Introducción
La dirección de tesis puede considerarse un aspecto fundamental de la formación doctoral. Los estudios que analizan la graduación en este nivel la consideran como uno de los principales factores que pueden favorecer o impedir la finalización de la tesis (Carlino, 2005; De Clercq, Devos, Azzi, Frenay et al. 2019; Ehrenberg, Zuckerman, Groen y Bruker, 2010). Dada la importancia que tiene lleva a cabo esta actividad (Abiddin y West, 2007; Bell-Ellison y Dedrick, 2008; De la Cruz Flores, García Campos y Abreu Hernández, 2006; Difabio de Anglat, 2011; Marsh, Rowe y Martin, 2002; Ribau, 2020), la relación estudiante-director(a) (Åkerlind y McAlpine, 2017; Jones, 2013; Kiley, 2011; Orellana, Darder, Pérez y Salinas, 2016), la formación del director(a) (Fulgence, 2019; Lee, 2018) y los estilos de dirección (Boehe, 2016; Deuchar, 2008; Gruzdev, Terentev y Dzhafarova, 2020; Mainhard, Van der Rijst, Van Tartwijk y Wubbels, 2009), entre otros aspectos.
Aquí entendemos la dirección de tesis como una práctica formativa, un acuerdo pedagógico entre director(a) y doctorando(a) en trabajar por la realización de la tesis (De la Cruz Flores, Chehaybar y Abreu, 2011; Fernández Fastuca, 2018; Halse y Malfroy, 2010; Jackson, Davidson y Usher, 2022; Moreno Bayardo, 2007). El director(a) guía y orienta al doctorando(a) en su proyecto de investigación.
Algunas investigaciones sobre este vínculo pedagógico se han concentrado en los estilos de dirección (Boehe, 2016). Gruzdev, Terentev y Dzhafarova (2020) establecen que estos son abordados de distintos modos: desde parte de la cultura académica hasta un concepto psicológico dentro de los estilos cognitivos. En el marco de este abanico conceptual, Boehe define los estilos de dirección como “[…] los principios que gobiernan la relación entre director y tesista sean estos intencionales o no, explícitos o implícitos” (Boehe, 2016:2).
Los estudios realizados sobre la temática (Farji-Brener, 2007; Franke y Arvidsson, 2011; Gatfield, 2005; Gurr, 2001; Mainhard et al., 2009; Murphy, Bain y Conrad, 2007) se han centrado en identificar y caracterizar dichos estilos, presentando diversas tipologías según la definición que tomen, por ejemplo, focalizándose más en la dimensión organizativa de la dirección de tesis que en la pedagógica. Entre los pocos estudios que sí se enfocan en esta última dimensión, algunos identifican estilos de dirección similares, aunque los pueden denominar de modo distinto. Por ejemplo, Fernández Fastuca (2019) y Gu, He y Liu (2017) se basan en los estilos directivo y orientador, a los que definen de forma similar. Fernández Fastuca (2019) construyó una tipología y agregó un tercer estilo denominado acompañante. Por su parte, Gruzdev, Terentev y Dzhafarova (2020) construyeron una categoría con distintos estilos que van desde aquel que tiene un alto grado de compromiso con su tesista y la/lo guía en la publicación, le recomienda expertos y orienta en la tesis -a quien denominan superhéroe- hasta el que no cumple ninguna de las funciones esperadas, es decir, el ausente. Si bien pareciera que directores(as) y tesistas prefieren más aquellos caracterizados por mayor estructura y apoyo (Saleem y Rana, 2019), estos estilos podrían presentarse de diferentes maneras dependiendo del género de ambos actores, el área de conocimiento en la que se inscribe o el grado de avance del proyecto de tesis.
Varias investigaciones informaron que las mujeres tienen más probabilidad de abandonar su doctorado que los hombres y que la combinación de género con pobre soporte económico incrementa esta probabilidad (Wollast, Boudrenghien, Van der Linden, Galand et al., 2018). En relación con esto, Ampaw y Jaeger (2011) sugieren que la falta de oportunidades o apoyo podrían estar incidiendo en la tasa de abandono. En un estudio donde se analizó el efecto de variables sociodemográficas y diferentes tipos de apoyo, De Clercq et al. (2019) encontraron que el género y el apoyo ofrecido por el director(a) eran predictores significativos del sentido de progreso y las intenciones de persistir en el doctorado. Luego de controlar variables contextuales y del financiamiento, encontraron que las mujeres tienen una percepción de su progreso e intenciones de persistir más bajas que los hombres.
