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Historia mexicana

versão On-line ISSN 2448-6531versão impressa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.68 no.4 Ciudad de México Abr./Jun. 2019

https://doi.org/10.24201/hm.v68i4.3628 

Reseñas

Sobre Enriqueta Quiroz, Economía, obras públicas y trabajadores urbanos. Ciudad de México: 1687-1807

Sonia Pérez Toledo* 

*Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México

Quiroz, Enriqueta. Economía, obras públicas y trabajadores urbanos. Ciudad de México: 1687-1807. ,, México: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 2016. 271p. ISBN: 978-607-947-532-1.


Uno de los planteamientos centrales que articula las líneas de análisis y la argumentación formuladas por Enriqueta Quiroz en el libro Economía, obras públicas y trabajadores urbanos. Ciudad de México: 1687-1807 es, a mi juicio, el que indica que: “El hecho de que los gastos mayoritarios en obra pública se destinaran al pago de salarios, debe considerarse como un propósito o proyecto político que buscaba favorecer al conjunto social, que en el fondo sólo pretendía agilizar la economía y movilizar el dinero hacia todos los sectores sociales” (p. 134). Si ese era el propósito, deduzco que, pese a ello, en la práctica esto no necesariamente fue así, como lo revela otra de las afirmaciones que presenta la autora en las primeras páginas del libro, a saber: que “los intereses económicos terminaron moldeando las conciencias y no al revés” (p. 42). Según esta última afirmación, si bien puede deducirse que el alcance del proyecto político de la corona sobre favorecer el conjunto social fue limitado, para saber cuáles fueron sus alcances y efectos es necesario estudiar la obra pública a lo largo de ese periodo, como lo plantea la autora en esta obra.

Tomando como punto de partida los dos postulados anteriores, Enriqueta Quiroz indica en el libro que los intereses y concepciones económicas formaron parte de los criterios rectores de una política de largo aliento (casi secular) de la corona. Esta política, de acuerdo con la autora, tuvo como base el “buen gobierno” y el “bien común”, nociones claves para entender los fundamentos de la autoridad en el antiguo régimen. Para avanzar en esta lógica de explicación, Enriqueta Quiroz establece una línea de continuidad hacia atrás, es decir, hacia el gobierno de los Austria, con la finalidad de explicar cómo el pensamiento utilitarista y vinculados entre sí, la noción del “bien común”, estuvieron articulados y se expresaron en las distintas esferas de acción de la concepción organicista de la monarquía: la política, la de justicia, la de hacienda y la de guerra. Y para ello, la columna principal de esta tesis es la Política Indiana de Juan de Solórzano y Pereira, autor del siglo XVII cuyo pensamiento fue examinado por Enriqueta Quiroz y que constituye uno de los pilares centrales del libro del que me ocupo.

Así, uno de los problemas que se analizan y discuten en Economía, obras públicas y trabajadores urbanos es el relativo a la novedad del utilitarismo del siglo XVIII, así como la continuidad de la escolástica en tanto parte integrante de lo que se denomina la política económica de la corona relativa a la obra pública y al trabajo. Otro es el que se refiere a la importancia de la obra pública en la ciudad de México, mecanismo mediante el cual, señala la autora, se pusieron en movimiento recursos y hombres que dependían del salario, pues este siglo fue un periodo de construcción constante en la capital del virreinato, como lo muestra la autora en los planos 1 y 2, así como en los cuadros 12 y 13, en los que concentra información importante que resulta de su amplia investigación. Y, en tercer lugar, el estudio de los trabajadores vinculados con la obra pública de la ciudad de México, a quienes examina puntualmente para demostrar no sólo la importancia del salario en la economía urbana sino la manera en que la obra pública constituyó un mecanismo de empleo y de movilidad social ascendente para el heterogéneo grupo de trabajadores de la construcción.

