Introducción
Las unidades de cuidados críticos (UCC) se caracterizan por su eficacia técnica, el uso de tecnología de punta y una atención con un bajo grado de relaciones personales1. El incremento de equipos automatizados que contaminan con ruido, vibración y alarmas sonoras pueden alterar a los enfermos, dejando una mala experiencia de la atención recibida2. Las guías de la Organización Mundial de la Salud recomiendan que los niveles de ruido no superen los 40 decibelios (dB) dentro de los hospitales para asegurar un adecuado descanso de los enfermos3.
En una encuesta realizada a familiares y enfermos en 4 hospitales de España se encontró que el 13% de los participantes consideraban el ruido como insoportable dentro del hospital4. En consecuencia, un ambiente que debiera de ser tranquilo, se ha convertido en ruidoso y estresante para enfermos y familiares5. Así lo reveló un estudio realizado por Freedman et al., quienes reportaron que los enfermos encontraron las intervenciones de enfermería (aspiraciones, punciones, toma de muestras, etc.) y el ruido como los principales factores estresantes durante su estancia en la UCC6. La evidencia de los efectos del ruido ambiental en la salud se asocia a alteraciones del sueño y rendimiento cognitivo en adultos y niños7. La exposición ininterrumpida al ruido continuo en niveles cercanos a 60 dB provoca la activación fisiológica, incluyendo aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial8, confusión, irritabilidad, disminución de la audición, así como baja capacidad de concentración9,10; más aun, algunos estudios han mostrado alteración del cortisol, el colesterol total, los triglicéridos11, la viscosidad de la sangre, el recuento de plaquetas y los niveles de glucosa en la sangre12 en relación con el ruido ambiental.
Un estudio realizado por Lawson et al. en 2010 reportó que hasta un 57% de los sobresaltos y despertares en enfermos que duermen dentro de las unidades de cuidados críticos se deben al ruido13. Este hecho ya se había reportado por Aaron et al. desde 1996, al mencionar que los elevados niveles de ruido en las unidades de cuidados críticos junto con los síntomas de la enfermedad impactan en la capacidad para descansar y dormir en el enfermo14. Si a esto le agregamos que el ambiente propio de la UCC afecta psicológicamente a los pacientes de un modo negativo15, se incrementa el riesgo de complicaciones y estrés en el enfermo. A este respecto y centrado en la calidad del sueño en los pacientes de una UCC, Nicolás et al. en 2008 realizaron un estudio en el que se plantearon como objetivo describir cómo perciben los pacientes su sueño nocturno en la UCC16, utilizando para ello el cuestionario de sueño de Richards-Campbell17. Los resultados mostraron que el 28% de los pacientes valoraron su sueño como bueno, el 46% regular y el 26% como malo. Los autores concluyeron que el perfil de sueño de los pacientes de la UCC analizado se caracterizó por ser ligero, con despertares frecuentes e insuficiente en la mayoría de los casos17.
Dentro de los motivos de ruido en un hospital se encuentran los siguientes: sistemas de aire acondicionado, lámparas fluorescentes de techo, alarmas sonoras en equipos y monitores18, apertura y cierre de puertas, sonido de teléfonos, caída de agua en fregaderos, trabajos de limpieza y paso de carritos que transportan ropa y comida13.
El ruido se ha convertido en una amenaza a la que se le ha dado poca importancia, y se asocia a un mayor riesgo de estrés e insomnio en enfermos crónicos y ancianos14,19. Además de ser un riesgo constante para la buena relación médico-paciente y el desarrollo de actividades de educación e investigación20. Este hecho ha originado la realización de diversos estudios en diferentes regiones del mundo20-26(tabla 1).
En México e Iberoamérica, no han sido suficientemente estudiadas las implicaciones que el ruido tiene sobre la atención de los enfermos. Se considera que es importante el estudio del ruido dentro de los hospitales, por las implicaciones que tiene en la calidad de la atención y el cumplimiento de los estándares de certificación sanitaria27; por lo tanto, el objetivo de este estudio fue comparar el nivel de ruido ambiental en 2 UCC de un hospital de tercer nivel de atención.
Métodos
En un diseño transversal analítico, descriptivo y comparativo realizado del 1 de enero al 30 de marzo de 2013, se analizó el nivel de ruido ambiental en 2 UCC en un centro médico de tercer nivel de atención. Se solicitó autorización al comité de ética e investigación (R-2012-2602-46) y al departamento de Seguridad e Higiene del hospital antes de que el estudio se iniciara. A los investigadores participantes se les proporcionó información común y estandarizada en relación con la información a obtener y las pruebas a realizar.
