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Historia mexicana

versão On-line ISSN 2448-6531versão impressa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.64 no.4 Ciudad de México Abr./Jun. 2015

 

Reseñas

Carlos Marichal Salinas, Historia mínima de la deuda externa de Latinoamérica

Vanni Pettinà* 

*El Colegio de México. México. vpettina@colmex.mx

Marichal Salinas, Carlos. Historia mínima de la deuda externa de Latinoamérica. México: El Colegio de México, 2014. 300p. ISBN: 978-607-462-640-7.


A partir del final de la década de los años ochenta, hablar de ­historia de la deuda latinoamericana implica, necesariamente, confrontarse con la obra del historiador Carlos Marichal, nacido en E.U., doctorado en Harvard y afianzado en México, donde es profesor investigador del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México. Desde la publicación en 1989 de su trabajo más conocido, A Century of Debt Crises in Latin America: From Independence to the Great Depression, 1820-1930 (Princeton University Press, 1989), Marichal ha ido desarrollando con sistematicidad el estudio de los complejos procesos económico financieros que han atravesado el continente latinoamericano entre los siglo XVIII y XX. A lo largo de estas tres décadas, el trabajo de Marichal se ha caracterizado por dos grandes méritos. Por un lado, el estudioso de El Colegio de México ha sabido entrelazar con gran habilidad la investigación de la evolución de las dinámicas económicas latinoamericanas con el devenir de los procesos políticos y sociales del continente. De esta manera, la obra de Marichal destaca por su contribución a la explicación de algunas de las causas de la inestabilidad política y de la conflictividad social que se han tornado rasgos distintivos del hemisferio occidental. El otro mérito de la obra de Marichal es haber sabido enfrentarse a estos problemas desde una perspectiva de historia comparada, un enfoque que ha ayudado a fortalecer las propiedades etiológicas de su vasta obra. Por ello, el trabajo de Marichal se coloca en posición de liderazgo dentro de aquella línea historiográfica a la que pertenecen autores como el recién desaparecido Tulio Halperín Donghi. Este enfoque ha intentado ofrecer visiones de conjunto del continente y ofrecer, al mismo tiempo, explicaciones acerca de las raíces profundas de los numerosos problemas sociales, políticos y económicos que han marcado la historia de América Latina. Como nos recuerda el propio Marichal, el tema financiero es crucial a la hora de analizar la trayectoria política de los países de la región puesto que “las finanzas públicas establecen los límites de lo posible en la acción política”. En una época como la nuestra, donde la tendencia historiográfica se ha caracterizado por una atención espasmódica hacia lo micro y por un rechazo frontal hacia el poder explicativo de las disciplinas humanísticas, el trabajo de Marichal y su fuerte compromiso con la búsqueda de las causalidades resulta, desde el punto de vista de quien escribe, todavía más importante.

Marichal ha logrado condensar parte importante del trabajo realizado hasta ahora en un ágil, entretenido y, sin embargo, muy riguroso libro titulado La deuda externa de Latinoamérica, publicado en la colección Historia Mínima de El Colegio de México y coordinada por Pablo Yankelevich. El libro cubre a lo largo de 10 capítulos, además de un muy acertado apartado de ensayo bibliográfico, la historia de la deuda latinoamericana y de los procesos políticos y sociales con ella entrelazados entre la época de la independencia y la actualidad. De esta manera, el libro integra las investigaciones más tradicionales de Marichal y los resultados de los trabajos realizados más recientemente. En particular, este nuevo libro resiente muy positivamente de los datos y reflexiones desarrolladas en Nueva historia de las grandes crisis financieras: una perspectiva global, 1873-2008, Barcelona, Debolsillo, publicado por Marichal en 2010.

