El presente volumen titulado 2030/alimentación, agricultura y desarrollo rural en América Latina y el Caribe, también denominado documento número dos llamado Nueva definición de lo rural en América Latina y el Caribe, en el marco de la FAO para una reflexión colectiva para definir líneas de acción para llegar al 2030 con un ámbito rural distinto, ofrece a sus lectores una serie de elementos para comprender el concepto de lo rural para América Latina y el Caribe, con un particular énfasis en la alimentación y el desarrollo de la agricultura para garantizar el integral florecimiento de los contextos y la población.
Plantea y discute a las áreas rurales junto con su población que en comunión juegan un papel fundamental para su evolución. La clave, según lo estipula el libro, se halla en la medición de lo rural, así como en el análisis y diseño de políticas públicas a diversas escalas. El documento es parte de una gran colección de treinta y cuatro documentos que abordan diversas dimensiones de temas vitales para el futuro de la humanidad como la agricultura, la alimentación y el desarrollo rural, entre otros.
Con la participación de más de noventa expertos de todas las latitudes, la colección y el documento reseñado cuestionan, principalmente, cuáles son las iniciativas ideales más importantes para crear indicadores para las áreas rurales, en especial, un complejo sistema de estadísticas rurales que permiten visualizar los alcances, los limites y las consecuencias de potenciar las virtudes del ámbito rural.
La transformación de los contextos rurales es un aspecto esencial para la adaptación de la población a las condiciones que están por venir, que devienen de una acelerado ritmo de vida en todos los sectores, incluyendo el económico, social, ambiental, productivo, financiero, inversión, industrial, entre otros, con afectación también a los temas de la producción y abastecimiento de alimentos, la evolución de los espacios rurales, la transformación de los territorios y la calidad de vida de la población.
Según el texto, retoma de UN (2007, p. 8, citado de Darvine, 2019, p. 4), lo que sigue: “Las buenas estadísticas deben ser policy driven y proveer de los elementos necesarios para el análisis previo, y el monitoreo y evaluación de los efectos de las políticas específicas”. El diseño de indicadores es medular para la discusión en todo el documento. Se les describe como parte de los esfuerzos en el tema de la configuración de políticas públicas para dar realce al ámbito rural. Inclusive retoma a autores como Subdere, Hopkins y Copus, quienes establecen la importancia de un correcto establecimiento de indicadores como parte de hacer políticas públicas mediante el procesamiento final de información y estadísticas que puedan explicar la condición y evolución del campo a todas las escalas: municipal, estatal, federal, regional, local, entre otros. Un segundo aspecto-concepto, que es de gran relevancia para el documento, es la idea dual denominada rural-ruralidad.
En este caso, se utilizan datos e ideas propias de diversas fuentes, la CEPAL, Rajack-Talley, UN-DESA, el Grupo Inter-Agencial de Desarrollo Rural, entre otros. La consigna es la discusión conceptual en la región. En especial, aquellos cambios que han surgido tanto en las áreas rurales como urbanas cuyo marco general es el conjunto de conceptos que solían caracterizar a la idea de ruralidad. Estudia dos paradigmas que explican la evolución de la idea de ruralidad-rural, el primero, es el que se refiere a la perspectiva del empleo rural no agrícola (ERNA), en particular, sobresalen sus debates en torno a disminuir la pobreza y aumentar el dinamismo rural. El segundo paradigma tiene que ver con la sociología rural como una propuesta para cuidar a los campesinos que tienen tendencia a las corrientes neoliberales y la globalización.
El documento hace referencia, a través de la ERNA, que es fundamental mirar en lo hondo de la idea territorial del desarrollo rural y colocar la mirada en varios trabajos sobre DTR o también conocido como Desarrollo Territorial Rural, y la categoría denominada territorios funcionales para explicar la evolución de los espacios rurales.
En todo el libro se dejan ver variables significativas que hablan de la dimensión rural como un elemento fundamental para el desarrollo territorial y diferenciado. De acuerdo a cada contexto, el desarrollo va tomando sus propios matices que hay que identificar concretamente, en este caso, surge la siguiente pregunta: ¿Cómo se va conformando la sustentabilidad para territorios rurales?
Según el documento, es necesario considerar algunos elementos para establecer el grado de ruralidad y de necesidades básicas satisfechas o insatisfechas. Las variables que se pueden estudiar son las siguientes: superficie, población, densidad de población, número de ciudades, número de localidades/ciudades, distancia entre contextos espaciales, porcentaje de la población total que vive a más de 60 km, número de ocupados, porcentaje de ocupados del total de ocupados, uso de tierras en porcentaje de la superficie total, porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas (NBI) en agua potable, porcentaje de población con NBI en alcantarillado, porcentaje de población con NBI en electricidad, porcentaje de población con NBI de señal celular, porcentaje de población con ingresos debajo de la línea de pobreza y el porcentaje de población con ingresos debajo de la línea de indigencia.
La estructura del libro consiste no en un índice general explícito, sino en una serie de secciones, siete, unas conclusiones y una sección de anexos, son la medula espinal con la cual se desembrolla el argumento principal que le da vida. Un resumen, una introducción, una sección de orientaciones para un sistema de estadísticas rurales, una sección sobre las definiciones de lo rural vigentes, una discusión conceptual sobre la región en cuanto a las áreas rurales y sus características subyacentes, una sección sobre medición de lo “rural” con sus propuestas y elementos a tomar en cuenta, una sección sobre la visión de lo rural visto desde lo territorial, en la cual, se le da importancia a lo rural como una categoría heurística que permite vislumbrar la noción de territorio como eje nodal del debate y, abordar los desafíos y los retos para el desarrollo desde una mirada esencialmente territorial, en el que también, el análisis de la dinámica poblacional posee un gran peso.
Por otro lado, los anexos dan una mirada general sobre doce países de América Latina durante el año 2008 en cuanto a los tipos de hogares rurales y fuentes de ingreso, el tipo de definición censal de lo rural para América Latina y el Caribe, la predominancia de la población rural y/o urbana a nivel del municipio y el distrito censal, la población según el tamaño de localidades en porcentajes de la población total, la aproximación a la medición de lo rural de acuerdo al uso del suelo, entre otros.
En las conclusiones se coloca de manifiesto la importancia que poseen las estadísticas para comprender la dinámica rural territorial, así como las interdependencias entre lo rural y urbano. En suma, el documento se considera un referente magnifico para comprender el sentido cuantitativo del termino rural y su nexo con varias variables, así como el establecimiento de indicadores como una herramienta idónea para confeccionar varias nociones acerca del término.