Medición del nivel de ruido
Para tomar las lecturas del ruido ambiental se utilizó un medidor digital fabricado por Extech Instruments Corporation® modelo-407730 con una precisión ± 2 dB con resolución de 0.1 dB y un rango de lectura de 40 ∼ 130 dB. La medición del nivel de ruido se evaluó entre semana y durante el fin de semana. Antes de realizar las mediciones, el equipo fue calibrado de acuerdo a las indicaciones del fabricante. Se evitó comentar al personal de los servicios involucrados lo que se pretendía realizar para evitar que modificaran su comportamiento durante la evaluación (efecto Hawthorne). Cada una de las mediciones se realizó en horarios diferentes (7:30, 14:30 y 20:30) y coincidían con el enlace de turno y visita de familiares a pacientes hospitalizados, siendo esos horarios los de mayor tránsito de personas. Al final, se calculó el promedio de las mediciones obtenidas de lunes a viernes y durante el fin de semana, así como los valores máximos y mínimos para el ruido ambiental. Todas las mediciones se realizaron durante 60 min continuos con lecturas cada 5 min en al menos 4 puntos diferentes de cada una de las UCC del hospital (una unidad de cuidados intensivos metabólicos UCI y otra de cuidados coronarios UCIC).
Declaración ética
Este estudio fue aprobado por el Comité Local de Investigación en Salud número 2602 del Hospital de Especialidades No. 2, Unidad Médica de Alta Especialidad del Instituto Mexicano del Seguro Social en el Centro Médico Nacional del Noroeste de ciudad Obregón, Sonora. México. Los autores declaran haber seguido los protocolos establecidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social para acceder a los datos de las personas incluidas en este estudio y que la información obtenida fue utilizada solo con fines de divulgación científica. Todos los autores leyeron y aprobaron el manuscrito.
Análisis estadístico
La información fue capturada en una base de datos previamente diseñada para este propósito y el análisis se realizó utilizando el paquete estadístico SPSS para Windows® versión 19.0. Para las variables numéricas y de razón se calcularon frecuencias absolutas y relativas, promedio ± desviación estándar, valores máximos y mínimos, así como percentiles 5, 10, 25, 50 y 75 para los niveles de ruido. Para la comparación intragrupo de los promedios de ruido por horario y unidad de cuidado crítico se utilizó la prueba de U de Mann-Whitney en virtud de que el análisis inicial con la prueba de Kolmogorov-Smirnov demostró que no existía normalidad en la población de estudio (p = 0.0001). Se realizó un análisis con la prueba de Kruskal-Wallis a las diferentes mediciones obtenidas, donde un valor de p ≤ 0.05 fue considerado como estadísticamente significativo.
Resultados
Se encontró un promedio de ruido entre semana de
± 2.82 dB, con un valor mínimo de 60.30 dB y máximo de 65.37 dB, muy superior a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Es de hacer notar que durante el fin de semana, donde se esperaba un descenso significativo del ruido, esto no sucedió.
La UCI mantuvo los niveles de ruido más elevados con un promedio entre semana de 64.77 ± 3.33 dB y el fin de semana de 62.83 ± 1.62 dB (p = 0.513); en segundo lugar la UCIC con niveles de ruido entre semana de 60.20 ± 1.58 dB y 59.25 ± 1.99 dB (p = 0.275) el fin de semana (tabla 2).
Se observó que para la UCIC durante la semana solo el 75% de las mediciones superaban esta cifra (P25 = 59.72, P50 = 61.07, P75 = 61.12) y durante el fin de semana el 50% de las mediciones lo superaba (P50 = 59.83, P75 = 60.36). En cambio, en la UCI entre semana y durante el fin de semana siempre fue superado este valor (tabla 3).
Por último, se observa una disminución en el nivel de ruido durante el fin de semana en comparación con el trabajo entre semana (fig. 1).
Discusión
Los resultados de este estudio son consistentes con niveles de ruido dentro de las UCC que superan en más de un 40% lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud3 dentro del hospital; es posible que sea un factor contribuyente que incrementa la morbilidad en los pacientes28.
1 A. Intensidad de ruido (dB) en UCIC (entre semana). Todas las lecturas se tomaron cada 5 min durante 1 h en 3 ocasiones diferentes durante los horarios definidos; se presentan los promedios de cada lectura.
1 B. Intensidad de ruido (dB) en UCIC (fin de semana). Todas las lecturas se tomaron cada 5 min durante 1 h en 3 ocasiones diferentes durante los horarios definidos; se presentan los promedios de cada lectura.
1 C. Intensidad de ruido (dB) en UCI (entre semana). Todas las lecturas se tomaron cada 5 min durante 1 h en 3 ocasiones diferentes durante los horarios definidos; se presentan los promedios de cada lectura.
