Introducción1
En septiembre de 2015, los 189 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2015) aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 objetivos en el esfuerzo por erradicar la pobreza, luchar contra la desigualdad, la injusticia y hacer frente al cambio climático. El objetivo 11 alude a las ciudades y comunidades sustentables, que dentro de sus metas contempla aspectos como asegurar el acceso a servicios básicos, mejorar el transporte y seguridad vial, fomentar planes de sustentabilidad, entre otros (ONU, 2016). Esto sucede en un contexto en el que, a escala internacional, se intensifica la aglomeración de personas, que migran en busca de una mejor calidad de vida, lo cual tiende a formar megaciudades cuya población supera los diez millones de habitantes. Las megaciudades, pasaron de diez, en 1990, a 28 en el 2014 (ONU, 2014), lo que sin duda favorece el crecimiento económico, pero también genera impactos negativos sociales y ambientales.
Se ha documentado que el crecimiento de las ciudades conlleva la generación de residuos, reducción de hábitat para la fauna y vegetación, modificación del ambiente, mayor demanda de recursos, etcétera. Por ello se debe estudiar el funcionamiento o desempeño de las ciudades, ya que en éstas suelen concentrarse las personas y, eventualmente, resulta complicado mantener condiciones adecuadas para el bienestar social (Graizbord, 2007; Wu, 2014). Un claro ejemplo es el transporte público, que no se da abasto para la cantidad de personas que habitan en la ciudad o no cumple con las condiciones de calidad (Nieuwenhuijsen, 2016). Incluso, considerando aspectos básicos de una vida digna, se tienen problemas para abastecer de agua potable y alimento a las personas (Meadows, 2004), así como para una disposición adecuada de los residuos sólidos y líquidos generados, evitando así la degradación del ambiente (Graizbord, 2007). En este sentido, los estudios de la sustentabilidad vienen cobrando cada vez mayor relevancia en el siglo XXI, lo que se puede observar y aplicar en cualquier escala, desde un pequeño negocio, localidad, municipio, hasta una región o país.
Este estudio realiza un análisis sobre el desarrollo socioeconómico y la sustentabilidad ambiental en los municipios urbanos de la región Noroeste en México, para dar respuesta a preguntas como las siguientes: ¿Cuáles son los municipios urbanos que tienen mayor desarrollo socioeconómico en la región Noroeste? ¿En cuáles de éstos municipios se puede observar una mayor o menor sustentabilidad ambiental? ¿Acaso los niveles de desarrollo socioeconómico municipal (IDSEM) muy alto corresponden con bajo índice de sustentabilidad ambiental (ISAM) o con alto ISAM?
La hipótesis de trabajo arguye que aquellos municipios con mayor desarrollo en los aspectos socioeconómicos presentarán una baja sustentabilidad ambiental, ello en virtud de que, si bien la urbanización entraña concentración de la población y la actividad productiva industrial y de servicios lo que se refleja en desarrollo y bienestar social, ello, eventualmente, determina un mayor deterioro del medio ambiente.
El objetivo general es conocer los niveles de desarrollo socioeconómico y sustentabilidad ambiental en los municipios urbanos que se localizan en la región noroeste de México. Por ello, se proponen dos objetivos específicos: 1) estimar un índice de desarrollo socioeconómico y un índice de sustentabilidad ambiental para los municipios urbanos de la región y, 2) Identificar aquellos municipios urbanos que observan el mayor grado de desarrollo y sustentabilidad ambiental en la región noroeste del país y, viceversa.
A esta parte introductoria, le sigue una breve discusión sobre el vínculo conceptual entre urbanización, desarrollo y sustentabilidad ambiental. La tercera parte abunda sobre la literatura empírica reciente. La cuarta parte describe la metodología y los datos utilizados en el estudio. En la quinta parte se realiza el análisis de los niveles de desarrollo socioeconómico y la sustentabilidad ambiental en los municipios urbanos de la región, así como una comparación con el índice de ciudades prósperas. Por último, se precisan las conclusiones a las que lleva el estudio.
El vínculo conceptual entre urbanización, desarrollo y sustentabilidad ambiental
La urbanización se percibe como el movimiento de las personas de las zonas rurales hacia lugares con altas concentraciones de población (Lohrey y Creutzig, 2016) ocasionando el crecimiento de la población y la expansión de áreas urbanas (Tan, Xua y Zhang, 2016). A partir de esta urbanización, se crean las ciudades como sistemas complejos donde se concentra la mayor parte de la actividad económica (IDB, 2011) y se convierten en los motores que se encuentran detrás del desarrollo económico en los países industrializados (Camhis, 2006). En las ciudades se genera más del 80 % del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que en ellas se favorece la productividad y se facilita la innovación (Banco Mundial, 2019). Bai et al. (2017), reconocen a la urbanización como una de las transformaciones sociales más grandes en la actualidad, impulsada por procesos económicos, pero también por procesos sociales y ambientales.
La urbanización se considera como parte del desarrollo económico y social, pues las ciudades se han convertido en el centro donde toman lugar las actividades de aproximadamente el 50 % de la población (Phillips, Kouikoglou y Verdugo, 2018), ya que además de propiciar la localización industrial genera oportunidades de empleo, mayor acceso a la educación, oportunidades para el crecimiento en la infraestructura, tecnología e innovación (McGranahan y Satterthwaite, 2014). El acceso a la educación permite una mejor preparación de la población e incrementa el capital humano y las oportunidades de acceso a empleos mejor remunerados, a servicios y productos. Por ende, la rápida urbanización propicia una mejor calidad de vida a sus habitantes (IDB, 2011).
No obstante, la urbanización, junto con el desarrollo económico y social, que ofrece es dependiente del uso de los recursos y ecosistemas presentes en la naturaleza que proporcionan la enorme cantidad de energía y materiales (Phillips et al., 2018), que si no son gestionados de forma racional puede originar impactos adversos que tienen el potencial de afectar el bienestar de sus habitantes y el desarrollo económico de la ciudad (Camhis, 2006). Ejemplos de los efectos adversos de la urbanización son la pobreza y la injusticia (Taylor, 2012).
