Clasificación JEL: E24, E32, J63, J64.
INTRODUCCIÓN
Al anunciar a los ganadores del Premio Nobel de Economía 2010, la Real Academia de las Ciencias de Suecia destacó que los "modelos de los galardonados nos ayudan a entender las maneras en que el desempleo, las vacantes y los sueldos son afectados por la regulación y la política económica".
A pesar de la importancia del tema, lo que sabemos acerca de él es teórico o se basa mayormente en pruebas provenientes de datos tomados de economías avanzadas. Esto se debe a que no contamos con series de largo plazo de las tasas de vacantes en países en desarrollo. En efecto, para la mayoría de los países en desarrollo ni siquiera hay series de tiempo de tasas de vacantes a corto plazo disponibles. Como se analiza en la sección I, solo dos países de la América Latina (Chile1 y Perú 2 cuentan con series de tiempo de vacantes a corto plazo; éstas están construidas de manera similar a las nuestras -es decir, mediante anuncios de ofertas de empleo-. Este artículo pretende salvar parte de esa brecha al proponer una serie de vacantes mensuales que abarca 50 años para el caso de Colombia. Hasta donde sabemos, esta es la primera serie de vacantes de largo plazo que se haya preparado para el mundo en desarrollo.
¿Por qué son importantes las estadísticas de tasas de vacantes? Las vacantes resumen los planes de contratación de las empresas y constituyen indicios de las tendencias de la demanda de mano de obra a futuro. Como tal, son útiles para abordar una serie de preguntas pertinentes acerca de los mercados laborales y la actividad económica. Las vacantes también son útiles para estudiar el proceso de emparejamiento del mercado laboral, así como la naturaleza de los choques que inciden en él (Blanchard y Diamond, 1989). Son decisivos para entender mejor los movimientos de las curvas de Phillips, así como para obtener estimaciones más acertadas de las Nairu y una explicación más precisa de las fluctuaciones del desempleo (Blanchard y Diamond, 1989; Dickens, 2009 y Barnichon, 2009). También constituyen un insumo importante en la evaluación de la importancia de los cambios sectoriales en la composición demográfica de la fuerza laboral al momento de determinar las fluctuaciones y tendencias del mercado laboral (Abraham, 1987).
Las vacantes, presentadas como porcentaje del desempleo, también se han utilizado para evaluar la estrechez de los mercados laborales. Los conjuntos de datos de vacantes también han impulsado una mejor evaluación del papel de las instituciones del mercado laboral en la determinación de los resultados del mismo (Nickel et al, 2001). Por último, el gran número de artículos que amplían y aplican a los datos la familia de modelos de Mortensen, Pissarides y Diamond (MPD), galardonada con el Premio Nobel, necesitan series relacionadas con vacantes.
En el presente artículo proponemos una proxy mensual que abarca 56 años para la tasa de vacantes de Colombia para el periodo 1960-2010. Hacemos esto al contar los anuncios de "ofertas de empleo" (OE) publicados en el principal periódico del país, El Tiempo. En este sentido, nuestro índice se asemeja al índice OE de los Estados Unidos que se resume en Abraham (1987) y Zagorsky (1998), entre otros, mismo que se utiliza ampliamente en los círculos académicos y de políticas como sustituto de las tasas de vacantes.
Al emplear un índice de esta naturaleza como sustituto de las tasas de vacantes surgen algunas preguntas. Por ejemplo, ¿es suficiente un solo periódico para hacer las veces de sustituto de vacantes en todo el país o incluso dentro de una economía local? Con el tiempo, ¿podrían los cambios en la industria de los medios de comunicación sesgar el índice al disminuir o aumentar la probabilidad de que los periódicos se utilicen como un medio en el que se anuncian las vacantes? ¿Cómo se puede tomar en cuenta el hecho de que en fechas recientes los anuncios de OE han accesado a las plataformas en línea? ¿Qué efecto tienen los cambios en la importancia relativa de ciertos sectores de la economía al paso del tiempo, dado que los diferentes sectores exhiben distintas probabilidades de recurrir a anuncios de OE en prensa para llenar vacantes? Y así por el estilo. En el presente artículo, analizamos estos problemas y proponemos algunas correcciones a la serie de datos brutos en caso necesario, siempre y cuando la información pertinente y los datos estén disponibles para tal fin.
Dejamos para investigaciones futuras una interpretación más amplia de la serie resultante y de algunas de sus aplicaciones al análisis del mercado laboral de Colombia. En este artículo centramos nuestra atención en el proceso de elaboración del conjunto de datos y mostramos que arroja resultados congruentes. Por ejemplo, algunos episodios de crisis económicas bien conocidos -la llamada crisis de la deuda de principios del decenio de los ochenta y la crisis financiera de finales de los noventa- coinciden con acusadas disminuciones en la tasa de vacantes, mientras que ha sucedido lo opuesto durante periodos de auge económico, como por ejemplo, a mediados del decenio de los noventa.