1 D. Intensidad de ruido (dB) en UCI (fin de semana). Todas las lecturas se tomaron cada 5 min durante 1 h en 3 ocasiones diferentes durante los horarios definidos; se presentan los promedios de cada lectura.
UCI: unidad de cuidados intensivos; UCIC: unidad de cuidados intensivo coronarios
Autores | Año | Lugar | Camas en el hospital | Nivel de ruido encontrado (dB) | Servicios analizados |
Vinodhkumaradithyaa et al20 | 2008 | India | 2,200 | 64-70 | Hospitalización |
65-80 | Salas de cirugía | ||||
Vílchez-Dagostino et al21 | 2012 | Perú | 439 | 58-70 | Hospitalización |
Yoder et al22. | 2012 | EE. UU. | 550 | 70 | Hospitalización |
McLaren y Maxwell-Armstrong23 | 2008 | Inglaterra | 1,700 | 34-55 | Cuarto de familiares |
64-83 | |||||
59-79 | Sala de emergencias | ||||
56-81 | |||||
Salas de cirugía general | |||||
Hospitalización | |||||
Pai24 | 2007 | Taiwán | 1,650 | 50-68 | Hospitalización y estaciones de trabajo |
Otenio et al25 | 2007 | Brasil | 222 | 64 | Sala de emergencias |
61 | |||||
58-65 | Sala de yesos ortopédicos | ||||
59 | |||||
58-66 | Sala de cuidados intensivos | ||||
Sala de cirugía | |||||
Farmacia | |||||
Mendoza-Sánchez et al26 | 1996 | México | 800 | 50-59 | Hospitalización |
Servicio | Turno | Ruido (dB)Promedio±DE | Mínimo | Máximo | p* |
UCIC | A | 60.20 ± 1.58 | 58.38 | 61.17 | 0.275 |
B | 59.25 ± 1.99 | 57.03 | 60.89 | ||
UCI | A | 64.77 ± 3.33 | 60.97 | 67.18 | 0.513 |
B | 62.83 ± 1.62 | 61.10 | 64.34 |
A:entre semana;B:fin de semana;dB:decibelios;DE:desviación estándar;UCI:unidad de cuidados intensivos;UCIC:unidad de cuidados intensivos coronarios.
* Valor de p calculado mediante prueba U de Mann-Whitney.
Servicio | Turno | Ruido (dB)µ ± DE | P5 | P10 | P25 | P50 | P75 | p* |
UCIC | A | 60.20 ± 1.58 | 58.38 | 58.38 | 59.72 | 61.07 | 61.12 | 0.275 |
B | 59.25 ± 1.99 | 57.03 | 57.03 | 58.43 | 59.83 | 60.36 | ||
UCI | A | 64.77 ± 3.33 | 60.97 | 60.97 | 63.57 | 66.18 | 66.68 | 0.513 |
B | 62.83 ± 1.62 | 61.10 | 61.10 | 62.06 | 63.03 | 63.68 |
A: entre semana; B: fin de semana; dB: decibelios; DE: desviación estándar; P5, P10, P25, P50, P75: percentiles 5, 10, 25, 50, 75; UCI: unidad de cuidados intensivos; UCIC: unidad de cuidados intensivos coronarios; µ ± DE: promedio± desviación estándar.
* Valor de p calculado mediante prueba de Kruskal-Wallis.
Usualmente, los niveles de ruido en un hospital que se considera tranquilo pueden ir de 40 a 50 dB, en un hospital moderadamente ruidoso de 50 a 60 dB y en un centro hospitalario muy ruidoso de 60 a 70 dB. Por lo tanto, con los resultados obtenidos nuestro hospital se ubica en el rango de un hospital muy ruidoso. Este dato es consistente conlo reportado por otros estudios similares en hospitales del mundo20,29-33.
La conversación entre el personal de las unidades de cuidados críticos puede generar niveles de ruido iguales o mayores a 52 dB en el 55% de los casos de ruido excesivo34. En este estudio y de forma informal se indagó entre el personal de enfermería acerca de su opinión del efecto que produce el platicar durante su trabajo; la respuesta en la mayoría del personal fue que no consideraban que eso tuviera algún efecto en la atención de los enfermos. A este respecto, es posible afirmar que una unidad de cuidados críticos excesivamente ruidosa donde el personal no se preocupa por mantener niveles bajos de ruido no es el mejor escenario para tratar a un enfermo; y así lo concluyeron Gómez- Carretero et al.35, en un estudio realizado en 2007, al revisar el efecto de las alarmas, los equipos de aspiración, los teléfonos, y las conversaciones del equipo de la UCI sobre el sueño; encontraron que las pláticas entre el personal eran una fuente de ruido y confusión36, ya que al no poder valorar adecuadamente el nivel de conciencia del enfermo es posible que en su estado puedan llegar a entender parcialmente las conversaciones, que en algunas ocasiones pueden estresarles, generando miedo y ansiedad33.
