Introducción
Información disponible del último Censo Ejidal (2007), indica que cinco productos se sembraron intensivamente (otoño-invierno y primavera-verano) en el espacio agrícola hidalguense. Cerca del 90 % de las Unidades de Producción (UP) se dedicaban a la explotación del maíz blanco, frijol y maíz amarrillo; el porcentaje restante se distribuyó entre la producción de avena forrajera y cebada grano (INEGI, 2009).1 En la generación de Valor Agregado (VA), del total de las Unidades Económico Rurales (UER) cerca de 60 % se definen por el componente Familiar de Subsistencia Con Vinculación al Mercado (FSCVM), de carácter familiar, cuantía de ventas agrícolas-ganaderas de 17 mil 205 pesos anuales promedio.2 Poseen en propiedad de la tierra 3.5 hectáreas en promedio, emprendimientos agropecuarios de menor escala define el ingreso familiar (46%), seguido por apoyos gubernamentales (17%) y la venta de mano de obra asalariada (4%).
Familiar de Subsistencia Sin Vinculación al Mercado (FSSVM), segundo componente que mayor peso registra las UER de la entidad (32%), no cuantifican ventas, salvo esporádicas por excedentes no planeados. La principal actividad del núcleo familiar es la agricultura pues 31 % del ingreso se estima de autoconsumo, 28 por apoyos gubernamentales y cerca de 17 por jornalero. Cuantifican en promedio 8.8 hectáreas para la explotación agropecuaria. Para ambas categorías (FSCVM y FSSVM), la edad del productor promedio es cercano a los 60 años, escolaridad aproximada cinco años, limitada capitalización por los bajos niveles de ingreso que restringe a su vez la acumulación de capital; agricultura de temporal (Sagarpa y FAO, 2014).
Lo anterior refleja cierta vulnerabilidad agrícola que experimenta el productor agrícola y la población en general de la entidad. De los 58 espacios registrados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con asentamientos superiores a 15 mil habitantes, en donde viven cerca del 91 % de la población estatal, 18 % en promedio se dedica a actividades agropecuarias; mientras que los catalogados como rurales, que agrupan menos del 10 % del agregado poblacional total, apenas incrementan en cinco puntos la ocupación primaria. En ambos asentamientos poblacionales, el peso del quehacer terciario es determinante, cercano al 41 % (INEGI, 2015). Por tal, 73 % de los hogares hidalguenses en promedio viven en condiciones de inseguridad alimentaria, no se cuenta con suficiente alimento diario para mermar el hambre; las dinámicas rurales superan en ocho por ciento, mientras que en el espacio urbano, negativa es la diferencia por siete puntos (INSP, 2013).3
Frente a la realidad que vive el espacio agrícola hidalguense (tendencia al monocultivo agrícola, altos niveles de inseguridad alimentaria en los hogares rurales, tercerización económica del espacio rural, baja capitalización y escasa generación de valor agregado de las unidades rurales, por mencionar algunas) por parte de la academia, tomadores de decisiones y pequeños productores, existe desde hace un par de años cierta revalorización en impulsar la producción de nopal-fruta y nopal-verdura en el espacio agrícola hidalguense, recurso de amplia versatilidad (fruta, verdura o forraje).4 Este renovado empuje se justifica, entre otras, por las siguientes ideas. Primera, Hidalgo es una de las principales entidades del país con mayor diversidad genética con 54 variedades de especie Opuntia (Gallegos y Barrientos, 2009). Es un reservatorio de germoplasma vegetal de especies nativas (Mondragón y Ávila, 2013). La entidad hidalguense, es el lugar de origen y diversificación de cultivos comerciales del país, el caso de la tuna Reyna o Alfajayucan domina el mercado mexicano y es el punto de comparación de las demás variedades (Gallegos y Mondragón, 2011).
Segunda, por la ponderación que ejercen los agentes naturales que operan sobre el territorio hidalguense, la superficie territorial apta para la agricultura representa cerca del 9 % de la que actualmente se explota, limitando el desarrollo extensivo de la actividad agrícola (Sagarpa, 2011).5 La frontera del nopal-fruta y nopal-verdura, ocupa terrenos que difícilmente puede dedicarse a otros cultivos tradicionales/comerciales, con limitaciones de topografía, clima y suelo: cebada, maíz y frijol, entre otros (Mondragón y Ávila, 2013). Por su adaptación al déficit de humedad, climas semidesértico y desértico, es recurso potencial para el desarrollo del nopal (Reyes-Agüero, Aguirre y Hernández, 2005).