Esos son algunos de los problemas principales abordados en el libro, aunque figuran otros aspectos -como la aproximación a los niveles de vida mediante la construcción de series salariales y el debate acerca del momento de inicio de la crisis económica a principios del siglo XIX- que en su conjunto hacen de Economía, obras públicas y trabajadores urbanos. Ciudad de México: 1687-1807 un trabajo de investigación histórica original y sugerente que contribuye al conocimiento de la historia económica y social; dos de las dimensiones históricas que, bien señala su autora, es necesario conectar para avanzar en el terreno de la explicación histórica que, de vez en vez, permite reflexionar sobre temas, planteamientos y conclusiones previas que importa ponderar a la luz de nueva evidencia empírica y el cambio de escalas.

Como lo indica el título del libro, las obras públicas y los trabajadores, en ambos casos de la ciudad de México, constituyen los personajes centrales de esta obra, pero no sólo ellos. En este libro la autora teje fino y logra integrar al análisis el estudio de problemas tales como los cambios en las concepciones de las nociones de trabajo, así como la discusión sobre el problema de los salarios y la monetización de la economía. En diálogo permanente, y hasta desde el contrapunto, Enriqueta Quiroz usa el telescopio y cambia de escala mostrando las posibilidades analíticas de la triangulación metodológica, como lo muestra en el último apartado del capítulo segundo, en el que cuantifica a los trabajadores de esta rama y, especialmente en el tercer capítulo, dedicado al estudio de los salarios, el consumo, así como a mostrar la importancia de la continuidad laboral y las opciones de movilidad social en esta modalidad laboral.

Se trata de una obra de investigación ampliamente documentada, con un uso variado de fuentes de archivo que sin duda muestran el gran trabajo de búsqueda, sistematización y análisis de fuentes que, en diálogo con la literatura sobre la economía novohispana, le permiten a Enriqueta Quiroz reflexionar de nueva cuenta acerca de la novedad del régimen borbónico, así como cuestionar el inicio de la crisis económica a finales del siglo XVIII para ubicarla en los inicios del XIX. Aspectos que ha venido señalando en estudios previos. Sin embargo, el estudio de la obra pública del periodo y la elaboración de series de salarios sí que constituyen aspectos novedosos con los que queda abierta toda una línea de investigación, así como la utilización de fuentes documentales poco exploradas hasta ese momento, cuyo tratamiento se observa en mapas, cuadros y cifras que fueron construidos para explicar y no sólo para mostrar, lo que el lector agradece pues le permiten seguir de cerca los argumentos centrales de la obra.

Mediante la documentación analizada en este libro, emergen la ciudad, la catedral, el canal del desagüe de Huehuetoca, la fábrica de tabaco, el empedrado y la habilitación de los caminos, obras públicas que en su conjunto dieron trabajo a un amplio número de operarios de la capital del virreinato. Trabajo en las obras públicas que fue pagado en salario (en moneda), y en ello insiste la autora con la finalidad de fortalecer sus argumentos centrales. Todo ello para entender la sociedad y la economía urbanas insertas y como parte integrante de la política económica de la corona.

Para concluir, se trata de un trabajo de investigación sugerente que es un buen punto de partida para mantener abierta la discusión acerca de problemas y planteamientos de orden teórico, metodológico e historiográfico que a mi juicio hubiera sido importante retomar en unas conclusiones más robustas. Este espacio ofrecía la oportunidad para justipreciar el lugar que ocuparon estos trabajadores dentro del conjunto laboral de la capital, así como para establecer los matices necesarios, a mi juicio, sobre el impacto de la movilidad social ascendente entre los trabajadores urbanos durante el periodo, así como el alcance de la estabilidad laboral de la que disfrutó este grupo particular de trabajadores respecto de otros muchos. O bien para formular preguntas tales como ¿qué sucedió con los trabajadores de la construcción al inicio de la crisis?, sobre todo considerando que ésta se prolongó a lo largo del siglo XIX y que durante este largo periodo, a diferencia del siglo XVIII, no existieron las condiciones para impulsar obras públicas de gran calado. Esa y otra preguntas, sin embargo, suponen nuevas investigaciones que invitan a trabajar trascendiendo los límites cronológicos de lo que conocemos como los periodos colonial y nacional.

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