Introducción
El huerto familiar es sistema agroforestal (Nair, 1985) con amplia distribución en el mundo, pero principalmente en las regiones tropicales, áridas y templadas (Blanckaert et al., 2011; Mariaca, 2012). Los huertos familiares son sistemas de producción tradicional que no sobrepasan la hectárea, su diversidad es alta, se ubican cerca de la vivienda por motivos de seguridad, conveniencia y cuidado personal (Huai y Hamilton, 2009).
Las plantas representan el componente principal, por lo menos en estratos socioeconómicos bajos y en huertos familiares de subsistencia (Lerner et al., 2009), de ahí se obtienen múltiples productos a lo largo del año, principalmente frutas comestibles, hojas y tallos medicinales, flores y se generan servicios ambientales (almacenamiento de agua, sombra, reciclaje de nutrientes, protege la erosión del suelo, ofrece hábitat para la fauna y flora silvestre). Además, los huertos cumplen funciones sociales (convivencia familiar, reuniones familiares o vecinales, recepción de visitas), de recreación, descanso y otras actividades como el almacenamiento de frutos y leña, beneficio y procesamiento de frutos. El huerto familiar es un espacio dividido por zonas, a veces eficientemente aprovechadas y de diferente composición florística (Mendez et al., 2001).
El estudio sobre estructura de la vegetación, originalmente fue diseñada para estudiar los bosques primarios y rodales donde incluyó desde el sotobosque hasta las capas superiores de los árboles y definidos por límites de alturas. Los criterios a considerar se encuentra la fisonomía (aspecto externo), luego la estructura de la vegetación y la dominancia de ciertas especies (Mueller- Dombois y Ellenberg-H, 1974).
La estructura de una comunidad vegetal podría ser descrita con respecto a sus capas en estratos de alturas y las capas pueden ser estimadas en porcentaje del área muestreada (Mueller-Dombois y Ellenberg-H, 1974). Los criterios señalados han sido la base para el estudio de los huertos familiares y los estudios ha reportado que su estructura está dispuesta en estratos, como sucede en los bosques naturales y por lo general tienen de 3 a 4 capas de dosel vertical y una estructura horizontal que en conjunto hacen uso eficiente de agua, luz y espacio, lo cual los hace dinámicos (Perera et al., 1991; Das y Das, 2005). Rico-Gray et al. (1990) señalaron que las plantas sembradas e introducidas al huerto familiar se eligen con base a la experiencia del campesino, las propiedades de las plantas, condiciones de suelo, necesidades, preferencias y prácticas del productor. Los factores agroecológicos y el estatus socioeconómico (tamaño de la propiedad, ingresos, número de ganado propio) juegan un papel primordial para la composición y diversidad de plantas, así como en la estructura y el número de estratos (Das y Das, 2005; Abdoellah et al., 2006; Kehlenbeck et al., 2007).
La estructura contribuye a la sustentabilidad del sistema de huertos familiares, como ofrecer hábitat para una diversidad de plantas cultivadas y silvestres, incluyendo los animales silvestres. Dicha diversidad contribuye al proceso de sinergia ecológica y permite el funcionamiento del ecosistema, como el eficiente reciclaje de nutrientes y menor erosión del suelo (Kehlenbeck et al., 2007). Se estudiaron 29 huertos familiares en el Ejido Encrucijada 3ª Sección (Las Calzadas), localizado en el Municipio de Cárdenas, Tabasco, México. Los objetivos de este estudio fueron: a) Caracterizar la estructura de los huertos familiares mediante la medición de alturas totales, Diámetro a la Altura del Pecho (DAP) y cobertura de copa, y b) caracterizar los huertos familiares de acuerdo a sus zonas de manejo.