Tercera, en México, cerca del 90 % del consumo del nopal-fruta se concentra en entre abril-agosto; para nopal-verdura entre marzo-septiembre se centraliza 75 % de la demanda nacional. En la Región Centro (RC) del país, donde Hidalgo forma parte, se consume cerca del 47 % de la producción del nopal-fruta a nivel nacional, en promedio 4.38 kilogramos per cápita anual. Lo anterior es sintomático, pero en menor cuantía para el nopal-verdura, 40 % y 6.72 kilogramos anual, respectivamente (FR, 2011). La oferta supera con creces a la demanda, propiciando en algunos ciclos pérdidas de hasta 60 % de la producción (FAO, 2006). El norte y sur del país, así como el extranjero, real oportunidad creciente de comercialización en fresco y materia prima para procesos de generación de valor. 6
Así, el texto pretende analizar la estructura productiva de la cadena de valor nopal-fruta y nopal-verdura que opera sobre la frontera agrícola hidalguense, localización geográfica, relaciones productivas entre los productores y la capacidad tecnológica instalada que incide en la generación de valor agregado. Se pretende, identificar la lógica de funcionamiento de la cadena productiva, la cooperación mediante beneficios-responsabilidades que asumen los productores promedio, y la relación de ciertos actores clave con la capacidad tecnológica instalada. La fuente de información proviene de la Actualización del Marco Censal Agropecuario 2016, Censo Ejidal 2007; Encuesta Nacional de Salud Pública 2016 y 2012; Censo de Población y Vivienda (varios años); Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (varios años); Registro Agrario Nacional (varios años); la interpretación se auxilia con la construcción de Índices Simples (IS). Esta información se complementa con recaba en entrevistas focalizadas a actores claves, recorridos a parcelas y encuestas a productores, realizadas entre el segundo semestre del 2016 y el primer trimestre del 2017.7 Los aportes de la economía de las proximidades (Lagendijk y Lorentzen 2007; Boschma 2005; Oerlemans y Meeus, 2004; Torre, 2009; por mencionar algunos), permiten interpretar los hallazgos obtenidos. Este enfoque va más allá del enfoque espacial (proximidad geográfica) se enfoca en contestar ¿quién define?, ¿quién o qué es próximo a quién o qué?, ¿qué se debe de compartir para trabajar en conjunto?, ¿cómo los actores incorporan la presencia o ausencia?; privilegia el factor de movilidad pues reitera la diferencia entre proximidad geográfica y localización geográfica.
Esfuerzos privados y producción de nopal-verdura, Hidalgo
En el 2014, cerca del 97 % del valor de la producción nacional de nopal-verdura se define por la condición de cielo abierto, 3.37 vinculado al forraje y el porcentaje restante a invernadero. Del primer porcentaje, Morelos y Ciudad de México explican cerca del 70 %, la cuantía restante se distribuye en 23 entidades.8 Hidalgo es el único que impacta en la riqueza nacional del nopal-invernadero, contabiliza en comparativa, tercer principal rendimiento no tan lejano al principal valor del cultivo nacional (Cuadro 1).9
Tipo | País | Entidad | Valor de la producción (miles de pesos) | Porcentaje | Redimiento (ton/ha) |
DdMx | 615,718,583 | 38.06 | 102 | ||
Morelos | 477,602,482 | 29.53 | 96 | ||
Nopalito | 96.62 | Resto del país | 524,262,987 | 32.41 | |
Invernadero | 0.00 | Hidalgo | 61,238 | 100 | 61 |
Coahuila | 33,069,610 | 58.54 | 11 | ||
Forrajero | 3.37 | Resto del país | 23,419,440 | 41.46 |
Fuente: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP)-Sagarpa, 2015.
En palabras de Zarate (2005), a inicios de la década del Siglo XXI en el 70 % de los productores de nopal-verdura en Hidalgo, existían indicios de actividad bajo cubierta, el restante a cielo abierto. Es hasta el 2012 cuando se reconoce por la contabilidad agraria institucional, el primer esfuerzo del nopalito-invernadero en Apan, al sureste de la capital hidalguense; Huichapan después de tres años se incorpora a dicho criterio, situado al suroeste de la entidad (Mapa 1). Ambos espacios cuantifican menos de la hectárea cosechada, rendimientos casi cercanos a los registrados por la Ciudad de México en nopalito-cielo abierto (Cuadro 1 y 2). El esfuerzo de nopal-invernadero en Huichapan, se debe al impulso de la industria alimentaria, dedicada a la producción y venta de derivados de maíz con la más alta calidad en producto y precio. Entre sus insumos, se encuentra en nopal-verdura para la elaboración de veinte productores (tortilla caliente, la fría, la de nopal, de nopal-linaza; tostadas de maíz, de amaranto, de ajonjolí por mencionar algunas). Este esfuerzo empresarial, registra presencia en cerca de seis mil tiendas tradicionales de la región, Querétaro, Aguascalientes, Estado de México, Ciudad de México y Guanajuato.10 En Apan, el principal causante es el fabricante de productos de origen natural auxiliares en el tratamiento de las enfermedades nutricionales. Desde el 2010, la malteada, fibra de nopal, nopal en escabeche y snacks de nopal, se comercializan al por mayor en la zona centro del país, a partir del 2011 exporta nopal en polvo a Corea del Sur, y desde el 2014 malteada y fibra de nopal a Estados Unidos de América.11 Se confirma que ambos esfuerzos de producción, además de estar alejados del principal espacio clave del nopal-verdura en la entidad (El Arenal), cuantifican mínima vinculación con el ejidatario y con la cadena agroalimentaria estatal (Mapa 1). En suma:
La proximidad geográfica para ambos casos señalados, barrera de proximidad social, la distancia es un acelerador de la iniciativa empresarial y de la innovación. Las agrupaciones creadas por las políticas económicas son menos propensas a la innovación en comparación a los ecosistemas espontáneas que surgen de iniciativas empresariales privadas (Letaifa y Rabeau, 2013, p. 2080).
Municipio | Apan | Huichapan | ||
Año | Sup. Cosechada (Ha) | Rendimiento (Ton/Ha) | Sup. Cosechada (Ha) | Rendimiento (Ton/Ha) |
2012 | 1 | 110 | - | - |
2013 | 1 | 98 | - | - |
2014 | 1 | 61 | - | - |
2015 | 1 | 108 | 0.6 | 65 |
Fuente: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP)-Sagarpa, 2015.