El artículo está organizado como sigue: la sección I describe brevemente varios conjuntos de datos de vacantes disponibles en la América Latina y ciertos países industrializados. En la sección II explicamos cómo construimos el conjunto de datos de OE, mientras que la sección III describe y analiza las principales características de nuestra tasa de vacantes. En la sección IV se analiza problemas que podrían poner en tela de juicio la precisión y utilidad de la tasa de vacantes propuesta. A su vez, analizamos cada uno de ellos y proponemos correcciones para abordar algunas de estas inquietudes. En la sección V, mostramos brevemente la manera en que el conjunto de datos arroja pautas interesantes y coherentes. Al final se presenta las conclusiones.
I. Otros conjuntos de datos de vacantes
Los conjuntos de datos de vacantes están disponibles casi exclusivamente para las economías desarrolladas. Muchos de ellos se basan en series oficiales, mientras que otros -generalmente construidos para labores de investigación- se basan en sustitutos tales como los anuncios de OE. Los primeros conjuntos de datos son series relativamente recientes (por ejemplo, la serie para los Estados Unidos que se basa en la Encuesta de Ofertas de Trabajo y Rotación Laboral -JOLTS, por sus siglas en inglés-, tiene aproximadamente 10 años de antigüedad), mientras que los últimos pueden abarcar un periodo mucho mayor (por ejemplo, en los Estados Unidos, las series de OE se remontan al decenio de los veinte). Sin embargo, en los países en desarrollo las series de vacantes son escasas. En la mayoría de los casos, estos países carecen tanto de estadísticas de vacantes oficiales como de conjuntos de datos históricos elaborados para fines de investigación.3 A continuación analizamos brevemente algunos ejemplos de conjuntos de datos de vacantes disponibles para países desarrollados y en desarrollo.
1. Países desarrollados
Eurostat publica conjuntos de datos de vacantes para los países de la Eurozona. Los métodos empleados para recabar y consolidar la información son heterogéneos entre países. La mayoría de los países de la Europa Occidental continental recaban estas estadísticas mediante la información que ofrecen las oficinas de empleo públicas o privadas. La existencia de sistemas públicos de seguro de desempleo permite la centralización de dicha información. Otros países -por ejemplo, los Países Bajos- presentan datos de vacantes basados en encuestas de una muestra de empresas.
Otros países no europeos, como Singapur, Hong Kong y Australia, emplean métodos similares. En los Estados Unidos la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) utiliza un instrumento de reciente creación para medir la rotación laboral y las vacantes -la JOLTS-. La encuesta se aplica a una muestra de empresas de manera voluntaria. A pesar de estos esfuerzos sistemáticos, las estadísticas oficiales de la OCDE sólo presentan datos de vacantes y tasas de vacantes desde 2009.
2. Países en desarrollo
En las economías en desarrollo las estadísticas oficiales de vacantes son escasas. Particularmente en la América Latina, hasta donde sabemos, no hay un solo país que esté produciendo series oficiales de vacantes. No hay más que un par de series cortas no oficiales de anuncios de ofertas de trabajo compiladas por investigadores en Chile y Perú.
Belani et al (2002) proponen un conjunto de datos históricos de vacantes en Chile basado en anuncios de ofertas de trabajo en la prensa mediante una muestra representativa de los principales periódicos regionales. Si bien su serie no es tan larga como la nuestra (1986-2002), es bastante pormenorizada en el sentido de que toman en cuenta las vacantes en distintas industrias. Asimismo, en contraste con lo que la tradición estableció para las series de OE en los Estados Unidos, ellos cuentan el número de ofertas de trabajo dentro de cada anuncio. Cobb y Sánchez (2008) amplían la serie, pero consideran el número de anuncios en lugar del número de puestos disponibles por anuncio. Esta práctica es análoga al índice de OE basado en periódicos que se emplea en los Estados Unidos. Evita variaciones ocasionadas por el hecho de que algunos anuncios pudieran potencialmente contener cientos de puestos disponibles, mientras que la mayoría contiene sólo un puesto o simplemente no especifica el número real. De esta manera, Cobb y Sánchez producen un conjunto de datos históricos más suavizado para el periodo 1995-2007, que es más adecuado para un análisis econométrico.
Cosavalente (2010) presenta otro esfuerzo importante por construir series de vacantes en la América Latina, esta vez en el Perú. Su trabajo se basa en el mismo método empleado por Cobb y Sánchez en su artículo -es decir, consideran el número de anuncios y no el total de puestos disponibles dentro de los anuncios-. El artículo recaba información en una región específica del Perú mediante el único periódico de la ciudad capital de la región. Esto es similar a nuestra estrategia, aunque es posible que nuestra serie capte mejor el comportamiento del mercado laboral en todo el país, dado que reúne información para Bogotá, que es el mercado laboral más grande del país.
