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Biolex

versão On-line ISSN 2007-5545versão impressa ISSN 2007-5634

Biolex vol.13  Hermosillo Jan./Dez. 2021  Epub 21-Fev-2022

 

Estudios de caso

Factores criminógenos en jóvenes y su integración en la delincuencia organizada

Criminogenic factors in young people and their integration into organized crime

Lizbeth García Montoya1  , Profesora e Investigadora de Tiempo Completo
http://orcid.org/0000-0002-1428-234X

1Estudios Avanzados y Doctorado en Criminología por la Universidad de Castilla La Mancha, España, Profesora e Investigadora de Tiempo Completo de la Universidad Autónoma de Sinaloa adscrita a la Unidad de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho Culiacán. Correo: lizbeth.garcia@uas.edu.mx, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 2014, autora de tres libros, más de 20 capítulos de libros y 8 artículos indexados relacionados con temas de violencia, ha realizado estancias de investigación en países como: España, México y Chile, ha participado como expositora en congresos nacionales e internacionales.


Resumen.

Una de las preocupaciones que debiera priorizarse para el gobierno, son los niños y jóvenes, pues en ellos recae el futuro de México. Sin embargo, a diario por medios de comunicación visualizamos que un gran número de los delitos cometidos en nuestro país son efectuados por jóvenes. Tomando en cuenta esta problemática se planteó para este trabajo como objetivo central visualizar algunos factores criminógenos que coadyuvan en el ejercicio de conductas delictivas en los jóvenes en México, principalmente aquellas relacionadas con el crimen organizado, donde hoy en día los jóvenes se hacen presentes en las listas de integrantes de asociaciones delictivas. Para la elaboración de esta contribución se partió de la siguiente interrogante: ¿Qué es lo que hace que un joven llegue a formar parte del crimen organizado? Para dar respuesta a la misma, se utilizó una metodología analítica, basada en la técnica documental, pues a través de la lectura de diversos documentos científicos, se pudo constatar cuáles eran algunos factores que impulsan la carrera criminal de los jóvenes, concluyéndose que existe una serie de factores principalmente de carácter exógenos que conjugados juegan un papel importante en la realización de dicha conducta, por ejemplo: la violencia familiar, pobreza y grupo de coetáneos en ambientes delictivos; sin embargo hay un factor que juega un papel interesante, el cual en ciertos estados actúa como uno de los factores destacados en la explicación del enganche de jóvenes en actividades de grupos criminales, siendo éste la pseudocultura del narcotráfico como forma de vida.

Palabras claves: Jóvenes; Narcocultura; factores criminogénos y delincuencia

Abstract.

One of the concerns that should be a priority for the government should be the welfare of children and young people, since the future of Mexico lies with them. However, on a daily basis through the media we see that a large number of crimes committed in our country are committed by young people. Taking this problem into account, the main objective of this work was to visualize some criminogenic factors that contribute to the exercise of criminal behaviors in young people in Mexico, mainly those related to organized crime, where young people are present today as members of criminal associations. To prepare this contribution, the following question was made: What makes a young person become a part of organized crime? To respond to it, an analytical methodology was used, based on the documentary technique, since through the reading of various scientific documents, it was possible to verify what were some factors that can drive the criminal career of young people, concluding that there is a series of mainly exogenous factors that together play an important role in the performance of such behavior, for example: family violence, poverty and peer groups in criminal environments; However, there is a factor that plays an interesting role, which in certain states acts as one of the prominent factors in the explanation of the involvement of young people in the activities of criminal groups, this being the pseudo-culture of drug trafficking as a way of life.

Keywords: Youth; Narcoculture; criminogenic factors and delinquency

INTRODUCCIÓN

En México al igual que en otros países la delincuencia organizada ha trastocado la tranquilidad de su población, pues si bien es cierto son determinados países los que repuntan en el problema, también es cierto que los efectos de la delincuencia organizada se mundializan, afectando a cada país en diferentes magnitudes.

De esta manera las actividades delictivas llevadas a cabo por personas agrupadas como delincuencia organizada tales como: la trata de personas, el tráfico de drogas, pornografía infantil, portación de armas, dejan efectos nocivos especialmente en los niños, niñas y en nuestros jóvenes pues son ellos quienes resultan víctimas con mayor incidencia, constituyéndose así, un grupos vulnerable ante el crimen organizado.

El interés de analizar este tema radica principalmente en reconocer la vulnerabilidad a la que están sumergidos los jóvenes para ser víctima de las garras de la delincuencia organizada; en especial se abordará el narcotráfico como una práctica producto de dicha organización criminal, haciendo hincapié cómo ciertas acciones se han ido arraigando en ciertos estados del país, hasta consolidarse como una forma de vida que obedece a la pseudocultura del narcotráfico, pero en parte se debe a ella que las y los jóvenes suelen ser presa fácil para los enganchadores criminales.

En esta contribución se analiza la figura de los jóvenes dentro de las asociaciones criminales; causas y los retos que hay que vencer; con el fin de lograr una prevención sólida de la presencia y participación de jóvenes en estos grupos. Para el desarrollo de este análisis se partió de la siguiente interrogante: ¿Qué es lo que hace que un joven llegue a formar parte del crimen organizado? Para llegar a la respuesta se siguió el método analítico, utilizando como técnica la documental, pues a través del análisis de diversos documentos relacionados con el tema se pudo conocer el problema en cifras, pero también lo qué contribuye a que los jóvenes ejerzan conductas desviadas de la ley.

Para esto se hizo el siguiente recorrido: en el primer tema se visualiza la parte contextual del problema. En el segundo se exponen los factores criminógenos que según la doctrina y teóricos están asociados con los jóvenes en la ejecución de conductas delictivas y; finalmente en un tercer apartado se aborda específicamente a la pseudocultura del narcotráfico como potencializador en los jóvenes a la carrera criminal dentro de grupos delictivos.