Señalar la importancia que guarda El Arenal, define cerca del 80 % de la generación de riqueza de nopalitos a nivel estatal (Milpa Alta y Atlixco), explicada por la lógica productiva de los productores del Ejido El Rincón y Fray Francisco (SIAP-Sagarpa, 2015) (Mapa 1). Según información primaria recabada, los esfuerzos en producir nopal-verdura tiene el origen desde hace más de veinte años, gracias a la ventaja que ocasiona el cauce de agua que recorre dichas comunidades, permitió instrumentar esquemas de Riego por Goteo por Cintilla (SRGC) vía ollas de captación de agua (suman cerca de 7) (Imagen 1).
Se sitúan cuatro de las seis principales organizaciones de productores de nopal-verdura, legalmente constituidas, que han definido los destinos del Consejo Hidalguense de Nopal y Tuna, A. C., lo que permite confirmar, entre otras características, la importancia productiva del municipio y la incidencia de este grupo de productores en el inventario nopalero estatal.12 No existen procesos sumatorios para comercializar, lo más arreglos personales, mucho menos organización horizontal como cadena agroalimentaria estatal. La producción del nopal, complementaria a la tuna, contabiliza cerca de trescientas hectáreas (algunas veces intercalado con la producción de jitomate, en menor medida con rosas), principal fuente de ingresos en los hogares de las comunidades (una hectárea por productor, aproximadamente). La actividad se desarrolla a cielo abierto, micro y macro túnel (distancia aproximada entre planta e hilera de 35 por 35 centímetros). Actopan, Ixmiquilpan, Thahuelipan, Pachuca, principales centros urbanos que comercializan la producción: nopalito desespinado, pequeño, mediano y grande (10, 15-18 y 30 centímetros, respectivamente), llega a colocarles, según los productores, de 30 a 40 centavos en primavera y de 80 centavos hasta un peso en la temporada de otoño-invierno. Desde hace cinco años las prácticas de cosecha se catalogan, según productores, de franja verde y azul, pero existe preocupación por buscar la inocuidad alimentaria.
Sobre este espacio se construyó la Procesadora y Centro de Acopio El Rincón (PCAER), infraestructura física más longeva que registra la cadena agroalimentaria del nopal sobre la frontera agrícola de la entidad (casi veinte años). Su ejecución obedece al apoyo recibido de los productores por parte del gobierno federal (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación), componentes excedentes del petróleo. La procesadora contabiliza seiscientos metros cuadrados, aparte de oficinas, estacionamiento, patio de carga y área verde. En sus inicios fue controlada por la figura jurídica Triple S (Sociedad de Solidaridad Social), tiempo después atendida por 23 personas, perteneciente a diferentes comunidades alrededor de El Arenal, se transforma a Sociedad de Producción Rural de Responsabilidad Limitada (SPRL).13 La frontera agrícola nopalera de los socios equivale en promedio a cincuenta hectáreas. A pesar de que la PCAER tiene vigencia de derechos fiscales ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), luz eléctrica, accesos privilegiados de carretera, infraestructura industrial de grado alimenticio (lavadora industrial, máquina de pre-secado, tina de saneamiento, banda de selección, mesa de desespinadora, maquina peladora, máquina de empaque- atmosfera modificada), peladora que no se ajusta al tamaño promedio del nopal, cuarto de enfriamiento, bascula de pesar, son limitados los alcances productivos, aún se sigue enfocando los esfuerzos en perfeccionar la línea del producto (Imagen 2).
Ejido y producción del nopal-fruta, Hidalgo
En México, cerca del 61 % del consumo de nopal-fruta obedece a la variedad alfajayucan y blanca cristalina. El funcionamiento de la primera, de maduración temprana entre el mes de mayo y junio inclusive hasta finales de septiembre, se define por la frontera agrícola del Estado de México (rendimiento de 10.93 toneladas sobre hectárea), en segundo lugar, pero con cuantía bastante lejana, la frontera tunera de Hidalgo registra 5.77 toneladas por hectárea (Cuadro 3).14 Queda clara la influencia del Estado de México en el mercado e incidencia en el precio anual de cosecha en casi todo el país. En contraste, la frontera tunera hidalguense se describía por condiciones de temporalidad (pocas áreas con riego de auxilio que hace dependiente a la producción de la lluvia), prácticas culturales en sus huertos (poda anual), falta de asistencia técnica y capacitación en la generación de valor, no desarrollan otras actividades más allá de la cosecha (Zárate, 2005).
Cultivo | Tipo | País | Entidad | Valor de la producción (miles de pesos) | Porcentaje | Rendimiento (Ton/Ha) |
Nopal-fruta | EdoMex | 431,394,056 | 82.67 | 10.93 | ||
Hidalgo | 74,073,712 | 14.19 | 5.77 | |||
Alfajayucan | 32.09 | Resto del país | 16,382,338 | 3.14 | ||
Blanca cristalina | Puebla | 273,824,839 | 58.76 | 19.07 | ||
28.66 | Resto del país | 192,204,880 | 41.24 |
Fuente: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP)-Sagarpa, 2015.