No solo la graduación fue analizada en relación con el género. Bell-Ellison y Dedrick (2008) analizaron las cualidades deseadas en quien dirige y hallaron que las y los estudiantes buscan cualidades similares en su director(a) independientemente del género.
Sin embargo, según el relevamiento realizado no se dispone de investigaciones que analicen los estilos de dirección según el género de las y los tesistas o directores, si bien sí existen algunos estudios que analizan, por ejemplo, las necesidades de orientación, las posibilidades de graduación según el género o las dificultades de la dirección de tesis en relaciones mujer-hombre u hombre-mujer (De Clercq et al., 2019; Dedrick y Watson, 2002; Johnson, Lee y Green, 2000; Wollast et al., 2018). Es decir, hay evidencia sobre la importancia del género en algunas dimensiones relacionadas con la dirección de tesis y el trayecto de formación doctoral; por ello, resulta relevante indagar si también existe relación entre género y estilos de dirección de tesis.
A su vez, varios estudios mostraron que las tasas y los tiempos de graduación también varían en función del área de conocimiento, siendo más probables y breves en ciencias naturales que en ciencias sociales y humanidades (Ehrenberg et al., 2010; Wainerman, 2018). En este sentido, Saleem y Mahmood (2017) encontraron que la satisfacción con la dirección es menor en tesistas de ciencias sociales que de ciencias naturales, lo cual podría ser un indicio de mejores habilidades de dirección o estilos de aproximación a la dirección en estas últimas áreas de conocimiento.
Por otra parte, la etapa inicial de tesis es donde se presenta la mayor tasa de abandono, particularmente en los primeros dos años (Wollast et al., 2018). En consecuencia, es en esta etapa donde sería más necesario el apoyo directo y la orientación por parte de las y los directores (De Clercq et al., 2019; Deuchar, 2008; McAlpine y McKinnon, 2013; Odena y Burgess, 2017). De hecho, De Clercq et al. (2019) mostraron en un estudio longitudinal cuantitativo que la influencia del apoyo del director(a) en la intención de persistir es moderada por la etapa de avance en el doctorado: es más fuerte al principio, más débil en el medio y casi nula al final. Asimismo, otras investigaciones señalan al doctorado como un trayecto en el que se va desarrollando mayor autonomía (Johnson, Lee y Green, 2000; Torres Frías, 2014), por lo que sería esperable que el rol y el estilo de dirección cambiasen a lo largo de este.
Estos datos permiten vislumbrar la importancia de realizar estudios que consideren los estilos de dirección y su relación con el grado de avance del proyecto de tesis, la disciplina en la que se inscribe el mismo o el género de tesistas y directores(as). Sumado a esto, la mayoría de la literatura sobre estilos se basa en estudios cualitativos (Boehe, 2016; Deuchar, 2008; Gatfield, 2005; Gruzdev, Terentev y Dzhafarova, 2020; Gurr, 2001), por lo que hay una necesidad de avanzar en estudios que exploren y describan empíricamente los estilos de dirección desde la perspectiva de ambas partes. A partir de la evaluación de los estilos mencionados, esta investigación se propone explorar y describir las diferencias en tres estilos de dirección según género, área de conocimiento y grado de avance en la tesis, considerando las perspectivas de dos grupos: uno de directores(as) y otro de tesistas.
Marco conceptual
La dirección de tesis es una práctica formativa en la que el director(a) brinda guía y orientación al (la) tesista para que pueda realizar su investigación. Algunos trabajos la definen como una labor tutorial (De la Cruz Flores, Chehaybar y Abreu, 2011; Moreno Bayardo, 2007). Las y los tutores son quienes brindan la posibilidad de aprender en la práctica, introducen a las y los estudiantes en las tradiciones de la profesión (De la Cruz Flores, Chehaybar y Abreu, 2011) y generan las condiciones necesarias para el aprendizaje.
Estas concepciones de la dirección de tesis reconocen el carácter de estudiante del (la) tesista (Corcelles, Cano, Liesa, González-Ocampo et. al, 2019; Johnson, Lee y Green, 2000; Torres Frías, 2014) y, por lo tanto, requieren de la enseñanza y orientación de quien dirige, alejándose de posturas más antiguas que sostenían que el doctorando(a) es un alumno autónomo con las competencias necesarias para desarrollar una tesis desde el inicio del trayecto (Manathunga, 2005). Así, el trayecto doctoral se concibe como uno hacia mayores niveles de autonomía por parte del (la) tesista. Podría sostenerse que, a medida que el o la estudiante desarrolla mayores competencias en el campo científico, menos orientación y guía del director(a) necesitaría.