Entonces, la urbanización, el desarrollo económico y el ambiente se encuentran ligados por una serie de efectos positivos y negativos, derivados del acelerado crecimiento poblacional y la aglomeración de las personas (Fondo de las Naciones Unidas para la Población, 2012). De allí que, la urbanización se ha convertido en un tema de suma importancia donde se ha subestimado el rol de las ciudades (Camhis, 2006) debido a la relación que existe entre el ser humano y los ecosistemas (Verma y Raghubanshi 2018), por lo que es necesario evaluar la nueva realidad urbana, así como su potencial de mejoras y con esto generar soluciones adecuadas para un futuro sustentable (Li, Beeton, Halog y Sigler, 2016). Lo anterior, se convierte en un reto, ya que el crecimiento acelerado de las ciudades representa también oportunidades para la sustentabilidad (Weinstein, 2010).
Tomando en cuenta la conceptualización ecológica de las ciudades K’Akumu (2007), advierte cómo las ciudades se analizan y se piensan como seres vivientes y como estos al igual que un ser vivo crecen, se desarrollan y mueren. Es entonces que se considera a las ciudades como un ser viviente y se puede analizar su metabolismo, por lo que Wolman (1965), en su trabajo del metabolismo de las ciudades habla de cómo se pueden relacionar los flujos de materia que entran a una ciudad en este caso para abastecerla y la cantidad de desechos que se genera al final.
Por lo tanto, cuando las personas se organizan en sociedades toman la materia y la utilizan de acuerdo a sus necesidades, por lo que Zhang, Yang y Yu (2009) habla de un modelo híbrido que se presenta entre los sistemas ecológicos y económicos, además, según Díaz (2014), el metabolismo se representa de acuerdo a como los recursos naturales son utilizados por los procesos económicos y sociales y como los ecosistemas soportan esta actividad.
En ese sentido, a la par del desarrollo urbano y el crecimiento económico se presentan diversos efectos negativos al ambiente, lo que ha provocado que se presenten problemas con los recursos, degradación de los ecosistemas, generación de gases de efecto invernadero, entre otros (Lohrey y Creutzig, 2016). Siendo de las principales problemáticas ambientales a nivel mundial las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ya que esto conlleva al cambio climático el cual es un problema global cuyos efectos se observarán aún más a largo plazo involucrando al medio ambiente, así como aspectos sociales, económicos y de política a escala mundial (Martínez y Fernández, 2004). Asimismo, parte importante del crecimiento urbano ha sido la industrialización y como consecuencia de esta hubo un aumento de dióxido de carbono en un 31 %, metano 151 % y óxidos de nitrógeno 17 %, lo cual se atribuye principalmente a la quema de combustibles fósiles (IPCC, 2001); son las ciudades responsables de 78 % del consumo total de energía mundial y por lo tanto de más del 60 % de los gases de efecto invernadero (ONU, 2019).
Como ya se mencionó, la urbanización propicia el desarrollo industrial (McGranahan y Satterthwaite, 2014), por lo que este se puede ver afectado considerando su participación en el Producto Interno Bruto (PIB), su contribución a las emisiones GEI, la riqueza de la materia prima requerida para sus procesos, consumo de energía y agua, así como su vulnerabilidad a riesgos naturales dependiendo de la ubicación de la empresa (Sánchez-Salazar, 2004).
Es en las ciudades con mayor desarrollo es donde hay una tendencia a generar más residuos sólidos, en el año 2017, se estimó que anualmente en el mundo se generan 2,010 millones de toneladas de desechos sólidos municipales, en donde el 33 % de estos residuos no son tratados para su disposición final y, se estima que en los próximos 30 años aumentara un 70 % (Banco Mundial, 2019)
El crecimiento acelerado de la población también puede causar efectos en los ciclos biogeoquímicos y contaminación de agua, ya que los ecosistemas urbanos tienen niveles elevados de uso de varios productos químicos contaminantes, lo que conlleva a la disminución en la salud de los ecosistemas acuáticos. Por otra parte, el uso del suelo representa otro problema derivado de la acelerada urbanización, ya que el suelo utilizado es incluso más grande que el utilizado para las ciudades, por consiguiente, los ecosistemas se ven afectados (Bai et al., 2017).
Literatura empírica reciente
La revisión de literatura mostró que existen algunos estudios desarrollados a nivel internacional y en México, en donde se aborda el tema de la evaluación del desempeño sustentable en las ciudades (Zhou, Xiao, Shang y Zhang, 2007, Fiore, 2009, EPI, 2016, Phillips et al., 2017, Jato-Espino, Yiwo, Rodríguez-Hernández y Canteras-Jordana, 2018,) y se enfocan, principalmente, en la protección de la salud de las personas y de los ecosistemas (Miguel, Torres, Maldonado y Robles, 2012, Li y Ma 2014, Li et al., 2014, Huang, Yan y Wu, 2016, Mapar et al., 2017). Asimismo, han surgido por la necesidad de contar con herramientas enfocadas a hacer operativo el concepto de sustentabilidad, ya que permite clarificarlo y reforzarlo, a su vez, permite crear sistemas sustentables (Masera et al., 2007). Por su parte, Nakamura, Pendlebury, Schnell y Szomszor (2019), menciona que del año 2015 al 2018 hubo un lento aumento en las publicaciones a nivel internacional acerca de la temática de sustentabilidad, los indicadores, definiciones, evaluaciones, manejo de desechos, entre otras temáticas relacionadas.
