El canibalismo es el acto de alimentarse con miembros de la propia especie de cualquier edad (Elgar & Crespi, 1992) y ha sido registrado en más de 1,300 especies animales (Volker et al., 2010), de las cuales 49 corresponden a reptiles y anfibios (Polis & Myers, 1985). En el caso de lagartijas, es un hábito alimentario relativamente común (Polis & Myers, 1985; Mitchell, 1986). Distintos autores lo han reportado en por lo menos 34 especies pertenecientes a 20 géneros en el mundo (Polis & Myers, 1985; Castilla, 1995; Pérez-Buitrago et al., 2006; Blanco et al., 2012; Gardner & Jasper, 2012; Mora et al., 2015). El canibalismo influye en los procesos demográficos de las especies (Fox, 1975), elimina y/o disminuye la competencia, además regula el tamaño y estructura poblacional (Delany et al., 2011). En este sentido, es una interacción intraespecífica importante en la ecología de muchas especies (Polis & Mayer, 1985), se presenta cuando existen densidades poblacionales altas y una disponibilidad escasa de alimento (De Block & Stoks, 2004). En anfibios y reptiles se considera un comportamiento oportunista consecuencia de hábitos carnívoros (Polis & Myers, 1985).
La iguana negra, Ctenosaura pectinata (Wiegmann, 1834), es endémica a México, sin embargo, ha sido introducida en Estados Unidos en las costas del suroeste de Florida (Florida Department of Enviromental Protection, 2017). Se distribuye en la costa del Pacífico desde el sur de Sonora hasta Chiapas, en Islas Marías, Isla Isabel y en los estados de Puebla, Morelos y Estado de México. Se asocia a selva baja caducifolia, selva mediana caducifolia y matorral espinoso (Ramírez & Arizmendi, 2004). La conservación de esta especie es prioritaria en México, debido a que está considerada como amenazada (NOM-059-SEMARNAT-2010) (PROFEPA, 2010).
Isla Isabel se localiza en la boca del Golfo de California, enfrente de la costa de Nayarit (21°51’21.84”N, 105°53’31.84”O). Cuenta con una declaratoria como parque nacional desde el 8 de diciembre de 1980 y posee una superficie total de 82.16 Ha (CONANP, 2005). El clima es tropical subhúmedo con lluvias de julio a octubre y una temperatura anual promedio de 27.3°C. El 63% de la superficie de la isla está cubierta por bosque tropical caducifolio, el 16% por pastizal y el 21% por vegetación halófila, cuerpos de agua y playas arenosas y rocosas (CONANP, 2005).
En el extremo sur de Isla Isabel se localiza un edificio en obra negra, utilizado por C. pectinata como refugio, para anidar y asolearse. En este lugar, se observó el día 9 de agosto de 2013 a las 12:34 h en la explanada de entrada (suelo de cemento), un evento de canibalismo de un individuo juvenil de C. pectinata (largo total ~280 mm) hacia un neonato (largo total ~120 mm) de su misma especie (Fig. 1). Dicho evento inició como un acto intimidatorio por parte del juvenil hacia el neonato. Ambos caminaban por la explanada, cuando estuvieron a una distancia de aproximadamente 1.5 m, el juvenil presentó comportamiento territorial de cabeceo hacia arriba y hacia abajo con el hocico abierto (Villegas, 1999) y siguió acercándose más. Fue entonces cuando el juvenil comenzó una persecución que no duro más de cinco segundos, alcanzó al neonato, lo capturó con el hocico por la parte media y lo deglutió primero por la parte posterior (patas y cola) y terminó por la parte anterior (cabeza).
Para el género Ctenosaura, Mora (1991) y Mora et al. (2015) registraron canibalismo en Ctenosaura similis (Gray, 1831), un adulto comiendo un neonato y un adulto a un juvenil respectivamente. Estos autores explican la ocurrencia de este hecho debido a que esta especie es un depredador oportunista, a la escasez de recursos, a los beneficios nutrimentales para el caníbal y a que el individuo consumido posiblemente no sobreviviría por la baja disponibilidad de recursos. Además, sugieren que el canibalismo podría reducir la competencia futura. C. pectinata por otra parte, se considera una especie omnívora que se alimenta de follaje, frutas e insectos y en una menor proporción de polluelos y crías de ratón (Suazo-Ortuño & Alvarado-Díaz, 1995; Ramírez & Arizmendi, 2004). Por ejemplo, Zurita-Carmona et al. (2009) estudiaron la dieta de C. pectinata en una zona de selva tropical subcaducifolia en México, encontrando en el contenido estomacal que los vegetales representan el 69.8% de su ingesta y el 30.2% restante se compone de restos animales de insectos, crustáceos y en menor medida miriápodos y moluscos. Sin embargo, el canibalismo parece estar determinado genéticamente e inducido por factores ambientales (Polis, 1981), como puede ser la insularidad. Esto último influye en que las lagartijas de islas posean un síndrome insular que genera cambios en el tamaño del cuerpo, comportamiento antidepredador y mayor tamaño de nidada con respecto a sus congéneres continentales (Novosolov et al., 2013). Novosolov et al. (2013) sugieren que el mayor tamaño de nidada se favorece en las islas debido a una mayor incidencia de canibalismo. C. pectinata es una de las cinco especies de lagartijas registradas en Isla Isabel (CONANP, 2005) y es relativamente abundante, por lo que es posible que el canibalismo se dé como un mecanismo para regular su población, debido a la falta de depredación por otras especies y para evitar la competencia intraespecífica por alimento y espacio. Sin embargo, no existen trabajos de la dinámica poblacional de C. pectinata, ni de sus interacciones con otras especies. Es necesario continuar con estudios sobre la ecología de esta iguana para poder entender mejor el papel funcional del canibalismo en su dinámica poblacional.