Materiales y métodos
Área de estudio
El trabajo de campo se realizó en El Ejido Encrucijada 3ª Sección (Las Calzadas), ubicado en el municipio de Cárdenas, Tabasco, se localiza a 18° 15´ 25´´ latitud norte y 93° 33´ 16´´ longitud oeste, y cuenta con 1 505 habitantes. La topografía del lugar es una llanura inundable, con una altitud de 5m y su vegetación actual es pastizal (INEGI, 2010).
El clima es cálido húmedo (Am) con abundantes lluvias en verano, éste clima abarca la llanura tabasqueña, tanto en la base y en el declive este de la Sierra Madre Oriental y en el declive del Pacífico de la porción sureste de la Sierra Madre de Chiapas (García, 1973). La temperatura media anual es de 26 °C y una precipitación media anual de 2 500 mm. Los suelos dominantes corresponden al grupo GLvr/2 (Gleysol Vértico) de textura media (INEGI 2012). El uso potencial agrícola corresponde a la siembra de maíz, frijol, arroz, sandía y uso potencial pecuario para el desarrollo de praderas cultivadas con maquinaria agrícola (INEGI, 2012).
Tamaño de la muestra
En un recorrido preliminar en la localidad, entrevistas informales con las autoridades locales y uso de marco de muestreo se obtuvo una población de 92 huertos familiares. El tamaño de muestra se obtuvo empleando la fórmula de varianza máxima propuesto por Abdoellah et al. (2006) para obtener 29 huertos familiares.
Donde: n= número de muestras; N= número de viviendas con huertos en la zona de estudio (92); Z= valor de una distribución normal Zα/2 (1.96) para un nivel de confianza de 95%; p= probabilidad de éxito (0.5); y d= error de muestreo (0.15).
Posteriormente se convocó a una reunión a las 29 familias en un lugar conocido de la localidad para solicitar su apoyo y anuencia, explicar los objetivos de la investigación, las etapas y actividades a realizar en su huerto. Para ubicar las unidades de muestreo seleccionadas, un plano a mano alzada fue elaborado con la ayuda de la autoridad local.
Colecta de datos
La colecta de datos se desarrolló de 2013 a 2014. Primero se realizó un recorrido al interior de cada huerto en compañía del jefe de familia para delimitar la superficie del huerto con respecto a otros sistemas de producción. Luego se realizaron mediciones en cada huerto, incluyendo superficie del huerto y mediciones dasométricas a todos los árboles, arbustos, hierbas perennes y palmas. Se realizaron mediciones de altura total (m), diámetro a la altura del pecho (1.3 m a partir de la base del tronco o tallo), y cobertura de copa (m2) (Matteuci y Colma, 1982; López et al., 2012). Al término de las mediciones en cada huerto familiar, se elaboró un mapeo de las plantas medidas para identificar posibles zonas de manejo, lo cual consistió en localizar de manera aproximada cada especie dentro del huerto, tomando como punto de referencia la vivienda del propietario (Gliessman y Somarriba, 1984).
En la segunda etapa se estableció un cuadrante de 16 m2 en cada huerto familiar, que consistió de áreas destinadas a hierbas anuales combinadas con otras formas biológicas, ahí únicamente se midió la altura total y cobertura de copa. El criterio para determinar el tamaño del cuadrante fue: la densidad de las plantas, la cual fue apoyada con una pregunta básica dirigida al propietario: ¿Cuál es la principal área de hierbas?, el tamaño usado permitió homogeneizar y comparar (Mostacedo y Fredericks, 2000).
La superficie del huerto fue medida con una cinta métrica de 50 m. El DAP se midió con una cinta diamétrica, la altura total se midió con una vara graduada a cada metro para individuos menores de 4 m, y con una pistola Haga para individuos mayores a 4 m. Para la cobertura de copa se usó la cinta métrica, considerando dos mediciones (semieje menor y semieje mayor). Las hierbas anuales fueron medidas con un flexómetro. Los árboles y arbustos que presentaron varias ramas antes de 1.30 m desde el suelo, cada rama se consideró como un individuo y fue enumerada consecutivamente con un marcador de tinta para su posterior medición. Los cuadrantes fueron trazados con una vara graduada a cada metro y los extremos fueron señalados con pequeñas estacas. Se registraron atributos como el nombre común y forma biológica.
