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Botanical Sciences

versão On-line ISSN 2007-4476versão impressa ISSN 2007-4298

Bot. sci vol.92 no.2 México Jun. 2014

 

Taxonomía y florística

 

Inventario florístico de la cañada La Chacona-Juan Crispín y zonas adyacentes, Depresión Central de Chiapas, México

 

A floristic study of La Chacona-Juan Crispin ravine and adjacent zones, Central Depression of Chiapas, Mexico

 

Josefa Anahi Espinosa-Jiménez1, Angelita López-Cruz, Miguel Ángel Pérez-Farrera y Sergio López

 

Herbario Eizi Matuda, Facultad de ciencias biológicas, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México

1 Autor para la correspondencia: anahi_espinosa_jimenez@yahoo.com.mx

 

Recibido: 23 de enero de 2013
Aceptado: 30 de mayo de 2013

 

Resumen

Se presenta un listado florístico de la Cañada La Chacona-Juan Crispín, Chiapas, dentro de los municipios de San Fernando, Tuxtla Gutiérrez y Berriozábal, Chiapas. Se reportan 642 especies y 31 infraespecies, agrupadas en 107 familias y 412 géneros; en bosque tropical caducifolio, bosque tropical subcaducifolio y bosque de Quercus. El bosque tropical caducifolio fue el de mayor riqueza. Las familias mejor representadas fueron Fabaceae, Asteraceae y Euphorbiaceae. Tillandsia, Eugenia y Euphorbia fueron los géneros con un mayor número de especies. Las hierbas conformaron la forma de crecimiento más abundante (34.4%). Se encontraron 13 especies endémicas a Chiapas y 19 de distribución restringida. Quince especies están en alguna categoría de riesgo dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010), y 12 se encuentran en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Aunque el grado de perturbación de la zona es alto, el área es importante por su riqueza de especies y presencia de endemismos.

Palabras clave: conservación, endemismo, florística, riqueza, vegetación.

 

Abstract

A floristic study for Cañada La Chacona-Juan Crispin, Chiapas is given. 642 species and 31 infraspecies classified in 107 families and 412 genera were collected in the municipalities San Fernando, Tuxtla Gutiérrez, and Berriozábal, Chiapas, Mexico. The vegetation types were tropical deciduous forest, subdeciduous tropical forest, and Quercus forest, with the highest species richness in tropical deciduous forest. Fabaceae, Asteraceae, and Euphorbiaceae were the best represented families. Tillandsia, Eugenia, and Euphorbia were the genera with the higher number of species. Herbs were the most abundant growth form (34.4%). Thirteen species were endemic to Chiapas and 19 species had a restricted distribution. Fifteen species are listed in the Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010), and 12 species are in the IUCN Red List. Although the level of disturbance in the area is high, the area is important due to its species richness and endemism.

Key words: conservation, endemism, floristics, richness, vegetation.

 

México es uno de los países biológicamente más diversos, con altos porcentajes de especies endémicas y en peligro de extinción (Toledo y Ordóñez, 1998; Ceballos, 2007). Gracias a su ubicación geográfica, a su geología y topografía, el país presenta en su territorio una alta variedad en su flora y tipos de vegetación, que van desde selvas altas hasta la vegetación de las zonas áridas (Rzedowski, 2006; Miranda y Hernández X., 1963). Entre los tipos de vegetación más diversos, poco estudiados y de poca representatividad en áreas naturales protegidas, se encuentra el Bosque Tropical Caducifolio (BTC) (Ceballos et al., 2010a). Gordon et al. (2006) mencionan que, hace algunos años, se estimó que en el país persistía en remanentes sólo un 27% de la cobertura original del BTC; además de un porcentaje similar que permanecía en estado de alta degradación.