A nivel internacional destaca el índice de desempeño ambiental (Environmental Performance Index-EPI) por ser uno de los indicadores más utilizados, fue creado por la universidad de Yale en Estados Unidos en colaboración con la universidad de Columbia. Cada dos años se publican los valores de este indicador, de tal forma que en el 2016 se contó con datos de 180 países en donde sobresalen por sus buenas acciones sustentables Finlandia, Islandia, Suecia, Dinamarca, entre otros, colocándose México en el lugar 67 (EPI, 2016).
Los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para guiar la transición a nivel local, regional y global hacia el desarrollo sustentable han quedado plasmados en dos planes de acción. El primero surge en 1992, como la agenda 21, con ocho objetivos (ODM), 18 metas y 48 indicadores y en donde el objetivo siete, trata sobre la sostenibilidad del ambiente, fue firmado por 178 países y su fecha de cumplimiento fue el año 2015. Posteriormente, en 2015 surgió la agenda 2030 donde se toma como experiencia la agenda 21 y se observa un mayor reconocimiento a la importancia e interrelación del ambiente con el desarrollo económico y social.
La agenda 2030 comprende 17 objetivos (ODS), 169 metas y 231 indicadores globales. Son cuatro de los ODS los que mencionan al ambiente y ya son 193 los países comprometidos en este plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, como un esfuerzo por hacer frente al crecimiento económico, inclusión social y sustentabilidad ambiental (ONU, 2015). El informe del año 2018 la agenda 2030, menciona sobre efectos del cambio climático y su contribución al aumento de personas que se enfrentan a problemas de hambre, lo que los obliga a desplazarse y conlleva a carecer de servicios básicos (ONU, 2018).
La ONU ha realizado esfuerzos también a nivel ciudad, como es el caso del programa ONU-Habitat. Este programa cuenta con el índice de ciudades prósperas, que es una metodología diseñada para evaluar este indicador de acuerdo con indicadores publicados en fuentes de información confiable (por ejemplo: Semarnat, INECC, INEGI, entre otras), asimismo, mide la eficiencia de la ciudad y el efecto de las políticas públicas en el tiempo (ONU-Habitat, 2018).
También a este nivel de análisis destacan los estudios que han sido realizados en China. Wen y Chen (2007), realizaron un examen sistemático para evaluar el costo-beneficio causado por el crecimiento económico, sus resultados mostraron que China ha tenido serios costos en economía, ecología y sociedad, por lo tanto, la evidencia es fuerte para argumentar que el crecimiento económico se asocia a la disminución en el bienestar y equidad, aumento de contaminación, tráfico. En este estudio los autores utilizaron el análisis de componentes principales y reportaron que los principales factores que China debe considerar en el futuro son: la estructura industrial, urbanización, eficiencia en el consumo de recursos, infraestructura pública, protección al ambiente y conservación ecológica.
Zhou et al., (2007) utilizaron el método de análisis de componentes principales para evaluar el desarrollo sustentable en Suihua, China. También se utilizó la jerarquía y comprensión multicriterio y, finalmente, para ponderar resultados aplicaron el método análisis de proceso jerárquico. Su estudio mostró que el nivel del desarrollo sustentable en dicha ciudad ha ido aumentando desde 1999, ya que desde entonces ha habido una disminución en el consumo eléctrico, asimismo se observó una inestabilidad de desarrollo de 1990 al 2002, sin embargo, consideran que el desarrollo podría ser sustentable con una tendencia de ser más armonioso de 1999-2002.
El índice Urbano de Sustentabilidad fue desarrollado en China en el año 2011 para evaluar sus ciudades desde 200,000 a 20 millones de habitantes. El índice incluyó 23 indicadores divididos entre cuatro principales áreas: economía, sociedad, recursos y ambiente. Este es un proyecto llevado a cabo cada año por McKinsey Global Institute (MGI) y la Iniciativa Urbana de China (UCI), a fin de que se promueva la sustentabilidad en las ciudades, e identificar como ha ido evolucionando la sustentabilidad en las ciudades de China y para proveer información de referencia para otras ciudades (Li et al., 2014).
Más tarde Li y Ma (2014), realizaron un estudio a fin de profundizar en la relación entre urbanización, desarrollo económico y medio ambiente para treinta regiones de China. Los autores utilizaron un sistema de índices ambientales, utilizando el modelo de presión respuesta. Encontraron que la tasa de urbanización y la tasa de cambio ambiental tienen una relación en forma de U invertida, por lo que los autores concluyeron que, con la acelerada urbanización, inicialmente se presentarán efectos negativos al ambiente y que cuando la urbanización se incremente los efectos negativos se estabilizarán, de modo que a tasas de urbanización cada vez más altas se presentarán mejoras en el medio ambiente; mientras que, cuando hay un crecimiento económico solo enfocado a acrecentar el PIB se ocasionarán problemas al medio ambiente.
Por su parte, Huang et al. (2016), evaluaron la sustentabilidad de diez megaciudades de China, mismas que son el centro socioeconómico del país, para ello se utilizó el indicador de progreso genuino, la huella ecológica, el índice de desempeño ambiental, índice de desarrollo de las ciudades, índice de desarrollo humano, el coeficiente de GINI y la proporción de ingresos urbano-rural. Los principales resultados mostraron lo siguiente: 1) el indicador de progreso genuino comenzó a aumentar desde el 2006, 2) las presiones del crecimiento económico sobre el medio ambiente aumentaron mientras que la biocapacidad disminuyó, 3) el nivel de bienestar humano aumentó, 4) la desigualdad socioeconómica se amplió, 5) mejoró el tratamiento de residuos y el desarrollo de infraestructura.