El seguimiento lógico del análisis de estos temas, nos ayudó a tener como principal conclusión el grave impacto que trae en jóvenes las prácticas que obedecen a una pseudocultura la cual sigue fines recargado a aspectos delincuenciales; así como de la política preventiva fallida que México tiene para poner freno a la llamada delincuencia juvenil y delincuencia organizad.

I.- CONTEXTO DEL PROBLEMA

La violencia es uno de los principales problemas que asecha al país, y su prevención uno de los que más preocupa al gobierno mexicano. Sin duda todos los días es visible por los medios de comunicación; diferentes conductas violentas que impactan de manera negativa en la estabilidad económica, social, familiar, pero también en un plano individual, pues el exceso de este tipo de conductas y la forma en cómo en ocasiones se cometen estos actos, producen diferentes estragos en la sociedad mexicana, y en ocasiones esto trae consecuencias irreversibles.

México en las últimas dos décadas se ha caracterizado por repuntar en las estadísticas internacionales como uno de los países con mayor índice de violencia como producto de la delincuencia organizada. Respecto a lo anterior, un estudio mundial sobre homicidio en 2019, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito1, reflejó que el 19% de los homicidios a nivel mundial ocurridos en 2017 fueron producto de la delincuencia organizada, donde el continente americano fue donde se presentó la mayor tasa de homicidios registrados en dicho año.

Si aterrizamos cifras al territorio mexicano, tenemos que según un conteo de Reforma, “El crimen organizado cobró 6,427 vidas en el territorio mexicano en los primeros 5 meses del año 2019”3.

Lo anterior ha traído muchas implicaciones; tanto internas como externas, pues ha llamado la atención de organizaciones internacionales, más aún porque se sabe que detrás de muchos de estos actos criminales está un menor, ya sea como víctima o como victimario. En este sentido instituciones internacionales han impulsado al país a que tome medidas para combatir este tipo de actos y disuadir la participación de los jóvenes en este tipo de prácticas delictivas.

El narcotráfico es un problema que se ha salido de las manos del gobierno mexicano. Este fenómeno ha proliferado tanto, por una parte debido a las malas estrategias preventivas adoptadas por nuestros gobernantes como producto de prácticas corruptas donde la impunidad es el pan de cada día y; por otra no menos importante por la mano de obra de jóvenes en su mayoría menores de edad que han sido preparados por organizaciones criminales para su servicio; posicionado esto a los cárteles mexicanos como organizaciones de difícil destrucción.

Desgraciadamente el esfuerzo que se ha hecho por el Estado mexicano no ha repuntado de manera positiva. Cada vez con mayor frecuencia se aprecia el enganchamiento de menores y jóvenes por organizaciones criminales, quienes les ofrecen remuneraciones nada despreciables a cambio de diversas conductas contrarias a la ley.

El inicio de las prácticas de narcotráfico, remonta a finales del XIX principios del XX5. Sin embargo esta forma de operar debido a que el contexto social ha ido cambiando, con el objetivo de abatir estos actos, el crimen organizado se han visto en la necesidad de ir más allá que las estrategias de combate implementadas por el gobierno, evitando así su desmantelaje, estos grupos criminales ponen su atención en los menores porque son presa fácil de enganchar, son inimputables para la ley, son astutos para la tecnología, pero además porque se desenvuelven con otros jóvenes.

Vásquez detalló en entrevista para el periódico “El Debate” que:

“lamentablemente, cada vez los cárteles necesitan más personas para operar, y reclutan a niños y jóvenes que cumplen distintas funciones en la organización y en ocasiones son jóvenes enganchando a otros jóvenes o incluso niños. De esta manera los jóvenes que se inician en operaciones criminales como el narcotráfico, regularmente inician con tareas fáciles y no peligrosas, como es el caso de los llamados “punteros” o “halcones”, quienes entre otras actividades son los que se encargan de actuar como informantes, observar y comunicar sobre cierta encomienda”.6

Detrás de cada fenómeno delictivo hay situaciones previas al suceso que impulsan la existencia del problema, sin embargo no hay una causa específica a la presencia de los fenómenos delictivos, por lo contrario la delincuencia en general comprende un problema multifacético y es esto lo que precisamente lo posiciona como uno de los fenómenos con mayor impacto en nuestro país, pues las cifras hablan por sí solas.

A continuación se abordará cómo la presencia de los jóvenes en grupos del crimen organizado va cobrando fuerza en el territorio mexicano al grado de convertirse las organizaciones delictivas la inspiración para los jóvenes.

II.- LOS JÓVENES COMO PRESA FÁCIL DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA: PARÁMETRO ESTADÍSTICO

Entre 2010 y 2016 se registraron 9,067 defunciones por homicidio de niñas, niños y adolescentes, en cuyos casos 76% de las víctimas fueron niños y hombres adolescentes y el 24% de niñas y mujeres adolescentes. Según este mismo registro, el grupo de edad más vulnerable es el de adolescentes entre 12 y 17 años, ya que representa 78% del total de defunciones… De acuerdo con la información disponible para el año 2016, el 56% de los homicidios fue ocasionado por el uso de armas de fuego. Con base en los mismos registros se presume que en el 96% de los casos de estos homicidios, el uso de las armas de fuego fue intencional. 7

Retomando las cifras del informe de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, tenemos que existen más de 5000 mil menores detenidos donde más de 1000 fueron sicarios de grupos delictivos involucrados con el narcotráfico8. Asimismo en un “reciente encuentro sobre los derechos humanos de la juventud mexicana, organizaciones no gubernamentales dijeron que unos 75 mil jóvenes integran el brazo armado de las bandas de narcotraficantes….. “.9

Como lo demuestran las cifras anteriores la incidencia de jóvenes y adolescentes involucrados en actividades delictivas no es algo aislado. Esto refleja que algunos jóvenes no les resulta difícil involucrarse a estos grupos criminales.