La labor de la dirección se desarrolla en el despliegue de diversas funciones. De acuerdo con Fernández Fastuca y Wainerman (2015), las dos principales son la asesoría y la socialización académicas. La primera refiere a la orientación brindada para el conocimiento sustantivo del área de conocimiento y el desarrollo de nuevo conocimiento. Por su parte, la socialización académica implica la promoción del acceso a la cultura y a la comunidad académicas. Se introduce al (la) tesista en las normas, valores y prácticas de la comunidad académica (como la participación en congresos, publicación en revistas, colaboración en la presentación a subsidios). Estas funciones se expresan de distinto modo según los estilos que puede asumir quien dirige. Según Boehe (2016), estos son los principios que gobiernan la relación entre director(a) y tesistas. Las investigaciones que abordan la temática concluyen en tipologías de estilos de dirección que, si bien son producto de la investigación empírica, no dejan de ser conceptualizaciones difíciles de encontrar en estado puro. De hecho, puede haber directores(as) que presentan rasgos de distintos estilos simultáneamente. Algunas de las investigaciones sobre el tema abordan la dicotomía dirección sobreprotectora-dirección ausente (por ejemplo, Farji-Brener, 2007). Otras clasificaciones proponen estilos que varían entre una dirección centrada en la producción de la tesis y una enfocada en la formación del o la tesista o que ponderan la cualidad de líder de quien dirige (Murphy, Bain y Conrad, 2007; Franke y Arvidsson, 2011).
Aquí, a partir de estudios previos que proponen una tipología basada en la dirección de tesis en tanto práctica formativa, a diferencia de otras que analizan al director(a) en tanto líder (Fernández Fastuca, 2019), nos concentramos en tres estilos que fueron validados empíricamente mediante un estudio psicométrico (Sánchez-Rosas, Fernández Fastuca, Difabio de Anglat y Domínguez-Lara, en evaluación): directivo, orientador y ausente. El primero de ellos se caracteriza por entender la tarea como una instrucción, prescribiendo las actividades a realizar, por considerar al o la tesista como estudiante sin los recursos necesarios al inicio del doctorado para hacer frente autónomamente a la tesis; en este estilo las y los directores se distinguen por tener un rol activo y reunirse frecuentemente con sus tesistas. Por su parte, en el estilo orientador se caracterizan por concebir su tarea como una tutoría y buscar guiar al o la tesista, posicionándose en un segundo plano para generar las condiciones necesarias para el aprendizaje, además de reunirse periódicamente con sus tesistas para discutir sus avances y consensuar cursos de acción; estos directores(as) se identifican por describir al doctorado como un trayecto hacia mayores niveles de autonomía en la labor investigativa. Finalmente, el estilo ausente se caracteriza por directores(as) que entienden su tarea como meramente administrativa; se abstienen de participar del desarrollo de la tesis, ubicando su función solo al inicio y al final para verificar el informe final; consideran que el o la tesista es completamente responsable por el desarrollo de su trabajo. Los intercambios entre ambas partes para la discusión del trabajo son prácticamente nulos.
Los distintos estilos se han relacionado con diversas aristas de la educación doctoral. Gu, He y Liu (2017) concluyen que tanto el estilo directivo como el orientador se relacionan favorablemente con el desarrollo de la creatividad, uno fomenta la capacidad de autogestión del (la) tesista (dejando más tiempo para el pensamiento creativo) y el otro la motivación intrínseca. Por su parte, Gruzdev, Terentev y Dzhafarova (2020) informaron que al estilo ausente lo encuentran ligeramente más en tesistas que transitan el inicio del doctorado. Además, según los autores, la expectativa de graduación a tiempo es más alta entre quienes caracterizan a sus directores(as) como superhéroes o como los más involucrados.
Boehe (2016) analiza la relación entre los estilos de dirección y factores de contingencia. Identifica los siguientes factores relacionados con el proceso de investigación: incertidumbre de la tarea y complejidad organizacional, poder y objetivos del director(a), y las expectativas y valores del o la tesista. Concluye que ningún estilo es particularmente mejor que otro ante las diversas contingencias.
Ahora bien, es apropiado realizar un análisis inverso y ver de qué manera distintos factores contextuales influyen en los estilos de dirección. Así como las tasas de graduación difieren según el área de conocimiento, también lo hace el ambiente de trabajo (Becher, 2001). Whitley (2012) argumenta que las disciplinas se diferencian según el grado de dependencia mutua entre las y los investigadores, de lo que emergen diversos ambientes de trabajo. En las ciencias sociales todavía es relevante la díada director(a)-tesista, mientras que en las ciencias naturales y exactas la modalidad principal está dada por los equipos de investigación (Becher, 2001; Gardner, 2008; Whitley, 2012). Asimismo, es probable que las distintas disciplinas promuevan un estilo por sobre otro (Egan, Stockley, Brouwer, Tripp et al., 2009; Kam, 1997), aunque este es un aspecto que requiere más estudios empíricos.
