Señor editor: La cavidad bucal juega un papel fundamental en la colonización por el virus SARS-CoV-2 y en la transmisión e infección de Covid-19.1 De acuerdo con la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA , por sus siglas en inglés), los odontólogos y asistentes dentales son clasificados como trabajadores con riesgo muy alto a la exposición al SARS-CoV-2.2 Esto se deriva de la corta distancia física entre el odontólogo y el paciente durante el tratamiento, del tiempo prolongado de cercanía, de la exposición a saliva y de la manipulación de dispositivos e instrumentos que pueden generar gotas y aerosoles.1 Debido a esto, los odontólogos han reforzado sus barreras de protección, las cuales incluyen cubrebocas quirúrgicos N95, caretas, gorros, bata quirúrgica desechable, respiradores, protectores faciales, cubre zapatos, entre otras.3,4,5
A pesar de estas medidas de protección, adicionalmente, la World Health Organization,3 la American Dental Association4 y la Secretaría de Salud del Gobierno de México5 recomiendan el uso de enjuagues antisépticos bucales previo a cualquier manipulación en boca, con la finalidad de reducir la carga viral de SARS-CoV-2 en cavidad oral, nasofaringe y orofaringe. Los agentes antisépticos bucales sugeridos son: 15 ml de peróxido de hidrógeno al 1%, 9 ml de yodopovidona al 0.5%; 15 ml de clorhexidina al 0.12%, y 15 ml de cloruro de cetilpiridinio al 0.05%, todos durante 30 segundos.1
La reducción de la carga viral en cavidad oral tiene un impacto en el riesgo asociado con la transmisión e infección de SARS-CoV-2.3,4,5 Primero, al ser menor la carga viral se ha observado una menor gravedad de Covid-19.6 Segundo, la cantidad de partículas del virus expulsadas por el portador podría reducirse parcialmente y, por tanto, los aerosoles tendrían menos viriones.6 Esto último se considera debido a que el número de receptores de la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE-2) es mayor en las glándulas salivales en comparación con otros órganos, como los pulmones.6
Actualmente se realizan diversos ensayos clínicos para evaluar cuál de todos los antisépticos reduce más la carga viral de SARS-CoV-2; sin embargo, consideramos que los beneficios de cualquiera de ellos superan efectos secundarios. Por tanto, su implementación en pacientes debe ser prioridad previa a la atención odontológica.