En este tenor, el periódico “El universal” comunicó que “México ocupa el primer lugar a nivel mundial en violencia física y homicidio de menores de 14 años, según datos proporcionados por la Secretaría de la Comisión de Derechos de la Niñez. Se presume que muchos de estos crímenes fueron como consecuencia del involucramiento de la víctima al crimen organizado10.

Analizando las cifras anteriores resalta la siguiente interrogante: Qué es lo que hace que un joven llegue a formar parte del crimen organizado? En el siguiente apartado se intenta dar respuesta al anterior cuestionamiento.

III.- FACTORES CRIMINÓGENOS COADYUVANTES EN JÓVENES A LA EJECUCIÓN DE CONDUCTAS RELACIONADAS CON LA DELINCUENCIA ORGANIZADA

Para acercarnos a los factores de riesgo que pudieran coadyuvar a que los jóvenes con mayor frecuencia se integren a grupos delincuenciales, resulta necesario hacer un análisis de la criminogénesis y la criminodinámica, de la desviación de los jóvenes hacia conductas delictivas, en este caso en especial aquellas, que están relacionadas con la delincuencia organizada; principalmente el narcotráfico.

A través del análisis de la criminogénesis se conoce los factores de riesgo relacionados con la conducta desviada en los jóvenes y a través de la criminodinámica se comprende el proceso en él que estos factores interactúan entre sí, propiciando la conducta desviada o delictiva.

Para poder hablar de un acercamiento a la prevención del problema del narcotráfico como producto de la delincuencia organizada, es imprescindible dejar de hablar de aquellos factores criminógenos que en conjunto con otros hacen propensa la presencia de dicha delincuencia, esto sin perder de vista que muchos de los sujetos actores del problema son jóvenes y los que no lo son muchos empezaron su carrera delictiva siéndolo, por ende en este apartado destacaremos algunos de estos factores.

Domínguez reconoce algunos factores que pudieran impulsar a los jóvenes a integrarse a organizaciones criminales, destacando los siguientes:

  1. Deficiente educación: el bajo nivel en la calidad de las escuelas públicas en muchas zonas del país impide a muchas personas el acceso a fuentes de ingreso lícitas que ayuden al sustento de sus familias, genera una ausencia de cultura de la legalidad y de formación ética, lo que le facilita a los narcotraficantes la posibilidad de inculcarle a esas personas la llamada “narco-cultura”.

  2. Pobreza: este elemento también se podría entender como consecuencia de la deficiente educación y del desempleo. Al encontrarse una persona en una situación económica miserable, y ante la imposibilidad de salir de ella a través de un empleo digno y lícito, por su poca o nula educación, resulta relativamente sencillo que entre en un estado de desesperación tal que le mueva a ingresar al crimen organizado por ver en él un camino que le puede dar algún sustento patrimonial a él y a su familia.

  3. Corrupción en las instituciones públicas: este elemento le permite al traficante de drogas el funcionamiento de su empresa ilícita. En palabras del ex fiscal del estado de Florida, Charles Intriago, pronunciadas en el simposio “¿Cómo prevenir el avance del narcotráfico?”: “se debe controlar la corrupción de las instituciones porque el narcotráfico no puede funcionar sin la corrupción” (Observatorio de Prevención del Narcotráfico s.f.).

  4. Desempleo: un sujeto necesita de una fuente de ingresos para vivir. El Estado reconoce el derecho de tener un trabajo digno que justamente le permita al sujeto sostenerse económicamente, pero no todos los ciudadanos de nuestro país tienen oportunidades de ingresar a un empleo lícito. La ausencia de oportunidades para tener una fuente de ingresos lícita que le permita al sujeto vivir dignamente provoca que éste busque esas oportunidades en actividades ilícitas.”11

Haciendo hincapié al primer factor que Domínguez ha llamado: “deficiente educación”, cabe decir que es un factor trascendental, pues el no tener la oportunidad de estudiar y terminar una carrera, los hace propensos a llevar una vida de sobrevivencia, pues los sueldos son insuficientes para poder sostener una vida digna..

En este sentido Domínguez, externa que “los narcotraficantes se aprovechan de la falta de educación de niños y jóvenes de las comunidades en las que operan, para inducirlos a formar parte de su maquinaria ilícita. Les resulta bastante sencillo acercarse a los niños y jóvenes de escasos recursos y ofrecerles bienes atractivos o recursos económicos, para ganarse su confianza e ingresarlos al narcotráfico, o bien amenazarlos para que realicen alguna operación ilícita pequeña con la cual iniciarlos, o para que consuman algún estupefaciente y así hacerlos dependientes a su organización, u ofrecerles una cantidad de dinero atractiva a cambio de que realicen algún ilícito. Y estos niños y jóvenes, por sus circunstancias particulares de pobreza, mala educación, temor, etc., no tienen muchas veces otra alternativa que aceptar”12.

Aquí el autor también hace alusión al factor “pobreza” como coadyuvante a la delincuencia, este factor sin duda va ligado al factor que él denomina: “deficiente educación” pues al no contar con un nivel educativo elevado, difícilmente podrás contar con una buena autonomía económica y viceversa, por lo cual es una cadena difícil de romper cuando no se tienen las condiciones y oportunidades para ello.

