El orden Amphipoda Latreillei,1816 es uno de los grupos más importantes entre los crustáceos que habitan las aguas epicontinentales debido a su función en las redes tróficas como detritívoros (Vainola et al., 2008; Rogers et al., 2010). Estos anfípodos han sido estudiados ampliamente para entender su rol ecológico y complejidad taxonómica, un ejemplo de ello es el género Hyalella Smith, 1874.
En México, se han registrado cuatro especies del género Hyalella: Hyalella azteca (Saussure, 1858), Hyalella cenotensisMarrón-Becerra, Hermoso-Salazar & Solís-Weiss, 2014, Hyalella mayaMarrón-Becerra, Hermoso-Salazar & Solís-Weiss, 2018 y Hyalella tepehuanaMarrón-Becerra, Hermoso-Salazar & Rivas, 2020 (González & Watling, 2002; Marrón-Becerra et al., 2014, 2018, 2020). Sin embargo, este género es reconocido como un grupo muy diverso cuyos estudios de distribución y taxonomía en México son escasos, de ahí la importancia de ahondar en su distribución y aspectos taxonómicos para mejorar el conocimiento del género en México. Así, el objetivo de este trabajo es registrar una nueva localidad de H. azteca en Morelos, México, pero también describir algunas variaciones morfológicas observadas en machos.
El material biológico fue recolectado durante una exploración en invierno de 2018 en el Rio Cuautla, Morelos, México, cerca de una zona de cultivo de berro. Los anfípodos fueron separados manualmente de las algas filamentosas donde habitaban y preservados en alcohol al 70%. En laboratorio, los anfípodos fueron disectados y montados en láminas semipermanentes con glicerina. Posteriormente, los especímenes se identificaron con literatura especializada (González & Watling, 2002;) utilizando un microscopio óptico. El material fue depositado en la “Colección Nacional de Crustáceos” (CNCR) del Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México.
Familia Hyalellidae Bulyčeva, 1957
Hyalella azteca (Saussure, 1858) (Fig. 1)
![](/img/revistas/hbio/v30n2//0188-8897-hbio-30-02-177-gf1.jpg)
Figura 1 Hyalella azteca del Rio Cuautla, Morelos, México. A hábito del macho, B hábito de la hembra, C-C’ hábito de hembra juvenil, G2 propodio del gnatópodo 2 mostrando el lóbulo posterior, T telson mostrando la mayor distancia entre las setas apicales. Barras de escala 1 mm (A, B, C, C’, G2) y 0.1 mm (T).
Material examinado
7 adultos ♂♂, 4.5-7.8 mm; 2 adultos ♀♀, 5.5-7 mm; 24 juveniles ♀♀, 0.7-1.5 mm. 18.827° N, 98.941° W (15 cm de profundidad). CNCR 35714.
Diagnosis
Pleonitos 1-2 con espina en el margen dorsoposterior. Gnatópodo 1 con propodio en forma de martillo, palma transversal, sin setas en el borde anterior, cara interna con 4 setas paposas y escamas setosas en los bordes anterodistal y posterodistal. Ganotópodo 2 del macho con 2 setas en el margen posterior del basis; palma más corta que el margen posterior, ligeramente oblicua, irregular, margen anterior con un proceso amplio truncado. Urópodo 3 con una rama tan larga como el pedúnculo, estiliforme, con 4 setas apicales simples y 1 cónica. Telson tan ancho como largo, redondo pero agudo en la punta, con dos setas apicales cercanas largas y simples (González & Watling, 2002).
Comentarios
Hyalella azteca ha sido registrada previamente en 13 estados de México (Marrón-Becerra, 2017), sin registro en Morelos previo a este trabajo. González & Watling (2002) enfatizan que el complejo de especies de H. azteca necesita un análisis taxonómico más amplio para una determinación inequívoca, ya que la identificación es dudosa en la región y sugieren restringir su área de distribución actual a su localidad tipo en Veracruz, México. En este sentido, es importante reconocer las variaciones morfológicas de la especie en la zona. Los individuos machos recolectados en Morelos son morfológicamente distintos al material de González & Watling (2002), en virtud de algunas estructuras como el lóbulo más grande en el margen posterodistal del propodio del gnatópodo 2 y la distancia mayor entre las setas presentes en la punta del telson (Fig. 1), no tan cercanas como en la redescripción de H. azteca, mientras que la morfología de las hembras es consistente con el material de González & Watling (2002). Estas observaciones no pueden revelar la existencia de una nueva especie o especie provisional, sin un análisis taxonómico y molecular más amplio como lo sugieren González & Watling (2002), Graening et al. (2012) y Marrón-Becerra (2017).