Paciente masculino de 34 años, profesionista, sin antecedentes de importancia; inició su padecimiento tras un viaje de 14 horas en avión (relata que la mayor parte permaneció dormido). Despertó con un dolor intenso en la región cervical izquierda, con irradiación a la escápula ipsolateral; el dolor no disminuyó con analgésicos habituales, por lo que acudió a un ortopedista que le prescribió AINE y relajante muscular por 10 días. Al no presentar mejoría, Ortopedia solicitó radiografías de la columna cervical (Figura 1) y recomendó un collarín cervical blando. Después de tres días de uso, disminuyó la sintomatología cervical, sin llegar a desaparecer del todo, pero se presentó un dolor intenso sublingual bilateral, sobre todo durante la masticación y deglución, por lo que fue canalizado a rehabilitación. En la exploración, se observó al paciente con collarín cervical, movilización pasiva y activa limitada a 45o en las rotaciones, moderadamente dolorosa; la flexión completa ocasionaba dolor en la región cervical; la extensión completa no era dolorosa; exploración neurológica normal. Tenía dolor sublingual en la apertura bucal máxima y durante el desplazamiento lateral de mandíbula; se encontraron puntos gatillo presentes en la palpación digital del pilar anterior de las fosas amigdalinas. Por las manifestaciones de cervicalgia de 23 días sin antecedente traumático asociada a disfagia en la masticación y deglución tras el uso de un collarín blando, así como imagen en las radiografías sugestiva de alargamiento de la apófisis estiloides, se efectuó el diagnóstico presuntivo de neuralgia del glosofaríngeo versus síndrome de Eagle (SE). Se solicitó una tomografía (Figura 2), que corroboró el diagnóstico de SE, por lo que se retiró el collarín cervical y se canalizó a Otorrinolaringología para su tratamiento.

Figura 1: Radiografía lateral de la columna cervical, que muestra en (A) elongación de apófisis estiloides (flechas); en (B), acercamiento de la imagen.

Figura 2: Reconstrucción tomográfica tridimensional de la base del cráneo y columna cervical; muestra la apófisis estiloides alargada; vista en plano coronal (A); en plano sagital (B).
En este caso particular, la sintomatología inicial correspondió a un síndrome miofascial de la columna cervical por una postura inadecuada mantenida por varias horas, mientras que las manifestaciones de SE fueron condicionadas por el uso del collarín cervical. Otorrinolaringología, además de corroborar el diagnóstico, realizó una infiltración con esteroide de las zonas periamigdalinas, con lo que desapareció la sintomatología; el dolor cervical fue manejado con siete sesiones de ultrasonido terapéutico y ejercicios de la cintura escapular de los músculos relacionados con el cuello. El paciente fue dado de alta asintomático.
El proceso estiloides alargado se presenta en 4% de la población general; de ellos, sólo de 4 a 10.3% son sintomáticos. La incidencia del SE es de 0.16%, con predominio del género femenino, con relación 3:1.1 La elongación del estiloides puede ser bilateral, pero por lo general, la sintomatología es unilateral; no existe predilección entre el lado afectado; en general, las manifestaciones de cervicalgia por afección de los músculos de la nuca son infrecuentes;2 la edad de presentación habitual es después de la quinta década de la vida, pero se ha reportado en personas jóvenes.3 De acuerdo con el trabajo de Oztunç y sus colaboradores,4 en 208 pacientes (con estudio tomográfico) con dolor faringofacial, el grado de sintomatología, exceptuando la cefalea, es significativamente mayor en aquellos individuos con alargamiento de la apófisis estiloides.