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Región y sociedad

versión On-line ISSN 2448-4849versión impresa ISSN 1870-3925

Región y sociedad vol.13 no.21 Hermosillo ene./jun. 2001

 

Reseñas

 

Raúl Benítez Z. y René Jiménez (coords.) (1999), Hacia la demografía del siglo XXI

 

Ana Lucía Castro Luque*

 

México, Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM/Sociedad Mexicana de Demografía, 480 pp.

 

* Investigadora-Responsable de la Unidad de Información Regional de El Colegio de Sonora. Se le puede enviar correspondencia a Obregón 54, Centro, CP 83000, Tel. 01 (6) 2-12-65-51, correo electrónico: lcastro@colson.edu.mx

 

A pesar de ser un texto especializado, es muy recomendable darle una (h)ojeada a este libro, que, como toda buena recopilación, presenta una amalgama muy rica de temas que de una u otra manera se rozan y entrelazan con las discusiones actuales en las ciencias sociales del país. Se trata del libro La demografía hacia el siglo XXI, coordinado por Raúl Benítez Zenteno y René Jiménez Ornelas, ambos ampliamente reconocidos por sus aportaciones a esta área del conocimiento que aglutinó a los estudiosos de la población en la V Reunión Nacional de Investigación Demográfica en México, la cual dio origen a la publicación de una serie de cuatro volúmenes. El ahora reseñado constituye el número tres.

Esta es una invitación a no conformarse con una (h)ojeada al índice y hacer en primera instancia el recorrido juntos. Raúl Benitez, quien queda a cargo de la introducción y, través de ella, muy al estilo del maestro Zenteno, podrá darse una idea de manera rápida del contenido de las 480 páginas que conforman esta obra. El eje temático es muy amplio y en él se da cabida al análisis de las implicaciones de la globalización en la población, así como de las políticas de población en el marco del milenio que se avecina. Se abre un espacio, afortunadamente amplio, para incorporar a la discusión temas que, a decir de Brígida García, han sido poco tratados por la demografía en México: paleodemografía, población y ambiente, demografía electoral y demografía de mercado. A ellos me quiero referir.

Sin lugar a dudas, la demografía cobra nuevos bríos adentrándose a terrenos que, como la cuestión electoral o la de mercado, son de interés general y de total actualidad de frente a los cambios que se operan en el país. La parte reservada a la demografía electoral incluye cuatro trabajos que ponen a descubierto las potencialidades de esta disciplina en un proceso electoral. La experiencia de Sergio Campos Ortega con COPARMEX en el conteo rápido de las elecciones del 21 de agosto de 1994 es una muestra de ello cuando afirma que la experiencia de todos aquellos que participamos en los comicios con alguna contribución adicional al simple sufragio hemos abierto las puertas para que la sociedad pueda intervenir en el desarrollo y calificación de los mismos.

La instauración del padrón electoral a inicios de los años noventa fue un motivo más para los estudiosos de la población de explorar, algunos desde la plataforma académica, asuntos tan importantes para el país como es el contar con un registro de electores confiable. En esta perspectiva se inscribe el trabajo de Alejandro Canales y Rodolfo Gutiérrez, quienes, sin pretender juzgar la calidad del padrón como instrumento político, logran una aportación en ese sentido, pues analizan las "Consistencias e inconsistencias demográficas del padrón electoral" mediante un contraste con otras fuentes, lo cual desde cualquier punto de vista contribuye a aclarar más la situación de tan controvertido instrumento.

En la misma línea, el artículo "El padrón electoral: creación y mantenimiento de un sistema registral" es una oportunidad para todos los interesados de remitirse a la génesis de este catálogo de ciudadanos. En un interesante ejercicio de comparación entre el censo de 1990 y el padrón al mes de febrero de 1995, los autores Juan Manuel Herrero y Atilia Ramírez lo conducen a través de un viaje por las entidades del país para comprobar que, en general, los movimientos demográficos reflejados en el padrón guardan estrecha relación con la dinámica poblacional registrada por el censo.

Con pruebas como las anteriores, el padrón electoral ya demuestra su utilidad más allá de lo político, es decir que conforme se perfeccione, deberá convertirse en una fuente importante de información para los demógrafos, especialmente para los analistas del fenómeno migratorio, ya que aporta datos muy recientes sobre el cambio de domicilio de los habitantes de este país, cosa que ningún otro registro hace de manera tan sistemática.

Por último, para aquellos que gustan de las formulaciones analíticas, Manuel Ordorika presenta de manera muy sintética una metodología estadística basada en el filtro de Kalman para realizar proyecciones y estimaciones de la población ciudadana a nivel estatal. En conjunto, todas estas técnicas establecen una especie de candado al padrón dificultando su alteración (rasuramiento-inflación) y lo hace, por ende cada vez más confiable.

A la inversa de lo esperado en una reseña, no se puede decir que Hacia la demografía del siglo XXI sea un libro cuya lectura fascine y la atrape a una para leerlo de principio a fin, pues como suele suceder en este tipo de publicaciones que sintetizan las ponencias de eventos de esta naturaleza, es muy probable encontrar artículos que no logren llamar la atención dados nuestros intereses específicos; no obstante, cual caja de pandora, sí logra sorprender como fue el caso de la tercera parte del libro dedicada a la estimación y reconstrucción de poblaciones antiguas mediante los métodos de la paleodemografía, lo que deja ese agradable sabor de boca que sólo los descubrimientos pueden provocar.