Por otro lado, el factor “deficiente educación” se puede ver desde otra connotación; es decir no como grado académico; sino desde aquella educación y crianza pobre de valores, de amor, comprensión y atención recibida en casa. Sin embargo si hablamos de menores debemos señalar que la educación o mala crianza por quienes ejercen su custodia, trae implicaciones futuras en sus actos, pues crecen con una percepción equívoca de lo que implica un trabajo honesto, ya que nadie les ha enseñado a diferenciar lo que se debe o no, hacer. Asimismo perciben una idea errónea de lo que implica el respeto, legalidad y amor al prójimo.

De lo anterior cabe preguntarnos ¿La delincuencia se aprende? En busca de la respuesta, es preciso decir que:

“mucho se ha debatido en el mundo de la criminología respecto a si las conductas desviadas son producto de un aprendizaje social, enseñadas en determinadas instituciones, como la escuela, la familia o la comunidad en general, y que con el paso del tiempo se van perfeccionando, pues quienes las ejercen sigue en constante contacto con experiencias y acciones que lejos de disuadir la delincuencia refuerzan su presencia. En este sentido, las teorías psicológicas que abordan la delincuencia como producto de un aprendizaje han logrado auge, sobre todo a finales del siglo pasado” 13

Gabriel Tarde expuso que los delincuentes, son personas ordinarias, debido al espacio social en el que se desenvolvían podían aprender malas conductas y causar daño a la sociedad. Con posterioridad este psicólogo formuló tres leyes en las que presenta las causas de la delincuencia, denominadas “Leyes de la imitación”. 14

Las leyes de Tarde incursionaron en el tema del aprendizaje por imitación, pues explican que las personas suelen delinquir por imitar a otras personas quienes, por lo regular, son de rango superior o líderes en la institución familiar o dentro de un grupo de coetáneos, ya que sienten cierta admiración por esta persona que ejerce el liderazgo. Específicamente de esto hablaremos más adelante. Lo que sí es importante señalar aquí es, que si estos delincuentes tempranos se desenvolvieron en una familia o bien crecieron en cierto grupo social donde las prácticas de narcotráfico estuvieron presente en toda su niñez, se crece con esta forma de vida y la adoptan como algo normal, nada inusual y lo peor es, que la legitiman; es decir para ellos realizar esos actos no implica maldad en algunos casos, sino que esto es concebido como una simple forma de ganarse la vida, de tal manera que el accionar de las organizaciones criminales, sobre todo cuando hablamos de narcotráfico, se ha llegado a visualizar en los jóvenes como un trabajo bien remunerado, per además del que se suelen sentirse orgullosos, pues es algo que buscaron y esto los dignifica en el grupo social en el que se desenvuelven.

Para los jóvenes que han aprendido una noción distorsionada de lo que es actuar bien o actuar mal (contrario a la ley), minimizan en muchas ocasiones el peligro, las consecuencias de este tipo de negocio, de tal manera que logran visualizar el mundo de la droga como un trabajo como cualquier otro en donde dentro de la relación laboral hay código de ética y reglas que hay que respetar, pues sin duda eso es lo que han aprendido y reforzado a través de la experiencia vivida.

Por otro lado, haciendo alusión al factor que Domínguez denomina: “corrupción en las instituciones públicas”, cabe citar que éste es un problema palpable en México, en principio por la alta cifra de impunidad existente,15 pero también porque México es uno de los países según el Índice Global de Corrupción con mayor incidencia en este problema16.

En relación al último factor de riesgo señalado por Domínguez como: “desempleo” se debe precisar que sin duda éste es un factor que orilla a los jóvenes a incorporarse a organizaciones criminales, pues la presión de ver en su casa precariedades en ocasiones puede ser determinante para la decisión de una conducta. En este sentido Reyes con base a resultados de un estudio realizado con jóvenes en Sinaloa establece que “Las condiciones de precariedad y las del desarrollo personal son limitadas. Así, dichas condiciones, generadas por los gobiernos y; en particular, por el sinaloense, orillan a que los jóvenes busquen una forma de obtener los estilos de vidas u objetos materiales que son aceptados en la sociedad”17.

Existen otros factores exógenos en los niños y jóvenes que coadyuvan a la carrera delictiva, como por ejemplo: la violencia en la infancia en el entorno familiar y la drogodependencia.

La violencia familiar, constituye un factor de riesgo a la conducta delictiva futura ejecutada por los sujetos que participan en dicha dinámica, principalmente de aquellos que fungen como víctimas directas o indirectas que son menores de edad.

Según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia 3, 900,00 niños en el mundo son víctimas de violencia18. Asimismo, el Informe mundial, Children in Danger, reveló que el abuso físico, sexual y emocional se ha incrementado en los últimos años afectando a millones de niños en sus hogares, escuelas y comunidades.19

En este sentido es conveniente destacar que la violencia en el ámbito familiar ejercida hacia un menor alcanza en México cifras desgarradoras. Según estudio sobre la Violencia Contra Niñas, Niños y Adolescentes en México, llevado a cabo por la UNICEF, determinó que: “en México casi 4 de cada 10 madres, y 2 de cada 10 padres, sin importar el ámbito de residencia, reportan pegarle o haberles pegado a sus hijas o hijos cuando sintieron enojo o desesperación”;20 Para Wolfe la violencia a menores es "la presencia de una lesión no accidental, resultado de actos de perpetración (agresión física) o de omisión (falta de atención por parte de quienes están a cargo del niño y que requiere de atención médica o intervención legal)"21. Por lo que el poco acompañamiento durante la infancia o el total abandono del menor en etapas cruciales de su vida no sólo es violencia; sino también multiplica la vulnerabilidad de él a la apertura de lazos de delincuencia futura.