El bajo nivel de la producción hidalguense se debe a un inadecuado manejo agronómico del fruto, limitada superficie cultivada con capacidades tecnológicas; en algunos casos aplicada esporádicamente. La falta de organización, según especialistas, es el principal problema de los productores (Aguilar, Jolapa y Garza, 2008). Se deja de producir en las huertas hidalguenses de nopal-fruta, por abandono, incendio y dedicar a la tierra a otros usos; y/o incorporación, ampliación o renovación de huertas. La nula inversión se justifica por la cosecha y por lo tanto no se realiza (Mondragón y Ávila, 2013). Cinco municipios definen cerca del 71 % de la generación de la riqueza de dicha variedad sobre la frontera agrícola hidalguense, en orden de importancia: Actopan (31.28 %), San Agustín Tlaxiaca (11.56 %), Zempoala (10.99 %), El Arenal (9.32 %) y San Salvador (7.16 %) (Mapa 2).15 Concentran en conjunto cerca de dos mil 500 hectáreas cosechadas, rendimiento promedio de 6.42 toneladas sobre hectárea. Actopan, El Arenal y San Salvador, con poca extensión cosechada cuantifica mayor rendimiento; inclusive superior a la cuantía estatal (Cuadro 4). Existe proximidad geográfica menor a 15 kilómetros para este selecto grupo de municipios (zona central de la entidad dirección suroeste), salvo Zempoala localizado al sureste de Hidalgo (INEGI, 2015).
Municipio | Sup. Cosechada (Ha) | Valor de la producción (miles de pesos) | Porcentaje valor de la producción | Rendimiento (Ton/Ha) |
Actopan | 480 | 20,063 | 31.28 | 9.80 |
San Agustín Tlaxiaca | 877 | 7,416 | 11.56 | 2.50 |
Zempoala | 690 | 7,050 | 10.99 | 2.70 |
El Arenal | 193 | 5,977 | 9.32 | 7.90 |
San Salvador | 138 | 4,590 | 7.16 | 9.20 |
Sub-total/promedio | 2,378 | 45,095 | 70.32 | 6.42 |
Resto de la entidad | 1,485 | 19,036 | 29.68 | 5.46 |
Fuente: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP)-Sagarpa, 2015.
En Actopan, principal acceso comercial entre el Valle del Mezquital y la ciudad capital Pachuca (Roldán, 2015, p. 235), cerca del 57 % de los hogares la fuente principal de ingresos se asocia de actividades agrícolas, seguido por 33 pecuarios y 11 por apoyos gubernamentales (Sagarpa y FAO, 2014). El 51.10 % de la extensión territorial de este municipio, se ocupa para actividades agrícolas, casi el total a cielo abierto, 4 % se destinada a la cosecha del nopal-fruta, 480 hectáreas (Cuadro 5). Está producción en su mayoría, sin continuidad espacial en su haber, se debe a la lógica que propicia dos Núcleos Ejidales (NE): Chicavasco y Bothi-Baji (Mapa 2); se encuentran certificados, acción ejecutada en la década de los noventa mediante el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (Procede). 16 La superficie parcelada, en Chicavasco es la totalidad de la dotada, en Bothi-Baji representa el 30 % (Cuadro 6).
Municipio | Ejido | ha dotadas | ha parceladas | ha uso común | ha reservadas crecimiento | ha asentamiento delimitado al interior | ha plano interno | Año |
Bothi-Baji | 257 | 86.80 | 0 | 0 | 0.05 | 86.85 | 1994 | |
Chicavasco | 190 | 189,910 | 0 | 0 | 0.00 | 189.91 | 1995 | |
San Juan Solís | 4,568 | 2,061 | 2,307 | 0 | 163 | 4,53 | 1999 | |
Actopan | Tornacuxtla | 1,565 | 1,252 | 310 | 0 | 9.44 | 1,571 | 1999 |
San Agustín | Tecajique | 1,387 | 998 | 390 | 0 | 0 | 1,387 | 1994 |
Zempoala | Acelotla | 1,135 | 702 | 416 | 0 | 29 | 1,148 | 1995 |
El Rincón | 1,025 | 680 | 338 | 0 | 0 | 1,018 | 1999 | |
El Arenal | Fray Francisco | 1,197 | 286 | 878 | 0 | 5 | 1,169 | 1996 |
San salvador | Lagunillla | 961 | 949 | 0 | 0 | 0 | 949.23 | 1994 |
Fuente: actualización del Marco Censal Agropecuario, INEGI, 2016; Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP)-Sagarpa, Consulta 2015.
Municipio | Ejido | ha dotadas | ha parceladas | ha uso común | ha reservadas crecimiento | ha asentamiento delimitado al interior | ha plano interno | Año |
Bothi-Baji | 257 | 86.80 | 0 | 0 | 0.05 | 86.85 | 1994 | |
Chicavasco | 190 | 189,910 | 0 | 0 | 0.00 | 189.91 | 1995 | |
San Juan Solís | 4,568 | 2,061 | 2,307 | 0 | 163 | 4,53 | 1999 | |
Actopan | Tornacuxtla | 1,565 | 1,252 | 310 | 0 | 9.44 | 1,571 | 1999 |
San Agustín | Tecajique | 1,387 | 998 | 390 | 0 | 0 | 1,387 | 1994 |
Tlaxiaca | Tepeyahualco | 1,7 | 1,453 | 240 | 0 | 1,693 | ||
Zempoala | Acelotla | 1,135 | 702 | 416 | 0 | 29 | 1,148 | 1995 |
El Rincón | 1,025 | 680 | 338 | 0 | 0 | 1,018 | 1999 | |
El Arenal | Fray Francisco | 1,197 | 286 | 878 | 0 | 5 | 1,169 | 1996 |
San salvador | Lagunillla | 961 | 949 | 0 | 0 | 0 | 949.23 | 1994 |
Fuente: Phina. Padrón e Historial de Núcleos Agrarios. Registro Agrario Nacional, 2017.
