El primer volumen del año 2021 de Anales de Antropología sale publicado en una época marcada por incertidumbres y esperanzas ante la situación ocasionada por la pandemia SARS-CoV-2. Confiamos en que las lecciones aprendidas en esta situación de resguardo nos permitan valorar y recuperar espacios presenciales y aquellos a distancia que, en un arduo y largo camino, hemos desarrollado en los últimos meses.
Este número está dividido en dos partes, la primera incluye un dossier sobre las lenguas indígenas y, la segunda, la sección miscelánea. La parte temática contiene nueve contribuciones con reflexiones significativas acerca de la importancia de documentar y divulgar las lenguas indoamericanas, un recurso cultural endeble, pero probablemente de los mas prolíficos de todas las aportaciones culturales en la historia de la humanidad. Igualmente, la sección miscelánea reúne nueve artículos con aportaciones de diversos campos disciplinarios de la antropología abarcando diferentes regiones del mundo. Este volumen concluye con tres notas. Consideramos que en conjunto se alcanza una riquísima variedad de temas, todos importantes para pensar la antropología contemporánea.
El dossier titulado “Hacia el decenio de las lenguas indígenas. Estudios descriptivos y aplicados sobre las lenguas indoamericanas” es una contribución inicial para alcanzar los objetivos del Decenio de las lenguas indígenas: 2022-2032, el cual busca fortalecer la libertad de expresión, la educación y a la participación en la vida pública de los hablantes de las lenguas indígenas del continente. Para este dossier tuvimos la fortuna de contar como editor invitado al dr. Fidel Hernández Mendoza. En él se abordan temas diversos como la sensibilización y llamada de atención sobre la grave pérdida de las lenguas indígenas, estrategias, alternativas y acciones que coadyuven a su conservación y revitalización. Igualmente se abordan temas de discriminación lingüística, respecto de lo cual se propone que, a través de las tics, en un futuro no lejano, las lenguas indígenas sean incluidas en los programas de reconocimiento de voz (Alexa, Siri, OK Google), así como en aplicaciones de interacción social como Whats app, que son espacios dominados por lenguas centrales como español, inglés y alemán. Estos procesos de revitalización a partir de las tics pueden aunarse a otras alternativas que pueden jugar un papel importante en su reactivación como, por ejemplo, la recolonización de los paisajes lingüísticos a través de nombrar calles y edificios públicos en lenguas indígenas. En la presentación del dossier el dr. Hernández aporta una visión concreta de la importancia de este número, y de las características de cada artículo.
Es importante hacer una aclaración respecto a cinco artículos de este número especial que no fueron editados en la tradicional doble columna que caracteriza la revista, sino que se utilizó una sola columna con el fin de tener una visualización óptima de los ejemplos lingüísticos presentados.
Relativo al número misceláneo, nos permitiremos hacer una breve mención a cada uno de los artículos, con el objetivo de animar al lector a realizar una comprensión profunda de cada texto que sea de su interés. En esta sección se exponen casos de estudio en donde se aborda identidad, turismo, casos complejos de conflictos sociales ocasionados por el capitalismo contemporáneo, así como artículos que presentan datos novedosos para la reconstrucción de la historia prehispánica, y de los periodos postclásico y holoceno temprano.
El primer artículo, titulado “Importancia del diálogo intercultural en el desarrollo turístico en comunidades indígenas totonacas”, escrito por Ma. Teresa Tonantzin Ortiz Rodríguez y María Antonieta Sandoval Quintero, desde una postura crítica sobre el manejo del impacto turístico como eje de desarrollo, resalta la importancia de su análisis en los pueblos originarios. Para las autoras, la imposición económica del turismo puede ser entendida como una medida emergente para mejorar las condiciones económicas de los pueblos originarios, sin embargo, en ese interés, se pierde la esencia de la cultura local y, tangencialmente, la experiencia del turista la demerita, en cuanto que se mercantiliza su autenticidad. Para superar esta paradoja, proponen colocar en el centro del debate el diálogo intercultural, en el que los pueblos originarios deberían tener un papel más protagónico sobre el aprovechamiento de sus recursos, entre lo que se cuentan atractivos turísticos y el patrimonio biocultural. En este artículo se presentan datos originales como estudio de caso para dar mayor peso a la propuesta, donde destacan la importancia del diálogo intercultural para el reconocimiento de la cosmovisión indígena, y cómo a partir de ésta se podrían implementar propuestas de atracción turística alternativa, en donde los intereses y aspiraciones tanto de empresarios como de autoridades se conjunten con la comunidad anfitriona. El artículo es una invitación a poner a prueba e institucionalizar experiencias previas en beneficio de un turismo éticamente responsable.