Entre los tipos de violencia que se pueden ejercer hacia un menor en los hogares se encuentran: física, psicológica o emocional, sexual. Cada una de ellas puede producir diferentes secuelas psicológicas a corto o largo plazo y que éstas si no son tratadas por profesionales tienen efectos negativos en conductas permanentes en las víctimas. La violencia sufrida en la infancia afecta a la salud y el bienestar a lo largo de toda la vida.

A lo anterior, cabe decir, que los menores maltratados en la infancia van teniendo secuelas, pudiéndose manifestar como resultado la presencia de síndromes clínicos, entre los que destaca el del niño maltratado22. Pues no hay que olvidar que la violencia psicológica y emocional se hace presente por sí sola o bien cuando se presentan las demás. El Síndrome del Niño Maltratado va más allá de las secuelas físicas que deja en el cuerpo del menor, pues también engloba secuelas psicológicas. En un estudio realizado por Wodarski y Cols, se concluyó que: las consecuencias del maltrato infantil se hacen visibles a mediano y largo plazo en el desarrollo físico y psicosocial de los/as niños/as afectados, y que en muchas veces detrás de problemas de aprendizaje, agresividad y mal comportamiento, se esconden situaciones del maltrato, abuso y abandono en los menores23.

Luntz y Spatzs (1994) establecen que existe una estrecha relación entre los diferentes tipos de maltrato y el desarrollo biopsicosocial del niño -así lo demuestran los estudios realizados en estas áreas-, lo que puede traducirse en problemas escolares, tanto en el plano cognitivo como en el de la interacción social, y en alteraciones de la conducta manifestadas por agresión y retraimiento, además relacionan esto con el abuso de sustancias tóxicas, delincuencia, criminalidad y los suicidios. 24.

El vivir y crecer en hogares donde la violencia de cualquier tipo se hace presente, sin duda representa un foco rojo al que hay que apagar para lograr disuadir la conducta delictiva futura en los jóvenes.

Por otro lado, el factor de riesgo “consumo de drogas” requiere también una especial atención, pues dentro del contexto de la delincuencia organizada, muchos jóvenes son enganchados precisamente por la adicción que tienen a alguna droga ilegal, pues colaborando con quienes la venden, ellos la pueden obtener a mejor costo e incluso como pago de sus acciones.

En este sentido la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y Delincuencia (ECOPRED) 2014, destacó entre las características con mayor incidencia que presentan los jóvenes entre 15 a 29 años se encuentran como principales el consumo de alcohol con un 59.5%, sin embargo también aparecen la portación de armas, la comisión de actos de vandalismo y consumo de drogas ilegales25.

Estudios reflejan la relación estrecha que hay entre el consumo de drogas con conductas desviadas a la ley, de manera que, el informe rendido en 2017 por la CNDH denominado: “adolescentes: vulnerabilidad y violencia”, en el que se encuestaron a adolescentes que estaban privados de su libertad por la comisión de algún delito relacionado con la delincuencia organizada reflejó que el “68% dijeron que, antes de ingresar al centro de internamiento, consumían drogas diariamente (en su mayoría, mariguana, aunque habían probado todo tipo de drogas; sin embargo, otros consumían frecuentemente también cocaína, piedra, solventes y pastillas…”26.

De acuerdo con el Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Tamaulipas, las drogas de mayor consumo en pacientes de primer ingreso a tratamiento en dicho centro, son marihuana, cocaína e inhalables; las drogas que se encuentran por arriba de la media nacional son marihuana 84% (nacional 83.2%); inhalables 41% (nacional 36.1%); y cocaína 42% (nacional 34.7%)…. Los grupos de edad de inicio del consumo de drogas ilícitas que concentraron mayores porcentajes en Tamaulipas fueron los de 10 a 14 años (47%) y los de 15 a 19 años (44%) 27.

Sin duda los factores de riesgo como lo son el bajo nivel educacional, la crianza, pobreza, corrupción, impunidad, violencia familiar y la adicción alguna droga, representan importantes circunstancias que merecen ser investigadas con exhaustividad, pues no sólo conocer el tipo de relación que hay entre ellas y la delincuencia juvenil es importante, sino también indagar cómo prevenir con eficacia el problema desde la creación de estrategias preventivas cuyo impacto vaya dirigido a estos factores.

Ahora bien, desde mi experiencia en el día a día trabajando con jóvenes en aula en un estado (Sinaloa) donde el narcotráfico es uno de los principales, me percato cómo las y los jóvenes cada vez más adoptan un estilo de vida en donde todo gira entorno a capos de la droga, no me atrevería a decir que este estilo de vida es una moda, por qué ésta a cierto tiempo desaparece, por lo contrario la pseudocultura del narcotráfico en México (principalmente en ciertos estados) se ha ido fortaleciendo cada vez más con el paso del tiempo, enganchando principalmente a los jóvenes, sin respetar sexo, nivel socioeconómico, nivel de instrucción y mucho menos edad.

En el siguiente apartado se abordará especialmente la pseudocultura del narcotráfico como un factor que se ha fortalecido en la explicación de las conductas de los jóvenes al lado del crimen organizado en México, factor que en la actualidad está poco estudiado, mismo que hoy en día reclama atención si de prevención de la conducta desviada en jóvenes se habla.

IV. LA PSEUDOCULTURA DEL NARCOTRÁFICO COMO UN FACTOR EXÓGENO QUE POTENCIALIZA LA CRIMINALIAD EN LOS JÓVENES

En el apartado anterior, se estuvo hablando de algunos factores que elevan la predisposición de los jóvenes a involucrarse en actividades delictiva. Es este último hablaremos precisamente de un factor más que en algunos estados de la república mexicana juega un papel importante en el enganche de jóvenes para las conductas relacionadas con el tráfico de drogas, siendo éste la pseudocultura del narcotráfico.