Los tuneros de ambos NE, acorde a la información primaria recabada, se caracterizan por cuantificar edad de hasta cincuenta años, en promedio, tres cuartas partes del núcleo familiar colaboran en la producción del nopal-fruta, segunda fuente de ingresos en el hogar. Se distinguen la producción tunera de Chicavasco, por la cosecha anticipada cercana a cuatro semanas, debido a la presencia de cierto micro-clima en la zona, cuantifican acceso a aguas grises usadas en la parte baja para riego de forrajes, adecuadas para intentar modificar la época de cosecha o mejorar la calidad de la tuna (Mondragón y Ávila, 2013).
Ambos factores según afirman los productores permite definir precios, la caja de tuna-alfajayucan llega a costear hasta 40 pesos en la localidad de Bothi-Baji, a distancia de diez minutos en Chicavasco entre 60 y 70 pesos.17 Pese a que existen cuatro de las nueve organizaciones de productores de nopal-fruta que operan en Hidalgo (Dos Cerritos de Bothi-Baji, el Romerito de Chicavasco, el Cerrito Colorado de Chicavasco y Tuneros de Chicavasco), no existen procesos sumatorios para comercializar, lo más arreglos personales. Por orden de recurrencia, los principales intermediarios son: San Luis Potosí y Zacatecas; los cuales inclusive llegan por la carga a la localidad; mercados locales: Pachuca, Actopan, Ixmiquilpan; en el menor de los casos negocian a pie de carretera (Mapa 2). El principal insumo de poscosecha desespinadoras manufacturadas, que casi la mayoría salvaguarda en el patio de su hogar, máxime se observo está característica en Chicavasco (Imagen 3).
Los insumos para la siembra se adquieren en las cabeceras municipales de Actopan e Ixmiquilpan, el abono proviene de la región (estiércol de ganado); se descompone-activa para mejorar su impacto. El tratamiento de plagas (grana cochinilla) y enfermedades (mal de oro) que afectan de forma recurrente a la planta, obedece a los saberes adquiridos en el tiempo y al intermitente apoyo de la política extensionista del país.18 Se identificaron limitados procesos de generación de valor agregado, el recurrente fue la elaboración de mermeladas. Sobre dichos NE, se sitúa el Centro de Acopio de Tuna Bothi Baji (CAT-BB), capacidad tecnológica instalada. En inicio reunió a productores de Actopan, San Salvador y San Agustín Tlaxiaca por el objetivo inicial, acceder a apoyos del gobierno estatal. Se sitúa a dos y tres horas a la Ciudad de México y Estado de México, respectivamente, a cuarenta minutos de la ciudad capital hidalguense (Mapa 2). Se construyó con recursos excedentes del petróleo, proveniente del Fideicomiso para la Infraestructura de los Estados (FIES) con lo que se beneficia a cerca de 118 productores. En un inicio el CAT-BB, careció de servicios básicos para su funcionamiento productivo: electricidad (el paso más cercano está a 650 metros), agua potable (la toma próxima está a kilómetro y medio), drenaje y accesos carreteros de tipo rural. Después de quince años, avanza en la adquisición de una planta eléctrica de emergencia (diésel) y centro de carga. En su haber, el CAT-BB cuenta con dos desespinadoras de tuna, mesa de apaceramiento y cámara de refrigeración (capacidad con cuarenta toneladas) (Imagen 4). El funcionamiento y generación de valor agregado es restringido, la mayoría de los alcances son experimentales. Limitada evidencia de selección y empaque a pesar de que cuentan con áreas específicas. Hasta la realización de recorridos, se identificaron carencias en el análisis-dictamen de la viabilidad tecnológica del centro por parte de los socios de la Integradora mucho menos por parte de la política pública agrícola de la entidad hidalguense.
Fuente: imagen capturada por el autor, el 17 de agosto del 2016 en las instalaciones del Centro de Acopio de Tuna Bothi Baji, Hidalgo.
En San Agustín Tlaxiaca, puerta de acceso entre la zona central de Hidalgo con el llamado Bajo Mezquital (suroeste), cerca del 35 % del territorio se ocupa para actividades relacionadas con actividades agrícolas, 2 % utilizada bajo el criterio de agricultura protegida. De 877 hectáreas dedicadas a la producción de nopal-fruta, 2.50 toneladas en promedio se obtiene por cada una de ellas (Cuadro 4 y 5). La actividad agrícola es la principal fuente de ingresos de los hogares, 57 %; 24.91 por pecuario; apoyos gubernamentales 15.09 y hasta tres por remesas (Sagarpa y FAO, 2014). La funcionalidad del nopal-fruta, entre otras localidades, se debe a la pauta que define el ejido de San Juan Solís, espacio certificado por Procede, dos mil 300 hectáreas para uso común, dos mil 61 parceladas y 163 para asentamientos humanos (Cuadro 6, Mapa 2).
