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Problemas del desarrollo

versão impressa ISSN 0301-7036

Prob. Des vol.40 no.158 Ciudad de México Jul./Set. 2009

 

Editorial

 

En este orden de problemas, Carlos Encinas Ferrer pone su lente en determinados sectores sociales y en particular en la segmentación racial, para medir la distribución del ingreso en los Estados Unidos de América, cuando considera: "La aplicación, a partir de 1980, de la política económica neoliberal, al mismo tiempo que desmantelaba gran parte del Estado de bienestar a través de una serie de planes de ajuste y recortes presupuestarios en áreas como salud y seguridad social, redujo en forma importante los impuestos a los altos ingresos. Se daba como un hecho incuestionable 'la teoría económica del derrame o del goteo de la riqueza de arriba abajo' (trickle down effect), según la cual el crecimiento económico generaría automáticamente mayor empleo, mayor ingreso y, por lo tanto, mayor consumo [...] Una rápida revisión de las estadísticas de los Estados Unidos de América nos muestra que durante los últimos 35 años ha habido un reducido crecimiento de los ingresos anuales reales del 40% de las familias norteamericanas pertenecientes a los dos primeros quintiles de población. En cambio, los grupos de mayor ingreso, en especial el de las familias blancas, cada vez han concentrado más riqueza en sus manos".

El autor evalúa que "ha mostrado la existencia de un punto de quiebre (break point) en el año 1981 en las series de la evolución del ingreso medio por familia y de la concentración del ingreso en manos del 5% y 20% más rico de los EEUU. Este punto de quiebre coincide con la implantación de las medidas neoliberales de reducción del Estado de bienestar y reducción de impuestos a los niveles altos de ingreso. Al separar el antes y el después y ver sus tendencias queda claro que algo pasó en la economía que impidió que la gran mayoría de la sociedad norteamericana compartiera el crecimiento económico. Lo anterior resulta más dramático si tomamos en cuenta que dicho punto de quiebre no aparece en la tendencia del crecimiento del PIB".

En otro escenario pero también con las características que son inherentes a los problemas laborales y comunes a la gran mayoría de nuestros países latinoamericanos, se estudia el caso de la informalidad en el trabajo. Dos autoras, Verónica Amarante y Alma Espino, lo tratan en Informalidad y desprotección social en Uruguay. El estudio considera que "La informalidad, entendida en la concepción tradicional de la OIT, es un fenómeno relativamente estable en la esfera nacional, que no registra cambios significativos a lo largo de los ciclos económicos. Respecto de la desprotección social, se detecta una tendencia al incremento en los últimos años, aunque en 2005 se produce una reducción [...] Para los trabajadores independientes, las causas de la desprotección parecen estar asociadas tanto a los bajos ingresos obtenidos como a la falta de adecuación de los sistemas de afiliación a la seguridad social a la realidad de estos trabajadores. En este caso no parece que pueda refrendarse la hipótesis de una respuesta racional de los agentes económicos".

Hace apenas unos meses se presentó en nuestro Instituto un valioso trabajo de dos de nuestros colegas, Revolución informática, nuevo ciclo industrial e industria electrónica en México, cuyos autores, Alejandro Dabat y Sergio Ordóñez, analizaron los impactos en el país de esta innovación tecnológica. Es ahora Sergio Ordoñez quien —prosiguiendo con los más recientes avances de su investigación— nos ofrece nuevas reflexiones a la luz del avance de la crisis económica. De este modo, en su artículo La crisis global actual y el sector electrónico-informático, subraya: "la crisis ha afectado poco a las actividades principales del SE-I en México, gracias a que antes tuvieron un considerable flujo de ingresos que las hace estar bien posicionadas para enfrentarla y erigirse en un elemento dinámico de la recuperación del país. Sin embargo, es muy probable que el buen posicionamiento y su potencial papel dinámico inhiban las reformas necesarias en la modalidad de crecimiento de ambas actividades que permitan al SE-I nacional tener un verdadero poder de arrastre no sólo sobre el elemento importado sino sobre el conjunto de la economía interna, además de contribuir a la formación de una infraestructura competitiva, consistente y dinámica para la integración internacional y el desarrollo interno de procesos de conocimiento. Sin embargo, la salida de la crisis requiere superar la etapa de la 'autorregulación privada' en la que se sustenta el neoliberalismo -como modalidad de la globalización y del capitalismo del conocimiento-, dominada por el capital financiero, para dar paso a una nueva etapa dominada por el capital productivo, que necesariamente se acompañará de intensas reformas político-institucionales orientadas al fortalecimiento de la capacidad del Estado frente al mercado en el proceso de gobernancia económica, así como una nueva incidencia de organizaciones sociales emergentes".