La Cañada La Chacona-Juan Crispín presenta una vegetación de tipo BTC (Rzedowski, 2006), también conocido como Selva Baja Caducifolia (Miranda y Hernández X., 1963), o selvas secas (Dirzo y Ceballos, 2010). La región se encuentra sometida a fuertes presiones demográficas que resultan en la destrucción del hábitat para construcción de solares y viviendas, además del pastoreo y extracción de material para construcción. Este escenario ha sido documentado por Ceballos et al. (2010b), quienes comentan que la selva seca de la Depresión Central de Chiapas se encuentra entre las más amenazadas del mundo debido al alto grado de alteración o destrucción. A pesar de la problemática, las exploraciones botánicas y estudios han sido pocos; por ejemplo, Reyes-García y Sousa (1997) realizaron un inventario florístico de la Selva Baja Caducifolia de la Depresión Central de Chiapas, en el cual registraron 989 especies, e incluyen sitios de colecta de la cañada "La Chacona"; Gallegos-Ramos (2009) generó un inventario florístico de la cañada "La Chacona" y la parte occidente del Parque Nacional Cañón del Sumidero, donde encontró 549 especies y, Espinosa-Jiménez et al. (2011) reportaron 1,381 especies en un trabajo de inventario en el Parque Nacional Cañón del Sumidero.

Gordon et al. (2006) mencionan que es inminente el desarrollo de programas de conservación en BTC, aunque también comentan que uno de los obstáculos para la realización de esta tarea es la falta de inventarios biológicos para las zonas con este tipo de vegetación. El inventario florístico que aquí se presenta constituye un primer esfuerzo para construir una estrategia encaminada a la conservación de la zona de estudio.

 

Materiales y métodos

Zona de estudio. La Chacona era un Rancho ubicado en la colonia Juan Crispín, ejido plan de Ayala, en la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez. En la actualidad es un vivero de la SAGARPA, y se encuentra en la base de la Cañada Chacona y la Cañada Aguacate. Por la Cañada Chacona va actualmente la carretera Juan Crispín-Chicoasén (Andrade de Sousa et al., 2007). El área se encuentra dentro de la Depresión Central de Chiapas, colinda con la parte suroeste de la Region Terrestre Prioritaria (RTP)-141 La Chacona-Cañón del Sumidero (Arriaga, 2009), y se halla dentro de los terrenos forestales de Villa de Allende, sitio decretado como Zona Protectora Forestal en 1939, después de dar a conocer los servicios ecosistémicos que ofrece en cuanto a regulación de condiciones climatológicas (Vargas et al., 2000).

Las exploraciones y recolectas botánicas se llevaron a cabo dentro de la Cañada La Chacona y zonas aledañas dentro de los municipios de San Fernando, Berriozábal y Tuxtla Gutiérrez. El tipo de vegetación que domina el paisaje, de acuerdo con la clasificación de Rzedowski (2006), es BTC, también se registran, con una menor extensión, Bosque Tropical Subcaducifolio (BTSC) y Bosque de Quercus (BQ). El BTC se desarrolla sobre relieve poco accidentado, es el tipo de vegetación más afectado por las actividades agrosilvopastoriles; el BTSC se encuentra sobre terrenos accidentados, frecuente presencia de rocas y, en ocasiones, inaccesibles. El BQ está representado por dos tipos de formaciones que se limitan a pequeños fragmentos relictuales perturbados, como consecuencia de prácticas de extracción de arena y grava.

Los límites de la zona de estudio son: 16° 49' 57.2" N, 93° 13' 8.5" O, 16° 47' 17.3" S y 93° 09' 46.5" E, con una superficie de 2,069.90 ha (Figura 1), de 594 a 1,030 m s.n.m. Presenta una temperatura media anual de 17.9 °C y la precipitación anual es de 1,746 mm (González-Espinosa et al., 2005). INEGI (1985a) registra suelos de tipo litosol más rendzina de textura media; luvisol crómico más regosol eútrico de textura fina; regosol eútrico de textura gruesa y feozem lúvico, luvisol órtico más litosol de textura fina. Geológicamente, la zona pertenece al Cretácico superior y Eoceno constituidos principalmente por roca caliza, lutita, arenisca y conglomerados (INEGI, 1985b).