Existe evidencia de que las expectativas que las y los tesistas tienen sobre un director(a) ideal rara vez se cumplen (Deuchar, 2008; Orellana et al., 2016). Esto puede ser el origen de distintos tipos de desajustes que generen tensiones en su relación. Según Deuchar (2008), también pueden originarse tensiones porque las y los directores tienen expectativas sobre sus tesistas que no se concretan, por ejemplo, la autonomía. Devos, Boudrenghein, Van der Linden, Frebay et al. (2016) identifican tres tipos de desajuste entre ambas partes: a) en cuanto a las expectativas respecto del proyecto de investigación (el tema específico que desean investigar, el abordaje metodológico), b) en relación con lo que constituye una buena investigación para cada cual y sus prioridades en la vida y c) las discrepancias entre el estilo de dirección y las necesidades y expectativas del o la tesista.
Por su parte, Löfström y Pyhältö (2015) reflexionan sobre los problemas éticos en la dirección de tesis e identifican entre los más relevantes: a) ser justo, para las y los directores implica el principio de dedicar a cada tesista el tiempo y apoyo necesarios, dado que cada doctorando(a) tiene sus propias necesidades de orientación y seguimiento; y b) ser fiel, que se traduce para las y los tesistas en miedo al abandono por parte de sus directores(as) e inadecuada dirección, que es el principal temor que encontraron las autoras.
Para contribuir a la comprensión de esta relación pedagógica aquí pretendemos explorar y describir los estilos directivo, orientador y ausente según el género, el área de conocimiento y el grado de avance de la tesis considerando las perspectivas del director(a) y del (la) tesista.
Diseño metodológico
Participantes
Se utilizó un muestreo no probabilístico, tipo bola de nieve en el que las y los mismos participantes facilitaron el acceso a otros(as) participantes o informantes institucionales. Participaron 267 directores(as) (Medad = 51.54, SD = 10.21) que se encontraban dirigiendo (Mtesis = 2), codirigiendo (Mtesis = 3), habían dirigido (Mtesis = 1) o habían codirigido (Mtesis = 1) tesis de doctorado. También participaron 285 tesistas (Medad = 31.81, SD = 4.98) que realizaban con beca (92%) doctorados de cinco años. Todos(as) los participantes pertenecían a universidades argentinas, con predominio de ciudades o provincias centrales, ya sea como investigadores o como estudiantes de doctorado. La Tabla 1 muestra sus características descriptivas.
Género | ||
Hombres | 57 | 29 |
Mujeres | 43 | 71 |
Área del conocimiento | ||
Ciencias naturales | 47 | 57 |
Ciencias sociales | 53 | 43 |
Título alcanzado | ||
Grado universitario | 1.5 | 73 |
Especialización | 0 | 8.4 |
Maestría | 1.5 | 15.1 |
Doctorado | 97 | 3.5 |
Año de estudio | ||
Estoy en 1o o 2o año | - | 24.9 |
Estoy en 3er año | - | 21.8 |
Estoy en 4o año | - | 16.5 |
Estoy en 5o año | - | 36.8 |
Actividad principal | ||
Actividad profesional no académica | 2.6 | - |
Docencia | 24.3 | - |
Gestión | 4.5 | - |
Investigación (como miembro de un organismo científico nacional) | 50.9 | - |
Investigación (en una universidad o instituto de investigación sin pertenecer a un organismo científico nacional) | 17.6 | - |
Nota: Ciencias naturales: física, química, biología, ingeniería, medicina, agronomía. Ciencias sociales: educación, psicología, arquitectura, sociología, filosofía, artes, historia.
Fuente: elaboración propia.
Medición/medidas
Estilos de dirección. Utilizamos dos instrumentos que permiten evaluar los estilos (directivo, orientador y ausente) desde la perspectiva del director(a), por un lado, y del (la) tesista, por el otro (Sánchez-Rosas et al., en evaluación). Cada instrumento consta de tres escalas y cada una evalúa de forma unidimensional un estilo en particular mediante 12 ítems. Las escalas contemplan ítems que refieren a función del director(a), concepción sobre la o el tesista y acción del director(a). Los ítems se contestaron utilizando una escala Likert para indicar el grado de acuerdo o desacuerdo con la afirmación expresada, desde (1) totalmente en desacuerdo a (5) totalmente de acuerdo. En el anexo se muestran ejemplos de ítems.