En cuanto a investigaciones realizadas en México sobre este tema se identificó el estudio de Fiore (2009) para el turismo mexicano en Mazatlán, Sinaloa. En este se utilizó métodos gráficos comprobados con análisis de correlación de Pearson y regresión lineal, también se realizó un análisis multicriterio a fin de realizar un diagnóstico mediante indicadores de desarrollo sustentable de la agenda 21. El resultado se presentó en porcentaje de sustentabilidad, el cual para el año 2006 fue de 72.86, el año 2007 fue de 72.12 y el año 2008 fue de 73.47. Asimismo, para cada año se obtuvieron resultados de medio ambiente, entorno socioeconómico, turismo y desarrollo urbano, en donde destaca el tema de medio ambiente como el más lejano a la sustentabilidad ya que para los 3 años se encontró por debajo del 50 por ciento.
Posteriormente, en otro estudio sobre las desigualdades regionales del desarrollo sustentable en México, se tiene que Miguel et al. (2011) utilizaron como indicador el índice de desarrollo sustentable del agua 2002-2005. Para ello se seleccionaron regiones homogéneas en México y se obtuvieron los datos necesarios para la implementación de este índice. Se concluyó que el país ha tenido un deterioro relativo, las mejores regiones en cuanto a desarrollo sustentable se ubican en noreste, noroeste y la península, es entonces que las desigualdades regionales han aumentado, lo que indica que el desarrollo de las ciudades no considera aspectos ambientales, por lo tanto, este desarrollo está poniendo en riesgo la calidad de vida de la población.
Más tarde, una investigación llevada a cabo por el Banco Nacional de México (Banamex) (2015), evaluó la competitividad y sustentabilidad de las ciudades. Para realizarlo se separó a las ciudades por categorías, donde la categoría A incluyó a aquellas ciudades con más de un millón de habitantes, la B a aquellas de 500 mil a un millón de habitantes y la C las de 100 mil a 500 mil habitantes. La evaluación consideró el Índice de Competitividad Urbana (ICU), el índice de ciudades competitivas y sustentables (IMCO) y el Índice de Desempeño Ambiental (IDA) del Centro Mario Molina que identifica las buenas prácticas ambientales que lleva a cabo el gobierno. Como resultado se obtuvo que en la categoría A las ciudades mejor ubicadas son Valle de México, Monterrey y Guadalajara; para la categoría B son Saltillo, Morelia, Cancún y en la posición 5 Hermosillo; finalmente en la categoría C se identificó a Zacatecas, Guanajuato y Salamanca.
Metodología y datos utilizados en el estudio
El presente trabajo es un estudio cuantitativo, donde se obtuvieron los índices IDSEM e ISAM y se determinó si se encuentran en un nivel muy alto, alto, medio, bajo o muy bajo. Inicialmente, se seleccionaron los municipios donde se encuentran las ciudades más importantes de acuerdo con el sistema urbano nacional del 2018, además de considerar el grado de urbanización considerando población urbana aquella donde habitan más de 2,500 personas (INEGI, 2010).
Posteriormente a esto, se buscó información en el Sistema de Información Municipal de Bases de Datos (Simbad) del Instituto Nacional de estadística Geografía e Informática (INEGI). El Simbad concentra la información económica, demográfica y social municipal reportada en los censos de población y los censos económicos, así como información obtenida del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) correspondiente al año 2015. En cuanto a los instrumentos de recolección de datos se utilizó Excel, para posteriormente utilizar el paquete SPSS versión 10 para el análisis de componentes principales.
Cálculo del Índice de Desarrollo Socioeconómico Municipal (IDSEM)
La revisión de la literatura permitió ubicar 22 indicadores socioeconómicos de los municipios seleccionados. Después del análisis se obtuvo que solo doce de ellos estuvieron altamente correlacionados estadísticamente que dan cuenta del desarrollo socioeconómico municipal, como se explica a continuación. Tomando en cuenta que Iij es el indicador socioeconómico j para los municipios i, donde j=1, 2, ...,10; e i=1, 2, ..., 36. Los indicadores fueron los siguientes:
Ii1= % de personas de 15 años y más alfabetas
Ii2=grado promedio de escolaridad de la población de 15 y más años
Ii3=% población de 15 años y más con instrucción media superior
Ii4=% población de 15 años y más con instrucción superior
Ii5=% viviendas con agua entubada
Ii6=% viviendas con electricidad
Ii7=% viviendas con drenaje
Ii8=% viviendas particulares habitadas que disponen de Internet
Ii9=población total con condición de derechohabiencia a servicios de salud
Ii10=unidades económicas del sector manufacturero
Ii11=personal ocupado total en manufactura
Ii12=valor agregado censal bruto de todos los sectores económicos (millones de pesos)
Para identificar el comportamiento del desarrollo municipal se requiere que los indicadores presenten un alto nivel de correlación, lo cual fue el caso en los doce indicadores previamente señalados.2 Posteriormente, se utilizó la técnica estadística de análisis factorial de componentes principales, de forma tal que el total de indicadores utilizados se transformaron en uno nuevo, facilitando la interpretación del caso en estudio. Es importante señalar que los índices requeridos son los que se presentan en la primera componente estandarizada de cada municipio, lo que corresponde a la combinación lineal de los indicadores.
Se procedió a clasificar los niveles del índice de desarrollo socioeconómico en muy alto, alto medio, bajo o muy bajo, según se muestra en la Tabla 1, donde se presentan los estratos para clasificar el Índice de Desarrollo Socioeconómico Municipal (IDSEM), 2015. De acuerdo con los resultados obtenidos, se procedió a estratificar los valores en muy alto, alto, medio, bajo o muy bajo, tomando en cuenta que el valor más alto fue de 2.1316 lo cual indica que estos poseen un alto desarrollo socioeconómico, mientras que el valor de -6.1010 indica un bajo desarrollo socioeconómico en los municipios.