Recolectas. Se realizaron 36 salidas de campo de enero a septiembre de 2010. Se eligieron los sitios con menor grado de disturbio. Los puntos de recolecta se establecieron con ayuda del programa Google Earth versión 5.0 para Windows. Las coordenadas geográficas de los sitios de muestreo se ingresaron al programa ArcGis versión 9.1 para la construcción del mapa y para obtener la superficie del área de recolecta. La recolecta y el procesamiento de ejemplares se realizaron según el método propuesto por Lot y Chiang (1986). Se recolectaron cuatro duplicados para cada ejemplar, con excepción de la familia Orchidaceae, para la cual se recolectó una muestra debido a los estrictos requerimientos en su establecimiento, desarrollo y reproducción. Los herbarios en donde se depositaron los ejemplares fueron: Herbario Eizi Matuda (HEM), el herbario de la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural (CHIP), Herbario Nacional (MEXU), Missouri Botanical Garden (MO) y Herbario de la Académia de Ciencias de California (CAS). Para la identificación a nivel de especie se consultaron literatura especializada y a especialistas en algunas familias. La base de datos se completó con los ejemplares registrados en la REMIB (Red Mundial de Información sobre Biodiversidad; CONABIO, 2008a) y el CAS (2012). Las autoridades botánicas se tomaron de sitio de trópicos (www.tropicos.org). Toda la información de las colectas realizadas y consultadas se integró en una base en Microsoft Access 2007. La clasificación para los helechos se basó en el sistema de Crabbe et al. (1975) modificado por Mickel y Smith (2004); y para las angiospermas, APG III (APG, 2009). Para dar a conocer el número de especies en riesgo que alberga el área de estudio se consultaron la NOM-059-SEMARNAT-2010 (SEMARNAT, 2010) y la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, 2010). Se consideraron como endémicas sólo las especies cuya distribución está limitada al estado de Chiapas y de distribución restringida a aquellas registradas en el sur de México hasta Guatemala. La distribución de las especies se estableció con base en la revisión de floras, monografías y bases de datos del MO (2012), apoyada por las bases del CAS (2012) y KEW (Royal Botanic Gardens, 2012). Los tipos de vegetación se basaron en la clasificación de Rzedowski (2006). Las formas de crecimiento contenidas en el apéndice se tomaron del catálogo de términos botánicos utilizado en el sistema Biótica 5.0 (CONABIO, 2008b).

 

Resultados

Flora. Se obtuvo una base de datos con 1,212 registros, que incluye 642 especies y 31 infraespecies, agrupadas en 107 familias y 412 géneros (Cuadro 1). El grupo mejor representado fue el de las Eudicotiledóneas con el 82.3% del total de las especies, seguido de las Monocotiledóneas con 12.1%, mientras que los grupos de menor representación fueron Pteridophyta y Gymnospermae con 3.1% y 0.15%, respectivamente. Se encontaron 15 especies listadas en alguna categoría de riesgo dentro de la Norma Oficial Mexicana, de las cuales una está en peligro de extinción, ocho están como amenazadas y seis sujetas a protección especial. Para la IUCN, dos especies están en peligro de extinción, siete se hallan como vulnerables y una dentro de la categoría preocupación menor (Cuadro 2).

Se registraron 13 especies endémicas a Chiapas (Cuadro 2) y 19 de distribución restringida (Apéndice 1). De éstas, Pterocereus gaumeri (Chiapas, Yucatán) se considera en peligro de extinción dentro de la NOM-059-SEMARNAT-2010, Bernardia mollis (Chiapas y Guatemala) se halla bajo la categoría de "Amenazada", mientras que Agave grijalvensis (Chiapas) y Cephalocereus nizandensis (Chiapas) se encuentran como sujetas a protección especial. Por otra parte, Inga chiapensis (Chiapas y Veracruz) y Maytenus matudae (Chiapas y Guatemala) están registradas como vulnerables en la Lista Roja de la IUCN.

Las familias con un mayor número de especies fueron Fabaceae (11.3%), Asteraceae (7.4%) y Euphorbiaceae (5.5%). Tillandsia fue el género mejor representado con 1.5% del total, seguido de Eugenia y Euphorbia, ambas con 1.2% (Cuadro 3). En formas de crecimiento, las hierbas fueron las más abundantes con 34.4%, donde Asteraceae, Orchidaceae y Bromeliaceae fueron las familias que contribuyeron con un mayor número de especies. El 30.6% estuvo representado por especies arbóreas; las familias con un mayor número de árboles fueron Fabaceae, Malvaceae y Euphorbiaceae. El 18% de las especies fueron arbustos, de los que Asteraceae, Fabaceae y Euphorbiaceae aportaron el mayor número de especies. Las lianas o bejucos contribuyeron con 15.5%; esta forma de crecimiento estuvo bien representada por la familia Apocynaceae, seguida de Bignoniaceae y Fabaceae.