La medición de plantas se realizó siguiendo la dirección de las manecillas del reloj alrededor de la vivienda del propietario y se establecieron subunidades temporales o “tareas” de medición de diverso tamaño, para llevar control en el registro y evitar errores como la repetición. Las observaciones sobre la distribución de plantas y datos sobresalientes fueron registradas en una libreta de campo. Estructura de la vegetación
La estructura de la vegetación se analizó mediante el índice de valor de importancia (IVI). El IVI fue desarrollado por Curtis y McIntosh (1951), el cual está representado por los valores separados de dominancia, densidad y frecuencia relativas para cada especie. La sumatoria de los valores relativos da una constante de 300 que indica el valor de importancia, donde pocas especies logran altos niveles de importancia. Este índice mide la importancia ecológica de las especies y jerarquiza su dominancia en un rodal mezclado (Zarco et al., 2010).
Donde: Dr= densidad relativa; Domr= dominancia relativa; y Fr= frecuencia relativa.
La dominancia (estimador de biomasa: área basal, cobertura) relativa se obtiene como sigue:
Donde:
El área basal (AB) de los árboles se obtiene con la siguiente fórmula:
Donde: DAP= diámetro a la altura del pecho (cm).
La densidad relativa se calcula de la siguiente manera:
Donde:
La frecuencia relativa se obtiene mediante la siguiente fórmula:
Donde:
La cobertura se estimó usando la fórmula para el área de una elipse:
Donde: a= semieje mayor; y b= semieje menor.
La cobertura de una especie, es la proporción del terreno ocupado por la proyección perpendicular de las partes aéreas de los individuos de la especies considerada (Matteuci y Colma, 1982).
Al finalizar la colecta de datos en campo, se realizaron colectas botánicas de las plantas no identificadas por su nombre común en campo, para su identificación por medio de claves taxonómicas (Lot y Chiang, 1986) y con el apoyo invaluable del Dr. Ángel Sol Sánchez del Colegio de Postgraduados, Campus Tabasco. La información fue corroborada haciendo uso de fuentes científicas de información sobre huertos familiares.
Resultados y discusión
La superficie muestreada abarcó 3.35 hectáreas, que oscilando desde 293 m2 a 2866 m2 (
Clasificación de los huertos familiares
Los huertos familiares presentan un tamaño que no sobrepasa de una hectárea (Fernandes y Nair, 1986), aunque hay excepciones (Henry et al., 2009), lo cual indica su naturaleza de subsistencia o tradicional (Peyre et al., 2006). La superficie de los huertos registrados en este estudio se asemeja a lo reportado por Romero (1981) que fue de 300 m2 a 2 268 m2. Sin embargo, difiere con el trabajo realizado por Van der Wal et al., (2011) en cinco regiones fisiográficas del estado de Tabasco donde el promedio fue de 1710 m2, aunque destacó que los huertos de la costa y sierra fueron más grandes que los de la planicie inundable y lomeríos.
Huertos pequeños
Estos huertos abarcaron una superficie de 293.93 m2 a 494.41 m2 y tuvo una riqueza promedio de 22.4 especies. La familia botánica más diversa fue Musaceae con cinco especies, tales como el plátano bellaco (Musa paradisiaca L.), plátano cuadrado (Musa balbisiana Colla), plátano dominico (Musa paradisiaca L.) y plátano manzano (Musa sapientum L.) y siendo más abundante el plátano valery (Musa acuminata Colla). La diversidad de plátanos puede deberse a las siguientes ventajas: son especies preferidas por las familias, son especies de rápido crecimiento y producen permanentemente, sus ciclos de producción se traslapan por lo que permite obtener frutos de forma continua para autoconsumo (Gliessman y Somarriba, 1984). La cobertura promedio de las plantas fue superior a 70% (314 m2). La cobertura parece alta; sin embargo, al entrar en competencia por el espacio con las viviendas, demuestra el proceso de fragmentación, lo cual está relacionado a que los huertos familiares se ubicaron próximos al centro urbano. El área basal total de estos huertos fue 3 m2, donde destacaron las especies maderables como Cedrela odorata L. y Mangifera indica L. Una prueba de correlación entre el número de especies y el tamaño de los huertos pequeños fue positiva, la riqueza de especies se incrementa con el incremento del tamaño (Figura 1).
