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Migraciones internacionales

versión On-line ISSN 2594-0279versión impresa ISSN 1665-8906

Migr. Inter vol.3 no.3 Tijuana ene./jun. 2006

 

Reseñas bibliográficas

 

International Migrants and the City. Bangkok, Berlin, Dakar, Karachi, Johannesburg, Naples, São Paulo, Tijuana, Vancouver, Vladivostok

 

Rafael Alarcón

 

Marcello Balbo (editor). Venecia, UN-HABITAT-Naciones Unidas/Università Iuav di Venezia, 2005

 

* El Colegio de la Frontera Norte.

 

Los migrantes internacionales en esta era de globalización acelerada han elegido a las ciudades como destino principal; por esta razón, ante el azoro y el rechazo de muchos ciudadanos nativos, los ámbitos urbanos de los países receptores de migrantes se han ido convirtiendo de manera progresiva en espacios multiculturales. En varias ciudades los inmigrantes se han visto confinados a ciertos espacios, en los que recrean la vida social y cultural de sus países de origen y una "economía de la nostalgia", que crece inexorablemente ante el arribo constante de nuevas oleadas de personas.

Las historias sobre la ciudad y los migrantes internacionales han sido contadas por analistas de todo el mundo, pero especialmente de Europa y Estados Unidos. Sin embargo, esas historias en general son las que se desarrollan en grandes metrópolis. sabemos mucho menos de lo que ocurre en ciudades menos importantes, no sólo de los países en desarrollo, sino también de los países desarrollados. International Migrants and the City es una compilación de textos escritos en inglés que buscan llenar ese hueco de la literatura sobre urbanización y migración internacional. El libro está basado en las experiencias de los habitantes de diez ciudades que no alcanzan el estatus de ciudades globales, como define Saskia Sassen a las que considera los nodos desde donde se administra la economía global y de las que son emblemáticas Nueva York, Londres y Tokio.

Bangkok (Tailandia), Berlín (Alemania), Dakar (Senegal), Johannesburgo (Sudáfrica), Karachi (Pakistán), Nápoles (Italia), Sao Paulo (Brasil), Tijuana (México), Vancouver (Canadá) y Vladivostok (Rusia) están ubicadas en economías de alto, mediano y bajo ingreso, así como en economías de transición, como señalan Marcello Balbo y Rafael Tuts en la introducción del libro. El primero es editor del libro y profesor del departamento de planeación urbana de la Universitá Iuav di Venezia; el segundo es funcionario del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (un-habitat), con sede en Nairobi. Este libro es parte de la Campaña Global sobre Governanza Urbana que promueve un-habitat para hacer posible la "ciudad inclusiva", en la que todas las personas puedan participar productiva y positivamente con independencia de su situacion económica, género, edad, raza o religión.

Ante la evidencia de comunidades segregadas, explotación laboral, discriminación y negligencia gubernamental, rasgos endémicos en muchas ciudades con comunidades inmigrantes significativas, Balbo y Tuts plantean que las ciudades deben saber que ellas tienen opciones en el ámbito de las políticas públicas para enfrentar los retos de la exclusión, el deterioro de la ciudadanía y el conflicto creciente.

De aquí parte el argumento central del libro. En tanto que los gobiernos federales tienen a su cargo el diseño de las políticas de inmigración, que cada vez son más restrictivas en todo el mundo, los gobiernos locales no solamente carecen del control sobre los flujos de personas que llegan a sus ciudades, sino que tienen además la responsabilidad de administrar la política de integración de los inmigrantes mediante la provisión de vivienda, empleo y servicios urbanos básicos. Balbo y Tuts consideran que las políticas de descentralización

han buscado transferir a los gobiernos locales la responsabilidad de proveer a las ciudades la infraestructura y los servicios requeridos para la competencia global, así como los servicios básicos requeridos por el número creciente de pobres urbanos (p. 7).

El libro reúne colaboraciones de un equipo internacional formado por 14 profesores o investigadores universitarios en las disciplinas de sociología, planeación urbana, arquitectura, geografía, economía y estudios culturales y dos funcionarios gubernamentales dedicados a cuestiones urbanas y migratorias.1 El estudio tiene dos objetivos principales: analizar la aplicación de las políticas públicas urbanas con relación a los inmigrantes y establecer las mejores prácticas (best practices) que se han implementado para determinar su efectividad y su aplicabilidad en otras ciudades.

Como sucede en este tipo de libros, los diez estudios de caso varían significativamente en su calidad. En primer lugar, los autores que analizan las ciudades de los países desarrollados, como Berlín, Vancouver y Nápoles, tienen acceso a información estadística sobre los inmigrantes internacionales recolectada por los gobiernos, información que no tienen los que escriben sobre ciudades como Bangkok o Karachi. En el caso de Tijuana, México, aun la información censal tiene serias limitaciones, ya que, por ejemplo, a pesar de que existe la Asociación de la Colonia China, que cuenta con 480 miembros, y que hay 250 restaurantes chinos debidamente registrados, el censo de población del 2000 no registró ni una sola persona nacida en China entre los residentes de esta ciudad.

