Introducción
El mundo ha cambiado en las últimas décadas, y lo que antes era inusual ahora se ha convertido en un estilo de vida. En este sentido, de forma secundaria y consecuente, la modernidad trajo consigo la modificación de la dieta y del tiempo de exposición frente al televisor o equipos de cómputo, factores que hoy en día son considerados como de alta relevancia para el desarrollo de obesidad y diabetes tipo 2 (DT2). La obesidad es una enfermedad caracterizada por un estado de inflamación crónica del tejido adiposo, generalmente a causa de un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético que conduce a una desregulación metabólica. La DT2 es una enfermedad crónica degenerativa caracterizada por un estado de hiperglucemia e inflamación sostenida, secundaria a una resistencia y secreción inadecuada de insulina. En los últimos 30 años, la prevalencia global de DT2 ha aumentado de forma alarmante. En el año 2000 se reportaron 171 millones de casos en todo el mundo, con estimaciones de 366 millones para 2030 y de hasta 642 millones para 2040. Hace 70 años, en nuestro país, la esperanza de vida era de 50.7 años, y en el año 2000 aumentó a 74 años. Sin embargo, la prevalencia de DT2 aumentó al 14.4% en los adultos mayores de 20 años. La obesidad y la DT2 se asocian estrechamente con el sedentarismo y las dietas hipercalóricas.
Hoy en día, el costo de la canasta básica en México ha aumentado dramáticamente por efecto de la inflación. Así, en diferentes regiones del país la población se ve obligada a adquirir mayor cantidad de productos industrializados, por su accesibilidad y disponibilidad. A manera de referencia, podemos mencionar que en las regiones Norte y Sur del país impera un alto consumo de alimentos procesados y de bebidas azucaradas, respectivamente, siendo este tipo de productos los que más se relacionan con el desarrollo de enfermedades metabólicas.
A pesar de los grandes esfuerzos de las diferentes instituciones públicas y privadas del sector salud y educativo con la implementación de programas y estrategias para combatir las enfermedades metabólicas en México, aún persisten el alto consumo de alimentos hipercalóricos y el sedentarismo, adicionado un consumo excesivo de alcohol. Por todo lo anterior, en los últimos años las recomendaciones científicas encaminadas a la prevención de las enfermedades metabólicas impulsan el desarrollo de estrategias enfocadas en la integración de los cambios de estilo de vida desde el núcleo familiar.
Descontrol metabólico y COVID-19
El fracaso de las medidas preventivas de la obesidad y sus complicaciones no solo radica en los errores de ejecución, sino también en cuestiones con mayor repercusión social y de salud, como es el caso del problema sanitario del SARS-CoV-2 en el año 2019. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2021, previo a la pandemia y la implementación de medidas de resguardo social únicamente un 27.7% de la población mexicana realizaba actividad física. Cifra que se modificó radicalmente, pues el 68.9% de los mexicanos disminuyó su actividad, provocando un aumento promedio de 8.5 kg de peso en toda la nación. Además, la incidencia de DT2 también se incrementó. Muchos de los pacientes afectados por la COVID-19 debutaron con cifras glucémicas elevadas por causas desconocidas.
La ancestría del mexicano
En los últimos años, la medicina traslacional ha sido una estrategia fundamental en el control de las enfermedades metabólicas, ya que integra conocimientos de ciencia básica con el uso de tecnologías innovadoras para conseguir la atención integral del paciente, a través de nuevas herramientas diagnósticas y de terapias dirigidas.
El mapeo genético poblacional es una estrategia de análisis diseñada para identificar marcadores genéticos involucrados en enfermedades complejas con diferencias en su prevalencia entre poblaciones, tal como la DT2. Los estudios realizados en nuestro país han demostrado que el genoma de los mexicanos se compone de un mosaico de genes de origen amerindio, europeo, africano y asiático. En este sentido, es importante reconocer que el trabajo de identificación de marcadores genéticos asociados a las enfermedades metabólicas, como la obesidad o la DT2, aún no es suficiente para lograr un régimen de medicina personalizada.
El genoma humano y sus implicaciones en las enfermedades metabólicas
El genoma humano contiene cerca de 3000 millones de pares de bases integrados en 23 pares de cromosomas, de los cuales hay alrededor de 25,000 genes que se «encienden» o «apagan» dependiendo de los requerimientos en el organismo.
La DT2 posee diferencias poblacionales y, de acuerdo con datos epidemiológicos, el riesgo de padecerla es mayor en poblaciones de origen amerindio, respecto a la europea. Por otro lado, existe evidencia clara de que la interacción de factores genéticos y aspectos conductuales, como la alta ingesta de alimentos hipercalóricos y el sedentarismo, incrementan el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas.
Para el análisis genómico multiancestral se han integrado grandes consorcios internacionales de diferentes poblaciones, y estudios recientes evidenciaron que existen marcadores independientes de la ancestría y étnico-específicos. En la actualidad se cuenta con genes candidatos relacionados con la DT2, el síndrome metabólico, los rasgos antropométricos y los signos vitales en población europea y asiática. Desafortunadamente, no todos ellos se replican en todas las poblaciones. De igual forma, los intentos se han dirigido no solo a la explicación de los factores desencadenantes y potenciadores, o a las terapias farmacológicas, sino que también han considerado la respuesta a la modificación de estilos vida, como la realización de ejercicio, donde los polimorfismos de un solo nucleótido podrían influenciar dicha conducta hasta en un 20%. En este sentido, el mayor reto de la medicina predictiva radica en redoblar los esfuerzos por entender mejor la relación entre los genes, el medio ambiente y la fisiopatología de las enfermedades, para lograr la identificación de marcadores de prevención o dianas terapéuticas a utilizar en la medicina de precisión.
Perspectivas
Los inicios de la medicina de precisión en la diabetes datan del año 2018, por la Asociación Americana de Diabetes y el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. Actualmente, en los consorcios internacionales, que cuentan con al menos 35 países, incluyendo el nuestro, se han identificado grupos de genes asociados a DT2, perfil lipídico, antropometría, farmacogenética y farmacogenómica. No obstante, cabe destacar que las enfermedades metabólicas son en su mayoría el resultado de modificaciones en los estilos de vida. Por lo tanto, las verdaderas interrogantes serían: ¿realmente estamos conscientes de la situación en que vivimos? y ¿tenemos claro que la prevención de las enfermedades metabólicas está en nuestras manos? En los últimos meses, con el regreso a la normalidad pospandemia, la reincorporación a las actividades diarias han favorecido el incremento de la actividad física en México. La población ha tomado esa iniciativa, dando el primer paso hacia una mejor calidad de vida, pero desafortunadamente nos encontramos por debajo de lo establecido en las guías internacionales de actividad física. Con estas estrategias tenemos la oportunidad de revertir o retardar las manifestaciones de las enfermedades metabólicas. Es importante tener en mente la siguiente pregunta: ¿qué más evidencias científicas requerimos para integrar los cambios en los estilos de vida entre la familia, los amigos, la sociedad y los gobernantes? Es importante entender que la salud es un gran regalo derivado de los procesos de la evolución en la Humanidad.