El segundo artículo, “Cosmologías nahua (maseual) y totonaca (tutunakú) de la Sierra Norte de Puebla (México). Primera parte: el tiempo de la creación”, realizado por Pierre Beaucage y Xanath Rojas Mora, propone una comparación minuciosa de las cosmologías de ambos pueblos. A partir de un análisis estructural, comparan trece relatos indígenas en la que observan una sucesión de similitudes que les llevan a proponer tres diferentes eras o mundos. En éstos, se observa la ceración del mundo, los héroes culturales, animales míticos y catástrofes, con el maíz como protagonista. De acuerdo con los autores, un aspecto importante deriva de que, pese a las diferencias, los sistemas simbólicos de los dos pueblos pueden considerarse variantes de uno mismo. Un acierto adicional indiscutible de este artículo es que se incluyen como anexo los diferentes relatos sobre los cuales se centró la discusión, para quienes están interesados en consultar detalles que se consideren importantes. Además de ser un artículo sugerente, los autores ofrecen una segunda parte que incluye la continuidad a los planteamientos entregados ahora, y que lo recibiremos con sumo interés.
Una tercera entrega nos traslada al cono sur americano con el artículo titulado “Territorios en conflicto: resistencia mapuche contra el fracking en Vaca Muerta”, escrito por Juan Antonio Acacio y Gabriela Wyczykier. Este artículo nos posiciona en torno a los conflictos derivados de la producción de hidrocarburos no tradicionales conocidos popularmente como fracking. Además de presentar un sucinto resumen sobre este procedimiento, que ha sido criticado por especialistas, ecologistas y activistas ambientales y ha sido suspendido en diversos países como sistema de extracción de recursos, aborda una problemática social relacionada con pueblos originarios a través de datos recopilados en trabajo de campo. El texto profundiza en entramados complejos de un caso de conflicto que muestra, a través de los diálogos e informaciones presentadas en un juicio, los argumentos a favor y en contra de la ocupación de territorios sagrados mapuche que, en su devenir histórico y legalmente, fueron asignados a otros propietarios no indígenas. Vaca muerta es una metáfora de una situación sórdida, donde se observan los reclamos, las confrontaciones y los juicios en la corte. El análisis aquí presentado tiene importancia para nuestra revista, interesada en las problemáticas relacionadas con los pueblos originarios, así como por las aportaciones de una visión social a partir de entrevistas, registro en campo e instancias de observación participante, que condensan un análisis sociológico cuantitativo que, sin duda, documenta la discusión de este delicado tema.
Por su parte, el artículo titulado “Santiguado con asta de venado: una aproximación al ritual del santiguador”, escrito por Jair Obed Rodríguez Bustamante, nos expone un estudio de caso en el Perú, acerca de un personaje poco explorado en la antropología: el santiguador, un especialista ritual. A través de este personaje, presente en las poblaciones tradicionales del departamento de Lambayeque, Perú, el autor parte de reseñar una serie de rituales donde ni el santiguador ni el asta aparecían como protagonistas. A través de una detallada revisión desde una perspectiva histórica, pasando por la etnohistoria, la antropología y la arqueología, el autor analiza la importancia del venado en la cultura y, por ende, le da sustento a un relato etnográfico de un santiguador con asta de venado. De forma relevante, nos invita a explorar la biografía particular del caso de estudio, en la que la dupla santiguador-asta de venado se convierte en la esencia del análisis. A través de entrevistas y de recopilación de datos de primera mano, nos demuestra que este tipo de expresiones son también el resultado de un proceso de sincretismo cultural, en donde el encuentro entre españoles e indígenas se combinó para darle sentido a prácticas disímbolas que, a la postre, se sacralizó en ambas culturas. La relevancia del artículo es entender la presencia y uso del asta de venado en el ritual del santiguador y, de esta manera, resalta la figura del santiguador y su posición al igual que otros especialistas rituales estudiados en otros contextos, como chamanes y parteras.
El siguiente artículo nos traslada territorial y conceptualmente hacia medio oriente, con el titulo “Introspección antropológica en las practicas y usos sociales, religiosos, identitarios y de colonialidad entre Egipto, Iraq y Siria”, por Samer Alnasir. Según el autor, en la cultura occidental ha prevalecido un estereotipo sobre el mundo árabe que aparece como culturalmente homogéneo. En este artículo se ofrecen datos para mostrar, por el contrario, la heterogeneidad de la cultura e identidades árabes. La riqueza de este estudio radica en que tales diferencias son analizadas desde la perspectiva antropológica. En el texto se analizan estereotipos urbanos, textos filológicos, protocolos sociales, así como ritos sociales, con el fin de dar relevancia a las diferencias identitarias en las que se encuentran inmersos los diversos grupos sociales, tomando estudio de caso en Egipto, Iraq y Siria. De forma interesante se expresa que hay ciertas formas, culturalmente íntimas que se mantuvieron resistentes a las interferencias ajenas, coloniales y religiosas y, precisamente a través de ellas, es que se delimitaron las fronteras culturales, como mecanismos de diferenciación respecto a los otros y afectando, por lo tanto, la formación de identidades muy diversas en el mundo árabe. Los datos invitan a la reflexión y a la relectura de textos populares para observarlos de forma distinta, alejándonos de prejuicios unificadores de patrones culturales.
