Package for Social Science (SPSS) en su versión 21.
Resultados
En la Tabla 1 se describen las principales
características sociodemográficas, en donde la edad de los participantes osciló
entre los 18 y 30 años (
N |
|
Md | DT | Mín. | Máx. | |
---|---|---|---|---|---|---|
Edad | 51 | 20.7 | 20 | 2.12 | 18 | 30 |
Edad primera relación | 51 | 15.5 | 16 | 2.44 | 10 | 20 |
Número de relaciones | 51 | 3.6 | 3 | 2.23 | 1 | 10 |
Pareja actual | ||||||
Sí No |
21 | 1.0 | 1 | .00 | 1 | 1 |
30 | 2.0 | 2 | .00 | 2 | 2 | |
Duración relación actual | 20 | 21.4 | 14 | 21.77 | 1 | 60 |
Duración relación pasada | 31 | 5.0 | 4 | 3.99 | 1 | 15 |
Nota.
En la Tabla 2 se presentan los análisis de fiabilidad, normalidad y los principales estadísticos descriptivos; de este modo, se puede observar que la fiabilidad en general fue alta, a excepción de la idealización del amor (.62); por otro lado, la distribución de los datos resultó anormal a excepción de la dimensión idealización del amor.
α | K-S |
|
Md | DT | Mín | Máx | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Violencia off line | Desapego sufrido | .84 | .000 | .81 | .50 | .95 | .00 | 3.50 |
Desapego cometido | .77 | .000 | .67 | .25 | .86 | .00 | 3.50 | |
Humillación sufrida | .85 | .000 | .52 | .00 | .82 | .00 | 3.25 | |
Humillación cometida | .75 | .000 | .37 | .00 | .63 | .00 | 2.75 | |
Sexual sufrida | .93 | .000 | .51 | .00 | .93 | .00 | 4.00 | |
Sexual cometida | .92 | .000 | .38 | .00 | .76 | .00 | 3.00 | |
Coerción sufrida | .85 | .000 | .66 | .25 | .89 | .00 | 3.25 | |
Coerción cometida | .76 | .000 | .50 | .25 | .64 | .00 | 2.50 | |
Física sufrida | .81 | .000 | .37 | .00 | .61 | .00 | 2.75 | |
Física cometida | .77 | .000 | .33 | .00 | .62 | .00 | 2.50 | |
Violencia on line | Control sufrido | .91 | .000 | 1.88 | 1.44 | 1.01 | 1.00 | 5.22 |
Control cometido | .92 | .000 | 1.76 | 1.33 | .91 | 1.00 | 4.89 | |
Agresión directa sufrida | .93 | .000 | 1.50 | 1.09 | .81 | 1.00 | 4.18 | |
Agresión directa cometida | .92 | .000 | 1.40 | 1.00 | .68 | 1.00 | 3.64 | |
Mitos amor romántico | Idealización del amor | .62 | .104 | 2.83 | 3.00 | .76 | 1.00 | 4.40 |
Vinculación amor- maltrato | .78 | .000 | 1.88 | 1.00 | 1.13 | 1.00 | 4.50 | |
Aceptación mitos de violación | Invulnerabilidad/culpabili zación hombre | .81 | .000 | 1.28 | 1.00 | .44 | 1.00 | 2.50 |
Sexting | Recibido | .91 | .000 | 1.89 | 2.00 | 1.04 | .00 | 3.00 |
Enviado | .86 | .000 | 1.41 | 1.00 | 1.03 | .00 | 3.00 |
Nota. α
=Alfa de Cronbach,
K-S
=índice de Kolmogorov-Smirnov,
Asimismo, resaltaron los puntajes bajos obtenidos en los instrumentos de la violencia; por su parte, dentro de los más altos sobresalen la dimensión de idealización del amor y sexting recibido. En contraste, de acuerdo con los puntajes más bajos, destacaron el de invulnerabilidad/culpabilización hombre y el de vinculación amor-maltrato.
Por otro lado, en la Figura 1 se puede apreciar la distribución de la muestra en relación con la ausencia y presencia pura de la violencia, donde resaltó la bidireccionalidad pura en la mayoría de los participantes, mientras que solamente uno señaló ausencia de violencia.
Ahora bien, en lo concerniente a los ítems dicotómicos descritos en la Tabla 3, se pudo apreciar que la mayoría de los participantes respondieron no haberse sentido maltratados por sus parejas, así como tampoco haberse sentido con miedo o entrampados. De la misma forma, se observó que la mayoría estaría dispuesta a buscar ayuda especialmente en sus amigos.