Procedimiento
Se generó una encuesta digital distribuida a través de correo electrónico y redes sociales (Facebook messenger o WhatsApp). Se aplicó durante el periodo febrero-mayo de 2021. Si bien la investigación no contó con aprobación de un comité de ética, ni quienes participaron firmaron un consentimiento informado, sí se les explicó el propósito e importancia de este estudio. Incluso, se les indicó que su participación era totalmente voluntaria, anónima y que los datos personales serían confidenciales y se utilizarían solamente para los fines de la presente investigación.
Análisis de datos
El objetivo principal del análisis de datos fue estudiar las diferencias en las puntuaciones medias de los tres estilos de dirección entre los grupos de tesistas determinados por el género (hombre y mujer), el grado de avance en el doctorado (principiantes y avanzados) y el área de conocimiento (ciencias naturales y ciencias sociales). También se indagaron dichas diferencias entre los grupos de directores(as) determinados por el género y el área de conocimiento.
Análisis preliminar. La primera etapa del análisis de datos consideró un estudio de invarianza factorial de cada una de las escalas, en cada pareja de grupos de comparación. Este procedimiento permite determinar los ítems de cada escala que presentan un desempeño en la medición del constructo que es similar en los grupos de interés. Si un ítem presenta un desempeño en la medición distinto entre grupos, las puntuaciones de ese reactivo no son apropiadas para realizar comparaciones, ya que implicaría significados de las puntuaciones de las escalas distintas según el grupo (Chen, 2007).
Para realizar el análisis de invarianza de una escala particular en una pareja de grupos, se estimaron tres modelos de ecuaciones estructurales multigrupo, en los cuales se planteó que en cada uno la escala tenía un comportamiento unidimensional. En el modelo 1 no se agregaron restricciones, en el 2 se fijaron los coeficientes de regresión de los ítems semejantes en cada grupo y en el 3 se fijaron los coeficientes de regresión y los interceptos de los ítems equivalentes. En los casos en los que el modelo 3 presentó un ajuste a los datos similar al de los modelos 1 y 2 se concluyó que la escala poseía invarianza factorial fuerte, que es el nivel de invarianza que indica que es posible realizar comparaciones entre las puntuaciones de la escala en los grupos evaluados. El criterio para concluir este nivel de invarianza fue que el modelo 1 tuviera un ajuste moderado a los datos (CFI > .95, RMSEA < .08; Rhudy, Arnau, Huber, Lannon et al., 2020) y que el CFI (índice de ajuste comparativo) de los modelos 2 y 3 disminuyera hasta .01 unidades en comparación con el CFI del modelo menos restrictivo previo, aunado a que el RMSEA (error cuadrático medio de aproximación) aumentara hasta .015 unidades (Chen, 2007).
Cuando no se alcanzó la invarianza factorial fuerte en un contraste, se eliminó el ítem que generaba más obstáculos para el logro de esta condición (el de mayor diferencia entre coeficientes de regresión cuando el bajo ajuste fue en el modelo 2 o el de mayor diferencia entre interceptos cuando el bajo ajuste fue en el modelo 3). Luego se realizaron los análisis nuevamente para determinar si se lograba la invarianza. En los casos positivos se redujo la escala a los ítems que permitieron la invarianza fuerte, mientras que en los negativos el procedimiento de eliminación de ítems se repitió hasta lograr la meta.
Análisis principal. La segunda etapa del análisis consistió en comparar las medias de las escalas en los grupos de interés. Este contraste se realizó con el puntaje total de cada escala, promediado por la cantidad de ítems, una vez que se alcanzó la invarianza factorial fuerte. Para el contraste se estimó la prueba t de diferencias de medias y para cuantificar la magnitud de las diferencias se consideró el valor de la d de Cohen para el estudio del tamaño del efecto. Se utilizó una significancia de 5% y se consideraron los siguientes puntos de corte para el tamaño de efecto: > 0.20 pequeños, > .50 medianos y > .80, grandes (Lakens, 2013). Todos los análisis se realizaron en el software r en su versión 4.1.2 (R Core Team, 2016).
Resultados
Análisis preliminar
Análisis de invarianza factorial: tesistas. En el análisis según género, la escala del estilo directivo se mantuvo intacta, mientras que en las escalas de los estilos orientador y ausente se eliminó un ítem. Con respecto al área de conocimiento, en los estilos directivo y orientador se eliminó un ítem, mientras que en el ausente se suprimieron dos reactivos. En el análisis del grado de avance en el doctorado no se requirió de la eliminación de ítems en ninguna de las tres escalas.
