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Desacatos

versão On-line ISSN 2448-5144versão impressa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.52 Ciudad de México Set./Dez. 2016

 

Reseñas

La tormenta instalada y la necesidad de trotar

Settled Storm and the Need for Jogging

Jorge Regalado*  a

*Centro Universitario de Ciencias sociales, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jalisco, México, rsj39838@yahoo.com

El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista I. Participación de la Comisión Sexta del EZLN. 2014. 416p.


La Comisión Sexta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) publicó el primer tomo del seminario internacional realizado en mayo de 2015 con el título El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista. Aludiré sólo a las cuestiones que considero más importantes o urgentes respecto de lo que los zapatistas nos dicen en esta entrega. Es un libro extenso, quizá eso asuste un poco en las universidades en las que predomina la subcultura de la fotocopia, la lectura breve o sólo de algún capítulo de los libros. Sin embargo, como todos los libros buenos que enseñan y de los que uno aprende, éste atrapa al lector. Se trata del primero de tres volúmenes que irán apareciendo.1 El primer tomo es, como solemos decir en la academia, una especie de tratado del pensamiento crítico de los zapatistas, ese pensamiento que luego se traduce en práctica o que más bien conforma una práctica y una teoría que se entretejen al mismo tiempo. El lector se encuentra una especie de condensación del pensamiento y la acción, de la teoría y práctica que los zapatistas han desarrollado en su historia, desde antes de que salieran a la luz pública el 1 de enero de 1994 y desde entonces hasta la fecha.

No es un libro que sólo se lee, se deja y se olvida en poco tiempo. Requiere ser revisado varias veces, como una obra de consulta, cuando asalte la urgencia y la duda política y se desee saber cómo le hacen los zapatistas, cómo le hicieron y le hacen para ser sujetos ‒hombres y mujeres‒ rebeldes, para organizarse y resistir a las políticas de exterminio que la hidra capitalista ha aplicado contra ellos desde tiempos inmemoriales; cómo le hicieron y le hacen para ir ligando, entramando, para irse dando cuenta de que la resistencia, la rebeldía, la organización son procesos necesarios si de lo que se trata es de construir autonomía para desafiar el sistema desde ahí.

Por otra parte, estamos ante una provocación que hacen los zapatistas para que recuperemos nuestra criticidad frente a la hidra capitalista. Como dicen ellos, es una especie de bofetada para que despertemos y nos demos cuenta de que la hidra nos ha llevado al borde del abismo o que ya millones de mexicanos y más millones en el mundo han caído en él. Se trata de otra alerta roja zapatista. En esta publicación, el zapatismo dice y advierte que ha detectado que viene una gran tormenta y que hay que prepararse para resistirla. El mensaje que nos deja en este libro es que la guerra de despojo y destrucción que el capital y el Estado están haciendo en México y el mundo se incrementará. Además, muestra cómo están resistiendo a la vez que construyen su mundo otro.

La lectura de este libro es dura, porque casi cada palabra interpela y confronta. Nos hace darnos cuenta de que la hidra está entre nosotros, que nos habita y ni siquiera nos damos cuenta. Las ciudades y las universidades son territorios en los que la hidra se reproduce porque la reproducimos con extrema facilidad por medio de nuestras prácticas cotidianas. La hidra capitalista urbana corresponde a la imagen de la portada del libro: una hidra muy gorda porque ha engullido casi todos nuestros bienes naturales, nos ha despojado de todo, nos ha hecho dependientes del mercado capitalista y ha colonizado nuestro pensamiento. Pero ha hecho algo más, igual de malo: nos ha convencido de que es la mejor forma de vida que podíamos tener, que de esto se trata cuando se habla de "desarrollo y progreso" y que no hay otra opción. "Esto es lo que hay", nos dice la hidra, y en las universidades nos forman para que nos adaptemos a ella y si podemos, sólo algunos de nosotros saquemos provecho.

No es que los zapatistas estén descubriendo la explotación y el dominio. No, aunque son expertos. Toda su vida los vivieron en carne propia, de la forma más descarnada y violenta. Lo que nos dicen en este libro es cómo le hicieron para contar ya con algunas generaciones de jóvenes que no han vivido la explotación y el dominio. Explican y dan muchos ejemplos de cómo en sus territorios, en los que son gobierno, le han cortado algunas cabezas a la hidra capitalista. Pero no sólo eso, también dicen cómo le están haciendo para que esas cabezas no se reproduzcan.