Sigue un artículo de antropología física con profundas raíces en la arqueología y en la temática del poblamiento temprano en América, bajo el título “Nueva evidencia de un esqueleto humano del holoceno temprano procedente de Tláhuac”, escrito por Carlos Serrano, Rocío Hernández y Jorge Gómez. El objetivo del trabajo es dar a conocer un hallazgo de restos humanos del periodo precerámico, ocurrido de forma accidental al sur de la cuenca de México, en el poblado de Tláhuac. La genealogía misma del hallazgo es interesante, se puntualiza la forma azarosa de cómo llego a ser analizado después de casi 50 años que estuvo guardado en una caja de cartón. A esta circunstancia se suma un análisis osteológico de alto nivel científico, en el que se obtuvo información relevante de una persona joven de sexo femenino, denominada Mujer de Tláhuac. Sorprendentemente, y pese a las condiciones en las que estuvo resguardado, se logró establecer una datación radiocarbónica estimada en 8 330+40 BP, que por demás coloca al hallazgo junto a otros restos humanos considerados como paleoamericanos. Los restos humanos de la Mujer de Tláhuac presentan una peculiar morfología craneal, que hasta hace menos de una década no se había registrado para restos humanos de mas de 9 000 años. Una de las aportaciones más significativas del artículo es la sucinta discusión de datos para el análisis del poblamiento americano, aporta información nueva que, principalmente, apunta a la amplia variabilidad craneal morfológica en las poblaciones más antiguas de América.
Siguiendo con la antropología física, se presenta el artículo “Pasado, presente y futuro de la evaluación de la composición corporal en deportistas cubanos” de Wiliam Carvajal Veitia. En esta contribución se entrega el resultado de una revisión de la evolución de los estudios de composición corporal en el sistema médico deportivo cubano que es revisado desde una perspectiva histórica, sus diferentes momentos, la etapa precursora, los métodos tradicionales, las contribuciones cubanas y propuestas novedosas a nivel nacional e internacional. De acuerdo con el autor, el análisis y estudio de la composición corporal se basa en los parámetros de los elementos químicos, así como estructurales que componen el cuerpo humano desde el punto de vista químico, que puede ser evaluado a nivel atómico y molecular, y desde el punto de vista estructural pueden observarse los niveles celular, tisular y corporal. La importancia de este artículo es que describe la manera en que se han dado los grados sucesivos de aproximación a la realidad para la comprensión de la composición corporal, así como sus principales aportes, sus desafíos a través de las diferentes etapas de desarrollo, aspectos que en un marco comparativo mas amplio son datos sugerentes para las diversas disciplinas que en Iberoamérica se encargan del estudio de las ciencias del deporte.
También en el ámbito de la antropología física, se presenta el artículo “Perfil osteobiográfico de un entierro chichimeca: Mesa de Salsipuedes, San Luis Potosí, México”, a cargo de Mireya Montiel, Carlos Serrano y Andrés del Ángel. A través de la literatura publicada, se considera que la frontera septentrional mesoamericana fue un escenario de contacto entre pueblos cazadores recolectores y agricultores, que osciló en tiempo y espacio, en expansión y contracción, que de manera aproximada corresponde al periodo Clásico en el resto de Mesoamérica. Precisamente por ello se puede considerar esta frontera como una región ideal para comprender fenómenos acaecidos en épocas pretéritas en una mega área de interacción cultural. En este caso, se analiza un entierro humano de filiación chichimeca en la Mesa de Salsipuedes, en el Municipio de Tierra Nueva, San Luis Potosí. Además de permitir la elaboración del perfil osteobiográfico, aporta datos para la comprensión de los pueblos cazadores recolectores en la zona limítrofe mesoamericana. Con este artículo se pretende ampliar el conocimiento de los grupos cazadores recolectores y contribuir con elementos para comprender la problemática en torno a la gestación de la diversidad física de los antiguos habitantes del actual territorio mexicano, a través del análisis detallado de su cráneo.