En el ámbito del análisis de los problemas del crecimiento económico en México continúa abierto el interrogante acerca del peso que sobre éste ejerce la IED. Para ello, Olajide Oladipo y Belem Vásquez buscan respuesta en The Controversy about Foreign Direct Investment as a Source of Growth for the Mexican Economy, donde consideran: "los factores clave que inciden en el crecimiento económico de México son la IED, la inversión interna, las exportaciones, el capital humano y, en menor medida, el porcentaje de consumo del gobierno, el balance fiscal con respecto al PIB y el grado de desarrollo del mercado financiero. Sin embargo, vale la pena mencionar que si bien el impacto de la IED en el crecimiento es positivo, éste es todavía menor que el de la inversión interna. La razón de esto es que la IED todavía se concentra en algunas industrias de bajo valor agregado, como la industria maquiladora, o en industrias donde la integración con proveedores locales es limitada [...] La implicación de política pública que tiene la asociación positiva entre exportaciones, IED y crecimiento del PIB revela que la reforma económica y el cambio hacia el libre mercado ayudaron a la economía a relocalizar sus recursos en usos productivos. En otras palabras, para atraer más capital de IED, México tiene que seguir desarrollando sus recursos de capital humano, invertir en infraestructura e introducir reformas que produzcan incentivos para los inversionistas buscadores de ganancias. Estos factores no solamente mejorarán los beneficios de la IED, sino también incrementarán el impacto de la inversión interna en el crecimiento económico".

Una temática necesaria e incluyente para el desarrollo económico es la sustentabilidad. Tres investigadores del Instituto de Ingeniería y del Posgrado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en Política mexicana e indicadores de sustentabilidad hacen hincapié en "la falta de una política energética de desarrollo sustentable en el país". Su análisis concluye con una afirmación categórica: "En las últimas décadas, la política energética nacional se ha concentrado en criterios de apertura del mercado y debilitamiento de los organismos públicos, en la sobreexplotación del recurso petrolero para exportación sin las inversiones necesarias para ampliar las reservas, en una visión de seguridad energética de América del Norte, la transición hacia el gas natural importado, y la utilización de Pemex y la CFE como instrumentos al servicio de las políticas de estabilidad macroeconómica. En este marco, se han debilitado los criterios de autarquía, robustez, transición energética hacia fuentes renovables, medio ambiente y satisfacción de necesidades básicas, criterios propuestos por las propias agencias internacionales de energía [...] Bajo la metodología planteada, que es una adaptación de la presentada por CEPAL et al. (2003), el sistema energético mexicano resulta ser menos sustentable en el año 2006 de lo que fuera en 1997".

Noé Arón Fuentes y Adelaido García Andrés conocen, y así lo afirman, que "la búsqueda de sectores clave de la economía basada en relaciones de causalidad (encadenamientos) hacia adelante y hacia atrás ha sido un tópico al que se ha dedicado un amplio esfuerzo intelectual durante las seis últimas décadas. Sin embargo, surge un problema cuando los sectores clave no se definen exclusivamente en términos del peso económico de los sectores o de la intensidad de las relaciones económicas directas, sino en función del papel que juegan las interrelaciones productivas en el entramado económico o relaciones económicas globales". En su estudio Jerarquización sectorial de la economía mexicana: un enfoque de teoría de grafos, sostienen: "las relaciones entre diferentes producciones sectoriales son completamente interdependientes: la fuerza y estabilidad de una estructura no sólo depende del peso de las relaciones entre los sectores sino de la posición relativa de los mismos. En este sentido, los grafos valuados y, en concreto, los de influencia relativa, permiten realizar este análisis. En el caso de la economía mexicana, haciendo uso del grafo de influencia (valuado) asociado al modelo de insumo-producto, se puede identificar el grupo de sectores clave: electricidad, agua y gas, construcción, comercio, transportes, correo y servicios de almacenamiento, servicios financieros y de seguros, servicios profesionales, dirección de corporativos y servicios de apoyo a negocios".