La visión de los vencidos

Hay que enfatizar que en esto del combate a la hidra, en eso de cortarle cabezas, según reconocen los zapatistas, las mujeres llevan mano. La primera cabeza que debieron cortar fue la resistencia que los hombres, padres, hermanos y esposos les ponían para que participaran y luego para que lo hicieran en igualdad de condiciones. Después, para que esta participación se mantuviera hasta la fecha y se potenciara al grado de que ahora el zapatismo no se pueda entender sin la participación de las mujeres. En ese sentido, si bien breves, son pertinentes las participaciones de Miriam, Rosalinda, Dalia, Lizbeth y Selena, comandantas, bases de apoyo y escucha zapatistas y coautoras del libro. Pero también son muy elocuentes y duros los testimonios que, a pesar de su "machismo declarado", reproduce el sub Galeano para dar forma al apartado titulado "La visión de los vencidos". El tema se enriquece con los apuntes del gato-perro y las historia y diálogos entre Pedrito y la niña "Defensa zapatista" cuando ésta sentencia que eso de "saber, saber, es sólo para mujeres" y que los hombres, sólo por serlo, están imposibilitados para entender. En ese contexto hay que leer los cambios que se han suscitado en las relaciones sociales entre las mujeres y los hombres de las comunidades zapatistas. Es su manera de decir que la revolución que están haciendo se dinamizó cuando las mujeres se incorporaron, exigieron o llegaron y tomaron su lugar.

Las armas secretas del zapatismo

También nos dicen, una y otra vez a lo largo del libro, que la característica de la hidra es que las cabezas que con mucho trabajo se le cortan, con mucha facilidad renacen, pues es una especie de mutante que tiene la capacidad de infiltrarnos a todos y parecer invencible. Por esa capacidad de la hidra, enfatizan, es que la resistencia debe ser permanente. Nunca se debe bajar la guardia. La resistencia y la rebeldía, juntas, son el arma secreta zapatista contra la hidra.

Nos recuerdan que el EZLN es una organización armada, pero sólo para precisar de inmediato que no han vuelto a utilizar sus armas desde el momento en que descubrieron que la hidra no se combate fundamentalmente con balas. En su experiencia, nos dicen, y éste parece uno de los mejores aportes de este libro, lo mejor fue cuando descubrieron que sus mejores armas para combatir a la hidra eran la resistencia, la rebeldía y la organización como parte de un solo proceso. En efecto, resistencia, rebeldía y organización son tres conceptos fundamentales que encontramos en todo el texto.

La generosidad zapatista

Los zapatistas son muy generosos con quienes, sin ser ellos, desde su aparición pública se han mantenido cercanos. Esa generosidad queda demostrada con el cálido reconocimiento que hacen al filósofo Luis Villoro Toranzo, al maestro zapatista Galeano, al sociólogo Pablo González Casanova y al historiador y politólogo Adolfo Gilly. Los reconocen porque hasta la fecha se han mantenido cerca de ellos a pesar de que los zapatistas pasaron de moda en los círculos académicos, de que ya no están en las primeras planas de los medios de paga y de que se deslindaron de la "izquierda partidaria" o de la "izquierda parlante". Los reconocen y les agradecen porque sus ideas, no siempre concordantes con el zapatismo, les han servido para seguir pensando en su propia experiencia y su visión sobre el país y el mundo. En sus propias palabras, los reconocen porque ellos han cumplido el papel de vigías, de posta, de centinelas. Según los zapatistas, "la reflexión teórica, el pensamiento crítico tiene ese trabajo de centinela. A quien trabaja con el pensamiento analítico, le toca el turno de guardia en el puesto de vigía" (p. 23). Vaya reconocimiento a la importancia de la teoría y de la reflexión.