Si bien Colombia no tiene conjuntos de datos oficiales de vacantes, una ley promulgada recientemente para la promoción del "primer empleo"4 contiene un capítulo que prescribe la creación de un comité nacional encargado de recabar y publicar "información de la demanda de mano de obra". A la postre, esto debería llevar a la elaboración de un instrumento estadístico oficial nacional para recabar información acerca de vacantes. A la larga, nuestro conjunto de datos históricos podría fusionarse (como hizo Barnichon, 2010, con los datos de los Estados Unidos -véase los detalles líneas abajo-) con las futuras tasas de vacantes oficiales, lo que produciría una serie larga de vacantes históricas.
II. Cómo construimos nuestros datos
Como ya se señaló, construimos nuestra serie de vacantes mediante el conteo de anuncios de ofertas de trabajo publicados en la versión impresa del principal periódico nacional de Colombia, El Tiempo (en lo sucesivo, ET). Según la EGM de 2010.5 1.1 millones de personas leían la versión impresa de ET publicada diariamente. El segundo periódico más importante, El Espectador, tenía 310 387 lectores, es decir, casi una cuarta parte de los de ET. Esta proporción es muy similar a la que se informo a fines del decenio de los noventa, cuando comenzaron los sondeos de la Encuesta General de Medios.6
Sin lugar a dudas, recabar información de anuncios de OE es una tarea de enormes proporciones. Literalmente, implica contar anuncios mediante búsquedas en los archivos históricos de las versiones impresas del periódico. Esta tarea efectivamente va más allá de sólo hacer un conteo, ya que descubrimos que no todos los anuncios publicados en la sección de empleo correspondían a las vacantes reales. Por ende, tuvimos que echar un vistazo a cada uno de los anuncios para asegurarnos de que efectivamente correspondieran a anuncios de vacantes.
Dada la magnitud de una tarea así, particularmente en vista de que queríamos cubrir un periodo histórico largo y recabar datos mensualmente, decidimos contar los anuncios publicados en una sola edición al mes. En otras palabras, no contamos los anuncios diariamente, como hizo The Conference Board durante muchos años para la construcción del índice de OE en los Estados Unidos. Surgieron dos preguntas: ¿qué edición de la semana? y ¿qué semana del mes debería usarse para contar los anuncios? Para decidir esto primero revisamos todas las ediciones dentro de una semana específica en distintos decenios, para ver si había alguna pauta particular en términos de qué día de la semana era el preferido para la publicación de anuncios de OE. Nuestros registros sugieren de manera congruente que los viernes parecen ser el día de la semana en que se publican más anuncios.
Por consiguiente, decidimos contar los anuncios de OE publicados el tercer viernes de cada mes. Optamos por el tercer viernes porque minimizaba las probabilidades de que coincidiera con los días feriados oficiales regulares (por ejemplo, Navidad, Año Nuevo, Día de la Raza -12 de octubre-, Día de la Inmaculada Concepción -8 de diciembre-, etc.) En los casos en que en algún año dado el tercer viernes coincidiera con un día feriado (por ejemplo, en algunos años, podría coincidir con el Viernes Santo, que es un día festivo nacional en Colombia), registramos los anuncios publicados el viernes anterior.
Mientras que las vacantes publicadas cubren una amplia gama de trabajos, propiamente correspondían a ocupaciones como chofer, carpintero, albañil, repartidor, vendedor, panadero, operario, electricista y plomero, entre otras. Sin embargo, cabe destacar que únicamente contamos las vacantes totales, sin clasificarlos por tipo de ocupación. Esta importante tarea queda pendiente para investigaciones futuras.
En algunos casos identificamos anuncios que incluían varios empleos. En tales casos contamos el anuncio como si correspondiera únicamente a una vacante, según el razonamiento detallado líneas arriba respecto a los conjuntos de datos chilenos y estadunidenses relacionados.
Si bien ET es el principal periódico nacional, tiene su sede en Bogotá y tradicionalmente la capital ha sido su principal mercado. Verificamos que, a lo largo de los años, las vacantes anunciadas en ET correspondían principalmente -de hecho, casi exclusivamente- a empleos disponibles en Bogotá. Por consiguiente, interpretamos la serie como una proxy de las vacantes disponibles en Bogotá. No obstante, en tanto en cuanto Bogotá es con mucho la ciudad más grande del país -el censo de 2005 muestra que 16% de la población se concentra en Bogotá- y es su principal centro económico -actualmente más de 25% del PIB de Colombia se genera en dicha ciudad-, nuestra serie podría considerarse un modo de aproximarse a los movimientos en las vacantes a nivel nacional. Los trabajos futuros deberían ampliar la serie para captar las vacantes publicadas en algunos de los periódicos regionales a fin de obtener una medida nacional más acertada de las vacantes.