Cálculo del Índice de Sustentabilidad Ambiental (ISAM)
La fuente de información necesaria para la estimación del ISAM para los municipios urbanos de la región noroeste de México fue la base de datos disponible en línea del Sistema de Información Ambiental y de Recursos Naturales (Badesniarn, 2015) construido por la Semarnat, diversas páginas oficiales municipales y el INEGI. El ISAM se estimó utilizando la misma técnica estadística descrita anteriormente para el IDSEM. La revisión arrojó 18 indicadores, pero solo nueve dieron cuenta estadísticamente del índice de sustentabilidad ambiental (ISAM).3 Éstos fueron los siguientes:
Ii1= caudal potabilizado Lt*seg de plantas tratadoras de agua
Ii2= promedio diario de residuos sólidos urbanos recolectados (Kg)
Ii3= % acceso a agua mejorada
Ii4= accesibilidad al espacio público abierto
Ii5= número de estaciones de monitoreo
Ii6= concentraciones de material particulado (pm2.5) μg/m3
Ii7 toneladas métricas de CO2 per cápita
Ii8= recolección de residuos sólidos
Ii9= eficiencia en el uso de suelo
De la misma manera se procedió a clasificar los niveles del ISAM en alto medio o bajo, de acuerdo con los resultados obtenidos, como se muestra en la Tabla 2. En el caso del índice de sustentabilidad ambiental municipal, el valor 2.9716 indica una alta sustentabilidad ambiental municipal, mientras que valores negativos cercanos a -0.7718 indican una menor sustentabilidad.
Resultados
La Región Noroeste: población, desarrollo socioeconómico y sustentabilidad ambiental
En la Figura 1 se observa la región noroeste, la cual se compone por cinco de los treinta y dos estados de México: Sonora, Sinaloa, Nayarit, Baja California Norte y Baja California Sur (Conabio, 2010). Para el 2015, en esta región se localizaban 36 municipios urbanos, los cuales sumaban 9,396,047 habitantes, que significaban el 10.15 % de la población urbana nacional; mientras que, la población urbana nacional constituía el 74.2 % de la población total del país (Tabla 3, columnas 2 y 3).
Municipio | Total población | % población | Ciudad | Tipo de ciudad | Grado de Desarrollo | IDSEM | Grado Sustentable | ISAM |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Población Urbana Región | 9,396,047 | 100.00 | ||||||
Tijuana | 1,641,570 | 17.47 | Tijuana | 1 | 2.13167 | Muy Alto | 1.99408 | Muy Alto |
Hermosillo | 884,273 | 9.41 | Hermosillo | 1 | 2.01221 | Muy Alto | 1.13257 | Muy Alto |
Culiacán | 905,265 | 9.63 | Culiacán | 1 | 1.48244 | Muy Alto | 1.65719 | Muy Alto |
Mexicali | 988,417 | 10.52 | Mexicali | 1 | 1.42317 | Muy Alto | 2.38873 | Muy Alto |
Tepic | 413,608 | 4.40 | Tepic | 1 | 1.09923 | Muy Alto | 1.42796 | Muy Alto |
Mazatlán | 502,547 | 5.35 | Mazatlán | 1 | 1.01206 | Muy Alto | 1.30703 | Muy Alto |
Cajeme | 433,050 | 4.61 | Cd. Obregon, Pueblo Yaqui, Esperanza, Villa Juárez | 2 | 1.00191 | Muy Alto | 1.23999 | Muy Alto |
Ahome | 449,215 | 4.78 | Los Mochis, Juan Jose Ríos | 2 | 0.88577 | Muy Alto | 1.2643 | Muy Alto |
La Paz | 272,711 | 2.90 | La Paz | 1 | 1.00818 | Muy Alto | 0.78781 | Alto |
Nogales | 163,650 | 1.74 | Nogales | 1 | 0.8336 | Muy Alto | 0.93281 | Alto |
Guaymas | 158,046 | 1.68 | Guaymas | 1 | 0.39966 | Alto | 1.3401 | Muy Alto |
Navojoa | 157,729 | 1.68 | Navojoa | 3 | 0.24009 | Alto | 0.69183 | Alto |
Ensenada | 486,639 | 5.18 | Ensenada | 1 | 0.61137 | Alto | 0.77436 | Alto |
Los Cabos | 287,671 | 3.06 | Cabo San Lucas y San Jose del Cabo | 3 | 0.53164 | Alto | 0.56294 | Alto |
Guasave | 295,353 | 3.14 | Guasave, Gabriel Leyva Solano, Juan Jose Ríos | 2 | 0.13059 | Alto | 0.80705 | Alto |
Salvador Alvarado | 81,109 | 0.86 | Guamuchil | 2 | 0.45904 | Alto | -0.71689 | Medio |
Puerto Peñasco | 57,342 | 0.61 | Puerto Peñasco | 3 | 0.38781 | Alto | -0.72698 | Medio |
Agua Prieta | 79,085 | 0.84 | Agua Prieta | 3 | 0.35512 | Alto | 0.66538 | Medio |
San Luis Río Colorado | 178,380 | 1.90 | San Luis Río Colorado | 3 | 0.23589 | Alto | 0.54487 | Medio |
Cananea | 32,936 | 0.35 | Cananea | 3 | 0.71206 | Alto | -0.75486 | Bajo |
Magdalena | 29,707 | 0.32 | Magdalena | 3 | 0.39124 | Alto | -0.75201 | Bajo |
Loreto | 18,912 | 0.20 | Loreto | 3 | 0.36943 | Alto | -0.75924 | Bajo |
Caborca | 81,309 | 0.87 | Caborca | 3 | 0.11028 | Medio | 0.54199 | Medio |
Comondú | 70,816 | 0.75 | Ciudad insurgentes y ciudad constitución | 3 | -0.01584 | Medio | -0.71074 | Medio |
Acaponeta | 36,572 | 0.39 | Acaponeta | 2 | -0.18018 | Medio | -0.75343 | Bajo |
Tuxpan | 30,030 | 0.32 | Tuxpan | 2 | -0.11812 | Medio | -0.76046 | Bajo |
Navolato | 154,352 | 1.64 | Navolato, Lic. Benito Juárez | 2 | -0.39819 | Bajo | 0.80517 | Alto |
Compostela | 70,399 | 0.75 | Compostela, Las Varas, La Peñita de Jaltemba | 2 | -0.21537 | Bajo | -0.67056 | Alto |
Mulegé | 60,171 | 0.64 | Guerrero Negro y Santa Rosalia | 3 | -0.19088 | Bajo | -0.7057 | Medio |
Ixtlán del Río | 27,273 | 0.29 | Ixtlán del Río | 3 | -0.07081 | Bajo | -0.74262 | Medio |
Escuinapa | 54,131 | 0.58 | Escuinapa de Hidalgo | 3 | -0.2043 | Bajo | -0.74847 | Medio |
Santiago Ixcuintla | 93,074 | 0.99 | Santiago Ixcuintla | 3 | -0.45849 | Bajo | -0.75043 | Bajo |
Tecuala | 79,718 | 0.85 | Tecuala | 3 | -0.31 | Bajo | -0.75492 | Bajo |
Huatabampo | 79,313 | 0.84 | Huatabampo | 3 | -0.25293 | Bajo | -0.75755 | Bajo |
Ruíz | 24,743 | 0.26 | Ruiz | 3 | -0.59473 | Bajo | -0.75809 | Bajo |
General Plutarco Elías Calles | 16,931 | 0.18 | Sonoyta | 3 | -6.10106 | Muy Bajo | -0.76589 | Bajo |
1 De acuerdo a la clasificación del Conapo (2018): zonas metropolitanas (tipo 1), conurbaciones (tipo 2) y Centro urbano (tipo 3).