Dentro de la pseudocultura del narcotráfico, el mundo del narcotraficante, gira entorno a lujos y exhuveraciones, destacan formas muy particulares de vestimenta, comportamientos, ideologías o creencias: así como gustos por música y ciertos programas de televisión particularmente basados en un contexto de violencia y placeres, ésta pseudocultura es definida por Alonso como “el conjunto de rasgos que caracterizan la vida de los narcotraficantes y sus acciones."28

Los medios de comunicación son una pieza clave para la aceptación de la pseudocultura del narco por la sociedad, constituyendo así un elemento relevante en el enganche de niños y jóvenes al narcotráfico, pues “a través del cine, la música, los medios masivos de comunicación, la literatura o el arte, el narcotraficante encontró un lugar para consolidarse como un sujeto exitoso. De esta manera se presenta una imagen de hombres con un capital económico exacerbado, de apariencia viril y con poder (en las instituciones gubernamentales) lo que permite mantenerse fuera de la ley y vivir en aparente tranquilidad”. 29

Las series de televisión son otro aspecto que potencializa la pseudocultura del narco, éstas nos indican el mundo real de ese estilo de vida, visualizándose al jefe del cártel como persona con mucho temple, coraje, ambición, pero a la vez como mucho liderazgo, ejemplares, inteligentes, intocables, creativos y caritativos. Destacando estos adjetivos las series de televisión se apoderan de los niños y jóvenes, de tal manera que el capo de la droga es admirado e imitado por ellos. En este sentido los jóvenes observan cómo los demás jóvenes que trabajan en el mundo de la droga se comportan de una manera valiente, ruda, sanguinaria, en ocasiones con peculiar frialdad, esto sin duda suele llamar la atención, pues asocian esas características con “poder”.

En las narco series “el narcotraficante no aparece como personaje secundario, ni tampoco se presenta al narcotraficante como parte de la historia, sino como temáticas centrales que representan un mundo en torno a la riqueza, a la opulencia y al poder”.30

En cuanto a vestimenta, esto suele ser otro rasgo característico de dicha pseudocultura, pues tanto la ropa, como accesorios que utilizan los capo de la droga suele ser exagerados, hablamos de joyas costosas, así como también ciertas marcas de ropa y accesorios que se ha generalizado como las que; principalmente portan los capos de la droga, marcas de reconocidos diseñadores del mundo de la moda tales como: Hugo Boss, Polo Ralph Laurent, Armani, Dolce-Galbana y Versace, e incluso algunos han sacado sus propias marca, tal es el caso de la marca “chapo 701”.

Las mujeres por tristeza son otro tema que lleva implícita la pseudocultura del narco. En este sentido las mujeres con las que se relacionan los capos de la droga son mujeres guapas y exuberantes, en donde también se recalca una moda específica de vestir, actuar y pensar, resaltando como parte de esa pseudocultura la ropa entallada reflejando sus cuerpos curveados a base de cirugías plásticas, uñas acrílicas largas y pintadas con colores llamativos; así como accesorios y ropas de reconocidas marcas, maquillaje agrumado y cabellera bien arreglada, por lo general teñida en tonos también extravagantes.

Otra cosa que es usual ver en el estilo de vida del narcotraficante son coches de lujosas marcas como: Ferrari, Porsche y BMW, asimismo, casas o haciendas con extremados lujos cuyos estilos arquitectónicos están marcados por esta pseudocultura.

Los narcocorridos constituyen el principal tipo de música que les suele gustar a los capos. Corridos en cuya letra se hace alusión precisamente a todo lo que en este apartado se ha dicho, dicha letra posiciona a un hombre valiente y respetable en el mundo de la droga, hombre ejemplar que se burla de la autoridad, hombre rico y famoso quien su mundo está rodeado de éxito, bienes y de mujeres bellas, pero también la letra del narcocorrido hace alusión a las distintas manifestaciones de violencia que ejercen, donde expresamente refieren las formas de asesinar o aniquilar a sus enemigos.

En este sentido la narco música llama mucho la atención de los jóvenes, impresiona cómo este tipo de música cuya letra induce a la crueldad y violencia genere tanta empatía en ellos, sobre todo en estados donde el problema del narcotráfico está en el día a día, como lo son los estados de Sinaloa, Tamaulipas, Michoacán, etc.

Reforzando lo que en este apartado se ha dicho tenemos que en un estudio llevado a cabo por la CNDH se destacó que entre los rasgos que caracterizan los delitos y las motivaciones de las y los adolescentes entrevistados que formaban parte de grupos de la delincuencia organizada, se enlistan los siguientes:

  • Existe el deseo de imitar un estilo de vida que los adolescentes han podido observar en su entorno y que incluye: armas, autos, alcohol, drogas, sensación de poder y otros lujos y excesos a los que consideran que sólo pueden acceder uniéndose a esos grupos.

  • También existen modelos o personajes dentro de esos grupos que ellos desean imitar.

  • Tienen el deseo de formar parte de un grupo que les brinde la sensación de pertenencia, de protección, de solidaridad, equivalentes o sustitutas a las de una familia.

  • Algunos han normalizado la pertenencia a esos grupos como resultado de haber crecido y convivido de manera cotidiana con una familia que formaba parte de los mismos.

  • Se les hace creer que las personas a las que dañan lo merecían porque habían obtenido dinero, bienes o un status social de manera indebida, o bien por ser enemigos o disputar el territorio de su grupo.

  • También se les hace creer que ellos deben estar dispuestos a acatar y ejecutar todas las órdenes que se les den, lo que, ante ellos mismos, podría darles la sensación de no tener responsabilidad, ya que sólo obedecían órdenes.

  • La adrenalina que les produce vivir constantemente en situaciones de peligro, resulta atractiva para algunos jóvenes.