III. La serie de ofertas de empleo y la tasa de vacantes
1. Serie de OE
Siguiendo las estrategias detalladas líneas arriba, contamos -con una frecuencia mensual- los anuncios de vacantes publicados durante el periodo 1960-2010. Los datos brutos se muestran en el Cuadro 1 y se ilustran en la Gráfica 1.
En la parte superior de la Gráfica 1 se evidencia una pauta estacional en la serie. Para verificar esta impresión primero presentamos el promedio mensual de anuncios publicados en la Gráfica 2. Al parecer, el mayor número de anuncios se publica en enero y el menor, en diciembre. Posteriormente, corremos una regresión simple por mínimos cuadrados ordinarios (MCO) de las vacantes empleando una constante, una tendencia en el tiempo y variables ficticias (dummies) mensuales (sin considerar la de abril). Los resultados se registran en el Cuadro 2 y muestran que enero y diciembre son estadísticamente significativos -es decir, son distintos de abril-. Específicamente, después de considerar la tendencia en el tiempo y la constante, respecto a abril, enero presenta 171 anuncios y diciembre, -233.
a Errores estándar entre paréntesis.
***, **, *: significativos al nivel de 1, 5 y 10%, respectivamente.
Estos resultados muestran que efectivamente hay pautas estacionales, algo que los investigadores que emplean este conjunto de datos deben tomar en cuenta. Sin embargo, en el presente artículo no propondremos series de OE ajustadas estacionalmente. El motivo es que, en general, el DANE (la dependencia que se ocupa de las estadísticas en Colombia) no presenta de manera oficial series ajustadas estacionalmente. En este sentido, las series no ajustadas podrían ser más útiles para los investigadores que estén trabajando con datos colombianos, y más útiles para entender ciertas pautas del mercado laboral colombiano.
En efecto, la estacionalidad sugiere que la serie de vacantes podría ser uno de los principales indicadores de la tasa de desempleo. Tradicionalmente, enero ha sido un mes en el que se tiene cifras de desempleo altas (por ejemplo 12.5% en 2012, no ajustado estacionalmente), mientras que diciembre ha presentado cifras bajas (9.8% en 2011). Una interpretación simplista sería que la escasez de vacantes en diciembre es un indicador principal de la presencia de cifras de desempleo altas en enero. El análisis formal de si las vacantes son o no un indicador principal de los resultados del mercado laboral escapa al objetivo del presente artículo, pero sería una tarea interesante para investigaciones futuras basadas en este conjunto de datos.
2. La tasa de vacantes
Un conjunto de datos de vacantes basado únicamente en el número de anuncios de vacantes publicadas es un indicador engañoso del mercado laboral, particularmente a lo largo de periodos prolongados, ya que no consideran el crecimiento de la población ni el de la fuerza laboral. Esto es incluso más importante para un país en desarrollo como Colombia, cuyas tasas de crecimiento poblacional durante el decenio de los setenta fueron superiores a 3% anual.
En el caso de los Estados Unidos, Abraham (1987) y Medoff (1983) elaboraron tasas de vacantes al dividir el índice de OE por cifras de empleo. No obstante, Zagorsky (1998) sugiere que es preferible utilizar la fuerza laboral que las cifras de empleo, puesto que "es la serie de datos del mercado laboral más suavizada y la menos susceptible a los cambios en el ciclo comercial a lo largo del tiempo". Según esta última práctica, construimos tasas de vacantes al dividir los anuncios de OE según la fuerza laboral en Bogotá. En el apéndice proporcionamos los detalles de la serie de la fuerza laboral para Bogotá que se utilizó para calcular el índice. Una salvedad importante es que las estadísticas confiables de la fuerza laboral para Bogotá solamente están disponibles a partir de 1976. Registramos los resultados en el Cuadro 3. También se ilustran en la Gráfica 3.