Vegetación. El BTC aportó la mayor proporción de especies, aproximadamente 58% del total. De los 1,208 registros, 22.7% fueron colectados dentro de BTC y 29.1% en vegetación secundaria de BTC; el BTSC contribuyó con 9.7% del total de ejemplares y 3.1% en vegetación secundaria, y el BQ con 5% y 9.1% recolectados en vegetación secundaria.

Caracterización de la vegetación. Las comunidades vegetales varían ampliamente en composición y estructura de acuerdo al grado de perturbación y en función a las presiones originadas por las actividades antropogénicas. Las descripciones y figuras de este apartado corresponden a comunidades vegetales con un grado mínimo de perturbación.

Bosque tropical caducifolio (BTC). Se desarrolla entre 500 y 1,000 m s.n.m. Se divide en dos estratos: arbóreo (2.5-5(-9) m) y herbáceo. Aunque existen elementos florísticos cuya forma de vida es variable, en función del sustrato y las condiciones ambientales de los sitios, las comunidades mantienen una fisonomía similar. Entre los componentes arbóreos comunes se encuentran Bursera simaruba, Ceiba aesculifolia, Cnidoscolus aconitifolius, Croton arboreus, Haematoxylum brasiletto, Hauya elegans subsp. barcenae, Leucaena esculenta, Lonchocarpus rugosus, Lysiloma divaricatum, Plumeria rubra, Pseudobombax ellipticum, Stemmadenia pubescens y Terminalia buceras. Las especies que alcanzan grandes alturas son Ficus pertusa, F. cookii, Guaiacum sanctum, Leucaena leucocephala y Lonchocharpus rugosus. Otros elementos importantes son Bonellia macrocarpa, Pilosocereus leucocephalus, Pterocereus gaumeri y Sideroxylon laetevirens. En los sitios que se encuentran próximos al BQ se observan individuos aislados en estado juvenil del género Quercus. Las formaciones de Gymnopodium antigonoides son frecuentes y abarcan grandes extensiones de terreno. Los arbustos están ausentes o se encuentran pobremente representados por Bakeridesia pittieri, Euphorbia calcarata, E. schlechtendalii y Hibiscus spiralis, que no forman un estrato definido. Dentro del estrato herbáceo, la familia Acanthaceae es la mejor representada, con especies como Carlowrightia arizonica, Dicliptera unguiculata, Elytraria imbricata y Ruellia inundata, entre otras. Bommeria pedata es una de las pocas especies de pteridofitas encontradas. En cuanto a epífitas, el género Tillandsia es el mejor representado en número de especies y, en ocasiones, el único. También es común encontrar especies parásitas o hemiparásitas, principalmente del género Phoradendron. Las lianas y bejucos son escasos, Hippocratea celastroides, Monstera deliciosa y Philodendron warszewiczii se encuentran como componentes perennifolios comunes de los BTC de la región (Figura 2).