Huertos medianos
La superficie muestreada fue de entre 509.04 m2 a 920.18 m2, con una riqueza promedio de 19.42 especies. Las familia botánica de mayor riqueza fue Fabaceae con siete especies, entre ellas chipilco (Diphysa robinioides Benth.), cocoíte (Gliricidiasepium (Jacq.) Kunth ex Walp.), cuinicuil (Inga jinicuil Schltdl.), guayan (Cassia fistula L.), pata de vaca (Bauhinia variegata L.), tamarindo (Tamarindus indica L.) y zapatito (Clitoria ternatea L.).
La cobertura promedio de la vegetación fue de 335 m2 que representó el 45% del total en estos huertos. Hubo dos huertos familiares con baja cobertura (12% y 4% respectivamente) que afectaron el promedio. El área basal total fue 6.64 m2, donde 0.37 m2 correspondió a las especies maderables como Cedrela odorata L., Tabebuia rosea (Bertol.) A. DC., y Mangifera indica L., que representaron 18% de sus plantas registradas. Una prueba de correlación entre el número de especies y el tamaño de los huertos familiares medianos fue positiva, el número de especies se incrementa al incrementar el tamaño (Figura 2).
Huertos regulares
La superficie muestreada osciló de 1 011.35 m2 a 1 498.7 m2, con un promedio de 20.8 especies. Las familias botánicas más diversas fueron Malvaceae y Rutaceae con siete especies cada una. Las especies de la familia Malvaceae fueron cacao (Theobroma cacao L.) la cual fue más abundante, seguidas de tulipán (Hibiscus rosa-sinensis L.), ceiba (Ceiba pentandra (L.) Gaertn.), corcho (Ochroma lagopus Sw.), guácimo (Guazuma ulmifolia Lam.), majahua (Hampea macrocarpa Lundell) y sibil (Malvaviscus arboreus Cav.). Las especies de la familia Rutaceae fueron lima (Citrus limetta Risso), limón (Citrus limon (L.) Burm. f.), mandarina (Citrus reticulada Blanco), naranja (Citrus sinensis (L.) Osbeck), naranja de puerco (Citrus aurantium L.), naranja grey (Citrus grandis (L.) Osbeck) y ruda (Ruta chalepensis L.).
A partir de estos huertos y con la presencia de especies como Ceiba pentandra (L.) Gaertn., Ochroma lagopus Sw., Hampea macrocarpa Lundell en la colindancia del agroecosistema cacao, representó la asociación que conforman ambos agroecosistemas, así como con las parcelas donde se siembra el maíz, frijol y pasto para alimentar al ganado bovino. La cercanía entre los diferentes sistemas de producción permitió ampliar la riqueza y composición florística de los huertos familiares.