Análisis de invarianza factorial: directores(as). El análisis según género permitió mantener la escala del estilo directivo completa y eliminar dos ítems de la escala del estilo orientador y un ítem del estilo ausente. Según área de conocimiento, se alcanzó la invarianza factorial fuerte en la escala del estilo orientador con la eliminación de dos reactivos, mientras que en las otras dos escalas esto no se logró. No obstante, para propósitos del estudio se decidió trabajar con las variantes de estas escalas más próximas al nivel deseado, esto implicó que las escalas de los estilos directivo y ausente se trabajaran con 7 y 11 reactivos, respectivamente.
Análisis principal
Comparación de medias entre grupos de tesistas. La Tabla 2 muestra las diferencias en las medias para cada estilo de dirección para las y los tesistas según género, área de conocimiento y grado de avance en el programa doctoral.
Mujeres | 12 | 2.73 | 0.69 | -0.03 | 11 | 3.30 | 0.87 | -0.03 | 11 | 2.22 | 0.77 | -0.08 |
Hombres | 12 | 2.75 | 0.69 | 11 | 3.32 | 0.87 | 11 | 2.28 | 0.79 | |||
Cs nat | 11 | 2.82 | 0.71 | 0.30** | 11 | 3.33 | 0.87 | -0.02 | 10 | 2.22 | 0.82 | 0.12 |
Cs soc | 11 | 2.61 | 0.67 | 11 | 3.35 | 0.82 | 10 | 2.12 | 0.77 | |||
Principiante | 12 | 2.94 | 0.68 | 0.35** | 12 | 3.56 | 0.77 | 0.30** | 12 | 2.00 | 0.55 | -0.33** |
Avanzado | 12 | 2.70 | 0.69 | 12 | 3.30 | 0.87 | 12 | 2.25 | 0.84 |
Nota: N ítems = cantidad de ítems de la escala utilizados en la comparación, M = media, DE = desviación estándar, d = d de Cohen, ** prueba t de diferencia de medias significativa a 5%.
Fuente: elaboración propia.
El contraste según género no mostró diferencias significativas en ninguno de los tres estilos de dirección percibidos.
Según el área de conocimiento, sólo se observó una diferencia significativa en el uso del estilo directivo (t(420.04) = 3.17, p = .002), el cual estuvo más presente en ciencias naturales y tuvo un tamaño del efecto pequeño (d = 0.30). Según el grado de avance en la carrera, se observaron diferencias significativas y pequeñas en los estilos directivo [t(122.44) = 2.58, p = .011, d = 0.35], orientador [t(135.08) = 2.37, p = .019, d = 0.30] y ausente [t(182.40) = -2.91, p = .004, d = -0.33]. Los estilos directivo y orientador fueron más informados en tesistas principiantes que avanzados, mientras que el ausente fue más reportado en tesistas avanzados que principiantes.
Comparación de medias entre grupos de directores(as). La Tabla 3 muestra las diferencias en las medias para cada estilo de dirección según género y área de conocimiento.
Mujeres | 12 | 2.92 | 0.69 | -0.13 | 10 | 4.15 | 0.42 | 0.34** | 11 | 1.49 | 0.40 | -0.12 |
Hombres | 12 | 3.01 | 0.71 | 10 | 4.00 | 0.47 | 11 | 1.54 | 0.43 | |||
Cs nat | 7 | 3.31 | 0.63 | 0.43** | 10 | 4.13 | 0.38 | 0.24 | 11 | 1.51 | 0.38 | -0.39** |
Cs soc | 7 | 3.02 | 0.72 | 10 | 4.03 | 0.48 | 11 | 1.68 | 0.46 |
Nota: n ítems = cantidad de ítems de la escala utilizados en la comparación, M = media, DE = desviación estándar, d = d de Cohen,** prueba t de diferencia de medias significativa a 5%.
Fuente: elaboración propia.
Al considerar el género, las directoras informaron más adoptar un estilo de dirección orientador que los hombres [t(226.94) = 2.73, p = .007], con un tamaño del efecto pequeño (d = 0.34), aunque no se presentaron diferencias significativas en los otros estilos. Respecto del área de conocimiento, se observaron diferencias significativas y pequeñas en los promedios reportados de los estilos directivo [t(264.97) = 3.56, p < .001, d = .43] y ausente [t(263.85) = -3.25, p = .001, d = -.39]. Las y los directores de ciencias naturales se identificaron como más directivos y menos ausentes que los de ciencias sociales.
Discusión
Los estilos de dirección todavía no han sido investigados en profundidad por la literatura especializada. En este artículo exploramos sus diferencias según género y área de conocimiento para un grupo de directores(as) y otro de tesistas, y el avance en los estudios doctorales para este último grupo.