Factores | Ítems | Sí | No |
---|---|---|---|
f(%) | f(%) | ||
CUVINO | ¿Te has sentido maltratado? | 14 (27.5) | 37 (72.5) |
¿Sientes o has sentido miedo alguna vez de tu pareja? | 19 (37.3) | 32 (62.7) | |
¿Te sientes o has sentido atrapado en tu relación? | 16 (31.4) | 35 (68.6) | |
Información disponible | Si un amigo/a tuviera problemas con su pareja, ¿sabrías decirle donde puede acudir para recibir ayuda profesional? | 32 (62.7) | 19 (37.3) |
¿Crees que hay suficiente información sobre los recursos que existen para ayudar a los jóvenes con problemas de pareja? | 16 (31.4) | 35 (68.6) | |
Búsqueda de ayuda | Si necesitaras pedir ayuda para romper con tu pareja, se la pedirías a: | ||
Amigos/as | 37 (72.5) | 14 (27.5) | |
Familia | 27 (52.9) | 24 (47.1) | |
Profesores | 20 (39.2) | 31 (60.8) | |
Recursos especializados en malos tratos | 24 (47.1) | 27 (52.9) | |
Experiencias previas | ¿Conoces a algún amigo cercano que sea o haya sido maltratado en una relación de noviazgo? | 31 (60.8) | 20 (39.2) |
¿Alguna vez has necesitado ayuda para romper con tu pareja? | 12 (23.5) | 39 (76.5) | |
¿Tu pareja se mostraba violenta con otras personas? (amigos, compañeros, etc.) | 13 (25.5) | 38 (74.5) |
Ahora bien, en la Tabla 4 se muestran las correlaciones obtenidas; en ese sentido, se pudo visualizar una asociación significativa entre la agresión directa sufrida y cometida (rho= .924, p< .01) y entre el control sufrido y cometido (rho= .863, p< .01). Por su parte, se encontró una correlación significativa entre la humillación sufrida y cometida (rho= .790, p< .01); de igual manera sobresalió el vínculo entre el sexting enviado y el recibido (rho= .785, p< .01). Asimismo, otras de las asociaciones destacadas fueron la de sexual cometida y coerción cometida (rho= .774, p< .01), así como la de sexual sufrida y físico sufrida (rho= .755, p< .01). Finalmente, las demás relaciones que llamaron la atención fueron la de sexual sufrida y cometida (rho= .714, p< .01) y la de física sufrida y cometida (rho= .712, p< .01).
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | ||
1 | - | |||||||||||||||||||
2 | .515** | - | ||||||||||||||||||
3 | .449** | .439** | - | |||||||||||||||||
4 | .388** | .553** | .790** | - | ||||||||||||||||
5 | .449** | .572** | .651** | .560** | - | |||||||||||||||
6 | .392** | .479** | .641** | .638** | .714** | - | ||||||||||||||
7 | .514** | .621** | .581** | .499** | .655** | .659** | - | |||||||||||||
8 | .572** | .534 | .587** | .640** | .440** | .774** | .684** | - | ||||||||||||
9 | .385** | .458** | .622** | .546** | .755** | .687** | .514** | .500** | - | |||||||||||
10 | .277* | .475** | .429** | .448** | .621** | .583** | .325* | .437** | .712** | - | ||||||||||
11 | .238 | .375** | .409** | .291* | .321* | .380** | .517** | .447** | .463** | .384** | - | |||||||||
12 | .334* | .327* | .411** | .407** | .302* | .378** | .386** | .468** | .472** | .396** | .863** | - | ||||||||
13 | .394** | .568** | .527** | .469** | .498** | .580** | .495** | .519** | .591** | .462** | .651** | .565** | - | |||||||
14 | .397** | .550** | .440** | .442** | .513** | .557** | .467** | .505** | .579** | .541** | .602** | .549** | .924** | - | ||||||
15 | .027 | -.090 | -.065 | -.081 | -.071 | .017 | -.112 | -.034 | .070 | -.068 | .158 | .268 | .000 | -.016 | - | |||||
16 | -.023 | -.071 | .110 | .232 | .194 | .347** | -.068 | .144 | .236 | .291* | .107 | .150 | .163 | .160 | -.096 | - | ||||
17 | .001 | .198 | .205 | .319* | .198 | .310* | .056 | .187 | 431** | .431** | .364** | 414** | .423** | .412** | .242 | .142 | - | |||
18 | .260 | .250 | .129 | .109 | .218 | .206 | .126 | .226 | .354* | .198 | .290* | .311* | .229 | .273 | .151 | .011 | .052 | - | ||
19 | .165 | .179 | .209 | .218 | .161 | .281* | .133 | .273 | .259 | .095 | .188 | .253 | .229 | .292* | .196 | .145 | -.058 | .785** | - |
Nota: **=p< .01 bilateral, *=p< .05 bilateral, 1=Desapego sufrido, 2=Desapego cometido, 3=Humillación sufrida, 4=Humillación cometida, 5=Sexual sufrida, 6=Sexual cometida, 7=Coerción sufrida, 8=Coerción cometida, 9=Físico sufrida, 10=Físico cometida, 11=Control sufrido, 12=Control cometido, 13=Agresión directa sufrida, 14=Agresión directa cometida, 15=Idealización del amor, 16=Vinculación amor-maltrato, 17=Invulnerabilidad/culpabilización hombre, 18=Sexting enviado, 19=Sexting recibido
Discusión
En primer lugar, se pudo aceptar la primera hipótesis, ya que en la violencia off line sí se observó una predominancia del desapego, lo que es congruente con investigaciones en heterosexuales (López- Cepero, Lana et al., 2015); además, sugeriría que la presencia de la violencia psicológica también podría ser prevalente en hombres homosexuales (Davis et al., 2016). Por otro lado, los hallazgos obtenidos para la violencia on line también permitieron aceptar la hipótesis, aunque difieren de lo encontrado en otros estudios donde en población LGB (lesbianas, gays y bisexuales) la agresión directa tuvo mayor presencia que el control (Víllora et al., 2019). Al respecto, es importante tomar en cuenta que la alta prevalencia de este tipo de comportamientos podría seguir favoreciendo a la vigilancia, control, aislamiento y dominio hacia la víctima (Rodríguez-Domínguez et al., 2018).