Una serie de cinco estudios fueron suficientes para enseñar lo interesante que puede resultar la búsqueda de las características demográficas (tamaño de la población, mortalidad, condiciones de salud, causas de muerte, entre otras) de nuestros antepasados... Fueron suficientes para recordar que efectivamente la demografía es moldeable y se desplaza casi a su antojo en el espacio y tiempo siguiendo la huella de la especie humana.

Y así la sigue hasta nuestros días para decirnos que también está preocupada por el desarrollo de la población y sus efectos sobre el medio ambiente. Hayde Izazola plantea que la primera preocupación estriba en el relativo abandono de la demografía de los estudios de esta relación (población-medio ambiente) con todo y que precisamente en ellos podemos ubicar sus orígenes. Esta y otras razones hacen de esta simbiosis un tema obligado en una recopilación que busca, entre otros propósitos, contribuir al debate, especialmente cuando está de por medio el planeta que habitamos.

El capítulo por sí sólo es un buen pretexto para los ambientalistas, de zambullirse y matar el tiempo a la par de ponerse al tanto de la vieja discusión en torno a cómo le entramos al estudio de la población y su interrelación con el medio ambiente. Agradable resulta sumarse a los ponentes que se dejan arrastrar por la corriente y recurren sin temor a experimentar con metodologías cualitativas (grupos focales, interpretación de los sueños) para llegarle desde otra perspectiva a esta problemática.

Así, el lector podrá disfrutar de la lectura de la ponencia de Población y ambiente en la periferia de Xochimilco: un escenario contradictorio, de Carolina Martínez, quien a través de la interpretación de los sueños de sus informantes descubre la preocupación latente de los pobladores por el cuidado del entorno ambiental, los sueños también la llevan a concluir que la disponibilidad de los pobladores para trabajar por él (entorno) dentro de las posibilidades de su edad y género, no parecen ser un obstáculo, por lo que se pregunta: ¿qué es entonces lo que ocurre, por qué el problema ambiental está muy lejos de ser resuelto? Vaya este comentario sólo como entremés para que se anime a leerlo.

Igualmente recurre a las percepciones de la población, la investigación que Hayde Izazola y Catherine Marquette desarrollan con mujeres de la clase media emigradas de la Ciudad de México, de quienes indagan mediante la dinámica de grupos focales la influencia que las percepciones ambientales tuvieron en la decisión de migrar hacia ciudades de menor tamaño. El acercamiento logrado les permite comentar: que considerados en conjunto, los resultados de los grupos focales parecieran indicar que la migración por motivos ambientales no es funcional en un contexto amplio y en el largo plazo, en los niveles familiar ni social, pues no contribuye a patrones más sustentables de desarrollo. En el medio urbano, la familia, y en particular la familia de clase media, es principalmente una unidad de consumo, y es a través de ésta que puede tener el mayor impacto ambiental (...) sin embargo, las percepciones ambientales de las mujeres estudiadas revelaron poca conciencia del impacto de sus propios patrones de consumo familiares en el ambiente(...) No obstante, nuestros resultados también apuntan a una mayor disposición entre las familias estudiadas a reconocer y cambiar sus propias pautas consumistas, así como a participar en acciones tendientes a prevenir el deterioro ambiental (pág. 131).

Seguras de la riqueza del método, proponen que para obtener una mayor precisión en la comprensión de las interrelaciones entre población y medio ambiente, tanto en el medio urbano como en el rural, se requiere de un mayor esfuerzo por entender los ambientes percibidos, lo cual se puede lograr con estudios cualitativos a nivel familiar como el aquí expuesto.

De decidirse a tomar este libro entre sus manos, no podrá evitar el recorrido que Jorge Dehays hace para evaluar las limitaciones y aportaciones de los diversos esquemas teóricos que desde Thomas Malthus hasta el Ecodesarrollo han venido alimentando el debate. Pasando por Boserup, el enfoque multiplicativo, los acercamientos antropológicos, los estudios de pobreza y la ecología humana, o ecología cultural, el autor logra abrir el abanico y poner al alcance de todos el panorama teórico. Da un paso adelante y más allá propone rescatar las potencialidades explicativas de los acercamientos antropológicos y de la ecología humana o cultural. En él también se puede advertir la tendencia a destacar los aspectos micros de la interrelación del hombre con su entorno natural.

Borrando la línea del tiempo, será saludable retomar la insinuación del autor y leer de nuevo a Malthus, pues el debate apenas comienza. Como también empieza con este siglo una nueva etapa y oportunidad para la demografía de proponer políticas de población acordes con los desafíos que enfrentamos, sin lugar a dudas, la desigualdad regional y entre grupos socioeconómicos seguirá siendo el talón de Aquiles del país y los demógrafos, como bien se plantea a lo largo del texto, no podrán quedarse al margen y deberán hacer de la demografía del siglo XXI una disciplina más propositiva. Este y otros temas más son retomados en Hacia la demografía del siglo XXI, que a pesar de ser un libro especializado, es muy recomendable, a estas alturas, no sólo darle una (h)ojeada sino una buena lectura.

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