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Desacatos

versão On-line ISSN 2448-5144versão impressa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.25 Ciudad de México Set./Dez. 2007

 

Legados

 

Presente en la ausencia. Recuerdos y legado de Hugo Azpeitia*

 

Present in Absence: Memories and Legacy of Hugo Azpeitia

 

Mario Trujillo Bolio

 

Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Distrito Federal, México. trubolio@ciesas.edu.mx.

 

Después de conocer el lamentable hecho de que Hugo Azpeitia ya no estaría en nuestra comunidad del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), a mi memoria llegaron los gratos momentos que ocasionalmente pasábamos charlando o discutiendo en pasillos, en nuestros cubículos, en el local del Sindicato Único de Trabajadores del CIESAS (SUTCIESAS), o en las plazas públicas. Sí, estamos dolidos por su partida y esto nos llena de tristeza a varios colegas al no contar ahora con los queridos Víctor Franco y Hugo. Nos lamentamos porque ya no tendremos las constantes y apasionadas pláticas sobre la situación política que guarda el país, los avatares de ayer y hoy de la vida académica, y la misma cotidianidad en la que uno de sus ingredientes esenciales era conversar sobre la buena música, el futbol, la poesía y la cultura mexicana.

Recuerdo que conocí a Hugo en el año de 1977 en las antiguas instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisamente en plenahuelga de los trabajadores universitarios. Hay que decir que para ese entonces cobró gran fuerza la conciencia política del estudiantado universitario de las facultades de Economía, Ciencias Políticas, Filosofía y Letras y Ciencias. Por ello no fue casual que los alumnos se incorporaran de manera masiva a las conquistas sindicales que, finalmente, lograron los académicos y administrativos de la UNAM y otros trabajadores de instituciones de enseñanza superior de México. De aquella ocasión no olvido la actuación de Hugo por haber sido muy peculiar y, a la vez, parte integrante de su personalidad, esto es, llevar las cosas siempre con buen ánimo pese a las adversidades en el camino. En efecto, en ese movimiento reivindicativo, Hugo estuvo en las guardias nocturnas de la huelga universitaria con su inseparable guitarra, tocando y cantando aquella música de protesta latinoamericana y de rock que tanto prendió a finales de la década de 1970. En este oficio de trovador y en esos menesteres y andares del rescate de la música indígena y popular mexicana acompañaron a Hugo, por ese entonces, Armando Meza y Ricardo Pérez Montfort.

Toma de protesta del Comité Sindical.

Hay que decir también que Azpeitia fue representante fiel de una generación de activistas sociales que, en el transcurso de las crisis recurrentes de la economía mexicana y en tiempos de los gobiernos de Echeverría y López Portillo, se formaron también como científicos sociales que, finalmente, llegaron a ser de buena hechura. Además de estar en la militancia política y el rescate de la cultura popular, Hugo obtuvo en la UNAM la licenciatura en sociología, la maestría en historia y el doctorado en sociología, no sin antes imprimirles a sus estudios su personal estilo, que lo caracterizaba con su paso a pasito, todo a su tiempo y sólo con voluntad propia.

Hugo no fue ajeno a la militancia que muchos jóvenes tuvieron en variados grupos de la izquierda mexicana de aquel entonces. Su integración al Grupo de Izquierda Revolucionaria fue activa y evidente, y también su cercanía al pensamiento marxista y maoísta, que en las décadas de 1970 y 1980 estuvieron presentes en las comunidades campesinas, los sindicatos del país y los grupos de cultura popular. Por ello tampoco fue casual que Hugo se interesara durante varios años en su quehacer académico en el estudio histórico de las revoluciones populares, el agro mexicano y las luchas campesinas.

Al iniciar la década de 1980, Hugo se incorporó al CIESAS, primero como ayudante de investigador y después como investigador asociado. Su actividad en aquellos años se evidenció en trabajos y contribuciones muy concretas, y en las publicaciones Compañía Exportadora Importadora Sociedad Anónima (CEIMSA), 1949-1958: conflicto y abasto alimentario (CIESAS, 1994), y El sistema alimentario mexicano y la intervención del Estado mexicano en la producción agrícola (CIESAS, 1986). También destacan los interesantes trabajos que hizo con Julio Moguel —"Precios y política agrícola en dos décadas de desarrollo agropecuario"— y con Magda Fritcher —"Auge y crisis del modelo de autosuficiencia alimentaria, 19701982"—, que formaron parte de la colección Historia de la cuestión agraria mexicana. Política estatal y conflictos agrarios, tomos VIII y IX, publicados por Siglo XXI y el Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México (CEHAM), uno en 1988 y el otro en 1990.

Hugo Azpeitia rodeado por colegas del CIESAS.

Pero realmente al colega Hugo Azpeitia lo conocí más de cerca en la década de 1990. Y fue, para quienes lo tratamos cotidianamente, un afable y solidario compañero de la comunidad académica del CIESAS. Él no compartía y a veces se deslindaba —no sin entrar en ocasionales conflictos con sus pares de investigación— de la perversa idea de pertenecer necesariamente a un grupo de investigación cerrado, en convivencia con el lacerante vicio de la endogamia académica, que afecta la plena generación del conocimiento crítico en la antropología social, la historia, la etnohistoria y la lingüística.