La escala de la tasa de vacantes requiere un cierto análisis. Dado que el numerador del índice (las vacantes) no se basa en una encuesta representativa, la escala de la tasa de vacantes carece de sentido. El mismo problema es cierto para todos los índices basados en anuncios de OE. Por ejemplo, Zagorsky (1998) construyó una serie de largo plazo (1923-1994) de vacantes para los Estados Unidos basada en anuncios de OE. Escaló la tasa de vacantes de OE para que coincidiera con las tasas de vacantes obtenidas mediante una encuesta que se sobrepone un par de años con la serie de OE. Desafortunadamente, en Colombia, no existen series de vacantes basadas en encuestas. Por consiguiente, sólo multiplicamos nuestras series por 100 y presentamos los resultados en términos porcentuales. Sin embargo, cabe destacar que la escala de las series carece de sentido.7
Al parecer, estas tasas brutas de vacantes coinciden con algunos hechos generales de los ciclos económicos relacionados con la economía colombiana. Por ejemplo, las contracciones de: i) la crisis de la deuda a principios del decenio de los ochenta; ii) la crisis financiera de fines del decenio de los noventa, y iii) la desaceleración de 2009, que coincidió con la Gran Recesión de los Estados Unidos son periodos en los que se presenta una disminución en el número de anuncios de vacantes. Se observan aumentos en el número de anuncios de vacantes, por ejemplo: i) durante los últimos años del decenio de los noventa, un periodo al que se le ha denominado el auge del café; ii) a mediados de ese decenio, cuando se observó una expansión acelerada antes de la recesión de 1999, y iii) entre 2007 y 2008, un periodo de crecimiento acelerado en la mayoría de los países de la América Latina, Colombia incluida. En la sección V volvemos a la descripción de las tendencias generales identificadas en las tasas de vacantes, después de analizar algunas cuestiones en torno de esta serie de datos brutos y de proponer algunas correcciones a las mismas.
IV. Problemas y algunas soluciones
1. Enfoque en un solo periódico
El primer punto que abordamos concierne a la pertinencia de enfocarnos en un solo periódico. Para ello, primero es necesario presentar un breve panorama de la industria de la prensa en Colombia. Colombia tiene dos periódicos nacionales principales y varios periódicos regionales. Los dos periódicos nacionales más grandes son ET y El Espectador. Son los principales actores de la industria de la prensa nacional, así como de la de Bogotá. Como se dijo líneas arriba, los datos recientes muestran que la versión impresa de ET tiene algo más de 1.1 millones de lectores; El Espectador tiene alrededor de 310 mil (EGM, 2010).
Con el paso del tiempo, la gran mayoría de los anuncios de OE se han concentrado en ET. El Cuadro 4 registra el número de anuncios de OE publicados en ambos periódicos en fechas seleccionadas. Aproximadamente el 90% de estos se concentran en ET. Esta cifra no toma en cuenta la posibilidad de que algunos anuncios se hayan publicado en los dos periódicos. Cuando existe un periódico principal, este actúa como un punto focal que atrae tanto a las empresas como a las personas que buscan empleo, con lo que se refuerza el efecto de concentración. Esto podría explicar por qué la proporción de anuncios de OE está más concentrada que la proporción de lectores.
Dado que el mercado de anuncios de OE es muy concentrado, todo parece indicar que enfocarnos en los datos de ET es lo más conveniente, ya que estos sirven como un sustituto suficientemente preciso de los anuncios en general y, por ende, de las vacantes en Bogotá. Por último, cabe destacar que la práctica de incluir únicamente al principal medio de publicación de anuncios de OE en prensa en la ciudad también fue adoptada por el índice de OE en la prensa de los Estados Unidos.
2. Cambios en la industria de la prensa
Abraham (1987) propone algunas correcciones a las tasas de vacantes de los Estados Unidos basadas en los anuncios de OE. Entre otras cosas, hace una corrección para tomar en cuenta el hecho de que, con el paso del tiempo, la industria de la prensa se consolidó en un número más reducido de periódicos por ciudad. Es posible que esta tendencia haya aumentado el número de anuncios de OE publicados en los periódicos principales de la ciudad. Al considerar las variaciones entre ciudades (cosa que no es posible en el caso de Colombia con los datos que hay disponibles en este momento) para estimar el ajuste que se requiere, Abraham descubre que en el decenio de los sesenta, la disminución de la competencia entre periódicos explica casi la mitad de la desviación de la relación entre las OE y el desempleo, pero que después de 1970 el papel de la consolidación de la industria tiene una relevancia mucho menor.
En el caso de Colombia, específicamente en lo referente a Bogotá, el principal cambio en la industria durante el periodo de estudio se dio entre 2001 y 2008, cuando El Espectador dejó de publicar su versión impresa entre semana. Se podría anticipar que esto hubiera llevado a un aumento en el número de anuncios de OE publicados en ET a partir de 2001. No obstante, creemos que el efecto, si es que existe alguno, es cuantitativamente reducido. Por una parte, como se observa en el Cuadro 4, incluso antes del periodo en análisis, El Espectador contenía sólo una pequeña fracción de los anuncios publicados. En 1965, publicó sólo 4% de los anuncios de este tipo; en 2000, esta proporción fue de apenas 2%. Asimismo, es posible que una porción de los anuncios publicados en El Espectador se hayan publicado simultáneamente en ET, con lo que la proporción de este último resulta incluso menos relevante para nuestros propósitos; en cuanto a esa porción, el hecho de que se haya dejado de publicar la versión impresa de El Espectador entre semana no llevaría a un aumento en el número de anuncios de OE publicados en ET. Por último, el efecto de este cambio en la industria palidece a comparación de la revolución simultánea que provocó la llegada de la World Wide Web, sobre todo dada la importancia cada vez mayor a comienzos del siglo XXI de las plataformas que existen en línea para anunciar ofertas de empleo.