Alberto Morales Sánchez, en Teoría económica evolutiva de la empresa, considera que la TEE representa un avance conceptual y explicativo respecto de la teoría de la empresa establecida por la teoría neoclásica. Entre las modalidades de progreso explicativo señala: "1) la eliminación de esquemas previos incorrectos, concretamente del principio de racionalidad plena y sus consecuencias analíticas, que afecta todos los niveles de desempeño empresarial; 2) la incorporación de nuevos esquemas, principalmente la importancia del conocimiento productivo". Agrega más adelante: "La TEE ha identificado al conocimiento como factor primordial de la producción, plantea que la empresa como agente agregado 'sabe' más que cualquier agente individual; es decir, el conocimiento empresarial presenta un marcado sesgo colectivo como característica principal. Al no sustentarse lógicamente la idea de que la empresa es lo que son sus rutinas, y su derivación referente a que las rutinas 'son' lo que las habilidades para el individuo, es cuestionable que el concepto de rutina represente un verdadero progreso conceptual o explicativo en la teoría de la empresa [...] La 'caja negra' de la organización interna queda parcialmente abierta al no postular ningún elemento significativo y consistente en cuanto a la constitución e interrelación de los elementos internos".

Este número de la revista cierra su sección Artículos con un análisis del espacio financiero en Argentina. El autor de este estudio, Mariano Féliz, evoca los antecedentes de la profunda crisis de la economía de aquella nación hacia mediados de 1998 y se propone estudiar la Crisis cambiaria en Argentina, a partir de la determinación del tipo de cambio real para visualizar este caso en la dimensión de la convertibilidad y su crisis. Es un trabajo minucioso que comienza reflexionando teóricamente acerca de "las condiciones en que opera la competencia entre capitales [para los cuales] la escala de precios no se ajusta al interior de los países para alcanzar niveles de pleno empleo sino que los precios tienden a garantizar la igualación de las tasas de ganancia entre sectores para los capitales reguladores. En consecuencia, los precios son tendencialmente rígidos, determinados por los costos salariales y los niveles de productividad laboral, aunque los precios de mercado variarán en torno a esos niveles tendenciales [...] El enfoque propuesto por Shaikh para la determinación del tipo de cambio real basado en la lógica de la competencia entre capitales permite dar cuenta de la dinámica de conjunto de la economía argentina en la década de 1990. He ahí el germen de la crisis del mismo régimen de valorización en el desarrollo progresivo de la propia acumulación y el movimiento de los costos unitarios reales relativos de producción. Retomando la cita de Marx que sirve de epígrafe a este artículo, la crisis de 2001-2002 fue producto del éxito del capital en acumular, aumentar la productividad y, en consecuencia, bajar los costos unitarios, y no -como suele señalarse- producto de su fracaso [...] Luego de años de apreciación cambiaria poscrisis, la nueva crisis de acumulación pone sobre el escenario la disyuntiva entre la competitividad del capital (rentabilidad) y el bienestar material de los trabajadores. Las ganancias de competitividad de corto plazo sólo podrán ser factibles si la desvalorización nominal se convierte de manera persistente en la desvalorización real del tipo de cambio, devaluando a su vez los salarios o, lo que es menos probable, si se mejora sostenidamente el desempeño de la productividad".

Para concluir, se incluye un Comentario sobre las Causas de la recesión en los Estados Unidos de América (2007-2009), de Gerardo Reyes Guzmán. El autor apoya su trabajo en tres grandes bloques analíticos: a) los déficit gemelos de la economía de los EEUU, b) la crisis hipotecaria y c) el momento de las quiebras y los rescates. A manera de reflexión última, considera: "El epicentro de la crisis surgió en la banca de inversión, pero con ello se cimbró el paradigma de desregulación financiera, que se consolidó como modelo durante las décadas de 1980 y 1990. Se trata del fracaso de las expectativas racionales; del pensamiento económico ortodoxo que aseguraba que los mercados financieros tenían la capacidad de autorregularse fijando los precios de manera correcta y tendiendo al equilibrio".

 

La dirección de la Revista
México, Ciudad Universitaria, agosto de 2009

 

In Memoriam

Salvador Rodríguez y Rodríguez

(1941-2009)

No había mejor manera de iniciar el día en el Instituto de Investigaciones Económicas que encontrarse en el pasillo a Salvador Rodríguez. Su infaltable sonrisa y su generoso abrazo a todos nos hacían sentir como en casa. Su presencia nos reafirmaba el placer por el trabajo, y nos hizo pensar que la vida era para siempre. No fue así.