Los resultados indican que tanto tesistas como directores(as) informaron percibir, por orden de preponderancia, los estilos orientador, directivo y ausente.
Al considerar el género de las y los tesistas, no se encuentran diferencias en la percepción de la adopción de un estilo u otro por parte de sus directores(as). Estos resultados son similares a los de Bell-Ellison y Dedrick (2008), quienes hallaron que las y los estudiantes son más similares que diferentes respecto de las cualidades deseables en un director(a). En nuestro caso, respondieron cómo perciben a sus directores(as), en lugar de las cualidades esperadas, y manifestaron percibirlos de modo similar independientemente del género. Esto constituye un aporte ya que, si bien otros estudios analizan las posibilidades de graduación según el género o las dificultades de la dirección de tesis en relaciones mujer-hombre u hombre-mujer (De Clercq et al., 2019; Wollast et al., 2018), hay escasos trabajos que analicen la dirección de tesis considerando la percepción de las y los estudiantes sobre la dirección recibida según su género.
En cuanto al área de conocimiento, los resultados muestran que las y los tesistas de ciencias naturales informan que identifican a sus directores(as) con el estilo directivo más que los de ciencias sociales. El estilo asumido podría ser un indicador de la influencia de las áreas de conocimiento en la dirección de tesis. Otros estudios sustentan estas diferencias en diversas aristas de la tarea investigativa y la dirección de tesis. En este sentido, anteriormente mencionamos que las distintas áreas de conocimiento promueven ambientes de trabajo y dirección distintos (Egan et al., 2009). Además, Kam (1997) señala que probablemente las áreas de conocimiento promuevan diversos estilos de dirección. González-Ocampo y Castelló (2019) encontraron que la satisfacción con la dirección de tesis se relaciona fuertemente con la disciplina. Consecuentemente, nuestros resultados aportan evidencia a las diferencias que enmarcan las áreas de conocimiento.
En cuanto al grado de avance de las y los tesistas, nuestros datos señalan que quienes tienen estudios más avanzados tienden a percibir en mayor medida el estilo de dirección ausente. Paralelamente, quienes son principiantes informan que sus directores(as) adoptan el estilo directivo y el orientador. Asimismo, Odena y Burgess (2017) informaron que la orientación y la retroalimentación que se necesita de la dirección cambia a lo largo de las diferentes etapas del desarrollo de la tesis. Aunque siempre es crucial para mantener la motivación, la retroalimentación es más breve hacia el final del trabajo. González-Ocampo y Castelló (2019) establecieron que las y los estudiantes luchan con más requisitos hacia el final de la tesis y tienden a tener más experiencias negativas con la dirección. Este resultado podría estar relacionado con la percepción de un estilo ausente.
Del lado de las y los directores, en relación con la variable de género, de acuerdo con nuestro estudio las mujeres tienden a elegir ligeramente más el estilo orientador, aunque esta diferencia fue pequeña. Un resultado interesante es que ambos géneros parecen identificarse menos con el estilo ausente; esto significa que tienden a pensar en sí mismos prefiriendo más un estilo directivo u orientador, independientemente de su género.
Asimismo, se encuentran diferencias en los estilos de dirección asumidos según el área de conocimiento. Las y los supervisores de las ciencias exactas informaron adoptar más los estilos directivo y orientador y menos el ausente. Todas estas diferencias fueron pequeñas pero significativas; en el resto de las comparaciones no hubo diferencias. Cabe destacar que en términos prácticos, la diferencia en el estilo directivo es grande y a favor de las y los directores de ciencias naturales. Estos resultados son congruentes con lo hallado por Gruzdev, Terentev y Dzhafarova (2020), quienes señalan que la dirección en las ciencias naturales y exactas es caracterizada principalmente por el estilo denominado superhéroe, mientras que el porcentaje más pequeño de este estilo corresponde a las ciencias sociales. Además, la diferencia entre áreas de conocimiento con respecto al estilo ausente es algo a considerar. Podríamos plantear la hipótesis de que esta es otra expresión del ambiente distinto que promueven las áreas de conocimiento. Como se ha apuntado anteriormente, las ciencias sociales tienen una baja dependencia mutua entre las y los investigadores (Whitley, 2012), que podría facilitar la mayor presencia del estilo ausente.