Además, mientras algunos autores presentan revisiones bibliográficas extensas de hasta cuatro páginas de referencias, otros trabajos se apoyan en lecturas muy pobres de la literatura existente. Sin embargo, la mayor parte de los trabajos siguen un esquema previamente acordado por los autores y que cubre las características principales de la inmigración internacional, la percepción de la inmigración y su impacto en el rejuego político urbano, la política de inmigración nacional y su efecto en la ciudad, la relación entre las estrategias de planeación urbana y las comunidades de migrantes, y finalmente, la evaluación de las lecciones aprendidas y las recomendaciones.

Una de las contribuciones valiosas del libro es la descripción que hace de la diversidad de circunstancias a las que se enfrentan los migrantes en las ciudades huéspedes y de las escasas "mejores prácticas" que se han implementado en algunas ciudades del mundo desarrollado. En Berlín, por ejemplo, existe un Consejo para los Asuntos sobre la Integración y la Migración, formado por miembros respetados e influyentes de la esfera política de la ciudad, que aconseja al senado de Berlín. En esta ciudad también se han desarrollado tres programas exitosos dirigidos a apoyar la educación y el entrenamiento vocacional de los jóvenes inmigrantes. Nápoles ha establecido políticas públicas bien definidas para apoyar el empleo, la salud y los derechos de los trabajadores inmigrantes y para facilitar su integración social a través de programas como "La Ventana para los Desempleados", "Mila" y "La Gata". Asimismo, en Vancouver hay varios programas y financiamiento para coadyuvar al establecimiento de los inmigrantes y apoyarlos con entrenamiento laboral y clases de inglés. Paralelamente, han surgido una gran cantidad de organizaciones no gubernamentales (ong) que promueven el multiculturalismo y los servicios para los inmigrantes, entre las que se destacan la United Chinese Community Enrichment Services Society.

En el resto de las ciudades no hay políticas públicas significativas para atender las necesidades específicas de los inmigrantes, los que en algunos casos son beneficiados cuando se les incluye en los esfuerzos por apoyar a los pobres urbanos. En Dakar, las ONG protegen a los inmigrantes sujetos a deportación. Ni el gobierno de Johannesburgo ni el de Karachi han desarrollado alguna política importante con relación a los migrantes, cuya estancia es vista en la primera ciudad como temporal y en la segunda se ha pasado de un régimen de inmigración relativamente abierto a uno más restrictivo. Lo mismo sucede en Bangkok, donde el gobierno federal ha incrementado el control de la inmigración indocumentada. En Sao Paulo, el gobierno de la ciudad ha hecho intentos tímidos para apoyar a los inmigrantes a través de una página internet denominada "Ciudad de los Mil Pueblos" y un museo donde se documenta la historia de la inmigración a la ciudad. La orden católica de los scalabrinianos fundó la Casa del Migrante para ofrecer servicios básicos a esta población. En Tijuana, por su parte, aunque la comunidad local es tolerante, no existen políticas públicas dirigidas a los inmigrantes, que constituyen una fracción muy reducida de la población. Solamente ONG como la Casa del Migrante, de los padres scalabrinianos, apoyan tanto a los que se quieren establecer en la ciudad como a quienes están en tránsito hacia Estados Unidos. En Vladivostok, las autoridades gubernamentales han tratado de crear un ambiente más favorable para los inmigrantes sin lograr buenos resultados, ante la falta de recursos y un marco regulatorio federal.

En el capítulo de conclusiones, Balbo y Tuts proponen varias recomendaciones, entre las que sobresalen dos. En primer lugar, impulsar el "derecho a la ciudad" para todos, incluidos los migrantes internacionales, para que puedan acceder a los beneficios que ofrecen las ciudades bajo los principios de solidaridad, libertad, igualdad, dignidad y justicia social. Este derecho se puede traducir en el acceso de los migrantes al proceso de toma de decisiones; por ejemplo, garantizándoles el derecho a votar en las elecciones locales. En segundo lugar, Balbo y Tuts expresan el deseo de que en el futuro las ciudades pasen de multiculturales a ser cosmopolitas. Es decir, que pasen,

de una situación en la que múltiples formas culturales son reconocidas y en ocasiones promovidas, a una en la que los residentes de una cultura se sientan cómodos de interactuar con personas de otras culturas (p. 344).

 

Nota

1 Los autores de los diez estudios de caso son Supang Chantavanish y Premjai Vungsiriphisal (Bangkok), Hartmut Haussermann, Andreas Kapphan y Julia Gerometta (Berlín), Alfred Inis Ndiaye (Dakar), Jonathan Crush (Johannesburgo), Haris Gazdar (Karachi), Luigi Fusco Girard y Iain Chambers (Nápoles), Renato Cymbalista y Kazuo Nakano (Sao Paulo), Tito Alegría (Tijuana), Michael Leaf (Vancouver) y Victor Fersh (Vladivostok).

 

Información sobre el autor:

RAFAEL ALARCÓN es profesor-investigador en El Colegio de la Frontera Norte. Obtuvo el doctorado en planeación urbana y regional por la Universidad de California en Berkeley. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores en el nivel 2 y fue director fundador de Migraciones Internacionales. Entre sus textos más recientes, está próximo a aparecer "The Free Circulation of Skilled Migrants in North America" -Antoine Pécoud y Paul de Guchteneire (eds.), Migration Without Borders. Essays on the Free Movement of People, París, UNESCO Publishing, y Oxford-Nueva York, Berhahn Books, 2006 (en prensa)-. Dirección electrónica: ralarcon@colef.mx.

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