La hemorragia de tubo digestivo alto no varicial (HTDANV) es la principal causa de atención de urgencias y hospitalización por enfermedad gastrointestinal a nivel mundial, con una incidencia aproximada de entre 40 y 150 casos por 100,000 habitantes1. A pesar de que en los últimos años su mortalidad ha disminuido de manera importante, la HTDANV sigue representando un reto tanto diagnóstico como terapéutico. En la Digestive Disease Week 2020 y en la United European Gastroenterology Week 2019 se presentaron numerosos trabajos en los que muestran los principales adelantos para el manejo de los pacientes.
Los trabajos presentados en el DDW 2020 se centraron en el momento adecuado para la realización de la endoscopía en el paciente con hemorragia activa, tema de controversia en la comunidad médica mundial, y en el uso de técnicas conocidas que cada vez están más al acceso de los médicos de países en vías de desarrollo, como el hemospray y el uso de ácido tranexámico. A su vez, se consideraron las diversas escalas pronósticas y se comparó su capacidad predictiva. En un estudio prospectivo realizado en Tailandia por el Dr. Chang y sus colaboradores evaluaron las escalas de AIMS65, Glasgow-Blatchford y Rockall con el objetivo de encontrar la escala más adecuada para pacientes con hemorragia de tubo digestivo alto, tanto varicial como no varicial. Sus resultados mostraron que las tres escalas son buenas predictoras para la sobrevida del paciente, mientras que Glasgow-Blatchford mostró también resultados estadísticamente significativos para necesidad de transfusión2. Dentro de los aditamentos utilizados en los trabajos presentados, el hemospray fue el más empleado debido a su mayor accesibilidad a nivel mundial. Los doctores miembros del Registro Internacional de Uso de Hemospray presentaron un estudio en que se evaluaron parámetros de sobrevida de 500 pacientes en 16 centros, tanto europeos como de Estados Unidos. Los pacientes tuvieron como origen de sangrado úlcera péptica (46%), malignidad (19%), esofagitis/gastritis/duodenitis (4%), desgarro de Mallory-Weiss (3%) y angiodisplasia (2%). Reportaron que en HTDANV hubo hemostasia inmediata en pacientes en los que se utilizó, ya sea como monoterapia (95%), terapia combinada (91%) o terapia de rescate (90%). Destacan también que la mayor efectividad se alcanza en pacientes post endoterapia, malignidad y angiodisplasia. A su vez, mencionan que tuvieron fracaso en el tratamiento en 7.8% de los pacientes, siendo la mayoría de ellos de origen por úlcera péptica3. Por su parte, el Grupo encabezado por el Dr. Becq de la División de Endoscopía del Saint Antoine Hospital en Boston, valoró el uso de hemospray en pacientes que requieren abordaje de urgencia. Se evaluaron 152 pacientes y a 31 endoscopistas de diferentes grados de experiencia. La sobrevida a 30 días fue de 71.6% y solo se reportó 1 complicación (perforación), concluyendo que el abordaje de urgencia, inclusive en horarios no laborales por endoscopistas de guardia, tienen resultados satisfactorios4. Finalmente, el Dr. Bazarbashi y sus colaboradores presentaron un análisis del uso de hemospray en 20 pacientes con hemorragia asociada a malignidad, mostrando una efectividad en la detención del sangrado del 90% y sugiriendo que la hemostasia puede ser prolongada para pacientes no candidatos a otra terapia al momento del manejo5.
La Dra. Twum-Barimah y sus colaboradores presentaron una revisión sistemática y metaanálisis de estudios aleatorizados usando ácido tranexámico para HTDANV. Se evaluaron 2013 pacientes distribuidos en 10 estudios en el que se evaluó el ácido tranexámico contra placebo, reportando que los estudios muestran evidencia moderada de la efectividad del ácido vs. placebo, en especial en reducción de la mortalidad en pacientes con hemorragia activa6. A su vez, el Dr. Alzahrani y los investigadores de la Universidad McMaster de Canadá presentaron un metaanálisis en que se evaluó el uso de somatostatina y sus análogos versus el uso de antagonistas H2 e inhibidores de la bomba de protones en la hemorragia no varicial. Se evaluaron 26 estudios, con un total de 1912 pacientes. Sin embargo los estudios eran de calidad moderada a baja por lo que solo se pudo establecer el efecto en de la somatostatina contra monoterapia con IBP, mientras que el efecto en mortalidad, necesidad de cirugía y riesgo de resangrado no pudo ser evaluado7.
En la UEGW 2019 se presentaron varios trabajos que, a diferencia del DDW, abordan herramientas alternativas al hemospray como el UI-EWD y el uso de clips, así como el uso de anticoagulantes previo al manejo endoscópico de pacientes con hemorragia de tubo digestivo alto. Los Dres. Robles y Alcívar de Ecuador presentaron un estudio de casos controles comparando el uso de clips OVESCO™ como primera línea de tratamiento en pacientes con úlcera péptica con alto riesgo de sangrado. De 95 pacientes, a 46 se les aplicó OVESCO™ y al resto hemoclips, reportando menor resangrado a las 48 horas con menor tiempo de procedimiento8. El grupo encabezado por el Dr. Lan del West China Hospital evaluaron el uso de embolización profiláctica por angiografía transcatéter con resultados positivos para evitar resangrado (3.7% vs. 25.6%) en 86 pacientes con Forrest IIA9. Un estudio presentado por investigadores del Hospital de la Universidad Inha en Corea del Sur, evaluó el uso de un nuevo polvo hemostático contenido en un apósito endoscópico para heridas aplicado en 56 pacientes con HTDANV con resultados prometedores en el 96.4% de los pacientes10.