Bosque tropical subcaducifolio (BTSC). Se desarrolla entre 590 y 980 m s.n.m., sobre lugares que conservan humedad, como cañadas abruptas de paredes altas en donde corren ríos intermitentes. Las condiciones topográficas de estas zonas mantienen la humedad aún en los meses más secos. En estos sitios predomina el sustrato rocoso. Por la cercanía con el BTC varios elementos florísticos se comparten. La estratificación vertical consta de uno a dos estratos: (a) arbóreo, subdividido en zona de copas (16-18 m) y zona inferior de copas (≤ 10 m), y (b) arbustivo (≤ 6 m). Dentro del primero se encuentran especies como Bursera simaruba, Ficus insipida, Manilkara zapota, Tabebuia rosea y Trichilia hirta. Entre los árboles de mayor altura (18 m) están Astronium graveolens, Calycophyllum candidissimum y Enterolobium cyclocarpum. Las especies de epífitas son pocas y su abundancia es mayor dentro de este estrato, se observan especies como Billbergia macrolepis, Brassavola cucullata, Epiphyllum sp., Guarianthe aurantiaca, Hylocereus undatus, Meiracyllium trinasutum, Prosthechea cochleata, Tillandsia caput-medusae y Trichocentrum sp. La zona inferior de copas es la más diversa, dentro de ella se encuentran Bonellia macrocarpa, Carpinus caroliniana, Cnidoscolus aconitifolius, Erythroxylum havanensis, Eugenia axillaris, Guarea glabra, Hyperbaena mexicana, Microtropis contracta, Myriocarpa cordifolia, Phyllanthus acuminatus, Pterocereus gaumeri, Quadrella pringlei, Sideroxylon laetevirens, Ulmus ismaelis y Yucca guatemalensis. Las lianas muestran su mejor desarrollo dentro de esta comunidad, en donde cubren la copa de los árboles bajo condiciones favorables de luz. Amphilophium paniculatum, Heteropterys laurifolia, Monstera deliciosa, Prestonia longifolia, P. grandiflora, P. mexicana y Stigmaphyllon retusum son algunas lianas comunes del BTSC. Entre los arbustos destacan Piper amalago y P. marginatum, que en algunos sitios forman un estrato continuo, aunque en algunas comunidades los arbustos son escasos. Otras especies arbustivas son Acalypha macrostachya, Ardisia escallonioides, Brahea nítida, Bunchosia lindeniana, Chamaedorea plumosa, Malpighia glabra, Neea psychotrichoides, Ouratea theophrasta y Pilocarpus racemosus var. racemosus. Las hierbas se observan como parches sobre rocas que acumulan materia orgánica, no forman un estrato. Algunas hierbas son Acalypha alopecuroidea, Adiantum capillus-veneris, A. pumilum, Anthurium schlechtendalii, Calyptocarpus wendlandii, Commicarpus scandens, Dorstenia contrajerva, Jarilla heterophylla, Onoseris onoseroides, Peperomia asarifolia, P. pereskiifolia, Ruellia inundata, R. jussieuoides, Thelypteris puberula y Tradescantia zanonia (Figura 3).

Bosque de Quercus (BQ). El BQ se desarrolla entre 800 y 970 m s.n.m., presenta un estrato arbóreo y uno herbáceo. Dentro de la zona se registraron dos formaciones: (a) comunidades dominadas por árboles robustos de 6-10(-12) m de altura, y (b) comunidades dominadas por árboles de 3-4 m de altura. La primera de ellas prospera en las laderas del sistema montañoso y en terrenos planos al pie de la montaña y está dominada por Quercus conspersa, Q. peduncularis y Q. segoviensis en el estrato arbóreo. El BTC y el BQ forman parte de un mismo paisaje; por ello, comparten elementos florísticos en sitios determinados. En estos sitios, el estrato arbóreo está representado por especies como Comocladia guatemalensis, Dahnopsis americana, Ficus obtusifolia, Nopalea karwinskiana, Styrax argenteus y Swietenia humilis. Los arbustos son esporádicos, entre ellos están Psidium molle y Zanthoxyllum fagara. El estrato herbáceo está compuesto por Billbergia macrolepis, Dalea versicolor var. versicolor, Gnaphalium aff. brachypterum y Triphora gentianoides. En lugares cercanos a corrientes de agua se registran especies como Ageratum corymbosum, Arthrostemma ciliatum, Bletia purpurea, Cyperus ochraceus, Euphorbia gramínea y Xanthosoma robustum. Las epífitas son escasas, especies como Tillandsia fasciculata, T. caput-medusae, Trichocentrum ascendens, se desarrollan en las ramas y troncos. Las lianas se presentan en puntos en donde el BQ comparte el espacio con elementos de BTC, donde pueden encontrarse Cissus rhombifolia, Dioscorea floribunda, Passiflora foetida y Philodendron warszewiczii. Las comunidaes dominadas por árboles de 3-4 m de altura generalmente se desarrollan en las cimas de los sistemas montañosos, en donde la neblina es constante durante el invierno. Quercus elliptica, como especie dominante, además de Q. peduncularis y Byrsonima crassifolia conforman el estrato arbóreo. Las epífitas son frecuentes, el género Tillandsia es el mejor representado y T. streptophylla es una de las especies comunes, además se encuentran Catopsis berteroniana, Guarianthe skinneri, Serpocaulon triseriale, T. caput-medusae y T. recurvata. El estrato herbáceo está compuesto por pocas especies en áreas con mínima perturbación, como Borreria ocymoides, Buchnera pusilla, Chromolaena opadoclinia, Lasiacis ruscifolia y Sobralia sp. La diversidad de hierbas aumenta en lugares perturbados, que albergan especies como Achimenes longiflora, Aldama dentata, Anemia hirsuta, Blechnum occidentale, Bletia roezlii, Borreria ocymoides, Bulbostylis juncoides, Cheilanthes farinosa, Chromolaena odorata, Crotalaria bupleurifolia, Cyperus aggregatus, Dryopteris patula, Eragrostis cilianensis, Habenaria macroceratitis, Pectis postrata y Zinnia peruviana. La única especie rastrera observada es Passiflora foetida (Figura 4).