Acorde a la información recabada, existe la Sociedad Cooperativa Productores de Tuna de San Juan Solís, promedio de edad sesenta años, pese a que existe continuidad espacial en su haber, entre 20 % y 25 % del espacio sumado por productores, apenas son funcionales, tendencia a la baja asociado a la falta de responsabilidad del productor en la poda de formación, sanidad, fortalecimiento y tratamiento; saberes adquiridos con el tiempo y por la destacada influencia de la política extensionista-agraria del país (Imagen 5). La marginalidad del cultivo y la inseguridad del ingreso, impide la aplicación de todos los cuidados necesarios. La generalidad de las huertas sobrepasa los diez años, son de talla grande, se acercan al límite de altura y cobertura, requiere poda de rejuvenecimiento (≈2 m de altura y 3 m de diámetro) antes de que se empiece a dificultar la cosecha y el tránsito entre las hileras de la huerta. Este tipo de poda es el más costoso por el volumen de material vegetativo que hay que remover, el retraso y la reducción de la producción atribuible a la recuperación de la estructura productiva de la planta (Mondragón y Ávila, 2013).
Fuente: imagen capturada por el autor, el 21 de diciembre del 2016, San Juan Solís, San Agustín Tlaxiaca.
No existen formas alternas de captación de agua. En promedio cada productor recoge entre 200 y 300 cajas en época de cosecha (llegan a cotizarse entre 35 y 75 pesos). Presencia de abono orgánico (estiércol), contadas desespinadoras situadas en el hogar del ejidatario-productor, fertilizantes químicos aún utilizados (nitrato, por mencionar algunos, los cuales consiguen en el municipio de Ixmiquilpan). Según los productores, por su sabor atípico en comparación al resto de las variedades producidas en la entidad, inclusive del inventario del propio país, la fruta es socorrida de forma recurrentemente por intermediarios interestatales y mercados locales (Pachuca, Ixmiquilpan y Actopan). Los ingresos que reciben de la venta de tuna, es la tercera fuente en el hogar.
Durante los recorridos recurrentes a San Agustín Tlaxiaca, se localizaron, a menos de diez minutos de la localidad de San Juan Solís, un par de espacios dedicados al nopal-verdura, en menor cuantía nopal-fruta. Productoras de Nopal Tornacuxtla, de cuño familiar, perfil de edad varía de 35 a 40 años, alto componente de mujeres (Mapa 1). Menos de dos años trabajando el nopal-verdura, atlixco y milpa alta, adquirido en San Francisco Tecajique, perteneciente al mismo municipio. Sobre esta localidad existen ciertos procesos de certificación en la propiedad social, Procede, máxime hectáreas parceladas, seguido por uso común y asentamientos humanos; subraya la presencia de dominio pleno sobre el espacio parcelado, cerca de cien hectáreas (Cuadro 6). Para este grupo de mujeres productoras, la producción del nopal-verdura es la segunda fuente de ingresos. Las acciones colectivas se enfocan en mejorar las condiciones de la siembra: distribuyen las tareas para realizar la poda (formación y de sanidad) en cada una de las parcelas de los productores. La asistencia técnica y capacitación proviene de un par de productores inmersos en la organización. Pretenden incidir en procesos de trasformación de valor agregado, comercializan 55 % por venta directa (local) sin transformar, el sobrante de autoconsumo. Existen la presencia de manufactura de biopreparados artesanales, sin norma que lo valide: aplicación de abono (desechos orgánicos-estiércol); fertilizantes (lombri-composta, exiliado de lombriz y humus) (Imagen 6). La araña roja plaga recurrente, además de grana cochinilla, caracol y gusano barrenador. No existen fuentes alternas de captación de agua. Se siembran entre dos y cuatro hectáreas que se refleja entre 70 y 90 cajas por cosecha; alcanzan precios entre 30 a 70 pesos según época del año. Relativas capacidades tecnológicas que incida en el proceso de asignación de valor.
Fuente: imagen capturada por el autor, el 20 de diciembre del 2016, Tornacuxtla, San Agustín Tlaxiaca.
El otro grupo localizado durante recorrido, productores de nopal-verdura del Ejido de San Francisco Tecajique, máxime espacio parcelado, seguido por uso común (Cuadro 6) (Mapa 1). Acorde a la información recabada en campo, menos de siete años cosechando nopal-verdura (atlixco y milpa alta), adultos de hasta 45 años. Cada uno de ellos cuantifica entre cuatro y seis hectáreas, frontera sin continuidad espacial en su haber, hasta el 20 % es utilizable. Existe presencia relativa de agricultura protegida y biopreparados artesanales, sin norma que valide. Araña roja, caracol y gusano barrenador, son las plagas más frecuentes. El peso mayoritario de asistencia técnica proviene del conocimiento adquirido en el tiempo, la parte restante de la política pública agraria (extensionistas). La producción se distribuye entre mercados locales (San Agustín Tlaxiaca y Pachuca) y autoconsumo. La falta de agua (a pesar de contar en promedio con tres ollas de captación sin operar) y capacidades tecnológicas para la transformación, principales limitaciones productivas afirman los productores (Imagen 7). Se cosechan, con tendencia a la baja, entre 15 a 30 cajas por hectárea, llega a venderse entre 40 y 80 pesos.19
Fuente: imagen capturada por el autor,el 22 de diciembre del 2016, San Francisco Tecajique, San Agustín Tlaxiaca.