Si bien no se analizó el impacto de los estilos sobre variables relevantes para el proceso formativo que atraviesan tesistas y directores(as), podemos arriesgar que los estilos orientador y directivo estarían más involucrados en el proceso formativo del (la) tesista (y quizás podrían tener efectivos positivos sobre este) y el ausente estaría más alejado de dicho proceso (con posibles efectos negativos). Al informar principalmente estilos directivos u orientadores, las y los supervisores tendrían una visión positiva de sí mismos, están declarando percibirse como involucrados en el proceso del o la tesista. Paralelamente, las y los doctorandos tienden a puntuar a sus propios directores(as) ligeramente más como ausentes, una visión más negativa. Esto se relaciona con los resultados de González-Ocampo y Castelló (2019), quienes investigaron las experiencias de las y los tesistas con la dirección de tesis y hallaron que mencionan más experiencias negativas que positivas.
En la misma línea, otros estudios evidencian que las expectativas que las y los tesistas tienen sobre un director(a) ideal rara vez se cumplen (Deuchar, 2008; Orellana et al., 2016). Nuestros resultados y los de las investigaciones reseñadas nos permitirían hipotetizar que en esta relación pedagógica las y los tesistas parecen necesitar la guía y orientación de sus directores(as) más de lo que advierten recibirla, ya que los perciben en mayor medida como ausentes. Aquí podría haber un indicio de una brecha entre la orientación brindada por el director(a) y las necesidades de aprendizaje y orientación del o la tesista, cuya relevancia fue ya señalada por Marsh, Rowe y Martin (2002) y Devos et al. (2016). En esta línea, Harrison y Grant (2015) sostienen que difícilmente un director(a) puede responder a todas las necesidades de formación y sostén que necesita quien está realizando su tesis.
Conclusiones
Este estudió exploró los estilos de dirección contrastando los correspondientes a directivo, orientador y ausente en relación con el género, el área de conocimiento y el grado de avance en la tesis considerando las opiniones de un grupo de directores(a) y otro de tesistas.
En ambos grupos se encontraron algunas diferencias en los estilos de dirección según el género, el área de conocimiento y el grado de avance en la tesis. Principalmente el área de conocimiento parece tener influencia en el estilo de dirección.
Los resultados obtenidos en esta investigación permiten ahondar en las diferentes percepciones entre directores(as) y tesistas respecto de los estilos de dirección que pueden afectar el vínculo pedagógico, aportando a los estudios previos la diferenciación según género, área de conocimiento y avance en el doctorado. Así, la brecha entre la orientación brindada por las y los directores así como las necesidades de aprendizaje de las y los tesistas no es estable a lo largo del trayecto formativo, lo que permite matizar los resultados de otras investigaciones. Asimismo, difiere de un área de conocimiento a otra. Además, puede sostenerse que los resultados ponen de manifiesto la necesidad de las y los tesistas de mayor orientación por parte de sus directores(as). Futuras investigaciones podrían profundizar en estas diferencias para enriquecer el conocimiento sobre la dirección de tesis como práctica formativa e indagar sobre las necesidades de aprendizaje de las y los tesistas y el modo en el que reciben respuesta de sus directores(as).
En nuestro estudio los resultados de los dos grupos analizados no son comparables ya que se les aplicaron instrumentos distintos y no pertenecían a una misma díada director(a)-tesista. Para profundizar nuestro conocimiento sobre la temática es preciso hacer investigaciones que apliquen los instrumentos a la misma díada para indagar la relación de las distintas variables comparando la perspectiva de cada uno. Asimismo, futuras investigaciones podrían orientarse a identificar la influencia que tiene la condición de contar con una beca en el estilo de dirección que adopta el director(a) o en las expectativas del o la tesista.
Además, el presente estudio no toma en cuenta la dimensión institucional como variable a considerar en el análisis de este vínculo pedagógico. Si bien las diversas investigaciones que se dedican a indagarlo (como las citadas en este artículo) lo hacen de modo independiente de la universidad que les da marco, es relevante estudiar la dirección de tesis considerando las variables institucionales, por un lado, para identificar si estas influyen y de qué modo y, por otro, para contrarrestar la mirada de la dirección de tesis como un espacio independiente, perspectiva que parece sostenerse en los estudios previos. Del mismo modo, la investigación no toma en cuenta las diferencias entre los sistemas nacionales como variable. En futuras investigaciones es preciso que se aborden ambas dimensiones para una mayor comprensión de la dirección de tesis según los contextos en los que se desarrolla.
La investigación presentada en este artículo aporta datos empíricos que permiten describir los estilos de dirección en el doctorado, considerando las perspectivas de directores(as) y tesistas y su pertenencia a diferentes grupos. Asimismo, posibilita profundizar el conocimiento sobre algunas variables asociadas a los estilos de dirección de tesis y sobre esta última como práctica formativa en sí misma al brindar información sobre las diversas percepciones que tienen ambos grupos sobre ella.