3. Anuncios de ofertas de empleo en línea
Otra cuestión importante respecto al índice de vacantes basado en los anuncios de OE en la prensa ha sido el papel cada vez mayor que desempeñan los portales de anuncios de OE en línea y el papel cada vez menor de los periódicos impresos. Como en otros lugares, estas tendencias están presentes en Colombia. Una encuesta realizada entre los editores de prensa más importantes del país muestra que el número de lectores de los principales periódicos impresos cayó 22% entre 1998 y 2008 (Zuleta et al, 2009), mientras que el número de hogares conectados a internet se multiplicó 12.5 veces entre diciembre de 2000 y diciembre de 2008, según datos oficiales.8
Barnichon (2010) analiza y aborda la cuestión del papel decreciente (creciente) de los anuncios de OE en prensa (en línea) en los Estados Unidos y su efecto en las series de vacantes, como las que se emplean en nuestro estudio. Durante un periodo prolongado, en los Estados Unidos se usaron datos de anuncios de OE publicados en la prensa como sustituto de las vacantes. Más recientemente, los datos de ofertas de empleo publicadas en prensa se remplazaron con un índice de ofertas de empleo en línea. Además, como se señaló líneas arriba, hace algunos años, en los Estados Unidos se empezaron a producir estadísticas basadas en encuestas de vacantes, según en la encuesta JOLTS. Barnichon (2010) propone una serie integrada de conjuntos de datos sobre las ofertas de empleo en prensa y en línea. Combina los distintos tipos de fuentes para el caso estadunidense (OE en prensa, OE en línea, la encuesta JOLTS y la evolución de los usuarios de internet) para estimar la proporción de anuncios de OE en la prensa a lo largo del tiempo y propone un índice global de anuncios de OE que toma en cuenta el papel decreciente (creciente) de los anuncios de OE en la prensa (en línea).
Comienza por ajustar las series en 1995, año en que se introdujo la World Wide Web. En la Gráfica 4, con base en Barnichon (2012), reproducimos sus estimaciones de la relevancia decreciente de la proporción de anuncios de ofertas de empleo en la prensa que se emplea en el ajuste de sus series.9 Dado que la adopción del internet en Colombia empezó relativamente tarde a comparación de los Estados Unidos, nuestro ajuste empieza en 2001 y no en 1995, como se hizo en Barnichon (2010). En los próximos párrafos justificamos la selección de 2001 como el primer año del ajuste. Primero, cabe señalar que la reducción de la proporción de anuncios de OE publicados en la prensa es lenta en un principio, luego se acelera y, al final, disminuye, siguiendo la pauta de la difusión de la internet a lo largo del tiempo.
Si bien lo ideal sería utilizar la estrategia de Barnichon para estimar la proporción de los anuncios de OE publicados en la prensa colombiana y ajustar nuestras series en consecuencia, lamentablemente no disponemos de la información necesaria para poder hacerlo. En particular, nos faltan datos de los anuncios en línea y tampoco tenemos información sobre vacantes basada en encuestas. Por consiguiente, necesitamos ajustar nuestras series con base en medios menos satisfactorios.
Al momento de decidir cómo ajustar la serie, primero debemos tener en cuenta que en el caso de Colombia el punto de ajuste ocurre más tarde que en el caso de los Estados Unidos. En primer lugar, en Colombia las plataformas para publicar anuncios de OE en línea sólo aparecieron a principios del siglo XXI. Ciertamente, el principal portal de anuncios de OE en línea -www.elempleo.com, que de hecho es un sitio web creado por ET- empezó a funcionar en 2000, cuando simplemente publicó en su página web las versiones impresas de los anuncios de OE que se habían publicado en el periódico. Aparte de www.elempleo.com, en un principio no había prácticamente ninguna competencia en línea digna de mención para los anuncios de OE en la prensa. Aunque www.elempleo.com no hace ningún seguimiento de los anuncios a lo largo del tiempo, después de algunas conversaciones con su personal concluimos que la página web apenas comenzó a ganar fuerza después de 2001, lo que sugiere que la serie no requieren ningún ajuste antes de ese año.
En segundo lugar, el porcentaje de usuarios de internet en Colombia ha sido menor que en los Estados Unidos, lo que apunta a que la reducción en la proporción de anuncios de OE publicados en la prensa en Colombia tiene un rezago respecto a los Estados Unidos. Por ejemplo, como lo demuestra la Gráfica 5, para 2010, la proporción de usuarios de internet en Colombia apenas había alcanzado los niveles de usuarios de internet que había en los Estados Unidos a principios del siglo XXI.
