En el artículo “La tomografía de tórax para tamizaje de COVID-19 en cirugía electiva de cáncer de cabeza y cuello. ¿Es suficiente?”,1 se concluye que la tomografía axial computarizada (TAC) no es útil para el tamizaje preoperatorio de COVID-19 en pacientes con cáncer de cabeza y cuello, debido al alto índice de resultados falsos-positivos. Sin embargo, en la revisión de Shao et al. se obtuvo que la sensibilidad de la TAC para detectar pacientes sintomáticos por COVID-19 osciló entre 57 y 100 % y en pacientes asintomáticos, entre 46 y 100 %; por el contrario, la reacción en cadena de la polimerasa de transcriptasa reversa (RT-PCR) solo mostró una sensibilidad de 39 a 89 %. La TAC reveló mayor capacidad de detección, incluso en pacientes asintomáticos.2
De igual modo, Ai T et al.3 evaluaron el rendimiento de la TAC para el diagnóstico de COVID-19; concluyeron que la RT-PCR tuvo una sensibilidad limitada, mientras que la TAC presentó una sensibilidad de 97 % e, incluso, reveló anomalías pulmonares compatibles con COVID-19 en pacientes con resultados negativos iniciales de RT-PCR, lo que indica que la TAC puede ser de utilidad en la detección temprana de casos sospechosos.
Además, en el panel multidisciplinario de más de 25 expertos en el manejo de pacientes con COVID-19 se llegó al consenso de que el uso de la TAC está recomendado en pacientes sospechosos de COVID-19 moderada o grave ante la limitación de recursos críticos (escenario 3), ya que contribuye al rápido manejo del paciente.4
Por consiguiente, conforme a los hallazgos de los autores anteriores, el uso de la TAC podría ser útil como prueba de tamizaje preoperatorio para descartar COVID-19, ya que tiene una alta sensibilidad para el diagnóstico.