Cortaron arteramente su vida cuando se encontraba, como siempre, en plena actividad, con la mirada puesta en el próximo congreso de la Asociación Mexicana de Ciencias para el Desarrollo Regional (Amecider) para el que estaba trabajando, y con la ilusión de su retorno a París -donde obtuvo su doctorado hace 28 años-para desarrollar un nuevo proyecto de investigación durante su sabático, mismo que iniciaría en diciembre de este año.

Salvador entregó su trabajo a la Universidad Nacional Autónoma de México durante más de 35 años, como investigador en nuestro Instituto y como profesor en la Facultad de Economía y en la Escuela Nacional de Trabajo Social. Especialista en estudios regionales, fue uno de los fundadores de Amecider en 1994, asociación de la que fue presidente y vicepresidente en distintos periodos. Hasta el día de su muerte, fue miembro de su Comité Ejecutivo.

Durante una década tuvo la responsabilidad de dirigir y editar el principal órgano de difusión del IIE, la revista Problemas del desarrollo, tarea que desempeñó exitosamente.

Fiel a su carácter, recorrió incansablemente varios países de Latinoamérica con el afán de promover la revista hasta colocarla entre las principales publicaciones de análisis especializadas en su tema.

Salvador Rodríguez deja atrás sólo amigos y seres queridos. Siempre añoraremos su entusiasmo, sus proyectos... y sus prisas.

Problemas del desarrollo. Revista latinoamericana de economía está de luto.

Jorge Basave Kunhardt

Director del Instituto de Investigaciones Económicas

 

Salvador Rodríguez y Rodríguez

(1941-2009)

Cuando la vida se apaga frente a aquello que la ciencia no ha podido explicar, nos despedimos con pesar de quien hasta ayer transitó con nosotros diferentes cotidianidades, como en el caso de un compañero de trabajo. Cuando al dolor de la pérdida se agrega la violencia de un asalto callejero, cuando gratuitamente se nos arrebata a un ser cuya personalidad exhalaba cortesía, cordialidad y alegría de vivir, inmediatamente los enemigos de la serenidad, la indignación y la exasperación, se abren paso entre nosotros. Salvador Rodríguez y Rodríguez nos ha dejado, mejor dicho, nos lo han arrancado. Y nosotros, sus compañeros, nos resistimos a aceptarlo.

Podría comenzar por exaltar sus múltiples actividades como investigador, entre ellas la de dirigir exitosamente la revista Problemas del desarrollo durante casi una década. Su trabajo deja testimonio de su importante presencia en nuestro principal órgano de difusión. Cabría también decir que entre sus numerosas investigaciones sobre problemas regionales se dio el tiempo para impulsar y consolidar asociaciones científicas con cuyas metas se comprometió profundamente. Pero también podría recordar que hace apenas unos días estuvo aquí, en la oficina de la revista, revisando un antiguo número de la publicación, y que su visita nos permitió conversar sobre su proyecto académico de sabático que comenzaría en diciembre próximo. No tengo duda de que todas estas vivencias se entretejen con el carpe diem que emanaba de su personalidad. Hablar de la obra de un maestro sin recordar su compromiso institucional, el que guió el desarrollo de la vida académica de Salvador Rodríguez, sería dejar un testimonio trunco.

Durante las más de tres décadas compartidas como colegas de nuestra institución, nunca pude comprender hasta hoy el porqué Salvador corría para llegar siempre a tiempo a saludar y abrazar afectuosamente a sus compañeros de trabajo. Aún ahora no entiendo cómo lograba estar siempre en los momentos y eventos más importantes de nuestra institución ni cómo se las arreglaba para interceder como desfacedor de entuertos. Salvador ha sido parte activa del Instituto de Investigaciones Económicas, y como tal reclamamos su memoria.

Esther Iglesias Lesaga

Directora de la Revista

 

Nota

Las nuevas lecturas sobre los alcances de la crisis económica actual sacuden también hoy a una diversidad de temáticas que llegan hasta nuestra revista. Muy pocos de los trabajos que aquí aparecen se desvinculan directa o indirectamente de esta problemática. No obstante y en muchos casos, algunas reflexiones aparecen aún de manera menos concluyente que para otros problemas —aparentemente menos coyunturales—, ya que vienen siendo revisitados desde hace varios años y a partir de ángulos muy diversos.

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