  • Formar parte del grupo les produce una sensación de dominio, de control, de formar parte de un poder paralelo que disputa o pretende substituir al poder del Estado.

  • La participación en algunos grupos de ex militares o policías, contribuye a que la línea que divide lo legal de lo ilegal, se difumine, y contribuye a que los adolescentes adopten una actitud cínica frente a sus propios actos ilegales

  • Formar parte de estos grupos, en un entorno donde gozan de aceptación, les brinda status y, en este sentido, puede aparecer como una opción “legítima” de vida. 31.

  • Las anteriores motivaciones, sin duda acrecientan la probabilidad de que niños y jóvenes inicien sus primeras experiencias dentro del mundo del narcotráfico, para con posterioridad irse apantallando de las elocuencias y extravagancias que ofrece este tipo de negocio y que suele adoptarse por ellos como parte de una cultura, implicando ésta trabajar para una organización criminal, actuar como sus líderes, vestirse, hablar como los capos del cártel, e incluso desarrollar aspiraciones dentro de dicha asociación, es decir; ascender de rango hasta convertirse en un jefe de plaza e incluso liderar una nueva organización criminal.

Un estudio de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (flacso), señaló que:

“ocho estados de la república32 los jóvenes expresaron que se sienten identificados con narcotraficantes y sicarios, por encima de profesiones como policía, militar, profesor o empresario. El estudio realizado en los estados de Baja California, Chihuahua, Colima, Durango, Estado de México, Guerrero, Tabasco y Tamaulipas arrojó que 26.3% de los jóvenes entrevistados piensa que a ellos, sus amigos o personas de su edad les gustaría parecerse a narcotraficantes o sicarios”33.

Realmente es preocupante la importancia que le dan las y los jóvenes al hecho de pertenecer o hacer creer que pertenecen a cierto grupo delictivo, inmiscuyéndose en conductas delictivas para obtener lo que con actividades legales sería difícil tener: “poder y aparente respeto social”. Erradicar esta admiración y empatía es uno de los retos más grandes al que se enfrenta México, ya que esta empatía propicia en muchos de los casos que los jóvenes voluntariamente sigan un camino lleno de lujos y placeres mientras todo esto sea intercambiado, en el mejor de los casos por su libertad o bien por sus propias vidas.

V.- CONCLUSIONES

El comercio de droga desde su inicio ha sido un negocio con estratosféricas ganancias, lo que lo hace interesante para ciertas personas. Sin embargo la competencia y la creación de más asociaciones criminales que lucran con estas sustancias de manera ilegal, ha impulsado que los grupos de delincuencia organizada con el paso del tiempo se vanguardicen y desarrollen nuevas estrategias para ganar el mercado, sin duda el sumar nuevos integrantes a las asociaciones delictivas es parte de éstas estrategias para mantener el poder.

Con tristeza cada vez vemos más jóvenes incorporándose a mafias de la droga. En este contexto la delincuencia juvenil ha cobrado cifras importantes, no sólo en México, sino en el plano internacional. Esto se debe a un sinfín de factores de riego, tanto endógenos, como exógenos que de una u otra manera coadyuvan para que los jóvenes decidan pertenecer a grupos delictivos, entre estos factores abundamos en algunos como: corrupción, impunidad, violencia familiar, bajo nivel educativo, desempleo, pobreza y la pseudocultura del narcotráfico.

En particular la pseudocultura del narcotráfico con ayuda de los medios de comunicación propicia ideales en los jóvenes, que sólo pueden ser alcanzados dentro de un contexto ilegal. Hay que reconocer que existe poca probabilidad de que el gobierno reprenda a los criminales en la lucha por alcanzar dichos ideales, contrario a esto existe mucha probabilidad de éxito para ellos en ese camino, aunque éste sea pasajero, consideran que vale la pena el riego que asumen, pues las ganancias si no son aprehendidos son alentadoras.

Lo anterior influye entre otras cosas que jóvenes inicien de su carrera criminal, como parte de la delincuencia organizada, ya que perciben a esto como un buen negocio y forma de ganarse la vida, pero también la forma más rápida de obtener beneficios materiales y estar involucrado dentro de un círculo al que la sociedad respeta y teme, incluso mucho más que al propio gobierno.

Sin duda el gobierno mexicano tiene una importante y pendiente tarea por hacer; pues se ha dejado proliferar; tanto el problema del narcotráfico que hoy en día éste entre otras cosas no respeta condición social, sexo, nacionalidad, pero tampoco edad. La juventud cada vez está más propensa a realizar actividades nocivas, perdiendo el respeto a sí mismo y los demás, no tienen empatía por los efectos colaterales que causa el problema, se está perdiendo el interés por las cosas sencillas que se ganan con esfuerzo y dignidad, pero además se está perdiendo el amor por la propia vida.

Es evidente que las estrategias preventivas implementadas por el gobierno no han generado el impacto que se necesita para disminuir y erradicar el problema, pues sin duda la complejidad del fenómeno del narcotráfico es lo que hace que las distintas políticas criminales que México ha puesto en marcha para su combate no den los resultados esperados, contrario a esto, pareciera que cada estrategia fallida implementada ha fortalecido a los grupos criminales ¿A caso esto es verdad? La pregunta la dejo en el aíre para que el lector emita sus propias consideraciones.

Sin duda lograr una prevención exitosa de un problema como la delincuencia ejercida por jóvenes es difícil, sin embargo no imposible, pues sabemos de países como Noruega donde el problema de delincuencia juvenil es casi aislado, por lo que es importante mirar hacia nuevos horizontes, pues de estas buenas experiencias se pueden rescatar cosas que seguramente ayudarían al gobierno mexicano a rescatar jóvenes en riesgo. Pero más allá de esto, es importante indagar sobre una buena estrategia preventiva para el problema, mediante la cual se trabajen en acciones que impacten en cada factor que ponen en un estado de mayor vulnerabilidad a los jóvenes a conductas contrarias a la ley.