 

Discusión

Se reportaron 642 especies, lo que equivale al 64.9% de las registradas por Reyes-García y Sousa (1997) en un inventario del BTC de la Depresión Central de Chiapas, al 8.4% de la flora del estado de Chiapas (Breedlove, 1986), al 2.8% de las plantas vasculares en México (Villaseñor, 2004) y al 2.6% del total de plantas registradas para Mesoamérica (Myers et al., 2000). Si se realiza una comparación con otros estudios florísticos (Cuadro 4), se observa que la región mantiene una riqueza específica alta. En un área con menos de 21 km2 habita 60% de la cantidad total de especies registradas para el Parque Nacional Cañón del Sumidero. La diversidad encontrada es similar a la reportada por Salas-Morales et al. (2003) en el Parque Nacional Huatulco, Oaxaca y a la de Nizanda, Oaxaca (Pérez-García et al., 2001). Se observa que el número de géneros también es alto si se toma como referencia el trabajo de Reyes-García y Sousa (1997) en la Depresión Central de Chiapas. Se descartó la posibilidad de comparación a nivel de familia debido al uso de diferentes clasificaciones en los estudios.

En cuanto a número de especies, Fabaceae fue la familia mejor representada, un patrón encontrado no sólo en los bosques secos de México (Trejo, 2010), sino también a lo largo del Neotrópico (Pennington et al., 2006); así como en trabajos realizados en áreas circundantes a la zona de estudio (Gallegos-Ramos, 2009; Espinosa-Jiménez et al., 2011), en donde Fabaceae y Asteraceae fueron las familias con un mayor número de especies. Trejo (2010) comenta que para las selvas secas del Pacífico Mexicano, después de Fabaceae, Euphorbiaceae es la familia de mayor riqueza; Pennington et al. (2006) hacen la misma aseveración para los bosques secos de México. En el presente estudio, Asteraceae ocupa el segundo lugar y Euphorbiaceae se ubica en el tercero. La riqueza de Asteraceae y la abundancia de especies herbáceas, la mayoría representantes de esta familia, se consideran como indicadores de perturbación, debido a que las asteráceas se caracterizan por su desarrollo en ambientes perturbados y por su capacidad de invadir habitats forestales (Pruski y Sancho, 2004). En cuanto a epífitas, Rzedowski (2006) comenta que, en estos tipos de vegetación, Tillandsia es el género mejor representado, lo que concuerda con los resultados de este trabajo; el centro y sur de México se consideran como centros de diversidad de Tillandsia (Benzing, 2000).

Aún cuando la zona presenta impactos graves por disturbio antropogénico, existen sitios que tienen características florísticas y estructurales de las comunidades de BTC descritas para la Depresión Central de Chiapas por Miranda (1998), información retomada y corroborada por Pennington y Sarukhán (2005), y Rzedowski (2006). Entre estas características están la representatividad del género Bursera, la presencia de cactáceas columnares y, en sitios con mayor húmedad, del género Ficus y de especies de palmas (Rzedowski, 2006; Trejo, 2010). Rzedowski (2006) señala que las epífitas son escasas dentro de los BTC, de manera que la riqueza de especies de las familias Bromeliaceae y Orchidaceae (17 y 16 sp. respectivamente), constituyen también un indicador del estado de conservación de los sitios. El endemismo que, como Lott y Atkinson (2006) mencionan, es alto a nivel de especie en los BTC del Pacífico Mexicano, pero bajo en otras jerarquías taxónomicas, constituye un atributo más que sugiere la presencia de fragmentos de bosque que valen la pena conservar.