El debate contra la hidra en el campo de la ciencia y la academia

Obviamente no es un libro como los que estamos acostumbrados a leer en la academia, en las universidades, plagados de citas que en muchas ocasiones se presentan como argumentos de autoridad, redactados en un lenguaje por demás abstracto, producto de la reflexión individual, que se autoproclaman críticos, pero que en realidad son políticamente correctos o se rigen por el pensamiento positivista que tiene como canon fundamental no decir nada que no pueda demostrarse o medirse. Convendría emprender una lectura pausada del capítulo II, en específico, de los apartados que se titulan "El muro y la grieta. Apuntes sobre el método zapatista" y "El método, la bibliografía y un drone en las profundidades de las montañas del sureste mexicano", pues la interpelación y la crítica que los zapatistas presentan a una forma de hacer ciencia, de producir conocimiento, o como ellos dicen, de trabajar con el pensamiento, es directa y bastante dura. Su decir crítico no carece de articulación, coherencia y razón. Ellos afirman que al hacer uso del pensamiento crítico realizaron este esfuerzo de reflexión sobre su propia historia y su genealogía. Así reconocieron la necesidad de contar con elementos teóricos para lograrlo. Al hacer uso del pensamiento se han esforzado para que su pensamiento no sea haragán ni conformista, que no sea perezoso, dogmático ni tramposo, que sea crítico consigo mismo y contra la hidra.

Es un texto en el que los zapatistas y las zapatistas, con su palabra sencilla, nos dicen lo que ven de la hidra capitalista, cómo la ven y apuntan varias pistas para avanzar y percibir lo que sigue, lo que hace falta en esta lucha contra el capitalismo, que ‒enfatizan‒ es a largo plazo y debe ser paciente, aunque la recomendación de no desesperarse no significa que no se haga nada. Insisten en que no debemos dejar de hacer, así sea poquito, chiquito como dicen ellos, para golpear a diario el muro del capitalismo, para agrietarlo, para no dejar que se cierren las pequeñas grietas que logremos hacerle. La fórmula, mejor dicho, la forma que ellos han encontrado y que proponen es la conjugación de la resistencia y la rebeldía. Hay que resistir y rebelarnos en todo momento, en todo lugar donde podamos, así sea de manera contradictoria, porque contradictorios somos los seres humanos. Cada quien, según sus modos y sus tiempos, reiteran. De la resistencia y la rebeldía hay que avanzar hacia la organización. Plantean que la organización debe tener una forma horizontal, pues lo vertical corresponde al sistema y no hay que reproducir esas formas. La horizontalidad y la democracia que ellos practican, según la describen, implica hacer política regidos por otros calendarios, por otra noción del tiempo que permita que todos y cada uno de los integrantes puedan decir su palabra, que todos estén bien informados. Por ello, uno de sus principios fundamentales es convencer y no vencer.2 Principio que, por cierto ‒dejan también claro‒, se aplica no sólo entre ellos sino en su relación cotidiana con sus hermanos partidistas a quienes consideran así a pesar de que los hayan agredido.

Afirman que su organización ‒no sólo del EZLN, sino también de sus municipios autónomos, de sus juntas de Buen Gobierno, de sus caracoles‒ resulta de esa feliz combinación que aparenta ser sencilla, pero que por sus propios dichos y testimonios no lo es. No porque sea difícil de por sí, sino porque justamente la hidra, sus intelectuales, sus gobiernos y sus políticas, sus instituciones ‒las universidades, por ejemplo‒, las iglesias, los medios de comunicación, se han encargado de hacernos entender y sentir no sólo que es muy complicado sino prácticamente imposible derrotar al capitalismo y que, por lo tanto, la resistencia, la rebeldía y la organización no tienen sentido planteadas de manera anticapitalista, que si hay que hacerlas es dentro del sistema, para mejorarlo, para hacerlo más humano. Pero el libro muestra que hacer más humano o mejorar el sistema capitalista es imposible porque ‒enfatizan‒ el capitalismo es la guerra:

"su avance, su desarrollo depende de la guerra, es ella la que articula su genealogía [...] es su columna vertebral" (p. 314). Por ello no se puede hablar de tiempos o periodos de paz: "todo el tiempo y en todos los lugares, el sistema destruye y mata. No es su existencia la que provoca la guerras, existe por la guerra" (p. 315). Argumentan que estamos en medio de una guerra con la cual el sistema ‒Estado-capital‒ nos está exterminando, a veces masiva y violentamente: el 2 de octubre de 1968, Aguas Blancas, Acteal, Tlatlaya, San Fernando, Apatzingán, Tanhuato, y por supuesto Ayotzinapa, por recordar algunos de los peores ejemplos. De manera cotidiana, también lo hace con sus políticas públicas contrainsurgentes, de desprecio y abandono. Sin embargo, la hidra que nos habita a todos está impidiendo que asumamos en nuestra vida cotidiana lo que aceptamos en el discurso, lo que vemos y escuchamos todos los días. Aquí se evidencia nuestra carencia de pensamiento crítico.