Siguiendo ese orden de ideas, la segunda hipótesis también fue aceptada, ya que siguiendo el criterio de tolerancia cero, más de la mitad de los participantes reportó haber sufrido y cometido al menos un acto violento tanto de manera presencial como a través de medios electrónicos. Estos resultados podrían estar en la misma línea de otros estudios en parejas del mismo sexo, las cuales han resaltado que la manifestación de la violencia cara a cara se presenta de manera bidireccional (Gómez et al., 2017). Por otro lado, es importante matizar que la evidencia científica en la violencia on line aún es escasa, por lo que no existe la suficiente evidencia empírica para sustentar la bidireccionalidad de este fenómeno, sin embargo, algunos autores ya han planteado esta posibilidad e incluso han sugerido su vínculo con la violencia off line (Lara, 2020).
En ese contexto, en la tercera hipótesis se esperó obtener una correlación significativa entre la violencia física y sexual; así, los datos obtenidos permitieron su aceptación ya que esta relación fue confirmada. Considerando lo anterior, estos datos se encuentran en la misma línea de otras pesquisas donde se ha planteado que, además de reportar tasas similares en parejas heterosexuales y del mismo sexo (Semprevivo, 2020), se hace uso de mecanismos de intimidación en donde se ejercen dinámicas de poder y control (Carvalho et al., 2011) que favorecen al mantenimiento de la supremacía sobre la pareja (Saldivia et al., 2017); aunado a ello, es conveniente recordar que la pertenencia a una minoría sexual, como la muestra de este estudio, podría aumentar el riesgo de ser víctima de violencia física y sexual (Graham et al., 2019).
Por otro lado, se aceptó la cuarta hipótesis la cual planteó que la mayor parte de la muestra reportaría no haberse sentido maltratada con miedo o entrampada; en efecto, los participantes así lo señalaron y esto es congruente con otros trabajos realizados con heterosexuales mexicanos (López-Cepero, Rodríguez-Franco et al., 2015). Al respecto, los hallazgos parecerían reforzar al corpus teórico y empírico sobre este problema que ha evidenciado la dificultad existente para el reconocimiento o identificación de experiencias violentas debido, entre otras cuestiones, a las actitudes hacia la violencia, experiencias de abuso en la infancia, sentimientos de culpa o la justificación de este tipo de comportamientos (Cortés-Ayala et al., 2014).
En ese tenor, esta dificultad representa un obstáculo para la búsqueda de ayuda; en el caso de los hombres esto podría deberse al miedo por el rechazo por parte de la sociedad y de los mismos profesionales (López-Cepero, Lana et al., 2015), lo que no es algo baladí, pues este aspecto también estaría presente con hombres gay o bisexuales, sumado a la existencia de estigmas sociales, discriminación, limitaciones legales y la escasa preparación que tienen los programas sobre el problema para trabajar con esta población (Rojas-Solís et al., 2021).
En ese mismo orden de ideas, se pudo aceptar parcialmente la quinta hipótesis, debido a que los participantes manifestaron, que en caso de necesitar ayuda, la buscarían principalmente en sus amigos/as, seguido de su familia. Estos hallazgos son similares a los de otros estudios internacionales con jóvenes heterosexuales (Hedge et al., 2017) y a estudios nacionales con población LGBT (López, 2019); se trata de un aspecto de vital importancia pues anteriormente se ha destacado el papel que juegan los pares en la identificación de conductas de riesgo que pasan desapercibidas por la persona que se encuentra en situación de violencia (Peña et al., 2018). Además, es conveniente resaltar que esta tendencia también se ha encontrado en población de hombres gay y bisexuales los cuales, ante la ausencia de servicios especializados en la materia, recurren a estrategias informales de afrontamiento en las que principalmente destacan la búsqueda de ayuda en amistades o en familia (Freeland, et al., 2018).