En el municipio de Zempoala, puerta de acceso a la Altiplanicie Pulquera (al sureste de la entidad), el 70 % de la extensión territorial es dedicada a actividades agrícolas, casi el total explotado a cielo abierto; cerca del 4 %, 690 hectáreas, se utiliza la producción del nopal-fruta; 2.70 toneladas se obtienen en promedio sobre hectárea. Destaca que, a diferencia de los municipios antes descritos, 10 % del espacio agrícola existe el derecho de la tierra por rentar, aparecería o prestar (Cuadro 4 y 5). Aún la actividad agrícola es la principal fuente de ingresos en los hogares de Zempoala (71 %), seguido de pecuario (19 %) y de apoyos gubernamentales (11 %) (Sagarpa y FAO, 2014). La localidad de Tepayahualco quizás permiten explicar la funcionalidad de la producción tunera; el espacio agrícola en demasía se encuentra parcelado, seguido por parte mínima de uso común (Cuadro 6) (Mapa 2). Por la información primaria recabada, cerca de diez ejidatarios conforman la Sociedad Cooperativa de Tuna Tepeyahualco, veinte años trabajando como productores, hace tres empezaron a retomar la producción de tuna-alfajayucan y la tuna-roja; promedio de edad cercano a los sesenta años. La producción de tuna, la segunda fuente de ingresos por parte de los productores. Se caracterizan por experimentar el atraso de la producción de tuna máxime por el precio que puede alcanzar. En tiempo de temporada contratan entre diez y quince jornaleros, se cuenta con desespinadoras de grado industrial ubicadas al interior de algunos hogares; inversión de la política pública agraria y productores (Imagen 8).
La asistencia técnica y capacitación proviene de fuente privada, según comentaron. Registran los productores cierto manejo de la planta, la grana cochinilla principal plaga, aplicación de biopreparados artesanales combinados con fertilizantes químicos (nitrato, purea que encuentran en Tulancingo y/o Pachuca). No existen formas alternas de captación de agua. Durante las entrevistas, coinciden que la falta de recursos económicos y planeación, son las principales problemáticas. Casi el 70 % de la producción, 800 cajas aproximadamente, que llega a costear entre 40 y 70 pesos, se comercializan con intermediarios foráneos (Irapuato, Guanajuato por mencionar algunos), 20 % en mercados locales (Pachuca, Tulancingo y Zempoala), el porcentaje restante a pie de carretera. Existen esfuerzos limitados de transformación de valor agregado en la tuna.
En las constantes visitas al municipio, se reconoció el trabajo de los Productores de Nopal-Verdura de Acelotla (Mapa 1); el Núcleo Ejidal (NE) se encuentra en su mayoría parcelado, seguido por uso común y en pequeña proporción para asentamientos humanos (Cuadro 6). Cerca de dos años se impulsa la producción nopalera (variedad Copena 1) a partir del beneficio que recibieron del Programa Alto Impacto Productivo en Zonas Áridas y Semiáridas de México de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza). La primera etapa del proyecto consistió en la construcción de cinco macro-túneles y la línea de conducción de agua (tanque); segunda fase, construcción del Centro de Acopio y Procesadora (CAyP), 20 % recursos propios, la restante inversión por parte de la política pública agraria (Imagen 9); tercera etapa se enfoca en transformar el nopal-verdura en harina comestible.
El promedio de edad de los 33 integrantes ejidatarios de la cooperativa está en un rango de 35 a 45 años, para algunos la principal fuente de ingresos. La extensión de la frontera nopalera incluyendo el CAyP apenas equivale a tres hectáreas, en promedio se produce, según la evidencia de entrevistas, cerca de diez mil nopalitos al mes, llega a costar la caja de 70 a 100 pesos (grande, mediano y/o cambray). La asistencia técnica y capacitación proviene del mismo financiador del proyecto en combinación con privados. Las relaciones de confianza y de responsabilidad: tareas, podas, tratamiento, vigilancia, apoyo y colectividad, se distribuye de forma homogénea entre los diferentes miembros de la cooperativa, el que trabaja bien sus nopaleras recibe paga, ellos afirman. Existe presencia de biopreparados artesanales: lombri-composta, exiliado de lombriz y humus. La grana cochinilla, principal plaga de la planta. La estructura de trabajo de la Cooperativa de Productores de Nopal-Verdura de Acelotla, resalta por sus capacidades para “hacer sistema”.
Sin vinculación productiva con el par de casos antes señalados en Zempoala, en menor medida organizativa, sobresale la presencia del Centro de Acopio Tuna Zempoala (CATZ), ubicado a pie de la carretera estatal Pachuca-Tepeapulco, a menos de dos horas de la Ciudad de México y Estado de México, respectivamente (Mapa 1). La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en menor medida la Secretaria de Desarrollo Agropecuario Hidalgo (Sedagro-H), responsables directos de la construcción (componente excedente del petróleo) (Imagen 10). El promedio predio pertenece a un privado, que forma parte de la Sociedad de Producción Rural de Responsabilidad Limitada (SPRL); trabajan por contrato de aparcería; hasta la visita realizada, gestionan la legal posesión (Imagen 10). La SPRL agrupa a 32 mujeres y hombres avecinados de los municipios de Zempoala, Tlanalapa, Emiliano Zapata y Tepeapulco, suma 220 hectáreas de nopal-fruta. La capacidad instalada del CAT, es de aproximadamente 40 toneladas diarias en periodo de temporada, alfajayucan y rojo vigor. No se cuenta con alguna fuente de energía eléctrica, relativa presencia de tomas de agua potable, par de desespinadoras y trituradora manufacturada que apoya la poda de la planta; la mayoría de este último equipamiento se almacena en algunos predios personales de los miembros de la SPRI.