El primer punto a destacar de este nuevo ensayo es que, al analizar el vínculo entre deuda externa, crisis financieras y consecuencias sociopolíticas, el libro permite entender mejor la evolución de los procesos locales latinoamericanos, así como alcanzar una mejor comprensión de las crisis financieras globales. La perspectiva latinoamericana se transforma, así, en una doble lente que permite entender la perspectiva continental y la dimensión global de los procesos de endeudamiento y de crisis. La conclusión a la que el libro apunta para entender las causas recurrentes de lo que Marichal identifica como grandes ciclos de expansión económica y endeudamiento, seguidos por profundas crisis, descansa tanto en la poca responsabilidad de las elites políticas locales cuanto en la irresponsabilidad de las elites financieras internacionales. De alguna manera, Marichal indica que durante los ciclos expansivos los gobiernos latinoamericanos han tenido una propensión excesiva hacia gastos que, además, en muchos casos no han sido empleados con fines exclusivamente productivos. Por el otro lado, las elites financieras internacionales, atraídas por el espejismo de las ganancias inmediatas, no han sido capaces de resistir al llamado especulativo de esos ciclos expansivos. En el trasfondo de este juego, Marichal muestra una gran habilidad para trazar la devastación política y, sobre todo, social que estos ciclos han dejado en América Latina a partir del siglo XIX y hasta la recién década de los ochenta.

El segundo mérito de esta nueva entrega de Marichal es la capacidad de poner el acento sobre las coyunturas y las discontinuidades que han marcado, a lo largo de décadas, la evolución de los ciclos de expansión-endeudamiento-crisis. Gracias a esa perspectiva, emerge una narración que evita las trampas y las simplificaciones de un enfoque estructuralista sin por ello renunciar a buscar las causas de los procesos. En el entramado de esta narración, el libro es así capaz de evidenciar diferencias entre épocas, gobiernos y países restituyendo riqueza y complejidad a una historia muchas veces narrada y reconstruida con exceso de homogeneidad. Los casos de Brasil y México, por ejemplo, son ciertamente significativos considerado que, como Marichal destaca, en distintas ocasiones ambos países fueron capaces de construir y desarrollar políticas económicas y fiscales autónomas, enfocadas al desarrollo de los respectivos países y menos sujetas a los vaivenes de las dinámicas y los actores financieros globales. Este tipo de matices son en particular significativos si consideramos que, en muchos casos, la historia del continente ha sido narrada haciendo énfasis en una perspectiva que ha privilegiado la dependencia de los actores latinoamericanos más que su autonomía frente a los procesos económicos y políticos globales.

El tercer gran merito de este trabajo es su capacidad de hablar al presente y a sus problemas porque, al fin y al cabo, es evidente que este libro, como otras obras de Marichal, se han pensado y escrito a partir de la actualidad. Así, avanzando en la lectura de este nuevo ensayo, Marichal va revelando muchas de las debilidades de los sistemas políticoeconómicos que han hecho a los países del continente tan necesitados de ayuda financiera externa y, al mismo tiempo, tan sensibles frente a las tormentas financieras globales. La cuestión de la reducida base fiscal, que Marichal parece indicar en más de una ocasión como el “bajo vientre” de muchas realidades latinoamericanas, representa sin duda una constante histórica de la debilidad continental frente a la finanza internacional. Son reflexiones como ésta las que revelan la presencia de la que es, justamente, una debilidad más que una dependencia estructural del continente. Una debilidad que, frente a coyunturas de marcada volatilidad de los mercados financieros, ha expuesto recurrentemente­ a los países latinoamericanos frente a las turbulencias económicas internacionales o al poderío de los actores financieros globales. El análisis de la década perdida latinoamericana y de los factores que la causaron es otro ejemplo del enfoque “presentista” que vertebra este trabajo. La experiencia latinoamericana durante aquellos dramáticos años sirve como espejo en el que mirar la actual crisis de la deuda soberana europea y las vastas, terribles consecuencias sociales que, como en América Latina en los años ochenta, se están produciendo en Europa en la actualidad. La mayor independencia que los países latinoamericanos han alcanzado con respecto a instituciones multilaterales como el FMI, para evitar las pesantes y empobrecedoras condicionalidades que siguen, según la experiencia de América Latina, a las restructuraciones de las deudas, parecen trazar, en la reflexión de Marichal, un posible camino para la Europa poscrisis.

Concluyendo, este trabajo tiene el indiscutible mérito de mezclar con sabiduría una fuerte capacidad de síntesis, aunada a una base analítica extremadamente sólida y a una fuerte originalidad interpretativa. El resultado es un trabajo de fácil lectura que, sin embargo, revela continuamente destellos de gran profundidad analítica, en línea coherente con el trabajo de el que es uno de los grandes estudiosos contemporáneos de la historia económica latinoamericana.

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