La cobertura de las plantas tuvo un promedio fue de 709 m2. A pesar de que este grupo lo conformaron más huertos familiares (10), su cobertura fue baja (
Huertos grandes
La superficie de estos huertos abarcó de 1 545.78 m2 a 1 756.8 m2, con un promedio de 34.75 especies, lo que los convirtió los más diversos. La familia botánica mejor representada fue Rubiaceae, integrada por especies como gardenia (Gardenia jasminoides J. Ellis), jardín (Ixora coccinea L.), café (Coffea arabica L.), castarrica (Alibertia edulis (Rich.) A. Rich. ex DC.), jaule (Genipa americana L.) y noni (Morinda citrifolia L.). La presencia de café (Coffea arabica L.), castarrica (Alibertia edulis (Rich.) A. Rich. ex DC.) y jaule (Genipa americana L.) indicó que conforme aumentó el tamaño de los huertos se registraron especies menos comunes o raras provenientes de componentes florísticos del agroecosistema cacao, como sucedió en los huertos regulares. Las especies raras o de baja abundancia indican la capacidad de los huertos familiares para la conservación de la biodiversidad (Kabir y Webb, 2008), aunque también se debe a que los productores no se enfocan a la producción de dichas especies para ser aprovechadas.
La cobertura promedio de la vegetación fue de 82 %, lo cual nos mostró alta eficiencia en el uso del espacio en comparación con los otros grupos de huertos. El área basal total de estos huertos fue de 14.4 m2, donde Theobroma cacao L. contribuyó más debido a su alta abundancia.
Huertos muy grandes
La superficie muestreada osciló entre 2 214.31 m2 a 2 866 m2 y registró 31.6 especies en promedio, colocándolos en el segundo grupo con mayor riqueza. Las familias botánicas mejor representadas fueron Musaceae (seis especies), seguida de Fabaceae y Anacardiaceae con cinco especies respectivamente. La cobertura de copa promedio fue de 64%, lo que indicó un eficiente uso del espacio y no se encuentra en proceso de fragmentación. El área basal total del conjunto de estos huertos fue de 14 m2, de los cuales el 2.59 m2 correspondió a especies maderables, siendo la más abundante Tabebuia rosea (Bertol.) A. DC., así como Cedrela odorata L., Ceiba pentandra (L.) Gaertn., Mangifera indica L., y Colubrina arborescens (Mill.) Sarg.
Estructura vertical
Las plantas de los huertos familiares exhibieron una estructura vertical de cuatro capas, quedando como sigue: un estrato bajo de 0 a 5 m, subdivido de 0 a 1m, conformado por 311 individuos, el 77% correspondió a hierbas anuales, de 1.1 a 3 m, conformado por 568 individuos, destacando las hierbas perennes (46%) como plátano valery y plátano cuadrado las más abundantes, árboles (35%) y arbusto (15%). Un tercer subcapa, de 3.1 a 5 m, conformado por 558 individuos, siendo el árbol como la forma biológica más abundante (71%), representados por Theobroma cacao L. y Tabebuia rosea (Bertol.) A. DC. En este estrato se registró 164 especies, por lo que fueron los de mayor riqueza y abundancia (1 437 individuos), que representaron 80% de 203 especies y 73% de 1 968 plantas respectivamente. Por el tipo de especies que destacaron, puede considerarse la más productiva o por lo menos su ciclo de producción es corto y manejo constant. Das y Das (2005) ubicaron a los plátanos y vegetales cerca de las viviendas, e identificaron que se facilita su manejo y cosecha. Un segundo estrato, de 5.1 a 10 m, integrado por 387 individuos. A partir de este estrato, los árboles fueron más abundantes (89%) y la fisonomía fue compleja y dinámica por los requerimientos de luz y sombra, destacando especies como Theobroma cacao L. como la más abundante, Annona muricata L., Mangifera indica L., Byrsonima crassifolia (L.) Kunth, y árboles maderables como Tabebuia rosea (Bertol.) A. DC., y Cedrela Odorata L.