De acuerdo con la sexta hipótesis, los resultados permitieron aceptar la propuesta de que los participantes mostrarían un mayor acuerdo en la idealización del amor que en la vinculación amor-maltrato, lo cual concuerda con los hallazgos de investigaciones anteriores en donde no existieron diferencias significativas con respecto al sexo (Bonilla-Algovia y Rivas-Rivero, 2018). Además, esto podría respaldar la evidencia científica sobre la aceptación de mitos relacionados con el amor romántico como elementos influyentes en la aprobación de comportamientos abusivos o el aumento en el riesgo de sufrir comportamientos de cibercontrol y ciberagresión (Cava, et al., 2020) al ser considerados expresiones de amor o preocupación (Sánchez-Hernández, et al., 2020; Víllora, et al., 2019).
Por su parte, las puntuaciones bajas en la aceptación de los mitos de violación permitieron aprobar la hipótesis que sugería la poca adherencia hacia creencias relacionadas a la invulnerabilidad y culpabilización del hombre; una posible explicación ante ello radica en que la población LGB presenta menor aceptación hacia ideologías sexistas y homofóbicas, además de ser menos partidarios a las normas de género (Worthen, 2017).
Por último, se pudo aprobar la séptima hipótesis que planteaba una alta frecuencia en la práctica y recepción del sexting, por lo que estos hallazgos estarían en consonancia con lo sugerido por trabajos previos en donde se ha resaltado la aceptación de esta actividad por la comunidad gay (Needham, 2020). Sobre ello, una explicación podría versar sobre la idea de que el sexting representa una herramienta de conexión con otras personas sin la necesidad de expresar abiertamente su sexualidad (Hertlein y Shadid, 2015), lo que al mismo tiempo, les permitiría explorarla con mayor libertad y conocer nuevas parejas (Bauermeister, et al., 2014).
Conclusiones
Como ideas finales se puede subrayar la existencia de violencia off line y on line en las relaciones de noviazgo en hombres gay, así como la existencia de algunos factores adyacentes; no obstante, la investigación sobre estas conductas aún es incipiente en las parejas del mismo sexo, sobre todo en el contexto hispanoparlante a causa de factores sociales como la discriminación, exclusión o invisibilización del problema (Rodríguez y Lara, 2016).
También fue posible observar la presencia de actividades derivadas del uso de las tecnologías de la información como lo es el sexting; la cual se trata de una práctica que requiere una mayor profundización en el contexto latinoamericano, considerando sus diversas manifestaciones y posibles vínculos con otros fenómenos.
Ahora bien, es importante mencionar las limitaciones de esta investigación; en primer lugar, la naturaleza cuantitativa y no experimental imposibilita identificar asociaciones y relaciones causales entre las variables, así como una visión contextual de las mismas. En adición, la cantidad de participantes y su recolección no probabilística y por conveniencia impide la generalización de los resultados en población LGBT+; de la misma manera, solamente se evalúo a un miembro de la diada, por lo que no es posible tener una visión global del fenómeno. Finalmente, la mayoría de los instrumentos empleados no están desarrollados ni validados para la población objeto de estudio, aunado a la construcción de un cuestionario ad hoc para la evaluación del sexting, por lo que los hallazgos deben tomarse con cautela.
Este estudio también cuenta con algunas fortalezas en las que se destacan ser de las pocas investigaciones que evalúan la violencia en el noviazgo en hombres gay mexicanos, así como la consideración de otras manifestaciones que han sido poco exploradas en esta población. Asimismo, resalta el alcance asociativo que permitió observar de qué forma interactuaron los distintos tipos de violencia en los participantes; en ese sentido, se espera dar mayor visibilidad a estas problemáticas en las personas que conforman la comunidad LGBT+.
Futuras líneas de investigación
Retomando lo anterior, se sugiere la inclusión de una muestra probabilística y representativa de hombres gay, así como aplicar la evaluación a ambos miembros de la pareja; aunado a ello, también sería recomendable la construcción y el uso de instrumentos que enmarquen estas problemáticas dentro de un contexto distinto al heterosexual.
Por otro lado, se recomienda la profundización en las consecuencias que ambos fenómenos podrían tener en los hombres víctimas; además de incrementar el conocimiento empírico sobre estas problemáticas en el contexto de la comunidad LGBT+ en México.