El último artículo, con una perspectiva interdisciplinaria es “Procesos de formación de sitio, subsistencia y paisajes agrarios del período azteca a la luz de los macrorestos de plantas de Calixtlahuaca (Valle de Toluca)”, a cargo de Aleksander Borejsza, Diana Martínez, Emlily McClung y Michel Smith. En este caso se analiza un conjunto de macro restos carbonizados de plantas recuperados del sitio arqueológico de Calixtlahuaca, Valle de Toluca. A lo largo del artículo los autores proponen un esbozo de la subsistencia de los habitantes de este importante sitio y del paisaje de las laderas terraceadas en las que se distribuían sus viviendas y terrenos de cultivo. Sus resultados apuntan a resaltar el papel fundamental que los llamados seudo-cereales (incluidos la chía y una especie de quenopodio), posiblemente cultivados para su grano, tuvieron en la dieta prehispánica. Este artículo ofrece la posibilidad de conocer restos arqueo-botanicos aztecas, que han sido obtenidos sistemáticamente por excavaciones arqueológicas fuera del área central de Tenochtitlan y/o de la Cuenca de México. Con ello los autores consideran que se ayudará a comprender variantes regionales y entender los procesos de formación del registro arqueobotánico propio de sociedades complejas mesoamericanas desde una perspectiva más amplia y comparativa.
En nuestra última sección tenemos tres notas, la primera de ellas, un sentido y merecido homenaje al Dr. McEwan (1951-2020), titulado “Colin McEwan (1951-2020) y el México Antiguo”, a cargo de Leonardo López Luján. Este texto dimensiona la parte humana y social de uno de los más importantes arqueólogos quien dedicó vida y obra a las culturas americanas, entre ellas, mención significativa su trabajo relacionado con el México Antiguo. Asimismo, en el texto se presenta el lado lúdico y humano de una vida dedicada a la academia.
La segunda nota se trata de la “Escuela de Antropología e Historia del Norte de México. Una década desde el norte”, escrita por Daniel Calderón, en la que se relata la importancia de los cambios ocurridos hace una década, cuando la escuela incorporó a su oferta educativa las licenciaturas en arqueología, antropología física y lingüística. Se menciona que, como toda empresa de esta envergadura, ha tenido vicisitudes, cambios y transformaciones, a las que se ha respondido adecuadamente, con la perspectiva de que la escuela sea un centro formativo referente para especialistas en el Norte de México. Enhorabuena, deseamos que su trabajo siga formando especialistas en estas disicplinas.
Finalmente, en la nota “Criminología y Positivismo. Enlazamiento para la organización social”, escrita por Wael Sarwat Hikal Carreón, se mencionan las aportaciones del positivismo en la ordenación y comprensión de los actos sociales. A través de una revisión histórica, propone observar a la sociedad mexicana desde el prisma del positivismo para recategorizar la perspectiva criminalística que ha sido aplicada en el país.
Este número proporciona a quienes lean la revista temas amplios, pues incorpora en su oferta temas diversos, nacionales e internacionales, con el objetivo de contribuir a la riqueza de la antropología, tanto en su metodología como en sus perspectivas, conceptos y temas.
De esta forma, reiteramos el interés y compromiso en contribuir al estudio, documentación y revitalización de las lenguas indígenas, y consideramos que los artículos invitan a la reflexión, acción e investigación de temas relevantes para quienes nos dedicamos a las disciplinas de la antropología.
Al final, y no por ello menos importante, en esta editorial queremos hacer un especial reconocimiento a la Dra. Annick Daneels, quien fuera editora de Anales de Antropología por más de ocho años (2013-2021), asumiendo en dicho periodo su responsabilidad con profesionalismo, dedicación e interés genuino. Gracias a su trabajo la revista se consolidó, pues, además de haber sido incluida en diversos índices, mención aparte merece haberla ingresado al Sistema de Clasificación de Revistas Mexicanas en Ciencia y Tecnología del CONACyT. En este tenor, otra de las actividades muy demandantes, es la publicación periódica de dos volúmenes anuales, aspecto que realizó puntualmente y que, en conjunto, nos mantiene como una revista de interés, tanto para autores como para lectores. Este volumen fue planificado en su gestión y con nuestra llegada, le dimos continuidad y forma, lo que refleja el espíritu de colaboración para continuar con la labor editorial bajo las directrices del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la unam. Extendemos nuestro agradecimiento, personal e institucional, además de una felicitación por la edición de 17 volúmenes continuos, una proeza en la exigencia académica en la que generalmente nos encontramos. Por las razones expuestas, felicitamos a la Dra. Daneels, deseándole todo lo mejor en sus actividades personales y académicas.