PRESENTACIÓN DE UN CASO CLÍNICO
Paciente varón de 64 años de edad, originario de Michoacán y residente del Ecatepec, Estado de México, que laboró por 4 años -de 1966 a 1970- como cortador de vidrio y en hornos de fundición en una fábrica de vidrio donde manipuló productos derivados del asbesto, además vivió durante 5 años en una casa construida con láminas de asbesto-cemento. Se presentó al servicio de neumología en diciembre de 2011 por disnea de 3 meses de evolución, tos con expectoración profusa, palidez, pérdida de peso, cefalea y astenia. Se solicitó tomografía axial computada simple y contrastada de tórax, donde se identificaron imágenes compatibles con derrame pleural, engrosamiento pleural nodular, encapsulamiento de pulmón, disminución de campo pulmonar, masa pleural y engrosamiento mediastinal, todo esto en hemitórax derecho (figura 1). Tras estos hallazgos se procedió a realizar biopsia por toracoscopía, la que confirmó el diagnóstico de mesotelioma maligno pleural (MMP) de tipo epitelial en febrero de 2012; por lo que la latencia, es decir, el tiempo que sucedió entre la exposición y el desarrollo de la enfermedad, fue de 46 años.
DISCUSIÓN Y ANÁLISIS
El mesotelioma maligno pleural (MMP) es un tumor causado por la exposición a todos los tipos de asbesto, es más frecuente en hombres, su pronóstico es malo para la vida y la función a corto plazo, con una sobrevida promedio de 6 meses (rango de 4 a 18 meses). En México, existe una epidemia de este cáncer: de 1979 a 2010, según cifras oficiales, hubo 2663 muertes por MMP, pero existe un subregistro del 71%, lo que significa que hubo 4502 muertes en ese periodo y aproximadamente 500 casos anuales1,2.
Clínicamente el cuadro es inespecífico, los pacientes pueden presentar tos, disnea, pérdida de peso, dolor pleurítico y derrame pleural, signos que son compartidos con varias enfermedades pleuropulmonares. El periodo de latencia es de 15 a 50 años, por lo que el diagnóstico constituye un reto y para lograrlo es fundamental hacer una historia detallada de exposición laboral y ambiental al asbesto, así como pruebas de laboratorio e imagenología, las cuales actualmente no son lo suficientemente sensibles ni específicas para diagnosticarlo con certeza. El estándar de oro para MMP es la biopsia con inmunohistoquímica, donde los tipos histológicos descritos son: a) epitelial (60-80%), b) sarcomatoide (10%), y c) bifásico (30%)1. El diagnóstico diferencial del MMP, se hace con metástasis de cáncer broncogénico (36%), mama (25%), adenocarcinoma pleural, linfoma, tumores gastrointestinales y tuberculosis2,3.
En cuanto al diagnóstico tomográfico, la tomografía computarizada (TC) del MMP, grupos de expertos han propuesto criterios para lograr mejorar su precisión -reportando una sensibilidad de 93.2% y especificidad de 65.6%- y sugieren identificar 10 características que son las más frecuentes en la TC: derrame pleural unilateral, engrosamiento pleural nodular, engrosamiento de la cisura interlobar, engrosamiento pleural mediastinal, encapsulamiento del pulmón, atrapamiento de placa calcificada, invasión, disminución pulmonar, hemitórax contraído y masa pleural. Estos criterios constituyen una manera sencilla y de fácil aplicación en la práctica clínica, y si bien aún no sustituyen al estándar de oro, permiten orientar efectivamente hacia el diagnóstico de MMP en los expuestos al asbesto4,5.
Desafortunadamente, el tratamiento en este cáncer es solo paliativo, ya que la quimioterapia y la radioterapia no tienen efecto sobre el tumor. Por lo tanto, la única manera de detener la epidemia de MMP, es la prohibición del uso del asbesto en México, como única medida de prevención primaria, y mejorar los métodos para el diagnóstico temprano y oportuno, como prevención secundaria.