No está de más decir lo que varios colegas que lo conocimos hemos comentado en estos meses, respecto de la situación peculiar vivida por Hugo a fines de la década de 1980. En ese entonces él prefirió alejarse un tanto de su quehacer en la investigación histórico-social, del productivismo académico que ha desgastado a los científicos sociales, obligados a regirse por programas de estímulos y del Sistema Nacional de Investigadores. Por el contrario, Hugo entró en plena resistencia intelectual dedicándose a los menesteres de la poesía, el periodismo y, en menor medida, a la docencia y formación de alumnos, dando cursos y dirigiendo varias tesis de licenciatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Una muestra de ello fue su labor como escritor de notas periodísticas. Colaboró para El Sol de México, en las secciones de Política y Cultura —25 artículos (reseñas y poemas) entre 1991 y 1993—, en tanto que en La Jornada, en 1988, publicó en su suplemento Doble Jornada "El enamoramiento: una subversión de lo cotidiano" (firmado con seudónimo) y "Feminismo y poesía", así como un libro de poesía.

Confieso que la personalidad de Hugo, a fines de la década de 1990 y en los primeros siete años del siglo XXI fue un tanto diferente debido a que retomó asignaturas pendientes, lo que lo tenía con buen ánimo. Durante sus últimos años de existencia, Hugo vivió muy activo, con nuevos proyectos personales y un renovado activismo sindical que le rindieron frutos. Estuvo satisfecho de no sólo haber terminado con agrado y estilo los cursos del doctorado, de obtener el grado de doctor en 2004 y convertirse en profesor-investigador titular en el CIESAS, sino también por aportar una investigación valiosa e inédita que, esperemos, no tardará en publicarse como libro bajo el título de El cerco militar a la ciudad de México en 1915. Hambre y revolución.

Hugo Azpeitia, Eustaquio Celestino y Roberto Melville.

En los últimos años de su vida, Hugo volvió y se dedicó de tiempo completo al SUTCIESAS, primero como secretario general y, hasta su deceso, en la cartera de finanzas. Desde esta trinchera levantó y coordinó ese trabajo sindical que lentamente caminaba y cuyo propósito era terminar con el obsoleto documento "Condiciones generales de trabajo", para así avanzar de manera decidida en la contratación colectiva. Es aquí, precisamente, donde hay consenso de trabajadores administrativos y académicos por reconocer el legado que, en buena parte, se debe a la labor de Hugo Azpeitia en las arduas y maduras negociaciones que llevaron a formalizar el Contrato Colectivo de Trabajo SUTCIESAS-CIESAS, que nos rige desde el 1 de febrero de 2007 y que tiene vigencia hasta el 30 de enero de 2009.

Finalmente, en mis recuerdos no se me escapan las vivencias del pasado 22 de septiembre de 2006 en el aniversario del SUTCIESAS. Tuvimos a un Hugo alegre, contento y satisfecho de sí mismo. Al menos para ese entonces se sentía tranquilo respecto del posible desvanecimiento del lastre del sectarismo sindical. Por lo mismo, no fue casual que llegara a ser uno de los promotores del reconocimiento de la labor de los comités sindicales pasados en la construcción del SUTCIESAS. En ese mismo festejo comprobé el evidente reconocimiento por parte de la comunidad del CIESAS a la incansable y valiosa tarea sindical que Hugo Azpeitia realizó mientras lo tuvimos con nosotros.

Hasta siempre Hugo, y sabes bien, donde te encuentres, que no dejarás de estar presente.

 

Nota

* Una versión previa de este texto fue publicada en Ichan Tecolotl, núm. 205, órgano informativo del CIESAS, septiembre de 2007. Desacatos, núm. 25, septiembre-diciembre 2007, pp. 227-230.

 

Información sobre el autor

Mario Trujillo Bolio. Profesor investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Editor de Desacatos. Revista de Antropología Social de junio 2003 a octubre 2004. Premio Casa Chata 19951996 por el libro Operarios fabriles en el Valle de México 1864-1884 (El Colegio de México, CIESAS, 1997), Miembro de 2005 a 2007 del consejo editorial de la revista Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde 1990 es integrante de Sistema Nacional de Investigadores, actualmente nivel II. Doctor en historia por El Colegio de México. Profesor de asignatura en la UNAM en la licenciatura de ciencia política y en el posgrado de Estudios Latinoamericanos. Ha sido integrante de los jurados para los premios de la Academia Mexicana de Ciencias, de la Asociación Internacional de la Historia y Civilización de la Vid y el Vino, y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). También participó como miembro fundador y vocal de la Asociación de Historia Económica. Actualmente es profesor visitante del Departamento de Filosofía de la UAM-Iztapalapa. Ha publicado diversos artículos de investigación en revistas nacionales y extranjeras y capítulos en libros colectivos coordinados y/o editados por instituciones mexicanas y españolas. Colaborador de diarios y revistas de circulación nacional, como Proceso, El Financiero, Milenio Diario y El Sureste. Entre sus libros se encuentran: El Golfo de México en la centuria decimonónica (Miguel Ángel Porrúa, CIESAS, 2005), Empresariado y manufactura textil en la ciudad de México y su periferia, siglo XIX (CIESAS, 2000), Historia de los trabajadores en el capitalismo nicaragüense 1850-1950 (UNAM, 1992), y como coordinador, Organización y luchas del movimiento obrero latinoamericano (Siglo XXI, 1988). Sus últimas publicaciones son: "Comicios federales de 2006 y crispamiento político en la renovación de los poderes Ejecutivo y Legislativo" (Estudios Políticos, núm. 9, 2006); "El puerto de Cádiz y el Atlántico en su tráfico marítimo mercantil desde el Diario Marítimo de la Vigía, 1800-1840" (Trocadero, junio 2006, revista de la Universidad de Cádiz, España).

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