Al comparar el nivel de ruido encontrado en las UCCde nuestro centro, se pudo establecer que es comparable al nivel de ruido observado en una oficina bulliciosa (60-70 dB)25,37,38. Esto representa 25-30 dB por encima de lo permitido y que en gran medida puede ser el resultado de un incremento en los niveles de conversación entre familiares, personal del hospital y ruido de equipos médicos. Es necesario mantener acciones permanentes entre familiares y personal del hospital para asegurar la disminución de contaminación por ruido originada por este motivo. En nuestro hospital los niveles de ruido fueron siempre mayores en la UCI, situación que puede explicarse por un mayor flujo de pacientes, personal y familiares dentro de esa área. La causa indudable de este hecho fue que existe un menor número de pacientes hospitalizados en la UCIC con respecto de la UCI que cuenta con el doble de número de camas disponibles.
Este estudio presenta las siguientes limitaciones. Primero, se recolectaron lecturas de ruido solo en 3 momentos diferentes que correspondían a los tiempos de mayor trabajo y flujo de personas dentro de las áreas estudiadas, no se tomaron en cuenta las variaciones más bajas que pudieran haber ocurrido en cada uno de las áreas estudiadas. En segundo lugar, el medidor utilizado discriminaba dentro de un rango de 40-130 dB; sin embargo, no fue posible examinar aquellos ruidos con una intensidad menor a 40 dB, aunque la finalidad de este estudio estaba enfocada más en explorar los niveles de ruido más intensos que se han asociado con problemas de salud y que afectan la calidad de la atención dentro de los hospitales. En tercer lugar, el número de pacientes hospitalizados varía en cada una de las áreas estudiadas y quizá esto influyó en un mayor nivel de ruido en la UCI con respecto de la UCIC, ya que se incrementa el número de personal, equipos y personas que circulan en áreas con un mayor número de pacientes. Cuarto, no recolectamos información acerca de factores fisiológicos que pudieran ser afectados en los enfermos, como la calidad sueño, presión arterial y grado de estrés entre otros. Quinto, no evaluamos las diferencias acerca del nivel de actividad alrededor de la cama del enfermo de forma individual, ni el contenido espectral del ruido ambiental. Esta información podría ser muy útil para conocer aquellos dispositivos o situaciones que incrementan más el ruido ambiental y podría ser una excelente propuesta para estudios posteriores en este tema.
Se ha descrito que hasta un 51% del ruido que ocurre en una UCC es modificable18. En un estudio realizado por Tegnestedt et al. en 2013, se concluye que es durante la noche cuando existen los niveles de ruido más bajos, y su origen está asociado más al ruido producido por alarmas y conversaciones entre el personal sanitario, y no a los cuidados del paciente39. Por lo tanto, dentro de las acciones que sugerimos para la disminución del ruido se encuentran: jornadas de educación al personal sobre los efectos del ruido en los enfermos, disponer de carteles alusivos a la importancia de mantener niveles bajos de ruido dentro del hospital, limitar las conversaciones cerca de los enfermos, reducir la intensidad de las alarmas en monitores30, disminuir la intensidad de la luz40, responder rápida y oportunamente a las alarmas sonoras, instruir al personal para que responda el teléfono de forma inmediata y atenuar la intensidad del timbre, no cerrar puertas y ventanas de forma violenta18 y colocar soportes para reducir los golpes, evitar el choque de mesas, sillas y soportes de soluciones contra la cama del paciente, modificar rutas de limpieza, paso de carritos repartidores de ropa y comida, no utilizar la radio35, televisión35 o teléfonos celulares dentro de la UCC, limitar o reducir las visitas de familiares y amigos, así como ubicar a los enfermos más graves lejos de las áreas más congestionadas o ruidosas. Las sugerencias expresadas son de fácil aplicación y no implican mayores costos para el hospital, sin embargo, podrán generar un cambio trascendental en el ambiente intrahospitalario para todos.
Conclusiones
Este sencillo estudio concluye que existen niveles elevados de ruido tanto en la UCIC como en la UCI de nuestro centro hospitalario y que superan lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Es un problema poco estudiado en México e Iberoamérica. Es urgente realizar acciones encaminadas a lograr una mayor participación del personal en la disminución del ruido, así como la realización de estudios que permitan analizar el efecto individual de las alarmas sonoras sobre el enfermo, la posición de los equipos de monitoreo para la generación de ruido y aquellas intervenciones sobre el enfermo que incrementan el ruido, así como los posibles efectos en la salud.