Fuente: Estimación propia con base al Método de Componentes Principales e indicadores socioeconómicos y ambientales que proveen Semarnat, Coneval e INEGI.
En apego a un criterio estrictamente demográfico, para el año 2015 solo cuatro municipios concentraban la mayor proporción de la población urbana regional: Tijuana 1,641,570 (17.47 %), Mexicali 988,417 (10.52 %), Culiacán 905,265 (9.63 %) y Hermosillo 884,273 (9.41 %); es decir, en estos cuatro municipios vivían 4,419,525 (47.04 %) personas, casi la mitad de la población urbana de la región Noroeste.
Les siguen otros ocho municipios que suman 3,740,794 habitantes, el 33.43 % de la población urbana regional: Mazatlán 502,547 (5.35 %), Ensenada 486,639 (5.18 %), Ahome 449, 215 (4.78 %), Cajeme 433,050 (4.61 %), Tepic 413,608 (4.40 %), Los Cabos 287,671 (3.06 %), Guasave 295,353 (3.14 %) y La Paz 272,711 (2.90 %).
Lo anterior implica que 12 de los 36 municipios urbanos que se localizan en la región: Tijuana, Mexicali, Culiacán, Hermosillo, Mazatlán, Ensenada, Ahome, Cajeme, Tepic, Los Cabos, Guasave y La Paz, concentran 7.5 millones de personas, es decir el 80.47 % de la población urbana regional. En los 24 municipios restantes se distribuye el 19.53 %, que implica 1.2 millones de habitantes.
El Desarrollo Socioeconómico en los municipios urbanizados de la región
En términos de desarrollo socioeconómico, la Tabla 3 (columnas 6 y 7) muestra que en la región Noroeste son diez municipios los que destacan por su nivel de desarrollo socioeconómico al presentar un IDSEM muy alto para el año 2015, los cuales concentran el 70.82 % de la población que habita en los municipios urbanos de la región, lo que equivale a 6,654,306 habitantes.
Los municipios con un IDSEM muy alto, atendiendo al tipo de ciudad, son municipios donde se localizan ocho zonas metropolitanas:4 Tijuana, Hermosillo, Culiacán, Mexicali, Tepic, Mazatlán, La Paz y Nogales y dos ciudades conurbadas: Ciudad Obregón y Los Mochis. Esto da cuenta de que, en la región, los municipios con mayor grado de urbanización efectivamente son los que tienen los mayores niveles de desarrollo socioeconómico.
En la misma Tabla 3, se observa que son 12 los municipios con un IDSEM alto, en donde se concentra el 19.83 % de la población, es decir, 1,862,909 habitantes. En estos municipios, se localizan 2 zonas metropolitanas: Ensenada y Guaymas, 2 ciudades conurbadas: Guasave y Guamúchil, así como 8 centros urbanos: Navojoa, Cabo San Lucas, Puerto Peñasco, Agua Prieta, San Luis Río Colorado, Cananea, Magdalena y Loreto.
En el estrato de desarrollo socioeconómico Medio había solo cuatro municipios en el 2015, en los cuales residían 218,727 personas, equivalentes al 2.33 % de la población urbana en la región Noroeste, población que vivía en dos conurbaciones: Acaponeta y Tuxpan, así como dos centros urbanos: Caborca y Comondú.
Entre los diez municipios urbanos menos favorecidos en términos de desarrollo socioeconómico, vivía el 7.03 % de la población regional, es decir 660,105 personas. En estos municipios se localizaban dos conurbaciones: Navolato y Compostela, así como ocho centros urbanos: Guerrero negro, Ixtlán del Río, Escuinapa, Santiago Ixcuintla, Tecuala, Huatabampo, Ruiz y Sonoyta. El único municipio con IDSEM muy bajo fue General Plutarco Elías Calles.
El Desarrollo Socioeconómico y la Sustentabilidad Ambiental Municipal
El análisis de la relación entre el desarrollo socioeconómico y la sustentabilidad ambiental en los municipios urbanos de la región Noroeste, la Tabla 3 (columnas 6 y 7) muestra que entre los diez municipios que sobresalen con un IDSEM Muy Alto, había ocho municipios que tenían Muy Alta sustentabilidad ambiental y dos presentaban sustentabilidad Alta. El orden jerárquico de los municipios en el estrato de Muy Alta sustentabilidad sería el siguiente: Mexicali, Tijuana, Culiacán, Tepic, Mazatlán, Ahome, Cajeme y Hermosillo, seguidos por los dos municipios con Alta sustentabilidad: Nogales y La Paz, respectivamente.