Finalmente, en el municipio de San Salvador cerca del 44 % de la extensión territorial es destinada a uso agrícola, total a cielo abierto. Se ocupan 138 hectáreas para la producción de nopal-fruta (Cuadro 4 y 5). Las actividades agrícolas y pecuarias, definen en conjunto el 94 % de los ingresos en los hogares del municipio; menor del 2 % por concepto de apoyos gubernamentales y remesas, respectivamente (Sagarpa y FAO, 2014).
Lagunilla, quizás es la principal comunidad representativa en la producción de nopal, cerca de veinte productores rotan ambos productos que ofrece el nopal (verdura y fruta), sobre un área desértica, hectárea por cada productor en promedio. Acorde a la evidencia obtenida, micro-túnel y/o macro-túnel minimiza las limitantes climáticas del territorio (agricultura protegida). Los insumos son provenientes de Ixmiquilpan, Actopan y Pachuca, mismos espacios donde se comercializa y distribuye los productores, según indican los productores (Mapa 1).
La Empacadora de Nopal-Verdura de Lagunilla, 500 metros aproximadamente, no cuantificaba ninguna actividad en su haber hasta el día de la visita, aunque la principal fortaleza que puede impulsar la comercialización y transformación de la cadena agroalimentaria (Imagen 11). Desde hace un año existe, con cierta continuidad espacial con la frontera agrícola nopalera, inclusive depredadora de la misma, impulso por parte de la política pública institucional en aumentar la producción de hortalizas en la región, vía agricultura de contrato, gracias a la perforación de cerca de ocho pozos para uso agrícola.
En suma, la producción de nopal-fruta se caracteriza por cierto dualismo de rendimiento y limitada organización vertical:
Actopan, San Salvador y El Arenal, plantaciones históricas de nopal-fruta, presencia de las principales estructuras organizativas que operan gracias a los lineamientos Sistema Producto Nopal-Fruta y Nopal-Verdura, en su haber agricultura protegida, mercados regionales definidos, capacidad tecnológica básica y de grado alimenticio. Parafraseando a Talbot (2011), se activará está proximidad geográfica si la organizacional existe primero;
En el otro extremo, San Agustín Tlaxiaca y Zempoala, a pesar de que registran el menor rendimiento en la producción de tuna alfajayucan, agricultura a cielo abierto, capacidades tecnológicas básicas, relativo manejo de la planta que minimiza la producción, existe de forma paralela nuevas, menor a dos años de trabajo, acciones colectivas (ejidales) que están incidiendo sobre la siembra, cosecha y poscosecha de la planta. Al respecto, asemejando los señalado por Lagendijk y Lorentzen (2007) y Torre (2009), existen destellos en el desarrollo de procesos colaborativos, redes formales y socio-afectivas, capacidad para hacer interactuar a sus miembros, creencias y saberes comunes, mecanismos y arreglos organizacionales que transfieren conocimiento
Conclusiones
A pesar de existir condiciones de proximidad geográfica, y que los productores pertenecen a ciertas organizaciones que les ha permitido beneficiarse de las bondades que se tienen al pertenecer a este tipo de estructuras, en comparación al espacio agrícola disponible, la capacidad organizativa de la cadena agroalimentaria es precaria, relativa funcionalidad a partir de ciertos destellos de beneficios-responsabilidades que asumen nuevas lógicas de productores inferiores al llamado constante promedio. Existe limitada relación con la capacidad tecnológica instalada, la mayoría fue concebida por parte de los tomadores de decisiones, desde una visión de mercado vinculada a lógicas externas, se relegaron las necesidades del productor promedio, el entorno productivo, los saberes tradicionales y, en menor medida, la organización vertical-horizontal. La política pública impulsó ciertos islotes de modernidad, equipados con las necesidades del mercado internacional, pero carentes, en su mayoría, de servicios básicos que demanda su funcionamiento. La producción y organización se dejó en segundo plano, asumiendo que, con el tiempo, ambas categorías podrían encontrar tendencia común. Hasta la realización del campo, faltaba, en su mayoría, análisis-dictamen de la viabilidad tecnológica de cada equipamiento señalado, tanto por cada organización como de los responsables de la política pública agraria.
En Hidalgo, se venden nopales como hace cincuenta años (temporal-ejidal a cielo abierto), a pie de carretera la acción mayor socorrida (precios mínimos), seguido en mercados regionales de la entidad y contados esfuerzos interestatales (Bajío y Centro de México). En consecuencia, limitada capitalización que restringe acumulación de capital, segunda fuente de ingresos en la mayoría de los hogares del productor (contados casos la primera), tendencia a la baja en la disponibilidad del espacio agrícola (inclusive procesos de pulverización social), por mencionar algunos. Quizás por la detectada presencia de prácticas orgánicas sobre la frontera nopalera, derivada de los saberes ancestrales y la política pública agraria (extensionismo), conjugada con la relativa organización vertical y horizontal que presentan algunas organizaciones productoras, puede ser el factor que incentive la nueva dinámica que impulse la cadena agroalimentaria. Esto como condición inicial para, a posteriori, procesos de generación de valor agregado, dada la limitada, precaria y, en casos, ausente capacidad tecnológica instalada. Así pues, por la evidencia en campo, los biopreparados artesanales permitirán disminuir el costo de producción de un nopal, minimizar el impacto de la escasez del agua y la limitada capacidad tecnológica instalada (generación de valor agregado), apegado a los actuales estándares de calidad versus segmentos de mercado, incentiva el desarrollo de proveedores, mantiene y/o mejora la fertilidad del suelo, por mencionar algunos. Los principios orgánicos pueden contribuir a un valioso marco para una producción nopalera sostenible en Hidalgo.20