El tercer estrato, de 10.1 a 15 m, que fue dominado por árboles frutales como Persea americana Mill, Inga jinicuil Schltdl, Mangifera indica L., Tamarindus indica L., Artocarpus altilis (Parkinson) Fosberg, Byrsonima crassifolia (L.) Kunth, Manilkara zapota (L.) P. Royen, árboles maderables como Cedrela Odorata L. y palma (Cocos nucifera L. y Roystonea regia (Kunth O. F. Cook). Y finalmente un estrato de 15.1 a 20 m, también dominado por árboles (75%), tales como Artocarpus altilis (Parkinson) Fosberg, Manilkara zapota (L.) P. Royen, Inga jinicuil Schltdl., Annona muricata L., Spondias mombin L., Mangifera indica L., Tamarindus indica L., Pouteria sapota (Jacq.) H.E. Moore & Stearn, Cedrela odorata L., Gliricidia sepium (Jacq.) Kunth ex Walp., Guazuma ulmifolia Lam., Tabebuia rosea (Bertol.) A. D.C., y Pterocarpus hayessi Hemsl., y palmas (25%), entre ellas Cocos nucifera L., Scheelea liebmannii Becc., y Roystonea regia (Kunth) O.F. Cook.
A partir de estrato tres al cuarto, las plantas no demandan un manejo continuo en contraste con las plantas del estrato bajo e intermedio que requieren riego, deshierbe, poda y limpia. Van der Wal et al. (2011) señalaron que las especies que dominan el estrato superior, pueden determinar el establecimiento de otras especies en el estrato bajo y donde el productor busca armonizar el ciclo productivo según sus requerimientos ecológicos para lograr la sucesión constante. Las cuatro capas no fueron presentes en todos los huertos familiares y hubo otros donde solo dominaron las capas superiores y la dominancia de una especie, lo que indicó un proceso de transformación en su estructura. Pocas especies como Mangifera indica L. fueron comunes en todos los estratos y Bixa Orellana L., y en todos los huertos familiares.
El número de estratos coincide con lo reportado en otras regiones del mundo (Fernandes y Nair, 1986; Perera et al., 1991, Das y Das, 2005); sin embargo, podrían estar en proceso de transformación, a pesar de que no mostraron un patrón de plantación uniforme, ni se especializan en productos de interés comercial que requieren espacios sin sombra, sin una estructura compleja, altos insumos y donde la diversidad no es un imperativo, ya que se fomenta la abundancia de pocas especies (Abdoellah et al., 2006).
Aunque los estratos diferenciados están conformados por especies sin una abundancia uniforme, contrario a una vegetación forestal (Zimik et al., 2012), estos no fueron tan complejos en comparación con huertos mayas de Yucatán que se caracterizaron por su compleja composición y diversidad (Herrera et al., 1993). El 50% (988 individuos) de las plantas leñosas, hierbas perennes y palmas se concentraron en las clases inferiores (de 0.1 a 15.51 cm) (Figura 3), esto fue por una de las siguientes tres razones; a) pertenecieron a plantas juveniles, b) fueron de porte bajo o c) alcanzaron su madurez.
Caballero y Cortés (2001) reportaron que las especies de porte bajo permiten su fácil manejo y cosecha, y generalmente completan su ciclo de vida en periodos cortos (meses o unas décadas), mientras que las especies de porte alto pueden tener ciclos de vida hasta cientos de años. La mezcla de especies de ciclo corto y largo representa un arte del buen manejo que consiste en armonizar el espacio del huerto para cumplir con la función del huerto, ya sea para producir productos de autoconsumo o venta. Este principio de manejo determina la sucesión de especies en el huerto y repercute en su composición florística (Van der Wal et al., 2011).