El área de estudio presenta también heterogeneidad ambiental, característica de las selvas secas del pacífico de México (Trejo, 2010), que favorece el establecimiento de otro tipo de comunidades, como BTSC y formaciones de BQ; como consecuencia existe una alta diversidad y complejidad estructural. Entre los sitios de mayor relevancia está la La Cañada Chacona-Juan Crispin, que presenta BTSC y alberga especies típicas de ambientes húmedos dentro de una matriz de BTC, en donde se encontraron Pilocarpus racemosus var. racemosus y Ulmus ismaelis, dos nuevos registros para la flora de Chiapas. Entre las especies que aumentan el interés en la región están Triphora gentianiodes, una orquídea encontrada en BQ y considerada como una especie rara, pues aunque está reportada para parte del Norte, Centro y Sur de América, los registros de herbario son realmente pobres (MO, 2012; CAS, 2012; KEW, 2012); además de Bdallophytum oxylepis (Cytinaceae), una especie parásita de Bursera simaruba que habita en BTC y recientemente fue registrada para Chiapas (Martínez-Camilo et al., 2012).

Mesoamérica, región considerada por Myers et al. (2000) como un hotspot, es importante no sólo por su alto grado de endemismo, sino también por el alto grado de amenaza. Desafortunadamente, el área en estudio presenta la misma problemática ambiental que enfrenta la mayoría de las comunidades vegetales de esta región. Prance et al. (2000) señalan que en los trópicos la destrucción de la vegetación es más rápida que la elaboración de los inventarios. En el mismo sentido, Sosa y Dávila (1994) comentan que existen zonas que están transformándose rápidamente y que contienen una alta diversidad de especies que no están representadas en las colecciones; entre estas zonas incluyen al bosque de coníferas y encinos, y las selvas tropicales de la vertiente del Pacífico. A nivel local, la Depresión Central de Chiapas está considerada por Arriaga (2009) como un área con poca representatividad de RTP, debido a la falta de información respecto a su biodiversidad. En la zona en donde se ubica el sitio de estudio, la proximidad de las poblaciones humanas es la causa principal de la pérdida de grandes extensiones de cobertura vegetal que han sido y están siendo removidas por cambio de uso de suelo para la construcción de nuevos fraccionamientos habitacionales, sin que se tenga información completa de la biodiversidad. Una muestra de ello son los nuevos registros colectados, que indican que la región aún mantiene zonas con bajos índices de colección. El inventario generado en este trabajo es una útil herramienta en la toma de decisiones enfocadas a la conservación.

Si bien es cierto que el área de estudio presenta en su mayoría vegetación secundaria, también se conoce que ésta juega un papel importante en la evolución de la flora tropical (Prance, 1977), provee servicios ambientales y funciona como refugios de biodiversidad (Guariguata y Ostertag, 2002). La heterogeneidad de hábitat es también un atributo digno de conservación, es probable que las condiciones que permiten la presencia de BTC, BTSC y BQ en un área pequeña hayan dado origen a una alta riqueza florística, ya que 39.2% de las especies y 14.7% de los géneros de este estudio no se han registrado dentro del Parque Nacional Cañón del Sumidero, un área separada por tan sólo 2.6 km que alberga los mismos tipos de vegetación reportados en el presente trabajo; además, seis de las 13 especies endémicas a Chiapas presentes en la zona estudiada no se habían colectado para esta ANP (Espinosa-Jiménez et al., 2011).

Olson y Dinerstein (2002) comentan que la mayor diversidad de las selvas secas en el mundo ocurre en el sureste de México y en las tierras bajas de Bolivia. Ellos realizaron una propuesta para alcanzar los objetivos globales de conservación por medio de la detección a nivel mundial de eco-regiones terrestres con características únicas en biodiversidad, entre éstas se encuentran las selvas secas de México. El reto en la actualidad está en localizar áreas representantes de este ecosistema, que contengan una riqueza y endemismo distintivos y redoblar esfuerzos para evitar o mermar la pérdida de su cobertura vegetal.

 

Agradecimientos

Los autores agradecen de manera especial a Marco Antonio Domínguez y Yuli Beatriz López Mendoza por su valioso apoyo en la colecta y procesamiento de los ejemplares botánicos; al Dr. Christopher Davidson y Sharon Christoph por el apoyo financiero para la realización de este trabajo; a Pablo Carrillo-Reyes y a un revisor anónimo que con sus valiosas observaciones y sugerencias contribuyeron a la mejora del manuscrito.

 

Literatura citada

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