Dada la falta de datos que se necesitan para generar la proporción de anuncios de oferta de empleo publicados en la prensa colombiana, utilizamos las estimaciones correspondientes de Barnichon, pero con un rezago de seis años -es decir, empezamos con 2001, año en que los anuncios de OE en línea empezaron a competir con los anuncios de OE publicados en la prensa colombiana (en la sección V ofrecemos más pruebas de la robustez respecto a la idoneidad de 2001 como el año óptimo para iniciar el ajuste de la serie)-. En el Cuadro 5 presentamos el número ajustado de anuncios de OE; en el Cuadro 6 registramos las tasas de vacantes (TV) ajustadas. Los resultados se trazan en la Gráfica 6.
La tasa de vacantes ajustada parece estar más en sintonía con el ciclo comercial durante el pasado decenio. Por ejemplo, para 2007-2008, periodo en el cual se produjo una gran expansión económica, las tasas de vacantes ajustadas también son altas (no sólo van en aumento), cosa que no sucedió con las tasas de vacantes no ajustadas.
4. Disparidades entre los sectores
En su análisis de la utilidad del índice de OE en la prensa en los Estados Unidos, Abraham (1987) sugiere otra posible fuente de sesgo. Señala que, con el paso del tiempo, algunos sectores de la economía se contraen mientras que otros se expanden en términos relativos. Si algunos sectores son más (o menos) propensos a publicar anuncios de OE, entonces los cambios económicos de este estilo han de tener un efecto en el índice de OE. Las estimaciones de Abraham muestran que, al parecer, estos cambios constituyen una fuente cuantitativamente insignificante de sesgo en los índices estadunidenses de OE. En el caso de Colombia no estimamos si esos cambios tienen un efecto en el índice de OE.
5. El costo de los anuncios
Es posible que el costo de publicar anuncios cambie al paso del tiempo y, por ende, que esto afecte el número de anuncios que se publican en ET. Es probable que existan al menos dos fuentes de variación de los precios de los anuncios. Por una parte, es factible que, con el paso del tiempo, el precio relativo de los anuncios haya cambiado. Por otra parte, es posible que ET haya ofrecido descuentos temporales en el precio de publicación de los anuncios. Esto podría generar un aumento espurio en el número de anuncios de OE que se registraron en fechas seleccionadas en nuestra serie. Desafortunadamente, no tenemos información de los precios de los anuncios a lo largo del tiempo. Por consiguiente, sólo ponemos de manifiesto el problema pero no podemos ofrecer ninguna solución ni ninguna evaluación de si realmente estos cambios de precios efectivamente están presentes en los datos.
6. Comparación con otras series
Realizamos una última revisión respecto a nuestra serie al compararla con la de una encuesta de Fedesarrollo, uno de los principales grupos de expertos en economía de Colombia. En particular, desde 1981 Fedesarrollo ha venido realizando una encuesta trimestral de empresas en las ciudades más importantes de Colombia. Una de las preguntas que hace la encuesta es la siguiente: "Independientemente de las fluctuaciones estacionales normales, ¿prevé usted que en los próximos tres meses el número de empleados en la línea de producción aumente, disminuya o permanezca constante?" Esta pregunta ofrece algunas indicaciones de las expectativas de las empresas en cuanto a los posibles cambios en el futuro cercano en el número de vacantes para puestos de trabajo en el proceso productivo. Si suponemos que esta interpretación de lo que capta la pregunta es correcta, la serie de Fedesarrollo contiene menos información que nuestras series de vacantes en el sentido de que es más bien un sustituto del crecimiento en la tendencia en las vacantes, que una serie de vacantes en sí.
En la Gráfica 7 trazamos el balance de la pregunta de Fedesarrollo, es decir, la diferencia entre el porcentaje de los que contestaron "aumento" menos el porcentaje de los que contestaron "disminución". A esta variable le llamamos Expectativas de Empleo. En la gráfica también trazamos el crecimiento porcentual trimestral de una versión tendencial de nuestra tasa de vacantes. La tendencia es un simple promedio móvil de cuatro trimestres de la tasa de vacantes ajustada. Es evidente que, a lo largo de periodos prolongados, las dos series siguen el mismo camino. La correlación entre las dos es de 0.67.
El ejercicio anterior no pretende ser concluyente en cuanto a la capacidad predictiva de nuestra serie; sin embargo, muestra una pauta interesante en el sentido de que corresponde a las expectativas de las empresas respecto a los cambios en la demanda de mano de obra de las mismas. Si bien un análisis extenso del movimiento combinado de las series va más allá de los objetivos del presente artículo, las disparidades entre las dos series, que se muestran en la Gráfica 7, hacen necesario un análisis de la evolución de las expectativas de las empresas y los choques que experimentaron las mismas, así como su efecto en el mercado laboral.
