D O C U M E N T O

Palabras del presidente de la mesa directiva

SENADOR ENRIQUE JACKSON RAMÍREZ*

En el Salón “Juárez” del Senado de la República, sede de la Comisión Permanente, se encuentra el señor rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor Juan Ramón de la Fuente.

Han sido comisionados los señores: diputado Manlio Fabio Beltrones, senador José Alberto Castañeda, senador Jesús Ortega y diputado Guillermo Velasco, para que inviten al señor rector Juan Ramón de la Fuente a que nos acompañe en este recinto. Esperamos el arribo del señor rector para iniciar la Sesión Solemne.

La Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión acordó, unánimemente, celebrar esta Sesión Solemne para conmemorar los 75 años de la Autonomía de nuestra Universidad Nacional. Para el Congreso mexicano es una alta distinción y le damos la más cordial bienvenida al señor rector, doctor Juan Ramón de la Fuente, y a nuestro compañero diputado Francisco Arroyo, vicepresidente de la Cámara de Diputados.

Estimamos, de igual manera, la distinguida presencia de los integrantes de la Junta de Gobierno de nuestra Universidad, del Patronato Universitario, de los señores ex rectores de la Universidad Nacional Autónoma de México, de los dirigentes de los sindicatos de nuestra Universidad y, por supuesto, de las directoras y directores de institutos, centros, facultades y escuelas de nuestra Universidad. Sean todos, cada una y cada uno, bienvenidas y bienvenidos a esta Sesión Solemne.

Celebrar la autonomía es resaltar los valores de la Universidad pública, de las instituciones del Estado mexicano, de las libertades públicas y de la confianza que tiene la sociedad en la comunidad universitaria. Es reconocer los muchos años de lucha por la democracia, en la historia de grandes esfuerzos por alcanzar la justicia, la verdad y la libertad, valores esenciales del espíritu universitario. Es reconocer el pensamiento y el hacer responsable, creativo y crítico de muchas generaciones de universitarios. Es asumir que la universidad pública representa el Estado solidario, el Estado social eficaz. Es elevar la Universidad al rango de institución, que ha trascendido generaciones, personalidades, épocas. Por eso, porque es institución, conserva su continuidad. Por eso, moderniza su proyecto. Por eso, amplía su trabajo, propaga sus ideas y es fiel a sus ideales.

Conmemorar la autonomía universitaria es reafirmar nuestras libertades públicas. La autonomía, que es derecho y libertad, también es deber y es responsabilidad. Responsabilidad en generar conocimiento y en impulsar su ejercicio, su aplicación a la buena marcha del país. Al conocimiento y a la educación superior tenemos que verlos como un bien social.

Si de verdad los mexicanos optamos por un México viable, competitivo, capaz de ofrecer respuesta, oportunidades, desarrollo y más y mejores empleos, debemos volver a ver a la universidad pública.

Nuestro reto debe ser formar a la generación mejor educada, mejor preparada de toda nuestra historia. La educación, la investigación, la ciencia, la cultura, la tecnología son la soberanía del siglo XXI.

La educación es la mejor herramienta para salvaguardar nuestra democracia, es nuestra principal defensa en contra de las tentaciones demagógicas.

La educación combate lo mismo la pobreza que la desigualdad. La educación es la mejor arma contra el autoritarismo, contra la intolerancia y contra la irracionalidad de quienes están atrapados en el pasado.

La educación, las libertades, la diversidad, la tolerancia, son las que deben elevar el debate sobre los temas nacionales, las que deben propiciar un clima de concordia, de razones, de responsabilidad, de acuerdos. Apoyados en ella debemos superar lo banal, el escándalo y abordar a fondo los reclamos sociales, los rezagos nacionales y encontrar las soluciones que la sociedad exige y el país necesita.

Señor rector, señoras legisladoras, compañeros legisladores, señoras y señores:

En 1929, en el Dictamen de las Comisiones que en aquel entonces autorizaba al Ejecutivo Federal a expedir la Ley que estableciera la Universidad Nacional Autónoma, se expresa en el cuerpo del Dictamen: “Justo Sierra dijo que el Estado, para constituir la Universidad se había desprendido espontáneamente de una suma de poder que nadie le disputaba, que lo había hecho convencido de que el gobierno de la ciencia debe pertenecer a la ciencia misma”.

Ahora, a 75 años de la autonomía de nuestra Universidad, es evidente y está a los ojos de todos que los universitarios han ejercido con toda responsabilidad la libertad y su autonomía; han sabido honrar la confianza que la nación les otorgó.

La autonomía fue el resultado de convicciones, de ideas, de entrega, de congruencia y de lucha de numerosos visionarios; visionarios libertarios. Para honrarlos a todos, en su memoria, permitan que mencione algunos de ellos:

Abelardo Rodríguez, Alberto Vázquez del Mercado, Alejandro Gómez Arias, Alfonso Cabrera, Alfonso Pruneda, Ángel Carvajal, Antonio Caso, Carlos Zapata Vela, Ciriaco Pacheco Calvo, Daniel Cosío Villegas, Emilio Portes Gil, Ezequiel A. Chávez, Ezequiel Padilla, Félix F. Palavicini, Genaro Fernández McGregor, Ignacio García Téllez, José María de los Reyes, José Natividad Macías, Luis Cabrera, Luis Rubio Siliceo, Manuel Gamio, Manuel Gómez Morín, Manuel Toussaint, Miguel E. Schultz, Nemesio García Naranjo, Pedro de Alva, Pedro Enríquez Ureña, Rafael de la Mora, Ricardo García Villalobos, Salvador Azuela, Valentín Gama.

De nuevo el Congreso mexicano sella su compromiso, su alianza con la educación pública y, por supuesto, con nuestra querida Universidad Nacional Autónoma de México. Muchas gracias.