La tormenta que viene

Hay una advertencia que se puede leer de principio a fin del libro: se avecina una tormenta y más vale que nos preparemos, que estemos listos para evitar ser exterminados en esta guerra que ellos dicen que es contra la humanidad. Según lo que ellos ven, pero reconocen que pueden estar equivocados, la que viene ‒que ya está, diría yo‒ es una tormenta sin precedentes, desconocida. Sí, porque esta guerra no sólo es contra la gente, contra el pueblo, también es contra la Madre Tierra, contra la naturaleza. La están destruyendo sin contemplación alguna; inteligentemente, dicen los zapatistas: "si la codicia de la hidra es infinita, la tierra y los humanos no lo somos". Y tampoco lo son los otros seres vivos que habitan este mundo.

Los zapatistas advierten que si se equivocan, si estuvieran exagerando su análisis, tampoco le viene mal a la gente que se organice, que conozca más de sus problemas y que se junten entre sí a platicar y tomar decisiones sobre ello. En el ámbito universitario no existe la tradición de la organización a pesar de que se alude a la "comunidad universitaria" y se presume que en los campus universitarios se concentra la inteligencia. El libro aporta varios elementos que problematizan esto y dan algunas pistas de por dónde se desarrolla la hidra en el campo de la ciencia.

Desde hace tiempo, los zapatistas nos habían dicho que en los procesos organizativos y en las luchas sociales hay que caminar al paso del más lento. Ahora, su preocupación/advertencia por la tormenta que ven venir les hace decir que quizá debemos empezar a trotar. Pero igual, este trote no debe ser desesperado. No debemos trotar y mucho menos correr hacia cualquier lado. Sugieren que lo que se haga sea de forma organizada, sabiendo con cierta claridad hacia dónde se quiere ir y sabiendo también por qué se opta por ir hacia ese rumbo. Exhortan a que tanto la velocidad del trote como el rumbo y su razón sean decididos por la gente de manera colectiva y con distancia de las formas de hacer política del sistema, de la hidra.

Para finalizar, los zapatistas plantean tres preguntas por demás retadoras y acerca de las cuales, seguramente, esperan respuestas. ¿Están dispuestos, dispuestas, dispuestoas quienes luchan con el pensamiento crítico a diluirse y potenciarse en un colectivo? ¿Estarían en disposición de ceder las piezas del rompecabezas que con tanto empeño y trabajo han logrado delinear para que nadie arme la figura y tengamos así la imagen en detalle de la hidra? ¿Cederían gustosos las semillas orgánicas que se han conseguido para que en los distintos semilleros provoquen el pensamiento, la discusión, la imaginación, la creatividad? Éstas son algunas de las preguntas, de los retos que plantean y de la gran cantidad de ejemplos y consejos que de manera generosa comparten los zapatistas. Al concluir la lectura de este libro, queda la sensación de que no se puede decir que no hubo quien advirtiera de la tormenta que viene, que ya está aquí.

1En este primer volumen se registra el pensamiento anticapitalista de la Comisión sexta del EZLN. Los dos volúmenes siguientes contendrán los pensamientos de quienes fueron invitados a decir su palabra respecto de cómo ven y entienden el desarrollo actual de la hidra capitalista en el mundo y en sus geografías particulares, así como lo que suponen que hay que hacer o ya están haciendo ante ella.

2Los otros seis principios son: servir y no servirse; representar y no suplantar; construir y no destruir; obedecer y no mandar; proponer y no imponer; bajar y no subir.

a

JORGE REGALADO es profesor-investigador titular en el Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales (Desmos) de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Es doctor en ciencias sociales por la misma universidad desde 2001. Su investigación se ha enfocado en los movimientos sociales y de resistencia respecto a problemas como la vivienda, la seguridad pública, y más recientemente, en torno al despojo y la defensa del territorio en Jalisco y México. Se desempeña como profesor en la licenciatura en comunicación púbica del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG y como tutor y profesor en los posgrados en ciencias sociales y de ciencias de la salud ambiental, en la misma casa de estudios. Es miembro del cuerpo académico "Salud Ambiental y Desarrollo Sustentable" y del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I.

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