V. Algunas aplicaciones preliminares
1. La curva de Beveridge
Una aplicación obvia del conjunto de datos propuesto lleva a un análisis del locus desempleo-vacante, la llamada curva de Beveridge. Como se dijo líneas arriba, en este artículo no pretendemos hacer un análisis profundo y pormenorizado de la evolución de la curva de Beveridge. Simplemente ilustramos la relación para confirmar si la curva tiene la forma esperada según la teoría (por ejemplo, Blanchard y Diamond, 1989). En la Gráfica 8 ilustramos la relación con base en la tasa de vacantes ajustada. Efectivamente, la gráfica tiene la forma esperada. A mediados del decenio de los ochenta se hace patente una gran desviación hacia afuera. Las investigaciones futuras deberán hacer un análisis más a fondo de la relación, sus cambios en el tiempo y las posibles explicaciones de dicho suceso.
2. Pronóstico de la tasa de desempleo
Para complementar la gráfica estimamos una ecuación de Beveridge mediante la regresión del logaritmo de la tasa de desempleo en el logaritmo de la tasa de vacantes y una constante (o variables ficticias para cada trimestre cuando utilizamos los datos con una frecuencia trimestral). En la Gráfica 9, ilustramos la evolución de la tasa de desempleo a lo largo del tiempo junto con el valor previsto según las estimaciones de las regresiones antes mencionadas. Considerando la parsimonia de los modelos y la falta de refinación econométrica, las vacantes resultan ser un muy buen indicador de la tasa de desempleo, sobre todo después de los últimos años del decenio de los ochenta; desde luego, el hecho de que el modelo no haya resultado tan útil en la primera parte de la muestra se debe a la aparente desviación de la curva de Beveridge que se produjo a fines del decenio de los ochenta.
3. Uso de la curva de Beveridge para ajustar por los anuncios de OE en línea
La aplicación anterior de los datos de vacantes sugiere otra manera, de seleccionar el año en que se debe comenzar el ajuste de la serie basada en el aumento de las plataformas de internet para publicar anuncios de vacantes. En particular, corremos un algoritmo que decide la fecha de inicio de la estrategia de ajuste de Barnichon de modo que, para 2010, la brecha entre la tasa de desempleo predicho y la real se minimice. Desde luego, esta estrategia supone que la brecha entre el desempleo real y su valor previsto en la Gráfica 9 es un error de medición (debido a la reducción en la proporción de anuncios de ofertas de empleo que se publican en la prensa) y no una desviación de la curva de Beveridge. El algoritmo identifica justo ese año como la mejor fecha para iniciar el ajuste, lo que apoya nuestra decisión de seleccionar 2001 como año de inicio del ajuste de la serie. En el apéndice se presentan más pormenores del algoritmo.
CONCLUSIONES
Aunque los avances teóricos en la economía laboral durante los decenios recientes hacen necesaria la cuantificación empírica de las vacantes, este tipo de información aún es escasa en los países en desarrollo. En el caso de la América Latina, no existen datos oficiales de vacantes y sólo se han hecho unos cuantos intentos por construir series históricas de vacantes. Principalmente con base en la experiencia del índice de OE de The Conference Board que ha constituido el principal sustituto de ofertas de empleo en los Estados Unidos durante los decenios recientes, en este estudio construimos la primera serie de vacantes para Colombia.
El alcance de nuestra serie se limita a Bogotá y carece de ciertos atributos deseables, tales como una diferenciación sectorial. No obstante, la evolución de la tasa de vacantes proveniente de los datos brutos muestra propiedades interesantes que hacen eco de los episodios históricamente pertinentes del ciclo comercial de Colombia durante el pasado medio siglo. Además, esta serie de 50 años de vacantes da origen a una miríada de preguntas para futuras investigaciones. Esperamos que las investigaciones futuras -las nuestras y, con suerte, las de otros autores- retomen algunas de las cuestiones más relevantes que surgen de un análisis más detenido del conjunto de datos.
Además de proporcionar un conjunto de datos útiles para las investigaciones futuras de algunos aspectos inexplorados del mercado de trabajo en Colombia, también esperamos que otros investigadores y encargados de formular políticas puedan mejorar la tasa de vacantes que proponemos aquí. Se nos ocurren varias posibles vías. Las series podrían ampliarse para incluir a otras ciudades del país, lo que ofrecería un mejor sustituto de la tasa de vacantes nacional e histórica. Otra extensión podría consistir en dividir los anuncios de acuerdo con la actividad económica o la calificación laboral que se requiere. Las investigaciones futuras también podrían ofrecer mejores maneras de ajuste para tomar en cuenta cuestiones como el papel decreciente de los anuncios de OE en la prensa o los cambios en la industria de los medios de comunicación, entre otros.