VI.- REFERENCIAS

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3 INFOBAE, Las alarmantes cifras de la violencia del crimen organizado, 6427 mexicanos fueron ejecutados en lo que va el de 2019, junio de 2019, [En línea] Disponible en: https://www.infobae.com/america/mexico/2019/06/08/las-alarmantes-cifras-de-la-violencia-del-crimen-organizado-6427-mexicanos-fueron-ejecutados-en-lo-que-va-de-2019/

5 Ramírez Pimienta, José. “Del corrido de narcotráfico al narco corrido: orígenes y desarrollo del canto a los traficantes”. Studies in Latin American Popular Culture (23), 2004, pp 21-41.

6 Caro Lorena, La narcocultura en Sinaloa, ¿Una nueva era?, El Debate, Noviembre de 2019, [En línea] Disponible en: https://www.debate.com.mx/culiacan/Narcocultura-en-Sinaloa-una-nueva-era-20191104-0157.html

7 Álvarez Gutiérrez, Martín, G., Panorama Estadístico de la Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes en México, UNICEF, 2019, p 60, [En línea] Disponible en: https://unicef.org.mx/consultada

8 Univisión Noticias, En México hay de mil niños sicarios detenidos, Abril de2015, [En línea] Disponible en: https://www.univision.com/noticias/noticias-de-mexico/en-mexico-hay-mas-de-mil-ninos-sicarios-detenidos

9 Baca Zapata, Graciela. “Aproximación a la narcocultura como referente de la construcción identitaria de jóvenes en México” El cotidiano, n°206, México, 2017, p 64.

11 Domínguez Barrio, Gabriel, Tráfico de drogas parasito social, plaga, en Nueve propuestas para prevenir el delito, 1 Congreso de ensayos para prevenir el delito, México: INECIPE, 2016, s/p.

12Ibídem

13 García Montoya, Lizbeth. El cáncer doméstico: una triple mirada a la violencia hacia la mujer, México: Porrúa, 2020, p 50.

14 Garrido Genovès, Vicente, Stangeland, Pet., y Redondo, Santiago. Principios de la criminología, 3ra. Edición, España: Tirant Lo Blanch, 2006, p 354.

15Según índice Global de Impunidad 2018, determinó que ”México ocupa el cuarto lugar del Índice Global de Impunidad (IGI-2017) con 69.21 puntos … México encabeza la lista de países del continente americano con el más alto índice de impunidad”. Citado en: Le Clercq, Ortega Juan Antonio y Rodríguez Sánchez Lara Gerardo. Índice Global de Impunidad, la impunidad subnacional en México y sus dimensiones IGI-MEX-2018, Universidad de las Américas Puebla, Jenkins Graduate School y Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia. 2018, p 7. [En línea] Disponible en: https://www.udlap.mx/igimex/assets/files/2018/igimex2018_ESP.pdf

16 Transparencia Internacional, Índice de la percepción de la corrupción.2019, p 7. [En línea] Disponible en: https://www.transparency.org/files/content/pages/CPI_2018_Executive_summary_web_ES.pdf

17 Reyes Sosa, Hiram., Larrañaga Egilegor, Maider y Valencia Garate, José Francisco.” Región y Sociedad”, 29, n°69, 2017, p 84.

20Álvarez Gutiérrez, Op, cit, p 35.

21 Wolfe, D. Programa de conducción de niños maltratados, México, D.F: Trillas, 1999.

22“En 1962 Henry Kempe y Silverman, acuñaron la expresión “síndrome del niño golpeado”, basándose en características físicas presentadas en niños que ingresaban al servicio de pediatría del Hospital General de Denver, Colorado. Se observó que los niños no sólo eran agredidos de forma física sino emocionalmente, por negligencia, por lo cual el término “golpeado” cambió a “maltratado” Citado en: Instituto de la Salud Publica, Maltrato infantil un problema mundial, Vol. 40, no. 1, enero-febrero de 1998.

23 Alarcón Forero, Laura Carolina, Araujo Reyes Angélica Patricia, Godoy Díaz Andrea Paola y Vera Rueda, Manuel Enrique, maltrato infantil y sus consecuencias a largo plazo, Med UNAB, pp106 y 107.

24 Santana Tavira, Rosalinda., Sánchez Ahedo Roberto., y Herrera Basto, Emilio. “El Maltrato Infantil un Problema Mundial, Salud Pública de México”, Vol 40, n~1. 1998, p 56. [En línea] Disponible en: https://www.scielosp.org/pdf/spm/1998.v40n1/58-65

26 Comisión Nacional de Derechos Humanos. Informe especial: adolescentes: vulnerabilidad y violencia, México, 2017, p 66.

27 Gómez San, Luis Arnel Hortencia y Almanza Avendaño, Ariagor Manul. “Impacto del Narcotráfico en Jóvenes de Tamaulipas”, México: drogas e inseguridad, Revista de Psicología. Vol 32 (2), 2016, p 451, [En línea], Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-children

28 Slzar, A.Narcocultura en la juventud mexicana”. 26 de octubre de 2012, s/p, [En línea], Disponible en: https://prezi.com/wpaepbmxnw59/narcocultura-en-la-juventud-mexicana/.

29Reyes Sosa, op.cit, p 71.

30 Mercaer, Yolanda. “Imágenes femeninas en el cine mexicano de narcotráfico”, TRAMAS. 2012. (36).s/p.

31Comisión Nacional de Derechos Humanos, Op cit. p.92.

32Se refiere a la República Mexicana.

33Baca Zapata, Graciela., Op cit, p 62.

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