En los doce municipios con IDSEM Alto, solo un municipio tenía un ISAM Muy Alto, cuatro un ISAM Alto, cuatro un ISAM Medio y tres un ISAM Bajo. De acuerdo al índice estimado, el orden en la sustentabilidad ambiental municipal Muy Alta y Alta sería el siguiente: Guaymas, Guasave, Ensenada, Navojoa y Los Cabos, seguidos en el estrato de sustentabilidad Media por Agua Prieta, San Luis Río Colorado, Salvador Alvarado y Puerto Peñasco y, en el estrato de sustentabilidad Baja por Magdalena, Cananea5 y Loreto.
De los cuatro municipios con IDSEM medio, dos tenían ISAM medio y los otros dos un ISAM bajo, en el orden jerárquico siguiente: Caborca, Comondú, Acaponeta y Tuxpan. Entre los diez municipios con ÍDSEM bajo y muy bajo, paradójicamente, dos municipios tenían ISAM Alto: Navolato y Compostela, había tres con ISAM media: Mulegé, Ixtlán del Río y Escuinapa; mientras que, cuatro municipios tenían un ISAM bajo en el orden siguiente: Santiago Ixcuintla, Tecuala, Huatabampo y Ruiz. El municipio Plutarco Elías Calles tenía IDSEM muy bajo y un ISAM bajo.
Una comparación con el índice de Ciudades Prósperas de Banamex
A continuación, se presenta un análisis comparativo de los resultados obtenidos por el índice de ciudades prósperas de Banamex (2015) y el ISAM obtenido en este estudio. El índice de ciudades prósperas estratifica las ciudades en niveles que van de muy sólido, sólido, moderadamente sólido, débil y muy débil; mientras que el ISAM lo hace en niveles que van de muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo.
En la Tabla 4, se puede observar que de acuerdo con los resultados obtenidos en el presente estudio y al índice de ciudades prósperas, Culiacán, Tepic y Cajeme coinciden ya que los tres se encuentran en los estratos muy sólido o bien, muy alto. En cuanto a Ensenada también los resultados coinciden, ya que el estrato del presente estudio es alto y con el que se compara es sólido. En el caso de Mexicali, en la evaluación de ISAM obtuvo muy alto y en ciudades prósperas se evaluó como sólido. En el caso de Mazatlán, se observa que para el índice de ciudades prósperas presentó una evaluación de moderadamente sólido, mientras que en cuanto a ISAM se obtuvo un índice muy alto, casi la misma situación que Navolato, solo que este último presento un ISAM alto. Agua Prieta presentó una evaluación débil, mientras que el presente estudio obtuvo un ISAM medio. Del mismo modo, Guaymas y Ahome presentaron una evaluación débil y un ISAM muy alto. Por su parte, Navojoa, La Paz, Los Cabos, Guasave, San Luis Río Colorado y Nogales presentaron una evaluación débil y ambos un ISAM alto. En el caso de Hermosillo y Tijuana se observó una evaluación muy débil, mientras el presente estudio los estratifico en un ISAM muy alto. Finalmente, los municipios de Escuinapa y Caborca, presentaron una evaluación muy débil, mientras tuvieron un ISAM medio.
Municipio | SA | Factores del estado de prosperidad | ISAM |
---|---|---|---|
Culiacán | 82.56 | Muy sólidos | Muy Alto |
Tepic | 81.97 | Muy sólidos | Muy Alto |
Cajeme | 82.56 | Muy sólidos | Muy Alto |
Ensenada | 76.7 | Sólido | Alto |
Mexicali | 77.69 | Sólido | Muy Alto |
Mazatlán | 57.64 | Moderadamente sólido | Muy Alto |
Navolato | 62.46 | Moderadamente sólido | Alto |
Agua Prieta | 43 | Débil | Medio |
Guaymas | 41.21 | Débil | Muy Alto |
Ahome | 46.02 | Débil | Muy Alto |
Navojoa | 44.68 | Débil | Alto |
Nogales | 46.72 | Débil | Alto |
La Paz | 46.92 | Débil | Alto |
Los Cabos | 47.28 | Débil | Alto |
Guasave | 45.67 | Débil | Alto |
San Luis Río Colorado | 48.52 | Débil | Medio |
Hermosillo | 31.67 | Muy débil | Muy Alto |
Tijuana | 34.72 | Muy débil | Muy Alto |
Escuinapa | 35.46 | Muy débil | Medio |
Caborca | 37.76 | Muy débil | Medio |
Fuente: elaboración propia en base al índice de ciudades prosperas y resultados obtenidos con el método de componentes principales
Al realizar la comparación con el índice de ciudades prósperas, se observó que, de las ciudades evaluadas en común, se coincide en los resultados de sustentabilidad ambiental para Tepic, Culiacán, Cajeme, Ensenada, Mazatlán, Navolato y Mexicali, mismos municipios que presentaron ISAM de alto a muy alto.
Se encontró en los resultados del índice de ciudades prósperas a Hermosillo con un índice muy débil, mientras que el estudio de Banamex lo ubica en la posición 5 de 23 ciudades y, en el presente estudio ubica a Hermosillo con ambos índices altos, por lo tanto, los índices no pueden ser comparados, ya que estos van a depender de los indicadores utilizados y metodologías.
Por otro lado, en comparación con el estudio de Banamex (2015), el cual coincide al evaluar Hermosillo y lo ubica en la categoría B (determinada de acuerdo con el número de habitantes), de un total de 23 ciudades la posiciona en el lugar 5, mientras el resultado del presente estudio estratifica a Hermosillo con los índices de IDSEM e ISAM muy altos. Cabe señalar que en el estudio de Banamex se utilizaron como indicadores la calidad del aire, suelo y áreas verdes, residuos sólidos urbanos, uso de energía y movilidad y transporte. De estos coinciden con el presente estudio los siguientes: residuos sólidos urbanos y de suelos y áreas verdes.