Zonas de manejo
Por la distribución de las plantas, dos zonas de manejo fueron definidos por sus características particulares. El primer grupo lo conformaron cuatro huertos familiares que destacaron por disponer una zona mixta de hierbas perennes, árboles frutales y maderables. Se observaron pequeñas zonas de hierbas medicinales y ornamentales, pero fue dominada por una o dos especies. La riqueza de especies osciló de entre 4 a 30, siendo más abundante la variedad de plátano manzano en uno de los huertos rodeado de pastizales y parcelas vecinas. El tamaño de estos huertos fue muy variado, pero un común denominador fue el alto porcentaje de las área comunes (55.06%) que se traduce en fragmentación, aunado a que se encuentran en áreas inundables, que resta el espacio para plantas, mostrando así una pobre estructura, baja densidad y baja riqueza florística. La cobertura de copa de la vegetación de los cuatro huertos familiares fue dominada por árboles frutales (
El segundo grupo lo conformaron 25 huertos familiares que tuvieron dos zonas de manejo: una zona adjunta a la vivienda compuesta por hierbas medicinales, ornamentales y vegetales. La cercanía tuvo la ventaja de uso constante, fácil acceso para manejo, es apreciada por la familia y los visitantes, cuidarlas ante robos (Mendez et al., 2001). Dicha zona fue manejada por la señora de la casa, donde a veces se involucra a los niños. La superficie destinada a las hierbas osciló de 2 a 20 m2, presentó una clara delimitación, pero sin presentar un patrón en su diseño y en ella se adaptan o introducen nuevas especies obtenidas mediante compra o intercambio entre familiares y vecinos.
La segunda zona estuvo compuesta por hierbas perennes, árboles frutales, maderables, palmeras de coco y palmeras reales (Roystonea regia (Kunth) OF Cook). Como en el primer grupo, aquí también dominaron los árboles frutales, seguidos de maderables, lo que confirmó la función de subsistencia y tradicional que se enfoca a la producción para el consumo familiar (Ortíz, 1979; Romero, 1981; Abdoellah et al., 2006; Kabir y Webb, 2008; Chi, 2009). Las labores de manejo fueron realizadas principalmente por los señores de la casa, aunque no se descartó la participación de familia donde se comparte las actividades. La riqueza de los 25 huertos familiares osciló de 8 a 44 especies, siendo más abundantes los plátanos en ocho huertos.
La árboles frutales dominaron en la cobertura (
Una tercera zona la conformaron las áreas comunes desprovistas de vegetación, que incluyó a: patio (incluyendo áreas para labores domésticas y limpieza personal), pozo de agua para consumo humano, bodega de almacenamiento, baño, corrales de aves domésticas o chiqueros para cerdos, estos últimos más alejados de la vivienda (Chi, 2009; Das y Das, 2005). Se observó que las plantas se distribuyeron según se intensidad de manejo, requerimiento ecológico y en función de la superficie disponible, pero también por la mano de obra familia disponible, preferencias, gustos, y el conocimiento por tipo de género para su manejo, lo que repercutió en la composición florística y estructura (Romero 1981; Lok, 1999). El rol de género en el manejo de las plantas reafirma lo que estudiaron Adhikari et al. (2004) y Lerner et al. (2009) donde los hombres manejan los árboles y las mujeres las hierbas.
Valores de Importancia de especies leñosas
Los árboles frutales fueron la forma biológica con mayor valor de importancia (Cuadro 1). Los valores obtenidos indicaron la importancia ecológica (mejores atributos fisiológicos) y dominancia de las especies frecuentes sobre las demás que fueron menos comunes.
}Mangifera indica L. fue la especie más frecuente entre los huertos de la muestra y Theobroma cacao L., fue una especie muy importante en la dieta de las unidades familiares, a partir del tostado de sus semillas se elabora diariamente la bebida tradicional llamada localmente como “pozol”.
Conclusiones
Considerando el rango de las superficies muestreadas, la producción para consumo familiar, y la principal forma biológica, los huertos familiares de estudio pueden considerarse tradicionales, que se caracterizaron por disponer amplias áreas comunes sin vegetación lo que podría indicar un proceso de fragmentación de la propiedad y transformación de la estructura horizontal, que podría repercutir en la estructura vertical.
Las condiciones físicas locales como el exceso de humedad o agua dentro de los huertos familiares podría limitar constantemente el cultivo de hierbas en el suelo, afectando a la diversidad, composición florística y estructura. Los huertos familiares presentaron dos zonas de manejo con diferente composición florística, función, tipo de especies según sus requerimientos de manejo, división del trabajo por tipo de género, uso del espacio disponible.