Los índices de este estudio fueron generados de acuerdo con la información disponible en las fuentes mencionadas en la metodología, por ello se debe resaltar el caso específico del ISAM donde se obtuvo como resultado que 17 municipios se ubicaron en el nivel de alta estratificación. Sin embargo, aunque obtuvieran un nivel alto en el ISAM no necesariamente se puede hablar de municipios sustentables, un ejemplo claro que se presenta en Sonora deriva del derrame de ácido sulfúrico en los ríos Bacanuchi y río Sonora ocurrido en el 2014, mismo que afecto a diversos municipios incluidos Hermosillo y de forma más directa Cananea, los cuales presentaron ISAM alto y bajo respectivamente.
Limitaciones del estudio
La falta de información en la temática ambiental es una de las principales limitaciones que se tuvieron en el presente estudio, debido a que no se puede hacer una revisión de todos los aspectos que se tienen que evaluar para crear el ISAM. La generación de indicadores ambientales es necesaria como un apoyo en la toma de decisiones. Además, se presentaron ocasiones en que las fuentes de información utilizaron diferente metodología para obtener datos, no evaluaban la información de forma periódica, o bien había variables que dejaban de evaluar y se agregaban otras. Lo anterior impide evaluar el desempeño en determinados periodos. Por lo tanto, es necesario contar con más información obtenida en una periodicidad adecuada y con la misma metodología para que pueda ser utilizada con fines de comparación y permita avanzar en el tema de la sustentabilidad ambiental.
De igual modo Banamex hizo notar la falta de información en México para llevar a cabo evaluaciones en el tema de sustentabilidad ambiental y reportó que el principal reto es la disponibilidad de la información que permita entender cómo se están comportando estos indicadores (Banamex, 2015). Estos hallazgos concuerdan con lo reportado en estudios internacionales, Phillips et al. (2017) también hicieron notar la falta de información al evaluar la sustentabilidad de 106 países alrededor del mundo. Por su parte, en un estudio llevado a cabo en Rio de Janeiro, Brasil se encontró que existe una falta de información en cuanto a los indicadores que requerían para llevar a cabo la evaluación de sustentabilidad urbana (Bandeira, 2018).
Esto contrasta con otros estudios internacionales cuyos autores no mencionaron haber tenido problemas con la disponibilidad de la información. tales como Shen et al., (2011) en su estudio de aplicación de indicadores de sustentabilidad urbana en donde compara diversos estudios llevados a cabo alrededor del mundo. Por ejemplo, Fujiwara (2013) cuyo estudio se llevó a cabo en Asia y Zhou et al., (2007) en Suihua; Jato-Espino et al., (2018) tampoco indicaron falta de la disponibilidad de información para su estudio en Valencia y Santander, España. Pupphachai y Zuidema (2017) no aluden a la falta de información en cuando a indicadores para los países de Dinamarca, Estados Unidos, Bélgica y Holanda. Por su parte, Fang et al. (2018) no mencionan falta de información para el estudio que realizaron en Guiyang. Por último, Miguel et al., (2011), menciona que se obtuvo la información necesaria para construir el índice que elaboro de desarrollo sustentable del agua en las regiones de México
Conclusiones
En el presente trabajo se analizó el nivel de desarrollo socioeconómico y el nivel de sustentabilidad ambiental para los municipios con mayor grado de urbanización en la región Noroeste, ello en la expectativa de que aquellos municipios con mayor desarrollo en los aspectos socioeconómicos de la región noroeste de México también presentaran una menor sustentabilidad ambiental.
Se encontró que, de los 36 municipios evaluados para la región noroeste, 22 mostraron un alto o muy alto IDSEM, es decir el 61 % de los municipios, que representan el 90.65 % de la población urbana regional. Por otro lado, en cuanto a ISAM, se encontraron 17 municipios en estrato muy alto y alto (cerca del 50 % de la población) estos municipios son del mismo modo los que concentran el mayor porcentaje de la población.
Al hacer una evaluación de los municipios de acuerdo con su IDSEM y su ISAM, se puede observar que son ocho municipios los que coinciden de muy alto IDSEM y muy alto ISAM, pero tomando en cuenta la categoría de alto a muy alto, se observa que son 15 municipios con ambos índices altos de un total de 36, lo que representa el 85.57 % de la población.
En este sentido, en apego a la teoría se ha encontrado que los municipios con mayor grado de urbanización efectivamente son los que tienen los mayores niveles de desarrollo socioeconómico; sin embargo, de los 22 municipios que tienen IDSEM muy alto y alto, solo tres municipios presentan un índice de sustentabilidad bajo, lo cual lleva al rechazo de la hipótesis de trabajo formulada en este estudio.
Este resultado, se explica en parte porque los municipios de esta región no se distinguen por un desarrollo industrial intensivo, aunque la problemática ambiental está latente y sin duda está más bien relacionada al metabolismo de las ciudades: ciclos biogeoquímicos y contaminación del agua, generación de residuos sólidos, elevados uso de productos químicos contaminantes que conllevan la disminución en la salud de ecosistemas acuáticos, etc. De ahí, la necesidad de una normativa ambiental que oriente los esfuerzos en materia de política pública al respecto.
Por último, la evidencia empírica muestra también que no siempre la urbanización está ligada al desarrollo, ya que de los 36 municipios urbanos localizados en la región había nueve con un IDSEM bajo y 1 con un IDSEM muy bajo, de estos diez municipios, cinco presentaban también problemática en términos ambientales con un ISAM bajo; sin embargo, se reconoce que la limitada información sobre aspectos ambientales en los municipios puede ser un factor que influyera en los resultados del presente estudio.